• "𝑴𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒚 𝒓𝒆𝒏𝒂𝒄𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐."

    Un día simplemente me sacaron de mi lugar, me hicieron desaparecer del mapa, fue un secuestro. ¿Quién lo diría? El problema es que no ofrecían un precio para que pudieran llevarme de vuelta, diría que simplemente lo hicieron porque se les dio la gana, no debería extrañarme, este mundo está lleno de individuos con una mente retorcida, enferma, desequilibrada, donde mucho de sus actos carecen de toda lógica y sentido, aunque también pudo haber sido una venganza personal orquestada por alguien.

    Desperté en una habitación oscura y fría, donde unos sujetos con acentos extraños me hacían preguntas, creo que lo primero que dije debió ser un insulto porque recuerdo muy bien la golpiza que me dieron. Estaba de manos atadas así que no pude hacer nada para defenderme, solo recibir y recibir mientras mi rostro se hinchaba por esos puñetazos, aunque también recuerdo que me golpearon en el pecho.

    Me hicieron preguntas de cosas que desconocía, exportación ilegal de armas que no estaban relacionadas a mí, tratos con políticos, cosas de ese ámbito. Como no podía responder al no tener conocimiento de lo que se referían, lo que quisieron era obvio, recibí otra golpiza más, empezaba a convertirse en una costumbre andar escupiendo sangre por cada puñetazo y patada que me daban.

    Pasaron un par de días, estos idiotas apenas me dieron de comer. Comenzaron a hacerme preguntas de mi familia, aunque estaba bien jodido no pensaba en responderles, a esas alturas ya todo me valía una mierda, pero sobre mi familia no iba a responder nada, primero muerto antes que ser un puto soplón. La lluvia de golpes continuo, estoy seguro de que debí de recibir más de una contusión por tanta paliza, pero no se quedaría en eso. También empezaron a torturarme con electroshock en varias ocasiones, me volvía a desmayar.

    Muchos de esos días quedaron borrosos, había perdido la noción del tiempo. Supongo que es el precio de tanto recibir tanto castigo, pero también comencé a olvidar caras, nombres, el retrato de esa persona importante se iba borrando de mi mente en cada momento, hasta que ya solo veía una figura sin rostro, pero luego de eso, nada.

    Me aferre al nombre de mi hermana, de mis hermanos, era lo único que podía hacer, si no, iba a perderlo todo, y ya había perdido mucho en ese entonces.

    Me preguntaba porque seguía vivo, porque estos tipos no simplemente me mataban y acababan con mi miserable vida, aunque seguramente eran unos putos sádicos que les gustaba hacerme sufrir, se deleitaban con ello.

    Pasaron varios días más, no sé cuántos, estaba perdido.

    Dejaron de interrogarme, apalizarme y torturarme, me encerraron en una prisión que tenían. No era el único ahí, había muchas otras personas. Ladrones, asesinos, violadores, otros mafiosos y mentes maestras como yo, creo que incluso políticos que se creían muertos, era un asunto que me superaba y superaba todo lo que había hecho antes en las actividades de mi familia.

    Nos hacían trabajar como esclavos en un ambiente bastante hostil y frío, por como se veía todo, al parecer estábamos en algún lugar de Rusia, pero no lo podía asegurar, solo lo pensaba por la nieve que había en esa zona montañosa. Picando y excavando en las minas, moviendo rocas, a quienes no podían mantener el ritmo los dejaban a su suerte, muchos murieron de esa forma y no permitían a nadie auxiliarlos. Después, simplemente quemaban los cadáveres amontonados en una especie de hoguera.

    De alguna forma pude seguir, roto, quebrado, perdido, aún así pude seguir, algo me mantenía vivo en ese infierno.

    Un día se dio la oportunidad, alguien comenzó a hacer disturbios en esa prisión, la energía se apagó y las celdas se abrieron, inicio un motín. No iba a desperdiciar la oportunidad de salir de ahí, ese día me sentí eufórico, feliz, la adrenalina se me subió como nunca.

    Empecé a apalizar a guardias, a todo lo que se me cruzaba, robe sus armas y las use contra ellos mientras mucha gente moría a mi alrededor, el lugar se había vuelto una masacre. Volví a reír, aunque estuviera cubierto de sangre, sentí lo más cercano a algo que pensé que no volvería a sentir de nuevo en mi vida, felicidad.

    Toda mi ira y mi frustración fueron descargadas en ese momento, incluso mate a uno de esos malditos hijos de puta que me apalizaba todos los días, fue una venganza tan deliciosa, diría que el gozo que se sintió supera con creces a lo que es recibir el afecto íntimo de una mujer, no hay comparación alguna.

    Quería matar a los otros que me habían hecho sufrir, pero ella se me adelanto, esa mujer los mato antes. No voy a negar que en su momento fue frustrante, pero al final me resigne y lo acepte, al parecer ella estaba ahí por algún motivo, mi mente estaba tan confundida que no sabría decir si fue para rescatarme y sacarme de ahí, o porque tenía que matar a esos tipos, tal vez fueron ambas razones.

    De esa forma pude escapar, pase varios días refugiado en un pueblo donde me rehabilite de alguna posible lesión, malestar o consecuencia. Físicamente pude recuperarme, pero mentalmente había perdido demasiado, hay memorias que nunca voy a poder recuperar. Hay muchas caras que olvide, experiencias que fueron borradas de mi mente, al final no me quedo más que aceptarlo, de todas formas, logre mantener los nombres y los rostros de mis hermanos, también el de ese viejo de mierda de mi padre, aunque no recuerdo muy bien el porque me desagrada, pero tampoco quería indagar demasiado en el tema. Se que mi madre murió hace tiempo, pero no lo puedo recordar, supongo que es una de las cosas importantes que perdí.

    Voy a regresar a casa, no sé que tipo de rumbo tomara mi vida a partir de ahora, pero hay una cosa segura, voy a tomar todo lo que se me plazca, voy a hacer que el poder y la influencia de mi familia crezca a niveles que nunca antes había alcanzado. Y también, a todo el que quiera obstaculizar mis objetivos, a todo el que me amenazase a mí y a los míos, los voy a destruir.

    Posiblemente corra mucha sangre, es inevitable.

    Pero ya no habrá dudas, no habrá piedad ni misericordia.
    "𝑴𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒚 𝒓𝒆𝒏𝒂𝒄𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐." Un día simplemente me sacaron de mi lugar, me hicieron desaparecer del mapa, fue un secuestro. ¿Quién lo diría? El problema es que no ofrecían un precio para que pudieran llevarme de vuelta, diría que simplemente lo hicieron porque se les dio la gana, no debería extrañarme, este mundo está lleno de individuos con una mente retorcida, enferma, desequilibrada, donde mucho de sus actos carecen de toda lógica y sentido, aunque también pudo haber sido una venganza personal orquestada por alguien. Desperté en una habitación oscura y fría, donde unos sujetos con acentos extraños me hacían preguntas, creo que lo primero que dije debió ser un insulto porque recuerdo muy bien la golpiza que me dieron. Estaba de manos atadas así que no pude hacer nada para defenderme, solo recibir y recibir mientras mi rostro se hinchaba por esos puñetazos, aunque también recuerdo que me golpearon en el pecho. Me hicieron preguntas de cosas que desconocía, exportación ilegal de armas que no estaban relacionadas a mí, tratos con políticos, cosas de ese ámbito. Como no podía responder al no tener conocimiento de lo que se referían, lo que quisieron era obvio, recibí otra golpiza más, empezaba a convertirse en una costumbre andar escupiendo sangre por cada puñetazo y patada que me daban. Pasaron un par de días, estos idiotas apenas me dieron de comer. Comenzaron a hacerme preguntas de mi familia, aunque estaba bien jodido no pensaba en responderles, a esas alturas ya todo me valía una mierda, pero sobre mi familia no iba a responder nada, primero muerto antes que ser un puto soplón. La lluvia de golpes continuo, estoy seguro de que debí de recibir más de una contusión por tanta paliza, pero no se quedaría en eso. También empezaron a torturarme con electroshock en varias ocasiones, me volvía a desmayar. Muchos de esos días quedaron borrosos, había perdido la noción del tiempo. Supongo que es el precio de tanto recibir tanto castigo, pero también comencé a olvidar caras, nombres, el retrato de esa persona importante se iba borrando de mi mente en cada momento, hasta que ya solo veía una figura sin rostro, pero luego de eso, nada. Me aferre al nombre de mi hermana, de mis hermanos, era lo único que podía hacer, si no, iba a perderlo todo, y ya había perdido mucho en ese entonces. Me preguntaba porque seguía vivo, porque estos tipos no simplemente me mataban y acababan con mi miserable vida, aunque seguramente eran unos putos sádicos que les gustaba hacerme sufrir, se deleitaban con ello. Pasaron varios días más, no sé cuántos, estaba perdido. Dejaron de interrogarme, apalizarme y torturarme, me encerraron en una prisión que tenían. No era el único ahí, había muchas otras personas. Ladrones, asesinos, violadores, otros mafiosos y mentes maestras como yo, creo que incluso políticos que se creían muertos, era un asunto que me superaba y superaba todo lo que había hecho antes en las actividades de mi familia. Nos hacían trabajar como esclavos en un ambiente bastante hostil y frío, por como se veía todo, al parecer estábamos en algún lugar de Rusia, pero no lo podía asegurar, solo lo pensaba por la nieve que había en esa zona montañosa. Picando y excavando en las minas, moviendo rocas, a quienes no podían mantener el ritmo los dejaban a su suerte, muchos murieron de esa forma y no permitían a nadie auxiliarlos. Después, simplemente quemaban los cadáveres amontonados en una especie de hoguera. De alguna forma pude seguir, roto, quebrado, perdido, aún así pude seguir, algo me mantenía vivo en ese infierno. Un día se dio la oportunidad, alguien comenzó a hacer disturbios en esa prisión, la energía se apagó y las celdas se abrieron, inicio un motín. No iba a desperdiciar la oportunidad de salir de ahí, ese día me sentí eufórico, feliz, la adrenalina se me subió como nunca. Empecé a apalizar a guardias, a todo lo que se me cruzaba, robe sus armas y las use contra ellos mientras mucha gente moría a mi alrededor, el lugar se había vuelto una masacre. Volví a reír, aunque estuviera cubierto de sangre, sentí lo más cercano a algo que pensé que no volvería a sentir de nuevo en mi vida, felicidad. Toda mi ira y mi frustración fueron descargadas en ese momento, incluso mate a uno de esos malditos hijos de puta que me apalizaba todos los días, fue una venganza tan deliciosa, diría que el gozo que se sintió supera con creces a lo que es recibir el afecto íntimo de una mujer, no hay comparación alguna. Quería matar a los otros que me habían hecho sufrir, pero ella se me adelanto, esa mujer los mato antes. No voy a negar que en su momento fue frustrante, pero al final me resigne y lo acepte, al parecer ella estaba ahí por algún motivo, mi mente estaba tan confundida que no sabría decir si fue para rescatarme y sacarme de ahí, o porque tenía que matar a esos tipos, tal vez fueron ambas razones. De esa forma pude escapar, pase varios días refugiado en un pueblo donde me rehabilite de alguna posible lesión, malestar o consecuencia. Físicamente pude recuperarme, pero mentalmente había perdido demasiado, hay memorias que nunca voy a poder recuperar. Hay muchas caras que olvide, experiencias que fueron borradas de mi mente, al final no me quedo más que aceptarlo, de todas formas, logre mantener los nombres y los rostros de mis hermanos, también el de ese viejo de mierda de mi padre, aunque no recuerdo muy bien el porque me desagrada, pero tampoco quería indagar demasiado en el tema. Se que mi madre murió hace tiempo, pero no lo puedo recordar, supongo que es una de las cosas importantes que perdí. Voy a regresar a casa, no sé que tipo de rumbo tomara mi vida a partir de ahora, pero hay una cosa segura, voy a tomar todo lo que se me plazca, voy a hacer que el poder y la influencia de mi familia crezca a niveles que nunca antes había alcanzado. Y también, a todo el que quiera obstaculizar mis objetivos, a todo el que me amenazase a mí y a los míos, los voy a destruir. Posiblemente corra mucha sangre, es inevitable. Pero ya no habrá dudas, no habrá piedad ni misericordia.
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  • Beata María, tú sabes
    que hombre recto soy,
    que orgulloso lucho contra el mal.


    -reverencio a la luna su guia y señora, a quien dedica aquel sacrificó o premio. Todo dependerá de la respuesta del híbrido.
    No necesito armarse se acercó al descuidado híbrido por la espalda haciéndole una yave rusa pasando un brazo al rededor del cuello para asfixiarlo sin compasión y antes de que se desmayara por la falta de aire lo solto apuntando con un dedo a la luna-

    Beata María, tú sabes
    que muy puro soy,
    no como el vulgo débil y banal .
    Entonces, María,
    dí por qué su danza veo
    y sus ojos como llamas son.
    Lo veo, lo siento.
    Su pelo negro tiene sol,
    me quema y así pierdo la razón.

    -junto los labios casi no dejando que el hibrido pudiera recuperar el oxigeno o siquiera reaccionar a lo que estaba pasando. Tras unos minutos de casi ahogarlo por no dejarlo respirar apartó los labios y saco la corona aquella corona hecha con ramas improvisando a su lady, la señora del señor de aquellas tierras -

    Cual fuego de infierno,
    me quema el corazón.
    Impuro deseo,
    maldita tentación.

    -enterro las 4 púas en la cabeza del híbrido para que no le fuera sencillo quitársela, así de acelerado se sentó sobre sus piernas precisamente en su cintura moviendo el trasero en movimientos demasiado subliminales -


    Mi culpa no es si me embrujó
    Fue el hibrido quien la llama encendió

    Mi culpa no es si he actuado mal
    pues es más fuerte
    el demonio que el mortal.

    -sonrio volviendo a juntar los labios en un beso, enterrando los colmillos en los finos labios devorando de su sangre -

    Protégeme, María, de éste,
    su hechizo cruel, sino
    su fuego a matarme va.


    Destruye a Inuyasha
    que pruebe el fuego de Luzbel
    o deja que sea mío y mío será.


    -solto su ropa mostrando su pecho como si suplicara porque el híbrido lo marcara, que volviera suyo lo que le pertenecía tomo del menton al híbrido guiandole la boca sangrante a su manzana de Adán incitando a morder,
    Si lo muerde va a tomar al híbrido en lo que les resta de vidas y le será leal incluso en la muerte -

    Hay fuego de infierno.
    Híbrido, escogerás
    o a mí o a la hoguera.
    Sé mía o arderás.

    Ten piedad de ella
    y ten piedad de mí

    El mío será
    o arder va.
    𝙸𝚗𝚞𝚈𝚊𝚜𝚑𝚊 犬夜叉
    Beata María, tú sabes que hombre recto soy, que orgulloso lucho contra el mal. -reverencio a la luna su guia y señora, a quien dedica aquel sacrificó o premio. Todo dependerá de la respuesta del híbrido. No necesito armarse se acercó al descuidado híbrido por la espalda haciéndole una yave rusa pasando un brazo al rededor del cuello para asfixiarlo sin compasión y antes de que se desmayara por la falta de aire lo solto apuntando con un dedo a la luna- Beata María, tú sabes que muy puro soy, no como el vulgo débil y banal . Entonces, María, dí por qué su danza veo y sus ojos como llamas son. Lo veo, lo siento. Su pelo negro tiene sol, me quema y así pierdo la razón. -junto los labios casi no dejando que el hibrido pudiera recuperar el oxigeno o siquiera reaccionar a lo que estaba pasando. Tras unos minutos de casi ahogarlo por no dejarlo respirar apartó los labios y saco la corona aquella corona hecha con ramas improvisando a su lady, la señora del señor de aquellas tierras - Cual fuego de infierno, me quema el corazón. Impuro deseo, maldita tentación. -enterro las 4 púas en la cabeza del híbrido para que no le fuera sencillo quitársela, así de acelerado se sentó sobre sus piernas precisamente en su cintura moviendo el trasero en movimientos demasiado subliminales - Mi culpa no es si me embrujó Fue el hibrido quien la llama encendió Mi culpa no es si he actuado mal pues es más fuerte el demonio que el mortal. -sonrio volviendo a juntar los labios en un beso, enterrando los colmillos en los finos labios devorando de su sangre - Protégeme, María, de éste, su hechizo cruel, sino su fuego a matarme va. Destruye a Inuyasha que pruebe el fuego de Luzbel o deja que sea mío y mío será. -solto su ropa mostrando su pecho como si suplicara porque el híbrido lo marcara, que volviera suyo lo que le pertenecía tomo del menton al híbrido guiandole la boca sangrante a su manzana de Adán incitando a morder, Si lo muerde va a tomar al híbrido en lo que les resta de vidas y le será leal incluso en la muerte - Hay fuego de infierno. Híbrido, escogerás o a mí o a la hoguera. Sé mía o arderás. Ten piedad de ella y ten piedad de mí El mío será o arder va. [InunoT41sho]
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  • La cara de Naoto al ver cuanto le va a salir comprar electrodomésticos, la única ventaja es que ahora sí serán de su propiedad.
    Una casa de dos pisos, arriba tendrá su hogar y abajo un cómodo restaurante.

    El problema era... la remodelación.
    La cara de Naoto al ver cuanto le va a salir comprar electrodomésticos, la única ventaja es que ahora sí serán de su propiedad. Una casa de dos pisos, arriba tendrá su hogar y abajo un cómodo restaurante. El problema era... la remodelación.
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    ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪
    Pasaban los días, semanas, meses : La gloria y poder de "Ulises el Tirano" crecían al igual que la fama de la pelirroja que peleaba y dirigía su ejército en su nombre, uno que estaba compuesto por guerrilleros que eran perros falderos de Ulises igual de detestables que él, y otra gran parte esclavos como ella que peleaban para sobrevivir.

    La autoridad de Elizabeth en el campo de batalla era tal que nadie cuestionaba sus estrategias marciales, su palabra era la final y se ejecutaba al pie de la letra. Pronto ese prestigio trascendió más allá de las guerras combativas, al calabozo donde ella encadenada reponía fuerzas cada noche empezaron a llegar mensajes escondidos entre el pan, debajo del plato de la cena o bien enviados con las criadas que por las mañanas a escondidas de su amo iban a bañarla y darle ropas nuevas.
    Los mensajes aludían a una insurrección, el primero que llegó decía : "𝘓𝘢 𝘭𝘪𝘣𝘦𝘳𝘵𝘢𝘥 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘦𝘴 𝘥𝘢𝘥𝘢; 𝘴𝘦 𝘨𝘢𝘯𝘢. 𝐸𝑠𝑡𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑔𝑜"
    Por primera vez Liz entre sus planes de venganza pudo ver mas factible que se cumplieran, no estaba sola.
    Desde ese evento, pacientemente esperaba que llegaran los recados, algunos con información importante, otros sólo para confirmar que la revolución seguía en pie

    -"𝑆𝑜𝑚𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑡𝑒𝑛𝑡𝑎"
    -"𝘚𝘪 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘫𝘶𝘴𝘵𝘪𝘤𝘪𝘢 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘭𝘪𝘣𝘦𝘳𝘵𝘢𝘥"
    -"𝘔á𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘪𝘵𝘢𝘥 𝘥𝘦 𝘤𝘳𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴 𝘦𝘴𝘵á𝘯 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘶𝘴𝘢, 𝘢𝘣𝘳𝘦 𝘣𝘪𝘦𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴, 𝘭𝘰𝘴 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦𝘯 𝘶𝘯 𝘤𝘪𝘯𝘵𝘰 𝘳𝘰𝘫𝘰"
    -"𝘏𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘢𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘴𝘰𝘮𝘰𝘴 164, 𝘵𝘰𝘥𝘰𝘴 𝘭𝘶𝘤𝘩𝘢𝘳𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘣𝘢𝘫𝘰 𝘭𝘢 𝘓𝘭𝘢𝘮𝘢 𝘥𝘦 𝘚𝘢𝘯𝘨𝘳𝘦"

    -"𝘔𝘢ñ𝘢𝘯𝘢. 𝘈𝘵𝘦𝘯𝘵𝘢, 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘢𝘥𝘦𝘯𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦𝘥𝘢𝘳á𝘯 𝘢𝘣𝘪𝘦𝘳𝘵𝘢𝘴"
    El día había llegado, era ahora o nunca. Luego de una contienda pequeña en el valle de Linaris, un grupo de guerreros aislaron al cazador con la lanza envenenada y lo mataron en una lucha de 5 contra 1, quedando su cuerpo perdido entre los caídos en batalla, Ulises no notaría su ausencia después de unas cuantas horas.
    Tres esclavos escoltaron a Elizabeth a su mazmorra, pudo observar que dos de ellos llevaban el cinto rojo, expectante esperaba la señal para actuar, ingresaron y se disponían a preparar los grilletes para atarla, con una mirada fugaz el par de aliados asintieron y redujeron al tercer siervo, dejando libre así a la pelirroja, uno de ellos se dirige a ella y grita efusivamente

    ▔ Corre! y busca la venganza. Nos levantaremos en armas. Hoy la tiranía muere bajo tu mano

    Liz con la adrenalina apoderándose de su cuerpo tomó su espada y se escabullía entre las tiendas que poco a poco empezaban a sumergirse en un estruendoso ruido de espadas chocando y gente gritando por muerte o victoria. En esta instancia sólo existían esas dos opciones, ella avanzaba rápido quemando todo a su paso, discerniendo entre la multitud recientemente alborotada quien era aliado y enemigo, buscaba el cinto rojo en cada uno de ellos, de inmediato su grupo se acoplaba detrás de ella luchando mano a mano con los que se levantaban en su contra, era un espectáculo digno de ver, como los esclavos en su debilidad luchaban con las fuerzas desgastadas pero con el alma hambrienta de libertad, en este punto el número había ascendido a unos cientos. El objetivo estaba claro: Ulises, quien a estas alturas ya estaba enterado del motín y se había encerrado resguardado por sus más hábiles mercenarios (alias : perros falderos) . Elizabeth no tuvo piedad y junto con los otros esclavos avasallaron el lugar dando muerte a cada uno, en el fondo se podía ver al Tirano sentado en su trono desde donde se autoproclamaba gobernador de todo los terrenos de Oriente que había "ganado". La pelirroja sin dudar lanzaba fuego al que se le interponía en su camino, mientras los demás peleaban también ferozmente con el mismo propósito.
    Al estar frente a frente la pelirroja pudo ver el miedo en los ojos cobardes de Ulises, lo tomó del cuello y atravesó el cuerpo del Tirano

    ── Morirás bajo tu capricho, una llama de Sangre no es para tu beneficio. Tu nombre muere contigo maldito.

    En las afueras, la guerra menguaba, las pérdidas humanas dieron frutos, ahora eran libres. Muchos de los partidarios de Ulises al ver que él había muerto huyeron.

    ▔ ¡Larga vida a la Reina Escarlata!
    ▔ ¡Larga vida!
    ▔ ¡Que viva!

    La gente vitoreaba, Elizabeth completamente emocionada de por fin ser libre después de meses de calvario se sentó en el trono manchado de sangre con el cuerpo de su captor a sus pies, asimilando todo lo que había acontecido. El apodo de "La Reina Escarlata" nació ahí y se esparció por todo el continente, la guerrera esclava que fue parte de la revolución de Oriente.
    🄲🄰🄿. 🄸🅅 ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪ Pasaban los días, semanas, meses : La gloria y poder de "Ulises el Tirano" crecían al igual que la fama de la pelirroja que peleaba y dirigía su ejército en su nombre, uno que estaba compuesto por guerrilleros que eran perros falderos de Ulises igual de detestables que él, y otra gran parte esclavos como ella que peleaban para sobrevivir. La autoridad de Elizabeth en el campo de batalla era tal que nadie cuestionaba sus estrategias marciales, su palabra era la final y se ejecutaba al pie de la letra. Pronto ese prestigio trascendió más allá de las guerras combativas, al calabozo donde ella encadenada reponía fuerzas cada noche empezaron a llegar mensajes escondidos entre el pan, debajo del plato de la cena o bien enviados con las criadas que por las mañanas a escondidas de su amo iban a bañarla y darle ropas nuevas. Los mensajes aludían a una insurrección, el primero que llegó decía : "𝘓𝘢 𝘭𝘪𝘣𝘦𝘳𝘵𝘢𝘥 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘦𝘴 𝘥𝘢𝘥𝘢; 𝘴𝘦 𝘨𝘢𝘯𝘢. 𝐸𝑠𝑡𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑔𝑜" Por primera vez Liz entre sus planes de venganza pudo ver mas factible que se cumplieran, no estaba sola. Desde ese evento, pacientemente esperaba que llegaran los recados, algunos con información importante, otros sólo para confirmar que la revolución seguía en pie -"𝑆𝑜𝑚𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑡𝑒𝑛𝑡𝑎" -"𝘚𝘪 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘫𝘶𝘴𝘵𝘪𝘤𝘪𝘢 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘭𝘪𝘣𝘦𝘳𝘵𝘢𝘥" -"𝘔á𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘪𝘵𝘢𝘥 𝘥𝘦 𝘤𝘳𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴 𝘦𝘴𝘵á𝘯 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘶𝘴𝘢, 𝘢𝘣𝘳𝘦 𝘣𝘪𝘦𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴, 𝘭𝘰𝘴 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦𝘯 𝘶𝘯 𝘤𝘪𝘯𝘵𝘰 𝘳𝘰𝘫𝘰" -"𝘏𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘢𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘴𝘰𝘮𝘰𝘴 164, 𝘵𝘰𝘥𝘰𝘴 𝘭𝘶𝘤𝘩𝘢𝘳𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘣𝘢𝘫𝘰 𝘭𝘢 𝘓𝘭𝘢𝘮𝘢 𝘥𝘦 𝘚𝘢𝘯𝘨𝘳𝘦" -"𝘔𝘢ñ𝘢𝘯𝘢. 𝘈𝘵𝘦𝘯𝘵𝘢, 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘢𝘥𝘦𝘯𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦𝘥𝘢𝘳á𝘯 𝘢𝘣𝘪𝘦𝘳𝘵𝘢𝘴" El día había llegado, era ahora o nunca. Luego de una contienda pequeña en el valle de Linaris, un grupo de guerreros aislaron al cazador con la lanza envenenada y lo mataron en una lucha de 5 contra 1, quedando su cuerpo perdido entre los caídos en batalla, Ulises no notaría su ausencia después de unas cuantas horas. Tres esclavos escoltaron a Elizabeth a su mazmorra, pudo observar que dos de ellos llevaban el cinto rojo, expectante esperaba la señal para actuar, ingresaron y se disponían a preparar los grilletes para atarla, con una mirada fugaz el par de aliados asintieron y redujeron al tercer siervo, dejando libre así a la pelirroja, uno de ellos se dirige a ella y grita efusivamente ▔ Corre! y busca la venganza. Nos levantaremos en armas. Hoy la tiranía muere bajo tu mano Liz con la adrenalina apoderándose de su cuerpo tomó su espada y se escabullía entre las tiendas que poco a poco empezaban a sumergirse en un estruendoso ruido de espadas chocando y gente gritando por muerte o victoria. En esta instancia sólo existían esas dos opciones, ella avanzaba rápido quemando todo a su paso, discerniendo entre la multitud recientemente alborotada quien era aliado y enemigo, buscaba el cinto rojo en cada uno de ellos, de inmediato su grupo se acoplaba detrás de ella luchando mano a mano con los que se levantaban en su contra, era un espectáculo digno de ver, como los esclavos en su debilidad luchaban con las fuerzas desgastadas pero con el alma hambrienta de libertad, en este punto el número había ascendido a unos cientos. El objetivo estaba claro: Ulises, quien a estas alturas ya estaba enterado del motín y se había encerrado resguardado por sus más hábiles mercenarios (alias : perros falderos) . Elizabeth no tuvo piedad y junto con los otros esclavos avasallaron el lugar dando muerte a cada uno, en el fondo se podía ver al Tirano sentado en su trono desde donde se autoproclamaba gobernador de todo los terrenos de Oriente que había "ganado". La pelirroja sin dudar lanzaba fuego al que se le interponía en su camino, mientras los demás peleaban también ferozmente con el mismo propósito. Al estar frente a frente la pelirroja pudo ver el miedo en los ojos cobardes de Ulises, lo tomó del cuello y atravesó el cuerpo del Tirano 🌹── Morirás bajo tu capricho, una llama de Sangre no es para tu beneficio. Tu nombre muere contigo maldito. En las afueras, la guerra menguaba, las pérdidas humanas dieron frutos, ahora eran libres. Muchos de los partidarios de Ulises al ver que él había muerto huyeron. ▔ ¡Larga vida a la Reina Escarlata! ▔ ¡Larga vida! ▔ ¡Que viva! La gente vitoreaba, Elizabeth completamente emocionada de por fin ser libre después de meses de calvario se sentó en el trono manchado de sangre con el cuerpo de su captor a sus pies, asimilando todo lo que había acontecido. El apodo de "La Reina Escarlata" nació ahí y se esparció por todo el continente, la guerrera esclava que fue parte de la revolución de Oriente.
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  • -"Aquel día también estaba lloviendo"- Pensaba Kazuo mientras subía el monte Inari en dirección a su templo. Esa tarde había estado haciendo algunas compras en la ciudad de abajo, sobre todo algunas especias y plantas. A mitad de camino, la lluvia comenzó a caer de forma tímida, aunque, a medida que pasaban los minutos, esta caía con más fuerza. No le molestaba la lluvia en sí, ningún acto de la naturaleza podría importunarlo. Pero la lluvia le hacía sentir un denso pesar. -"Aquel día también estaba lloviendo"-, volvía a recitar en su cabeza, como si fuera un mantra. Aunque pasaran cientos de años, seguiría recordándolo. Jamás olvidaría aquel crepúsculo tintado de sangre, jamás los olvidaría.

    Unas cálidas gotas se deslizaban por sus mejillas, haciendo contraste con las frías que caían de la lluvia sobre estas. -"¿Estaba llorando?"-. El zorro solo se permitía, en su soledad, desmontar su fachada de serenidad perpetua, dejándose arrollar por la culpa y la pena.

    Siempre que llovía, el bosque se entristecía. Se entristecía porque Kazuo lo hacía. El zorro era su guardián, aquel que mantenía el equilibrio entre lo divino y lo mundano, entre lo tangible y lo abstracto, entre el mundo de los vivos y el de los espíritus. Si el zorro lloraba, el bosque lo hacía con él.

    Kazuo apoyaba su diestra en la columna de uno de los Torii que guiaban la ruta, sintiendo sus hombros pesados, cargados por un ente invisible que lo apaleaba sin piedad. Es en esas ocasiones es cuando sentía el cansancio de la inmortalidad, el cansancio de ver morir a los que ama, el cansancio de ver cómo el mundo sigue su camino siendo él un mero espectador.

    Se dejó caer al suelo, apoyando su espalda en la columna de madera del viejo Torii, elevando su rostro para que la lluvia se llevase sus lágrimas y así poder borrar el llanto de sus ojos.

    -"Aquel día también estaba lloviendo."-
    -"Aquel día también estaba lloviendo"- Pensaba Kazuo mientras subía el monte Inari en dirección a su templo. Esa tarde había estado haciendo algunas compras en la ciudad de abajo, sobre todo algunas especias y plantas. A mitad de camino, la lluvia comenzó a caer de forma tímida, aunque, a medida que pasaban los minutos, esta caía con más fuerza. No le molestaba la lluvia en sí, ningún acto de la naturaleza podría importunarlo. Pero la lluvia le hacía sentir un denso pesar. -"Aquel día también estaba lloviendo"-, volvía a recitar en su cabeza, como si fuera un mantra. Aunque pasaran cientos de años, seguiría recordándolo. Jamás olvidaría aquel crepúsculo tintado de sangre, jamás los olvidaría. Unas cálidas gotas se deslizaban por sus mejillas, haciendo contraste con las frías que caían de la lluvia sobre estas. -"¿Estaba llorando?"-. El zorro solo se permitía, en su soledad, desmontar su fachada de serenidad perpetua, dejándose arrollar por la culpa y la pena. Siempre que llovía, el bosque se entristecía. Se entristecía porque Kazuo lo hacía. El zorro era su guardián, aquel que mantenía el equilibrio entre lo divino y lo mundano, entre lo tangible y lo abstracto, entre el mundo de los vivos y el de los espíritus. Si el zorro lloraba, el bosque lo hacía con él. Kazuo apoyaba su diestra en la columna de uno de los Torii que guiaban la ruta, sintiendo sus hombros pesados, cargados por un ente invisible que lo apaleaba sin piedad. Es en esas ocasiones es cuando sentía el cansancio de la inmortalidad, el cansancio de ver morir a los que ama, el cansancio de ver cómo el mundo sigue su camino siendo él un mero espectador. Se dejó caer al suelo, apoyando su espalda en la columna de madera del viejo Torii, elevando su rostro para que la lluvia se llevase sus lágrimas y así poder borrar el llanto de sus ojos. -"Aquel día también estaba lloviendo."-
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  • 🄲🄰🄿. 🄸🄸🄸

    ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪
    Un hombre alto y fornido se asomó entre las sombras del calabozo en el que Elizabeth había pasado encadenada la última semana sobreviviendo con trozos de pan mohoso y a penas una pequeña cacerola de agua de dudosa procedencia. A pesar de lo débil y deshidratada que estaba por el intenso calor que era común en el Reino de Oriente como pudo se irguió con mirada desafiante frente a su captor que comenzaba a hablarle

    ☬ ── No sabes cuanto quise ver con mis ojos a una Llama de Sangre, hoy la espera terminó y eres mía. Vas a pelear en mi nombre: ¡El poderoso Ulises el gran Tirano! y así expandiré mis dominios

    ── No soy propiedad de nadie, no puedes obligarme a hacerlo [Decía mientras trataba de zafarse de las cadenas que con el movimiento hacía que se incrustaran pequeñas espinas con veneno de dragón de Komodo, generando un gran ardor en la piel que quemaba hasta su cabeza inhabilitando por completo su poder]

    ☬ ── Ah, claro que puedo y lo haré porque si no accedes morirás... SIMPLE

    El hombre daba el veredicto final con un golpe seco en las costillas y otro en la cabeza de la pelirroja, quedando ella inconsciente hasta el día siguiente donde junto con el amanecer, otros esclavos con grilletes la fueron a buscar, la mujer traía una fuente con agua para que se bañase y los otros dos cargaban su espada y una armadura que Ulises demandaba que usara.
    La batalla inminente entre clanes enemigos se desarrolló al ocaso. Liz como hábil guerrera quemaba y descuartizaba a cualquiera que le hacía frente siempre vigilada a unos metros por un cazador y su lanza con veneno en el caso de que ella intentara escapar en medio de la batalla.

    Entre los demás guerreros fue creciendo un reconocimiento y respeto por Elizabeth quienes decidieron que ella fuera la que lidere en combate yendo al frente
    La dinámica siempre era luchar al ocaso, a la pelirroja la encerraban y encadenaban para luego al día siguiente emprender marcha junto a los demás hacia el norte ganando más tierras para Ulises.
    El odio y la sed de venganza crecían en Elizabeth quien por las noches planeaba una forma de escapar y darle al Tirano su merecido, sólo hacía falta tiempo y el momento perfecto


    // Parte 3 de : https://ficrol.com/posts/185545 & https://ficrol.com/posts/185232


    🄲🄰🄿. 🄸🄸🄸 ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪ Un hombre alto y fornido se asomó entre las sombras del calabozo en el que Elizabeth había pasado encadenada la última semana sobreviviendo con trozos de pan mohoso y a penas una pequeña cacerola de agua de dudosa procedencia. A pesar de lo débil y deshidratada que estaba por el intenso calor que era común en el Reino de Oriente como pudo se irguió con mirada desafiante frente a su captor que comenzaba a hablarle ☬ ── No sabes cuanto quise ver con mis ojos a una Llama de Sangre, hoy la espera terminó y eres mía. Vas a pelear en mi nombre: ¡El poderoso Ulises el gran Tirano! y así expandiré mis dominios 🌹── No soy propiedad de nadie, no puedes obligarme a hacerlo [Decía mientras trataba de zafarse de las cadenas que con el movimiento hacía que se incrustaran pequeñas espinas con veneno de dragón de Komodo, generando un gran ardor en la piel que quemaba hasta su cabeza inhabilitando por completo su poder] ☬ ── Ah, claro que puedo y lo haré porque si no accedes morirás... SIMPLE El hombre daba el veredicto final con un golpe seco en las costillas y otro en la cabeza de la pelirroja, quedando ella inconsciente hasta el día siguiente donde junto con el amanecer, otros esclavos con grilletes la fueron a buscar, la mujer traía una fuente con agua para que se bañase y los otros dos cargaban su espada y una armadura que Ulises demandaba que usara. La batalla inminente entre clanes enemigos se desarrolló al ocaso. Liz como hábil guerrera quemaba y descuartizaba a cualquiera que le hacía frente siempre vigilada a unos metros por un cazador y su lanza con veneno en el caso de que ella intentara escapar en medio de la batalla. Entre los demás guerreros fue creciendo un reconocimiento y respeto por Elizabeth quienes decidieron que ella fuera la que lidere en combate yendo al frente La dinámica siempre era luchar al ocaso, a la pelirroja la encerraban y encadenaban para luego al día siguiente emprender marcha junto a los demás hacia el norte ganando más tierras para Ulises. El odio y la sed de venganza crecían en Elizabeth quien por las noches planeaba una forma de escapar y darle al Tirano su merecido, sólo hacía falta tiempo y el momento perfecto // Parte 3 de : https://ficrol.com/posts/185545 & https://ficrol.com/posts/185232
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  • ❏— ˚₊· ͟͟͞͞➳ ❝𝓒𝓪𝓷 𝔂𝓸𝓾 𝓱𝓮𝓪𝓻 𝓾𝓼?❞
    Fandom AHS, Coven.
    Categoría Terror
    ㅤOtra noche más en la abrumadora soledad del campo. El silencio era tan absoluto que incluso el susurro del viento parecía una amenaza latente. Había completado su habitual ronda por el granero, asegurándose de que cada uno de los animales estuviera alimentado y protegido del frío penetrante que auguraba la inminente llegada del invierno. Con pasos rápidos, se dirigió de vuelta a su pequeña casa. Sus brazos, apretados contra su cuerpo, intentaban en vano detener el avance del frío que atravesaba la fina tela de su camiseta de mangas largas y el modesto pantalón de pijama, insuficientes para una noche tan helada.

    ㅤEl chirrido agudo de la puerta de madera resonó en el silencio cuando la cerró, un eco perturbador en la quietud de la casa. No se molestó en girar la llave; su único deseo era alcanzar la cama lo más rápido posible, ansioso por envolverse en las mantas, buscando el consuelo del calor que su frágil refugio le ofrecía. Pero aquella calma, frágil e ilusoria, se desvaneció en un suspiro. Allí estaba, nuevamente, la figura oscura acechando desde la penumbra de la esquina del pasillo. La sonrisa perversa de aquel ser infernal brillaba en la oscuridad, haciendo que su piel se erizara con un terror que ya conocía demasiado bien.

    ㅤMentiría si dijera que su presencia no lo paralizaba de puro miedo. Esos ojos vacíos, muertos, lo atravesaban sin piedad, y aquel rostro... una abominación grotesca, como si estuviera formado por fragmentos de carne putrefacta, ensamblados en un intento macabro de imitar lo humano. El sonido de sus carcajadas, estruendosas y malignas, resonaba en sus oídos, helándole la sangre hasta el último rincón de su ser. Sabía lo que estaba sucediendo: otra visión, otra de esas pesadillas vivientes de las que no podía escapar. Intentó gritar, como tantas veces antes, pero su voz permaneció atrapada en su garganta, silenciada por el terror.

    ⸻ Tendrás que rendirte y venir con nosotros. Sabías que vendríamos por ti, ¿no es así?

    La voz siseante del ser rompió el silencio, como una sentencia de muerte. El joven se cubrió el rostro con las manos, sus respiraciones agitadas revelaban su creciente desesperación mientras buscaba refugio en sí mismo. Quería a su madre y a su abuela allí, junto a él, como lo habían estado en su niñez, protegiéndolo de las sombras que lo acechaban. No podía soportar esto solo.

    ⸻ ¡Aléjense de mí!

    Gritó, arrodillado en el suelo, sus ojos fijos en aquellas horribles caras que lo miraban con burla.


    ⸻ Calie, cariño. ¿Acaso no quieres venir con nosotros?

    ㅤLa voz de su abuela, distorsionada y manipulada por esas criaturas, hizo que algo dentro de él se rompiera. Aquella imitación perversa de la voz de su ser más querido fue demasiado. Las risas que lo rodeaban, un coro diabólico que parecía provenir de todas direcciones, lo desbordaban. Una rabia profunda empezó a bullir en su pecho, una furia tan intensa que casi desplazaba el miedo. No iba a dejar que lo arrastraran con ellos. No de esa manera.

    ⸻ ¡Cállense de una maldita vez! ¡Lárguense!

    ㅤRugió con una voz desgarrada, sintiendo cómo el aire llenaba sus pulmones con un vigor desesperado. En un parpadeo, todo cambió. Estaba sentado en el sofá, su cuerpo tembloroso, cubierto de sudor frío. Había despertado, pero la realidad y la pesadilla se entrelazaban tan profundamente que ya no podía distinguirlas. Lágrimas amargas corrían por su rostro mientras su pecho se sacudía con sollozos incontrolables. ¿Era miedo lo que sentía? ¿O la rabia lo estaba devorando desde adentro?

    Una última frase, resonando en lo profundo de su mente, como una advertencia olvidada.

    ❝ Las respuestas están donde se encuentran los huesos. ❞

    Sabía que debía averiguar su significado, y sabía que no le quedaba mucho tiempo.
    ㅤOtra noche más en la abrumadora soledad del campo. El silencio era tan absoluto que incluso el susurro del viento parecía una amenaza latente. Había completado su habitual ronda por el granero, asegurándose de que cada uno de los animales estuviera alimentado y protegido del frío penetrante que auguraba la inminente llegada del invierno. Con pasos rápidos, se dirigió de vuelta a su pequeña casa. Sus brazos, apretados contra su cuerpo, intentaban en vano detener el avance del frío que atravesaba la fina tela de su camiseta de mangas largas y el modesto pantalón de pijama, insuficientes para una noche tan helada. ㅤEl chirrido agudo de la puerta de madera resonó en el silencio cuando la cerró, un eco perturbador en la quietud de la casa. No se molestó en girar la llave; su único deseo era alcanzar la cama lo más rápido posible, ansioso por envolverse en las mantas, buscando el consuelo del calor que su frágil refugio le ofrecía. Pero aquella calma, frágil e ilusoria, se desvaneció en un suspiro. Allí estaba, nuevamente, la figura oscura acechando desde la penumbra de la esquina del pasillo. La sonrisa perversa de aquel ser infernal brillaba en la oscuridad, haciendo que su piel se erizara con un terror que ya conocía demasiado bien. ㅤMentiría si dijera que su presencia no lo paralizaba de puro miedo. Esos ojos vacíos, muertos, lo atravesaban sin piedad, y aquel rostro... una abominación grotesca, como si estuviera formado por fragmentos de carne putrefacta, ensamblados en un intento macabro de imitar lo humano. El sonido de sus carcajadas, estruendosas y malignas, resonaba en sus oídos, helándole la sangre hasta el último rincón de su ser. Sabía lo que estaba sucediendo: otra visión, otra de esas pesadillas vivientes de las que no podía escapar. Intentó gritar, como tantas veces antes, pero su voz permaneció atrapada en su garganta, silenciada por el terror. ⸻ Tendrás que rendirte y venir con nosotros. Sabías que vendríamos por ti, ¿no es así? La voz siseante del ser rompió el silencio, como una sentencia de muerte. El joven se cubrió el rostro con las manos, sus respiraciones agitadas revelaban su creciente desesperación mientras buscaba refugio en sí mismo. Quería a su madre y a su abuela allí, junto a él, como lo habían estado en su niñez, protegiéndolo de las sombras que lo acechaban. No podía soportar esto solo. ⸻ ¡Aléjense de mí! Gritó, arrodillado en el suelo, sus ojos fijos en aquellas horribles caras que lo miraban con burla. ⸻ Calie, cariño. ¿Acaso no quieres venir con nosotros? ㅤLa voz de su abuela, distorsionada y manipulada por esas criaturas, hizo que algo dentro de él se rompiera. Aquella imitación perversa de la voz de su ser más querido fue demasiado. Las risas que lo rodeaban, un coro diabólico que parecía provenir de todas direcciones, lo desbordaban. Una rabia profunda empezó a bullir en su pecho, una furia tan intensa que casi desplazaba el miedo. No iba a dejar que lo arrastraran con ellos. No de esa manera. ⸻ ¡Cállense de una maldita vez! ¡Lárguense! ㅤRugió con una voz desgarrada, sintiendo cómo el aire llenaba sus pulmones con un vigor desesperado. En un parpadeo, todo cambió. Estaba sentado en el sofá, su cuerpo tembloroso, cubierto de sudor frío. Había despertado, pero la realidad y la pesadilla se entrelazaban tan profundamente que ya no podía distinguirlas. Lágrimas amargas corrían por su rostro mientras su pecho se sacudía con sollozos incontrolables. ¿Era miedo lo que sentía? ¿O la rabia lo estaba devorando desde adentro? Una última frase, resonando en lo profundo de su mente, como una advertencia olvidada. ❝ Las respuestas están donde se encuentran los huesos. ❞ Sabía que debía averiguar su significado, y sabía que no le quedaba mucho tiempo.
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  • Perro estúpido
    Ven aquí, te comeré antes de que alguien más te coma lo que es de mi propiedad. No acepto negativas, quejas protestas y mucho menos peleas aunque hoy ande con un peculiar gusto al bdg

    𝙸𝚗𝚞𝚈𝚊𝚜𝚑𝚊 犬夜叉
    Perro estúpido Ven aquí, te comeré antes de que alguien más te coma lo que es de mi propiedad. No acepto negativas, quejas protestas y mucho menos peleas aunque hoy ande con un peculiar gusto al bdg [InunoT41sho]
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  • Aquellas aguas de esta cascada tiene propiedades purificadoras para el alma.
    Aquellas aguas de esta cascada tiene propiedades purificadoras para el alma.
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  • " 𝙼𝚎𝚛𝚍𝚎... 𝚎𝚜𝚝𝚎 𝚙𝚛𝚘𝚋𝚕𝚎𝚖𝚊 𝚜𝚎 𝚎𝚜𝚝á 𝚜𝚊𝚕𝚒𝚎𝚗𝚍𝚘 𝚍𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚛𝚘𝚕. "













    Saco el cigarrillo de su boca para aplastarlo contra la baranda del bar. Miraba con desdén los cuerpos regados por el piso, algunos con una pata de una silla introducida en su estómago, unos con el cuello roto y otros acuchillados o con alguna extremidad rota. La sangre sucia goteaba de sus manos, pero no se comparaba al lago rojo que pisaba. Él nunca tenía piedad al matar gente, mucho menos a los traicioneros.

    El lugar definitivamente era una escena del horror, ni siquiera se tomó el tiempo de contar las personas que había ahí. Lo único que sabía es que estás ratas eran responsables de un problema que le ocasionaron a su amigo. Kiev, se estaba volviendo loco, Ágatha normalmente lo mantendría a raya, pero ella no estaba por ahora. Lo que significaba que tendría que ayudar a su amigo a limpiar el desastre.

    Soltó un suspiro, estaba estresado. Le dio una seña a sus hombres para qué terminarán de regar la gasolina al lugar, no basto más que una cerilla para que ese lugar se consumiera de un fuego ardiente. Él miraba desde lejos, iría a buscar a Rubí, era la única con quién podía hablar de esta situación.











    " 𝙼𝚎𝚛𝚍𝚎... 𝚎𝚜𝚝𝚎 𝚙𝚛𝚘𝚋𝚕𝚎𝚖𝚊 𝚜𝚎 𝚎𝚜𝚝á 𝚜𝚊𝚕𝚒𝚎𝚗𝚍𝚘 𝚍𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚛𝚘𝚕. " Saco el cigarrillo de su boca para aplastarlo contra la baranda del bar. Miraba con desdén los cuerpos regados por el piso, algunos con una pata de una silla introducida en su estómago, unos con el cuello roto y otros acuchillados o con alguna extremidad rota. La sangre sucia goteaba de sus manos, pero no se comparaba al lago rojo que pisaba. Él nunca tenía piedad al matar gente, mucho menos a los traicioneros. El lugar definitivamente era una escena del horror, ni siquiera se tomó el tiempo de contar las personas que había ahí. Lo único que sabía es que estás ratas eran responsables de un problema que le ocasionaron a su amigo. Kiev, se estaba volviendo loco, Ágatha normalmente lo mantendría a raya, pero ella no estaba por ahora. Lo que significaba que tendría que ayudar a su amigo a limpiar el desastre. Soltó un suspiro, estaba estresado. Le dio una seña a sus hombres para qué terminarán de regar la gasolina al lugar, no basto más que una cerilla para que ese lugar se consumiera de un fuego ardiente. Él miraba desde lejos, iría a buscar a Rubí, era la única con quién podía hablar de esta situación.
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