Después de enviar aquella carta a Gaudy, la hechicera abandonó la posada.
Ya estaba amaneciendo y pronto saldrían de viaje, pero aún no podía abandonar Valle Sereno sin hacer una última cosa.
Caminó por entre las calles del pequeño pueblo y sus pasos la llevaron al cementerio. Se adentró en el mismo y empezó a buscar la lápida de Xellos.
Conocía tan bien el camino que no tardó en encontrarla.
Se arrodilló ante la lápida y sostuvo entre sus manos una rosa blanca que le había llevado.
Hola, Xellos.
Su voz se ahogó nada más que pronunció su nombre. Aquella era la prueba de que aún no había superado el duelo, simplemente se había acostumbrado a convivir con el dolor y trataba de mantener su mente ocupada para no pensar en él.
Por supuesto, bajo aquella lápida realmente no estaba Xellos. Cuando un demonio muere en el mundo de Reena su cuerpo físico se desintegra en cenizas. Cuando Xellos murió, Ameria había recogido algunas de aquellas cenizas y las había conservado en una cajita hasta el momento del funeral de Xellos.
Sin embargo, Reena no quiso enterrar aquellas cenizas. Sabía que Xellos querría ser libre, así es que lo que hizo fue liberar aquellas cenizas en el viento.
Sin embargo, la lápida había sido tallada por Zelgadiss y tenía el rostro de Xellos grabado en su superficie. Se podría considerar que aquella lápida era más bien una especie de monumento en su honor; y aquella lápida, con aquel rostro, era lo que Reena había querido ver por última vez, pues era de las pocas cosas que conservaba de Xellos y era de sus pocas posibilidades de poder volver a verle una vez más.
Espero que estés bien y que hayas encontrado ese hogar perfecto para los demonios al que queréis llegar cuando morís.
Yo, por mi parte, estoy. Simplemente estoy.
Lucho cada día por no derrumbarme, por mantenerme fuerte... pero no está siendo fácil.
Aun siento un doloroso vacío en mi pecho que no se va nunca y no creo que se vaya nunca... y empiezo a pensar que en realidad no quiero que se vaya porque, de algún modo, me recuerda que fuiste real, que exististe y que te quise con todo mi corazón.
Venía a decirte que tengo que irme. Sin embargo, no quería abandonar Valle Sereno sin verte una vez más y sin hablar contigo.
Vamos a viajar a Saillune. Al parecer el padre de Ameria ha enfermado y no puede seguir ocupando el trono, al menos durante una temporada que parece indefinida, y hay rumores de que los territorios externos a la Barrera Mazuku pretenden declarar la guerra a los territorios del interior de la Barrera Mazoku.
Ignoramos el motivo, pero los rumores parecen bastante ciertos... No obstante, confío en que solo sean rumores.
Cuando todo vuelva a la calma, te prometo que volveré para verte de nuevo.
Ojalá estuvieras con nosotros. Te echo de menos, Xellos. Te quiero y te voy a querer hasta el fin de los tiempos.
Finalmente, Reena depositó la rosa blanca al pie de la lápida de Xellos. Después le dio un beso al grabado del Mazoku que había sobre la propia piedra de la lápida y, tras aquel beso y una caricia, abandonó el cementerio.
Imagen creada por IA y editada por mí. Si quieres usarla, por favor, pídeme permiso. Gracias :)
Después de enviar aquella carta a Gaudy, la hechicera abandonó la posada.
Ya estaba amaneciendo y pronto saldrían de viaje, pero aún no podía abandonar Valle Sereno sin hacer una última cosa.
Caminó por entre las calles del pequeño pueblo y sus pasos la llevaron al cementerio. Se adentró en el mismo y empezó a buscar la lápida de Xellos.
Conocía tan bien el camino que no tardó en encontrarla.
Se arrodilló ante la lápida y sostuvo entre sus manos una rosa blanca que le había llevado.
💬 Hola, Xellos.
Su voz se ahogó nada más que pronunció su nombre. Aquella era la prueba de que aún no había superado el duelo, simplemente se había acostumbrado a convivir con el dolor y trataba de mantener su mente ocupada para no pensar en él.
Por supuesto, bajo aquella lápida realmente no estaba Xellos. Cuando un demonio muere en el mundo de Reena su cuerpo físico se desintegra en cenizas. Cuando Xellos murió, Ameria había recogido algunas de aquellas cenizas y las había conservado en una cajita hasta el momento del funeral de Xellos.
Sin embargo, Reena no quiso enterrar aquellas cenizas. Sabía que Xellos querría ser libre, así es que lo que hizo fue liberar aquellas cenizas en el viento.
Sin embargo, la lápida había sido tallada por Zelgadiss y tenía el rostro de Xellos grabado en su superficie. Se podría considerar que aquella lápida era más bien una especie de monumento en su honor; y aquella lápida, con aquel rostro, era lo que Reena había querido ver por última vez, pues era de las pocas cosas que conservaba de Xellos y era de sus pocas posibilidades de poder volver a verle una vez más.
💬 Espero que estés bien y que hayas encontrado ese hogar perfecto para los demonios al que queréis llegar cuando morís.
💬 Yo, por mi parte, estoy. Simplemente estoy.
💬 Lucho cada día por no derrumbarme, por mantenerme fuerte... pero no está siendo fácil.
💬 Aun siento un doloroso vacío en mi pecho que no se va nunca y no creo que se vaya nunca... y empiezo a pensar que en realidad no quiero que se vaya porque, de algún modo, me recuerda que fuiste real, que exististe y que te quise con todo mi corazón.
💬 Venía a decirte que tengo que irme. Sin embargo, no quería abandonar Valle Sereno sin verte una vez más y sin hablar contigo.
💬 Vamos a viajar a Saillune. Al parecer el padre de Ameria ha enfermado y no puede seguir ocupando el trono, al menos durante una temporada que parece indefinida, y hay rumores de que los territorios externos a la Barrera Mazuku pretenden declarar la guerra a los territorios del interior de la Barrera Mazoku.
💬 Ignoramos el motivo, pero los rumores parecen bastante ciertos... No obstante, confío en que solo sean rumores.
💬 Cuando todo vuelva a la calma, te prometo que volveré para verte de nuevo.
💬 Ojalá estuvieras con nosotros. Te echo de menos, Xellos. Te quiero y te voy a querer hasta el fin de los tiempos.
Finalmente, Reena depositó la rosa blanca al pie de la lápida de Xellos. Después le dio un beso al grabado del Mazoku que había sobre la propia piedra de la lápida y, tras aquel beso y una caricia, abandonó el cementerio.
Imagen creada por IA y editada por mí. Si quieres usarla, por favor, pídeme permiso. Gracias :)