• ────Solía pensar que el exilio fue la peor decisión que se me pudo haber ocurrido. Sin embargo, gracias a ello he aprendido nuevas cosas sobre el mundo. Vivir aventuras. Despertaron emociones que jamás creí experimentar o tan siquiera sabía que estaban allí. Incluso he encontrado el disfrute en los pequeños placeres de la vida, en los detalles. Como este amanecer, los rayos del sol se sienten tan cálidos...
    ────Solía pensar que el exilio fue la peor decisión que se me pudo haber ocurrido. Sin embargo, gracias a ello he aprendido nuevas cosas sobre el mundo. Vivir aventuras. Despertaron emociones que jamás creí experimentar o tan siquiera sabía que estaban allí. Incluso he encontrado el disfrute en los pequeños placeres de la vida, en los detalles. Como este amanecer, los rayos del sol se sienten tan cálidos...
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  • ╔═════-----------------------═════╗
    "Fiers... ¡Que grandes momentos compartimos juntos! Tu fiereza en combate era única, tu estilo era como una danza mortal que podria deshace un ejército por completo. Tu aliento, fuego azul, era tan caliente como para fundir la coraza más resistente, y tu control sobre él daba espectáculos que incluso hoy por hoy recuerdo con detalles. Dragona ejemplar, un altar de poder que inspiro a nuestras tropas en el Senderito.

    Siempre te mostraste firme conmigo, nuestros inicios fueron duros y nuestra rivalidad continua vigente. Pese a eso, me alegro saber que al momento que te fuiste, yo haber sido de los pocos a quienes llamarías un amigo.

    Ojalá poder volver a combatir contigo codo a codo una vez más ¡Por Drakona, vieja amiga!"
    ╚═════-----------------------═════╝
    — Diario del Guardian. Página 1060.

    #DiarioDelGuardian
    ╔═════-----------------------═════╗ "Fiers... ¡Que grandes momentos compartimos juntos! Tu fiereza en combate era única, tu estilo era como una danza mortal que podria deshace un ejército por completo. Tu aliento, fuego azul, era tan caliente como para fundir la coraza más resistente, y tu control sobre él daba espectáculos que incluso hoy por hoy recuerdo con detalles. Dragona ejemplar, un altar de poder que inspiro a nuestras tropas en el Senderito. Siempre te mostraste firme conmigo, nuestros inicios fueron duros y nuestra rivalidad continua vigente. Pese a eso, me alegro saber que al momento que te fuiste, yo haber sido de los pocos a quienes llamarías un amigo. Ojalá poder volver a combatir contigo codo a codo una vez más ¡Por Drakona, vieja amiga!" ╚═════-----------------------═════╝ — Diario del Guardian. Página 1060. #DiarioDelGuardian
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  • ──── Los he observado en silencio, cada movimiento, sus rurinas, sus detalles especiales y sobre todo... aquello que anhelan en silencio.
    Es hora de que se levante el telón, es momento de hacer mi parte.
    ──── Los he observado en silencio, cada movimiento, sus rurinas, sus detalles especiales y sobre todo... aquello que anhelan en silencio. Es hora de que se levante el telón, es momento de hacer mi parte.
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  • Jean Dupount Amo tanto tus detalles mi vida, y yo siempre te daré de todo a ti porque mereces todo mi amor
    [nova_green_lion_388] Amo tanto tus detalles mi vida, y yo siempre te daré de todo a ti porque mereces todo mi amor
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Euphoria Ishtar – Edición Especial: Lilith Ascendente

    "Lilith Ishtar: El arte de ser tentación y tendencia."

    Sobre un fondo etéreo entre humo violeta y luces neón, aparece Lilith Ishtar, la sucubo suprema de la moda infernal, encarnando una nueva era de sensualidad mística. Su cabello verde esmeralda cae como una cascada salvaje sobre sus hombros descubiertos, contrastando con su piel morada, en un tono degradado entre lavanda oscura y amatista clara, como un crepúsculo encantado.

    -.Sus ojos rosados brillan como cristales encantados, fijos en la cámara con una mezcla de poder y deseo. Los cuernos curvos de obsidiana pulida enmarcan su rostro con majestuosidad demoníaca, mientras que sus alas oscuras de membrana violácea se despliegan con elegancia infernal detrás de ella.

    -.Luce un conjunto de alta costura entre encaje negro profundo y detalles metálicos, perfectamente ajustado a su figura voluptuosa y seductora, celebrando sin censura su imponente pechonalidad. Sus orejas puntiagudas y garras delicadamente decoradas con joyería oscura completan el look: un equilibrio entre lo celestial caído y la diosa de la tentación moderna.

    "Euphoria Ishtar: Donde la moda no es mortal."
    🖤 Euphoria Ishtar – Edición Especial: Lilith Ascendente 🔥 "Lilith Ishtar: El arte de ser tentación y tendencia." Sobre un fondo etéreo entre humo violeta y luces neón, aparece Lilith Ishtar, la sucubo suprema de la moda infernal, encarnando una nueva era de sensualidad mística. Su cabello verde esmeralda cae como una cascada salvaje sobre sus hombros descubiertos, contrastando con su piel morada, en un tono degradado entre lavanda oscura y amatista clara, como un crepúsculo encantado. -.Sus ojos rosados brillan como cristales encantados, fijos en la cámara con una mezcla de poder y deseo. Los cuernos curvos de obsidiana pulida enmarcan su rostro con majestuosidad demoníaca, mientras que sus alas oscuras de membrana violácea se despliegan con elegancia infernal detrás de ella. -.Luce un conjunto de alta costura entre encaje negro profundo y detalles metálicos, perfectamente ajustado a su figura voluptuosa y seductora, celebrando sin censura su imponente pechonalidad. Sus orejas puntiagudas y garras delicadamente decoradas con joyería oscura completan el look: un equilibrio entre lo celestial caído y la diosa de la tentación moderna. "Euphoria Ishtar: Donde la moda no es mortal."
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  • Microrelato...
    ╭⸻-----------𝙇𝙤𝙜𝙧𝙤𝙨-----------⸻╮
    Con la vista hacia una de la gran pila canastos que tenía regadas por una bóveda, ya hace tiempo en desuso, el guardián intentaba replicar aquellos objetos apilados. No lo hacía de la misma forma en la que originalmente habían sido creados, tejidos con manos de kobold expertas utilizando hojas y paja, él utilizaba una roca.

    Pasaba sus dedos sobre la superficie de una roca de gran tamaño con la forma de un cubo, liso como si antes el material se hubiera cortado y lijado con precisión. Sus dedos se hundían en la su superficie como si se tratará de un material maleable y no de uno duro y sólido.

    Su trabajo, lento y tedioso, era replicar cada detalle de estos canastos hechos de hojas, mientras moldeaba la roca como si estuviera hecha de arcilla. Sin embargo este no parecía molesto por hacer este trabajo, más bien y pese a su rostro de ceriedad, estaba completamente centrado en su objetivo, logrando eventualmente un resultado que... Bueno... Tampoco era el mejor que digamos.

    Si bien la silueta del canasto estaba lograda, era el trabajo de todo un principiante. Los detalles eran más grandes de lo que deberían por no decir gigantes, todavía se notaban las marcas de sus dedos en la roca y se habían formado grietas a lo largo de la superficie de esta; sin embargo allí estaba Aidguar, feliz después de largas horas de trabajo, su rostro formando una gran sonrisa. Tomo la pieza como si fuera una obra de arte de lo más valioza, salió de aquella bóveda y camino por los pasillos de la madriguera, alzando con orgullo su más reciente escultura.

    — Tu irás a la colección junto a los restos.—Toma un suspiro prolongado antes de continuar monologando—. Creo que estoy mejorando... No para nada... Bah, que más da, no hay nadie más aquí para juzgarte.

    Finalmente llega a una habitación la cual abre con toda energía casi llevándose la gran puerta de madera por delante, en antaño eran habitación para otros dragones, ahora eran su tesorería. Allí es donde se encontraban la mayoría de sus esculturas, todos con un resultado similar, aunque se distingue una distinta mejora con el tiempo. Las esculturas de más a la izquierda, todos de objetos cotidianos que se ven alrededor de las madrigueras, eran terribles, y siguiendo la vista hacía el otro extremo pasaban de catástrofes a figuras decentes.

    Pega la media vuelta, camina fuera de sus tesoros, y cierra la puerta sin voltear a ver detrás una vez más.
    ╰⸻----------------------------⸻╯
    Microrelato... ╭⸻-----------𝙇𝙤𝙜𝙧𝙤𝙨-----------⸻╮ Con la vista hacia una de la gran pila canastos que tenía regadas por una bóveda, ya hace tiempo en desuso, el guardián intentaba replicar aquellos objetos apilados. No lo hacía de la misma forma en la que originalmente habían sido creados, tejidos con manos de kobold expertas utilizando hojas y paja, él utilizaba una roca. Pasaba sus dedos sobre la superficie de una roca de gran tamaño con la forma de un cubo, liso como si antes el material se hubiera cortado y lijado con precisión. Sus dedos se hundían en la su superficie como si se tratará de un material maleable y no de uno duro y sólido. Su trabajo, lento y tedioso, era replicar cada detalle de estos canastos hechos de hojas, mientras moldeaba la roca como si estuviera hecha de arcilla. Sin embargo este no parecía molesto por hacer este trabajo, más bien y pese a su rostro de ceriedad, estaba completamente centrado en su objetivo, logrando eventualmente un resultado que... Bueno... Tampoco era el mejor que digamos. Si bien la silueta del canasto estaba lograda, era el trabajo de todo un principiante. Los detalles eran más grandes de lo que deberían por no decir gigantes, todavía se notaban las marcas de sus dedos en la roca y se habían formado grietas a lo largo de la superficie de esta; sin embargo allí estaba Aidguar, feliz después de largas horas de trabajo, su rostro formando una gran sonrisa. Tomo la pieza como si fuera una obra de arte de lo más valioza, salió de aquella bóveda y camino por los pasillos de la madriguera, alzando con orgullo su más reciente escultura. — Tu irás a la colección junto a los restos.—Toma un suspiro prolongado antes de continuar monologando—. Creo que estoy mejorando... No para nada... Bah, que más da, no hay nadie más aquí para juzgarte. Finalmente llega a una habitación la cual abre con toda energía casi llevándose la gran puerta de madera por delante, en antaño eran habitación para otros dragones, ahora eran su tesorería. Allí es donde se encontraban la mayoría de sus esculturas, todos con un resultado similar, aunque se distingue una distinta mejora con el tiempo. Las esculturas de más a la izquierda, todos de objetos cotidianos que se ven alrededor de las madrigueras, eran terribles, y siguiendo la vista hacía el otro extremo pasaban de catástrofes a figuras decentes. Pega la media vuelta, camina fuera de sus tesoros, y cierra la puerta sin voltear a ver detrás una vez más. ╰⸻----------------------------⸻╯
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  • No todos los casos de Joon como detective terminaban con una sonrisa de satisfacción o el aplauso silencioso de la justicia. Aquel día, tras la visita al museo, la realidad lo envolvió con la misma frialdad de siempre, aunque con un tono más áspero, más denso, como una sombra que no se aparta del pecho. Las pistas que obtuvo no eran reveladoras ni esperanzadoras. Por el contrario, eran fragmentos sueltos, piezas de un rompecabezas sin imagen, una maraña de detalles que no encajaban, que se burlaban de su cansancio y se aferraban a su mente como si le susurraran que estaba perdido.

    Había pasado tantas veces por esta ruta. Sabía que no todos los días se encuentra a los culpables, que no todas las personas aparecen, que no siempre hay cuerpos que enterrar o lágrimas que cerrar. A veces lo único que quedaba era un vacío, un expediente abierto, una silla vacía en la estación y una sensación punzante de impotencia que se arrastraba a casa con él. Ese caso en particular era uno de esos. Uno que parecía no tener salida, que lo había llevado a mirar al techo durante la noche, una y otra vez, con los ojos abiertos y la mente tambaleando en el borde de la duda.

    Porque, más allá del deber, más allá del uniforme o del reconocimiento, estaba Joon: un hombre solo en medio de las sombras, en una esquina de su cuarto, con la cabeza baja, encorvado sobre sí mismo como si pudiera esconderse del peso de su propia conciencia. No era la primera vez que se sentía así, pero sí una de las más duras. La pregunta que le retumbaba no era “¿quién lo hizo?”, sino “¿de verdad hice todo lo que pude?”. Las palabras del informe policial ya no lo consolaban, y los procedimientos, por más correctos que fueran, no servían para acallar el eco de las ausencias que dejaba tras cada caso sin cerrar.

    Había algo cruelmente constante en su oficio: la línea entre el éxito y el fracaso era tan delgada que podía romperse sin que nadie lo notara… salvo él. Y mientras las luces del museo se apagaban al otro lado de la ciudad, Joon seguía inmóvil, encorvado en ese rincón, con el alma cargada de silencios y ojos que no dormían. Porque la verdad es que a veces, ser un buen detective no era suficiente.


    #nightfallrevenge - De vuelta al presente
    No todos los casos de Joon como detective terminaban con una sonrisa de satisfacción o el aplauso silencioso de la justicia. Aquel día, tras la visita al museo, la realidad lo envolvió con la misma frialdad de siempre, aunque con un tono más áspero, más denso, como una sombra que no se aparta del pecho. Las pistas que obtuvo no eran reveladoras ni esperanzadoras. Por el contrario, eran fragmentos sueltos, piezas de un rompecabezas sin imagen, una maraña de detalles que no encajaban, que se burlaban de su cansancio y se aferraban a su mente como si le susurraran que estaba perdido. Había pasado tantas veces por esta ruta. Sabía que no todos los días se encuentra a los culpables, que no todas las personas aparecen, que no siempre hay cuerpos que enterrar o lágrimas que cerrar. A veces lo único que quedaba era un vacío, un expediente abierto, una silla vacía en la estación y una sensación punzante de impotencia que se arrastraba a casa con él. Ese caso en particular era uno de esos. Uno que parecía no tener salida, que lo había llevado a mirar al techo durante la noche, una y otra vez, con los ojos abiertos y la mente tambaleando en el borde de la duda. Porque, más allá del deber, más allá del uniforme o del reconocimiento, estaba Joon: un hombre solo en medio de las sombras, en una esquina de su cuarto, con la cabeza baja, encorvado sobre sí mismo como si pudiera esconderse del peso de su propia conciencia. No era la primera vez que se sentía así, pero sí una de las más duras. La pregunta que le retumbaba no era “¿quién lo hizo?”, sino “¿de verdad hice todo lo que pude?”. Las palabras del informe policial ya no lo consolaban, y los procedimientos, por más correctos que fueran, no servían para acallar el eco de las ausencias que dejaba tras cada caso sin cerrar. Había algo cruelmente constante en su oficio: la línea entre el éxito y el fracaso era tan delgada que podía romperse sin que nadie lo notara… salvo él. Y mientras las luces del museo se apagaban al otro lado de la ciudad, Joon seguía inmóvil, encorvado en ese rincón, con el alma cargada de silencios y ojos que no dormían. Porque la verdad es que a veces, ser un buen detective no era suficiente. #nightfallrevenge - De vuelta al presente
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  • -Ya era demasiado tarde. Se miraba en el espejo tratando de terminar con los detalles de su maquillaje. La peinadora no llegó y ni siquiera se había cambiado aún.

    Envió un mensaje de texto a su empleadora. "tuve algunos contratiempos, por favor, no me saques del recorrido, prometo llegar en 15 minutos..."

    Era imposible, estaba a casi media hora de distancia del salón de eventos donde se llevaría a cabo su primer desfile importante.

    Era una marca de alto renombre, una oportunidad entre mil que quizás jamás podría tener de nuevo.

    Se puso la gabardina por encima del conjunto de lencería. Era lo suficientemente larga paracubrir el liguero y dejar en evidencia que prácticamente iba en ropa interior a un evento de talla mundial.

    Apenas salió a la calle, el viento frío de la tarde le golpeó a la cara y alzó la diestra en busca de un taxi que la levantara rápido. Afortunadamente en la gabardina tenía dinero, hasta donde recordaba, por lo que en cuanto subió al auto y dio las indicaciones, buscó en el bolsillo de la gabardina para sacar el billete de 20 dlls con el que pagaría.

    —Mier... —sus dedos no lograban encontrar nada más que seda en el interior del bolsillo. Buscó con prisa en las demás bolsitas, pero no encontró más que el ticket de la cafetería que había visitado esa mañana.

    Había tirado el billete sin querer.

    Cerró los ojos y resignada, dejó que el taxista continuara su camino, esperando que al llegar al lugar, pudiera arreglárselas para pagar el viaje que podría cambiar el rumbo de su vida para siempre.-
    -Ya era demasiado tarde. Se miraba en el espejo tratando de terminar con los detalles de su maquillaje. La peinadora no llegó y ni siquiera se había cambiado aún. Envió un mensaje de texto a su empleadora. "tuve algunos contratiempos, por favor, no me saques del recorrido, prometo llegar en 15 minutos..." Era imposible, estaba a casi media hora de distancia del salón de eventos donde se llevaría a cabo su primer desfile importante. Era una marca de alto renombre, una oportunidad entre mil que quizás jamás podría tener de nuevo. Se puso la gabardina por encima del conjunto de lencería. Era lo suficientemente larga paracubrir el liguero y dejar en evidencia que prácticamente iba en ropa interior a un evento de talla mundial. Apenas salió a la calle, el viento frío de la tarde le golpeó a la cara y alzó la diestra en busca de un taxi que la levantara rápido. Afortunadamente en la gabardina tenía dinero, hasta donde recordaba, por lo que en cuanto subió al auto y dio las indicaciones, buscó en el bolsillo de la gabardina para sacar el billete de 20 dlls con el que pagaría. —Mier... —sus dedos no lograban encontrar nada más que seda en el interior del bolsillo. Buscó con prisa en las demás bolsitas, pero no encontró más que el ticket de la cafetería que había visitado esa mañana. Había tirado el billete sin querer. Cerró los ojos y resignada, dejó que el taxista continuara su camino, esperando que al llegar al lugar, pudiera arreglárselas para pagar el viaje que podría cambiar el rumbo de su vida para siempre.-
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  • Feliz cumpleaños, mi amor

    Hoy celebro tu vida, como si fuera el más dulce de los pasteles: decorado con amor, paciencia y detalles que solo tú sabes darle al mundo. En esta cocina de la vida, tú eres el ingrediente secreto que transforma todo en algo maravilloso.

    Eres mi inspiración diaria, la flor más bella entre los sabores de la rutina, la melodía que suena en cada rincón cuando estás cerca. Verte sonreír mientras haces magia incluso con lo más simple, es mi regalo favorito todos los días.

    Gracias por ser mi compañera, mi hogar, mi ternura envuelta en una risa suave y cálida como el sol de la mañana. Que cada pétalo de este nuevo año te regale alegrías, y que cada dulce instante nos encuentre juntos, como hoy.

    Te amo más de lo que las palabras pueden mezclar. ¡Feliz cumpleaños, mi Diosa! Que nunca falte la dulzura en tu vida... ni en nuestros días juntos.

    Melínoe Fleur
    Feliz cumpleaños, mi amor 🎂 Hoy celebro tu vida, como si fuera el más dulce de los pasteles: decorado con amor, paciencia y detalles que solo tú sabes darle al mundo. En esta cocina de la vida, tú eres el ingrediente secreto que transforma todo en algo maravilloso. Eres mi inspiración diaria, la flor más bella entre los sabores de la rutina, la melodía que suena en cada rincón cuando estás cerca. Verte sonreír mientras haces magia incluso con lo más simple, es mi regalo favorito todos los días. Gracias por ser mi compañera, mi hogar, mi ternura envuelta en una risa suave y cálida como el sol de la mañana. Que cada pétalo de este nuevo año te regale alegrías, y que cada dulce instante nos encuentre juntos, como hoy. Te amo más de lo que las palabras pueden mezclar. ¡Feliz cumpleaños, mi Diosa! Que nunca falte la dulzura en tu vida... ni en nuestros días juntos. [Melinoe_Fleur]
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  • Garabatos.

    Aunque era consciente de dónde estaba, en medio de una reunión donde su hermano lideraba la conversación, su mente divagaba más allá.
    Las voces y el tema a charlar se habían convertido en murmuros ahogados que su mente no procesaba. El ruido a su alrededor se había disminuido a la nada misma, solo percibía silencio rodeando mientras toda su conversación se hallaba en la hoja del cuaderno abierto frente a él.

    Apoyando su mejilla en una de sus manos, con la otra garabateaba. Lineas que se unían y entrecruzaban, iban y venían, formando lentamente una silueta y luego una figura. Alguien. Una persona... No. Específicamente una elfa. Una elfa de luna, alguna vez perteneciente al prestigioso y peligroso grupo de asesinos de la luna.
    Mercenarios implacables, imparables. El terror solía recorrer entre las personas de los reinos humanos con solo la mención de un asesino elfo de luna. Un escalofrío helado que recorría el cuerpo e insitaba a suplicar porque nunca aparecieran por las tierras humanas... O las mágicas tierras de Xadia.

    Sin embargo, allí estaba él. Dibujando a una elfa de luna, que alguna vez perteneció a tan temidos mercenarios, pero que ahora la única reacción que formaba en él era el acelerado palpitar de su corazón.
    Un asesina elfa de luna que jamás había matado. Una elfa de corazón noble, puro y justiciero pero que se había robado el corazón del príncipe de Katolis.

    - Callum -

    Creyó recordar en su mente la suave voz de la elfa, a veces con un toño de regaño de sarcasmo, mientras lo llamaba.

    - Callum -

    Casi cerró sus ojos mientras continuaba con los detalles de su dibujo.

    - ¡¡CALLUM!! -

    Y el grito finalmente lo sacó de sus pensamientos. Con sus manos se apresuró a cubrir el dibujo hecho mientras levantaba la vista encontrándose con el grupo sentado alrededor de la mesa mirándolo fijamente.
    Creyó ver a algunos conteniendo su risa. Pudo percibir a su pequeño hermano, Ezran, mirarlo con una ceja alzada.

    - Ah... Lo siento... ¿Qué ocurrió? - Preguntó el príncipe finalmente, delatando su nula atención a la conversación en cuestión.

    - Parece que alguien aún extraña a su novia - Molestó Soren provocando en el joven príncipe un rubor que cubrió sus mejillas.
    Se apresuró en cerrar su cuaderno mientras Ezran negaba con la cabeza, sin embargo, lo dejó pasar sin comentario alguno más que pedirle mayor concentración.

    Avergonzado, el príncipe se limitó a asentir mientras le repetían lo charlado hasta el momento, y aunque está vez se aseguró de escuchar, su mente y su corazón aún viajaban más allá.
    Ondeando por las tierras de Katolis, atravesando el reino, el bosque y cruzando a las mágicas tierras Xadianas preguntándose... ¿Dónde estaba Rayla?
    Garabatos. Aunque era consciente de dónde estaba, en medio de una reunión donde su hermano lideraba la conversación, su mente divagaba más allá. Las voces y el tema a charlar se habían convertido en murmuros ahogados que su mente no procesaba. El ruido a su alrededor se había disminuido a la nada misma, solo percibía silencio rodeando mientras toda su conversación se hallaba en la hoja del cuaderno abierto frente a él. Apoyando su mejilla en una de sus manos, con la otra garabateaba. Lineas que se unían y entrecruzaban, iban y venían, formando lentamente una silueta y luego una figura. Alguien. Una persona... No. Específicamente una elfa. Una elfa de luna, alguna vez perteneciente al prestigioso y peligroso grupo de asesinos de la luna. Mercenarios implacables, imparables. El terror solía recorrer entre las personas de los reinos humanos con solo la mención de un asesino elfo de luna. Un escalofrío helado que recorría el cuerpo e insitaba a suplicar porque nunca aparecieran por las tierras humanas... O las mágicas tierras de Xadia. Sin embargo, allí estaba él. Dibujando a una elfa de luna, que alguna vez perteneció a tan temidos mercenarios, pero que ahora la única reacción que formaba en él era el acelerado palpitar de su corazón. Un asesina elfa de luna que jamás había matado. Una elfa de corazón noble, puro y justiciero pero que se había robado el corazón del príncipe de Katolis. - Callum - Creyó recordar en su mente la suave voz de la elfa, a veces con un toño de regaño de sarcasmo, mientras lo llamaba. - Callum - Casi cerró sus ojos mientras continuaba con los detalles de su dibujo. - ¡¡CALLUM!! - Y el grito finalmente lo sacó de sus pensamientos. Con sus manos se apresuró a cubrir el dibujo hecho mientras levantaba la vista encontrándose con el grupo sentado alrededor de la mesa mirándolo fijamente. Creyó ver a algunos conteniendo su risa. Pudo percibir a su pequeño hermano, Ezran, mirarlo con una ceja alzada. - Ah... Lo siento... ¿Qué ocurrió? - Preguntó el príncipe finalmente, delatando su nula atención a la conversación en cuestión. - Parece que alguien aún extraña a su novia - Molestó Soren provocando en el joven príncipe un rubor que cubrió sus mejillas. Se apresuró en cerrar su cuaderno mientras Ezran negaba con la cabeza, sin embargo, lo dejó pasar sin comentario alguno más que pedirle mayor concentración. Avergonzado, el príncipe se limitó a asentir mientras le repetían lo charlado hasta el momento, y aunque está vez se aseguró de escuchar, su mente y su corazón aún viajaban más allá. Ondeando por las tierras de Katolis, atravesando el reino, el bosque y cruzando a las mágicas tierras Xadianas preguntándose... ¿Dónde estaba Rayla?
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