Cumpleaños de Junior
Julio
7
7 Julio 03:40 PM a 8 Julio 12:00 AM
❝Sean todos cordialmente bienvenidos a la celebración del cumpleaños de mi queridísimo Junior❞.
Fijado
—Buenas noches, damas y caballeros. Mi joven amo les agradece su asistencia. Sean libres de comer y beber en el salón, o de recorrer la mansión Phantomhive como les plazca. Yo, su servidor, estaré a su disposición durante toda la velada para lo que necesiten.
—Buenas noches, damas y caballeros. Mi joven amo les agradece su asistencia. Sean libres de comer y beber en el salón, o de recorrer la mansión Phantomhive como les plazca. Yo, su servidor, estaré a su disposición durante toda la velada para lo que necesiten.
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  • ❥Ay... Espero no haber llegado tarde!

    -La chica gato se encontraba en la entrada del lugar, mirando a todos lados y sorprendida por todos los arreglos y decoraciones. En sus manos tenía el regalo para el cumpleañero, se detuvo pensando donde debía ponerlo-

    ❥Muy buenas... Le deseo un excelente cumpleaños al señorito de la casa!
    ❥Ay... Espero no haber llegado tarde! -La chica gato se encontraba en la entrada del lugar, mirando a todos lados y sorprendida por todos los arreglos y decoraciones. En sus manos tenía el regalo para el cumpleañero, se detuvo pensando donde debía ponerlo- ❥Muy buenas... Le deseo un excelente cumpleaños al señorito de la casa!
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  • —Buenas noches, damas y caballeros. Mi joven amo les agradece su asistencia. Sean libres de comer y beber en el salón, o de recorrer la mansión Phantomhive como les plazca. Yo, su servidor, estaré a su disposición durante toda la velada para lo que necesiten.
    —Buenas noches, damas y caballeros. Mi joven amo les agradece su asistencia. Sean libres de comer y beber en el salón, o de recorrer la mansión Phantomhive como les plazca. Yo, su servidor, estaré a su disposición durante toda la velada para lo que necesiten.
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  • El crepúsculo se cernía sobre la finca de los Phantomhive.
    Los últimos vestigios de luz se colaron por la ventana, posándose en el rostro apático del heredero, quien cumplía años hoy pero no lucía muy feliz.
    Aquellos últimos rayos de luz le dieron un poco de calidez a esa expresión fría que miraba más allá del horizonte, esperando algo que jamás sucedería y que, en lo profundo de su corazón, seguía anhelando.

    Junior se alisó las arrugas invisibles de su atuendo para darle algo qué hacer a sus manos inquietas. Dada la ocasión, estaba vestido con un traje elegante y hermoso cortesía de su progenitor. Le correspondía bajar hacia el salón para saludar a los invitados. Sin embargo, no sentía ningún entusiasmo por hacerlo. Tal como con otros deberes sociales, Junior no disfrutaba de estar rodeado de personas, y no porque fuera antisocial; más bien, luego de que se comportara como un caballero y fuera cortés saludando a medio mundo, no tenía más tema de conversación que ofrecer. Era consciente de que, dado su intelecto, no había nadie que pudiera entretenerlo ni él entretener a un invitado. En ese aspecto, era torpe y todavía necesitaba aprender de sus padres a manejar esos asuntos.
    Encontrarse alejado de la sociedad estaba mostrando sus defectos. Junior era consciente de que, en algún momento, el conocimiento que podía brindarle un libro sería insuficiente.

    Se alejó de la ventana, se vio en el espejo y arregló cualquier desperfecto en su apariencia. Luego, decidió dejar de esconderse en su dormitorio y bajar a cumplir con sus responsabilidades. Como heredero, era su deber mostrarse como un buen anfitrión y agradecer a los invitados por asistir, aun cuando fuera solo la familia que veía usualmente.

    —Un heredero de palabra, que solo existe en esta mansión —soltó de súbito, y su reflejo le devolvió una sonrisa amarga.

    Junior se dirigió al salón, esperando que los invitados todavía no hubieran llegado, ya que debía ser el primero en recibirlos.

    El crepúsculo se cernía sobre la finca de los Phantomhive. Los últimos vestigios de luz se colaron por la ventana, posándose en el rostro apático del heredero, quien cumplía años hoy pero no lucía muy feliz. Aquellos últimos rayos de luz le dieron un poco de calidez a esa expresión fría que miraba más allá del horizonte, esperando algo que jamás sucedería y que, en lo profundo de su corazón, seguía anhelando. Junior se alisó las arrugas invisibles de su atuendo para darle algo qué hacer a sus manos inquietas. Dada la ocasión, estaba vestido con un traje elegante y hermoso cortesía de su progenitor. Le correspondía bajar hacia el salón para saludar a los invitados. Sin embargo, no sentía ningún entusiasmo por hacerlo. Tal como con otros deberes sociales, Junior no disfrutaba de estar rodeado de personas, y no porque fuera antisocial; más bien, luego de que se comportara como un caballero y fuera cortés saludando a medio mundo, no tenía más tema de conversación que ofrecer. Era consciente de que, dado su intelecto, no había nadie que pudiera entretenerlo ni él entretener a un invitado. En ese aspecto, era torpe y todavía necesitaba aprender de sus padres a manejar esos asuntos. Encontrarse alejado de la sociedad estaba mostrando sus defectos. Junior era consciente de que, en algún momento, el conocimiento que podía brindarle un libro sería insuficiente. Se alejó de la ventana, se vio en el espejo y arregló cualquier desperfecto en su apariencia. Luego, decidió dejar de esconderse en su dormitorio y bajar a cumplir con sus responsabilidades. Como heredero, era su deber mostrarse como un buen anfitrión y agradecer a los invitados por asistir, aun cuando fuera solo la familia que veía usualmente. —Un heredero de palabra, que solo existe en esta mansión —soltó de súbito, y su reflejo le devolvió una sonrisa amarga. Junior se dirigió al salón, esperando que los invitados todavía no hubieran llegado, ya que debía ser el primero en recibirlos.
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  • En el salón de la mansión Phantomhive las decoraciones estaban dispuestas de manera elegante y ordenada.
    El mayordomo dispuso todo en solitario; los manteles blancos sobre las mesas, la vajilla reluciente sobre la misma, e incluso cambió las velas de los candelabros, cuidando que cada detalle estuviera bien para la celebración de hoy.
    Esta planeaba ser una festividad modesta, donde aparecerían pocos invitados, dado que el joven amo de la casa no poseía amigos ni conocidos de su edad.
    Su amo no quería que su hijo se relacionara con la sociedad, y deseaba que esto se mantuviera por un buen tiempo. Por ello, los invitados sería solo la familia más cercana. Pero, el demonio intuía una sorpresa. En los momentos donde él y su contratista se hallaban lejos de la mansión, ¿quién sabe qué cosas haría el pequeño Phantomhive?
    La sangre de su contratista corría por sus venas, el demonio esperaba que fuera igual de imprudente.

    —Bien —soltó a la nada, juntando las manos en un corto aplauso.
    —Es momento de darle la bienvenida a los invitados.
    En el salón de la mansión Phantomhive las decoraciones estaban dispuestas de manera elegante y ordenada. El mayordomo dispuso todo en solitario; los manteles blancos sobre las mesas, la vajilla reluciente sobre la misma, e incluso cambió las velas de los candelabros, cuidando que cada detalle estuviera bien para la celebración de hoy. Esta planeaba ser una festividad modesta, donde aparecerían pocos invitados, dado que el joven amo de la casa no poseía amigos ni conocidos de su edad. Su amo no quería que su hijo se relacionara con la sociedad, y deseaba que esto se mantuviera por un buen tiempo. Por ello, los invitados sería solo la familia más cercana. Pero, el demonio intuía una sorpresa. En los momentos donde él y su contratista se hallaban lejos de la mansión, ¿quién sabe qué cosas haría el pequeño Phantomhive? La sangre de su contratista corría por sus venas, el demonio esperaba que fuera igual de imprudente. —Bien —soltó a la nada, juntando las manos en un corto aplauso. —Es momento de darle la bienvenida a los invitados.
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  • | Por el momento dejo esta portada, si puedo edito algo.
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