• Siempre quise dar un concierto en el infierno, pero se extendió demasiado la visita !!!
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  • Te voy a encontrar. No importa dónde te escondas, demonio. Esta vez no hay oscuridad que te salve, no volverás a escapar.
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  • « Vuelta a casa »
    𝐌𝖾𝗅𝗂𝗇𝖺 𝐅𝗂𝗋𝖾𝖻𝗅𝗈𝗈𝗆

    Era la primera nevada del año; aquel manto blanco, virgen, se tiñó de carmesí en aquel ocaso. Los Kamis los habían castigado, como a un perro desobediente que reta a su amo.

    Sus últimas palabras y pensamientos fueron volver a casa. No sabía cuántos días habían pasado; en el mundo de los espíritus la noche siempre era perpetua, por lo que no fue consciente del tiempo que pasó fuera.

    Recordó ser arropado por los brazos de Inari, y segundos después, tras sus últimas palabras, sentir que el frío del invierno lo abrazaba. Apareció en el exterior del templo, boca arriba sobre el manto blanco que había viajado con aquella primera nevada. Sintió incluso alivio al sentir la frescura sobre su piel lacerada. Aún así, el dolor le había robado el aliento; eso sumado a la falta de comida, agua y sueño durante días, había hecho que finalmente colapsara. Pero tras unos largos segundos, con el poco hilo de voz que le quedaba, pudo decir una sola cosa.

    - Me...Melina....-

    « Vuelta a casa » [Fire.bl00m] Era la primera nevada del año; aquel manto blanco, virgen, se tiñó de carmesí en aquel ocaso. Los Kamis los habían castigado, como a un perro desobediente que reta a su amo. Sus últimas palabras y pensamientos fueron volver a casa. No sabía cuántos días habían pasado; en el mundo de los espíritus la noche siempre era perpetua, por lo que no fue consciente del tiempo que pasó fuera. Recordó ser arropado por los brazos de Inari, y segundos después, tras sus últimas palabras, sentir que el frío del invierno lo abrazaba. Apareció en el exterior del templo, boca arriba sobre el manto blanco que había viajado con aquella primera nevada. Sintió incluso alivio al sentir la frescura sobre su piel lacerada. Aún así, el dolor le había robado el aliento; eso sumado a la falta de comida, agua y sueño durante días, había hecho que finalmente colapsara. Pero tras unos largos segundos, con el poco hilo de voz que le quedaba, pudo decir una sola cosa. - Me...Melina....-
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  • -¿¿¿¿Quieres un globo, George????
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  • La caja del árbol llevaba años siendo la misma. Cartón gastado, cinta vieja, una esquina hundida por el tiempo y la memoria. Mika la arrastró por el suelo del departamento con cuidado, como si dentro no hubiera solo esferas y luces… sino fragmentos de otras navidades.

    — Siempre lo armaba sola… — dijo sin dramatismo, como quien confiesa algo cotidiano pero importante.

    Se sentó en el suelo, piernas cruzadas, abriendo la caja con lentitud. El olor a plástico, a polvo leve, a luces guardadas demasiado tiempo, llenó el aire. Sacó la primera esfera: roja, opaca, con un pequeño raspón.

    — Esta era de mi papá. La compró en un mercado, dijo que no necesitaba ser perfecta para ser bonita.

    Sonrió apenas. Esa sonrisa que no es tristeza, pero tampoco alegría completa. Mika apoyó la esfera sobre la alfombra, luego sacó otra, dorada, con una cinta deshilachada.

    — Mi mamá siempre decía que el árbol no era para presumir… era para recordar.

    Levantó la mirada hacia Kensuke, que estaba ahí, presente, sin apuro. Eso ya era distinto. Eso ya cambiaba todo.

    — Después de que ellos murieron… — hizo una pausa, breve, honesta — la Navidad se volvió silenciosa. No triste. Silenciosa.

    Tomó las luces, las desenredó con paciencia casi ritual.

    — Pero este año… — respiró hondo — no quiero armarlo sola.

    Se levantó, colocó el árbol en su base, enderezándolo con cuidado. Sus manos temblaron apenas cuando sostuvo la estrella.

    — No quiero reemplazar nada — dijo, mirándolo — solo… sumar.

    Le tendió una esfera simple, blanca, sin historia previa.

    — Esta no significa nada todavía. Pensé que podríamos empezar con esta.

    Se acercó, lo suficiente para que sus hombros casi se tocaran.

    — No quiero una Navidad perfecta, Ken… quiero una real. Con calcetines rotos, luces mal puestas y alguien que se quede.

    Encendió las luces. El árbol parpadeó primero, inseguro, y luego se iluminó por completo, bañando el departamento en dorado suave.

    Mika lo miró. Luego al árbol. Luego a él otra vez.

    — Supongo que… bienvenido a mi Navidad.

    Y por primera vez en años, no sonó a despedida. Sonó a comienzo.

    𝐊𝐞𝐧𝐬𝐮𝐤𝐞
    La caja del árbol llevaba años siendo la misma. Cartón gastado, cinta vieja, una esquina hundida por el tiempo y la memoria. Mika la arrastró por el suelo del departamento con cuidado, como si dentro no hubiera solo esferas y luces… sino fragmentos de otras navidades. — Siempre lo armaba sola… — dijo sin dramatismo, como quien confiesa algo cotidiano pero importante. Se sentó en el suelo, piernas cruzadas, abriendo la caja con lentitud. El olor a plástico, a polvo leve, a luces guardadas demasiado tiempo, llenó el aire. Sacó la primera esfera: roja, opaca, con un pequeño raspón. — Esta era de mi papá. La compró en un mercado, dijo que no necesitaba ser perfecta para ser bonita. Sonrió apenas. Esa sonrisa que no es tristeza, pero tampoco alegría completa. Mika apoyó la esfera sobre la alfombra, luego sacó otra, dorada, con una cinta deshilachada. — Mi mamá siempre decía que el árbol no era para presumir… era para recordar. Levantó la mirada hacia Kensuke, que estaba ahí, presente, sin apuro. Eso ya era distinto. Eso ya cambiaba todo. — Después de que ellos murieron… — hizo una pausa, breve, honesta — la Navidad se volvió silenciosa. No triste. Silenciosa. Tomó las luces, las desenredó con paciencia casi ritual. — Pero este año… — respiró hondo — no quiero armarlo sola. Se levantó, colocó el árbol en su base, enderezándolo con cuidado. Sus manos temblaron apenas cuando sostuvo la estrella. — No quiero reemplazar nada — dijo, mirándolo — solo… sumar. Le tendió una esfera simple, blanca, sin historia previa. — Esta no significa nada todavía. Pensé que podríamos empezar con esta. Se acercó, lo suficiente para que sus hombros casi se tocaran. — No quiero una Navidad perfecta, Ken… quiero una real. Con calcetines rotos, luces mal puestas y alguien que se quede. Encendió las luces. El árbol parpadeó primero, inseguro, y luego se iluminó por completo, bañando el departamento en dorado suave. Mika lo miró. Luego al árbol. Luego a él otra vez. — Supongo que… bienvenido a mi Navidad. Y por primera vez en años, no sonó a despedida. Sonó a comienzo. [BigB0y]
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  • —Si mis botas se rompen, te juro que voy a golpearte otra vez…

    —Soltó Vicky con ironía, bajando la escalera como si la amenaza fuera solo una formalidad.—
    —Si mis botas se rompen, te juro que voy a golpearte otra vez… —Soltó Vicky con ironía, bajando la escalera como si la amenaza fuera solo una formalidad.—
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  • ¡Hao!
    Parece ya has despertado .... ¿me pregumto que estaria soñando?
    ¡Hao! Parece ya has despertado .... ¿me pregumto que estaria soñando?
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  • https://x.ficrol.com/thread/1220
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    Kurogane Cal Devens en X - FicRol
    #PrettyLittlePsycho #KurumiTokisakiWaifuSuprema #KurumiTokisaki ❤️⚪💟🩶🪻🌷🍃
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  • UNIVERSO #0.1

    Fue un duro trabajo entre esclavos, gigantes y golems, pero, las tierras nevadas fueron completamente asimiladas por la hechicera. Días viviendo en pequeñas chozas, torres aisladas y trabajando en zonas horriblemente construidas habían llegado a su fin. La gran ciudad de Eisvhal Mor estaba finalizada, con una gran catedral en el centro y varias casas de aspecto similar, con aquel material oscuro que predominaba en todas sus antiguas construcciones. La hechicera había logrado crear su propia civilización a cual Victor Von Doom.
    🔮 UNIVERSO #0.1 Fue un duro trabajo entre esclavos, gigantes y golems, pero, las tierras nevadas fueron completamente asimiladas por la hechicera. Días viviendo en pequeñas chozas, torres aisladas y trabajando en zonas horriblemente construidas habían llegado a su fin. La gran ciudad de Eisvhal Mor estaba finalizada, con una gran catedral en el centro y varias casas de aspecto similar, con aquel material oscuro que predominaba en todas sus antiguas construcciones. La hechicera había logrado crear su propia civilización a cual Victor Von Doom.
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  • Pequeña miradita de desprecio por que lo han tocado sin permiso, mientras hacía su sagrada siesta.
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