Sostuvo la invitación en sus manos, dándole vueltas y vueltas mientras escuchaba de fondo los sonidos de emoción de su chaperón y su compañera.

Tenía ya preparado el atuendo destinado a usarse en la fiesta. Una mezcla hecha de lo que acostumbraba a usar en ese tipo de eventos y lo que se supone que debía usar siendo una mujer de su edad y estatus, todo pensando por nada más y nada menos que Nina Hopkins.

Un vestido hecho solo para esa ocasión.

—¿Qué hora es? ¿Saben?

Charlotte fue ignorada, ese par andaba en lo suyo. Así que volteó a ver al reloj y se paró de repente, terminando como pudo el bocado que le faltaba y lo que le quedaba de té en la taza.

Sus acompañantes, notando la prisa que tenía la joven, se dejaron de tonterías y se apuraron junto a ella.

Tenían que salir con tiempo para irse a vestir y de ahí llegar a la fiesta.

Charlotte antes de salir, tomó el regalo pensado para el festejado y los tres salieron del estudio.

ᡣ𐭩 ⊹ ࣪ ౨ৎ˚₊

La mansión Phantomhive, un lugar rodeado de misticismo y misterio.
Había estado ahí antes, el año pasado, en una fiesta que, para ser honesta no le generó la diversión que con ilusión esperaba. Tal vez fue, que no estuvo el tiempo suficiente y que no habló con la suficiente cantidad de gente. Tal vez este año sea diferente, llegando en calidad de invitada, sin tener que trabajar ni mostrar sus dotes musicales por el día de hoy.

Se presentó con un vestido beige, con detalles en color crema y adornos de encaje negro, el cabello alzado en una coleta alta, arreglado con un pequeño tocado a juego. Nina se había lucido, como siempre.

Pintura: La velada- James Grun
Sostuvo la invitación en sus manos, dándole vueltas y vueltas mientras escuchaba de fondo los sonidos de emoción de su chaperón y su compañera. Tenía ya preparado el atuendo destinado a usarse en la fiesta. Una mezcla hecha de lo que acostumbraba a usar en ese tipo de eventos y lo que se supone que debía usar siendo una mujer de su edad y estatus, todo pensando por nada más y nada menos que Nina Hopkins. Un vestido hecho solo para esa ocasión. —¿Qué hora es? ¿Saben? Charlotte fue ignorada, ese par andaba en lo suyo. Así que volteó a ver al reloj y se paró de repente, terminando como pudo el bocado que le faltaba y lo que le quedaba de té en la taza. Sus acompañantes, notando la prisa que tenía la joven, se dejaron de tonterías y se apuraron junto a ella. Tenían que salir con tiempo para irse a vestir y de ahí llegar a la fiesta. Charlotte antes de salir, tomó el regalo pensado para el festejado y los tres salieron del estudio. ᡣ𐭩 ⊹ ࣪ ౨ৎ˚₊ La mansión Phantomhive, un lugar rodeado de misticismo y misterio. Había estado ahí antes, el año pasado, en una fiesta que, para ser honesta no le generó la diversión que con ilusión esperaba. Tal vez fue, que no estuvo el tiempo suficiente y que no habló con la suficiente cantidad de gente. Tal vez este año sea diferente, llegando en calidad de invitada, sin tener que trabajar ni mostrar sus dotes musicales por el día de hoy. Se presentó con un vestido beige, con detalles en color crema y adornos de encaje negro, el cabello alzado en una coleta alta, arreglado con un pequeño tocado a juego. Nina se había lucido, como siempre. Pintura: La velada- James Grun
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