Su asistente le informó que en la agenda del día tenia una cita de negocios con un cliente muy especial. Matsuri se preguntó ¿especial en qué sentido? ¿era extranjero? ¿vegano?¿autista? La intriga lo seducía, pero pronto develaría el misterio. Por cuestiones de comodidad, esperó hasta el crepúsculo para concertar el encuentro, mientras hojeaba la carpeta de impresiones a color que sus asistentes le habían confeccionado, con ubicación del lugar y alguna que otra referencia ¿era un club exclusivo? ¿o algo mas complejo? La fama del lugar crecía exponencialmente y él debía estar al tanto de todas las tendencias, así que más le valía estar informado.
Con el último rayo de Sol, bajó de su auto y sacudió su blazer blanco, tan blanco como los calzones de Dios. Trató de buscar el rostro del anfitrión, el que había visto por fotos furtivas en la carpeta. Aunque desde que descendió de su carruaje de princesa, no ha hecho más que analizar el espacio en donde estaba emplazado el edificio, sus vecinos edilicios, la zona, los planos mas viejos de la ingeniería civil. Tenia que saber en dónde estaba parado, en todo sentido.
-Buenas Tardesu~ canturreó, con lentes de sol ahumados para proteger sus sensibles retinas de las luces fuertes. Se retiró los guantes de las manos, para sentir la humedad del ambiente a través de su sirena piel y se retiró el sombrero ahora que nada amenazaba su rostro.
-Aizawa Matsuri ¿con quién tengo el gusto de hablar?-
Diva, más no imprudente.
Su asistente le informó que en la agenda del día tenia una cita de negocios con un cliente muy especial. Matsuri se preguntó ¿especial en qué sentido? ¿era extranjero? ¿vegano?¿autista? La intriga lo seducía, pero pronto develaría el misterio. Por cuestiones de comodidad, esperó hasta el crepúsculo para concertar el encuentro, mientras hojeaba la carpeta de impresiones a color que sus asistentes le habían confeccionado, con ubicación del lugar y alguna que otra referencia ¿era un club exclusivo? ¿o algo mas complejo? La fama del lugar crecía exponencialmente y él debía estar al tanto de todas las tendencias, así que más le valía estar informado.
Con el último rayo de Sol, bajó de su auto y sacudió su blazer blanco, tan blanco como los calzones de Dios. Trató de buscar el rostro del anfitrión, el que había visto por fotos furtivas en la carpeta. Aunque desde que descendió de su carruaje de princesa, no ha hecho más que analizar el espacio en donde estaba emplazado el edificio, sus vecinos edilicios, la zona, los planos mas viejos de la ingeniería civil. Tenia que saber en dónde estaba parado, en todo sentido.
-Buenas Tardesu~ canturreó, con lentes de sol ahumados para proteger sus sensibles retinas de las luces fuertes. Se retiró los guantes de las manos, para sentir la humedad del ambiente a través de su sirena piel y se retiró el sombrero ahora que nada amenazaba su rostro.
-Aizawa Matsuri ¿con quién tengo el gusto de hablar?-
Diva, más no imprudente.