• —Fue en ese mismo momento en donde supe toda la verdad. Debía dejar todo lo que amaba para empezar un entrenamiento que seguramente terminaría quitándome el resto de mi infancia. ¿Es cierto que nuestro destino ya está escrito y es imposible cambiarlo? No lo sé y espero poder encontrar la respuesta pronto.
    —Fue en ese mismo momento en donde supe toda la verdad. Debía dejar todo lo que amaba para empezar un entrenamiento que seguramente terminaría quitándome el resto de mi infancia. ¿Es cierto que nuestro destino ya está escrito y es imposible cambiarlo? No lo sé y espero poder encontrar la respuesta pronto.
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  • Después de un día colmado de pequeños placeres —tan sencillos como respirar sin preocupaciones o reírse al ver la forma absurda en que caen los pétalos del almendro—, la diosa se recostó al fin en el mundo que más le pertenecía: los sueños. No los de los mortales, no los impuestos por los dioses... sino aquellos que brotaban de su corazón eterno, que brillaban con el mismo color dorado del néctar que solía servir en los banquetes del Olimpo.

    Sus pies apenas rozaban la nada. Una nube dorada le sirvió de trono, mullida y tibia, mientras los dados de Hermes danzaban a su alrededor como luciérnagas juguetonas, lanzando destellos de buena suerte, de infancia, de travesura divina.

    Con una sonrisa suave, casi traviesa, invocó a su compañera más leal: la pequeña lira, que apareció entre sus manos como si hubiera estado esperándola. Sus dedos tocaron las cuerdas con ternura, y el sonido que brotó no fue nota ni palabra. Fue una brisa de luz rozando campanillas de cristal en descenso, un saludo cálido desde el alma misma del amanecer.

    Inspiró hondo, y el tamborileo de su corazón marcó el compás como golpecitos en la superficie de un estanque dormido.

    «Dices que nadie te sueña~ Dices que nadie te adora~ mmm~ Entonces me pregunto: ¿Qué soy yo entonces?»

    Su voz no era de este mundo. Tenía la textura del azúcar derretida bajo el sol, la resonancia de un recuerdo que siempre hace sonreír.

    Las cuerdas respondieron a su canto con un juego encantado: sonaron como el tintinear de cucharas de plata chocando suavemente en una cocina celestial, curiosas, como niños que observan al dios solitario desde la distancia.

    «Dices que no puedes soñar~ entonces te invito hoy, a soñar conmigo, querido Morfeo~»

    Aquel nombre fue pronunciado como si fuera un regalo envuelto en cintas de luz. Y la lira se volvió puro murmullo: el suspiro de una estrella cayendo al mar, una brizna de viento que pasa entre cortinas de lino en una siesta de verano. Los sonidos se enroscaban como humo dorado, ascendiendo y envolviendo el firmamento con una dulzura tan pura que rompía.

    «Gracias por tanto, yo~ quisiera darte mil oportunidades de soñar, soña-ar ar~»

    Sus dedos no tocaban cuerdas: acariciaban cuencos de cristal flotando sobre agua tibia, cada vibración una ofrenda de esperanza, cada acorde un pétalo lanzado al altar invisible de un dios olvidado.

    Pensó en él: en su sombra distante, en su andar sereno, en ese peso de eternidad que a veces ella podía ver en sus ojos —cuando nadie lo notaba—. Y al recordar su infancia, cuando Morfeo era un dios lejano y silencioso, las notas se volvieron más íntimas: como el crujido de una caja de música olvidada, como la risa que no se escucha pero se intuye en el eco de un sueño.

    «Ahora ya no soy tan pequeña, y creo que entiendo que la eternidad que padeces no es tan divertida como la mía...»

    Las cuerdas respondieron como cintas de seda que se desenrollan en el aire, girando suaves sobre columnas de luz.

    «…así que~ te propongo disfrutar de mi lugar para intentar ir un poco en contra de las reglas, sé rebelde, sé libre y disfruta de mi luz...»

    El ritmo cambió, y por un instante, fue el galopar lento de un unicornio sobre campos de algodón, tan suave como la risa de un ser amado al volver del olvido.

    El manto de Morfeo que la había cubierto todo su sueño diurno y actual, aunque ausente aun sin el presente, se sentía cerca. Como si su presencia se moldeara entre cada acorde, cada respiro, cada palabra.

    «Disfruta la canción, mi lira y la sensación, que hoy te toca soñar despierto a ti, protector de ensueño~»

    Y al final, su voz se volvió plegaria:
    una gota de miel cayendo sobre la herida más escondida,
    un beso sin labios,
    una estrella que no muere,
    una caricia que no pide nada.

    «Tal vez no sea un sueño físico... Tal vez~ no es lo que pensabas...
    Pero... aunque sea déjame soñar contigo, y soñar que te dejas querer un poquito más~»

    La última nota no se oyó. SE SINTIÓ.
    Como si el universo contuviera el aliento por un instante.
    Esperaba que pudiera siquiera conseguir ser un dios dormido, y que aunque, le hubiese causado motivos para sonreír, en un tiempo ya finalizando el día cotidiano.
    Después de un día colmado de pequeños placeres —tan sencillos como respirar sin preocupaciones o reírse al ver la forma absurda en que caen los pétalos del almendro—, la diosa se recostó al fin en el mundo que más le pertenecía: los sueños. No los de los mortales, no los impuestos por los dioses... sino aquellos que brotaban de su corazón eterno, que brillaban con el mismo color dorado del néctar que solía servir en los banquetes del Olimpo. Sus pies apenas rozaban la nada. Una nube dorada le sirvió de trono, mullida y tibia, mientras los dados de Hermes danzaban a su alrededor como luciérnagas juguetonas, lanzando destellos de buena suerte, de infancia, de travesura divina. Con una sonrisa suave, casi traviesa, invocó a su compañera más leal: la pequeña lira, que apareció entre sus manos como si hubiera estado esperándola. Sus dedos tocaron las cuerdas con ternura, y el sonido que brotó no fue nota ni palabra. Fue una brisa de luz rozando campanillas de cristal en descenso, un saludo cálido desde el alma misma del amanecer. Inspiró hondo, y el tamborileo de su corazón marcó el compás como golpecitos en la superficie de un estanque dormido. «Dices que nadie te sueña~ Dices que nadie te adora~ mmm~ Entonces me pregunto: ¿Qué soy yo entonces?» Su voz no era de este mundo. Tenía la textura del azúcar derretida bajo el sol, la resonancia de un recuerdo que siempre hace sonreír. Las cuerdas respondieron a su canto con un juego encantado: sonaron como el tintinear de cucharas de plata chocando suavemente en una cocina celestial, curiosas, como niños que observan al dios solitario desde la distancia. «Dices que no puedes soñar~ entonces te invito hoy, a soñar conmigo, querido Morfeo~» Aquel nombre fue pronunciado como si fuera un regalo envuelto en cintas de luz. Y la lira se volvió puro murmullo: el suspiro de una estrella cayendo al mar, una brizna de viento que pasa entre cortinas de lino en una siesta de verano. Los sonidos se enroscaban como humo dorado, ascendiendo y envolviendo el firmamento con una dulzura tan pura que rompía. «Gracias por tanto, yo~ quisiera darte mil oportunidades de soñar, soña-ar ar~» Sus dedos no tocaban cuerdas: acariciaban cuencos de cristal flotando sobre agua tibia, cada vibración una ofrenda de esperanza, cada acorde un pétalo lanzado al altar invisible de un dios olvidado. Pensó en él: en su sombra distante, en su andar sereno, en ese peso de eternidad que a veces ella podía ver en sus ojos —cuando nadie lo notaba—. Y al recordar su infancia, cuando Morfeo era un dios lejano y silencioso, las notas se volvieron más íntimas: como el crujido de una caja de música olvidada, como la risa que no se escucha pero se intuye en el eco de un sueño. «Ahora ya no soy tan pequeña, y creo que entiendo que la eternidad que padeces no es tan divertida como la mía...» Las cuerdas respondieron como cintas de seda que se desenrollan en el aire, girando suaves sobre columnas de luz. «…así que~ te propongo disfrutar de mi lugar para intentar ir un poco en contra de las reglas, sé rebelde, sé libre y disfruta de mi luz...» El ritmo cambió, y por un instante, fue el galopar lento de un unicornio sobre campos de algodón, tan suave como la risa de un ser amado al volver del olvido. El manto de Morfeo que la había cubierto todo su sueño diurno y actual, aunque ausente aun sin el presente, se sentía cerca. Como si su presencia se moldeara entre cada acorde, cada respiro, cada palabra. «Disfruta la canción, mi lira y la sensación, que hoy te toca soñar despierto a ti, protector de ensueño~» Y al final, su voz se volvió plegaria: una gota de miel cayendo sobre la herida más escondida, un beso sin labios, una estrella que no muere, una caricia que no pide nada. «Tal vez no sea un sueño físico... Tal vez~ no es lo que pensabas... Pero... aunque sea déjame soñar contigo, y soñar que te dejas querer un poquito más~» La última nota no se oyó. SE SINTIÓ. Como si el universo contuviera el aliento por un instante. Esperaba que pudiera siquiera conseguir ser un dios dormido, y que aunque, le hubiese causado motivos para sonreír, en un tiempo ya finalizando el día cotidiano.
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  • Encontrarse a una misma era una tarea complicada para cualquiera. Había quien desde la infancia ya tenia muy claro donde quería enfocar su vida adulta. Los habia que se encontraban a si mismos en la adolescencia... Los habia quien nunca eran capaces de hacerlo y... luego estaba Nora.


    Acababan de devolverle su vida y ahora, por mucha seguridad en si misma que estaba demostrando, por mucho que hubiera aprendido, por mucho que hubiera avanzado... se sentía infinitamente perdida. Había recuperado, después de quince años, las riendas de su vida y cada paso que daba... le hacía sentir absoluto pánico... Porque... ¿estaría tomando las decisiones correctas?

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ #SeductiveSunday

    ㅤㅤㅤㅤㅤ #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    Encontrarse a una misma era una tarea complicada para cualquiera. Había quien desde la infancia ya tenia muy claro donde quería enfocar su vida adulta. Los habia que se encontraban a si mismos en la adolescencia... Los habia quien nunca eran capaces de hacerlo y... luego estaba Nora. Acababan de devolverle su vida y ahora, por mucha seguridad en si misma que estaba demostrando, por mucho que hubiera aprendido, por mucho que hubiera avanzado... se sentía infinitamente perdida. Había recuperado, después de quince años, las riendas de su vida y cada paso que daba... le hacía sentir absoluto pánico... Porque... ¿estaría tomando las decisiones correctas? ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ #SeductiveSunday ㅤㅤㅤㅤㅤ #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • Un sudor frío recorre la espalda del pelinegro mientras se mueve inquieto en la cama. Después de tomarse un par de pastillas para dormir con un vaso de whisky, se sumió en un sueño inquieto provocado por las imágenes que su cerebro ha conjurado para torturarle esa noche.

    Reconocía la habitación, era del Motel Lotus en Londres, hacía frío y afuera llovía a cántaros, normal en Londres, la habitación olía a humo de cigarro, whisky y colonia para hombre barata; en toda la habitación había envolturas de comida rápida, envases con comida aún en el interior, en la cama, yacía un muchacho de no más de 14 años, aparentemente dormía, sin embargo, al acercarse más, era evidente que lloraba pero apenas eran perceptibles sus sollozos, era como si no quisiera que nadie lo escuchara. En el baño de la habitación, una voz masculina canturreaba una alegre melodía mientras corría el agua de la ducha. El cuerpo del muchachito en la cama se sobresaltó cuando la puerta de abrió revelando al hombre que se encontraba ahí dentro, era un hombre joven, de unos 20, 30 años, rubio, con demasiados tatuajes en los brazos. Mientras se arreglaba, no prestaba atención al chico en su cama quién sólo intentaba no llamar la atención.

    — Vamos, pequeña zorra, ¿a caso estás llorando?, ay por favor, no me digas que te dolió...— se burló el mayor mirando de reojo la menuda figura que se aferraba a las cobijas como si fueran un escudo.

    Matthew quería salir de ahí, pero sus pies no sé movían, era como si su inconsciente lo estuviera obligando a quedarse ahí, a mirar y escuchar.

    — Cuando tu padre me dijo que podía jugar contigo, jamás me dijo que fueras una perra tan dramática...además, por la forma en que gemías se notó que lo disfrutaste, ¿o lo vas a negar?

    — Y...yo...n-no lo dis...disfruté...— dijo el pelinegro en la cama y entonces, Matt gritó con fuerza al reconocer su propia voz, era su voz, era...era él...— q...quiero irme a casa...— pidió el menor mientras se incorporaba haciendo una mueca de dolor. Y ahí, Matt se vio a sí mismo, a sus 14 años, su rostro daba pena, tenía moretones en las mejillas, los labios partidos y un par de cortes en las mejillas, el resto de su cuerpo no estaba en mejor estado, tenía marcas y golpes por todos lados y lo peor, lo peor estaba entre sus piernas, al quitarse las sábanas de encima, Matt pudo ver restos de sangre en las sábanas de la cama y entre sus piernas, además de otros fluídos que no hacía falta ser un genio para saber qué eran. El hombre lo miró y se rió como si el hecho de haberlo lastimado fuera la fuente de una inmensa alegría.

    Matt quiso correr pero no podía, estaba petrificado, quería dejar de mirar...de recordar, entonces, las paredes se empezaron a diluir como pintura bajo el agua, la escena cambió, ahora podía verse a sí mismo nuevamente pero el lugar era diferente, está vez se trataba de una habitación limpia, ordenada, podría decirse que incluso había cierta elegancia y lujo en ella, Matt ya no era un niño, era un adolescente de 16 años y Matt reconoció la escena, fue un par de meses antes de asesinar a su padre. El hombre que se encontraba ahí era el mismo de la primera escena pero había algo diferente, en esta ocasión, Matthew estaba porque quería.

    — Entonces dime, Logan...¿me vas a dar lo que te pedí?, sabes que te lo pagaré bien...— decía Matt mientras sus dedos jugaban con la corbata ajena. — Sólo necesito que me dejes el tiempo suficiente para hacer lo que debo hacer y nadie lo sabrá, sólo tú y yo...¿qué dices?

    Logan...hacía años que no recordaba ese nombre...su mente lo había 'bloqueado' como muchos recuerdos de su infancia y adolescencia.

    — Lo que quieres, pequeña putilla es que te ayude a matar al jefe y sabes lo que eso significa, ¿cierto?

    — Lo sé, pero no lo harás tú, lo haré yo, además...dijiste que, a cambio de qué follara contigo, me darías lo que quisiera, ¿lo olvidaste?

    — No, no lo he olvidado y has cumplido bien tu parte del trato, mejor que bien...— dijo Logan mirando con lujuria el cuerpo de Matt.

    — Entonces, dame lo que quiero y piénsalo, cuando mi padre esté muerto, tú ocuparás su lugar y ya sabes cómo me excitan los hombres con poder...ayúdame...— dijo Matthew mientras empezaba a desnudarse.

    Logan, sin más reparos, se abalanzó sobre él y comenzó a cogerlo sin más nada, con fuerza, haciéndole daño, Matt soportó aquello como lo había hecho durante los últimos años tan sólo por obtener un par de minutos sin la seguridad que rodeaba a su padre para deshacerse de él. En ese momento, en su mente empezaron a aparecer imagénes de los años en los que prácticamente fue la ' puta ' de Logan y, cuando sintió ganas de vomitar, despertó...

    — Ya no falta mucho...— murmuró para sí mismo, habían localizo al hombre que, después de verlo asesinar a su padre había huido sabiendo que Matthew jamás perdonaría lo que le había hecho pudiera perdonar las cosas que le había hecho a él y estaba en lo cierto. Durante los últimos 16 años, lo había buscado tan sólo para matarlo, a él y a todos los que habían abusado de él prometiéndole una ayuda que jamás llegó...la mayoría ya estaban muertos, pero era el turno de Logan...
    Un sudor frío recorre la espalda del pelinegro mientras se mueve inquieto en la cama. Después de tomarse un par de pastillas para dormir con un vaso de whisky, se sumió en un sueño inquieto provocado por las imágenes que su cerebro ha conjurado para torturarle esa noche. Reconocía la habitación, era del Motel Lotus en Londres, hacía frío y afuera llovía a cántaros, normal en Londres, la habitación olía a humo de cigarro, whisky y colonia para hombre barata; en toda la habitación había envolturas de comida rápida, envases con comida aún en el interior, en la cama, yacía un muchacho de no más de 14 años, aparentemente dormía, sin embargo, al acercarse más, era evidente que lloraba pero apenas eran perceptibles sus sollozos, era como si no quisiera que nadie lo escuchara. En el baño de la habitación, una voz masculina canturreaba una alegre melodía mientras corría el agua de la ducha. El cuerpo del muchachito en la cama se sobresaltó cuando la puerta de abrió revelando al hombre que se encontraba ahí dentro, era un hombre joven, de unos 20, 30 años, rubio, con demasiados tatuajes en los brazos. Mientras se arreglaba, no prestaba atención al chico en su cama quién sólo intentaba no llamar la atención. — Vamos, pequeña zorra, ¿a caso estás llorando?, ay por favor, no me digas que te dolió...— se burló el mayor mirando de reojo la menuda figura que se aferraba a las cobijas como si fueran un escudo. Matthew quería salir de ahí, pero sus pies no sé movían, era como si su inconsciente lo estuviera obligando a quedarse ahí, a mirar y escuchar. — Cuando tu padre me dijo que podía jugar contigo, jamás me dijo que fueras una perra tan dramática...además, por la forma en que gemías se notó que lo disfrutaste, ¿o lo vas a negar? — Y...yo...n-no lo dis...disfruté...— dijo el pelinegro en la cama y entonces, Matt gritó con fuerza al reconocer su propia voz, era su voz, era...era él...— q...quiero irme a casa...— pidió el menor mientras se incorporaba haciendo una mueca de dolor. Y ahí, Matt se vio a sí mismo, a sus 14 años, su rostro daba pena, tenía moretones en las mejillas, los labios partidos y un par de cortes en las mejillas, el resto de su cuerpo no estaba en mejor estado, tenía marcas y golpes por todos lados y lo peor, lo peor estaba entre sus piernas, al quitarse las sábanas de encima, Matt pudo ver restos de sangre en las sábanas de la cama y entre sus piernas, además de otros fluídos que no hacía falta ser un genio para saber qué eran. El hombre lo miró y se rió como si el hecho de haberlo lastimado fuera la fuente de una inmensa alegría. Matt quiso correr pero no podía, estaba petrificado, quería dejar de mirar...de recordar, entonces, las paredes se empezaron a diluir como pintura bajo el agua, la escena cambió, ahora podía verse a sí mismo nuevamente pero el lugar era diferente, está vez se trataba de una habitación limpia, ordenada, podría decirse que incluso había cierta elegancia y lujo en ella, Matt ya no era un niño, era un adolescente de 16 años y Matt reconoció la escena, fue un par de meses antes de asesinar a su padre. El hombre que se encontraba ahí era el mismo de la primera escena pero había algo diferente, en esta ocasión, Matthew estaba porque quería. — Entonces dime, Logan...¿me vas a dar lo que te pedí?, sabes que te lo pagaré bien...— decía Matt mientras sus dedos jugaban con la corbata ajena. — Sólo necesito que me dejes el tiempo suficiente para hacer lo que debo hacer y nadie lo sabrá, sólo tú y yo...¿qué dices? Logan...hacía años que no recordaba ese nombre...su mente lo había 'bloqueado' como muchos recuerdos de su infancia y adolescencia. — Lo que quieres, pequeña putilla es que te ayude a matar al jefe y sabes lo que eso significa, ¿cierto? — Lo sé, pero no lo harás tú, lo haré yo, además...dijiste que, a cambio de qué follara contigo, me darías lo que quisiera, ¿lo olvidaste? — No, no lo he olvidado y has cumplido bien tu parte del trato, mejor que bien...— dijo Logan mirando con lujuria el cuerpo de Matt. — Entonces, dame lo que quiero y piénsalo, cuando mi padre esté muerto, tú ocuparás su lugar y ya sabes cómo me excitan los hombres con poder...ayúdame...— dijo Matthew mientras empezaba a desnudarse. Logan, sin más reparos, se abalanzó sobre él y comenzó a cogerlo sin más nada, con fuerza, haciéndole daño, Matt soportó aquello como lo había hecho durante los últimos años tan sólo por obtener un par de minutos sin la seguridad que rodeaba a su padre para deshacerse de él. En ese momento, en su mente empezaron a aparecer imagénes de los años en los que prácticamente fue la ' puta ' de Logan y, cuando sintió ganas de vomitar, despertó... — Ya no falta mucho...— murmuró para sí mismo, habían localizo al hombre que, después de verlo asesinar a su padre había huido sabiendo que Matthew jamás perdonaría lo que le había hecho pudiera perdonar las cosas que le había hecho a él y estaba en lo cierto. Durante los últimos 16 años, lo había buscado tan sólo para matarlo, a él y a todos los que habían abusado de él prometiéndole una ayuda que jamás llegó...la mayoría ya estaban muertos, pero era el turno de Logan...
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  • Recuerdos de la infancia.

    Kyo siempre fue un joven retraído con problemas de comunicación. El ambiente donde creció no fue el mejor, su padre borracho y su madre apostadora (de ahí sus deudas) ninguno le daba atención por más que su rostro estuviese hecho mierda.

    Objetivo de bullying. Objetivo de burlas. Objetivo de juegos. Recuerda que su primer novia fue por una apuesta. Su mejor amigo de ese entonces, le dió la espalda cuando los agresores lo llevaron detrás de las gradas. Palizas y más palizas.

    Llegó un punto donde empezó a creer que toda la mala suerte estaba sobre él. Ni los animales se le acercaban, no era más que un personaje de fondo, un escalón para los protagonistas.

    Ahora que Kyo desapareció de la historia, ese cuento se siente vacío y sin sentido. ¿Cuál era la lección detrás de tanto pesar?. ¿Porqué se volvió terapeuta?. ¿Para sanar la parte rota de su corazón?.

    Lo único que tiene claro es que si viera a toda esa bola de granujas pidiendo auxilio, levantaría el mentón y los dejaría ahogarse en su mierda. Oh sí, el Kyo actual había desaparecido y su reemplazo no se andaba con juegos.
    Recuerdos de la infancia. Kyo siempre fue un joven retraído con problemas de comunicación. El ambiente donde creció no fue el mejor, su padre borracho y su madre apostadora (de ahí sus deudas) ninguno le daba atención por más que su rostro estuviese hecho mierda. Objetivo de bullying. Objetivo de burlas. Objetivo de juegos. Recuerda que su primer novia fue por una apuesta. Su mejor amigo de ese entonces, le dió la espalda cuando los agresores lo llevaron detrás de las gradas. Palizas y más palizas. Llegó un punto donde empezó a creer que toda la mala suerte estaba sobre él. Ni los animales se le acercaban, no era más que un personaje de fondo, un escalón para los protagonistas. Ahora que Kyo desapareció de la historia, ese cuento se siente vacío y sin sentido. ¿Cuál era la lección detrás de tanto pesar?. ¿Porqué se volvió terapeuta?. ¿Para sanar la parte rota de su corazón?. Lo único que tiene claro es que si viera a toda esa bola de granujas pidiendo auxilio, levantaría el mentón y los dejaría ahogarse en su mierda. Oh sí, el Kyo actual había desaparecido y su reemplazo no se andaba con juegos.
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  • Matsunaga Okiko (松永 沖子)

    Edad: 42 años
    Estatura: 1.55 m
    Cabello: Negro azabache, ondulado, largo hasta la mitad de la espalda. Siempre recogido.
    Ojos: Negros como tinta, serenos y profundos. Su mirada evoca nostalgia por una época a la que se le tienr añoranza.
    Vestimenta: Tradicional, yukata, kimono o vestidos bastante conservadores.

    Apariencia y Estilo:
    Okiko viste con ropas tradicionales japonesas, generalmente kimonos de algodón en tonos suaves o apagados: añil, gris, verde musgo. Siempre impecable, pero sin adornos innecesarios. Su andar es silencioso, descalza en su restaurante, como si flotara entre las mesas. No lleva perfume, pero huele a arroz recién cocido, a miso y a flores de campo.


    Personalidad: Es una mujer de la era moderna con el alma de la era Edo.
    Es extremadamente callada, pero su silencio nunca incomoda… al contrario, da paz. Habla con gestos, con acciones pequeñas: una toalla húmeda y cálida para limpiar tus manos, una taza que aparece sin que la pidas, una manta cuando te ve temblar, una servilleta doblada con esmero al lado de tus lágrimas.

    Okiko es una figura maternal universal, aunque nunca haya tenido hijos propios. Cada cliente es su hijo adoptivo sin saberlo. Se nota en cómo los observa, cómo recuerda qué le duele a cada uno sin que se lo digan.

    No alza la voz. No sermonea. Pero su presencia impone una calma tan profunda que hasta el más ruidoso guarda silencio cuando ella entra.


    Historia personal:
    Nació en una pequeña aldea de montaña, donde la pérdida y la responsabilidad llegaron temprano. Su madre murió joven, y Okiko fue hermana, hija y madre para los demás. Nunca se casó. Nunca lo necesitó. Dicen que tuvo un gran amor, pero lo enterró en su corazón sin palabras.

    Se trasladó a Tokio en silencio y abrió un restaurante pequeño, de esos que solo se encuentran si los necesitas. Y si los necesitas, ella ya lo sabe.


    》Dueña del Restaurante
    "Yoru no Haha"
    (La Madre de la Noche):

    Solo abre de noche, entre la medianoche y cierra a las 6:45 a.m.
    El restaurante no tiene cartel. Las personas que entran son almas en búsqueda: de consuelo, de hogar, de alguien que no los juzgue.

    Sus recetas son humildes, casi siempre platos de la infancia japonesa: sopa de miso con arroz, nikujaga, tamagoyaki, pescado a la parrilla. Pero cada bocado es como una caricia al alma. No cocina para impresionar… cocina para sanar.

    A veces, simplemente un gesto leve… una taza empujada suavemente hacia ti, como diciendo “te entiendo, no hables aún.”
    Matsunaga Okiko (松永 沖子) Edad: 42 años Estatura: 1.55 m Cabello: Negro azabache, ondulado, largo hasta la mitad de la espalda. Siempre recogido. Ojos: Negros como tinta, serenos y profundos. Su mirada evoca nostalgia por una época a la que se le tienr añoranza. Vestimenta: Tradicional, yukata, kimono o vestidos bastante conservadores. Apariencia y Estilo: Okiko viste con ropas tradicionales japonesas, generalmente kimonos de algodón en tonos suaves o apagados: añil, gris, verde musgo. Siempre impecable, pero sin adornos innecesarios. Su andar es silencioso, descalza en su restaurante, como si flotara entre las mesas. No lleva perfume, pero huele a arroz recién cocido, a miso y a flores de campo. Personalidad: Es una mujer de la era moderna con el alma de la era Edo. Es extremadamente callada, pero su silencio nunca incomoda… al contrario, da paz. Habla con gestos, con acciones pequeñas: una toalla húmeda y cálida para limpiar tus manos, una taza que aparece sin que la pidas, una manta cuando te ve temblar, una servilleta doblada con esmero al lado de tus lágrimas. Okiko es una figura maternal universal, aunque nunca haya tenido hijos propios. Cada cliente es su hijo adoptivo sin saberlo. Se nota en cómo los observa, cómo recuerda qué le duele a cada uno sin que se lo digan. No alza la voz. No sermonea. Pero su presencia impone una calma tan profunda que hasta el más ruidoso guarda silencio cuando ella entra. Historia personal: Nació en una pequeña aldea de montaña, donde la pérdida y la responsabilidad llegaron temprano. Su madre murió joven, y Okiko fue hermana, hija y madre para los demás. Nunca se casó. Nunca lo necesitó. Dicen que tuvo un gran amor, pero lo enterró en su corazón sin palabras. Se trasladó a Tokio en silencio y abrió un restaurante pequeño, de esos que solo se encuentran si los necesitas. Y si los necesitas, ella ya lo sabe. 》Dueña del Restaurante "Yoru no Haha" (La Madre de la Noche): Solo abre de noche, entre la medianoche y cierra a las 6:45 a.m. El restaurante no tiene cartel. Las personas que entran son almas en búsqueda: de consuelo, de hogar, de alguien que no los juzgue. Sus recetas son humildes, casi siempre platos de la infancia japonesa: sopa de miso con arroz, nikujaga, tamagoyaki, pescado a la parrilla. Pero cada bocado es como una caricia al alma. No cocina para impresionar… cocina para sanar. A veces, simplemente un gesto leve… una taza empujada suavemente hacia ti, como diciendo “te entiendo, no hables aún.”
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ↓↓↓ ¡He iniciado la historia de Anna para que entendáis su infancia! ↓↓↓
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    Infancia disfrutada por Anna Parte 1. (Cuidando lobos por la plata)
    Anna nació el 1 de Noviembre del 2003. Una familia bastante querida entre Rose y Joseph, esta familia permaneció juntas con los recuerdos más bonitos hasta que la peque llegase a los 9 años de edad.Uno de los recuerdos más preciosos, fue cuando su padre Joseph le llevaba al bosque a ver a los lobos y un dia de esos. Encontraron algo que no pudo siquiera...
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  • Te regalo un beso.. pero no un beso cualquiera, un beso al alma, uno de esos que no quieres pero necesitas, porque nadie me lo pidió, ha salido del fondo de mi acerado corazón, es de acero pero nunca dije que no estuviera latiendo, para vos la luna, mariposa y flor, un beso al alma y con el los mejores recuerdos de tu infancia, una sonrisa que nace sincera sin razón solo porque si, te has dado cuenta que vales más que todas las estrellas juntas incluyendo el millar de soles y la infinidad de lunas, entonces te enojas porque me conociste y sonríes porque existo, algo dulce para el día y esa lluvia que cae con truenos y oscurece el cielo es cómplice de mi y al manifestarse piensas que yo estoy ahí, en las nubes pelando con alguna de las muchas criaturas que yo mismo construí, que yo imaginé cuando vaga en días donde te extrañaba, te regalo mi presencia cuando sientas un tanto de ausencia, ahí está mi beso, como el viento, como canción, como una mirada de mis ojos oscuros que me pertenece solo a mi y no se parece a nada más, te regalo un beso en nombre de cada nombre que me dieron y por aquellos que me invente, por mis máscaras, del tiempo que he recibido estoy en todo agradecido, todo es para bien, te regalo el verso del beso del alma porque quiero y porque puedo y es mi deseo, vives tu vive mi alma y Basilia tiene una razón para existir, beso mío en tu cajón de los secretos, por mi causa esa sonrisa que por nada se motiva .
    Te regalo un beso.. pero no un beso cualquiera, un beso al alma, uno de esos que no quieres pero necesitas, porque nadie me lo pidió, ha salido del fondo de mi acerado corazón, es de acero pero nunca dije que no estuviera latiendo, para vos la luna, mariposa y flor, un beso al alma y con el los mejores recuerdos de tu infancia, una sonrisa que nace sincera sin razón solo porque si, te has dado cuenta que vales más que todas las estrellas juntas incluyendo el millar de soles y la infinidad de lunas, entonces te enojas porque me conociste y sonríes porque existo, algo dulce para el día y esa lluvia que cae con truenos y oscurece el cielo es cómplice de mi y al manifestarse piensas que yo estoy ahí, en las nubes pelando con alguna de las muchas criaturas que yo mismo construí, que yo imaginé cuando vaga en días donde te extrañaba, te regalo mi presencia cuando sientas un tanto de ausencia, ahí está mi beso, como el viento, como canción, como una mirada de mis ojos oscuros que me pertenece solo a mi y no se parece a nada más, te regalo un beso en nombre de cada nombre que me dieron y por aquellos que me invente, por mis máscaras, del tiempo que he recibido estoy en todo agradecido, todo es para bien, te regalo el verso del beso del alma porque quiero y porque puedo y es mi deseo, vives tu vive mi alma y Basilia tiene una razón para existir, beso mío en tu cajón de los secretos, por mi causa esa sonrisa que por nada se motiva .
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  • "Something wicked this way comes"
    Fandom Harry Potter || OC
    Categoría Drama
    ㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤsᴏᴍᴇᴛʜɪɴɢ ᴡɪᴄᴋᴇᴅ
    ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤ ˹ Orion Pussett
    ㅤㅤ

    ㅤㅤㅤㅤMe gustaría contaros que desde aquel día todo fue perfecto para Nora y Orión, pero nada más lejos de la realidad. Pareció que, aquella primera noche que compartieron juntos marcaria el comienzo del final de su breve historia de amor. Lo que debió haber sido el renacimiento de su vida en pareja, en realidad terminó alejándolos más todavía…

    Durante aquellas semanas, Nora continuó sus clases con Brandon quien, después de algunos dias de visitar la casa del auror había terminado trasladando sus clases a un “entorno más privado” sacando asi a Nora de casa del auror. Escogió, en un principio, su propio apartamento como espacio para darle aquellas clases y cuando, según él, el poder de Nora se volvió mucho más fuerte “encontró”, casualmente, una sala de entrenamiento apropiada. Que no era más que el lugar donde se había estado escondiendo durante años y el cual había estado preparando para realizar un terrible hechizo. Era un espacio lo suficientemente preparado mágicamente para resistir el embite de miles de voltios de energía mágica concentrada. Por eso sabía que la sala soportaría cualquier hechizo de Nora. Estaba totalmente preparada para ella… Su propia cárcel personal.

    El día de los exámenes extraoficiales de Nora llegó sin que ella se diera ni cuenta y, a pesar de las dudas del Ministerio, la bruja logró pasarlos con increible facilidad. Tanta que resultaba hasta preocupante. Una bruja encerrada durante años en un sótano había conseguido ponerse al nivel, e incluso superarlo, de un mago de diecisiete años formado mágicamente desde su más tierna infancia. Y, mientras Nora celebraba su éxito, Orión era reclamado en la oficina del Ministro de Magia donde se reunió con el Ministro, el Jefe de Aurores y Minerva McGonagall, todos infinitamente preocupados por el enorme avance de Nora en aquellos escasos meses.

    Nora esperaba impaciente en la sala de espera de la planta donde se encontraba el despacho del Ministro de Magia. Estaba deseando festejar su éxito rotundo con Orión, a pesar de todo. Estaba eufórica. Tanto que cuando Brandon apareció a su espalda, la chiquilla se lanzó a sus brazos.

    -¡Lo he conseguido! -dijo tras separarse de él y enseñarle el pergamino donde la pulcra letra de color esmeralda de Minerva McGonagall confirmaba que había conseguido la categoría de “Excelente” en cada uno de sus TIMOS y EXTASIS- ¡Ya soy una bruja de pleno derecho! -exclamó- Orión cree que puedo conseguir trabajo en la oficina de Aurores y…

    Brandon dejó ir una risa entre dientes.

    -¿Crees que tu destino es ser auror, Eleonora? -preguntó enarcando una de sus cejas- No… Tú estás hecha para cosas más grandes… Mucho más grandes… pero sigues conformándote con las migajas… Sigues conformándote con una vida sencilla cuando estás hecha para brillar, para cambiar el mundo a tu antojo…

    Nora abrió los labios intentando decir algo, pero Brandon no le dejó continuar.

    -Cuando te des cuenta de que ese Auror sigue intentando retenerte, cuando seas consciente de que solo te está lastrando… ven a verme… Mientras tanto… Enhorabuena, Nora….
    Y tuvo a bien desaparecer de aquel pasillo antes de que la puerta de la Oficina del Ministro se abriera… Sabia muy bien como jugar sus cartas. Sabia muy bien como manipular a una joven bruja…



    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤsᴏᴍᴇᴛʜɪɴɢ ᴡɪᴄᴋᴇᴅ ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤ ˹ [OPussett] ㅤㅤ ㅤ ㅤㅤㅤㅤMe gustaría contaros que desde aquel día todo fue perfecto para Nora y Orión, pero nada más lejos de la realidad. Pareció que, aquella primera noche que compartieron juntos marcaria el comienzo del final de su breve historia de amor. Lo que debió haber sido el renacimiento de su vida en pareja, en realidad terminó alejándolos más todavía… Durante aquellas semanas, Nora continuó sus clases con Brandon quien, después de algunos dias de visitar la casa del auror había terminado trasladando sus clases a un “entorno más privado” sacando asi a Nora de casa del auror. Escogió, en un principio, su propio apartamento como espacio para darle aquellas clases y cuando, según él, el poder de Nora se volvió mucho más fuerte “encontró”, casualmente, una sala de entrenamiento apropiada. Que no era más que el lugar donde se había estado escondiendo durante años y el cual había estado preparando para realizar un terrible hechizo. Era un espacio lo suficientemente preparado mágicamente para resistir el embite de miles de voltios de energía mágica concentrada. Por eso sabía que la sala soportaría cualquier hechizo de Nora. Estaba totalmente preparada para ella… Su propia cárcel personal. El día de los exámenes extraoficiales de Nora llegó sin que ella se diera ni cuenta y, a pesar de las dudas del Ministerio, la bruja logró pasarlos con increible facilidad. Tanta que resultaba hasta preocupante. Una bruja encerrada durante años en un sótano había conseguido ponerse al nivel, e incluso superarlo, de un mago de diecisiete años formado mágicamente desde su más tierna infancia. Y, mientras Nora celebraba su éxito, Orión era reclamado en la oficina del Ministro de Magia donde se reunió con el Ministro, el Jefe de Aurores y Minerva McGonagall, todos infinitamente preocupados por el enorme avance de Nora en aquellos escasos meses. Nora esperaba impaciente en la sala de espera de la planta donde se encontraba el despacho del Ministro de Magia. Estaba deseando festejar su éxito rotundo con Orión, a pesar de todo. Estaba eufórica. Tanto que cuando Brandon apareció a su espalda, la chiquilla se lanzó a sus brazos. -¡Lo he conseguido! -dijo tras separarse de él y enseñarle el pergamino donde la pulcra letra de color esmeralda de Minerva McGonagall confirmaba que había conseguido la categoría de “Excelente” en cada uno de sus TIMOS y EXTASIS- ¡Ya soy una bruja de pleno derecho! -exclamó- Orión cree que puedo conseguir trabajo en la oficina de Aurores y… Brandon dejó ir una risa entre dientes. -¿Crees que tu destino es ser auror, Eleonora? -preguntó enarcando una de sus cejas- No… Tú estás hecha para cosas más grandes… Mucho más grandes… pero sigues conformándote con las migajas… Sigues conformándote con una vida sencilla cuando estás hecha para brillar, para cambiar el mundo a tu antojo… Nora abrió los labios intentando decir algo, pero Brandon no le dejó continuar. -Cuando te des cuenta de que ese Auror sigue intentando retenerte, cuando seas consciente de que solo te está lastrando… ven a verme… Mientras tanto… Enhorabuena, Nora…. Y tuvo a bien desaparecer de aquel pasillo antes de que la puerta de la Oficina del Ministro se abriera… Sabia muy bien como jugar sus cartas. Sabia muy bien como manipular a una joven bruja… #Personajes3D #3D #Comunidad3D ㅤ
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  • {Ghost caminaba tranquilamente por una carretera desierta cuando, de repente, una figura cayó del cielo con un estruendoso **¡PLOF!** justo a su lado, dejando un pequeño cráter en el asfalto. Con total naturalidad, Ghost se agachó para ver a la persona, que aún estaba sacudiéndose el polvo y tratando de entender qué había pasado}.

    ★ "¡Vaya, vaya! ¡Cuánto tiempo! Han pasado **EONES** desde la última vez que alguien cayó de la realidad. Pensé que ya nadie se perdía de esa manera… Felicidades, eres un clásico.”

    {El individuo, aún en shock, intentó balbucear algo, pero Ghost ya estaba dándole unas palmadas en la espalda con confianza}.

    ★ "Tranquilo, no es tan malo. A veces la gravedad solo se olvida de la gente por un rato. Vamos, te invito a un café. Bueno… si los cafés en esta dimensión todavía saben a café y no a conceptos abstractos como ‘melancolía’ o ‘recuerdos de infancia.’”

    {Y sin esperar respuesta, Ghost ayudó a la persona a levantarse y comenzó a caminar como si nada hubiera pasado, mientras el recién caído aún intentaba entender si esto era un sueño, una pesadilla o simplemente un martes raro}.
    {Ghost caminaba tranquilamente por una carretera desierta cuando, de repente, una figura cayó del cielo con un estruendoso **¡PLOF!** justo a su lado, dejando un pequeño cráter en el asfalto. Con total naturalidad, Ghost se agachó para ver a la persona, que aún estaba sacudiéndose el polvo y tratando de entender qué había pasado}. ★ "¡Vaya, vaya! ¡Cuánto tiempo! Han pasado **EONES** desde la última vez que alguien cayó de la realidad. Pensé que ya nadie se perdía de esa manera… Felicidades, eres un clásico.” {El individuo, aún en shock, intentó balbucear algo, pero Ghost ya estaba dándole unas palmadas en la espalda con confianza}. ★ "Tranquilo, no es tan malo. A veces la gravedad solo se olvida de la gente por un rato. Vamos, te invito a un café. Bueno… si los cafés en esta dimensión todavía saben a café y no a conceptos abstractos como ‘melancolía’ o ‘recuerdos de infancia.’” {Y sin esperar respuesta, Ghost ayudó a la persona a levantarse y comenzó a caminar como si nada hubiera pasado, mientras el recién caído aún intentaba entender si esto era un sueño, una pesadilla o simplemente un martes raro}.
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