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Julio
7
7
7 Julio 07:00 PM a 8 Julio 10:00 AM
«De acuerdo al momento en que lea estas palabras: buenos días, buenas tardes, o buenas noches.
La fiesta en honor al heredero de la familia Phantomhive se dará en la mansión de la misma familia.
Son bienvenidos a asistir quienes quieran dejarle sus buenos deseos al cumpleañero... »
El mayordomo se vio interrumpido por el heredero en cuestión, quien le susurró algo.
«Ya veo. Mi joven amo dice que, independientemente de los buenos deseos o no, todos son bienvenidos a venir, incluso las personas que le profesan algún tipo de odio».
«Agradecería que cumplieran con las sencillas normas de etiqueta, una vestimenta adecuada a la velada.
Su servidor, quien está escribiendo esto porque su amo está demasiado ocupado para hacerlo él mismo, estará dándoles la bienvenida en la entrada»
Así, despidiéndose con una sonrisa, el mayordomo de los Phantomhive deja asentado hora y fecha de la fiesta.
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7 Julio 07:00 PM a 8 Julio 10:00 AM -
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- ¿En dónde están los miembros de su despacho?¿En dónde están los miembros de su despacho? :STK-77:¡Inicia sesión para reaccionar, comentar y compartir!
- —¡Propongo una actividad! ¡Quien haga sonreír al cumpleañero se llevará un gran premio! Cualquier cosa se vale, siempre y cuando no lo hagan enfadar.
El premio: dinero.—¡Propongo una actividad! ¡Quien haga sonreír al cumpleañero se llevará un gran premio! Cualquier cosa se vale, siempre y cuando no lo hagan enfadar. El premio: dinero. - Sostuvo la invitación en sus manos, dándole vueltas y vueltas mientras escuchaba de fondo los sonidos de emoción de su chaperón y su compañera.
Tenía ya preparado el atuendo destinado a usarse en la fiesta. Una mezcla hecha de lo que acostumbraba a usar en ese tipo de eventos y lo que se supone que debía usar siendo una mujer de su edad y estatus, todo pensando por nada más y nada menos que Nina Hopkins.
Un vestido hecho solo para esa ocasión.
—¿Qué hora es? ¿Saben?
Charlotte fue ignorada, ese par andaba en lo suyo. Así que volteó a ver al reloj y se paró de repente, terminando como pudo el bocado que le faltaba y lo que le quedaba de té en la taza.
Sus acompañantes, notando la prisa que tenía la joven, se dejaron de tonterías y se apuraron junto a ella.
Tenían que salir con tiempo para irse a vestir y de ahí llegar a la fiesta.
Charlotte antes de salir, tomó el regalo pensado para el festejado y los tres salieron del estudio.
ᡣ𐭩 ⊹ ࣪ ౨ৎ˚₊
La mansión Phantomhive, un lugar rodeado de misticismo y misterio.
Había estado ahí antes, el año pasado, en una fiesta que, para ser honesta no le generó la diversión que con ilusión esperaba. Tal vez fue, que no estuvo el tiempo suficiente y que no habló con la suficiente cantidad de gente. Tal vez este año sea diferente, llegando en calidad de invitada, sin tener que trabajar ni mostrar sus dotes musicales por el día de hoy.
Se presentó con un vestido beige, con detalles en color crema y adornos de encaje negro, el cabello alzado en una coleta alta, arreglado con un pequeño tocado a juego. Nina se había lucido, como siempre.
Pintura: La velada- James GrunSostuvo la invitación en sus manos, dándole vueltas y vueltas mientras escuchaba de fondo los sonidos de emoción de su chaperón y su compañera. Tenía ya preparado el atuendo destinado a usarse en la fiesta. Una mezcla hecha de lo que acostumbraba a usar en ese tipo de eventos y lo que se supone que debía usar siendo una mujer de su edad y estatus, todo pensando por nada más y nada menos que Nina Hopkins. Un vestido hecho solo para esa ocasión. —¿Qué hora es? ¿Saben? Charlotte fue ignorada, ese par andaba en lo suyo. Así que volteó a ver al reloj y se paró de repente, terminando como pudo el bocado que le faltaba y lo que le quedaba de té en la taza. Sus acompañantes, notando la prisa que tenía la joven, se dejaron de tonterías y se apuraron junto a ella. Tenían que salir con tiempo para irse a vestir y de ahí llegar a la fiesta. Charlotte antes de salir, tomó el regalo pensado para el festejado y los tres salieron del estudio. ᡣ𐭩 ⊹ ࣪ ౨ৎ˚₊ La mansión Phantomhive, un lugar rodeado de misticismo y misterio. Había estado ahí antes, el año pasado, en una fiesta que, para ser honesta no le generó la diversión que con ilusión esperaba. Tal vez fue, que no estuvo el tiempo suficiente y que no habló con la suficiente cantidad de gente. Tal vez este año sea diferente, llegando en calidad de invitada, sin tener que trabajar ni mostrar sus dotes musicales por el día de hoy. Se presentó con un vestido beige, con detalles en color crema y adornos de encaje negro, el cabello alzado en una coleta alta, arreglado con un pequeño tocado a juego. Nina se había lucido, como siempre. Pintura: La velada- James Grun - El espejo le devolvió un reflejo de lo más elegante; unos ropajes de un azul profundo, como sus ojos, junto a un sombrero con un moño que la modista había juzgado como «lindo». Jean se acomodó el lazo de su cuello y tomando aire, exhaló, preparándose para lidiar con gente reunida en un solo lugar.
—Es por mí —murmuró para animarse—, están aquí por mí. Sería faltar a sus buenas intenciones esconderme en mi habitación.
Así, el cumpleañero se dispuso a bajar hacia el salón.
Observando a la gente reunida, carraspeó para saludar en un tono de voz que no solía emplear.
—Buenas noches —dijo tan fuerte como pudo para hacerse oír. —Les agradezco a todos por venir a festejar este día conmigo.
Sin embargo, su cara se mantuvo seria y fría, por lo que sus palabras corteses parecían que solo las decía por obligación. Intentó sonreír, pero, en sus labios se formó una mueca.
Quién conociera a Jean, sabría que estaba dando todo su esfuerzo en este gesto.
En verdad lo hacía.
Muchas de las personas que veía aquí reunidas, las apreciaba profundamente.
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| Imagen reciclada porque no tengo más con qué editar :cEl espejo le devolvió un reflejo de lo más elegante; unos ropajes de un azul profundo, como sus ojos, junto a un sombrero con un moño que la modista había juzgado como «lindo». Jean se acomodó el lazo de su cuello y tomando aire, exhaló, preparándose para lidiar con gente reunida en un solo lugar. —Es por mí —murmuró para animarse—, están aquí por mí. Sería faltar a sus buenas intenciones esconderme en mi habitación. Así, el cumpleañero se dispuso a bajar hacia el salón. Observando a la gente reunida, carraspeó para saludar en un tono de voz que no solía emplear. —Buenas noches —dijo tan fuerte como pudo para hacerse oír. —Les agradezco a todos por venir a festejar este día conmigo. Sin embargo, su cara se mantuvo seria y fría, por lo que sus palabras corteses parecían que solo las decía por obligación. Intentó sonreír, pero, en sus labios se formó una mueca. Quién conociera a Jean, sabría que estaba dando todo su esfuerzo en este gesto. En verdad lo hacía. Muchas de las personas que veía aquí reunidas, las apreciaba profundamente. --- | Imagen reciclada porque no tengo más con qué editar :c - —Sean todos bienvenidos a la fiesta de cumpleaños del joven amo. Por favor, acompáñenme. Los guiare hacia el salón principal, donde se estará desarrollando la velada.
De esta manera, el mayordomo llevaría a los invitados al mencionado salón, amplio y lujoso, donde se observarían mesas con sus respectivos asientos, decorados de las maneras más finas, resaltando el blanco y el azul profundo.
Al otro lado, podían verse mesas largas, repletas de todo tipo de alimentos y bebidas.
—Allí —señaló con elegancia. —Pueden acercarse para comer y beber a su gusto.
Luego, mostró otra mesa.
—Allí pueden dejar los regalos que hayan traído. Pronto, mi joven amo vendrá a recibirlos a todos. Cualquier consulta, no duden en llamar a este servidor. Estará toda la noche sirviéndoles atentamente.—Sean todos bienvenidos a la fiesta de cumpleaños del joven amo. Por favor, acompáñenme. Los guiare hacia el salón principal, donde se estará desarrollando la velada. De esta manera, el mayordomo llevaría a los invitados al mencionado salón, amplio y lujoso, donde se observarían mesas con sus respectivos asientos, decorados de las maneras más finas, resaltando el blanco y el azul profundo. Al otro lado, podían verse mesas largas, repletas de todo tipo de alimentos y bebidas. —Allí —señaló con elegancia. —Pueden acercarse para comer y beber a su gusto. Luego, mostró otra mesa. —Allí pueden dejar los regalos que hayan traído. Pronto, mi joven amo vendrá a recibirlos a todos. Cualquier consulta, no duden en llamar a este servidor. Estará toda la noche sirviéndoles atentamente. - El conde de la casa apareció en el gran salón de la mansión; al son de su bastón caminó por la habitación, observando la decoración. Pero algo lo hizo arrugar el ceño.
—¡Sebastián! —llamó a su mayordomo, señalando con el dedo—, ¿por qué esta mesa no está decorada?
Sin embargo, alguien lo rodeó por los hombros.
—¡Hermano! —dijo Ciel con una gran sonrisa. —¿No te parece maravilloso? ¡Estamos juntos en el mismo espacio!
El susodicho se zafó, mirándolo con nada más que recelo y algo de molestia.
—Solo será por hoy, ya que es una ocasión especial.
Ciel asintió, sin borrar su sonrisita.
—¿Quién diría que lo que nos uniría sería el cumpleaños de tu precioso hijo y mi adorable sobrino?
—Hmph —soltó el otro.El conde de la casa apareció en el gran salón de la mansión; al son de su bastón caminó por la habitación, observando la decoración. Pero algo lo hizo arrugar el ceño. —¡Sebastián! —llamó a su mayordomo, señalando con el dedo—, ¿por qué esta mesa no está decorada? Sin embargo, alguien lo rodeó por los hombros. —¡Hermano! —dijo Ciel con una gran sonrisa. —¿No te parece maravilloso? ¡Estamos juntos en el mismo espacio! El susodicho se zafó, mirándolo con nada más que recelo y algo de molestia. —Solo será por hoy, ya que es una ocasión especial. Ciel asintió, sin borrar su sonrisita. —¿Quién diría que lo que nos uniría sería el cumpleaños de tu precioso hijo y mi adorable sobrino? —Hmph —soltó el otro.
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