『 El legítimo líder de la casa Phantomhive. 』
  • Género Masculino
  • Raza Humano
  • Fandom Kuroshitsuji/Black Butler
  • Conde en la Mansión Phantomhive
  • Soltero(a)
  • Cumpleaños 14 de diciembre
  • 27 Publicaciones
  • 19 Escenas
  • Se unió en noviembre 2024
  • 63 Visitas perfil
Otra información
  • Tipo de personaje
    2D
  • Longitud narrativa
    Una línea , Semi-párrafo , Párrafo , Multi-párrafo , Novela
  • Categorías de rol
    Acción , Anime & Mangas , Aventura , Ciencia ficción , Comedia , Contemporáneo , Drama , Fantasía , Romance , Slice of Life , Suspenso , Original , Otros , Terror , Videojuegos , NSFW (+18)
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Fijado
FICHA DEL PERSONAJE
    -Ambientada en el siglo XIX/XX- 【 Primer ficha 】 Gemelos Phantomhive 『 Fecha de nacimiento: 14 de Diciembre 1875.Edad: 14 años (puede variar según el rol). Género: Hombre. Nacionalidad: Británico. 』________________     Un día nevado del mes de diciembre, Rachel Phantomhive dio a luz a dos niños,...
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  • Tenía la garganta seca. El sudor se acumulaba en su frente, haciéndolo estremecerse cada vez que una corriente fría soplaba por la noche.

    Tragó saliva.

    Las manos le temblaban, haciéndolo incapaz de mantener el cañón del arma fijo en su objetivo.

    —Tú no eres él —susurró.

    Su mirada de un azul profundo se veía ensombrecida por el recuerdo de ese mes. El desasosiego se manifestaba en su expresión arrugada con el horror.

    —Tú no eres él —repitió, con más fuerza—, ¡Ciel está muerto!

    Se mordió los labios tan fuerte que la sangre brotó en pequeñas gotitas.

    Ciel soltó una risa que solo parecía contener condescendencia. Posó una mano sobre su pecho, luciendo una gentileza fuera de lugar.

    —Pero aquí estoy —le respondió con suavidad, como si hablara con un niño pequeño. —Hermano, ¿no puedes ver la verdad frente a tus ojos?

    —Ese día… tú moriste —musitó con la voz temblorosa como sus manos, sus piernas, su cuerpo entero atrapado en el más puro pavor. —El demonio devoró tu alma. El demonio no miente.

    —¡Hmph! —soltó Ciel con desprecio, sin embargo, su sonrisa nunca se borró de su rostro jovial.
    —¿Por qué crees eso?

    —Los términos del contrato...

    —Nada es absoluto —Ciel abrió los brazos, su mirada azul brillando con algo parecido a la locura. —¡Mírame, he regresado de la muerte por ti!

    —N-No lo entiendo.

    La confusión, la culpa, el horror.

    Todo se mezclaba en su cabeza haciéndolo sentirse mareado y desorientado.

    ¿Esto… estaba sucediendo?

    ¿Esto… era real?

    Se llevó ambas manos a la cabeza, soltando el revólver en el proceso.

    El arma cayó al suelo, olvidada.

    Su cuerpo se desplomó, sus rodillas y sus palmas temblorosas tocaron el suelo frío y duro.

    El sudor caía en gruesas gotas, dejando un rastro acuoso.

    —No es real —dijo en voz alta, repitiéndolo para que así fuera verdad. —No eres real.

    Los pasos de Ciel se acercaron hasta que notó la punta de sus zapatos entrar en su rango de visión. Pisaron los rastros de las gotas, lágrimas frías que expulsaba su cuerpo desesperadamente.

    —No seas tonto —dijo Ciel, y sin siquiera verlo, sabía que tenía una sonrisa en la cara. —Pero está bien, no te preocupes. No tienes que entenderlo ahora.

    Jadeó.

    Sentía su respiración dificultosa, como si cada bocanada de aire fuera demasiado difícil y sus pulmones fueran a explotar.

    —Esta vez tengo la fuerza para protegerte —continuó diciendo Ciel, su voz distorsionándose y perdiéndose en un eco lejano. —Nada volverá a hacerte daño. Lo juro.

    Cuando despertó, tenía la boca abierta en un grito ahogado.
    Tenía la garganta seca. El sudor se acumulaba en su frente, haciéndolo estremecerse cada vez que una corriente fría soplaba por la noche. Tragó saliva. Las manos le temblaban, haciéndolo incapaz de mantener el cañón del arma fijo en su objetivo. —Tú no eres él —susurró. Su mirada de un azul profundo se veía ensombrecida por el recuerdo de ese mes. El desasosiego se manifestaba en su expresión arrugada con el horror. —Tú no eres él —repitió, con más fuerza—, ¡Ciel está muerto! Se mordió los labios tan fuerte que la sangre brotó en pequeñas gotitas. Ciel soltó una risa que solo parecía contener condescendencia. Posó una mano sobre su pecho, luciendo una gentileza fuera de lugar. —Pero aquí estoy —le respondió con suavidad, como si hablara con un niño pequeño. —Hermano, ¿no puedes ver la verdad frente a tus ojos? —Ese día… tú moriste —musitó con la voz temblorosa como sus manos, sus piernas, su cuerpo entero atrapado en el más puro pavor. —El demonio devoró tu alma. El demonio no miente. —¡Hmph! —soltó Ciel con desprecio, sin embargo, su sonrisa nunca se borró de su rostro jovial. —¿Por qué crees eso? —Los términos del contrato... —Nada es absoluto —Ciel abrió los brazos, su mirada azul brillando con algo parecido a la locura. —¡Mírame, he regresado de la muerte por ti! —N-No lo entiendo. La confusión, la culpa, el horror. Todo se mezclaba en su cabeza haciéndolo sentirse mareado y desorientado. ¿Esto… estaba sucediendo? ¿Esto… era real? Se llevó ambas manos a la cabeza, soltando el revólver en el proceso. El arma cayó al suelo, olvidada. Su cuerpo se desplomó, sus rodillas y sus palmas temblorosas tocaron el suelo frío y duro. El sudor caía en gruesas gotas, dejando un rastro acuoso. —No es real —dijo en voz alta, repitiéndolo para que así fuera verdad. —No eres real. Los pasos de Ciel se acercaron hasta que notó la punta de sus zapatos entrar en su rango de visión. Pisaron los rastros de las gotas, lágrimas frías que expulsaba su cuerpo desesperadamente. —No seas tonto —dijo Ciel, y sin siquiera verlo, sabía que tenía una sonrisa en la cara. —Pero está bien, no te preocupes. No tienes que entenderlo ahora. Jadeó. Sentía su respiración dificultosa, como si cada bocanada de aire fuera demasiado difícil y sus pulmones fueran a explotar. —Esta vez tengo la fuerza para protegerte —continuó diciendo Ciel, su voz distorsionándose y perdiéndose en un eco lejano. —Nada volverá a hacerte daño. Lo juro. Cuando despertó, tenía la boca abierta en un grito ahogado.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    | ¡Al fin terminé la ficha de los gemelos!

    Y están en proceso las fichas para los AU, no sé cuánto me tome, pero de que los voy a hacer, los voy a hacer.

    En cuanto a los roles pendientes, espero ir respondiéndolo todo hoy, tanto acá como en las otras cuentas.

    Gracias por su paciencia.
    | ¡Al fin terminé la ficha de los gemelos! 💖 Y están en proceso las fichas para los AU, no sé cuánto me tome, pero de que los voy a hacer, los voy a hacer. En cuanto a los roles pendientes, espero ir respondiéndolo todo hoy, tanto acá como en las otras cuentas. Gracias por su paciencia. :STK-9:
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  • 𝐶𝑜𝑚𝑜 𝑒𝑙 𝑑𝑒𝑙𝑖𝑐𝑎𝑑𝑜 𝑐𝑟𝑖𝑠𝑡𝑎𝑙 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑗𝑜.

    𝑅𝑜𝑡𝑜 𝑒𝑛 𝑚𝑖𝑙 𝑓𝑟𝑎𝑔𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑎𝑔𝑜𝑛𝑖́𝑎.

    𝐴𝑓𝑒𝑟𝑟𝑎́𝑛𝑑𝑜𝑡𝑒 𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑖𝑚𝑎𝑔𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒𝑏𝑟𝑎𝑑𝑎.

    𝑅𝑒𝑡𝑜𝑟𝑐𝑖𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑔𝑜𝑙𝑝𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑣𝑒𝑟𝑔𝑢̈𝑒𝑛𝑧𝑎.

    𝐻𝑎𝑠 𝑜𝑙𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑𝑜 𝑞𝑢𝑖𝑒́𝑛 𝑒𝑟𝑒𝑠.
    𝐶𝑜𝑚𝑜 𝑒𝑙 𝑑𝑒𝑙𝑖𝑐𝑎𝑑𝑜 𝑐𝑟𝑖𝑠𝑡𝑎𝑙 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑗𝑜. 𝑅𝑜𝑡𝑜 𝑒𝑛 𝑚𝑖𝑙 𝑓𝑟𝑎𝑔𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑎𝑔𝑜𝑛𝑖́𝑎. 𝐴𝑓𝑒𝑟𝑟𝑎́𝑛𝑑𝑜𝑡𝑒 𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑖𝑚𝑎𝑔𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒𝑏𝑟𝑎𝑑𝑎. 𝑅𝑒𝑡𝑜𝑟𝑐𝑖𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑔𝑜𝑙𝑝𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑣𝑒𝑟𝑔𝑢̈𝑒𝑛𝑧𝑎. 𝐻𝑎𝑠 𝑜𝑙𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑𝑜 𝑞𝑢𝑖𝑒́𝑛 𝑒𝑟𝑒𝑠.
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  • 2. Observación.
    Fandom Kuroshitsuji y otros
    Categoría Otros
    Hojas secas revoloteando, bailando al ritmo del viento otoñal.

    El té caliente viajando por su garganta agradablemente.

    Ciel bajó la taza, y observó, a su pequeño sobrino.

    Su adorable e inteligente Jean.

    —Que extraño verte compartiendo la tarde conmigo —inquirió, con la mirada levemente entrecerrada y una sonrisa de sutil diversión.

    Pero, por unos segundos, miró hacia la sirvienta que se hallaba alejada unos pasos de la mesa dispuesta en el jardín.

    Amo y sirvienta habían acordado, o más bien, Ciel le había ordenado actuar de determinada forma, ¿lo cumpliría con éxito?

    —Estos últimos días te he notado concentrado en tus estudios —añadió, volviendo al niño. —¿Te gusta la nueva modalidad "sin tutores"?

    Y su sonrisa se ensanchó.
    Hojas secas revoloteando, bailando al ritmo del viento otoñal. El té caliente viajando por su garganta agradablemente. Ciel bajó la taza, y observó, a su pequeño sobrino. Su adorable e inteligente Jean. —Que extraño verte compartiendo la tarde conmigo —inquirió, con la mirada levemente entrecerrada y una sonrisa de sutil diversión. Pero, por unos segundos, miró hacia la sirvienta que se hallaba alejada unos pasos de la mesa dispuesta en el jardín. Amo y sirvienta habían acordado, o más bien, Ciel le había ordenado actuar de determinada forma, ¿lo cumpliría con éxito? —Estos últimos días te he notado concentrado en tus estudios —añadió, volviendo al niño. —¿Te gusta la nueva modalidad "sin tutores"? Y su sonrisa se ensanchó.
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    Grupal
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    Cualquier línea
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  • El frasco, vaciándose progresivamente. El sepulturero, cambiándolo por otra, el proceso, repitiéndose por tercera vez en la hora.

    La sangre, fluyendo por su brazo. Invadiendo cada rincón de sus tejidos, nutriendo.

    Un sinfín de imágenes inconexas parpadeando.

    Ciel comenzaba a darles un sentido, sus pensamientos aclarándose.

    —Hermano —musitó. —Jean.

    Fue abriendo los párpados lánguidamente, encontrándose con la luz del sol iluminando su rostro cálidamente.

    —¿Qué hora es? —preguntó.

    La luz que entraba por la ventana era tanta que lo cegaba y no podía ver más que blanco.

    —Las cinco —le contestó Undertaker.

    —La hora del té —murmuró. Luego divagó. —Él debe estar esperándome.

    —Sí —sonrió el Dios de la muerte, viendo hacia la luz. —Lo hace.

    Ciel volvió a cerrar los ojos, el agotamiento le impidió estar más tiempo despierto.

    —Todavía necesita comer más de su alimento —añadió en voz baja, como si hablar alto lo pudiera molestar. —Ahora, solo descanse.
    El frasco, vaciándose progresivamente. El sepulturero, cambiándolo por otra, el proceso, repitiéndose por tercera vez en la hora. La sangre, fluyendo por su brazo. Invadiendo cada rincón de sus tejidos, nutriendo. Un sinfín de imágenes inconexas parpadeando. Ciel comenzaba a darles un sentido, sus pensamientos aclarándose. —Hermano —musitó. —Jean. Fue abriendo los párpados lánguidamente, encontrándose con la luz del sol iluminando su rostro cálidamente. —¿Qué hora es? —preguntó. La luz que entraba por la ventana era tanta que lo cegaba y no podía ver más que blanco. —Las cinco —le contestó Undertaker. —La hora del té —murmuró. Luego divagó. —Él debe estar esperándome. —Sí —sonrió el Dios de la muerte, viendo hacia la luz. —Lo hace. Ciel volvió a cerrar los ojos, el agotamiento le impidió estar más tiempo despierto. —Todavía necesita comer más de su alimento —añadió en voz baja, como si hablar alto lo pudiera molestar. —Ahora, solo descanse.
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    | O!Ciel y Sebastian: se cruzan en un mercado y hablan amablemente

    Mientras tanto con R!Ciel:
    | O!Ciel y Sebastian: se cruzan en un mercado y hablan amablemente 😇 Mientras tanto con R!Ciel: 💢 👊 🔪 :STK-73:
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