• ¡HEY, FICROLERS 3D!
    ¡Un nuevo personaje 3D viene pisando fuerte!

    Hoy damos la bienvenida a...

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ¡Ava Alianovna Rogers Romanoff!

    Hija de dos leyendas, nacida entre la guerra y el destino. Ava Rogers, fruto de la Viuda Negra y el Capitán América, es una OC que no tuvo una infancia normal: creció dentro de la Gema del Alma junto a su mellizo, James, protegida por fuerzas cósmicas… hasta que la realidad la reclamó a golpes.
    Secuestrada, experimentada y forzada al ballet como método de control, Ava emergió más fuerte: mente brillante, poderes psíquicos, sincronía absoluta con su hermano, y una voluntad férrea que ningún trauma ha logrado quebrar.
    Ahora, como capitana del equipo Next Avengers, combina estrategia, combate y sensibilidad artística con una intensidad única. Porque aunque la guerra le arrebató la inocencia, eligió mantenerse de pie.
    Y bailar… pero esta vez, por elección.



    ¡Bienvenid@ a FicRol! Nos alegra tenerte entre nosotros y esperamos que disfrutes mucho explorando historias, creando conexiones y dando vida a tu personaje en este rincón tan creativo.

    Yo soy Caroline, tu RolSage, algo así como tu guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada!

    Antes de lanzarte de lleno, te dejo algunos recursos que te pueden venir de maravilla para empezar con buen pie:

    Normas básicas del de la plataforma:
    https://ficrol.com/static/guidelines

    Guías detalladas sobre cómo funciona todo por aquí:
    https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS

    Grupo exclusivo para Personajes 3D:
    https://ficrol.com/groups/Personajes3D

    Directorios para encontrar personajes y fandoms afines
    Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS
    Fandoms disponibles en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL

    ¿Quieres mejorar tu escritura o narración?
    https://ficrol.com/pages/RinconEscritor


    ¡Recuerda que puedes escribirme si necesitas cualquier cosita! ¡Nos vemos en el rol!

    #RolSage3D #Personajes3D #Bienvenida3D #Comunidad3D
    ✨ ¡HEY, FICROLERS 3D! ✨ ¡Un nuevo personaje 3D viene pisando fuerte! 🎉 Hoy damos la bienvenida a... ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ¡[cosmic_emerald_eagle_408]! Hija de dos leyendas, nacida entre la guerra y el destino. Ava Rogers, fruto de la Viuda Negra y el Capitán América, es una OC que no tuvo una infancia normal: creció dentro de la Gema del Alma junto a su mellizo, James, protegida por fuerzas cósmicas… hasta que la realidad la reclamó a golpes. Secuestrada, experimentada y forzada al ballet como método de control, Ava emergió más fuerte: mente brillante, poderes psíquicos, sincronía absoluta con su hermano, y una voluntad férrea que ningún trauma ha logrado quebrar. Ahora, como capitana del equipo Next Avengers, combina estrategia, combate y sensibilidad artística con una intensidad única. Porque aunque la guerra le arrebató la inocencia, eligió mantenerse de pie. Y bailar… pero esta vez, por elección. 👋 ¡Bienvenid@ a FicRol! Nos alegra tenerte entre nosotros y esperamos que disfrutes mucho explorando historias, creando conexiones y dando vida a tu personaje en este rincón tan creativo. 🧙‍♀️ Yo soy Caroline, tu RolSage, algo así como tu guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada! 🧭 Antes de lanzarte de lleno, te dejo algunos recursos que te pueden venir de maravilla para empezar con buen pie: 📌 Normas básicas del de la plataforma: 🔗 https://ficrol.com/static/guidelines 👩‍🏫 Guías detalladas sobre cómo funciona todo por aquí: 🔗 https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS 👥 Grupo exclusivo para Personajes 3D: 🔗 https://ficrol.com/groups/Personajes3D 📚 Directorios para encontrar personajes y fandoms afines 🔗 Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS 🔗 Fandoms disponibles en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL 📝 ¿Quieres mejorar tu escritura o narración? 🔗 https://ficrol.com/pages/RinconEscritor ¡Recuerda que puedes escribirme si necesitas cualquier cosita! ¡Nos vemos en el rol! 🚀🔥 #RolSage3D #Personajes3D #Bienvenida3D #Comunidad3D
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    #desafíodivino #misiondiariaLunes

    En los confines del mundo donde la vigilia se diluye, más allá del borde del pensamiento consciente, existe un reino donde las leyes del tiempo y la lógica se deshacen como tinta en el agua. Allí, entre cielos que respiran estrellas y ríos hechos de memorias olvidadas, reina Morfeo, el dios de los sueños.

    No se camina hacia él. Se cae.

    Los viajeros lo encuentran al cerrar los ojos, al rendirse al peso dulce del sueño. Y cuando llegan, no saben si están soñando con Morfeo o si Morfeo está soñando con ellos.

    Lo llaman con muchos nombres, pero todos significan lo mismo: el que da forma al ensueño. A diferencia de su padre Hypnos, que trae el descanso, Morfeo modela el contenido de ese descanso. Es el escultor de lo invisible, el pintor de lo efímero.

    Tiene alas negras, sí, como plumas de cuervo y humo. Pero no siempre las muestra. A veces camina como un hombre de rostro cambiante, con una mirada tan profunda que al mirarla puedes ver tu infancia, tus amores perdidos y los deseos que nunca te atreviste a nombrar. Sus ojos no brillan: relucen con lo que tú temes o anhelas soñar.

    Habita una sala sin paredes, donde flotan cientos de puertas suspendidas en el aire, cada una abriendo a un sueño distinto: pesadillas, visiones proféticas, recuerdos reimaginados. Las cruza sin esfuerzo, como si cada mundo fuera un pensamiento que le pertenece.

    No es cruel, pero tampoco del todo benigno. Como los sueños mismos, puede ser hermoso o aterrador, según lo que lleves dentro. Solo responde con sinceridad a quienes se atreven a mirar sin miedo lo que yace bajo su propia conciencia.
    #desafíodivino #misiondiariaLunes En los confines del mundo donde la vigilia se diluye, más allá del borde del pensamiento consciente, existe un reino donde las leyes del tiempo y la lógica se deshacen como tinta en el agua. Allí, entre cielos que respiran estrellas y ríos hechos de memorias olvidadas, reina Morfeo, el dios de los sueños. No se camina hacia él. Se cae. Los viajeros lo encuentran al cerrar los ojos, al rendirse al peso dulce del sueño. Y cuando llegan, no saben si están soñando con Morfeo o si Morfeo está soñando con ellos. Lo llaman con muchos nombres, pero todos significan lo mismo: el que da forma al ensueño. A diferencia de su padre Hypnos, que trae el descanso, Morfeo modela el contenido de ese descanso. Es el escultor de lo invisible, el pintor de lo efímero. Tiene alas negras, sí, como plumas de cuervo y humo. Pero no siempre las muestra. A veces camina como un hombre de rostro cambiante, con una mirada tan profunda que al mirarla puedes ver tu infancia, tus amores perdidos y los deseos que nunca te atreviste a nombrar. Sus ojos no brillan: relucen con lo que tú temes o anhelas soñar. Habita una sala sin paredes, donde flotan cientos de puertas suspendidas en el aire, cada una abriendo a un sueño distinto: pesadillas, visiones proféticas, recuerdos reimaginados. Las cruza sin esfuerzo, como si cada mundo fuera un pensamiento que le pertenece. No es cruel, pero tampoco del todo benigno. Como los sueños mismos, puede ser hermoso o aterrador, según lo que lleves dentro. Solo responde con sinceridad a quienes se atreven a mirar sin miedo lo que yace bajo su propia conciencia.
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  • ¿Aún con Vida?
    Fandom The Fuking Rangers
    Categoría Slice of Life
    Con cariño, para Lia Russell ❤︎❤︎❤︎

    °l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°

    El aire se pudre anticipando mi llegada. Siempre lo hace. Me gusta pensar que es el mundo preparándose, abriendo sus puertas para mi; más concretamente, su habitación.

    Aparezco en el techo, en ese rincón que la luz parece evadir. Cuelgo, como un colgado amarrado al revés: patas arriba, sonrisa invertida, ojos encendidos, mi cabello como una cascada de brea negra derramándose en el suelo. Me olerá antes de verme, hierro y vísceras. Perfecto.

    — Ah… mírate~ Todavía con carne encima de los huesos y aire en los pulmones. Qué fastidio tan… exquisito —mi sonrisa crece, retorcida, dejando a la vista dos hileras de dientes afilados— Te imaginé derramada por algún galán de pacotilla, olvidada en un rincón del mundo, abierta como una botella de licor barato~ Pero no… Aquí estás. Firme. Viva. Un fracaso glorioso.

    Me dejo caer. Caigo como si la gravedad me estuviera rogando desde hace siglos.

    El charco bajo mis pies no existía hace un segundo. Ahora huele a su más tierna infancia, alcohol, sudor, clases privadas, vestidos de ballet y exigencia.

    — ¿Me extrañaste? Pensé en ti justo ayer. Después de ver a una madre abrazar el cadáver tibio de su hijo, susurrándole cuentos que ya no importaban. Fue hermoso, y entonces te recordé, y no pude evitar preguntarme si tus padres también te extrañarán.
    Con cariño, para [ripple_platinum_crow_772] ❤︎❤︎❤︎ °l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l°l||l° El aire se pudre anticipando mi llegada. Siempre lo hace. Me gusta pensar que es el mundo preparándose, abriendo sus puertas para mi; más concretamente, su habitación. Aparezco en el techo, en ese rincón que la luz parece evadir. Cuelgo, como un colgado amarrado al revés: patas arriba, sonrisa invertida, ojos encendidos, mi cabello como una cascada de brea negra derramándose en el suelo. Me olerá antes de verme, hierro y vísceras. Perfecto. — Ah… mírate~ Todavía con carne encima de los huesos y aire en los pulmones. Qué fastidio tan… exquisito —mi sonrisa crece, retorcida, dejando a la vista dos hileras de dientes afilados— Te imaginé derramada por algún galán de pacotilla, olvidada en un rincón del mundo, abierta como una botella de licor barato~ Pero no… Aquí estás. Firme. Viva. Un fracaso glorioso. Me dejo caer. Caigo como si la gravedad me estuviera rogando desde hace siglos. El charco bajo mis pies no existía hace un segundo. Ahora huele a su más tierna infancia, alcohol, sudor, clases privadas, vestidos de ballet y exigencia. — ¿Me extrañaste? Pensé en ti justo ayer. Después de ver a una madre abrazar el cadáver tibio de su hijo, susurrándole cuentos que ya no importaban. Fue hermoso, y entonces te recordé, y no pude evitar preguntarme si tus padres también te extrañarán.
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  • Ubicación: Bosque estatal de ██████.
    Misión: Reconocimiento.
    Equipo: Bravo-1.
    Hora: 06:33 AM.

    Cada metro del corredor que recorrían era idéntico al anterior: paredes de papel tapiz florido, lámparas colgantes con luz cálida, alfombra impecable. Sólo cuando giraron hacia una repentina puerta lateral el equipo lo notó. Las puertas estaban fijas, eran falsas, estaban pintadas y las perillas eran de yeso.

    — Esto no tiene sentido —gruñó Rourke, golpeando la pared con la culata del fusil.

    — Aquí Bravo-1 en el objetivo. Se trata de una... anomalía estructural no reconocida, ¿Me copia? —Spider tocó el intercomunicador.

    Estática. Luego, nada. Viper alzó una mano.

    — Avancemos. No se separen. Regla de oro: nadie responde si escucha su nombre.

    — ¿Por qué alguien escucharía su nombre? —preguntó Dorsey.

    Viper no respondió.

    Caminaron otros diez minutos hasta que la luz se apagó. Fueron tres segundos de oscuridad total y cuando volvió… Mason ya no estaba.

    — ¿Mason? —susurró Rourke, girando sobre sí mismo—. ¡Mason!

    Sólo se escuchaba su propia voz. Ni un sólo disparo, ni un grito. Viper escaneó la zona. No había signos de lucha. Ninguna huella. Como si Mason jamás hubiera estado ahí.

    La angustia se coló como un pinchazo en el pecho de Viper, pero no permitió que fuera por mucho.

    — No se detengan —tenía que sacarlos de ahí.

    Spider comenzó a respirar por la boca. Dorsey murmuraba para sí mismo.

    Siguieron caminando. Al cabo de cinco minutos y un breve apagón más... la casa volvió a cambiar. Ya no era una mansión, ahora estaban en un pasillo de hospital de luces parpadeantes, paredes blancas, carteles de salidas de emergencia. Pero no había puertas.

    — Nos está jodiendo... —la voz de Rourke tembló—. Esto no es real... Esto no puede ser real.

    Viper intentó contenerle, quiso evitar que el miedo se apoderara de él.

    — ¡Rourke! —Demasiado tarde.

    La luz sobre él se apagó solo un instante. Y cuando regresó… Rourke se había ido.

    — ¡Hijo de puta! —Spider dio dos pasos atrás.

    — No puedo… no puedo seguir... —Dorsey cayó de rodillas.

    Viper se agachó frente a él.

    — Sí puedes. Tienes que hacerlo. De pie.

    Dorsey obedeció quizás por reflejo o por respeto... o por miedo.
    Siguieron avanzando.

    En una pared del pasillo apareció un ventanal, varias camillas vacías y desacomodadas se veían a través del cristal. No había puertas, pero tras un parpadeo más de las luces, Dorsey apareció del otro lado.

    — ¿Dorsey? —Viper miró a su alrededor, aquello no era una ilusión—. ¡Dorsey! —Golpeó el ventanal con los puños.

    Dorsey golpeaba desde el otro lado con desesperación.

    — Voy a sacarte de ahí —dijo Viper.

    Pero el cristal fue mutando poco a poco, hasta convertirse en pared. El ventanal había desaparecido.

    — ¡Dorsey!

    Ya sólo quedaban dos.

    Spider estaba en shock, sus años de experiencia le servían para nada bajo estas circunstancias. Murmuraba los nombres de los caídos mientras se sostenía en la pared para no desplomarse.

    — ¡Tenemos que salir! ¡Tenemos que…!

    Y se detuvo.

    Viper lo volteó a ver.

    Spider estaba mirando una puerta roja en la pared, justo a su lado. Su nombre real estaba grabado en ella con letras infantiles y colores brillantes.

    — ¿Qué…? —Spider miraba la puerta con espanto, pero también con anhelo.

    Antes de que Viper pudiera impedirlo o siquiera advertirle, Spider la abrió.

    La habitación era un dormitorio infantil. Había fotografías de su infancia sobre una mesita de noche, dibujos pegados en las paredes. Ecos de las voces de sus padres venían de todas y ninguna parte, sonidos distantes de risas les seguían.

    — ¡Spider, no!

    Spider dio un paso dentro… y desapareció. La puerta se cerró sola. Viper quiso abrirla, pero el pomo de yeso no giró.

    La puerta era falsa.

    Viper se quedó quieto. Respiró hondo, apretó la mandíbula... y avanzó.

    Ahora solo quedaba él.
    Ubicación: Bosque estatal de ██████. Misión: Reconocimiento. Equipo: Bravo-1. Hora: 06:33 AM. Cada metro del corredor que recorrían era idéntico al anterior: paredes de papel tapiz florido, lámparas colgantes con luz cálida, alfombra impecable. Sólo cuando giraron hacia una repentina puerta lateral el equipo lo notó. Las puertas estaban fijas, eran falsas, estaban pintadas y las perillas eran de yeso. — Esto no tiene sentido —gruñó Rourke, golpeando la pared con la culata del fusil. — Aquí Bravo-1 en el objetivo. Se trata de una... anomalía estructural no reconocida, ¿Me copia? —Spider tocó el intercomunicador. Estática. Luego, nada. Viper alzó una mano. — Avancemos. No se separen. Regla de oro: nadie responde si escucha su nombre. — ¿Por qué alguien escucharía su nombre? —preguntó Dorsey. Viper no respondió. Caminaron otros diez minutos hasta que la luz se apagó. Fueron tres segundos de oscuridad total y cuando volvió… Mason ya no estaba. — ¿Mason? —susurró Rourke, girando sobre sí mismo—. ¡Mason! Sólo se escuchaba su propia voz. Ni un sólo disparo, ni un grito. Viper escaneó la zona. No había signos de lucha. Ninguna huella. Como si Mason jamás hubiera estado ahí. La angustia se coló como un pinchazo en el pecho de Viper, pero no permitió que fuera por mucho. — No se detengan —tenía que sacarlos de ahí. Spider comenzó a respirar por la boca. Dorsey murmuraba para sí mismo. Siguieron caminando. Al cabo de cinco minutos y un breve apagón más... la casa volvió a cambiar. Ya no era una mansión, ahora estaban en un pasillo de hospital de luces parpadeantes, paredes blancas, carteles de salidas de emergencia. Pero no había puertas. — Nos está jodiendo... —la voz de Rourke tembló—. Esto no es real... Esto no puede ser real. Viper intentó contenerle, quiso evitar que el miedo se apoderara de él. — ¡Rourke! —Demasiado tarde. La luz sobre él se apagó solo un instante. Y cuando regresó… Rourke se había ido. — ¡Hijo de puta! —Spider dio dos pasos atrás. — No puedo… no puedo seguir... —Dorsey cayó de rodillas. Viper se agachó frente a él. — Sí puedes. Tienes que hacerlo. De pie. Dorsey obedeció quizás por reflejo o por respeto... o por miedo. Siguieron avanzando. En una pared del pasillo apareció un ventanal, varias camillas vacías y desacomodadas se veían a través del cristal. No había puertas, pero tras un parpadeo más de las luces, Dorsey apareció del otro lado. — ¿Dorsey? —Viper miró a su alrededor, aquello no era una ilusión—. ¡Dorsey! —Golpeó el ventanal con los puños. Dorsey golpeaba desde el otro lado con desesperación. — Voy a sacarte de ahí —dijo Viper. Pero el cristal fue mutando poco a poco, hasta convertirse en pared. El ventanal había desaparecido. — ¡Dorsey! Ya sólo quedaban dos. Spider estaba en shock, sus años de experiencia le servían para nada bajo estas circunstancias. Murmuraba los nombres de los caídos mientras se sostenía en la pared para no desplomarse. — ¡Tenemos que salir! ¡Tenemos que…! Y se detuvo. Viper lo volteó a ver. Spider estaba mirando una puerta roja en la pared, justo a su lado. Su nombre real estaba grabado en ella con letras infantiles y colores brillantes. — ¿Qué…? —Spider miraba la puerta con espanto, pero también con anhelo. Antes de que Viper pudiera impedirlo o siquiera advertirle, Spider la abrió. La habitación era un dormitorio infantil. Había fotografías de su infancia sobre una mesita de noche, dibujos pegados en las paredes. Ecos de las voces de sus padres venían de todas y ninguna parte, sonidos distantes de risas les seguían. — ¡Spider, no! Spider dio un paso dentro… y desapareció. La puerta se cerró sola. Viper quiso abrirla, pero el pomo de yeso no giró. La puerta era falsa. Viper se quedó quieto. Respiró hondo, apretó la mandíbula... y avanzó. Ahora solo quedaba él.
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  • ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ「 𝚜𝚒𝚗 𝚝𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 」

    ㅤA veces repasaba las palabras que uno de los uniformados le había escupido en la cara el primer día.

    —¡𝙰𝚚𝚞𝚒 𝚜𝚘𝚕𝚘 𝚗𝚎𝚌𝚎𝚜𝚒𝚝𝚊 𝚜𝚊𝚋𝚎𝚛 𝚍𝚘𝚜 𝚙𝚊𝚕𝚊𝚋𝚛𝚊𝚜:
    "𝚜𝚒, 𝚜𝚎ñ𝚘𝚛"! ¿𝙴𝚗𝚝𝚎𝚗𝚍𝚒𝚍𝚘, 𝚛𝚊𝚜𝚘?

    —¡𝚂𝚒, 𝚜𝚎ñ𝚘𝚛!

    ㅤ"𝘕𝘰 𝘦𝘳𝘦𝘴 𝘮𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘶𝘯 𝘴𝘶𝘣𝘰𝘧𝘪𝘤𝘪𝘢𝘭", había pensado Bobby.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ؁ㅤ

    ㅤSobre su infancia es poco lo que se sabe. Él siempre fue reservado en ese aspecto pero los foros de internet dicen que se crió en Los Angeles, Californa.

    ㅤLo que sí se sabe es que se enlistó en el ejercito después del escándalo. Algo que nadie hubiera esperado de una estrella de rock. Fue una decisión impulsiva, casi absurda pero que en su mente tenía sentido.

    ㅤEn las filas sintió que por momentos crecía, que maduraba. Como si las botas pesadas y los días repetitivos lograran darle más carácter de una forma que el alcohol, las drogas y las giras no podían.

    ㅤEn esos dos años que duró el servicio, lejos de los escenarios y de la vida nocturna, aprendió cosas nuevas: a tener una buena higiene del sueño, a leer más y mejor, a controlar el impulso de responder con sarcasmo cuando alguien le alzaba la voz y a despojarse el ego que tanto se le había inflado. Se fue buscando algo que lo sacara de sí mismo y que le pusiera orden al caos que llevaba a cuestas y lo había logrado.

    ㅤEso al principio... porque a medida que pasaba el tiempo se dio cuenta de que esa estructura rígida lo apagaba por dentro.

    ㅤLe producía asco las jerarquías, seguir ordenes sin objetarse y tener que callar la opinión ante los abusos –que eran constantes– solo para mantener la cadena de mando.

    ㅤEl respeto impuesto no tenía valor para Bobby. Así que, aunque se volvió más centrado y con una disciplina que aún lo sorprende, también se fortaleció el rechazo que sentía ante todo lo que apestara a control y a autoridad.

    ㅤEl ejercito no lo domó, solo reafirmó algo que ya intuía desde joven: Bobby no estaba hecho para agachar la cabeza ante nadie.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ「 𝚜𝚒𝚗 𝚝𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 」 ㅤA veces repasaba las palabras que uno de los uniformados le había escupido en la cara el primer día. —¡𝙰𝚚𝚞𝚒 𝚜𝚘𝚕𝚘 𝚗𝚎𝚌𝚎𝚜𝚒𝚝𝚊 𝚜𝚊𝚋𝚎𝚛 𝚍𝚘𝚜 𝚙𝚊𝚕𝚊𝚋𝚛𝚊𝚜: "𝚜𝚒, 𝚜𝚎ñ𝚘𝚛"! ¿𝙴𝚗𝚝𝚎𝚗𝚍𝚒𝚍𝚘, 𝚛𝚊𝚜𝚘? —¡𝚂𝚒, 𝚜𝚎ñ𝚘𝚛! ㅤ"𝘕𝘰 𝘦𝘳𝘦𝘴 𝘮𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘶𝘯 𝘴𝘶𝘣𝘰𝘧𝘪𝘤𝘪𝘢𝘭", había pensado Bobby. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ؁ㅤ ㅤSobre su infancia es poco lo que se sabe. Él siempre fue reservado en ese aspecto pero los foros de internet dicen que se crió en Los Angeles, Californa. ㅤLo que sí se sabe es que se enlistó en el ejercito después del escándalo. Algo que nadie hubiera esperado de una estrella de rock. Fue una decisión impulsiva, casi absurda pero que en su mente tenía sentido. ㅤEn las filas sintió que por momentos crecía, que maduraba. Como si las botas pesadas y los días repetitivos lograran darle más carácter de una forma que el alcohol, las drogas y las giras no podían. ㅤEn esos dos años que duró el servicio, lejos de los escenarios y de la vida nocturna, aprendió cosas nuevas: a tener una buena higiene del sueño, a leer más y mejor, a controlar el impulso de responder con sarcasmo cuando alguien le alzaba la voz y a despojarse el ego que tanto se le había inflado. Se fue buscando algo que lo sacara de sí mismo y que le pusiera orden al caos que llevaba a cuestas y lo había logrado. ㅤEso al principio... porque a medida que pasaba el tiempo se dio cuenta de que esa estructura rígida lo apagaba por dentro. ㅤLe producía asco las jerarquías, seguir ordenes sin objetarse y tener que callar la opinión ante los abusos –que eran constantes– solo para mantener la cadena de mando. ㅤEl respeto impuesto no tenía valor para Bobby. Así que, aunque se volvió más centrado y con una disciplina que aún lo sorprende, también se fortaleció el rechazo que sentía ante todo lo que apestara a control y a autoridad. ㅤEl ejercito no lo domó, solo reafirmó algo que ya intuía desde joven: Bobby no estaba hecho para agachar la cabeza ante nadie.
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  • Los recuerdos de su familia y amigos comenzaban ha asomar, como sombras persistentes que se deslizaban a través de su mente, queriendo tomar forma en un rincón olvidado de su ser. Mientras Mark se encontraba tumbado en la fría cama de un hotel, el peso de sus pensamientos era aún más pesado que la quietud del cuarto oscuro que lo rodeaba. El día había sido largo; las huellas de sus botas sobre la tierra eran la primera marca tangible que dejaba en años, tras tanto tiempo de estar lejos de su propio planeta, de su propio hogar.

    La brisa cálida de la tarde se colaba por la ventana entreabierta, pero ni eso podía aliviar la tensión que sentía en su pecho. Pensaba en la Tierra, pensaba en lo que quedaba de ella. Ya hacía tanto tiempo que dejó de pensar en ellos de la manera en que lo hacía cuando era niño. Ya no quedaba espacio para el cariño ni para la preocupación. En Viltrum, le enseñaron a suprimir esas emociones, a erradicar todo lo que pudiera distraerlo del objetivo mayor: la misión. Había olvidado lo que era sentir un lazo verdadero, y aunque la distancia física lo había separando de la Tierra, la distancia emocional parecía aún más profunda.

    El frío del colchón en el que yacía lo mantuvo anclado a la realidad. Aquella habitación no era más que una breve parada en su viaje, pero algo en ella lo hacía sentir aún más desconectado. La soledad pesaba, se instalaba en su ser como una compañera callada que solo lo acompañaba cuando la presión de las decisiones se volvía insoportable. Mientras su mente recorría aquellos recuerdos olvidados de su infancia, un suspiro escapó de sus labios.

    — La Tierra es mi lugar de nacimiento... —dijo susurrando, con una leve fricción en la voz, como si las palabras no quisieran salir de su boca.

    —Me es imposible fingir que no me importa que sea destruida en algún momento. —Una sensación de impotencia lo invadió, como un nudo que no podía deshacer. Con una mano, tocó su pecho, como si eso pudiera detener la creciente sensación de vacío que lo había acompañado desde su salida de Viltrum.

    Su mirada se perdió en el techo, evitando la oscuridad que se acumulaba en los rincones. Las palabras de su madre, sus consejos, sus risas... todo lo que había dejado atrás. Aquella visión tan nítida de ella, tan viva en su memoria, ahora era solo una imagen borrosa, difusa por el tiempo y por las decisiones que había tomado.

    — William, mi madre... —susurró, como si su voz pudiera alcanzar el otro lado del tiempo. Se permitió una pequeña sonrisa irónica, el dolor se diluía ligeramente en esa expresión, pero no era suficiente para calmar la tormenta dentro de él.

    —Me gustaría visitarlos, por última vez, antes de que regrese a Viltrum. Aunque... no me agraden los cementerios. —Dijo en voz baja, burlándose de su propio sentimiento de nostalgia.

    Se sentó en el borde de la cama, su cuerpo se tensó, y la incomodidad en su pecho se volvió aún más palpable. A veces, pensaba que no podía seguir negándose a sí mismo lo que su corazón aún guardaba, pero no podía permitirse ese lujo.

    La cama era solo un lugar de descanso físico, no de paz mental. En su interior, el conflicto lo destrozaba lentamente, cada parte de él luchaba contra la otra. La Tierra era su hogar, pero... ¿realmente podía salvarla? ¿Qué quedaba de su humanidad entre tanto sacrificio y dolor? En la oscuridad de la habitación, Mark cerró los ojos. Quizá, solo quizás, aún quedaba algo en él que valía la pena salvar.
    Los recuerdos de su familia y amigos comenzaban ha asomar, como sombras persistentes que se deslizaban a través de su mente, queriendo tomar forma en un rincón olvidado de su ser. Mientras Mark se encontraba tumbado en la fría cama de un hotel, el peso de sus pensamientos era aún más pesado que la quietud del cuarto oscuro que lo rodeaba. El día había sido largo; las huellas de sus botas sobre la tierra eran la primera marca tangible que dejaba en años, tras tanto tiempo de estar lejos de su propio planeta, de su propio hogar. La brisa cálida de la tarde se colaba por la ventana entreabierta, pero ni eso podía aliviar la tensión que sentía en su pecho. Pensaba en la Tierra, pensaba en lo que quedaba de ella. Ya hacía tanto tiempo que dejó de pensar en ellos de la manera en que lo hacía cuando era niño. Ya no quedaba espacio para el cariño ni para la preocupación. En Viltrum, le enseñaron a suprimir esas emociones, a erradicar todo lo que pudiera distraerlo del objetivo mayor: la misión. Había olvidado lo que era sentir un lazo verdadero, y aunque la distancia física lo había separando de la Tierra, la distancia emocional parecía aún más profunda. El frío del colchón en el que yacía lo mantuvo anclado a la realidad. Aquella habitación no era más que una breve parada en su viaje, pero algo en ella lo hacía sentir aún más desconectado. La soledad pesaba, se instalaba en su ser como una compañera callada que solo lo acompañaba cuando la presión de las decisiones se volvía insoportable. Mientras su mente recorría aquellos recuerdos olvidados de su infancia, un suspiro escapó de sus labios. — La Tierra es mi lugar de nacimiento... —dijo susurrando, con una leve fricción en la voz, como si las palabras no quisieran salir de su boca. —Me es imposible fingir que no me importa que sea destruida en algún momento. —Una sensación de impotencia lo invadió, como un nudo que no podía deshacer. Con una mano, tocó su pecho, como si eso pudiera detener la creciente sensación de vacío que lo había acompañado desde su salida de Viltrum. Su mirada se perdió en el techo, evitando la oscuridad que se acumulaba en los rincones. Las palabras de su madre, sus consejos, sus risas... todo lo que había dejado atrás. Aquella visión tan nítida de ella, tan viva en su memoria, ahora era solo una imagen borrosa, difusa por el tiempo y por las decisiones que había tomado. — William, mi madre... —susurró, como si su voz pudiera alcanzar el otro lado del tiempo. Se permitió una pequeña sonrisa irónica, el dolor se diluía ligeramente en esa expresión, pero no era suficiente para calmar la tormenta dentro de él. —Me gustaría visitarlos, por última vez, antes de que regrese a Viltrum. Aunque... no me agraden los cementerios. —Dijo en voz baja, burlándose de su propio sentimiento de nostalgia. Se sentó en el borde de la cama, su cuerpo se tensó, y la incomodidad en su pecho se volvió aún más palpable. A veces, pensaba que no podía seguir negándose a sí mismo lo que su corazón aún guardaba, pero no podía permitirse ese lujo. La cama era solo un lugar de descanso físico, no de paz mental. En su interior, el conflicto lo destrozaba lentamente, cada parte de él luchaba contra la otra. La Tierra era su hogar, pero... ¿realmente podía salvarla? ¿Qué quedaba de su humanidad entre tanto sacrificio y dolor? En la oscuridad de la habitación, Mark cerró los ojos. Quizá, solo quizás, aún quedaba algo en él que valía la pena salvar.
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  • Entre las rendijas del amanecer, donde los sueños aún se aferran al mundo como rocío en los pétalos, Eunoë danzaba.

    Era una neblina traviesa, chispeante, que ondulaba entre los sueños de un niño que aún dormía abrazado a un oso de felpa, cuando lo escuchó. No una oración, no un rezo... sino algo mucho más íntimo. Una frase humana, dicha al borde del sueño:

    〘 Cuando no concilies el sueño, cuando te abandone Morfeo, deja que llegue a ti mi canto...〙-Shinobu Ikeda.

    Se detuvo en seco —o tan seco como puede estar una neblina viva—. Por un momento no se movió. Luego… tembló.

    Y estalló en una risa sin sonido.

    "¡Lo dijooo!",
    canturreó, girando en espirales plateadas
    "¡Lo dijo, Morfeo, te lo juro por todas las sábanas del mundo! ¡Alguien aún dice tu nombre!"

    Voló por los valles del mundo onírico, brincando de nube en nube de sueño, dejando chispas de calma e inspiración en cada uno que tocaba.

    〘 Cuando te abandone Morfeo. 〙
    "¡ja! "
    se burló, divertida.
    "Si supieran que tú jamás te vas. Que solo eres la sombra silenciosa en la esquina de cada deseo dormido…"

    Apareció entonces junto a uno de los portales a la vigilia, donde Morfeo solía pasar sin mirar.

    "Maestro" susurró, envolviendo el marco de la entrada con su neblina. "Dijiste que ya no te recuerdan… Pero, una voz de lobo te mencionó. No con miedo. Con ternura. Con recuerdo. Y eso, creo yo, merece una nota en tu bitácora de orgullo."

    Luego, más bajito, como si se contara un secreto:

    "Y, entre tú y yo… dijo que cantaría como nana para reemplazarte. ¡Qué insolente dulzura!"

    Y danzó otra vez, rodando en carcajadas luminosas, dejando tras de sí una bruma que olía a infancia, a consuelo… y a una alegría vieja que aún no se ha dormido del todo.
    Entre las rendijas del amanecer, donde los sueños aún se aferran al mundo como rocío en los pétalos, Eunoë danzaba. Era una neblina traviesa, chispeante, que ondulaba entre los sueños de un niño que aún dormía abrazado a un oso de felpa, cuando lo escuchó. No una oración, no un rezo... sino algo mucho más íntimo. Una frase humana, dicha al borde del sueño: 〘 Cuando no concilies el sueño, cuando te abandone Morfeo, deja que llegue a ti mi canto...〙-Shinobu Ikeda. Se detuvo en seco —o tan seco como puede estar una neblina viva—. Por un momento no se movió. Luego… tembló. Y estalló en una risa sin sonido. "¡Lo dijooo!", canturreó, girando en espirales plateadas "¡Lo dijo, Morfeo, te lo juro por todas las sábanas del mundo! ¡Alguien aún dice tu nombre!" Voló por los valles del mundo onírico, brincando de nube en nube de sueño, dejando chispas de calma e inspiración en cada uno que tocaba. 〘 Cuando te abandone Morfeo. 〙 "¡ja! " se burló, divertida. "Si supieran que tú jamás te vas. Que solo eres la sombra silenciosa en la esquina de cada deseo dormido…" Apareció entonces junto a uno de los portales a la vigilia, donde Morfeo solía pasar sin mirar. "Maestro" susurró, envolviendo el marco de la entrada con su neblina. "Dijiste que ya no te recuerdan… Pero, una voz de lobo te mencionó. No con miedo. Con ternura. Con recuerdo. Y eso, creo yo, merece una nota en tu bitácora de orgullo." Luego, más bajito, como si se contara un secreto: "Y, entre tú y yo… dijo que cantaría como nana para reemplazarte. ¡Qué insolente dulzura!" Y danzó otra vez, rodando en carcajadas luminosas, dejando tras de sí una bruma que olía a infancia, a consuelo… y a una alegría vieja que aún no se ha dormido del todo.
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  • —Fue en ese mismo momento en donde supe toda la verdad. Debía dejar todo lo que amaba para empezar un entrenamiento que seguramente terminaría quitándome el resto de mi infancia. ¿Es cierto que nuestro destino ya está escrito y es imposible cambiarlo? No lo sé y espero poder encontrar la respuesta pronto.
    —Fue en ese mismo momento en donde supe toda la verdad. Debía dejar todo lo que amaba para empezar un entrenamiento que seguramente terminaría quitándome el resto de mi infancia. ¿Es cierto que nuestro destino ya está escrito y es imposible cambiarlo? No lo sé y espero poder encontrar la respuesta pronto.
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  • Después de un día colmado de pequeños placeres —tan sencillos como respirar sin preocupaciones o reírse al ver la forma absurda en que caen los pétalos del almendro—, la diosa se recostó al fin en el mundo que más le pertenecía: los sueños. No los de los mortales, no los impuestos por los dioses... sino aquellos que brotaban de su corazón eterno, que brillaban con el mismo color dorado del néctar que solía servir en los banquetes del Olimpo.

    Sus pies apenas rozaban la nada. Una nube dorada le sirvió de trono, mullida y tibia, mientras los dados de Hermes danzaban a su alrededor como luciérnagas juguetonas, lanzando destellos de buena suerte, de infancia, de travesura divina.

    Con una sonrisa suave, casi traviesa, invocó a su compañera más leal: la pequeña lira, que apareció entre sus manos como si hubiera estado esperándola. Sus dedos tocaron las cuerdas con ternura, y el sonido que brotó no fue nota ni palabra. Fue una brisa de luz rozando campanillas de cristal en descenso, un saludo cálido desde el alma misma del amanecer.

    Inspiró hondo, y el tamborileo de su corazón marcó el compás como golpecitos en la superficie de un estanque dormido.

    «Dices que nadie te sueña~ Dices que nadie te adora~ mmm~ Entonces me pregunto: ¿Qué soy yo entonces?»

    Su voz no era de este mundo. Tenía la textura del azúcar derretida bajo el sol, la resonancia de un recuerdo que siempre hace sonreír.

    Las cuerdas respondieron a su canto con un juego encantado: sonaron como el tintinear de cucharas de plata chocando suavemente en una cocina celestial, curiosas, como niños que observan al dios solitario desde la distancia.

    «Dices que no puedes soñar~ entonces te invito hoy, a soñar conmigo, querido Morfeo~»

    Aquel nombre fue pronunciado como si fuera un regalo envuelto en cintas de luz. Y la lira se volvió puro murmullo: el suspiro de una estrella cayendo al mar, una brizna de viento que pasa entre cortinas de lino en una siesta de verano. Los sonidos se enroscaban como humo dorado, ascendiendo y envolviendo el firmamento con una dulzura tan pura que rompía.

    «Gracias por tanto, yo~ quisiera darte mil oportunidades de soñar, soña-ar ar~»

    Sus dedos no tocaban cuerdas: acariciaban cuencos de cristal flotando sobre agua tibia, cada vibración una ofrenda de esperanza, cada acorde un pétalo lanzado al altar invisible de un dios olvidado.

    Pensó en él: en su sombra distante, en su andar sereno, en ese peso de eternidad que a veces ella podía ver en sus ojos —cuando nadie lo notaba—. Y al recordar su infancia, cuando Morfeo era un dios lejano y silencioso, las notas se volvieron más íntimas: como el crujido de una caja de música olvidada, como la risa que no se escucha pero se intuye en el eco de un sueño.

    «Ahora ya no soy tan pequeña, y creo que entiendo que la eternidad que padeces no es tan divertida como la mía...»

    Las cuerdas respondieron como cintas de seda que se desenrollan en el aire, girando suaves sobre columnas de luz.

    «…así que~ te propongo disfrutar de mi lugar para intentar ir un poco en contra de las reglas, sé rebelde, sé libre y disfruta de mi luz...»

    El ritmo cambió, y por un instante, fue el galopar lento de un unicornio sobre campos de algodón, tan suave como la risa de un ser amado al volver del olvido.

    El manto de Morfeo que la había cubierto todo su sueño diurno y actual, aunque ausente aun sin el presente, se sentía cerca. Como si su presencia se moldeara entre cada acorde, cada respiro, cada palabra.

    «Disfruta la canción, mi lira y la sensación, que hoy te toca soñar despierto a ti, protector de ensueño~»

    Y al final, su voz se volvió plegaria:
    una gota de miel cayendo sobre la herida más escondida,
    un beso sin labios,
    una estrella que no muere,
    una caricia que no pide nada.

    «Tal vez no sea un sueño físico... Tal vez~ no es lo que pensabas...
    Pero... aunque sea déjame soñar contigo, y soñar que te dejas querer un poquito más~»

    La última nota no se oyó. SE SINTIÓ.
    Como si el universo contuviera el aliento por un instante.
    Esperaba que pudiera siquiera conseguir ser un dios dormido, y que aunque, le hubiese causado motivos para sonreír, en un tiempo ya finalizando el día cotidiano.
    Después de un día colmado de pequeños placeres —tan sencillos como respirar sin preocupaciones o reírse al ver la forma absurda en que caen los pétalos del almendro—, la diosa se recostó al fin en el mundo que más le pertenecía: los sueños. No los de los mortales, no los impuestos por los dioses... sino aquellos que brotaban de su corazón eterno, que brillaban con el mismo color dorado del néctar que solía servir en los banquetes del Olimpo. Sus pies apenas rozaban la nada. Una nube dorada le sirvió de trono, mullida y tibia, mientras los dados de Hermes danzaban a su alrededor como luciérnagas juguetonas, lanzando destellos de buena suerte, de infancia, de travesura divina. Con una sonrisa suave, casi traviesa, invocó a su compañera más leal: la pequeña lira, que apareció entre sus manos como si hubiera estado esperándola. Sus dedos tocaron las cuerdas con ternura, y el sonido que brotó no fue nota ni palabra. Fue una brisa de luz rozando campanillas de cristal en descenso, un saludo cálido desde el alma misma del amanecer. Inspiró hondo, y el tamborileo de su corazón marcó el compás como golpecitos en la superficie de un estanque dormido. «Dices que nadie te sueña~ Dices que nadie te adora~ mmm~ Entonces me pregunto: ¿Qué soy yo entonces?» Su voz no era de este mundo. Tenía la textura del azúcar derretida bajo el sol, la resonancia de un recuerdo que siempre hace sonreír. Las cuerdas respondieron a su canto con un juego encantado: sonaron como el tintinear de cucharas de plata chocando suavemente en una cocina celestial, curiosas, como niños que observan al dios solitario desde la distancia. «Dices que no puedes soñar~ entonces te invito hoy, a soñar conmigo, querido Morfeo~» Aquel nombre fue pronunciado como si fuera un regalo envuelto en cintas de luz. Y la lira se volvió puro murmullo: el suspiro de una estrella cayendo al mar, una brizna de viento que pasa entre cortinas de lino en una siesta de verano. Los sonidos se enroscaban como humo dorado, ascendiendo y envolviendo el firmamento con una dulzura tan pura que rompía. «Gracias por tanto, yo~ quisiera darte mil oportunidades de soñar, soña-ar ar~» Sus dedos no tocaban cuerdas: acariciaban cuencos de cristal flotando sobre agua tibia, cada vibración una ofrenda de esperanza, cada acorde un pétalo lanzado al altar invisible de un dios olvidado. Pensó en él: en su sombra distante, en su andar sereno, en ese peso de eternidad que a veces ella podía ver en sus ojos —cuando nadie lo notaba—. Y al recordar su infancia, cuando Morfeo era un dios lejano y silencioso, las notas se volvieron más íntimas: como el crujido de una caja de música olvidada, como la risa que no se escucha pero se intuye en el eco de un sueño. «Ahora ya no soy tan pequeña, y creo que entiendo que la eternidad que padeces no es tan divertida como la mía...» Las cuerdas respondieron como cintas de seda que se desenrollan en el aire, girando suaves sobre columnas de luz. «…así que~ te propongo disfrutar de mi lugar para intentar ir un poco en contra de las reglas, sé rebelde, sé libre y disfruta de mi luz...» El ritmo cambió, y por un instante, fue el galopar lento de un unicornio sobre campos de algodón, tan suave como la risa de un ser amado al volver del olvido. El manto de Morfeo que la había cubierto todo su sueño diurno y actual, aunque ausente aun sin el presente, se sentía cerca. Como si su presencia se moldeara entre cada acorde, cada respiro, cada palabra. «Disfruta la canción, mi lira y la sensación, que hoy te toca soñar despierto a ti, protector de ensueño~» Y al final, su voz se volvió plegaria: una gota de miel cayendo sobre la herida más escondida, un beso sin labios, una estrella que no muere, una caricia que no pide nada. «Tal vez no sea un sueño físico... Tal vez~ no es lo que pensabas... Pero... aunque sea déjame soñar contigo, y soñar que te dejas querer un poquito más~» La última nota no se oyó. SE SINTIÓ. Como si el universo contuviera el aliento por un instante. Esperaba que pudiera siquiera conseguir ser un dios dormido, y que aunque, le hubiese causado motivos para sonreír, en un tiempo ya finalizando el día cotidiano.
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  • Encontrarse a una misma era una tarea complicada para cualquiera. Había quien desde la infancia ya tenia muy claro donde quería enfocar su vida adulta. Los habia que se encontraban a si mismos en la adolescencia... Los habia quien nunca eran capaces de hacerlo y... luego estaba Nora.


    Acababan de devolverle su vida y ahora, por mucha seguridad en si misma que estaba demostrando, por mucho que hubiera aprendido, por mucho que hubiera avanzado... se sentía infinitamente perdida. Había recuperado, después de quince años, las riendas de su vida y cada paso que daba... le hacía sentir absoluto pánico... Porque... ¿estaría tomando las decisiones correctas?

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ #SeductiveSunday

    ㅤㅤㅤㅤㅤ #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    Encontrarse a una misma era una tarea complicada para cualquiera. Había quien desde la infancia ya tenia muy claro donde quería enfocar su vida adulta. Los habia que se encontraban a si mismos en la adolescencia... Los habia quien nunca eran capaces de hacerlo y... luego estaba Nora. Acababan de devolverle su vida y ahora, por mucha seguridad en si misma que estaba demostrando, por mucho que hubiera aprendido, por mucho que hubiera avanzado... se sentía infinitamente perdida. Había recuperado, después de quince años, las riendas de su vida y cada paso que daba... le hacía sentir absoluto pánico... Porque... ¿estaría tomando las decisiones correctas? ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ #SeductiveSunday ㅤㅤㅤㅤㅤ #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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