Deja que me presente
Lucinda de Rodrigo. Menudo nombrecito, ¿verdad? Empezaré por hablaros de él, y para hablaros de mi nombre no me queda otra que contaros mi historia. Mi madre fue una esclava, una de muchas, una de muchas madres esclavas que nunca pueden ver crecer a sus hijos porque se los arrancan de los brazos para venderlos. Los niños tienen un gran valor. No pasé mucho...
Me encocora
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