¿La Medusa? La Medusa es mi hermana pequeña. No es más que una mujer con un látigo que yo mismo le he enseñado a usar. Tampoco es para tanto. No sé por qué la gente tiene que tenerla en boca todo el día. Padre no pudo casarla y ella tampoco parecía tener mucho interés en hacerlo, así que me encargué yo mismo de educarla en un mundo que sí podía llegar a aceptar como suyo. Admito que no pensé nunca que fuera a acabar teniendo su propio barco... Bueno, barquichuela. El Lacrimosa no le llega a la suela de los talones a mi Siervo. Sí, has oído bien, seguro que te suena el nombre, ¿verdad?
Me presento. Soy Rodrigo de Guzmán, hijo. "El Negrero" era mi padre, a mí se me conoce como "Cadenas". Ya... no me importa si no te gusta o si te parece poco sofisticado. Habla de quien soy, habla de mi historia, habla de lo que le pasa a cualquiera que se me ponga por delante. Llevo la piratería en la sangre y el salitre en la piel desde que soy un crío. Moriré en el mar en algún momento, pero todavía me quedan muchas órdenes que dar. En el Siervo soy la única autoridad, una autoridad que imparte justicia y disciplina sin que nadie ni nada se le ponga por delante. Y cuando digo nadie, es nadie. Ni siquiera mi propia sangre puede cuestionarme. Seguro que Catalina os lo puede confirmar.
Ah, sí... volviendo a ella. La acepté en el barco cuando era una cría y la formé para convertirla en la leyenda que es hoy. Así que es mérito mío que la conozcas y la temas. La eduqué en la dureza del mar y nunca me tembló la mano a la hora de ponerla en su lugar. A bordo del Siervo todos pueden acabar encadenados, y Catalina nunca ha sido una excepción. Es mi hermana, pero no es nada más que eso. No daría la vida por ella, no estoy loco, pero sí segaré las que hagan falta que la hayan herido. Ese es un papel que me pertenece solo a mí.
¿Y ellos? Ellos son Veneno y Sable. Son inofensivos, a no ser que se les ordene lo contrario. ¿Las cadenas? Bueno... es mejor no tentar a la suerte.