๐˜Œ๐˜ญ ๐˜ข๐˜ณ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฎ๐˜ข๐˜ด ๐˜ด๐˜ถ๐˜ฃ๐˜ญ๐˜ช๐˜ฎ๐˜ฆ ๐˜ฏ๐˜ข๐˜ค๐˜ฆ ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ข๐˜ฃ๐˜ช๐˜ด๐˜ฎ๐˜ฐ ๐˜ฎ๐˜ข๐˜ด ๐˜ฑ๐˜ณ๐˜ฐ๐˜ง๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ฐ. ¿๐˜—๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฎ๐˜ช๐˜ต๐˜ช๐˜ณ๐˜ช๐˜ข๐˜ด ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฎ๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ต๐˜ณ๐˜ฆ ๐˜ฎ๐˜ช ๐˜ฑ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ค๐˜ช๐˜ฐ๐˜ด๐˜ข ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ญ๐˜ฆ๐˜ค๐˜ค๐˜ช๐˜ฐ๐˜ฏ~?

โ›ง ๐‘ช๐’–๐’“๐’‚๐’…๐’๐’“๐’‚ ๐’…๐’† ๐‘จ๐’๐’•๐’Š๐’ˆ๐’–๐’†๐’…๐’‚๐’…๐’†๐’” & ๐‘จ๐’“๐’•๐’Š๐’”๐’•๐’‚ ๐’…๐’†๐’ ๐‘ช๐’‚๐’๐’”
โ›ง ๐˜—๐˜ณ๐˜ฐ๐˜ฑ๐˜ช๐˜ฆ๐˜ต๐˜ข๐˜ณ๐˜ช๐˜ข ๐˜ฆ๐˜ฏ ๐“๐ก๐ž ๐Œ๐ž๐ง๐๐ž๐ ๐Œ๐ž๐ฌ๐ฌ ๐€๐ง๐ญ๐ข๐ช๐ฎ๐š๐ข๐ซ๐ž โ›ง
» ๐‘ซ๐’† ๐’–๐’๐’‚ ๐’†๐’๐’†๐’ˆ๐’‚๐’๐’„๐’Š๐’‚ ๐’†๐’•๐’†๐’“๐’๐’‚ ๐’š ๐’–๐’๐’‚ ๐’๐’๐’„๐’–๐’“๐’‚ ๐’Š๐’๐’‡๐’Š๐’๐’Š๐’•๐’‚
  • Gรฉnero Femenino
  • Raza Abyssal-touched
  • Fandom OC | Raden (Hololive) Inspired
  • Propietaria de ๐“๐ก๐ž ๐Œ๐ž๐ง๐๐ž๐ ๐Œ๐ž๐ฌ๐ฌ ๐€๐ง๐ญ๐ข๐ช๐ฎ๐š๐ข๐ซ๐ž
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  • Se uniรณ en octubre 2025
  • 46 Visitas perfil
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  • Tipo de personaje
    2D
  • Longitud narrativa
    Semi-párrafo , Párrafo , Multi-párrafo
  • Categorías de rol
    Anime & Mangas , Aventura , Ciencia ficción , Contemporáneo , Drama , Fantasía , Romance , Slice of Life , Suspenso , Original , Terror
Fijado
๐‘ ๐€ ๐ƒ ๐„ ๐
S T O R Y Raden no siempre fue la elegante y temible curadora que es ahora. En otra vida, fue una prodigiosa restauradora de arte, obsesionada con preservar la belleza del pasado. Su destino cambió cuando, en una subasta clandestina, adquirió una vacija antigua, un jarrón de porcelana negra de una civilización extinta. Al intentar restaurar una minúscula...
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  • — Los objetos antiguos... a menudo son dejados de lado, olvidados en lugares polvorientos o vendidos por un puñado de monedas sin que el comprador sepa qué carga consigo...

    Con un pincel, aplicó una resina dorada y espesa sobre la microfractura en la base de la bailarina.

    — Pero ellos... recuerdan. Atrapan instantes. Susurros de alegrías pasadas, punzadas de dolor... la desesperación de una última mirada.

    Con la punta de una aguja, eliminó el exceso de resina. Y por un instante, un brillo purpura, tan fugaz que duró apenas un parpadeo, pasó desde su piel a la porcelana. La grieta soldada al instante, como si nunca hubiera existido.

    — No se trata solo de devolverles el brillo perdido. Eso sería... demasiado superficial, para criaturas que han atrapado pedazos de alma en su interior.

    Cambió de herramienta, tomando un destornillador miniatura para acceder al mecanismo interno.

    — Se trata en cambio, de escuchar. Escuchar lo que nadie más quiere escuchar. Escuchar su historia. Honrar el eco que ha quedado atrapado en su interior.

    Sus dedos, comenzaron a trabajar en el resorte principal, donde aplicó una gota de aceite especial.

    — Todos merecen una segunda oportunidad... una segunda vida —uno de los engranajes cedió con un sonido sutil— Merecen que se les de nuevamente una voz... Permitir que la canción que una vez contuvieron pueda volver a escucharse, aunque sea con un tono diferente.

    Con un sonido suave, la música comenzó a sonar. La bailarina, ahora con su brazo restaurado, giró lentamente. Una melodía olvidada que parecía surgir directamente de los sueños de quien la tuvo hace un siglo.

    — Bienvenida de vuelta.
    — Los objetos antiguos... a menudo son dejados de lado, olvidados en lugares polvorientos o vendidos por un puñado de monedas sin que el comprador sepa qué carga consigo... Con un pincel, aplicó una resina dorada y espesa sobre la microfractura en la base de la bailarina. — Pero ellos... recuerdan. Atrapan instantes. Susurros de alegrías pasadas, punzadas de dolor... la desesperación de una última mirada. Con la punta de una aguja, eliminó el exceso de resina. Y por un instante, un brillo purpura, tan fugaz que duró apenas un parpadeo, pasó desde su piel a la porcelana. La grieta soldada al instante, como si nunca hubiera existido. — No se trata solo de devolverles el brillo perdido. Eso sería... demasiado superficial, para criaturas que han atrapado pedazos de alma en su interior. Cambió de herramienta, tomando un destornillador miniatura para acceder al mecanismo interno. — Se trata en cambio, de escuchar. Escuchar lo que nadie más quiere escuchar. Escuchar su historia. Honrar el eco que ha quedado atrapado en su interior. Sus dedos, comenzaron a trabajar en el resorte principal, donde aplicó una gota de aceite especial. — Todos merecen una segunda oportunidad... una segunda vida —uno de los engranajes cedió con un sonido sutil— Merecen que se les de nuevamente una voz... Permitir que la canción que una vez contuvieron pueda volver a escucharse, aunque sea con un tono diferente. Con un sonido suave, la música comenzó a sonar. La bailarina, ahora con su brazo restaurado, giró lentamente. Una melodía olvidada que parecía surgir directamente de los sueños de quien la tuvo hace un siglo. — Bienvenida de vuelta.
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  • Raden había limpiado y ordenado muy bien el sótano de la tienda, un espacio amplio que casi siempre permanecía cerrado y oscuro. Sin embargo, hoy daba la bienvenida a sus dos nuevas inquilinas. En la pared más despejada, destacaba una pizarra enorme, donde las palabras 'REGLAS DE LA CASA' estaban escritas con una caligrafía impecable.

    — Bienvenidas, pequeñas traviesas ~ —su voz fue un suave arrullo, pero sus ojos, de un azul demasiado intenso, recorrían a Mococo Abyssgard y Fuwawa Abyssgard con la curiosidad de una coleccionista ante dos piezas potencialmente peligrosas— espero que encuentren este... refugio, a su gusto. He hecho los arreglos personalmente, uhum.

    Con un movimiento fluido, giró sobre sus tacones y se plantó frente a la pizarra. El abanico, como una extensión natural de su gestualidad, se cerró para apuntar con un extremo a la primera regla de la pizarra.

    — Ahora, hablemos de las normas. Son pocas, pero... cruciales para la armonía. Y para su seguridad, jeje ~ ...

    1. Tratar con sumo cuidado las reliquias. La tienda no es un parque de atracciones. Cada objeto tiene una historia... y la mayoría, un temperamento.

    2. Mantener el orden.

    3. Los clientes son... clientes. Si alguno baja y las ve, una sonrisa y un 'la propietaria no está' bastará. Nada de travesuras que los asusten. Ahem, aunque algunos se lo merezcan.

    4. Prohibidas las peleas en la tienda. Los duelos a muerte, si son estrictamente necesarios, se reservan para el sótano. El sofá es vintage, por favor, no manchen la tapicería...

    5. Nada de invitados indeseados. Traer problemas externos aquí es de pésimo gusto. Yo ya tengo los míos propios.

    6. ¡Y LA MAS IMPORTANTE!... —aquí, su voz bajó a un susurro dramático— No tocar, jugar, romper o, por todos los abismos, beber de mis objetos o reliquias. ¡Prohibido!

    Hizo una pausa, dejando que el silencio las dejara procesar la advertencia. Luego, de repente, lanzó sus manos hacia adelante con los dedos curvados como garras, haciendo una mueca exagerada.

    — ¡Grrr! ¡Porque si lo hacen, los objetos podrían molestarse, despertar... y ATACAR! —soltó una risita, como si fuera una broma adorable.

    Era broma. Aunque no era del todo improbable que algo así pudiera ocurrir.

    —En fin ~ —continuó, recuperando su compostura y abriendo el abanico de nuevo con un gesto elegante— El incumplimiento de alguna de estas reglas conllevará a... hm... —se llevó la punta del abanico a la barbilla, pensativa. Sus ojos se iluminaron con un destello púrpura— ¡Ah, ya sé! Me veré en la obligación de llamar a Shiori. Sí, ella será la adulta responsable de ustedes...

    Era inevitable para Raden ver a las dos chicas como si fueran dos niñas traviesas, por lo cual hacia falta algún adulto responsable. Y ella era adulta, claro, pero no responsable.

    — Y... creo que es todo, si, ¿alguna pregunta, mis pequeñas futuras causas de canas?
    Raden había limpiado y ordenado muy bien el sótano de la tienda, un espacio amplio que casi siempre permanecía cerrado y oscuro. Sin embargo, hoy daba la bienvenida a sus dos nuevas inquilinas. En la pared más despejada, destacaba una pizarra enorme, donde las palabras 'REGLAS DE LA CASA' estaban escritas con una caligrafía impecable. — Bienvenidas, pequeñas traviesas ~ —su voz fue un suave arrullo, pero sus ojos, de un azul demasiado intenso, recorrían a [haze_peridot_bat_137] y [Inu_blue_1] con la curiosidad de una coleccionista ante dos piezas potencialmente peligrosas— espero que encuentren este... refugio, a su gusto. He hecho los arreglos personalmente, uhum. Con un movimiento fluido, giró sobre sus tacones y se plantó frente a la pizarra. El abanico, como una extensión natural de su gestualidad, se cerró para apuntar con un extremo a la primera regla de la pizarra. — Ahora, hablemos de las normas. Son pocas, pero... cruciales para la armonía. Y para su seguridad, jeje ~ ... 1. Tratar con sumo cuidado las reliquias. La tienda no es un parque de atracciones. Cada objeto tiene una historia... y la mayoría, un temperamento. 2. Mantener el orden. 3. Los clientes son... clientes. Si alguno baja y las ve, una sonrisa y un 'la propietaria no está' bastará. Nada de travesuras que los asusten. Ahem, aunque algunos se lo merezcan. 4. Prohibidas las peleas en la tienda. Los duelos a muerte, si son estrictamente necesarios, se reservan para el sótano. El sofá es vintage, por favor, no manchen la tapicería... 5. Nada de invitados indeseados. Traer problemas externos aquí es de pésimo gusto. Yo ya tengo los míos propios. 6. ¡Y LA MAS IMPORTANTE!... —aquí, su voz bajó a un susurro dramático— No tocar, jugar, romper o, por todos los abismos, beber de mis objetos o reliquias. ¡Prohibido! Hizo una pausa, dejando que el silencio las dejara procesar la advertencia. Luego, de repente, lanzó sus manos hacia adelante con los dedos curvados como garras, haciendo una mueca exagerada. — ¡Grrr! ¡Porque si lo hacen, los objetos podrían molestarse, despertar... y ATACAR! —soltó una risita, como si fuera una broma adorable. Era broma. Aunque no era del todo improbable que algo así pudiera ocurrir. —En fin ~ —continuó, recuperando su compostura y abriendo el abanico de nuevo con un gesto elegante— El incumplimiento de alguna de estas reglas conllevará a... hm... —se llevó la punta del abanico a la barbilla, pensativa. Sus ojos se iluminaron con un destello púrpura— ¡Ah, ya sé! Me veré en la obligación de llamar a Shiori. Sí, ella será la adulta responsable de ustedes... Era inevitable para Raden ver a las dos chicas como si fueran dos niñas traviesas, por lo cual hacia falta algún adulto responsable. Y ella era adulta, claro, pero no responsable. — Y... creo que es todo, si, ¿alguna pregunta, mis pequeñas futuras causas de canas?
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  • ๐˜ต๐˜ฉ๐˜ฆ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ช๐˜ฆ๐˜ต ๐˜ต๐˜ณ๐˜ถ๐˜ต๐˜ฉ ๐˜ต๐˜ฉ๐˜ข๐˜ต '๐˜ฉ๐˜ฐ๐˜ฎ๐˜ฆ' ๐˜ช๐˜ด ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ต ๐˜ข ๐˜ฑ๐˜ญ๐˜ข๐˜ค๐˜ฆ ๐˜ฐ๐˜ฏ ๐˜ข๐˜ฏ๐˜บ ๐˜ฎ๐˜ข๐˜ฑ ๐˜ ๐˜ฐ๐˜ธ๐˜ฏ, ๐˜ฃ๐˜ถ๐˜ต ๐˜ต๐˜ฉ๐˜ฆ ๐˜ด๐˜ข๐˜ค๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ฅ ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ฐ๐˜จ๐˜ณ๐˜ข๐˜ฑ๐˜ฉ๐˜บ ๐˜ฐ๐˜ง ๐˜บ๐˜ฐ๐˜ถ๐˜ณ ๐˜ฏ๐˜ข๐˜ฎ๐˜ฆ, ๐˜ธ๐˜ฉ๐˜ช๐˜ด๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ฅ ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ณ ๐˜ข ๐˜ด๐˜ฌ๐˜บ ๐˜ง๐˜ถ๐˜ญ๐˜ญ ๐˜ฐ๐˜ง ๐˜ง๐˜ฐ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ช๐˜จ๐˜ฏ ๐˜ด๐˜ต๐˜ข๐˜ณ๐˜ด...
    ๐˜ต๐˜ฉ๐˜ฆ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ช๐˜ฆ๐˜ต ๐˜ต๐˜ณ๐˜ถ๐˜ต๐˜ฉ ๐˜ต๐˜ฉ๐˜ข๐˜ต '๐˜ฉ๐˜ฐ๐˜ฎ๐˜ฆ' ๐˜ช๐˜ด ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ต ๐˜ข ๐˜ฑ๐˜ญ๐˜ข๐˜ค๐˜ฆ ๐˜ฐ๐˜ฏ ๐˜ข๐˜ฏ๐˜บ ๐˜ฎ๐˜ข๐˜ฑ ๐˜ ๐˜ฐ๐˜ธ๐˜ฏ, ๐˜ฃ๐˜ถ๐˜ต ๐˜ต๐˜ฉ๐˜ฆ ๐˜ด๐˜ข๐˜ค๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ฅ ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ฐ๐˜จ๐˜ณ๐˜ข๐˜ฑ๐˜ฉ๐˜บ ๐˜ฐ๐˜ง ๐˜บ๐˜ฐ๐˜ถ๐˜ณ ๐˜ฏ๐˜ข๐˜ฎ๐˜ฆ, ๐˜ธ๐˜ฉ๐˜ช๐˜ด๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ฅ ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ณ ๐˜ข ๐˜ด๐˜ฌ๐˜บ ๐˜ง๐˜ถ๐˜ญ๐˜ญ ๐˜ฐ๐˜ง ๐˜ง๐˜ฐ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ช๐˜จ๐˜ฏ ๐˜ด๐˜ต๐˜ข๐˜ณ๐˜ด...
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  • —¡Llegaron, llegaron! Mis susurros en la dark web finalmente dieron sus frutos, y mis nuevos objetos ya están aquí ~ —canturrea, desgarrando el embalaje de las recién llegadas cajas— Me pregunto, ¿que alma curiosa será la primera en venir a ver las novedades de mi tienda?
    —¡Llegaron, llegaron! Mis susurros en la dark web finalmente dieron sus frutos, y mis nuevos objetos ya están aquí ~ —canturrea, desgarrando el embalaje de las recién llegadas cajas— Me pregunto, ¿que alma curiosa será la primera en venir a ver las novedades de mi tienda?
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  • El único sonido en el interior de la tienda era el tic-tac obsesivo del reloj de péndulo suizo del siglo XVIII, marcando los minutos de espera desde que colgó el teléfono. Raden no estaba restaurando, ni catalogando. Estaba aguardando una visita, y la paciencia nunca fue su virtud.

    De pie frente al mostrador, sus dedos enguantados tamborileaban una melodía impaciente sobre la madera. Su mirada, se clavaba en la puerta una y otra vez. Sobre el mostrador, descansaba un único objeto: lo que parecía ser una figurilla con forma de dragón.

    — Ah, ¿cuánto más tardará? —murmuró impaciente para si misma.

    Shiori Novella
    El único sonido en el interior de la tienda era el tic-tac obsesivo del reloj de péndulo suizo del siglo XVIII, marcando los minutos de espera desde que colgó el teléfono. Raden no estaba restaurando, ni catalogando. Estaba aguardando una visita, y la paciencia nunca fue su virtud. De pie frente al mostrador, sus dedos enguantados tamborileaban una melodía impaciente sobre la madera. Su mirada, se clavaba en la puerta una y otra vez. Sobre el mostrador, descansaba un único objeto: lo que parecía ser una figurilla con forma de dragón. — Ah, ¿cuánto más tardará? —murmuró impaciente para si misma. [specter_copper_horse_768]
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  • Una tenue luz dorada se filtraba por el cristal de la tienda, iluminando el ambiente. Tras el mostrador, Raden permanecía concentrada, sumergida en la meticulosa labor de resucitar un pedazo de alma atrapado en el óleo. Un pequeño cuadro de un paisaje desgastado por el tiempo.

    — Ahí, justo ahí... —murmuró para si, inclinándose sobre la superficie craquelada, con un pincel en su mano— puedo verlo... el eco del dolor que tuvo el artista al pintar este árbol tan solitario y melancólico. . .

    Su dedo índice, enguantado, trazó el contorno del roble en el lienzo.

    — No te preocupes —susurró, dirigiendo sus palabras al cuadro— No voy a devolverte tu juventud, eso sería un insulto. Solo voy a potenciar tu melancolía... para que el próximo dueño pueda sentirla en sus huesos ~

    Dejó el pincel a un lado y tomó un frasco de cristal que contenía un líquido irisado, de un color que fluctuaba entre púrpura y negro.

    La tienda, en ese momento, guardaba silencio. Los cuchicheos habituales de los objetos parecían haberse aquietsdo. La puerta de entrada permancía entreabierta, esperando el ingreso de cualquier alma lo suficientemente valiente. . . o lo suficientemente perdida.

    Laplus Darkness
    Una tenue luz dorada se filtraba por el cristal de la tienda, iluminando el ambiente. Tras el mostrador, Raden permanecía concentrada, sumergida en la meticulosa labor de resucitar un pedazo de alma atrapado en el óleo. Un pequeño cuadro de un paisaje desgastado por el tiempo. — Ahí, justo ahí... —murmuró para si, inclinándose sobre la superficie craquelada, con un pincel en su mano— puedo verlo... el eco del dolor que tuvo el artista al pintar este árbol tan solitario y melancólico. . . Su dedo índice, enguantado, trazó el contorno del roble en el lienzo. — No te preocupes —susurró, dirigiendo sus palabras al cuadro— No voy a devolverte tu juventud, eso sería un insulto. Solo voy a potenciar tu melancolía... para que el próximo dueño pueda sentirla en sus huesos ~ Dejó el pincel a un lado y tomó un frasco de cristal que contenía un líquido irisado, de un color que fluctuaba entre púrpura y negro. La tienda, en ese momento, guardaba silencio. Los cuchicheos habituales de los objetos parecían haberse aquietsdo. La puerta de entrada permancía entreabierta, esperando el ingreso de cualquier alma lo suficientemente valiente. . . o lo suficientemente perdida. [glow_lavender_mouse_820]
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