• Dana's lab
    Fandom Hololive/Oc
    Categoría Original
    Irys se encuentra tendida en una cama de laboratorio, bajo una luz tenue que parpadea suavemente sobre su rostro.

    La sala está llena de máquinas de monitoreo y frascos con extraños líquidos, todo rodeado por la inquietante quietud de un lugar donde se realizan experimentos desconocidos.

    El aire es frío, casi estéril, y el silencio es profundo, solo roto por el zumbido de los equipos. Sin embargo, a pesar de la frialdad del entorno y la soledad que la rodea, Irys se siente en paz, como si estuviera flotando en un sueño profundo, sin preocupaciones ni miedos.

    En su mente, los recuerdos llegan en fragmentos. La voz de su madre resuena suavemente, como un susurro lejano pero claro. "Eres tan linda, Irys. Eres tan especial, llena de luz Siempre has sido mi esperanza."

    Esas palabras le dan una calidez que no puede explicar, una sensación de amor profundo que la envuelve, pese a que en la realidad está sola en esa sala fría, bajo la vigilancia de Dana, quién le ha prometido devolverle su humanidad, aunque los detalles de cómo lo hará siguen siendo un misterio inquietante.

    Irys siente una conexión con esos recuerdos, como si las palabras de su madre fueran su ancla en este mar de incertidumbre.

    Aunque su cuerpo parece estar inmóvil, en su mente puede viajar libremente, y en esos momentos, la soledad de la sala de laboratorio desaparece.

    En su sueño, se siente feliz, completa, como si hubiera encontrado un refugio en la fragilidad de esos recuerdos. No sabe qué le deparará el futuro ni si alguna vez recuperará lo que ha perdido, pero mientras su mente se adentra más en su sueño, se aferra a la sensación de ser querida, especial, y valiosa.

    La esperanza no ha desaparecido, ni siquiera en este lugar tan extraño y distante.

    Todo parece indicar que el experimento de Dana tiene un propósito oscuro y un final incierto, pero Irys, en su sueño, no puede preocuparse por eso.

    Solo sabe que, por ahora, su corazón sigue latiendo con la dulzura de las palabras de su madre.
    Irys se encuentra tendida en una cama de laboratorio, bajo una luz tenue que parpadea suavemente sobre su rostro. La sala está llena de máquinas de monitoreo y frascos con extraños líquidos, todo rodeado por la inquietante quietud de un lugar donde se realizan experimentos desconocidos. El aire es frío, casi estéril, y el silencio es profundo, solo roto por el zumbido de los equipos. Sin embargo, a pesar de la frialdad del entorno y la soledad que la rodea, Irys se siente en paz, como si estuviera flotando en un sueño profundo, sin preocupaciones ni miedos. En su mente, los recuerdos llegan en fragmentos. La voz de su madre resuena suavemente, como un susurro lejano pero claro. "Eres tan linda, Irys. Eres tan especial, llena de luz Siempre has sido mi esperanza." Esas palabras le dan una calidez que no puede explicar, una sensación de amor profundo que la envuelve, pese a que en la realidad está sola en esa sala fría, bajo la vigilancia de Dana, quién le ha prometido devolverle su humanidad, aunque los detalles de cómo lo hará siguen siendo un misterio inquietante. Irys siente una conexión con esos recuerdos, como si las palabras de su madre fueran su ancla en este mar de incertidumbre. Aunque su cuerpo parece estar inmóvil, en su mente puede viajar libremente, y en esos momentos, la soledad de la sala de laboratorio desaparece. En su sueño, se siente feliz, completa, como si hubiera encontrado un refugio en la fragilidad de esos recuerdos. No sabe qué le deparará el futuro ni si alguna vez recuperará lo que ha perdido, pero mientras su mente se adentra más en su sueño, se aferra a la sensación de ser querida, especial, y valiosa. La esperanza no ha desaparecido, ni siquiera en este lugar tan extraño y distante. Todo parece indicar que el experimento de Dana tiene un propósito oscuro y un final incierto, pero Irys, en su sueño, no puede preocuparse por eso. Solo sabe que, por ahora, su corazón sigue latiendo con la dulzura de las palabras de su madre.
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    Individual
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  • Encuentros
    Fandom Mentes Criminales
    Categoría Drama
    "Los reencuentros son la prueba de que las almas que están destinadas a cruzarse, siempre encuentran el camino de regreso"

    -> starter con Jack Tessaro

    Con el paso de las semanas, el aniversario de los padres de Angie se acercó inexorablemente. Dentro de los Brooks se había creado una tradición que seguían todos los años; reunirse familiares y amigos en memoria de ellos. No era una reunión triste, más bien una velada en la que disfrutar de la compañía unos de otros.

    No sería el primer año que Jack era invitado a esa reunión, pero nunca apareció. Y lo cierto era que Angie no estaba por la labor de hacer sentir a su pareja que tenía la obligación de ir. Por lo que Angie solo dejó caer la invitación sin presiones un par de semanas antes, dándole tiempo a Jack de tomarse ese fin de semana junto a ella.

    Obviamente, Angie había presentado una solicitud para librar ese fin de semana por motivos personales. La cual fue aceptada.

    Según se iban acercando los días, el humor de la joven fue variando. Intentaba ser la chica de siempre, y estar de buen humor, pero los recuerdos venían prácticamente cada noche para tirar por el suelo todos sus intentos de estar de buen humor. Terminando por perder la partida en más de una ocasión, y mostrarse irascible, apática, callada o simplemente mostraba sonrisas que escondían la tristeza que sentía.

    Un par de noches antes de la reunión familiar, Angie se despertó a las tantas de la noche a causa de una pesadilla. Como había estado haciendo en las últimas ocasiones, se levantó para prepararse un cacao caliente y así intentar calmar su angustia.

    – No, Willow, quédate con papá durmiendo… –

    Intentó hacer el mínimo ruido posible para no despertar a Jack cuando cogió un vaso del lavaplatos en el que calentar la leche en la que echaría el cacao en polvo. Una vez que terminó, y con la taza entre sus manos, se sentó en el sofá tras tomar uno de los álbumes familiares.

    Escuchó unos pasos que la sobresaltaron. Se giró para ver a un Jack adormilado, y que se echaba el pelo hacía atrás. Le dedicó una suave media sonrisa de disculpa por si le había despertado.

    – Lo siento… – se disculpó, y levantó dejando su taza sobre la mesa auxiliar del comedor – ¿Quieres una taza de chocolate? – preguntó, y ante la respuesta de Jack, de ir él a prepararse la taza, ella le detuvo con la mano en alto en un simple gesto – No, no,... ya voy yo… Toma el gesto como una disculpa por ser la novia más borde de la faz de la tierra… – dijo, haciendo referencia a sus cortantes respuestas a lo largo del día pasado.

    Le preparó el chocolate a Jack, que ya estaba sentado en el sofá con el álbum que había dejado la joven, y se lo entregó a su chico en cuanto terminó de prepararlo, reuniéndose con él.

    – Toma mi ofrenda de paz… Te prometo que dejaré mis malos humos bien guardados… – prometió, y se sentó junto a él apoyando su cabeza en el hombro de Jack para poder ver juntos las fotos.

    Una de las primeras fotos eran los padres de Angie posando para la fiesta de graduación.

    – Uyyy, qué guapos estaban… Y juraría que esa fue la noche de mi creación… – dijo Angie con una suave risa, comentando la foto.

    La siguiente foto a los padres de Angie, era una grupal en la que también aparecía Jack.

    – Debo de quejarme formalmente por mi generación… Qué guapos estaban todos. Sé sincero, esa noche te ligaste a todas las chicas, y decidiste que ese sería tu look oficial… creando así la duda de si el traje se hizo para Jack, o Jack se hizo para el traje – dijo en broma a medias – vivan los trajes de raya diplomática –

    Siguieron pasando las fotos lentamente, comentando algunos detalles de ellas. Jack añadió historias y datos que Angie desconocía, y la propia Angie le habló de algunos detalles que parecía que Jack tampoco conocía.

    – Y sí, esta es la prueba de que intenté aprender a tocar guitarra. Tenía más posibilidades de aprender a cazar moscas con palillos a lo Jackie Chan que tocar cuatro notas seguidas… – comentó bromeando sobre su falta de talento con respecto a los instrumentos musicales – y como te iba diciendo antes, creo que debería estar por aquí mi foto postureo tocando el piano… – siguió diciendo – sí, aquí está… – dijo extrañada al faltar una foto suya de su primera graduación – vaya… He perdido mi foto de mi primera graduación… –.

    Cuando terminaron de ver las fotos, Angie se levantó para recoger las tazas de los chocolates y llevarlos a la pila. Se giró encontrando a Jack de frente y le dedicó una suave sonrisa, terminando por colocar sus brazos alrededor de los hombros masculinos.

    – En unas horas vas a estar muerto de sueño por mi culpa… – admitió, seguidamente se elevó sobre los dedos de sus pies para poder llegar a la altura de Jack y dejar un beso en los labios masculinos – y no es demasiado justo… Siento cómo me estoy portando contigo estos días… Y no quiero ser la novia pesada que te obliga a algo que no te apetece, y eres libre de decir que no, pero… quiero que vengas. Todos quieren que vengas… Lo que quiero decir es que eres más que bienvenido… Además, va a estar muy bien. Seréis un grupo de cuarentones recordando viejos tiempos con música de fondo… Cocinará Lana su plato estrella, Luke hará sus habituales bromas, Jeremy nos hará de dj, y yo disfrutaré de ver cómo todavía os creéis jóvenes… después, llegará el momento de Lana y su interrogatorio… - esbozó una amplia y fingida sonrisa antes de concluir - creo que, al final, voy a ser yo la que me baje del barco -.

    – Lo más aburrido será pasar por el cementerio a dejar el ramo de flores… Además, creo que tu mejor amigo se merece una explicación de por qué te llevas a la cama a su hija sin ni siquiera un anillo en el dedo… - bromeó.

    Dos días después, tras pasar prácticamente una semana encerrados en las oficinas del FBI entre papeles, y ayudando a otras comisarías con sus respectivos casos al pasar los miembros el perfil a modo de guía, el fin de semana se dejaba ver.

    – Pues, creo que tengo ya lista la maleta… – le comentó Angie a Jack, terminando por cerrar una pequeña maleta de mano con una muda por si era necesario. – Voy a ponerle agua fresca a mi niña, y una latita… – dijo, acariciando a Willow que se dedicaba a llamar su atención entre ronroneos – sí… de salmón… –.

    Tras dejar todo listo para la gata, regresó a la habitación junto a Jack. Se cambió de ropa poniéndose el pijama esperando a su pareja bajo las sábanas – Estoy agotada… por suerte, esta semana nos hemos librado del jet lag y las chicas quieren quedar la próxima semana para salir, y… ¿Sabes quién se va a emborrachar? – preguntó sin esperar una respuesta realmente - ¡Sí! Yo. – se movió en la cama para apartar las sábanas para Jack cuando fue a meterse – La verdad es que luego, seguramente, sea una buena chica y solo me tome un par de copas… o puede que nos juntemos todos, como la última vez –. se volvió a tumbar en la cama, girándose para Jack. Tener una conversación trivial por la noche, antes de dormir, la ayudaba a mantener a raya sus pensamientos, sus sentimientos, y las pesadillas. Además, era el momento de ambos, de conectar lejos del trabajo. Solo ellos, y conversaciones banales.
    "Los reencuentros son la prueba de que las almas que están destinadas a cruzarse, siempre encuentran el camino de regreso" -> starter con [NotAMindRcader] Con el paso de las semanas, el aniversario de los padres de Angie se acercó inexorablemente. Dentro de los Brooks se había creado una tradición que seguían todos los años; reunirse familiares y amigos en memoria de ellos. No era una reunión triste, más bien una velada en la que disfrutar de la compañía unos de otros. No sería el primer año que Jack era invitado a esa reunión, pero nunca apareció. Y lo cierto era que Angie no estaba por la labor de hacer sentir a su pareja que tenía la obligación de ir. Por lo que Angie solo dejó caer la invitación sin presiones un par de semanas antes, dándole tiempo a Jack de tomarse ese fin de semana junto a ella. Obviamente, Angie había presentado una solicitud para librar ese fin de semana por motivos personales. La cual fue aceptada. Según se iban acercando los días, el humor de la joven fue variando. Intentaba ser la chica de siempre, y estar de buen humor, pero los recuerdos venían prácticamente cada noche para tirar por el suelo todos sus intentos de estar de buen humor. Terminando por perder la partida en más de una ocasión, y mostrarse irascible, apática, callada o simplemente mostraba sonrisas que escondían la tristeza que sentía. Un par de noches antes de la reunión familiar, Angie se despertó a las tantas de la noche a causa de una pesadilla. Como había estado haciendo en las últimas ocasiones, se levantó para prepararse un cacao caliente y así intentar calmar su angustia. – No, Willow, quédate con papá durmiendo… – Intentó hacer el mínimo ruido posible para no despertar a Jack cuando cogió un vaso del lavaplatos en el que calentar la leche en la que echaría el cacao en polvo. Una vez que terminó, y con la taza entre sus manos, se sentó en el sofá tras tomar uno de los álbumes familiares. Escuchó unos pasos que la sobresaltaron. Se giró para ver a un Jack adormilado, y que se echaba el pelo hacía atrás. Le dedicó una suave media sonrisa de disculpa por si le había despertado. – Lo siento… – se disculpó, y levantó dejando su taza sobre la mesa auxiliar del comedor – ¿Quieres una taza de chocolate? – preguntó, y ante la respuesta de Jack, de ir él a prepararse la taza, ella le detuvo con la mano en alto en un simple gesto – No, no,... ya voy yo… Toma el gesto como una disculpa por ser la novia más borde de la faz de la tierra… – dijo, haciendo referencia a sus cortantes respuestas a lo largo del día pasado. Le preparó el chocolate a Jack, que ya estaba sentado en el sofá con el álbum que había dejado la joven, y se lo entregó a su chico en cuanto terminó de prepararlo, reuniéndose con él. – Toma mi ofrenda de paz… Te prometo que dejaré mis malos humos bien guardados… – prometió, y se sentó junto a él apoyando su cabeza en el hombro de Jack para poder ver juntos las fotos. Una de las primeras fotos eran los padres de Angie posando para la fiesta de graduación. – Uyyy, qué guapos estaban… Y juraría que esa fue la noche de mi creación… – dijo Angie con una suave risa, comentando la foto. La siguiente foto a los padres de Angie, era una grupal en la que también aparecía Jack. – Debo de quejarme formalmente por mi generación… Qué guapos estaban todos. Sé sincero, esa noche te ligaste a todas las chicas, y decidiste que ese sería tu look oficial… creando así la duda de si el traje se hizo para Jack, o Jack se hizo para el traje – dijo en broma a medias – vivan los trajes de raya diplomática – Siguieron pasando las fotos lentamente, comentando algunos detalles de ellas. Jack añadió historias y datos que Angie desconocía, y la propia Angie le habló de algunos detalles que parecía que Jack tampoco conocía. – Y sí, esta es la prueba de que intenté aprender a tocar guitarra. Tenía más posibilidades de aprender a cazar moscas con palillos a lo Jackie Chan que tocar cuatro notas seguidas… – comentó bromeando sobre su falta de talento con respecto a los instrumentos musicales – y como te iba diciendo antes, creo que debería estar por aquí mi foto postureo tocando el piano… – siguió diciendo – sí, aquí está… – dijo extrañada al faltar una foto suya de su primera graduación – vaya… He perdido mi foto de mi primera graduación… –. Cuando terminaron de ver las fotos, Angie se levantó para recoger las tazas de los chocolates y llevarlos a la pila. Se giró encontrando a Jack de frente y le dedicó una suave sonrisa, terminando por colocar sus brazos alrededor de los hombros masculinos. – En unas horas vas a estar muerto de sueño por mi culpa… – admitió, seguidamente se elevó sobre los dedos de sus pies para poder llegar a la altura de Jack y dejar un beso en los labios masculinos – y no es demasiado justo… Siento cómo me estoy portando contigo estos días… Y no quiero ser la novia pesada que te obliga a algo que no te apetece, y eres libre de decir que no, pero… quiero que vengas. Todos quieren que vengas… Lo que quiero decir es que eres más que bienvenido… Además, va a estar muy bien. Seréis un grupo de cuarentones recordando viejos tiempos con música de fondo… Cocinará Lana su plato estrella, Luke hará sus habituales bromas, Jeremy nos hará de dj, y yo disfrutaré de ver cómo todavía os creéis jóvenes… después, llegará el momento de Lana y su interrogatorio… - esbozó una amplia y fingida sonrisa antes de concluir - creo que, al final, voy a ser yo la que me baje del barco -. – Lo más aburrido será pasar por el cementerio a dejar el ramo de flores… Además, creo que tu mejor amigo se merece una explicación de por qué te llevas a la cama a su hija sin ni siquiera un anillo en el dedo… - bromeó. Dos días después, tras pasar prácticamente una semana encerrados en las oficinas del FBI entre papeles, y ayudando a otras comisarías con sus respectivos casos al pasar los miembros el perfil a modo de guía, el fin de semana se dejaba ver. – Pues, creo que tengo ya lista la maleta… – le comentó Angie a Jack, terminando por cerrar una pequeña maleta de mano con una muda por si era necesario. – Voy a ponerle agua fresca a mi niña, y una latita… – dijo, acariciando a Willow que se dedicaba a llamar su atención entre ronroneos – sí… de salmón… –. Tras dejar todo listo para la gata, regresó a la habitación junto a Jack. Se cambió de ropa poniéndose el pijama esperando a su pareja bajo las sábanas – Estoy agotada… por suerte, esta semana nos hemos librado del jet lag y las chicas quieren quedar la próxima semana para salir, y… ¿Sabes quién se va a emborrachar? – preguntó sin esperar una respuesta realmente - ¡Sí! Yo. – se movió en la cama para apartar las sábanas para Jack cuando fue a meterse – La verdad es que luego, seguramente, sea una buena chica y solo me tome un par de copas… o puede que nos juntemos todos, como la última vez –. se volvió a tumbar en la cama, girándose para Jack. Tener una conversación trivial por la noche, antes de dormir, la ayudaba a mantener a raya sus pensamientos, sus sentimientos, y las pesadillas. Además, era el momento de ambos, de conectar lejos del trabajo. Solo ellos, y conversaciones banales.
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  • Volviendo a la programacion habitual... Quiero hablar un poco mas de mi, mi pasado y porque tan sola en el mundo

    Cuestion todo empieza con una pequeña niña de cabellos dorados y ojos celestes, era especial en mi reino, sin contar que era hija de los antiguos reyes, mi aspecto fisico es distinto al de las demas hadas, era la unica con los ya mencionados detalles, mis padres me adoraban muchisimo por ser una joven aplicada y claro, yo me esfuerzo mucho en todo lo que hago. Sigamos con la historia

    Mi infancia era lo mas hermoso que tuve, hasta que perdi a mis padres, mi razon de existir se habian ido para siempre y a tan corta edad (!4 años) tenia que tomar el trono ya que era la unica sucesora y fue asi como de tan pequeña que era me volvi una joven fuerte y valiente... aunque obvio con mis miedos, porque todo lo que hago aunque tenga una chispa de valor eso se va y empiezo a tener miedo

    Pero quitando eso de lado, soy una buena persona, yo siempre trato de ayudar a quienes lo necesiten porque asi soy yo y no quiero parecer alguien temeraria porque soy alguien fragil a pesar de que trate de aparentar lo contrario, y mi corazon que aunque quiera cerrarlo si siente y cuando siente es cuando me hace ver lo vulnerable que soy

    Fin de la historia, otro dia hablare mas de mi trabajo
    Volviendo a la programacion habitual... Quiero hablar un poco mas de mi, mi pasado y porque tan sola en el mundo Cuestion todo empieza con una pequeña niña de cabellos dorados y ojos celestes, era especial en mi reino, sin contar que era hija de los antiguos reyes, mi aspecto fisico es distinto al de las demas hadas, era la unica con los ya mencionados detalles, mis padres me adoraban muchisimo por ser una joven aplicada y claro, yo me esfuerzo mucho en todo lo que hago. Sigamos con la historia Mi infancia era lo mas hermoso que tuve, hasta que perdi a mis padres, mi razon de existir se habian ido para siempre y a tan corta edad (!4 años) tenia que tomar el trono ya que era la unica sucesora y fue asi como de tan pequeña que era me volvi una joven fuerte y valiente... aunque obvio con mis miedos, porque todo lo que hago aunque tenga una chispa de valor eso se va y empiezo a tener miedo Pero quitando eso de lado, soy una buena persona, yo siempre trato de ayudar a quienes lo necesiten porque asi soy yo y no quiero parecer alguien temeraria porque soy alguien fragil a pesar de que trate de aparentar lo contrario, y mi corazon que aunque quiera cerrarlo si siente y cuando siente es cuando me hace ver lo vulnerable que soy Fin de la historia, otro dia hablare mas de mi trabajo :STK-25:
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  • E𝗌𝗍𝗈𝗒 𝖾𝗇 𝖻𝗎𝗌𝖼𝖺 𝖽𝖾 𝗋𝗈𝗅, 𝖺𝖼𝖾𝗉𝗍𝗈́ 𝖼𝗎𝖺𝗅𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋 𝗍𝗂𝗉𝗈 𝖽𝖾 𝗍𝖾𝗆𝖺́𝗍𝗂𝖼𝖺, 𝗌𝗈𝗅𝗈 𝗉𝗂𝖽𝗈 𝗅𝗈 𝗌𝗂𝗀𝗎𝗂𝖾𝗇𝗍𝖾:

    - Chica que haga personajes femeninos.

    - 𝖱𝗈𝗅 𝗆𝖾𝖽𝗂𝗈 𝖾𝗑𝗍𝖾𝗇𝗌𝗈, 𝗇𝗈 𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋𝗈 𝟥 𝗋𝖾𝗇𝗀𝗅𝗈𝗇𝖾𝗌 𝖽𝖾 𝗋𝖾𝗌𝗉𝗎𝖾𝗌𝗍𝖺.

    - 𝖣𝗂𝗌𝗉𝗈𝗇𝗂𝖻𝗂𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽 𝗒 𝗉𝖺𝖼𝗂𝖾𝗇𝖼𝗂𝖺, 𝗌𝗎𝖾𝗅𝗈 𝗌𝖾𝗋 𝖺𝗅𝗀𝗈 𝖽𝗂𝗌𝗍𝗋𝖺𝗂́𝖽𝖺.

    -𝖡𝗎𝖾𝗇𝖺 𝗈𝗋𝗍𝗈𝗀𝗋𝖺𝖿𝗂́𝖺.

    - 𝖨𝗆𝖺𝗀𝗂𝗇𝖺𝖼𝗂𝗈́𝗇 𝗒 𝖽𝖾𝗌𝖺𝗋𝗋𝗈𝗅𝗅𝗈.

    𝖮𝖿𝗋𝖾𝗓𝖼𝗈:

    - 𝖵𝖺𝗋𝗂𝖺𝗌 𝗋𝖾𝗌𝗉𝗎𝖾𝗌𝗍𝖺𝗌 𝖺𝗅 𝖽𝗂́𝖺.

    - 𝖱𝗈𝗅 𝗆𝖾𝖽𝗂𝗈 𝖾𝗑𝗍𝖾𝗇𝗌𝗈 𝗈 𝗅𝖺𝗋𝗀𝗈.

    - 𝖡𝗎𝖾𝗇𝖺 𝗈𝗋𝗍𝗈𝗀𝗋𝖺𝖿𝗂́𝖺 𝗒 𝗅𝖾𝗀𝗂𝖻𝗂𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽.

    - 𝖢𝗈𝗆𝗉𝗋𝗈𝗆𝗂𝗌𝗈 𝖺𝗇𝗍𝖾 𝖾𝗅 𝗋𝗈𝗅.

    TRAMA

    Desde niña, ella ha sido rechazada por la sociedad debido a su apariencia poco convencional y sus intereses considerados extraños. Ahora en sus 30 años, vive una vida solitaria en una cabaña, evitando el contacto con el mundo exterior.

    Un día, en un viaje al pueblo para abastecerse, un pequeño ayudante en una tienda de comestibles le muestra una amabilidad que nunca había experimentado. Es solo un gesto casual para él, pero para Isolda, se convierte en el ancla que da sentido a su existencia.

    Obsesionada con el joven, Clara empieza a planear encuentros “casuales”, observándolo desde lejos y recopilando detalles de su vida. Su afecto pronto toma un giro oscuro, cuando la idea de simplemente estar cerca de él ya no es suficiente. Isolda debe decidir si puede contener sus impulsos o si se permitirá cruzar líneas peligrosas en nombre de un amor

    E𝗌𝗍𝗈𝗒 𝖾𝗇 𝖻𝗎𝗌𝖼𝖺 𝖽𝖾 𝗋𝗈𝗅, 𝖺𝖼𝖾𝗉𝗍𝗈́ 𝖼𝗎𝖺𝗅𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋 𝗍𝗂𝗉𝗈 𝖽𝖾 𝗍𝖾𝗆𝖺́𝗍𝗂𝖼𝖺, 𝗌𝗈𝗅𝗈 𝗉𝗂𝖽𝗈 𝗅𝗈 𝗌𝗂𝗀𝗎𝗂𝖾𝗇𝗍𝖾: - Chica que haga personajes femeninos. - 𝖱𝗈𝗅 𝗆𝖾𝖽𝗂𝗈 𝖾𝗑𝗍𝖾𝗇𝗌𝗈, 𝗇𝗈 𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋𝗈 𝟥 𝗋𝖾𝗇𝗀𝗅𝗈𝗇𝖾𝗌 𝖽𝖾 𝗋𝖾𝗌𝗉𝗎𝖾𝗌𝗍𝖺. - 𝖣𝗂𝗌𝗉𝗈𝗇𝗂𝖻𝗂𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽 𝗒 𝗉𝖺𝖼𝗂𝖾𝗇𝖼𝗂𝖺, 𝗌𝗎𝖾𝗅𝗈 𝗌𝖾𝗋 𝖺𝗅𝗀𝗈 𝖽𝗂𝗌𝗍𝗋𝖺𝗂́𝖽𝖺. -𝖡𝗎𝖾𝗇𝖺 𝗈𝗋𝗍𝗈𝗀𝗋𝖺𝖿𝗂́𝖺. - 𝖨𝗆𝖺𝗀𝗂𝗇𝖺𝖼𝗂𝗈́𝗇 𝗒 𝖽𝖾𝗌𝖺𝗋𝗋𝗈𝗅𝗅𝗈. 𝖮𝖿𝗋𝖾𝗓𝖼𝗈: - 𝖵𝖺𝗋𝗂𝖺𝗌 𝗋𝖾𝗌𝗉𝗎𝖾𝗌𝗍𝖺𝗌 𝖺𝗅 𝖽𝗂́𝖺. - 𝖱𝗈𝗅 𝗆𝖾𝖽𝗂𝗈 𝖾𝗑𝗍𝖾𝗇𝗌𝗈 𝗈 𝗅𝖺𝗋𝗀𝗈. - 𝖡𝗎𝖾𝗇𝖺 𝗈𝗋𝗍𝗈𝗀𝗋𝖺𝖿𝗂́𝖺 𝗒 𝗅𝖾𝗀𝗂𝖻𝗂𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽. - 𝖢𝗈𝗆𝗉𝗋𝗈𝗆𝗂𝗌𝗈 𝖺𝗇𝗍𝖾 𝖾𝗅 𝗋𝗈𝗅. TRAMA Desde niña, ella ha sido rechazada por la sociedad debido a su apariencia poco convencional y sus intereses considerados extraños. Ahora en sus 30 años, vive una vida solitaria en una cabaña, evitando el contacto con el mundo exterior. Un día, en un viaje al pueblo para abastecerse, un pequeño ayudante en una tienda de comestibles le muestra una amabilidad que nunca había experimentado. Es solo un gesto casual para él, pero para Isolda, se convierte en el ancla que da sentido a su existencia. Obsesionada con el joven, Clara empieza a planear encuentros “casuales”, observándolo desde lejos y recopilando detalles de su vida. Su afecto pronto toma un giro oscuro, cuando la idea de simplemente estar cerca de él ya no es suficiente. Isolda debe decidir si puede contener sus impulsos o si se permitirá cruzar líneas peligrosas en nombre de un amor
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  • .....La información que tenía ahora es obsoleta tengo que reescribir todo. Michael tenía razón hay mucho que entender si así está el infierno no quiero ni pensar como estará el humano .....

    *Toma asiento en su escritorio enpesando a reescribir los acontecimientos que se enteró sin obviar los detalles *
    .....La información que tenía ahora es obsoleta tengo que reescribir todo. Michael tenía razón hay mucho que entender si así está el infierno no quiero ni pensar como estará el humano ..... *Toma asiento en su escritorio enpesando a reescribir los acontecimientos que se enteró sin obviar los detalles *
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    ¡Aviso importante sobre Malvyna en el Tiempo!

    Antes que nada… sí, lo admito, soy una tikismiquis de primer nivel. Me obsesiono con los detalles, sobrepienso todo y, cuando menos lo espero, ya estoy reescribiendo medio universo porque "hmm, esto no me termina de cerrar". Pero bueno, ¡todo sea por una historia mejor contada!

    Dicho esto… ¡voy a relanzar la serie! Después de analizar, corregir, reestructurar y contrastar datos y epocas, ajusté los tiempos y narraciones para que todo encaje como debe ser. También tuve que priorizar algunas civilizaciones sobre otras, porque no puedo mandarla a todos los rincones de la historia (aunque ganas no me faltaban).

    Gracias por la paciencia y espero que todo esto valga la pena
    🔥¡Aviso importante sobre Malvyna en el Tiempo! 🔥 Antes que nada… sí, lo admito, soy una tikismiquis de primer nivel. :STK-38: Me obsesiono con los detalles, sobrepienso todo y, cuando menos lo espero, ya estoy reescribiendo medio universo porque "hmm, esto no me termina de cerrar". Pero bueno, ¡todo sea por una historia mejor contada! Dicho esto… ¡voy a relanzar la serie! 🎉 Después de analizar, corregir, reestructurar y contrastar datos y epocas, ajusté los tiempos y narraciones para que todo encaje como debe ser. También tuve que priorizar algunas civilizaciones sobre otras, porque no puedo mandarla a todos los rincones de la historia (aunque ganas no me faltaban). Gracias por la paciencia y espero que todo esto valga la pena✨ :STK-25:
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  • La cocina estaba en su punto más caótico, pero a mí solo me importaba una cosa: el pastel. La mezcla perfecta de crema suave, fresas frescas y una decoración que evocara la elegancia de una época pasada.

    La música barroca sonaba de fondo, llenando el aire con la sofisticación de un salón de la era rococó. Cada movimiento mío seguía el ritmo de las melodías, desde el batido de la crema hasta el delicado acomodo de las fresas en la parte superior.

    —Un poco más de glasé aquí… y tal vez unos detalles con manga pastelera... —murmuré con concentración, asegurándome de que todo quedara tan refinado como un postre digno de la nobleza.

    Cuando finalmente terminé, di un paso atrás para admirar mi obra: un pastel de crema y fresas. Casi me daba pena cortarlo… pero no lo había hecho solo para admirarlo.

    Tomo un cuchillo y corto la primera rebanada, dejando que el aroma dulce invada mis sentidos antes de dar el primer bocado. Sí, valió cada minuto.
    La cocina estaba en su punto más caótico, pero a mí solo me importaba una cosa: el pastel. La mezcla perfecta de crema suave, fresas frescas y una decoración que evocara la elegancia de una época pasada. La música barroca sonaba de fondo, llenando el aire con la sofisticación de un salón de la era rococó. Cada movimiento mío seguía el ritmo de las melodías, desde el batido de la crema hasta el delicado acomodo de las fresas en la parte superior. —Un poco más de glasé aquí… y tal vez unos detalles con manga pastelera... —murmuré con concentración, asegurándome de que todo quedara tan refinado como un postre digno de la nobleza. Cuando finalmente terminé, di un paso atrás para admirar mi obra: un pastel de crema y fresas. Casi me daba pena cortarlo… pero no lo había hecho solo para admirarlo. Tomo un cuchillo y corto la primera rebanada, dejando que el aroma dulce invada mis sentidos antes de dar el primer bocado. Sí, valió cada minuto.
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  • —Buenos días, pequeña durmiente. Siéntate, que ya casi está el desayuno. ¿Recuerdas lo de anoche? Debo admitir que me dejó perplejo tu euforia; parecías toda una bestia en la cama.—Dijo preparando los detalles finales de aquel simple pero efectivo aperitivo mañanero; su atlético cuerpo bombeado daba indicios de toda la acción íntima que había consumado la noche anterior.
    —Buenos días, pequeña durmiente. Siéntate, que ya casi está el desayuno. ¿Recuerdas lo de anoche? Debo admitir que me dejó perplejo tu euforia; parecías toda una bestia en la cama.—Dijo preparando los detalles finales de aquel simple pero efectivo aperitivo mañanero; su atlético cuerpo bombeado daba indicios de toda la acción íntima que había consumado la noche anterior.
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  • El contacto
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    ⟩ Con Dmitry Volkov

    El aroma del café y de los pasteles recién horneados llenaba el aire del café–librería, un lugar discreto y acogedor que Brycka había elegido para esta reunión. No era su estilo usual, pero hoy necesitaba discreción. Sentada en una mesa, al fondo de una esquina y detrás de una estantería de libros que iba de piso a techo, ella tomaba una taza de café, mientras sus ojos recorrían el local detrás de sus lentes de sol grandes y oscuros, observando a cada persona que entraba y salía.

    La muerte de su antiguo guardaespaldas aún la perseguía. Su imagen –su rostro sereno, su voz calmada, su presencia constante– se repetían en su mente como un eco que no podía silenciar. No solo había sido alguien en quien confiaba, sino también alguien que la hacía sentir segura. Era una presencia constante en su vida, presencia a la cual se había acostumbrado. Pero todo cambió cuando recibió aquella nota de amenaza, escrita con una letra temblorosa y amenazante. Y luego, el ataque. Los disparos. Los estruendos. La sangre. La pérdida.

    Tomó un sorbo de su café, como si el calor de la bebida pudiera disipar el frío que sentía en el pecho. No podía permitirse volver a pasar por eso. Necesitaba a alguien en quien confiar, alguien que no solo fuera competente, sino que entendiera la magnitud de las amenazas que la rodeaban. Fue entonces cuando un conocido de la industria del entretenimiento –alguien que sabía más de lo que decía– le dió un contacto, un número de teléfono. "Si alguien puede mantenerte a salvo, es esta persona" le había dicho. No le había dicho su nombre, ni le había dado muchos detalles al respecto.

    Ella lo había contactado a través del número proporcionado unos días antes, intercambiando mensajes breves y directos. Habían quedado de verse ese día, a esa hora, en ese lugar.

    Ahora, sentada allí, esperando su llegada, Brycka no podía evitar sentir una mezcla de ansiedad y curiosidad. ¿Quién era esta persona? ¿Podría realmente protegerla? Y, lo más importante, ¿podía confiar en él?. Ahora que lo pensaba, ni siquiera sabía su nombre ni como era su aspecto.

    —¿Cómo sabré quién es? —murmuró para si misma, ladeando la cabeza mientras observaba con atención a cada recién llegado.
    ⟩ Con [lunar_aqua_frog_149] El aroma del café y de los pasteles recién horneados llenaba el aire del café–librería, un lugar discreto y acogedor que Brycka había elegido para esta reunión. No era su estilo usual, pero hoy necesitaba discreción. Sentada en una mesa, al fondo de una esquina y detrás de una estantería de libros que iba de piso a techo, ella tomaba una taza de café, mientras sus ojos recorrían el local detrás de sus lentes de sol grandes y oscuros, observando a cada persona que entraba y salía. La muerte de su antiguo guardaespaldas aún la perseguía. Su imagen –su rostro sereno, su voz calmada, su presencia constante– se repetían en su mente como un eco que no podía silenciar. No solo había sido alguien en quien confiaba, sino también alguien que la hacía sentir segura. Era una presencia constante en su vida, presencia a la cual se había acostumbrado. Pero todo cambió cuando recibió aquella nota de amenaza, escrita con una letra temblorosa y amenazante. Y luego, el ataque. Los disparos. Los estruendos. La sangre. La pérdida. Tomó un sorbo de su café, como si el calor de la bebida pudiera disipar el frío que sentía en el pecho. No podía permitirse volver a pasar por eso. Necesitaba a alguien en quien confiar, alguien que no solo fuera competente, sino que entendiera la magnitud de las amenazas que la rodeaban. Fue entonces cuando un conocido de la industria del entretenimiento –alguien que sabía más de lo que decía– le dió un contacto, un número de teléfono. "Si alguien puede mantenerte a salvo, es esta persona" le había dicho. No le había dicho su nombre, ni le había dado muchos detalles al respecto. Ella lo había contactado a través del número proporcionado unos días antes, intercambiando mensajes breves y directos. Habían quedado de verse ese día, a esa hora, en ese lugar. Ahora, sentada allí, esperando su llegada, Brycka no podía evitar sentir una mezcla de ansiedad y curiosidad. ¿Quién era esta persona? ¿Podría realmente protegerla? Y, lo más importante, ¿podía confiar en él?. Ahora que lo pensaba, ni siquiera sabía su nombre ni como era su aspecto. —¿Cómo sabré quién es? —murmuró para si misma, ladeando la cabeza mientras observaba con atención a cada recién llegado.
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  • **El Ojo de la Justicia Sesgada**

    La capital era un hervidero de luces y sombras, un escenario donde los titiriteros del poder jugaban a la guerra sin disparar una sola bala. Alejandro Zeppeli, sin embargo, prefería que su munición hablara por él. Cuatro misiones en una sola noche, cuatro decisiones tomadas por su extraño reloj.

    ### **1. La Traición del Banquero**

    El primer objetivo era un banquero de rostro pulcro y sonrisa falsa, uno de esos hombres que lavaban dinero con la misma elegancia con la que se ajustaban la corbata. Un cliente anónimo quería verlo muerto antes de que pudiera cerrar un trato con un cartel rival. Alejandro, desde la azotea de un viejo edificio, sacó su reloj y giró la corona. La manecilla dorada se adelantó apenas un milímetro.

    —Lo siento, amigo. Tu hora llegó.

    El disparo atravesó el ventanal de su oficina. La tinta aún estaba fresca en los contratos cuando su cabeza golpeó el escritorio.

    ### **2. El Traficante Indeciso**

    El segundo encargo lo llevó a los barrios bajos, donde un joven traficante de armas intentaba jugar en ligas mayores. No era más que un eslabón, alguien que aún no había aprendido que vender pólvora significaba ensuciarse las manos con sangre. Alejandro lo observó desde un callejón, sacó el reloj y lo giró.

    Esta vez, la manecilla negra se mantuvo firme.

    —Tienes suerte, chico. Aún no te toca.

    En lugar de apretar el gatillo, disparó a las ruedas del auto en el que el traficante pensaba escapar. La policía, alertada por un informante anónimo (cortesía de Alejandro), llegó en minutos. No era un perdón absoluto, pero tampoco un castigo definitivo.

    ### **3. El General y Su Última Orden**

    El tercero fue más complicado. Un general retirado, héroe de guerra convertido en mercenario, se ocultaba en un club nocturno exclusivo. Su pecado: vender secretos militares a quien pagara mejor.

    Alejandro entró como un cliente más, con una camisa bien planchada y un vaso de whisky en la mano. Se sentó en la barra, miró su reloj y giró la corona. La dorada se inclinó, sin dudar.

    Siguiendo la lógica de su propio juego, se acercó al general, se sentó frente a él y brindó.

    —Por la lealtad —susurró.

    El viejo soldado apenas tuvo tiempo de fruncir el ceño antes de sentir el filo de una daga deslizándose entre sus costillas.

    ### **4. El Contrato de la Viuda**

    La última misión lo llevó a un apartamento en el centro de la ciudad. Una mujer desesperada le había pagado para matar a su exmarido, un maltratador reincidente que había evadido la justicia con sobornos y amenazas.

    Alejandro subió por las escaleras de emergencia, miró por la ventana y vio al hombre bebiendo, con la seguridad de que nadie podría tocarlo.

    Sacó el reloj. Lo giró.

    La manecilla negra ganó.

    Suspiró. No era su trabajo cuestionar el resultado. En lugar de matarlo, entró por la ventana, lo golpeó hasta dejarlo inconsciente y le dejó un mensaje grabado en la piel con la hoja de su navaja:

    *"Si vuelves a ponerle una mano encima, la próxima vez la manecilla no te salvará."*

    Terminadas sus tareas, Alejandro caminó por las calles de la capital hasta llegar a su refugio temporal: un lugar pintoresco, de esos con muebles de madera tallada y un olor a café recién hecho. Su habitación era modesta, con una cama firme y una ventana con vista a las luces lejanas de la ciudad.

    Se quitó la chaqueta, dejó su rifle desmontado en la mesa y se sirvió un trago. Pero el descanso no duraría mucho.

    Un sobre esperaba en la mesita de noche. Dentro, los detalles de su siguiente trabajo: un político en ascenso, con la sonrisa de un salvador pero las manos sucias de corrupción.

    Alejandro miró el sobre, luego su reloj.

    —Veamos qué tienes que decir esta vez.

    Giró la corona y esperó.
    **El Ojo de la Justicia Sesgada** La capital era un hervidero de luces y sombras, un escenario donde los titiriteros del poder jugaban a la guerra sin disparar una sola bala. Alejandro Zeppeli, sin embargo, prefería que su munición hablara por él. Cuatro misiones en una sola noche, cuatro decisiones tomadas por su extraño reloj. ### **1. La Traición del Banquero** El primer objetivo era un banquero de rostro pulcro y sonrisa falsa, uno de esos hombres que lavaban dinero con la misma elegancia con la que se ajustaban la corbata. Un cliente anónimo quería verlo muerto antes de que pudiera cerrar un trato con un cartel rival. Alejandro, desde la azotea de un viejo edificio, sacó su reloj y giró la corona. La manecilla dorada se adelantó apenas un milímetro. —Lo siento, amigo. Tu hora llegó. El disparo atravesó el ventanal de su oficina. La tinta aún estaba fresca en los contratos cuando su cabeza golpeó el escritorio. ### **2. El Traficante Indeciso** El segundo encargo lo llevó a los barrios bajos, donde un joven traficante de armas intentaba jugar en ligas mayores. No era más que un eslabón, alguien que aún no había aprendido que vender pólvora significaba ensuciarse las manos con sangre. Alejandro lo observó desde un callejón, sacó el reloj y lo giró. Esta vez, la manecilla negra se mantuvo firme. —Tienes suerte, chico. Aún no te toca. En lugar de apretar el gatillo, disparó a las ruedas del auto en el que el traficante pensaba escapar. La policía, alertada por un informante anónimo (cortesía de Alejandro), llegó en minutos. No era un perdón absoluto, pero tampoco un castigo definitivo. ### **3. El General y Su Última Orden** El tercero fue más complicado. Un general retirado, héroe de guerra convertido en mercenario, se ocultaba en un club nocturno exclusivo. Su pecado: vender secretos militares a quien pagara mejor. Alejandro entró como un cliente más, con una camisa bien planchada y un vaso de whisky en la mano. Se sentó en la barra, miró su reloj y giró la corona. La dorada se inclinó, sin dudar. Siguiendo la lógica de su propio juego, se acercó al general, se sentó frente a él y brindó. —Por la lealtad —susurró. El viejo soldado apenas tuvo tiempo de fruncir el ceño antes de sentir el filo de una daga deslizándose entre sus costillas. ### **4. El Contrato de la Viuda** La última misión lo llevó a un apartamento en el centro de la ciudad. Una mujer desesperada le había pagado para matar a su exmarido, un maltratador reincidente que había evadido la justicia con sobornos y amenazas. Alejandro subió por las escaleras de emergencia, miró por la ventana y vio al hombre bebiendo, con la seguridad de que nadie podría tocarlo. Sacó el reloj. Lo giró. La manecilla negra ganó. Suspiró. No era su trabajo cuestionar el resultado. En lugar de matarlo, entró por la ventana, lo golpeó hasta dejarlo inconsciente y le dejó un mensaje grabado en la piel con la hoja de su navaja: *"Si vuelves a ponerle una mano encima, la próxima vez la manecilla no te salvará."* Terminadas sus tareas, Alejandro caminó por las calles de la capital hasta llegar a su refugio temporal: un lugar pintoresco, de esos con muebles de madera tallada y un olor a café recién hecho. Su habitación era modesta, con una cama firme y una ventana con vista a las luces lejanas de la ciudad. Se quitó la chaqueta, dejó su rifle desmontado en la mesa y se sirvió un trago. Pero el descanso no duraría mucho. Un sobre esperaba en la mesita de noche. Dentro, los detalles de su siguiente trabajo: un político en ascenso, con la sonrisa de un salvador pero las manos sucias de corrupción. Alejandro miró el sobre, luego su reloj. —Veamos qué tienes que decir esta vez. Giró la corona y esperó.
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