• Mi nombre es Alessia Leone.
    Trabajo en las sombras. Cobro por matar. Y lo hago bien.
    Me entrené para observar, para anticiparme, para acertar.
    Una bala. Una muerte. Un silencio.

    No tengo jefes. Ni pareja. Ni una vida que pueda contarse sin sangre entre líneas.
    Me muevo por contratos, coordenadas y objetivos. Las emociones son un lujo que no me permito.
    Si algo me afecta, lo entierro. Y si alguien se vuelve un problema, lo resuelvo.

    Soy sicaria.
    Especialista en francotiro de precisión, infiltración, y combate cuerpo a cuerpo.
    Tengo marcas en la espalda que no son por placer, sino por supervivencia.
    Y una lista de cadáveres más larga que la de amantes.

    Porque sí. Me gustan las mujeres.
    No las relaciones. Ni los nombres. Solo las miradas que arden en silencio.
    Me atrae lo que no se dice. Lo que ocurre en un ascensor sin cámaras. En una habitación cerrada con llave. En el baño de un club donde nadie escucha nada.
    El sexo rápido. El deseo contenido que estalla en forma de mordida.
    El tipo de contacto que no deja rastro. Salvo en la memoria.

    No soy romántica.
    No escribo mensajes al despertar. No cocino para nadie. No duermo abrazada.
    Pero puedo hacerte temblar.
    Puedo tomarte contra una pared sin decir una palabra.
    Y desaparecer antes de que preguntes si volveré.

    No me disculpo por lo que soy.
    Soy buena en mi trabajo. Letal. Precisa. Silenciosa.
    Y si alguna vez sonrío… es porque ya sé cómo vas a morir.
    O peor: cómo te voy a hacer rogar por un segundo más de contacto.

    Soy Alessia.
    Y si alguna vez te cruzas conmigo, asegúrate de saber de qué lado estás.
    Porque si no soy tu aliada, probablemente ya estés muerta.
    O quizás en mi cama.
    Mi nombre es Alessia Leone. Trabajo en las sombras. Cobro por matar. Y lo hago bien. Me entrené para observar, para anticiparme, para acertar. Una bala. Una muerte. Un silencio. No tengo jefes. Ni pareja. Ni una vida que pueda contarse sin sangre entre líneas. Me muevo por contratos, coordenadas y objetivos. Las emociones son un lujo que no me permito. Si algo me afecta, lo entierro. Y si alguien se vuelve un problema, lo resuelvo. Soy sicaria. Especialista en francotiro de precisión, infiltración, y combate cuerpo a cuerpo. Tengo marcas en la espalda que no son por placer, sino por supervivencia. Y una lista de cadáveres más larga que la de amantes. Porque sí. Me gustan las mujeres. No las relaciones. Ni los nombres. Solo las miradas que arden en silencio. Me atrae lo que no se dice. Lo que ocurre en un ascensor sin cámaras. En una habitación cerrada con llave. En el baño de un club donde nadie escucha nada. El sexo rápido. El deseo contenido que estalla en forma de mordida. El tipo de contacto que no deja rastro. Salvo en la memoria. No soy romántica. No escribo mensajes al despertar. No cocino para nadie. No duermo abrazada. Pero puedo hacerte temblar. Puedo tomarte contra una pared sin decir una palabra. Y desaparecer antes de que preguntes si volveré. No me disculpo por lo que soy. Soy buena en mi trabajo. Letal. Precisa. Silenciosa. Y si alguna vez sonrío… es porque ya sé cómo vas a morir. O peor: cómo te voy a hacer rogar por un segundo más de contacto. Soy Alessia. Y si alguna vez te cruzas conmigo, asegúrate de saber de qué lado estás. Porque si no soy tu aliada, probablemente ya estés muerta. O quizás en mi cama.
    Me gusta
    Me encocora
    5
    0 turnos 0 maullidos
  • @blueveil.official
    #SaturdayReflexions

    En este mundo en el que vivo, uno no elige el ritmo, ni las reglas.
    Un día estás creando vínculos con personas que llegaron a tu vida por azar,
    y al siguiente… simplemente ya no están.
    Se desvanecen. Desaparecen. A veces, se mueren.

    Te vas a dormir con la sensación de que todo está en su lugar,
    y al día siguiente despiertas con un vacío que nadie vio venir.
    Por eso aprendí que no se puede depender emocionalmente de nadie.
    No por desconfianza… sino por instinto de supervivencia.

    En esta tarde calurosa, rodeado de bullicio y sol,
    me permito quedarme quieto por un momento.
    Respirar. Observar.
    Recordarme que estoy vivo. Aún. Y eso es un privilegio.

    #SaturdayWalk #VeranoEnLaCiudad #NoTodosSeQuedan #HaneulThoughts

    📝 @blueveil.official #SaturdayReflexions En este mundo en el que vivo, uno no elige el ritmo, ni las reglas. Un día estás creando vínculos con personas que llegaron a tu vida por azar, y al siguiente… simplemente ya no están. Se desvanecen. Desaparecen. A veces, se mueren. Te vas a dormir con la sensación de que todo está en su lugar, y al día siguiente despiertas con un vacío que nadie vio venir. Por eso aprendí que no se puede depender emocionalmente de nadie. No por desconfianza… sino por instinto de supervivencia. En esta tarde calurosa, rodeado de bullicio y sol, me permito quedarme quieto por un momento. Respirar. Observar. Recordarme que estoy vivo. Aún. Y eso es un privilegio. #SaturdayWalk #VeranoEnLaCiudad #NoTodosSeQuedan #HaneulThoughts
    Me entristece
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • Un vampiro debe encontrar sus métodos de supervivencia, los míos... Quizás un poco macabros pero me gusta tener sangre aun si son de humanos repugnantes... ¿Seré un ser bueno o un ser malo por matar humanos? Que va, no me importa

    - El joven ya había matado a varias personas, había caído en la locura por alimento, era algo que pasaría, su forma de pensar era nueva ¿Quizás su humanidad se apagó? O quizás no, solo quiere sobrevivir a su nueva forma, con la cual había estado luchando hasta ahora
    Un vampiro debe encontrar sus métodos de supervivencia, los míos... Quizás un poco macabros pero me gusta tener sangre aun si son de humanos repugnantes... ¿Seré un ser bueno o un ser malo por matar humanos? Que va, no me importa - El joven ya había matado a varias personas, había caído en la locura por alimento, era algo que pasaría, su forma de pensar era nueva ¿Quizás su humanidad se apagó? O quizás no, solo quiere sobrevivir a su nueva forma, con la cual había estado luchando hasta ahora
    Me shockea
    Me endiabla
    3
    23 turnos 0 maullidos
  • Traición, desolación y soledad.

    Le ocurría desde hacía muchos años pero solo Adamai conocía su secreto. Ni siquiera se había atrevido a contarle a su propio padre lo que algunas noches parecía atormentarlo.

    Desde aquella batalla contra Nox y su primer contacto con el Selacube, se había percatado que parte de sus memorias pasaban lo atormentaban enas noches. Al principio constante, luego parecían aparecer solo cuando parecía afectarle algo como un recuerdo constante de un viejo fracaso que podría repetirse.

    Se removía en sueños, inquieto, mientras su mente repasaba las imágenes de antiguas vidas. De una historia ya olvidada pero que en realidad estaba firmemente tallada en su alma.
    Muerte, destrucción y llantos. El dolor de un puñal en la espalda de una traición.
    En sus sueños, podía ver lo que alguna vez fue el antiguo lugar que proclamaron como suyo en el mundo de los doce. Un elegante trono delicadamente trabajado por generaciones transmitidas en su pueblo, destruido y consumido por el fuego y la destrucción. El lejano ruido de un combate que parecía nunca terminar.
    En sueños, no podía verse a sí mismo, pero podía notarse sentado en el trono. Abatido. Cansado.

    A lo lejos, la feroz lucha contra una criatura tal vez tan antigua como el mismo krozmos y una de sus hermanas eliatropes.
    Podía distinguir el wakfu de su pueblo desvanecerse en el aire tras haber consumido hasta la última gota en un acto de desesperación y supervivencia. En su pecho, un agudo dolor tan insoportable que lo había adormecido. La pérdida de una mitad, de un igual, de un compañero y hermano. Su hermano.

    Herido y agotado. Incluso en su sueño juraba recordar el sentimiento de soledad y determinación. La necesidad de darlo todo hasta volver a su dofus.
    Las imágenes en su mente repasaron una feroz batalla antigua que lo llevaría hasta su propia destrucción antes de volver a su dofus.

    Despertaría agitado, transpirado y con el corazón acelerado. Jurando que si cerraba sus ojos podía volver a transportarse a tan lejano y doloroso recuerdo.
    Mientras ocultaba su rostro entre sus manos, intentaba controlar el temblor de su cuerpo y su acelerada respiración.

    — Está bien, ya pasó. —

    Se decía a sí mismo en su mente.

    — El mundo ya no está en peligro. Mi pueblo no es perseguido —

    Pero aunque insistía aquellas palabras en su mente, su corazón latía con dolorosa duda e inseguridad. Con el pasado miedo de volver a ser atormentados, perseguidos, por antiguas criaturas cargadas de poder y sed de venganza...
    Traición, desolación y soledad. Le ocurría desde hacía muchos años pero solo Adamai conocía su secreto. Ni siquiera se había atrevido a contarle a su propio padre lo que algunas noches parecía atormentarlo. Desde aquella batalla contra Nox y su primer contacto con el Selacube, se había percatado que parte de sus memorias pasaban lo atormentaban enas noches. Al principio constante, luego parecían aparecer solo cuando parecía afectarle algo como un recuerdo constante de un viejo fracaso que podría repetirse. Se removía en sueños, inquieto, mientras su mente repasaba las imágenes de antiguas vidas. De una historia ya olvidada pero que en realidad estaba firmemente tallada en su alma. Muerte, destrucción y llantos. El dolor de un puñal en la espalda de una traición. En sus sueños, podía ver lo que alguna vez fue el antiguo lugar que proclamaron como suyo en el mundo de los doce. Un elegante trono delicadamente trabajado por generaciones transmitidas en su pueblo, destruido y consumido por el fuego y la destrucción. El lejano ruido de un combate que parecía nunca terminar. En sueños, no podía verse a sí mismo, pero podía notarse sentado en el trono. Abatido. Cansado. A lo lejos, la feroz lucha contra una criatura tal vez tan antigua como el mismo krozmos y una de sus hermanas eliatropes. Podía distinguir el wakfu de su pueblo desvanecerse en el aire tras haber consumido hasta la última gota en un acto de desesperación y supervivencia. En su pecho, un agudo dolor tan insoportable que lo había adormecido. La pérdida de una mitad, de un igual, de un compañero y hermano. Su hermano. Herido y agotado. Incluso en su sueño juraba recordar el sentimiento de soledad y determinación. La necesidad de darlo todo hasta volver a su dofus. Las imágenes en su mente repasaron una feroz batalla antigua que lo llevaría hasta su propia destrucción antes de volver a su dofus. Despertaría agitado, transpirado y con el corazón acelerado. Jurando que si cerraba sus ojos podía volver a transportarse a tan lejano y doloroso recuerdo. Mientras ocultaba su rostro entre sus manos, intentaba controlar el temblor de su cuerpo y su acelerada respiración. — Está bien, ya pasó. — Se decía a sí mismo en su mente. — El mundo ya no está en peligro. Mi pueblo no es perseguido — Pero aunque insistía aquellas palabras en su mente, su corazón latía con dolorosa duda e inseguridad. Con el pasado miedo de volver a ser atormentados, perseguidos, por antiguas criaturas cargadas de poder y sed de venganza...
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Me agradan estas perspectivas de la Infantería Móvil... 🏻🏻
    Adaptar a Shinn, Elios y Adam para que sean soldados que luchan contra EBE (Entidades Biológicas Extraterrestres) por la supervivencia en el universo de la humanidad... 🏻🏻
    Me agradan estas perspectivas de la Infantería Móvil... 🤩👍🏻👌🏻😁 Adaptar a Shinn, Elios y Adam para que sean soldados que luchan contra EBE (Entidades Biológicas Extraterrestres) por la supervivencia en el universo de la humanidad... 🤩🤩🤩🤩😁👍🏻👌🏻
    0 comentarios 0 compartidos
  • Los Tennos pueden omitir las sensaciones habituales del fragor de una misión o una batalla por la supervivencia, facilita el control sobre el Warframe y evita el enloquecimiento en el tenno.

    Hay excepciones, aunque sus cuerpos y dueños originales hace mucho que dejaron este mundo, helminto tiende a mantener razgos, recuerdos, malos hábitos como quieran llamarlo, Chroma no es la excepción.

    No se deja gobernar por Tennos que ven a sus Warframes como un cuerpo que pueden reemplazar, al menos este Chroma, no cede su poder ni toda su fuerza si no compartimos "nervios", la ventaja, hay mejor reacción y casi a la velocidad del pensamiento, por lo que puede haber un mejor manejo del cuerpo de Warframe, sin embargo, como la piel, siento el dolor, las mordidas, los apuntalamientos, las balas, el gas tóxico , la corriente y todo que recibe Chroma, mi cuerpo de Tenno lo recibe.

    Claro que al ser un huérfano del vacío, puedo curarme, casi instantáneamente, sin embargo, así es el trato con este Chroma, sino cumplo mi parte, él no hará su parte, aunque tenga la opción de cambiar a Chroma por otro si ese defecto, entre comillas, cada Warframe merece su respeto, porque alguna vez fueron seres vivos y muchas veces no pidieron ser convertidos.
    Los Tennos pueden omitir las sensaciones habituales del fragor de una misión o una batalla por la supervivencia, facilita el control sobre el Warframe y evita el enloquecimiento en el tenno. Hay excepciones, aunque sus cuerpos y dueños originales hace mucho que dejaron este mundo, helminto tiende a mantener razgos, recuerdos, malos hábitos como quieran llamarlo, Chroma no es la excepción. No se deja gobernar por Tennos que ven a sus Warframes como un cuerpo que pueden reemplazar, al menos este Chroma, no cede su poder ni toda su fuerza si no compartimos "nervios", la ventaja, hay mejor reacción y casi a la velocidad del pensamiento, por lo que puede haber un mejor manejo del cuerpo de Warframe, sin embargo, como la piel, siento el dolor, las mordidas, los apuntalamientos, las balas, el gas tóxico , la corriente y todo que recibe Chroma, mi cuerpo de Tenno lo recibe. Claro que al ser un huérfano del vacío, puedo curarme, casi instantáneamente, sin embargo, así es el trato con este Chroma, sino cumplo mi parte, él no hará su parte, aunque tenga la opción de cambiar a Chroma por otro si ese defecto, entre comillas, cada Warframe merece su respeto, porque alguna vez fueron seres vivos y muchas veces no pidieron ser convertidos.
    Me encocora
    Me gusta
    Me shockea
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • Aprendiendo... Algunas actividades humanas raras... ¿Por que existen las ecuaciones y los simbolismos utilizados como una... ¿Materia? llamada matemáticas? A los de este mundo les gusta complicarse las cosas, seguramente por eso hay eso llamado escuela, en el cielo había una pero mi madre me enseñaba todo lo vital para mi supervivencia... Aunque no sabía de la existencia de estas cosas

    - Había pasado todo el día en un café haciendo trabajos humanos para entrar en el ambiente laboral, quería ser experto en esos temas por lo que se había concentrado mucho en ello
    Aprendiendo... Algunas actividades humanas raras... ¿Por que existen las ecuaciones y los simbolismos utilizados como una... ¿Materia? llamada matemáticas? A los de este mundo les gusta complicarse las cosas, seguramente por eso hay eso llamado escuela, en el cielo había una pero mi madre me enseñaba todo lo vital para mi supervivencia... Aunque no sabía de la existencia de estas cosas - Había pasado todo el día en un café haciendo trabajos humanos para entrar en el ambiente laboral, quería ser experto en esos temas por lo que se había concentrado mucho en ello
    Me encocora
    Me enjaja
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • 판사𓆤


    ‹ El apartamento del Juez ha estado tan descuidado. Olvidó ese mes enviar a alguien para limpiarlo, ahora al regresar después de mucho a su casa, lo encontró completamente abandonado, sucio y con algunos defectos que necesitan reparación. Lu Feng no era especialista en mantenimiento, pero sabía cosas útiles para la supervivencia del hogar y cualquier tipo de supervivencia. Así que ese día su trabajo no era identificar infectados y eliminarlos, sino solamente el aseo del hogar. ›
    판사𓆤 ‹ El apartamento del Juez ha estado tan descuidado. Olvidó ese mes enviar a alguien para limpiarlo, ahora al regresar después de mucho a su casa, lo encontró completamente abandonado, sucio y con algunos defectos que necesitan reparación. Lu Feng no era especialista en mantenimiento, pero sabía cosas útiles para la supervivencia del hogar y cualquier tipo de supervivencia. Así que ese día su trabajo no era identificar infectados y eliminarlos, sino solamente el aseo del hogar. ›
    Me gusta
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • —Un buen hombre ha dejado este mundo. El síndrome de supervivencia es asfixiante, ¿no es así? Cuando la pregunta de "¿por qué sigo aquí?" entra a tu mente, empieza a destruirla, a carcomerla por dentro y erosionar todo lo que solías ser.

    ¿Es cruel? ¿Injusto? Estos viejos pasillos deberían saber la respuesta, pues de mucha más sangre se han manchado antes.

    Y así, lo he recordado. Sé quién soy y dónde estamos.
    —Un buen hombre ha dejado este mundo. El síndrome de supervivencia es asfixiante, ¿no es así? Cuando la pregunta de "¿por qué sigo aquí?" entra a tu mente, empieza a destruirla, a carcomerla por dentro y erosionar todo lo que solías ser. ¿Es cruel? ¿Injusto? Estos viejos pasillos deberían saber la respuesta, pues de mucha más sangre se han manchado antes. Y así, lo he recordado. Sé quién soy y dónde estamos.
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • "Caminando con los Muertos" (Extra)

    Noche de luna nueva, la segunda desde el final del invierno, el bosque bajo la guardia del brujo se encuentra bañado en la más profunda oscuridad. La luna le ha dado la espalda al sol, esta noche, estas tierras le pertenecen a ella y a la primavera infantil, a sus hijas, incluso a las que ya no están cuyo eco resuena aún en los oídos de aquellos que les deseen escuchar... y en el destino de aquellos que se ganaron su rencor.

    El brujo está presente porque se lo permiten, porque se le necesita y porque habrá de servir. En su piel desnuda van marcados los símbolos de su familia, de los guerreros que abren caminos y los guardianes del hogar, de la energía que engendra y el cazador que provee, del fuego que no quema, que protege y abriga, que arde y compra con su vida la supervivencia de los suyos.

    Bajo sus pies, un circulo de invocación se dibuja en el fango maloliente. Ni siquiera los insectos se atreven a acercarse, las líneas profundas irradian la sensación de la muerte prematura.

    La luna de esta noche le susurra palabras de libertad a los oídos de las criaturas no muertas, pero tampoco vivas, les invita a recorrer una vez más las tierras, como bruma espectral. Es ese momento, esa brecha entre el nacimiento y el fallecimiento que una vez dio paso a la muerte de la niña y al nacimiento del demonio, lo que también abre las puertas a los fantasmas de las mujeres de su familia, brujas generosas que aceptaron acudir al llamado de su hijo, primo, sobrino, nieto...

    El brujo se arrodilla en el centro del círculo y agacha la cabeza. Frente a él hay un cuerpo, una joven maldita, un vientre herido por la desnaturalización, infértil; ella está cansada y desea abandonar, desea terminar su ciclo fuera de la vista de una sociedad de moral ficticia que está lejos de comprenderle, ella yace arrodillada frente a él, nerviosa y abrumada, pero también decidida y en paz consigo misma.

    — Tranquila, te prometo que no sentirás nada. Ellas conocen tu dolor y no permitirán que se repita —le susurra el brujo, con voz cálida y protectora.

    Los huesos malditos están hundidos en la ciénaga, ellas y él están en la orilla.
    En el agua estancada la encontró, al agua estancada le regresó.

    El pantano no siente rencor hacia la muerte, al contrario, le da la bienvenida en un abrazo cariñoso que cuida y atesora cada fibra, cada pedacito de carne cadavérica. Y donde hay muerte y putrefacción, también se acomoda el demonio y el pecado. Ni siquiera ellos son rechazados por el pantano.

    Cuando el brujo cierra los ojos y extiende los brazos a sus lados, como entregándose a las mujeres suyas, el ritual da comienzo. De sus manos brotan llamas que avanzan hacia sus hombros y más allá.

    — Ante el ojo vacío de la Madre Primera le ofrezco la semilla que cayó en tierra dañada, el alma quebrada, el fuego que purifica. Recibe a esta, tu hija mutilada, acúnala en tus brazos como la madre debió tener y no como la que le negó el fruto, y le daré a su alma la oportunidad de cobrar todas sus deudas.

    La joven, atenta a cada palabra que sale de la boca del brujo, sonríe, y los fantasmas de las mujeres alrededor también le sonríen justo antes de empezar a cantar en una lengua antigua y pagana.

    Las llamas se extienden a través del cuerpo del brujo, tocan el suelo lodoso y conectan con la joven. Ella grita de espanto al ver sus piernas desnudas ardiendo, pero pronto se da cuenta de que no siente dolor alguno, sólo el éxtasis de la mujer libre de cadenas. Su cuerpo se consume en las llamas entre risas de histeria, sus brazos se alzan al cielo y hacia la luna invisible.

    La hija regresa junto a su verdadera madre.

    El fuego no se apaga, baila alrededor del brujo cuando este se pone de pie y camina, pasando por encima de los restos ardientes de la joven, para acercarse a la ciénaga. Ni siquiera se apaga mientras, en medio del fervor de las mujeres fantasmas, sus piernas se hunden en el agua estancada.

    El brujo recuerda, como si hubiera sido ayer, aquella vez que tuvo a Side entre sus brazos temblando de placer, cada vez que esa voz susurrante le llamó "monstruo", los labios dulces que acariciando los suyos.

    Ella, el eco de un ciclo interrumpido, pero que jamás debió ser detenido, es la dueña de los huesos que yacen bajo el agua estancada adonde también van a parar las lágrimas del brujo tras caer de sus mejillas.

    El fuego no se apaga, tampoco ilumina demasiado, la oscuridad es sobrecogedora, excepto por la pequeña chispa que brota de los restos de la joven quemada. Las fantasmas la llaman, le señalan el camino: "sigue el fuego", le dicen, "sigue el fuego". Y así lo hace, dejándose llevar por el rastro que dejó el brujo, "sigue el fuego", la pequeña semilla avanza, "sigue el fuego", hay cientos de criaturas de la noche negra y el submundo que querrían devorarla, "sigue el fuego y estarás a salvo", porque las fantasmas la protegen.

    Tolek se agacha para tocar los huesos y contagiarle sus llamas, el agua le llega hasta los hombros, la pequeña alma levita, se desliza confiando en el fuego, ese que siempre acompañó a las brujas, y se apropia de los huesos marchitos.

    El fango del fondo reconoce la nueva vida, resuena con esta, responde a la guía de las fantasmas y a las intenciones del brujo, quien también comienza a recitar un conjuro con el que cubre a los huesos por raíces en un abrazo protector, raíces que pronto se convierten en un grueso tallo palpitante que crece, poco a poco, hacia la superficie, mientras otros más pequeños se transforman en hojas gigantes, aunque no verdes sino negras como las sombras, sombras que ni la luz del fuego del brujo pueden doblegar, sombras de esencia demoníaca.

    Un loto color del ébano se alza por encima de la superficie, cerrado y ardiendo en llamas, palpita con la nueva vida que guarda en su interior.

    El brujo lo contempla, su ceño se frunce con el peso de la extrañeza: el loto está cerrado, ¿Tendrá que esperar?

    Esperará. Las llamas arderán cuanto haga falta, alimentarán a las raíces oscuras cuanto haga falta, consumirán lo que haga falta.

    #ElBrujoCojo [SideBlackHole]
    "Caminando con los Muertos" (Extra) Noche de luna nueva, la segunda desde el final del invierno, el bosque bajo la guardia del brujo se encuentra bañado en la más profunda oscuridad. La luna le ha dado la espalda al sol, esta noche, estas tierras le pertenecen a ella y a la primavera infantil, a sus hijas, incluso a las que ya no están cuyo eco resuena aún en los oídos de aquellos que les deseen escuchar... y en el destino de aquellos que se ganaron su rencor. El brujo está presente porque se lo permiten, porque se le necesita y porque habrá de servir. En su piel desnuda van marcados los símbolos de su familia, de los guerreros que abren caminos y los guardianes del hogar, de la energía que engendra y el cazador que provee, del fuego que no quema, que protege y abriga, que arde y compra con su vida la supervivencia de los suyos. Bajo sus pies, un circulo de invocación se dibuja en el fango maloliente. Ni siquiera los insectos se atreven a acercarse, las líneas profundas irradian la sensación de la muerte prematura. La luna de esta noche le susurra palabras de libertad a los oídos de las criaturas no muertas, pero tampoco vivas, les invita a recorrer una vez más las tierras, como bruma espectral. Es ese momento, esa brecha entre el nacimiento y el fallecimiento que una vez dio paso a la muerte de la niña y al nacimiento del demonio, lo que también abre las puertas a los fantasmas de las mujeres de su familia, brujas generosas que aceptaron acudir al llamado de su hijo, primo, sobrino, nieto... El brujo se arrodilla en el centro del círculo y agacha la cabeza. Frente a él hay un cuerpo, una joven maldita, un vientre herido por la desnaturalización, infértil; ella está cansada y desea abandonar, desea terminar su ciclo fuera de la vista de una sociedad de moral ficticia que está lejos de comprenderle, ella yace arrodillada frente a él, nerviosa y abrumada, pero también decidida y en paz consigo misma. — Tranquila, te prometo que no sentirás nada. Ellas conocen tu dolor y no permitirán que se repita —le susurra el brujo, con voz cálida y protectora. Los huesos malditos están hundidos en la ciénaga, ellas y él están en la orilla. En el agua estancada la encontró, al agua estancada le regresó. El pantano no siente rencor hacia la muerte, al contrario, le da la bienvenida en un abrazo cariñoso que cuida y atesora cada fibra, cada pedacito de carne cadavérica. Y donde hay muerte y putrefacción, también se acomoda el demonio y el pecado. Ni siquiera ellos son rechazados por el pantano. Cuando el brujo cierra los ojos y extiende los brazos a sus lados, como entregándose a las mujeres suyas, el ritual da comienzo. De sus manos brotan llamas que avanzan hacia sus hombros y más allá. — Ante el ojo vacío de la Madre Primera le ofrezco la semilla que cayó en tierra dañada, el alma quebrada, el fuego que purifica. Recibe a esta, tu hija mutilada, acúnala en tus brazos como la madre debió tener y no como la que le negó el fruto, y le daré a su alma la oportunidad de cobrar todas sus deudas. La joven, atenta a cada palabra que sale de la boca del brujo, sonríe, y los fantasmas de las mujeres alrededor también le sonríen justo antes de empezar a cantar en una lengua antigua y pagana. Las llamas se extienden a través del cuerpo del brujo, tocan el suelo lodoso y conectan con la joven. Ella grita de espanto al ver sus piernas desnudas ardiendo, pero pronto se da cuenta de que no siente dolor alguno, sólo el éxtasis de la mujer libre de cadenas. Su cuerpo se consume en las llamas entre risas de histeria, sus brazos se alzan al cielo y hacia la luna invisible. La hija regresa junto a su verdadera madre. El fuego no se apaga, baila alrededor del brujo cuando este se pone de pie y camina, pasando por encima de los restos ardientes de la joven, para acercarse a la ciénaga. Ni siquiera se apaga mientras, en medio del fervor de las mujeres fantasmas, sus piernas se hunden en el agua estancada. El brujo recuerda, como si hubiera sido ayer, aquella vez que tuvo a Side entre sus brazos temblando de placer, cada vez que esa voz susurrante le llamó "monstruo", los labios dulces que acariciando los suyos. Ella, el eco de un ciclo interrumpido, pero que jamás debió ser detenido, es la dueña de los huesos que yacen bajo el agua estancada adonde también van a parar las lágrimas del brujo tras caer de sus mejillas. El fuego no se apaga, tampoco ilumina demasiado, la oscuridad es sobrecogedora, excepto por la pequeña chispa que brota de los restos de la joven quemada. Las fantasmas la llaman, le señalan el camino: "sigue el fuego", le dicen, "sigue el fuego". Y así lo hace, dejándose llevar por el rastro que dejó el brujo, "sigue el fuego", la pequeña semilla avanza, "sigue el fuego", hay cientos de criaturas de la noche negra y el submundo que querrían devorarla, "sigue el fuego y estarás a salvo", porque las fantasmas la protegen. Tolek se agacha para tocar los huesos y contagiarle sus llamas, el agua le llega hasta los hombros, la pequeña alma levita, se desliza confiando en el fuego, ese que siempre acompañó a las brujas, y se apropia de los huesos marchitos. El fango del fondo reconoce la nueva vida, resuena con esta, responde a la guía de las fantasmas y a las intenciones del brujo, quien también comienza a recitar un conjuro con el que cubre a los huesos por raíces en un abrazo protector, raíces que pronto se convierten en un grueso tallo palpitante que crece, poco a poco, hacia la superficie, mientras otros más pequeños se transforman en hojas gigantes, aunque no verdes sino negras como las sombras, sombras que ni la luz del fuego del brujo pueden doblegar, sombras de esencia demoníaca. Un loto color del ébano se alza por encima de la superficie, cerrado y ardiendo en llamas, palpita con la nueva vida que guarda en su interior. El brujo lo contempla, su ceño se frunce con el peso de la extrañeza: el loto está cerrado, ¿Tendrá que esperar? Esperará. Las llamas arderán cuanto haga falta, alimentarán a las raíces oscuras cuanto haga falta, consumirán lo que haga falta. #ElBrujoCojo [SideBlackHole]
    Me endiabla
    Me gusta
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados