• Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    La amistad no se mide en risas compartidas, ni en el tiempo que se permanece cerca, sino en la quietud que deja su ausencia y la forma en que, aún en el silencio, su presencia nos acompaña.

    Un verdadero amigo no siempre dice lo correcto ni está en todos los momentos, pero su recuerdo tiene la forma exacta del consuelo. Es aquel que, sin pedir nada, elige quedarse cuando todo se desmorona, y que, con una palabra o una mirada, recuerda quiénes somos cuando incluso nosotros lo hemos olvidado.

    La amistad no es perfecta. A veces hiere, a veces se aleja… pero si es verdadera, siempre vuelve. Porque hay lazos que no nacen del tiempo, sino del alma. Y esos, ni la distancia ni el olvido pueden romperlos.
    La amistad no se mide en risas compartidas, ni en el tiempo que se permanece cerca, sino en la quietud que deja su ausencia y la forma en que, aún en el silencio, su presencia nos acompaña. Un verdadero amigo no siempre dice lo correcto ni está en todos los momentos, pero su recuerdo tiene la forma exacta del consuelo. Es aquel que, sin pedir nada, elige quedarse cuando todo se desmorona, y que, con una palabra o una mirada, recuerda quiénes somos cuando incluso nosotros lo hemos olvidado. La amistad no es perfecta. A veces hiere, a veces se aleja… pero si es verdadera, siempre vuelve. Porque hay lazos que no nacen del tiempo, sino del alma. Y esos, ni la distancia ni el olvido pueden romperlos.
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  • ╔════ஓ๑๑ஓ════╗
    ❝ El tiempo no corre… espera. ❞
    — Ilitía
    ╚════ஓ๑๑ஓ════╝

    ❝ Creen que todo nace en un instante,
    pero no hay instante sin espera.
    El tiempo no se impone, se estira como un suspiro largo.

    He aprendido que cada cosa llega cuando debe.
    Ni antes, ni después.
    Ni el amor, ni la vida, ni el olvido.

    A veces, lo que esperas está creciendo en silencio.
    Como una semilla que florece sin testigos. ❞

    ──────────ஓ๑๑ஓ──────────
    ╔════ஓ๑⌛๑ஓ════╗ ❝ El tiempo no corre… espera. ❞ — Ilitía ╚════ஓ๑⌛๑ஓ════╝ ❝ Creen que todo nace en un instante, pero no hay instante sin espera. El tiempo no se impone, se estira como un suspiro largo. He aprendido que cada cosa llega cuando debe. Ni antes, ni después. Ni el amor, ni la vida, ni el olvido. A veces, lo que esperas está creciendo en silencio. Como una semilla que florece sin testigos. ❞ ──────────ஓ๑⌛๑ஓ──────────
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  • Se había marchado, adentrándose en el abismo que existe más allá del Velo, donde ni los dioses pueden sostener su forma sin romperse. No dijo adiós. No explicó su partida. Solo desapareció, arrastrado por un eco.

    Descendió por voluntad propia, pero el viaje lo quebró. Primero olvidó el tiempo. Luego su nombre. Después, incluso la forma de su rostro. Solo quedó su esencia, flotando entre pensamientos que no eran suyos, atrapado en esa prisión, pues los dioses no mueren, simplemente se olvidan. 

    Fue en busca de algo perdido: un fragmento de sí mismo, robado por los Primigenios del Olvido.

    Lo encontró, pero no volvió solo.

    Ni siquiera él supo cómo es que pudo volver, solo cruzó de regreso al reino de los mortales. Allí su sombra temblaba, alterada.

     Aún debilitado por su travesía, se levantó del suelo y alzó la mirada al cielo. Sus ojos ya no brillaban con el fulgor de los sueños. Estaban nublados, llenos de ecos.

    El dios del sueño había vuelto. Más oscuro. Más sabio. Más verdadero.

    Porque ahora sabía que el verdadero sueño no es evadir la oscuridad... es soñar incluso dentro de ella.


    Se había marchado, adentrándose en el abismo que existe más allá del Velo, donde ni los dioses pueden sostener su forma sin romperse. No dijo adiós. No explicó su partida. Solo desapareció, arrastrado por un eco. Descendió por voluntad propia, pero el viaje lo quebró. Primero olvidó el tiempo. Luego su nombre. Después, incluso la forma de su rostro. Solo quedó su esencia, flotando entre pensamientos que no eran suyos, atrapado en esa prisión, pues los dioses no mueren, simplemente se olvidan.  Fue en busca de algo perdido: un fragmento de sí mismo, robado por los Primigenios del Olvido. Lo encontró, pero no volvió solo. Ni siquiera él supo cómo es que pudo volver, solo cruzó de regreso al reino de los mortales. Allí su sombra temblaba, alterada.  Aún debilitado por su travesía, se levantó del suelo y alzó la mirada al cielo. Sus ojos ya no brillaban con el fulgor de los sueños. Estaban nublados, llenos de ecos. El dios del sueño había vuelto. Más oscuro. Más sabio. Más verdadero. Porque ahora sabía que el verdadero sueño no es evadir la oscuridad... es soñar incluso dentro de ella.
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  • A veces preparando las comidas para Alice, me olvido que son para Alice y termino comiéndomelo todo.
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  • Era el solsticio del quinto sol, el día marcado por los códices como el Juicio del Tezcatlipoca, el día en que los corazones serían sopesados por el humo negro que todo lo ve.

    El pueblo, temeroso y desnudo bajo los jirones del destino, observaba desde abajo, sabiendo que nadie saldría indemne. Desde las alturas, se escuchaba el retumbar de tambores hechos con piel de prisionero que golpeaban con fuerza y en ritmo. El humo de las antorchas se mezclaba con los cánticos guturales que invocaban a la Deidad, Tezcatlioca, el dios del espejo que refleja lo peor de cada hombre.

    Cuando el eclipse comenzó, el sol se tornó un ojo cerrado. Las aves huyeron, los perros dejaron de ladrar y gemían temerosos, los niños enmudecieron. El cielo se tornó rojo, luego gris opaco, y finalmente, negro como el abismo donde habita el Espejo Humeante.

    Desde la cima del templo, uno de los sacerdotes alzó los brazos con una daga de obsidiana, que parecía sangrar por voluntad propia. Su voz resonó:


    —¡Hoy el Tezcatlipoca se arrastra desde el humo para devorar a los débiles! ¡Hoy el juicio recae sobre nuestra sangre!

    Uno a uno, los elegidos subieron. Guerreros, doncellas, incluso nobles. Ninguno gritó. La daga silbaba en el aire, y los corazones ardientes eran alzados hacia el eclipse, como ofrendas para detener el olvido. Pero no fue suficiente... El eclipse no se detuvo.

    ...
    Era el solsticio del quinto sol, el día marcado por los códices como el Juicio del Tezcatlipoca, el día en que los corazones serían sopesados por el humo negro que todo lo ve. El pueblo, temeroso y desnudo bajo los jirones del destino, observaba desde abajo, sabiendo que nadie saldría indemne. Desde las alturas, se escuchaba el retumbar de tambores hechos con piel de prisionero que golpeaban con fuerza y en ritmo. El humo de las antorchas se mezclaba con los cánticos guturales que invocaban a la Deidad, Tezcatlioca, el dios del espejo que refleja lo peor de cada hombre. Cuando el eclipse comenzó, el sol se tornó un ojo cerrado. Las aves huyeron, los perros dejaron de ladrar y gemían temerosos, los niños enmudecieron. El cielo se tornó rojo, luego gris opaco, y finalmente, negro como el abismo donde habita el Espejo Humeante. Desde la cima del templo, uno de los sacerdotes alzó los brazos con una daga de obsidiana, que parecía sangrar por voluntad propia. Su voz resonó: —¡Hoy el Tezcatlipoca se arrastra desde el humo para devorar a los débiles! ¡Hoy el juicio recae sobre nuestra sangre! Uno a uno, los elegidos subieron. Guerreros, doncellas, incluso nobles. Ninguno gritó. La daga silbaba en el aire, y los corazones ardientes eran alzados hacia el eclipse, como ofrendas para detener el olvido. Pero no fue suficiente... El eclipse no se detuvo. ...
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  • Angela me dejó frente al portal hace media hora. Iba a tomar café con su amiga. Tiempo justo para que yo viniera a buscar unos papeles, ropa, la Glock con silenciador y poco más. También coger a Lunetta

    Entro como siempre, viendo todo en orden. Cierro la puerta, dejo el abrigo en el perchero, me recojo el pelo en una coleta rápida y voy directo al dormitorio. Saco la caja de munición de la estantería y la meto en la bolsa negra. Me agacho para buscar la pistola detrás del doble fondo de la cómoda.

    Y entonces escucho el sonido. Una respiración.

    Me congelo y me levanto despacio girándome. Lo veo.

    Está en el pasillo.
    Apoyado en la pared como si fuera su puta casa.

    Mi padre.

    Más delgado, con la barba sucia, los ojos más hundidos, pero igual.
    La misma mirada.

    —¿No vas a saludar, bambina?

    No digo nada ni me muevo. Él da un paso. Yo otro hacia atrás.

    —Te tomaste tu tiempo —escupo.
    —Tú también —dice él—. Doce años es mucho, ¿no crees?

    —Te lo merecías.

    Sonríe. Esa sonrisa ladeada que me dan ganas de borrarle de un puñetazo.

    —Me entregaste. A los doce. ¿Te acuerdas?
    —No me olvido de lo que hice bien.

    Él asiente despacio. Se saca un cuchillo pequeño del bolsillo del abrigo.

    —No vengo a matarte aún. Solo quería que supieras que estoy de vuelta.
    —Te metiste solo en ese agujero. Yo solo abrí la puerta.

    —Y ahora te la vengo a cerrar —dice.

    Se me lanza encima antes de que reaccione. Me cubro el costado pero el cuchillo me roza por debajo de la costilla izquierda. No es profundo, pero me quema al instante. Me echo hacia atrás, le doy una patada en la rodilla, lo desestabilizo, cojo la lámpara de la mesita y se la estampo en la cabeza. No lo dejo caer. Le clavo la rodilla en el pecho y él se ríe con la sangre en los labios.

    —Esto es solo el principio.

    Se levanta como puede. Cojea, pero sale por la ventana de la cocina. La dejó semiabierta, el muy desgraciado.

    Respiro agitada. Me miro la camiseta. Rota y manchada de rojo.
    La herida no es grave, pero sangra. Me limpio como puedo vendándome el torso y me pongo una camisa nueva encima. Todo limpio.

    Pienso en llamar a Angela. No sé si debería contárselo, así que espero a que acabe y me recoja. Ya decidiré si se lo digo o no.
    Angela me dejó frente al portal hace media hora. Iba a tomar café con su amiga. Tiempo justo para que yo viniera a buscar unos papeles, ropa, la Glock con silenciador y poco más. También coger a Lunetta Entro como siempre, viendo todo en orden. Cierro la puerta, dejo el abrigo en el perchero, me recojo el pelo en una coleta rápida y voy directo al dormitorio. Saco la caja de munición de la estantería y la meto en la bolsa negra. Me agacho para buscar la pistola detrás del doble fondo de la cómoda. Y entonces escucho el sonido. Una respiración. Me congelo y me levanto despacio girándome. Lo veo. Está en el pasillo. Apoyado en la pared como si fuera su puta casa. Mi padre. Más delgado, con la barba sucia, los ojos más hundidos, pero igual. La misma mirada. —¿No vas a saludar, bambina? No digo nada ni me muevo. Él da un paso. Yo otro hacia atrás. —Te tomaste tu tiempo —escupo. —Tú también —dice él—. Doce años es mucho, ¿no crees? —Te lo merecías. Sonríe. Esa sonrisa ladeada que me dan ganas de borrarle de un puñetazo. —Me entregaste. A los doce. ¿Te acuerdas? —No me olvido de lo que hice bien. Él asiente despacio. Se saca un cuchillo pequeño del bolsillo del abrigo. —No vengo a matarte aún. Solo quería que supieras que estoy de vuelta. —Te metiste solo en ese agujero. Yo solo abrí la puerta. —Y ahora te la vengo a cerrar —dice. Se me lanza encima antes de que reaccione. Me cubro el costado pero el cuchillo me roza por debajo de la costilla izquierda. No es profundo, pero me quema al instante. Me echo hacia atrás, le doy una patada en la rodilla, lo desestabilizo, cojo la lámpara de la mesita y se la estampo en la cabeza. No lo dejo caer. Le clavo la rodilla en el pecho y él se ríe con la sangre en los labios. —Esto es solo el principio. Se levanta como puede. Cojea, pero sale por la ventana de la cocina. La dejó semiabierta, el muy desgraciado. Respiro agitada. Me miro la camiseta. Rota y manchada de rojo. La herida no es grave, pero sangra. Me limpio como puedo vendándome el torso y me pongo una camisa nueva encima. Todo limpio. Pienso en llamar a Angela. No sé si debería contárselo, así que espero a que acabe y me recoja. Ya decidiré si se lo digo o no.
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    ¡Hola de nuevo gente!

    Después de 4 meses de pausa puedo decir que Maomao está de vuelta. Me tomé un tiempo para enfocarme en los estudios y dar lo mejor de mi en este primer año de universidad (que no ha sido nada fácil).

    Ahora que por fin llegaron las vacaciones toca desempolvar el rol como uno de mis queridos hobbies que es.
    Voy a intentar estar lo más activa posible, sin dejar de lado mi merecido descanso y desconexión mental.

    Aprovecho para avisar que mis respuestas pueden tardar un poco (días) dependiendo del rol. Prefiero tomarme el tiempo para ofrecer un rol autentico frente a un rol rápido para salir del paso. Desgraciadamente en alguna ocasión olvidé esa prioridad y no me siento nada orgullosa.

    Si teníamos algún rol a medias y deseas retomarlo, házmelo saber, no quiero dejar a nadie en el olvido.

    Y si nunca roleamos pero te interesa mi personaje, te animo a ello.

    Eso es todo por ahora, me dejo de palabrería que seguro aburrí a más de uno.

    ¡Un gusto volver a veros <3!
    ¡Hola de nuevo gente! Después de 4 meses de pausa puedo decir que Maomao está de vuelta. Me tomé un tiempo para enfocarme en los estudios y dar lo mejor de mi en este primer año de universidad (que no ha sido nada fácil). Ahora que por fin llegaron las vacaciones toca desempolvar el rol como uno de mis queridos hobbies que es. Voy a intentar estar lo más activa posible, sin dejar de lado mi merecido descanso y desconexión mental. Aprovecho para avisar que mis respuestas pueden tardar un poco (días) dependiendo del rol. Prefiero tomarme el tiempo para ofrecer un rol autentico frente a un rol rápido para salir del paso. Desgraciadamente en alguna ocasión olvidé esa prioridad y no me siento nada orgullosa. Si teníamos algún rol a medias y deseas retomarlo, házmelo saber, no quiero dejar a nadie en el olvido. Y si nunca roleamos pero te interesa mi personaje, te animo a ello. Eso es todo por ahora, me dejo de palabrería que seguro aburrí a más de uno. ¡Un gusto volver a veros <3!
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  • — No imaginé nunca que el olvido fuera a doler tanto... —
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ||• Necesito vacaciones. Tanto trabajo, tantos roles por responder y las responsabilidades me quitan la inspiración dándome sueño y fatiga.

    Los quiero; lamento la tardanza de siempre pero nunca los olvido ni olvidaré, ni tampoco los ignoro, no piensen en eso cuándo ando de vez en cuando un ratito por acá. Son increíbles rolers y cuando pueda les respondo a todos. ♡
    ||• Necesito vacaciones. Tanto trabajo, tantos roles por responder y las responsabilidades me quitan la inspiración dándome sueño y fatiga. Los quiero; lamento la tardanza de siempre pero nunca los olvido ni olvidaré, ni tampoco los ignoro, no piensen en eso cuándo ando de vez en cuando un ratito por acá. Son increíbles rolers y cuando pueda les respondo a todos. ♡
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