• Dante Son Of Sparda Y como no decirle no a estos detalles hay Darling
    [solar_yellow_frog_924] Y como no decirle no a estos detalles hay Darling
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  • Agotado sin duda está, pero no deja de adorar que le tenga en cuenta y más con detalles tan bonitos.

    —Al menos la pesadez de estos días, vale la pena~
    Agotado sin duda está, pero no deja de adorar que le tenga en cuenta y más con detalles tan bonitos. —Al menos la pesadez de estos días, vale la pena~
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  • Frente a ella, un conjunto de lencería que había pedido específicamente: brasier de encaje negro transparente, y una braguita a juego, también transparente.
    A Mía le gustaban los detalles… y Leah recordaba cada uno.

    Junto a la lencería, colocó una nota escrita a mano en una caligrafía sorprendentemente elegante:

    “Para que siempre me recuerdes cuando lo lleves, espero me dejes vértelo pronto

    —L.”

    Leah cerró la caja con cuidado, la envolvió con una cinta de raso oscuro y besó el borde antes de apartarla. No era el tipo de mujer que hacía regalos. Pero Mía no era el tipo de mujer que se olvidaba.
    Con eso lo envió a su casa y siguió con el trabajo.
    Frente a ella, un conjunto de lencería que había pedido específicamente: brasier de encaje negro transparente, y una braguita a juego, también transparente. A Mía le gustaban los detalles… y Leah recordaba cada uno. Junto a la lencería, colocó una nota escrita a mano en una caligrafía sorprendentemente elegante: “Para que siempre me recuerdes cuando lo lleves, espero me dejes vértelo pronto —L.” Leah cerró la caja con cuidado, la envolvió con una cinta de raso oscuro y besó el borde antes de apartarla. No era el tipo de mujer que hacía regalos. Pero Mía no era el tipo de mujer que se olvidaba. Con eso lo envió a su casa y siguió con el trabajo.
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  • El umbral del placer...
    Categoría Original
    Christopher Baudelair

    La neblina acariciaba los adoquines mojados por la reciente lluvia. Sibiu, con su aire medieval y sus techos puntiagudos, parecía sumida en un sueño extraño, donde el tiempo no corría igual. En medio de esa quietud etérea, un afiche húmedo se deslizó con el viento y cayó justo frente a los pies de Lia.

    Era negro, con detalles en rojo carmesí y una tipografía elegante. En el centro, una silueta masculina envuelta en sombras.

    “SE BUSCA MUSA.
    Ministry Nightclub – Contratación inmediata.
    Belleza, oscuridad y deseo… sin límites.”

    La imagen era sugerente, casi perturbadora. Lia dudó. ¿Publicidad barata… o algo más? Pero no pudo ignorar la sensación que le erizó la piel al tocar el papel...una especie de pulso, casi imperceptible, vibrando en el aire.

    Sin pensarlo demasiado, caminó hacia el paradero más cercano y tomó el primer taxi que se detuvo ante su señal. Una vez dentro, las luces de la ciudad pasaban como manchas de neón sobre los cristales empañados. Lia revisaba el afiche una y otra vez. Una parte de ella gritaba que todo aquello era una mala idea… pero otra, más profunda, más insistente, ansiaba descubrir qué la llamaba desde ese lugar.

    Mientras su mente divagaba, dando vueltas sobre lo mismo, la voz del conductor la sacó de su trance.

    —¿Ministry? Hmm… lugar raro. La gente entra con una cara… y sale con otra —comentó, en un tono ambiguo, como si escondiera un significado entre líneas. Lia no supo si se trataba de una advertencia, una anécdota o un simple comentario al aire.

    —¿Qué tipo de gente va ahí? —preguntó, sintiendo que cuanto más indagaba, más crecía dentro de ella esa urgencia incontrolable.

    —Gente con hambre… pero no de comida —fue lo último que dijo el conductor antes de subir el volumen de la radio, como si quisiera cerrar el tema, o evitar decir algo de lo que pudiera arrepentirse.

    Veinte minutos después…
    https://www.youtube.com/watch?v=OlUGhOmIpOA

    El club se alzaba como una iglesia profana en medio de los edificios apagados. Columnas góticas, vitrales rojos iluminados desde dentro y un portón de hierro forjado le daban un aspecto imponente y algo inquietante.

    Cuando las puertas se abrieron, una explosión de luces intermitentes, perfumes embriagantes y música industrial la envolvió de inmediato. El aire olía a flores marchitas, cuero y humo dulce. Un portero vestido como un sacerdote del inframundo la dejó pasar sin hacer preguntas, como si ya estuvieran esperándola.

    Dentro, los cuerpos se movían como mareas humanas, entrelazados en deseo, música y delirio. Era un espectáculo entre lo tribal y lo divino, una danza donde no existía el tiempo ni la culpa. Y entonces lo vio...

    Al fondo, en un balcón alto de hierro negro, una figura observaba todo. Un hombre imponente, elegante, intocable. Vestido con la precisión de un noble en medio del pecado.

    Sus ojos grises recorrían el lugar con calma depredadora… hasta que se cruzaron con los de Lia. Fue solo un instante, pero suficiente, para que un escalofrío recorriera su espina dorsal, haciéndola temblar. Sin darse cuenta, arrugó el afiche entre sus dedos.
    [frost_topaz_hare_445] La neblina acariciaba los adoquines mojados por la reciente lluvia. Sibiu, con su aire medieval y sus techos puntiagudos, parecía sumida en un sueño extraño, donde el tiempo no corría igual. En medio de esa quietud etérea, un afiche húmedo se deslizó con el viento y cayó justo frente a los pies de Lia. Era negro, con detalles en rojo carmesí y una tipografía elegante. En el centro, una silueta masculina envuelta en sombras. “SE BUSCA MUSA. Ministry Nightclub – Contratación inmediata. Belleza, oscuridad y deseo… sin límites.” La imagen era sugerente, casi perturbadora. Lia dudó. ¿Publicidad barata… o algo más? Pero no pudo ignorar la sensación que le erizó la piel al tocar el papel...una especie de pulso, casi imperceptible, vibrando en el aire. Sin pensarlo demasiado, caminó hacia el paradero más cercano y tomó el primer taxi que se detuvo ante su señal. Una vez dentro, las luces de la ciudad pasaban como manchas de neón sobre los cristales empañados. Lia revisaba el afiche una y otra vez. Una parte de ella gritaba que todo aquello era una mala idea… pero otra, más profunda, más insistente, ansiaba descubrir qué la llamaba desde ese lugar. Mientras su mente divagaba, dando vueltas sobre lo mismo, la voz del conductor la sacó de su trance. —¿Ministry? Hmm… lugar raro. La gente entra con una cara… y sale con otra —comentó, en un tono ambiguo, como si escondiera un significado entre líneas. Lia no supo si se trataba de una advertencia, una anécdota o un simple comentario al aire. —¿Qué tipo de gente va ahí? —preguntó, sintiendo que cuanto más indagaba, más crecía dentro de ella esa urgencia incontrolable. —Gente con hambre… pero no de comida —fue lo último que dijo el conductor antes de subir el volumen de la radio, como si quisiera cerrar el tema, o evitar decir algo de lo que pudiera arrepentirse. Veinte minutos después… https://www.youtube.com/watch?v=OlUGhOmIpOA El club se alzaba como una iglesia profana en medio de los edificios apagados. Columnas góticas, vitrales rojos iluminados desde dentro y un portón de hierro forjado le daban un aspecto imponente y algo inquietante. Cuando las puertas se abrieron, una explosión de luces intermitentes, perfumes embriagantes y música industrial la envolvió de inmediato. El aire olía a flores marchitas, cuero y humo dulce. Un portero vestido como un sacerdote del inframundo la dejó pasar sin hacer preguntas, como si ya estuvieran esperándola. Dentro, los cuerpos se movían como mareas humanas, entrelazados en deseo, música y delirio. Era un espectáculo entre lo tribal y lo divino, una danza donde no existía el tiempo ni la culpa. Y entonces lo vio... Al fondo, en un balcón alto de hierro negro, una figura observaba todo. Un hombre imponente, elegante, intocable. Vestido con la precisión de un noble en medio del pecado. Sus ojos grises recorrían el lugar con calma depredadora… hasta que se cruzaron con los de Lia. Fue solo un instante, pero suficiente, para que un escalofrío recorriera su espina dorsal, haciéndola temblar. Sin darse cuenta, arrugó el afiche entre sus dedos.
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    ||Yo... Yo voy a revivir este pj jajajaja

    Voy a trabajar un poco con ella, reacomodar la historia de Alexa arreglar algunos detalles... Y espero tener rolcito pronto con ella de nuevo
    ||Yo... Yo voy a revivir este pj jajajaja Voy a trabajar un poco con ella, reacomodar la historia de Alexa arreglar algunos detalles... Y espero tener rolcito pronto con ella de nuevo
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  • "El romance de afrodita y Ares"

    Todo esto empezó, gracias aún cruce de miradas cuando el amor y la guerra se entrelazaron y se conocieron. Aquel amor nació de forma apasionada en una sola mirada, los dos eran diferentes Pero se amaban.

    Afrodita era una mujer casada con el dios de la forja "Hefesto" pero ella no lo amaba, solo fue parte del trato algo que no quería pero no podía negarse a aceptar sino las consecuencias habían fatales. Así que cada vez que su marido estaba fuera o trabajando aprovechaba para escaparse con Ares y vivir sus aventuras románticas.

    Cada momento que estaban juntos lo aprovechaban al máximo, se divertían y se amaban ferozmente. Siempre cuando Ares iba a ver afrodita le regalaba bonitos detalles para ella como espejos, flores, los mejores obsequios para ella con tal de consentirla y Afrodita siempre le daba amor a ares, Pero no solo eso le daba afecto, cariño, confianza algo que en su infancia nunca obtuvo, solamente tuvo el desprecio de la mayoría del Olimpo.

    Afrodita pudo encontrar en el lo que tanto le faltaba, un amor mutuo dónde los dos se amarán y su apariencia no sea cuestionable y Ares pudo encontrar como llenar sus carencias afectivas y alguien que si lo escuche y le entienda, y no lo vea con menosprecio.

    #misionesdiarias
    "El romance de afrodita y Ares" Todo esto empezó, gracias aún cruce de miradas cuando el amor y la guerra se entrelazaron y se conocieron. Aquel amor nació de forma apasionada en una sola mirada, los dos eran diferentes Pero se amaban. Afrodita era una mujer casada con el dios de la forja "Hefesto" pero ella no lo amaba, solo fue parte del trato algo que no quería pero no podía negarse a aceptar sino las consecuencias habían fatales. Así que cada vez que su marido estaba fuera o trabajando aprovechaba para escaparse con Ares y vivir sus aventuras románticas. Cada momento que estaban juntos lo aprovechaban al máximo, se divertían y se amaban ferozmente. Siempre cuando Ares iba a ver afrodita le regalaba bonitos detalles para ella como espejos, flores, los mejores obsequios para ella con tal de consentirla y Afrodita siempre le daba amor a ares, Pero no solo eso le daba afecto, cariño, confianza algo que en su infancia nunca obtuvo, solamente tuvo el desprecio de la mayoría del Olimpo. Afrodita pudo encontrar en el lo que tanto le faltaba, un amor mutuo dónde los dos se amarán y su apariencia no sea cuestionable y Ares pudo encontrar como llenar sus carencias afectivas y alguien que si lo escuche y le entienda, y no lo vea con menosprecio. #misionesdiarias
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    “La Reina del Ocaso Carmesí”
    Sumérgete en el magnetismo indomable de La Reina del Ocaso Carmesí, una modelo que encarna el misterio, el poder y la sensualidad sin límites. Con una silueta hipnotizante, mirada intensa y una presencia que oscila entre la elegancia clásica y la audacia moderna, esta musa rompe moldes y redefine el arte del modelaje oscuro y sofisticado.

    Luciendo un impactante outfit negro con escote pronunciado, guantes y detalles en piel blanca que contrastan ferozmente con un fondo rojo pasional, irradia confianza, glamour y una seductora oscuridad. Su cabello largo y negro, acompañado de una pose provocadora y segura, la convierten en la perfecta encarnación de lo prohibido, lo deseado y lo inolvidable.

    Ideal para campañas de alta moda, editoriales temáticas y pasarelas donde el dramatismo, la elegancia y la fuerza femenina sean protagonistas.

    ¡No es solo una modelo, es una Diosa visual!

    Modelo: Alice Black
    🔥 “La Reina del Ocaso Carmesí” 🔥 Sumérgete en el magnetismo indomable de La Reina del Ocaso Carmesí, una modelo que encarna el misterio, el poder y la sensualidad sin límites. Con una silueta hipnotizante, mirada intensa y una presencia que oscila entre la elegancia clásica y la audacia moderna, esta musa rompe moldes y redefine el arte del modelaje oscuro y sofisticado. Luciendo un impactante outfit negro con escote pronunciado, guantes y detalles en piel blanca que contrastan ferozmente con un fondo rojo pasional, irradia confianza, glamour y una seductora oscuridad. Su cabello largo y negro, acompañado de una pose provocadora y segura, la convierten en la perfecta encarnación de lo prohibido, lo deseado y lo inolvidable. Ideal para campañas de alta moda, editoriales temáticas y pasarelas donde el dramatismo, la elegancia y la fuerza femenina sean protagonistas. ¡No es solo una modelo, es una Diosa visual! Modelo: Alice Black
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    Buscamos a Billy Maximoff (versión teen), el de la serie Agatha: Darkhold Diaries (sí, ese mismo, el de los ojitos de “sé que la realidad puede romperse pero aún quiero enamorarme”).
    La relación con Toska será desarrollada con tiempo, cariño, caos, y muchas escenas tipo: “¿estás bien?” “No, pero mírame igual”.

    Toska es rápida hablando, simbiótica, emocionalmente volcánica y periodista aficionada con una lengua afilada que puede reventarte el ego y abrazarte en la misma escena. Buscamos a un Billy que sepa bailar entre lo dulce y lo psíquicamente peligroso, que pueda reírse de lo raro y que no tema a una chica con cola simbiótica.

    Preferimos:

    Usuario comprometido con el lore y dispuesto a rolear arcos largos.

    Gente que le guste escribir bien, con estilo y personalidad.

    Que disfrute del drama, el romance, y el desarrollo lento pero poderoso.

    Que sepa quién es Billy y no lo transforme en algo que no es.


    No exigimos perfección, pero sí ganas de crear algo que nos haga gritar internamente.
    Se vale headcanons, edits, ideas locas, y rol narrativo con amor por los detalles.
    Buscamos a Billy Maximoff (versión teen), el de la serie Agatha: Darkhold Diaries (sí, ese mismo, el de los ojitos de “sé que la realidad puede romperse pero aún quiero enamorarme”). La relación con Toska será desarrollada con tiempo, cariño, caos, y muchas escenas tipo: “¿estás bien?” “No, pero mírame igual”. Toska es rápida hablando, simbiótica, emocionalmente volcánica y periodista aficionada con una lengua afilada que puede reventarte el ego y abrazarte en la misma escena. Buscamos a un Billy que sepa bailar entre lo dulce y lo psíquicamente peligroso, que pueda reírse de lo raro y que no tema a una chica con cola simbiótica. Preferimos: Usuario comprometido con el lore y dispuesto a rolear arcos largos. Gente que le guste escribir bien, con estilo y personalidad. Que disfrute del drama, el romance, y el desarrollo lento pero poderoso. Que sepa quién es Billy y no lo transforme en algo que no es. No exigimos perfección, pero sí ganas de crear algo que nos haga gritar internamente. Se vale headcanons, edits, ideas locas, y rol narrativo con amor por los detalles.
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  • —Es el primer día...

    Terminaba de arreglarse para poder trabajar, ajustando los detalles del conjunto y mirándose al espejo, recordando lo que pasó la noche anterior, sonrojado.

    —Basta... no puedes estar sintiendo vergüenza todo el tiempo.
    Menos con lo que vas a hacer para trabajar...

    Musitaba suave, como un pequeño regaño para sí mismo, tomando un profundo respiro.

    —Debo aprender a desenvolverme mejor.
    Ya no seré príncipe, pero no soy cualquier demonio insignificante... la cabeza en alto, antes era mucho más confiado, debo volver.

    Infló el pecho con el ego en alto, acomodando su plumaje un poco.
    —Es el primer día... Terminaba de arreglarse para poder trabajar, ajustando los detalles del conjunto y mirándose al espejo, recordando lo que pasó la noche anterior, sonrojado. —Basta... no puedes estar sintiendo vergüenza todo el tiempo. Menos con lo que vas a hacer para trabajar... Musitaba suave, como un pequeño regaño para sí mismo, tomando un profundo respiro. —Debo aprender a desenvolverme mejor. Ya no seré príncipe, pero no soy cualquier demonio insignificante... la cabeza en alto, antes era mucho más confiado, debo volver. Infló el pecho con el ego en alto, acomodando su plumaje un poco.
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  • Mistorioso ser
    Fandom cualquiera
    Categoría Slice of Life
    Había paz… pero de la frágil. De esa que se sostiene con clavos torcidos y rezos a medias. Heracles lo notó en cuanto pisó la aldea. Nadie gritaba. Nadie reía. Solo miradas bajadas y puertas entrecerradas. Ese silencio no era descanso. Era miedo.

    Se quitó el manto, sacudido por la escarcha, y lo colgó en la viga del albergue. Su silueta imponente llenó el marco de la entrada mientras caminaba al fuego común. Nadie habló, pero más de un niño lo observó desde detrás de los brazos de sus madres.

    Una anciana le ofreció pan. Él asintió, lo tomó con respeto y se sentó, sin palabra alguna. Su presencia no era ruidosa, pero pesaba como una promesa.

    —Dicen que eres Heracles —murmuró un joven herrero, finalmente, desde una esquina—. Que derrotaste a la hidra… que has caminado por el Inframundo y vuelto.

    Heracles alzó la mirada. Sus ojos no tenían soberbia. Solo cansancio, paciencia… y una voluntad inquebrantable.

    —He hecho muchas cosas. Pero ahora estoy aquí. ¿Qué amenaza esta tierra?

    Un anciano se aclaró la voz. —Hay algo… en los bosques. Algo que no teme ni al fuego ni al acero. Ha estado acechando el límite del valle. Nos quita animales. A uno le quitó el hijo.

    El héroe asintió con calma. No pidió más detalles. Se puso de pie, y al tomar su maza, el silencio de la sala se hizo reverente. Él no necesitaba jactarse. Su sola decisión de ayudar hablaba más que cien gestas.

    —Si aún vive, lo traeré. Si no... haré que no vuelva a ocurrir.

    Caminó hacia la salida, la niebla empezando a abrirse con sus pasos.

    Pero se detuvo.

    Giró levemente la cabeza, como si hubiera notado algo. Alguien.

    Sus ojos se clavaron en quien acababa de llegar. Un rostro nuevo entre tanta sombra.

    —¿Tú también has venido a ayudar… o solo a mirar cómo me adentro solo en la oscuridad?

    Su tono no fue hostil. Fue una invitación. Un reconocimiento.

    Porque incluso los héroes más grandes saben cuándo compartir el peso de una causa.
    Había paz… pero de la frágil. De esa que se sostiene con clavos torcidos y rezos a medias. Heracles lo notó en cuanto pisó la aldea. Nadie gritaba. Nadie reía. Solo miradas bajadas y puertas entrecerradas. Ese silencio no era descanso. Era miedo. Se quitó el manto, sacudido por la escarcha, y lo colgó en la viga del albergue. Su silueta imponente llenó el marco de la entrada mientras caminaba al fuego común. Nadie habló, pero más de un niño lo observó desde detrás de los brazos de sus madres. Una anciana le ofreció pan. Él asintió, lo tomó con respeto y se sentó, sin palabra alguna. Su presencia no era ruidosa, pero pesaba como una promesa. —Dicen que eres Heracles —murmuró un joven herrero, finalmente, desde una esquina—. Que derrotaste a la hidra… que has caminado por el Inframundo y vuelto. Heracles alzó la mirada. Sus ojos no tenían soberbia. Solo cansancio, paciencia… y una voluntad inquebrantable. —He hecho muchas cosas. Pero ahora estoy aquí. ¿Qué amenaza esta tierra? Un anciano se aclaró la voz. —Hay algo… en los bosques. Algo que no teme ni al fuego ni al acero. Ha estado acechando el límite del valle. Nos quita animales. A uno le quitó el hijo. El héroe asintió con calma. No pidió más detalles. Se puso de pie, y al tomar su maza, el silencio de la sala se hizo reverente. Él no necesitaba jactarse. Su sola decisión de ayudar hablaba más que cien gestas. —Si aún vive, lo traeré. Si no... haré que no vuelva a ocurrir. Caminó hacia la salida, la niebla empezando a abrirse con sus pasos. Pero se detuvo. Giró levemente la cabeza, como si hubiera notado algo. Alguien. Sus ojos se clavaron en quien acababa de llegar. Un rostro nuevo entre tanta sombra. —¿Tú también has venido a ayudar… o solo a mirar cómo me adentro solo en la oscuridad? Su tono no fue hostil. Fue una invitación. Un reconocimiento. Porque incluso los héroes más grandes saben cuándo compartir el peso de una causa.
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