• Helios Inmovations
    Categoría Ciencia ficción
    La luz tenue del atardecer se filtraba a través de las cortinas blancas de la habitación de Nica, llenándola de una sensación de calma que apenas conseguía tocar su alma. La mesa, llena de libros y notas de la clase de neurociencia, parecía estar allí más por costumbre que por utilidad. La memoria de su novio la acompañaba en cada rincón de la habitación. Su risa, su pasión por la vida, sus sueños compartidos... todo se había desvanecido tras su lucha incansable contra el cáncer.

    Desde su partida, Nica no podía concentrarse en nada. Las neuronas, sus neuronas, se volvían líquidas en su mente, incapaces de procesar nada más allá de la desesperación. Había algo que no podía dejar ir, algo que la mantenía en pie: la idea de que su trabajo en neurociencia, su investigación sobre la mente humana y la conexión neuronal, tenía el poder de devolverle a su novio.

    Fue entonces cuando sonó el teléfono.

    —¿Nica? Soy Elena. Necesito que escuches lo que tengo para decirte.

    La voz de su colega, Elena, la sacó de su trance. En la otra línea, se sentía una urgencia apenas contenida.

    —Escucha, he encontrado algo. Una compañía que está haciendo experimentos con inteligencia artificial… no es ciencia ficción, Nica. Están intentando crear copias de la mente humana. Sé que lo que te estoy diciendo es... increíble, pero hay algo más: dicen que pueden traer a alguien de vuelta, aunque no sea "real". Si pudieras infiltrar la compañía, tal vez… tal vez puedas traerlo de vuelta. No de la forma en que tú lo recuerdas, pero sí lo suficiente para... hablar con él.

    Nica, con el corazón palpitante, sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. La idea la tentaba, la volvía loca de angustia y esperanza al mismo tiempo. ¿Qué tan lejos estaría dispuesta a llegar?

    —¿Y el dueño? —preguntó, su voz quebrada pero decidida—. ¿Quién es el dueño de la compañía?

    —Apolo. Un hombre con una visión... peligrosa, y a la vez fascinante. Es un genio en inteligencia artificial, pero hay algo en él, Nica... no es fácil de tratar. Lo que están haciendo no es ético, pero… si quieres intentarlo… tendrás que entrar en su mundo.

    Nica dejó que las palabras se asentaran en su mente como un veneno dulce. Su instinto de científica, de humana, sabía que era un riesgo monumental. Pero el amor por su novio, la necesidad de verlo una vez más, de escucharlo, pesaba más que cualquier advertencia. La tentación de ver su rostro, de escuchar su voz, aunque solo fuera una versión distorsionada de él, era un faro que la atraía.

    —Voy a infiltrarme —dijo, y la decisión salió de su boca con una claridad que ni ella esperaba.

    La llamada se cortó, y Nica miró el teléfono con una mezcla de temor y determinación. Sabía que lo que estaba a punto de hacer no solo pondría a prueba su ética profesional, sino también su humanidad. Pero el corazón de Nica, rota y determinada, no podía dar marcha atrás.

    Apolo, el dueño de la compañía, la esperaba. Y ella haría lo que fuera necesario para lograr que su amor volviera a ella, aunque fuera solo una sombra de lo que alguna vez fue.

    La luz tenue del atardecer se filtraba a través de las cortinas blancas de la habitación de Nica, llenándola de una sensación de calma que apenas conseguía tocar su alma. La mesa, llena de libros y notas de la clase de neurociencia, parecía estar allí más por costumbre que por utilidad. La memoria de su novio la acompañaba en cada rincón de la habitación. Su risa, su pasión por la vida, sus sueños compartidos... todo se había desvanecido tras su lucha incansable contra el cáncer. Desde su partida, Nica no podía concentrarse en nada. Las neuronas, sus neuronas, se volvían líquidas en su mente, incapaces de procesar nada más allá de la desesperación. Había algo que no podía dejar ir, algo que la mantenía en pie: la idea de que su trabajo en neurociencia, su investigación sobre la mente humana y la conexión neuronal, tenía el poder de devolverle a su novio. Fue entonces cuando sonó el teléfono. —¿Nica? Soy Elena. Necesito que escuches lo que tengo para decirte. La voz de su colega, Elena, la sacó de su trance. En la otra línea, se sentía una urgencia apenas contenida. —Escucha, he encontrado algo. Una compañía que está haciendo experimentos con inteligencia artificial… no es ciencia ficción, Nica. Están intentando crear copias de la mente humana. Sé que lo que te estoy diciendo es... increíble, pero hay algo más: dicen que pueden traer a alguien de vuelta, aunque no sea "real". Si pudieras infiltrar la compañía, tal vez… tal vez puedas traerlo de vuelta. No de la forma en que tú lo recuerdas, pero sí lo suficiente para... hablar con él. Nica, con el corazón palpitante, sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. La idea la tentaba, la volvía loca de angustia y esperanza al mismo tiempo. ¿Qué tan lejos estaría dispuesta a llegar? —¿Y el dueño? —preguntó, su voz quebrada pero decidida—. ¿Quién es el dueño de la compañía? —Apolo. Un hombre con una visión... peligrosa, y a la vez fascinante. Es un genio en inteligencia artificial, pero hay algo en él, Nica... no es fácil de tratar. Lo que están haciendo no es ético, pero… si quieres intentarlo… tendrás que entrar en su mundo. Nica dejó que las palabras se asentaran en su mente como un veneno dulce. Su instinto de científica, de humana, sabía que era un riesgo monumental. Pero el amor por su novio, la necesidad de verlo una vez más, de escucharlo, pesaba más que cualquier advertencia. La tentación de ver su rostro, de escuchar su voz, aunque solo fuera una versión distorsionada de él, era un faro que la atraía. —Voy a infiltrarme —dijo, y la decisión salió de su boca con una claridad que ni ella esperaba. La llamada se cortó, y Nica miró el teléfono con una mezcla de temor y determinación. Sabía que lo que estaba a punto de hacer no solo pondría a prueba su ética profesional, sino también su humanidad. Pero el corazón de Nica, rota y determinada, no podía dar marcha atrás. Apolo, el dueño de la compañía, la esperaba. Y ella haría lo que fuera necesario para lograr que su amor volviera a ella, aunque fuera solo una sombra de lo que alguna vez fue.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    10
    Estado
    Disponible
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    Si esta noche ves, que el camino se torció
    Si en tu vida nunca encontraste el amor
    Silva con el viento y acudiré
    Tus deseos te concederé al amanecer

    Y verás que pronto, tu suerte cambiará
    Si crees en la magia que habita este lugar
    Vence a la tristeza y comienza a vivir
    Pues aún te quedan muchos sueños que cumplir

    https://music.youtube.com/watch?v=J-rY-OSS-7s&si=nnOl87Z5npt5BPCu
    Si esta noche ves, que el camino se torció Si en tu vida nunca encontraste el amor Silva con el viento y acudiré Tus deseos te concederé al amanecer Y verás que pronto, tu suerte cambiará Si crees en la magia que habita este lugar Vence a la tristeza y comienza a vivir Pues aún te quedan muchos sueños que cumplir https://music.youtube.com/watch?v=J-rY-OSS-7s&si=nnOl87Z5npt5BPCu
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  • "La Sombra del Ayer".
    #monorol

    Lucia observaba a Carmina desde la ventana de la tienda, viendo cómo la joven acomodaba cajas en los estantes con la paciencia de quien ha hecho ese trabajo toda su vida. Su nieta tenía el cabello rizado de su madre, la misma expresión soñadora en los ojos verdes. Cada vez que la veía, un miedo antiguo y persistente le oprimía el pecho. No podía evitarlo.

    Su hija había sido su más grande alegría y su más profundo dolor. Desde que era una niña, Lucia la había visto brillar con una energía vibrante, llena de sueños y anhelos que parecían inalcanzables. Había querido tanto para ella, había esperado que encontrara su camino en la vida sin tropezar con las sombras que acechaban en cada esquina. Pero el amor… el amor había sido su ruina. Se enamoró de un hombre que solo trajo destrucción y miseria, un mafioso que la arrastró a un mundo de drogas, peligro y desesperación. Lucia aún recordaba las noches en vela, las súplicas, los intentos desesperados de recuperar a su hija de ese abismo. Todo en vano.

    Cuando finalmente la perdió, quedó Carmina. Una niña inocente que no tenía la culpa de nada. Lucia y su esposo, Pietro, habían decidido desde el primer momento que no cometerían los mismos errores. Criarían a Carmina con disciplina, con cuidado, protegiéndola de todo lo que pudiera torcer su destino. La inscribieron en una escuela solo para mujeres, la rodearon de un ambiente seguro, sin distracciones, sin peligros. Querían que creciera fuerte, que tuviera oportunidades, que jamás cayera en la trampa de un amor equivocado.

    Pero a veces, cuando Carmina sonreía de cierta manera o cuando la encontraba perdida en pensamientos mientras miraba por la ventana, Lucia sentía un escalofrío recorrerle la espalda. Temía que en algún rincón de su corazón, la misma llama que había consumido a su hija estuviera ardiendo en su nieta. Temía que, a pesar de todos sus esfuerzos, la historia volviera a repetirse.

    Carmina era la mezcla perfecta entre su hija y aquel hombre. Heredó de él el cabello rojizo, como un eco de la pasión de un pasado lleno de sombras, y los mismos ojos verdes que alguna vez brillaron en la mirada de aquella joven llena de sueños. Cada vez que Lucia veía esos ojos, veía no solo el reflejo de su hija, sino también la sombra del hombre que tanto daño había causado, como si en cada uno de esos detalles se escondiera un recordatorio de lo que había perdido. No importaba cuánto amara a su nieta, siempre sentía esa mezcla de amor y temor profundo al verla.

    Pietro le decía que debía confiar en Carmina, que no todas las mujeres estaban destinadas a cometer los mismos errores. Que su nieta era fuerte, que tenía más de ella que de su madre. Pero Lucia no podía simplemente aceptar eso. El miedo de una madre, y ahora de una abuela, no se disipaba con palabras bonitas.

    Y, además, había algo que la inquietaba aún más: el día en que ella ya no estuviera para guiar a Carmina. El día en que no pudiera protegerla, ni acompañarla en las decisiones difíciles que la vida le depararía. Ese pensamiento la llenaba de angustia, como una sombra constante en su pecho. ¿Qué pasaría con Carmina cuando ella ya no pudiera estar allí para impedirle caer en los mismos errores de antes? ¿Quién la cuidaría cuando la fortaleza de la abuela ya no fuera suficiente?

    Por eso, a veces, sin darse cuenta, dejaba caer comentarios sobre su deseo de verla casada algún día, de encontrar un buen hombre que la protegiera, alguien que la hiciera feliz. Lo decía con una sonrisa, como si fuera un simple anhelo de abuela, pero en el fondo era su mayor temor disfrazado de esperanza. Porque si Carmina encontraba a la persona correcta, Lucia podría irse en paz. Pero si elegía mal… si la historia volvía a repetirse…

    Suspiró y se apartó de la ventana. Carmina era joven, inteligente, trabajadora. Pero el amor era traicionero. Y Lucia no estaba dispuesta a perderla también.
    "La Sombra del Ayer". #monorol Lucia observaba a Carmina desde la ventana de la tienda, viendo cómo la joven acomodaba cajas en los estantes con la paciencia de quien ha hecho ese trabajo toda su vida. Su nieta tenía el cabello rizado de su madre, la misma expresión soñadora en los ojos verdes. Cada vez que la veía, un miedo antiguo y persistente le oprimía el pecho. No podía evitarlo. Su hija había sido su más grande alegría y su más profundo dolor. Desde que era una niña, Lucia la había visto brillar con una energía vibrante, llena de sueños y anhelos que parecían inalcanzables. Había querido tanto para ella, había esperado que encontrara su camino en la vida sin tropezar con las sombras que acechaban en cada esquina. Pero el amor… el amor había sido su ruina. Se enamoró de un hombre que solo trajo destrucción y miseria, un mafioso que la arrastró a un mundo de drogas, peligro y desesperación. Lucia aún recordaba las noches en vela, las súplicas, los intentos desesperados de recuperar a su hija de ese abismo. Todo en vano. Cuando finalmente la perdió, quedó Carmina. Una niña inocente que no tenía la culpa de nada. Lucia y su esposo, Pietro, habían decidido desde el primer momento que no cometerían los mismos errores. Criarían a Carmina con disciplina, con cuidado, protegiéndola de todo lo que pudiera torcer su destino. La inscribieron en una escuela solo para mujeres, la rodearon de un ambiente seguro, sin distracciones, sin peligros. Querían que creciera fuerte, que tuviera oportunidades, que jamás cayera en la trampa de un amor equivocado. Pero a veces, cuando Carmina sonreía de cierta manera o cuando la encontraba perdida en pensamientos mientras miraba por la ventana, Lucia sentía un escalofrío recorrerle la espalda. Temía que en algún rincón de su corazón, la misma llama que había consumido a su hija estuviera ardiendo en su nieta. Temía que, a pesar de todos sus esfuerzos, la historia volviera a repetirse. Carmina era la mezcla perfecta entre su hija y aquel hombre. Heredó de él el cabello rojizo, como un eco de la pasión de un pasado lleno de sombras, y los mismos ojos verdes que alguna vez brillaron en la mirada de aquella joven llena de sueños. Cada vez que Lucia veía esos ojos, veía no solo el reflejo de su hija, sino también la sombra del hombre que tanto daño había causado, como si en cada uno de esos detalles se escondiera un recordatorio de lo que había perdido. No importaba cuánto amara a su nieta, siempre sentía esa mezcla de amor y temor profundo al verla. Pietro le decía que debía confiar en Carmina, que no todas las mujeres estaban destinadas a cometer los mismos errores. Que su nieta era fuerte, que tenía más de ella que de su madre. Pero Lucia no podía simplemente aceptar eso. El miedo de una madre, y ahora de una abuela, no se disipaba con palabras bonitas. Y, además, había algo que la inquietaba aún más: el día en que ella ya no estuviera para guiar a Carmina. El día en que no pudiera protegerla, ni acompañarla en las decisiones difíciles que la vida le depararía. Ese pensamiento la llenaba de angustia, como una sombra constante en su pecho. ¿Qué pasaría con Carmina cuando ella ya no pudiera estar allí para impedirle caer en los mismos errores de antes? ¿Quién la cuidaría cuando la fortaleza de la abuela ya no fuera suficiente? Por eso, a veces, sin darse cuenta, dejaba caer comentarios sobre su deseo de verla casada algún día, de encontrar un buen hombre que la protegiera, alguien que la hiciera feliz. Lo decía con una sonrisa, como si fuera un simple anhelo de abuela, pero en el fondo era su mayor temor disfrazado de esperanza. Porque si Carmina encontraba a la persona correcta, Lucia podría irse en paz. Pero si elegía mal… si la historia volvía a repetirse… Suspiró y se apartó de la ventana. Carmina era joven, inteligente, trabajadora. Pero el amor era traicionero. Y Lucia no estaba dispuesta a perderla también.
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    ♣ Maomao y user se van a dormir ♣
    Pd: duerman sus 8h o Maomao les perseguirá a escobazos en sus sueños... más bien... pesadillas
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  • Su rostro, aunque era sumamente afeminado, estaba dejando atrás las facciones de adolescente, los 20´s lo alcanzaron, el cabello corto quedaría atrás dejándolo crecer, esos rubios naturales y lacios tocaban las puntas de sus delgados y picudos hombros, la vestimenta más formal, pero siempre coloridas la mayoría de las veces. 

    Los sueños recurrentes de forma negativa seguían siendo sus carceleros, amaba lo que era no importaba que causara tanto desastre emocional en su vida con los que se acercaran a él, jamás, había tenido novio, del poblado donde nació y creció no le fue posible ser parte de la “sociedad”, fue atacado por su esencia única, hasta llegar a la gran ciudad, donde empezaría conocer a personas increíbles como él. 


    Con dos trabajos era imposible salir a divertirse todos los días, tomando conciencia que de él dependía su abuelo y su hermana pequeña, omitía las salidas y cuando lo realizaba era al "Cosmos", bar conocido por todos y en solitario, una suave bebida y de nuevo al pequeño departamento que rentaba al sur. 

    Un día de aquellos que elegía para pasar un tiempo consigo mismo, el celular sonó, parando la música, llamando así la atención, los audífonos de diadema los llevó a al cuello. Con curiosidad, la vista se posó en aquel aparato, desbloqueando con el índice derecho, notó el  -"Hola ¡Qué tal!" -, que provenía de un número que no tenía registrado, por seguridad, no contestó, de nuevo llevando los audífonos a su cabeza, dejó que la música inundara sus oídos, cerró los ojos, disfrutando del aire puro bajo aquel árbol que regalaba una sombra fantástica en la banca metálica donde estaba posado. 
    Su rostro, aunque era sumamente afeminado, estaba dejando atrás las facciones de adolescente, los 20´s lo alcanzaron, el cabello corto quedaría atrás dejándolo crecer, esos rubios naturales y lacios tocaban las puntas de sus delgados y picudos hombros, la vestimenta más formal, pero siempre coloridas la mayoría de las veces.  Los sueños recurrentes de forma negativa seguían siendo sus carceleros, amaba lo que era no importaba que causara tanto desastre emocional en su vida con los que se acercaran a él, jamás, había tenido novio, del poblado donde nació y creció no le fue posible ser parte de la “sociedad”, fue atacado por su esencia única, hasta llegar a la gran ciudad, donde empezaría conocer a personas increíbles como él.  Con dos trabajos era imposible salir a divertirse todos los días, tomando conciencia que de él dependía su abuelo y su hermana pequeña, omitía las salidas y cuando lo realizaba era al "Cosmos", bar conocido por todos y en solitario, una suave bebida y de nuevo al pequeño departamento que rentaba al sur.  Un día de aquellos que elegía para pasar un tiempo consigo mismo, el celular sonó, parando la música, llamando así la atención, los audífonos de diadema los llevó a al cuello. Con curiosidad, la vista se posó en aquel aparato, desbloqueando con el índice derecho, notó el  -"Hola ¡Qué tal!" -, que provenía de un número que no tenía registrado, por seguridad, no contestó, de nuevo llevando los audífonos a su cabeza, dejó que la música inundara sus oídos, cerró los ojos, disfrutando del aire puro bajo aquel árbol que regalaba una sombra fantástica en la banca metálica donde estaba posado. 
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  • En últimos días ha tenido sueños con una mujer de cabello blanco, piel morena, muy oscura, casi como el ópalo, pecas brillantes como constelaciones de estrellas, hermosa como ella sola.

    ¿Acaso es la muerte que viene por él? No, no lo sabe, lo duda, cada vez que sueña con esa mujer puede sentir una sensación cálida, pero al mismo tiempo, anhelo y añoranza por algo o alguien.

    Pensar en que la vera en sus sueños hace que sea la única razón por la que quiere dormir.
    En últimos días ha tenido sueños con una mujer de cabello blanco, piel morena, muy oscura, casi como el ópalo, pecas brillantes como constelaciones de estrellas, hermosa como ella sola. ¿Acaso es la muerte que viene por él? No, no lo sabe, lo duda, cada vez que sueña con esa mujer puede sentir una sensación cálida, pero al mismo tiempo, anhelo y añoranza por algo o alguien. Pensar en que la vera en sus sueños hace que sea la única razón por la que quiere dormir.
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    Bueno yo me retirare a descansar espero y tengan hermosos sueños infernales
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  • —Desperté abruptamente aún teniendo encima el abrigo de me esposo sonriendo un poco ya que lo vio al menos en sueños se alistó para enpesar sus deberes y se dirigió a su oficina hoy no haría programa realmente no quería estresarse ni nada quería aún conservar la imagen de su esposo en sus pensamientos soñarlo lo ponía de buen humor mientras ordenaba el lugar su sombra le ayudaba a trasladar y ordenar cosas hasta que se topo con una guitarra la sombra se lo mostró muy animado —

    A: Mmmm? Que sucede ?
    Sombra : @#$&$@$
    A: jajajaja sales con cada idea pero realmente no es mala hace tiempo que no tocó este tipo de instrumento
    S:@#π§∆¥€¥£%%%£€¥¢€
    A: lo sé jejeje mmm veamos haber como iba esto ...

    -dirigiendome ala ventana y tomando una silla me siento y tocando las cuerdas con suavidad una melodía se enpiesa a escuchar en la habitación y parte del pasillo poco a poco enpese a cantar sintiendo el viento infernal y las cortinas se movían al son del viento en eso mi sombra enpieso a grabar lo que hacía para poder trasmitirlo en el programa -







    https://youtu.be/m8ZTFpsFBuM?si=2Z8rp32meUCwmFn8
    —Desperté abruptamente aún teniendo encima el abrigo de me esposo sonriendo un poco ya que lo vio al menos en sueños se alistó para enpesar sus deberes y se dirigió a su oficina hoy no haría programa realmente no quería estresarse ni nada quería aún conservar la imagen de su esposo en sus pensamientos soñarlo lo ponía de buen humor mientras ordenaba el lugar su sombra le ayudaba a trasladar y ordenar cosas hasta que se topo con una guitarra la sombra se lo mostró muy animado — A: Mmmm? Que sucede ? Sombra : @#$&$@$🎶🎶 A: jajajaja sales con cada idea pero realmente no es mala hace tiempo que no tocó este tipo de instrumento S:@#π§∆¥€¥£%%%£€¥¢€🎶🎶🎶 A: lo sé jejeje mmm veamos haber como iba esto ... -dirigiendome ala ventana y tomando una silla me siento y tocando las cuerdas con suavidad una melodía se enpiesa a escuchar en la habitación y parte del pasillo poco a poco enpese a cantar sintiendo el viento infernal y las cortinas se movían al son del viento en eso mi sombra enpieso a grabar lo que hacía para poder trasmitirlo en el programa - https://youtu.be/m8ZTFpsFBuM?si=2Z8rp32meUCwmFn8
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  • Solo allí me siento libre, persiguiendo mis sueños a toda la velocidad que soy capaz de sostener.
    Solo allí me siento libre, persiguiendo mis sueños a toda la velocidad que soy capaz de sostener.
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  • "Mi amor, en este día especial quiero recordarte cuánto te amo y cuánto significas para mí. Eres la razón por la que mi corazón late con emoción, la luz que ilumina mi camino y el calor que me hace sentir vivo.

    Gracias por ser mi compañera, mi amiga y mi alma gemela. Gracias por los momentos que compartimos, por las risas y las lágrimas, por los sueños y las realidades.

    Te amo por quién eres, por tu belleza interior y exterior, por tu corazón generoso y tu espíritu aventurero. Te amo por ser mi hogar, mi refugio y mi paraíso.

    En este Día de San Valentín, quiero prometerte que te amaré por siempre, que te cuidaré y te protegeré, que te haré reír y te haré sentir amada.

    Te amo, mi reina, mi amor, mi todo."

    Melínoe Fleur
    "Mi amor, en este día especial quiero recordarte cuánto te amo y cuánto significas para mí. Eres la razón por la que mi corazón late con emoción, la luz que ilumina mi camino y el calor que me hace sentir vivo. Gracias por ser mi compañera, mi amiga y mi alma gemela. Gracias por los momentos que compartimos, por las risas y las lágrimas, por los sueños y las realidades. Te amo por quién eres, por tu belleza interior y exterior, por tu corazón generoso y tu espíritu aventurero. Te amo por ser mi hogar, mi refugio y mi paraíso. En este Día de San Valentín, quiero prometerte que te amaré por siempre, que te cuidaré y te protegeré, que te haré reír y te haré sentir amada. Te amo, mi reina, mi amor, mi todo." [Melinoe_Fleur]
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