• - Nyx había oído de un pequeño festival en algún lugar de Britania, pensó que allí podría encontrar un libro nuevo , algún libro de esos que ella doraba asi que decidió buscarlo aquellas pequeñas tiendas , mientras solo caminaba por el lugar . -
    - Nyx había oído de un pequeño festival en algún lugar de Britania, pensó que allí podría encontrar un libro nuevo , algún libro de esos que ella doraba asi que decidió buscarlo aquellas pequeñas tiendas , mientras solo caminaba por el lugar . -
    Me gusta
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos 318 vistas
  • Estás realmente seguro que esto va a funcionar? Creo que es ridículo que vestirme así para el festival nos ayude a ganar ...
    Coke
    Estás realmente seguro que esto va a funcionar? Creo que es ridículo que vestirme así para el festival nos ayude a ganar ... [Coke]
    Me encocora
    Me gusta
    9
    10 turnos 0 maullidos 552 vistas
  • Esa mañana fue la primera vez que bajó al pueblo en búsqueda de alimento.
    Caminó unos kilómetros al sur saliendo del Santuario por el sendero de la izquierda atravesando la ladera, todos los árboles de un color ocre anaranjado acompañaban sus pasos, el paisaje era hermoso, digno de un cuadro.

    Era una extranjera en tierras lejanas, aunque andaba con un Yukata sus rasgos desde su pelo escarlata y sus ojos color fuego no pasaban desapercibidos, para Liz era imposible mimetizarse entre la gente quienes murmuraban a sus espaldas y la veían descaradamente, ella se limitaba a sonreír de manera cordial.
    Era Octubre o mejor dicho "Kannazuki - El mes de los dioses". Todo el poblado estaba en época de festivales, las personas iban de allá para acá haciendo los preparativos correspondientes y ella sólo quería comprar un poco de alimento pero nadie le entendía.
    Resignada se acercó a un puesto del pequeño mercado y con mímicas hacía el gesto de comida, para su fortuna el anciano entendió y le vendió una especie de buñuelos

    ──Takoyaki - señalaba la porción de comida- Takoyaki
    ── Gracias por el Takoyaki entonces(?

    Dicho esto pagó las monedas que el hombre le indicaba y junto con el vuelto este le entregó un hermoso adorno para el pelo hecho de flores y un papel que parecía ser una especie de afiche con dibujos de faroles que decoraban todo el borde

    光の祭り
    土曜日になります
    神々に感謝する

    Elizabeth sorprendida por el detalle agradeció una vez más inclinando su cabeza y no dudó en ponerse el delicado tocado. El papel lo guardó para más tarde poder descifrarlo.

    La pelirroja siempre había estado de paso de poblado en poblado, esta era la primera vez que se había asentado en un lugar a pesar de la hostilidad que percibió en un principio, el gesto del anciano le dio esperanzas
    Esa mañana fue la primera vez que bajó al pueblo en búsqueda de alimento. Caminó unos kilómetros al sur saliendo del Santuario por el sendero de la izquierda atravesando la ladera, todos los árboles de un color ocre anaranjado acompañaban sus pasos, el paisaje era hermoso, digno de un cuadro. Era una extranjera en tierras lejanas, aunque andaba con un Yukata sus rasgos desde su pelo escarlata y sus ojos color fuego no pasaban desapercibidos, para Liz era imposible mimetizarse entre la gente quienes murmuraban a sus espaldas y la veían descaradamente, ella se limitaba a sonreír de manera cordial. Era Octubre o mejor dicho "Kannazuki - El mes de los dioses". Todo el poblado estaba en época de festivales, las personas iban de allá para acá haciendo los preparativos correspondientes y ella sólo quería comprar un poco de alimento pero nadie le entendía. Resignada se acercó a un puesto del pequeño mercado y con mímicas hacía el gesto de comida, para su fortuna el anciano entendió y le vendió una especie de buñuelos ──Takoyaki - señalaba la porción de comida- Takoyaki 🌹── Gracias por el Takoyaki entonces(? Dicho esto pagó las monedas que el hombre le indicaba y junto con el vuelto este le entregó un hermoso adorno para el pelo hecho de flores y un papel que parecía ser una especie de afiche con dibujos de faroles que decoraban todo el borde 光の祭り 土曜日になります 神々に感謝する Elizabeth sorprendida por el detalle agradeció una vez más inclinando su cabeza y no dudó en ponerse el delicado tocado. El papel lo guardó para más tarde poder descifrarlo. La pelirroja siempre había estado de paso de poblado en poblado, esta era la primera vez que se había asentado en un lugar a pesar de la hostilidad que percibió en un principio, el gesto del anciano le dio esperanzas
    Me gusta
    Me encocora
    7
    9 turnos 0 maullidos 1082 vistas
  • Esa noche el zorro no llegó a casa...

    Lo habían tomado por sorpresa. Si de algo se le podía acusar a Kazuo, era a veces de confiado. Esa noche después del festival caminaba por el bosque rumbo a su templo, con aire jovial y despreocupado.

    Comenzó a llover, parecía una premonición a lo que se iba a acontecer. La lluvia impidió que lo pudiese oler, no le dio tiempo ha reaccionar. De las sombras un montruoso Ōmukade emergió atrapándolo entre sus afiladas fauces. Era enorme, tran grande como una hilera de nueve carros tirados por bestias. Este clavó sus afilados colmillos de sierra en el zorro, inyectándole su mortal veneno en su corriente sanguínea. El zorro en un intento desesperado clava sus garras en uno de sus ojos, dejando salir sus llamas azules, aquella que ardían sobre todo lo maligno.

    Finalmente el Ōmukade soltó al zorro de un latigazo, haciéndole rodar por el suelo. El simple ataque de este es suficiente para que el demonio con cuerpo de escalopendra se marchará a las profundidades del bosque.

    Kazuo no podía transformase, ese veneno ponzoñoso lo impedía. Bien es sabido que aquello no lo mataría, pero aún así este llace inconsciente sobre el empapado suelo, mientras su sangre se mezclaban con el barro bajo su cuerpo.

    Quedó allí tendido, únicamente acompañado por la fría lluvia y oscuridad del bosque.
    Esa noche el zorro no llegó a casa... Lo habían tomado por sorpresa. Si de algo se le podía acusar a Kazuo, era a veces de confiado. Esa noche después del festival caminaba por el bosque rumbo a su templo, con aire jovial y despreocupado. Comenzó a llover, parecía una premonición a lo que se iba a acontecer. La lluvia impidió que lo pudiese oler, no le dio tiempo ha reaccionar. De las sombras un montruoso Ōmukade emergió atrapándolo entre sus afiladas fauces. Era enorme, tran grande como una hilera de nueve carros tirados por bestias. Este clavó sus afilados colmillos de sierra en el zorro, inyectándole su mortal veneno en su corriente sanguínea. El zorro en un intento desesperado clava sus garras en uno de sus ojos, dejando salir sus llamas azules, aquella que ardían sobre todo lo maligno. Finalmente el Ōmukade soltó al zorro de un latigazo, haciéndole rodar por el suelo. El simple ataque de este es suficiente para que el demonio con cuerpo de escalopendra se marchará a las profundidades del bosque. Kazuo no podía transformase, ese veneno ponzoñoso lo impedía. Bien es sabido que aquello no lo mataría, pero aún así este llace inconsciente sobre el empapado suelo, mientras su sangre se mezclaban con el barro bajo su cuerpo. Quedó allí tendido, únicamente acompañado por la fría lluvia y oscuridad del bosque.
    Me shockea
    Me entristece
    4
    81 turnos 0 maullidos 1366 vistas
  • Festival Nocturno
    Fandom Oc libre
    Categoría Fantasía
    Hoy se celebra el Shichi-go-san. El festival de los niños, donde estos van a los satuarios y templos donde le dan las gracias a los dioses por haber crecido sanos. Los santuarios más concurridos son aquellos de tributo a Inari, que no solo es el de la cosecha, si no también el de la buena suerte y fertilidad.

    La noche cae, y cada vez hay menos personas. Pero si sigues adentrándote en el bosque puede que veas unos farolillos en la lejanía, donde pocos llegan.

    La escalera es empinada, deteriorada por el paso del tiempo. Se nota que aquel lugar es viejo, tan viejo que no se podría determinar su antigüedad. Pasando el Tori encuentras un templo, antiguo pero bien cuidado, se nota que alguien lo mantiene.

    Y allí a lo lejos lo ves. Un joven que no aparenta más de 30 años. Va vestido acorde con la celebración...Pero ¿Que lleva puesto?, ¿Eso es una máscara de zorro?. Este se encontraba encendiendo inciensos cuando de pronto captas su atención. Este con lentitud retira su máscara para mirarte con una cálida sonrisa. Era hermoso, como la flor de araña, y con unos ojos tan azules y brillantes como el lapislázuli. Una melena negra azabache enmarcaba sus suaves facciones.

    - Bienvenid@. ¿Deseas presentar tus respetos al Kami.?- Decía mientras hacía una leve inclinación de cabeza a modo de saludo.

    La voz de este era amable, suave como una caricia. Pero en sus ojos se dibujaba la astucia y sabiduría.

    Apenas habían visitantes en el lugar, el cual se iba vaciando poco a poco.
    Hoy se celebra el Shichi-go-san. El festival de los niños, donde estos van a los satuarios y templos donde le dan las gracias a los dioses por haber crecido sanos. Los santuarios más concurridos son aquellos de tributo a Inari, que no solo es el de la cosecha, si no también el de la buena suerte y fertilidad. La noche cae, y cada vez hay menos personas. Pero si sigues adentrándote en el bosque puede que veas unos farolillos en la lejanía, donde pocos llegan. La escalera es empinada, deteriorada por el paso del tiempo. Se nota que aquel lugar es viejo, tan viejo que no se podría determinar su antigüedad. Pasando el Tori encuentras un templo, antiguo pero bien cuidado, se nota que alguien lo mantiene. Y allí a lo lejos lo ves. Un joven que no aparenta más de 30 años. Va vestido acorde con la celebración...Pero ¿Que lleva puesto?, ¿Eso es una máscara de zorro?. Este se encontraba encendiendo inciensos cuando de pronto captas su atención. Este con lentitud retira su máscara para mirarte con una cálida sonrisa. Era hermoso, como la flor de araña, y con unos ojos tan azules y brillantes como el lapislázuli. Una melena negra azabache enmarcaba sus suaves facciones. - Bienvenid@. ¿Deseas presentar tus respetos al Kami.?- Decía mientras hacía una leve inclinación de cabeza a modo de saludo. La voz de este era amable, suave como una caricia. Pero en sus ojos se dibujaba la astucia y sabiduría. Apenas habían visitantes en el lugar, el cual se iba vaciando poco a poco.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me encocora
    2
    0 turnos 1 maullido 1562 vistas
  • Se acercaba el Niiname-sai, el festival de la cosecha y del agradecimiento a la naturaleza por los frutos que la tierra nos otorga.

    Kazuo, como Zenko, mensajero del Kami Inari, danzaba por las noches con sus llamas color zafiro. La luz que estas emitían alertaba a los habitantes de las aldeas cercanas de que sería un año de abundante cosecha, de que sus rezos y ofrendas habían sido entregados por un kitsune a la deidad.

    Kazuo amaba especialmente el otoño. Disfrutaba del aroma a madera y pino, del olor de las castañas asadas al pasar por los mercados, de los boniatos a la brasa y de las pastas de almendra. Dejaba que sus ojos capturaran la sinfonía de colores que ofrecían los árboles. Sus hojas de color rojo, amarillo y marrón, combinadas, parecían abrir un camino hacia el templo de los dioses.

    Aquel crepúsculo, el zorro se encontraba en la pradera, disfrutando de los últimos rayos de sol sobre su piel. Esa noche volvería a danzar, a danzar para que sus llamas atraparan los deseos ajenos y los llevara a su Kami.
    Se acercaba el Niiname-sai, el festival de la cosecha y del agradecimiento a la naturaleza por los frutos que la tierra nos otorga. Kazuo, como Zenko, mensajero del Kami Inari, danzaba por las noches con sus llamas color zafiro. La luz que estas emitían alertaba a los habitantes de las aldeas cercanas de que sería un año de abundante cosecha, de que sus rezos y ofrendas habían sido entregados por un kitsune a la deidad. Kazuo amaba especialmente el otoño. Disfrutaba del aroma a madera y pino, del olor de las castañas asadas al pasar por los mercados, de los boniatos a la brasa y de las pastas de almendra. Dejaba que sus ojos capturaran la sinfonía de colores que ofrecían los árboles. Sus hojas de color rojo, amarillo y marrón, combinadas, parecían abrir un camino hacia el templo de los dioses. Aquel crepúsculo, el zorro se encontraba en la pradera, disfrutando de los últimos rayos de sol sobre su piel. Esa noche volvería a danzar, a danzar para que sus llamas atraparan los deseos ajenos y los llevara a su Kami.
    Me gusta
    Me encocora
    3
    0 turnos 0 maullidos 688 vistas
  • 𝐒𝐡𝐢𝐧𝐨𝐛𝐮 𝐈𝐤𝐞𝐝𝐚

    Si algo era Kazuo, eso era ser bastante presumido. Sus ojos se habían puesto como platos a ver el regalo que el joven lobo le había dejado en su cuarto. Sabía que había estado ahí antes de llegar por el aroma, pero no le había importado.

    El zorro no tardó ni unos minutos en probarse su nuevo Yukata, y aunque no hubiese nadie por el templo, este se pavoneaba luciendolo con orgullo. Desde luego pensó que lo llevaría en el próximo festival que hubiese por la zona.

    Pensaría darle las gracias al joven cuando esté se sintiese mejor.
    [shinobuikeda13] Si algo era Kazuo, eso era ser bastante presumido. Sus ojos se habían puesto como platos a ver el regalo que el joven lobo le había dejado en su cuarto. Sabía que había estado ahí antes de llegar por el aroma, pero no le había importado. El zorro no tardó ni unos minutos en probarse su nuevo Yukata, y aunque no hubiese nadie por el templo, este se pavoneaba luciendolo con orgullo. Desde luego pensó que lo llevaría en el próximo festival que hubiese por la zona. Pensaría darle las gracias al joven cuando esté se sintiese mejor.
    Me gusta
    3
    3 turnos 0 maullidos 652 vistas
  • -Sostiene una foto de ella a sus 18 años, cuando hicieron un festival de primavera en su escuela y se disfrazaron de animalitos sexis, eso la hace reír mucho, algo que necesita en estos momentos-

    Creo que ese disfraz está por ahí, aunque dudo que me quede, jajaja ay, no cabe duda que recordar es volver a vivir!
    -Sostiene una foto de ella a sus 18 años, cuando hicieron un festival de primavera en su escuela y se disfrazaron de animalitos sexis, eso la hace reír mucho, algo que necesita en estos momentos- Creo que ese disfraz está por ahí, aunque dudo que me quede, jajaja ay, no cabe duda que recordar es volver a vivir!
    Me gusta
    Me encocora
    8
    2 turnos 0 maullidos 620 vistas
  • Las soltasias, las flores doradas que atrapaban la luz eran el mayor orgullo del reino. Cada año, en un breve y casi mítico periodo, los páramos que circundaban el pueblo se cubrían de su brillante resplandor, como si un hechizo antiguo los hubiera dotado de vida.

    El eco lejano de las campanas, arrastrado por el viento, rompía la quietud al anunciar el mediodía, cuando la floración alcanzaba su apogeo. En ese momento, el mundo parecía suspenderse, atrapado en la belleza hipnótica de las soltasias. Los aldeanos, conscientes de la extraña comunión entre la vida y lo etéreo que presenciaban, celebraban este día con una reverencia casi supersticiosa.

    Las canciones y danzas llenaban el aire, pero por muy jubiloso que fuera el festival, había algo en la perfección de esas flores, que susurraba misterios no resueltos para los más curiosos, sobretodo en las partes más lejanas.

    Allá estaba ella, caminando sola, sus dedos rozando suavemente los pétalos, hasta que encontró un claro de terreno más oscuro... y a su vez, percibió la presencia de alguien acercándose...
    Las soltasias, las flores doradas que atrapaban la luz eran el mayor orgullo del reino. Cada año, en un breve y casi mítico periodo, los páramos que circundaban el pueblo se cubrían de su brillante resplandor, como si un hechizo antiguo los hubiera dotado de vida. El eco lejano de las campanas, arrastrado por el viento, rompía la quietud al anunciar el mediodía, cuando la floración alcanzaba su apogeo. En ese momento, el mundo parecía suspenderse, atrapado en la belleza hipnótica de las soltasias. Los aldeanos, conscientes de la extraña comunión entre la vida y lo etéreo que presenciaban, celebraban este día con una reverencia casi supersticiosa. Las canciones y danzas llenaban el aire, pero por muy jubiloso que fuera el festival, había algo en la perfección de esas flores, que susurraba misterios no resueltos para los más curiosos, sobretodo en las partes más lejanas. Allá estaba ella, caminando sola, sus dedos rozando suavemente los pétalos, hasta que encontró un claro de terreno más oscuro... y a su vez, percibió la presencia de alguien acercándose...
    Me gusta
    Me encocora
    4
    3 turnos 0 maullidos 1676 vistas
  • ㅤㅤ⠀⠀ ⠀⠀ ⟠ ࣪ . ⠀( 七夕 )⠀ ⠀ 𝐓𝐡𝐞 𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭 𝐨𝐟 𝐒𝐞𝐯𝐞𝐧 . . . (Au w/ Caleb Galloway)
    Fandom Danmei
    Categoría Drama
    Caleb Galloway

    ㅤㅤDetrás de un abanico y una botella de tibio vino, un joven de tez nívea y ojos de plata, incapaz era de ocultar su risueña sonrisa, mientras a su alrededor la algarabía eufórica de la capital resonaba en sus oídos.

    ㅤBellas damas con rostros finamente cincelados y mejillas coloradas iban de un lado al otro, gráciles cual mariposas, desprendiendo un aroma floral que impregnaba el ambiente. Linternas rojas y decoraciones de papel colgaban de cada puesto, a la par que los tenderos se hacían con las mejores mercancías para vender.

    ㅤJing BeiYuan, quién se consideraba a sí mismo un ferviente admirador de los festivales, se encontraba extasiado con el pintoresco panorama de las tierras de su reino. El jóven iba Jing iba y venía de aquí a allá, sin que le importara estar acompañado por el príncipe heredero y la doncella que durante más de cinco años lo había estado rondando, cada dos pasos le escuchaba pedirle que no corriera por allí y se mantuviera cerca en consideración a la mujer.

    ㅤUsualmente, haría caso y mantendría la compostura, pero quién le conociera sabía que el QiXi era su festividad preferida, y con una celebración que colindaba con su cumpleaños, la gente del pueblo lo consentía durante esa noche y él se daba el lujo de ignorar cualquier orden y enterrar su protocolo, y a la primera oportunidad, salió corriendo nuevamente.

    ㅤLa noche del QiXi era joven aún, por lo que al escuchar su nombre siendo llamado por los puesteros, saludaba con su mano pero no se detenía a mirar, no quería cargar sus manos y pasar la noche incómodo, quería llegar hasta la otra punta de la capital y mirar todo lo que la noche tenía para ofrecer. Corrió todo lo que pudo hasta que no pudo avanzar, sus piernas aún era capaces pero la gente acumulada no le dejaba pasar, preguntándose qué sucedía, se escurrió hasta el frente del gentío hasta que casi, sin darse cuenta, se entrometió en una pelea de espadas.

    ㅤDió un pequeño paso atrás, pues aunque una espada colgaba en su cintura, no quería sacarla y confrontar a los jóvenes que se batían a duelo furiosos frente a la mirada de quienes, en su mayoría, eran doncellas que parecían mirar con amor a quién sería su próximo esposo, se preguntaba si alguna de ellas en verdad era pretendida por alguno de los dos espadachines.

    ㅤNo pasó mucho tiempo admirando aquella batalla hasta que sintió una mano apoyarse sobre su hombro, y al voltear la cabeza, el príncipe heredero parecía ni siquiera haberse despeinado cuando necesariamente tuvo que haber corrido detrás de él para alcanzarle en tan poco tiempo. No le importó mucho cuando le tomó de la muñeca y lo llevó al frente exclamando en voz alta.

    ㅤㅤ⸻ ¿Ves al joven de negro? Parece que ya me ha arrebatado mi lugar pero ¿Crees que vaya por el tuyo?

    ㅤ Bromeó con su mayor. BeiYuan, quién había mantenido de manera milagrosa durante tantos años un respetable tercer puesto como uno de los maestros más habilidosos, gracias a su buena puntería, sus veloces reflejos y su perfecto equilibrio, mientras que a su lado se encontraba el puesto número uno, pero aunque confiaba en las habilidades del príncipe, sus ojos se habían puesto en la técnica del joven de negro desde el segundo en que lo vió, era bueno y no parecía jugar en lo absoluto con la espada.
    [Otterlie_gj] ㅤㅤDetrás de un abanico y una botella de tibio vino, un joven de tez nívea y ojos de plata, incapaz era de ocultar su risueña sonrisa, mientras a su alrededor la algarabía eufórica de la capital resonaba en sus oídos. ㅤBellas damas con rostros finamente cincelados y mejillas coloradas iban de un lado al otro, gráciles cual mariposas, desprendiendo un aroma floral que impregnaba el ambiente. Linternas rojas y decoraciones de papel colgaban de cada puesto, a la par que los tenderos se hacían con las mejores mercancías para vender. ㅤJing BeiYuan, quién se consideraba a sí mismo un ferviente admirador de los festivales, se encontraba extasiado con el pintoresco panorama de las tierras de su reino. El jóven iba Jing iba y venía de aquí a allá, sin que le importara estar acompañado por el príncipe heredero y la doncella que durante más de cinco años lo había estado rondando, cada dos pasos le escuchaba pedirle que no corriera por allí y se mantuviera cerca en consideración a la mujer. ㅤUsualmente, haría caso y mantendría la compostura, pero quién le conociera sabía que el QiXi era su festividad preferida, y con una celebración que colindaba con su cumpleaños, la gente del pueblo lo consentía durante esa noche y él se daba el lujo de ignorar cualquier orden y enterrar su protocolo, y a la primera oportunidad, salió corriendo nuevamente. ㅤLa noche del QiXi era joven aún, por lo que al escuchar su nombre siendo llamado por los puesteros, saludaba con su mano pero no se detenía a mirar, no quería cargar sus manos y pasar la noche incómodo, quería llegar hasta la otra punta de la capital y mirar todo lo que la noche tenía para ofrecer. Corrió todo lo que pudo hasta que no pudo avanzar, sus piernas aún era capaces pero la gente acumulada no le dejaba pasar, preguntándose qué sucedía, se escurrió hasta el frente del gentío hasta que casi, sin darse cuenta, se entrometió en una pelea de espadas. ㅤDió un pequeño paso atrás, pues aunque una espada colgaba en su cintura, no quería sacarla y confrontar a los jóvenes que se batían a duelo furiosos frente a la mirada de quienes, en su mayoría, eran doncellas que parecían mirar con amor a quién sería su próximo esposo, se preguntaba si alguna de ellas en verdad era pretendida por alguno de los dos espadachines. ㅤNo pasó mucho tiempo admirando aquella batalla hasta que sintió una mano apoyarse sobre su hombro, y al voltear la cabeza, el príncipe heredero parecía ni siquiera haberse despeinado cuando necesariamente tuvo que haber corrido detrás de él para alcanzarle en tan poco tiempo. No le importó mucho cuando le tomó de la muñeca y lo llevó al frente exclamando en voz alta. ㅤㅤ⸻ ¿Ves al joven de negro? Parece que ya me ha arrebatado mi lugar pero ¿Crees que vaya por el tuyo? ㅤ Bromeó con su mayor. BeiYuan, quién había mantenido de manera milagrosa durante tantos años un respetable tercer puesto como uno de los maestros más habilidosos, gracias a su buena puntería, sus veloces reflejos y su perfecto equilibrio, mientras que a su lado se encontraba el puesto número uno, pero aunque confiaba en las habilidades del príncipe, sus ojos se habían puesto en la técnica del joven de negro desde el segundo en que lo vió, era bueno y no parecía jugar en lo absoluto con la espada.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    Me encocora
    2
    1 turno 0 maullidos 828 vistas
Ver más resultados
Patrocinados