• Muchas gracias a las personas que me han dado likes y se han acercando a este joven monje con la intención de saludar.

    Bien dicen que el agradecimiento es la memoria del corazón.

    Y aprecio cada gesto, saludo, o bien una conversación amena.
    Quiero enfatizar en el hecho de que todo lo que me deseen contar lo apreciaré y si se encuentran en mal momento también puedo escucharles sin juzgar.

    Muchas gracias por su apoyo.

    Daozhang Xiao Xingchen
    Muchas gracias a las personas que me han dado likes y se han acercando a este joven monje con la intención de saludar. Bien dicen que el agradecimiento es la memoria del corazón. Y aprecio cada gesto, saludo, o bien una conversación amena. Quiero enfatizar en el hecho de que todo lo que me deseen contar lo apreciaré y si se encuentran en mal momento también puedo escucharles sin juzgar. Muchas gracias por su apoyo. Daozhang Xiao Xingchen
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  • Leyendo codigos de vestimenta... Parece que debería mejorar un poco mas mi aspecto, mi cabello es muy largo para parecer un individuo normal y pasar desapercibido ¿Debería cortarlo?
    Leyendo codigos de vestimenta... Parece que debería mejorar un poco mas mi aspecto, mi cabello es muy largo para parecer un individuo normal y pasar desapercibido ¿Debería cortarlo?
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  • Bueno , parece que todo esto
    ¿Vere que se puede hacer?
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  • Dejare esto asi pueden
    Para que puedan comer
    No se , puede comenzar el dia con el estomago vasio.
    Dejare esto asi pueden Para que puedan comer No se , puede comenzar el dia con el estomago vasio.
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  • https://youtu.be/mzdtPDYROSc?si=fxGEGQbTiQ9bAtSf

    +Este se encontraba de los más tranquilo, en Betrayal cantando una canción que abría escuchado y le pareció de lo más interesante, mientras sus imp se esforzaban al máximo por tocar los instrumentos+
    https://youtu.be/mzdtPDYROSc?si=fxGEGQbTiQ9bAtSf +Este se encontraba de los más tranquilo, en Betrayal cantando una canción que abría escuchado y le pareció de lo más interesante, mientras sus imp se esforzaban al máximo por tocar los instrumentos+
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  • https://youtu.be/mzdtPDYROSc?si=fxGEGQbTiQ9bAtSf
    https://youtu.be/mzdtPDYROSc?si=fxGEGQbTiQ9bAtSf
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  • Oh pobre criatura... Aún no entiendo cómo te atreviste a ponerte de pie frente a mi puerta... Ahora dime, dulce o truco?~♦
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  • Buenos dias!
    Todos ustedes , por aqui les deseo lo mejor .
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  • “La Marca del Lobo”

    El sonido de la lluvia golpeaba el cristal con violencia.
    El aire del cuarto estaba denso, casi eléctrico, como si presintiera lo que estaba por suceder.

    Luana no solía bajar la guardia, y mucho menos frente a un desconocido. Pero Darkus no era cualquier hombre. Había algo en él —en su forma de moverse, en la mirada salvaje que apenas contenía bajo la calma aparente— que le resultaba inquietantemente familiar. Era la clase de presencia que no se podía fingir… la de un depredador verdadero.

    Él estaba apoyado contra la pared, observándola en silencio, los ojos brillando con un tono ámbar casi animal bajo la penumbra.
    —Sabía que no eras humana —dijo finalmente, su voz grave, profunda, con un dejo de desafío.

    Luana ladeó el rostro, su expresión impenetrable.
    —Y sin embargo, viniste —respondió con suavidad, mientras avanzaba un paso más.
    Cada palabra caía como un filo entre ambos, una danza entre poder y peligro.

    Darkus sonrió apenas, un gesto más instintivo que humano.
    —Los de nuestra raza rara vez se cruzan sin dejar marcas.

    Ella detuvo su andar. Su sombra se reflejaba junto a la de él en la pared, dos siluetas que parecían fundirse en la oscuridad.
    El aire vibraba con una energía primitiva, el pulso de dos bestias que se reconocen.

    —No busco dejar marcas —susurró Luana, aunque su tono decía lo contrario.
    —Entonces no te acerques más —gruñó él.

    Silencio.
    Y después, el paso que lo cambió todo.

    Luana se detuvo frente a él, tan cerca que podía sentir el calor de su respiración. Sus ojos, oscuros como la tormenta que rugía afuera, lo miraron sin miedo.

    —Demasiado tarde, lobo.

    Darkus la sostuvo con la mirada. Había peligro allí… pero también una verdad: en el fondo, ambos eran criaturas del mismo caos, forjadas en la misma oscuridad.

    Y en esa noche, entre el eco de la lluvia y el temblor de la tensión, el mundo pareció detenerse.
    Solo quedaban ellos dos.
    Dos sombras, una misma furia.

    Darküs Volkøv

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    “La Marca del Lobo” El sonido de la lluvia golpeaba el cristal con violencia. El aire del cuarto estaba denso, casi eléctrico, como si presintiera lo que estaba por suceder. Luana no solía bajar la guardia, y mucho menos frente a un desconocido. Pero Darkus no era cualquier hombre. Había algo en él —en su forma de moverse, en la mirada salvaje que apenas contenía bajo la calma aparente— que le resultaba inquietantemente familiar. Era la clase de presencia que no se podía fingir… la de un depredador verdadero. Él estaba apoyado contra la pared, observándola en silencio, los ojos brillando con un tono ámbar casi animal bajo la penumbra. —Sabía que no eras humana —dijo finalmente, su voz grave, profunda, con un dejo de desafío. Luana ladeó el rostro, su expresión impenetrable. —Y sin embargo, viniste —respondió con suavidad, mientras avanzaba un paso más. Cada palabra caía como un filo entre ambos, una danza entre poder y peligro. Darkus sonrió apenas, un gesto más instintivo que humano. —Los de nuestra raza rara vez se cruzan sin dejar marcas. Ella detuvo su andar. Su sombra se reflejaba junto a la de él en la pared, dos siluetas que parecían fundirse en la oscuridad. El aire vibraba con una energía primitiva, el pulso de dos bestias que se reconocen. —No busco dejar marcas —susurró Luana, aunque su tono decía lo contrario. —Entonces no te acerques más —gruñó él. Silencio. Y después, el paso que lo cambió todo. Luana se detuvo frente a él, tan cerca que podía sentir el calor de su respiración. Sus ojos, oscuros como la tormenta que rugía afuera, lo miraron sin miedo. —Demasiado tarde, lobo. Darkus la sostuvo con la mirada. Había peligro allí… pero también una verdad: en el fondo, ambos eran criaturas del mismo caos, forjadas en la misma oscuridad. Y en esa noche, entre el eco de la lluvia y el temblor de la tensión, el mundo pareció detenerse. Solo quedaban ellos dos. Dos sombras, una misma furia. [Darkus] ---
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  • Mis pocos momentos de paz y dónde puedo está solo en el gimnasio, estos días han sido estresantes más con la gira andando y yo sin poder avanzar en el trabajo
    Mis pocos momentos de paz y dónde puedo está solo en el gimnasio, estos días han sido estresantes más con la gira andando y yo sin poder avanzar en el trabajo
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