Se acercaba el Niiname-sai, el festival de la cosecha y del agradecimiento a la naturaleza por los frutos que la tierra nos otorga.

Kazuo, como Zenko, mensajero del Kami Inari, danzaba por las noches con sus llamas color zafiro. La luz que estas emitían alertaba a los habitantes de las aldeas cercanas de que sería un año de abundante cosecha, de que sus rezos y ofrendas habían sido entregados por un kitsune a la deidad.

Kazuo amaba especialmente el otoño. Disfrutaba del aroma a madera y pino, del olor de las castañas asadas al pasar por los mercados, de los boniatos a la brasa y de las pastas de almendra. Dejaba que sus ojos capturaran la sinfonía de colores que ofrecían los árboles. Sus hojas de color rojo, amarillo y marrón, combinadas, parecían abrir un camino hacia el templo de los dioses.

Aquel crepúsculo, el zorro se encontraba en la pradera, disfrutando de los últimos rayos de sol sobre su piel. Esa noche volvería a danzar, a danzar para que sus llamas atraparan los deseos ajenos y los llevara a su Kami.
Se acercaba el Niiname-sai, el festival de la cosecha y del agradecimiento a la naturaleza por los frutos que la tierra nos otorga. Kazuo, como Zenko, mensajero del Kami Inari, danzaba por las noches con sus llamas color zafiro. La luz que estas emitían alertaba a los habitantes de las aldeas cercanas de que sería un año de abundante cosecha, de que sus rezos y ofrendas habían sido entregados por un kitsune a la deidad. Kazuo amaba especialmente el otoño. Disfrutaba del aroma a madera y pino, del olor de las castañas asadas al pasar por los mercados, de los boniatos a la brasa y de las pastas de almendra. Dejaba que sus ojos capturaran la sinfonía de colores que ofrecían los árboles. Sus hojas de color rojo, amarillo y marrón, combinadas, parecían abrir un camino hacia el templo de los dioses. Aquel crepúsculo, el zorro se encontraba en la pradera, disfrutando de los últimos rayos de sol sobre su piel. Esa noche volvería a danzar, a danzar para que sus llamas atraparan los deseos ajenos y los llevara a su Kami.
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