Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
Esto se ha publicado como Out Of Character.
Tenlo en cuenta al responder.
La amistad no se mide en risas compartidas, ni en el tiempo que se permanece cerca, sino en la quietud que deja su ausencia y la forma en que, aún en el silencio, su presencia nos acompaña.

Un verdadero amigo no siempre dice lo correcto ni está en todos los momentos, pero su recuerdo tiene la forma exacta del consuelo. Es aquel que, sin pedir nada, elige quedarse cuando todo se desmorona, y que, con una palabra o una mirada, recuerda quiénes somos cuando incluso nosotros lo hemos olvidado.

La amistad no es perfecta. A veces hiere, a veces se aleja… pero si es verdadera, siempre vuelve. Porque hay lazos que no nacen del tiempo, sino del alma. Y esos, ni la distancia ni el olvido pueden romperlos.
La amistad no se mide en risas compartidas, ni en el tiempo que se permanece cerca, sino en la quietud que deja su ausencia y la forma en que, aún en el silencio, su presencia nos acompaña. Un verdadero amigo no siempre dice lo correcto ni está en todos los momentos, pero su recuerdo tiene la forma exacta del consuelo. Es aquel que, sin pedir nada, elige quedarse cuando todo se desmorona, y que, con una palabra o una mirada, recuerda quiénes somos cuando incluso nosotros lo hemos olvidado. La amistad no es perfecta. A veces hiere, a veces se aleja… pero si es verdadera, siempre vuelve. Porque hay lazos que no nacen del tiempo, sino del alma. Y esos, ni la distancia ni el olvido pueden romperlos.
0 comentarios 0 compartidos
Patrocinados
Patrocinados