• PERSECUCIÓN EN LA CIUDAD
    Fandom OC
    Categoría Acción
    El viento helado le cortaba la piel mientras corría. Sus patas—no, sus pies—golpeaban el asfalto mojado, dejando huellas irregulares de sangre en su carrera desesperada por las calles iluminadas por farolas parpadeantes.

    La ciudad era un laberinto de edificios altos, callejones estrechos y luces de neón vibrando en la niebla. El caos de las sirenas y los motores rugía a su alrededor, pero Eon-9 solo escuchaba una cosa:

    Los cazadores venían por él.

    —¡Ahí está! ¡No lo pierdan!

    El grito rasgó el aire, seguido por el sonido de botas golpeando el suelo con una precisión militar. Los agentes del laboratorio se movían como depredadores, coordinados, disciplinados. Sabían lo que buscaban. Sabían lo que era él.

    Y no podían permitirse perderlo.

    Un zumbido agudo le hizo girar en el último segundo. El dardo tranquilizante pasó a centímetros de su oreja. No se detuvo. No podía detenerse.

    Saltó sobre un contenedor de basura, usándolo como impulso para trepar un muro de ladrillo viejo. Sus dedos ensangrentados resbalaron, pero se aferró. Sentía los músculos quemar, el cuerpo al borde del colapso.

    —¡Flanqueen el perímetro! ¡Que no llegue a la avenida!

    Un destello de luz roja. Láseres de escáner. Querían fijar su posición. Quería desaparecer.

    Rodó por el otro lado del muro y aterrizó en un callejón oscuro. El hedor a humedad y a desechos se pegó a su nariz. Perfecto.

    Agazapado tras una fila de cajas rotas, intentó controlar su respiración. Pero su corazón latía como un tambor de guerra.

    —Unidad Beta, escaneen esta zona. No puede haber ido lejos.

    Los pasos se acercaban. Eon-9 sintió el pulso en sus oídos, la presión en su pecho.

    ¿Era esto todo?

    ¿Volver a la jaula? Volver a las agujas, a las voces frías, a los bisturíes cortando su carne como si no doliera…?

    No.

    NO.

    Se impulsó con toda la energía que le quedaba y se lanzó a la calle principal. Un coche casi lo atropella. Frenó con un chirrido, el conductor gritando insultos. No importaba. Los agentes abrieron fuego.

    Chispas saltaron del asfalto cuando las balas impactaron el suelo.

    Esquivó, rodó, giró bruscamente hacia un mercado nocturno lleno de gente. Gritos. Bolsas cayendo. Platos rompiéndose.

    —¡Mierda, se metió entre la multitud!

    —¡No disparen! ¡Demasiados civiles!

    Oportunidad.

    Saltó sobre un puesto, impulsándose con las manos. Su cuerpo ya no respondía bien, pero la adrenalina lo mantenía en movimiento.

    Dos calles más. Un giro brusco. Un túnel subterráneo.

    La oscuridad lo envolvió cuando se dejó caer en las sombras. Los pasos de sus perseguidores se volvieron más distantes.

    Silencio.

    Respiró hondo. El hedor a alcantarilla quemó su nariz.

    No importaba. Seguía vivo.

    Por ahora.
    El viento helado le cortaba la piel mientras corría. Sus patas—no, sus pies—golpeaban el asfalto mojado, dejando huellas irregulares de sangre en su carrera desesperada por las calles iluminadas por farolas parpadeantes. La ciudad era un laberinto de edificios altos, callejones estrechos y luces de neón vibrando en la niebla. El caos de las sirenas y los motores rugía a su alrededor, pero Eon-9 solo escuchaba una cosa: Los cazadores venían por él. —¡Ahí está! ¡No lo pierdan! El grito rasgó el aire, seguido por el sonido de botas golpeando el suelo con una precisión militar. Los agentes del laboratorio se movían como depredadores, coordinados, disciplinados. Sabían lo que buscaban. Sabían lo que era él. Y no podían permitirse perderlo. Un zumbido agudo le hizo girar en el último segundo. El dardo tranquilizante pasó a centímetros de su oreja. No se detuvo. No podía detenerse. Saltó sobre un contenedor de basura, usándolo como impulso para trepar un muro de ladrillo viejo. Sus dedos ensangrentados resbalaron, pero se aferró. Sentía los músculos quemar, el cuerpo al borde del colapso. —¡Flanqueen el perímetro! ¡Que no llegue a la avenida! Un destello de luz roja. Láseres de escáner. Querían fijar su posición. Quería desaparecer. Rodó por el otro lado del muro y aterrizó en un callejón oscuro. El hedor a humedad y a desechos se pegó a su nariz. Perfecto. Agazapado tras una fila de cajas rotas, intentó controlar su respiración. Pero su corazón latía como un tambor de guerra. —Unidad Beta, escaneen esta zona. No puede haber ido lejos. Los pasos se acercaban. Eon-9 sintió el pulso en sus oídos, la presión en su pecho. ¿Era esto todo? ¿Volver a la jaula? Volver a las agujas, a las voces frías, a los bisturíes cortando su carne como si no doliera…? No. NO. Se impulsó con toda la energía que le quedaba y se lanzó a la calle principal. Un coche casi lo atropella. Frenó con un chirrido, el conductor gritando insultos. No importaba. Los agentes abrieron fuego. Chispas saltaron del asfalto cuando las balas impactaron el suelo. Esquivó, rodó, giró bruscamente hacia un mercado nocturno lleno de gente. Gritos. Bolsas cayendo. Platos rompiéndose. —¡Mierda, se metió entre la multitud! —¡No disparen! ¡Demasiados civiles! Oportunidad. Saltó sobre un puesto, impulsándose con las manos. Su cuerpo ya no respondía bien, pero la adrenalina lo mantenía en movimiento. Dos calles más. Un giro brusco. Un túnel subterráneo. La oscuridad lo envolvió cuando se dejó caer en las sombras. Los pasos de sus perseguidores se volvieron más distantes. Silencio. Respiró hondo. El hedor a alcantarilla quemó su nariz. No importaba. Seguía vivo. Por ahora.
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  • En el refugio subterráneo, donde el hormigón y el acero dictaban la estética del espacio, Poppy Davies creaba su propio santuario de sofisticación. Con movimientos medidos y gráciles, abrió la llave de la bañera esmaltada /una rareza en aquel lugar/ y dejó que el agua caliente comenzara su danza humeante.

    Seleccionó con precisión un frasco de cristal biselado, destapándolo con la punta de los dedos coronados con una impecable manicura. Vertió unas gotas de esencia de bergamota y vainilla en el torrente, seguido de un polvo nacarado que, al tocar el agua, se transformó en una espuma etérea. Las burbujas ascendían en volutas perfectas, envolviendo la superficie en un velo perfumado.

    Poppy se despojó de su bata de raso, dejándolo colgado con el mayor cuidado del mundo, como si en lugar de una simple prenda, fuera el objeto mas preciado del mundo. Se deslizó en el baño con una elegancia innata, dejando que el calor relajara cada músculo, cada pensamiento. Cerró los ojos, y por un momento, el búnker desapareció. Solo quedaba el aroma sutil de su baño, la caricia efervescente del agua y la inquebrantable sensación de que, sin importar el mundo exterior, ella siempre sería impecable.

    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    En el refugio subterráneo, donde el hormigón y el acero dictaban la estética del espacio, Poppy Davies creaba su propio santuario de sofisticación. Con movimientos medidos y gráciles, abrió la llave de la bañera esmaltada /una rareza en aquel lugar/ y dejó que el agua caliente comenzara su danza humeante. Seleccionó con precisión un frasco de cristal biselado, destapándolo con la punta de los dedos coronados con una impecable manicura. Vertió unas gotas de esencia de bergamota y vainilla en el torrente, seguido de un polvo nacarado que, al tocar el agua, se transformó en una espuma etérea. Las burbujas ascendían en volutas perfectas, envolviendo la superficie en un velo perfumado. Poppy se despojó de su bata de raso, dejándolo colgado con el mayor cuidado del mundo, como si en lugar de una simple prenda, fuera el objeto mas preciado del mundo. Se deslizó en el baño con una elegancia innata, dejando que el calor relajara cada músculo, cada pensamiento. Cerró los ojos, y por un momento, el búnker desapareció. Solo quedaba el aroma sutil de su baño, la caricia efervescente del agua y la inquebrantable sensación de que, sin importar el mundo exterior, ella siempre sería impecable. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • VENDETTA

    —Lucille había contactado a Gorou para pedirle su colaboración pasiva en el combate,finalmente el dia de la confrontación llego,una sola sangre se derramaria,la sangre Wimbleton,Lucille y Hank encontraron a Michael en una vieja estación de subterráneo,usaba los túneles para moverse más rápido por la ciudad—

    Hank:"Devuelveme...mi mandibula..."


    Michael:"Ven y tómala,Chimuelo...


    —Hank en un ataque de ira desenfundo su espada y fue a confrontar a su padre,mientras ella se quedó atras—

    —¡HANK,ESPERA!

    —Padre e Hijo comenzaron un intercambio de espadazos entre si,Lucille también se unió al combate,buscando una oportunidad de ataque en los puntos ciegos de Michael—
    VENDETTA —Lucille había contactado a [myth_indigo_horse_233] para pedirle su colaboración pasiva en el combate,finalmente el dia de la confrontación llego,una sola sangre se derramaria,la sangre Wimbleton,Lucille y Hank encontraron a Michael en una vieja estación de subterráneo,usaba los túneles para moverse más rápido por la ciudad— Hank:"Devuelveme...mi mandibula..." Michael:"Ven y tómala,Chimuelo... —Hank en un ataque de ira desenfundo su espada y fue a confrontar a su padre,mientras ella se quedó atras— —¡HANK,ESPERA! —Padre e Hijo comenzaron un intercambio de espadazos entre si,Lucille también se unió al combate,buscando una oportunidad de ataque en los puntos ciegos de Michael—
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  • VENDETTA


    —La confrontación llego,una sola sangre se derramaria,la sangre Wimbleton,Lucille y Hank encontraron a Michael en una vieja estación de subterráneo,usaba los túneles para moverse más rápido por la ciudad—

    —Devuélveme...mi mandibula...


    Michael:"Ven y tómala,Chimuelo...


    —Hank en un ataque de ira desenfundo su espada y fue a confrontar a su padre,mientras Lucille se quedó atras—

    Lucille:"¡HANK,ESPERA!"

    —Padre e Hijo comenzaron un intercambio de espadazos entre si,Lucille también se unió al combate,buscando una oportunidad de ataque en los puntos ciegos de Michael—
    VENDETTA —La confrontación llego,una sola sangre se derramaria,la sangre Wimbleton,Lucille y Hank encontraron a Michael en una vieja estación de subterráneo,usaba los túneles para moverse más rápido por la ciudad— —Devuélveme...mi mandibula... Michael:"Ven y tómala,Chimuelo... —Hank en un ataque de ira desenfundo su espada y fue a confrontar a su padre,mientras Lucille se quedó atras— Lucille:"¡HANK,ESPERA!" —Padre e Hijo comenzaron un intercambio de espadazos entre si,Lucille también se unió al combate,buscando una oportunidad de ataque en los puntos ciegos de Michael—
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  • —Puede que la ultima semana haya pasado mas noches en el despacho que en su casa. Para ser justos... en el despacho no. No literalmente. Hace tiempo le pidió a Dave Rossi la ubicación del despacho subterráneo donde un dia Jason Gideon, Jill Gideon y él sentaron las bases de la Unidad de Análisis de Conducta del FBI.

    Era un despacho subterráneo, lleno de polvo, trastos... Y donde Jack ha conseguido acomodar una mesa, una silla y un tablón donde poder seguir toda la linea cronológica de los crímenes del asesino que lleva años perforándole el cerebro. Parece pensar que, tal vez en aquel lugar encuentre la sabiduría que no encuentra en su propia casa—


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    —Puede que la ultima semana haya pasado mas noches en el despacho que en su casa. Para ser justos... en el despacho no. No literalmente. Hace tiempo le pidió a Dave Rossi la ubicación del despacho subterráneo donde un dia Jason Gideon, Jill Gideon y él sentaron las bases de la Unidad de Análisis de Conducta del FBI. Era un despacho subterráneo, lleno de polvo, trastos... Y donde Jack ha conseguido acomodar una mesa, una silla y un tablón donde poder seguir toda la linea cronológica de los crímenes del asesino que lleva años perforándole el cerebro. Parece pensar que, tal vez en aquel lugar encuentre la sabiduría que no encuentra en su propia casa— #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • Son los últimos días del verano del año 1871. Un verano sumamente cargdo de emociones y sentimientos, de dudas resueltas y obstáculos sorteados.

    Mientras ࣪ 𝐄𝐑𝐈𝐊 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐋𝐄𝐑 compone la obra de su vida, ella escucha en silencio, sumergiendo los pies en el lago subterráneo de aguas gélidas y oscuras como el cristal tintado, sobre cuya superficie se reflejan las titilantes llamas de las velas que iluminan el espacio; un sutil teatro de sombras que se toma incluso la libertad de jugar con la percepción y los sentidos...
    Son los últimos días del verano del año 1871. Un verano sumamente cargdo de emociones y sentimientos, de dudas resueltas y obstáculos sorteados. Mientras [FANTOME] compone la obra de su vida, ella escucha en silencio, sumergiendo los pies en el lago subterráneo de aguas gélidas y oscuras como el cristal tintado, sobre cuya superficie se reflejan las titilantes llamas de las velas que iluminan el espacio; un sutil teatro de sombras que se toma incluso la libertad de jugar con la percepción y los sentidos...
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  • - Por aquí los mundanos y subterráneos se divierten más que en casa. ¿Debería mudarme? Quizás sea mas divertido ahora que todo el mundo parece haber abandonado el instituto.
    - Por aquí los mundanos y subterráneos se divierten más que en casa. ¿Debería mudarme? Quizás sea mas divertido ahora que todo el mundo parece haber abandonado el instituto.
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  • Asesinos
    Fandom Original
    Categoría Fantasía
    //rol con [Trinche2]

    Que en la ciudad hubiera un silencio absoluto era algo más bien raro. Era señal de que se había dado la muerte de algún importante personaje. Quizás un señor, quizás un sacerdote, quizás el alcalde. De esa forma, también se permitía por la ausencia de gentes en las calles que una persona non grata entrara en el lugar sin ser molestada. Y tampoco serían molestados quienes quisieran matarla.

    Isidro esperaba en un estrecho callejón a poder detectar el carruaje del conde, identificado con la insignia dorada de un reno en la parte frontal según había sido informado. De otro país, de otra religión... en esa misma ciudad era visto como menos que los hombres bestia a los que se pisoteaba sin reparos. Y el obispo además le había ofrecido una buena suma por su cabeza.

    Tampoco sabía que otro había sido contratado para matarlo, tampoco, seguramente pagado por otro poderoso distinto. Así que Isidro actuaba con total soltura, sin preocuparse más que por la posible amenaza del carro. En cuanto vio que los caballos se acercaban, emergió de la entrada al subterráneo lanzando una suerte de petardo, que más que una explosión provocó un destello tan intenso que los caballos perdieron el sentido de la vista por un momento y, en pánico, se detuvieron bruscamente, desestabilizando el vehículo. El carretero, un bisonte, igualmente se tapó los ojos, lanzando un chillido mientras buscaba su revolver. Isidro sonrió mientras desenvainaba su ropera y se lanzaba al asalto. "¡Será tan fácil, madre!", pensó para sí mismo.
    //rol con [Trinche2] Que en la ciudad hubiera un silencio absoluto era algo más bien raro. Era señal de que se había dado la muerte de algún importante personaje. Quizás un señor, quizás un sacerdote, quizás el alcalde. De esa forma, también se permitía por la ausencia de gentes en las calles que una persona non grata entrara en el lugar sin ser molestada. Y tampoco serían molestados quienes quisieran matarla. Isidro esperaba en un estrecho callejón a poder detectar el carruaje del conde, identificado con la insignia dorada de un reno en la parte frontal según había sido informado. De otro país, de otra religión... en esa misma ciudad era visto como menos que los hombres bestia a los que se pisoteaba sin reparos. Y el obispo además le había ofrecido una buena suma por su cabeza. Tampoco sabía que otro había sido contratado para matarlo, tampoco, seguramente pagado por otro poderoso distinto. Así que Isidro actuaba con total soltura, sin preocuparse más que por la posible amenaza del carro. En cuanto vio que los caballos se acercaban, emergió de la entrada al subterráneo lanzando una suerte de petardo, que más que una explosión provocó un destello tan intenso que los caballos perdieron el sentido de la vista por un momento y, en pánico, se detuvieron bruscamente, desestabilizando el vehículo. El carretero, un bisonte, igualmente se tapó los ojos, lanzando un chillido mientras buscaba su revolver. Isidro sonrió mientras desenvainaba su ropera y se lanzaba al asalto. "¡Será tan fácil, madre!", pensó para sí mismo.
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    Individual
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    Disponible
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  • Acabe de ver 2 Gojos. No lo busquen, esta planeando esconderse en algún bunker subterráneo o algo por el estilo.
    Acabe de ver 2 Gojos. No lo busquen, esta planeando esconderse en algún bunker subterráneo o algo por el estilo.
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  • "Han sido días extraños.
    El bar se siente solitario, aunque aún recibe visitas como la de esa criatura pequeña y desastroza, la de la diosa del caos que se siente el centro del sistema solar, la de un chico conde que quieren asesinar, la de una pelirroja que quiso hacerse cargo del sitio y desapareció a los dos días (para no variar), la de una mujer rusa que huyó de su hogar, un par de gatos. También estamos los de siempre.

    Encontré algunas de tus cosas. Ropa, tus anteojos de cuando fuiste a visitar a Añil en forma de gata, tus gominolas... Está todo sellado y ocultas a buen recaudo en mi poder. Lo siento, aun no puedo dejar que te las lleves.

    También encontré a una curiosa criatura que fue parte de tu día a día, esto gracias a Thomas que si bien no es un visitante frecuente, se prestó a ayudarme cuando le dije que había perdido a una amiga y quería encontrarla. Y digo "fue", porque maté a esa criatura.

    Lo sé. No se puede esperar nada bueno de mí.

    Nada bueno, como en todas esas veces que te ignoré cuando querías hablar. ¿Cuáles? Empezando por la última que nos vimos. Hubo otra cuando le pusiste nombre a mi enfado y otra cuando te pregunté si me hablabas a mí, otra cuando esperabas mi ayuda para lidiar con la criatura desastroza, otra cuando no querías que te ayudara a limpiar e igualmente lo hice. Y tantas otras más.

    Tenías razón, supuse tantas cosas sobre ti y estaba tan convencido de que eran ciertas, que te traté como si fueras tú la que estaba equivocada sobre ti misma (cuando era yo el que estaba errado). Ahora sé cómo se siente, sé que querías que te escucharan, que querías ser parte de alguien más, que querías compartir quien eres antes de ser juzgada, empaquetada y etiquetada de la forma más conveniente para los demás.

    Tenemos miedo, Adda. Tenemos miedo de ser heridos, tenemos miedo de ser rechazados, de caer mal, de no ser suficiente, de causar emociones negativas, de que nos griten, de que nos manipulen, de que se aprovechen de nosotros, de que nos hagan daño. Ser humano no es fácil porque nacemos vulnerables y sólo aprendemos a rompernos. Algunos nos resignamos a que el dolor es todo lo que vamos a recibir y que las cosas bonitas no son más que fantasías con las que ganar dinero con películas, en consecuencia, asumimos que todo nos hará daño. De qué forma dependerá de la etiqueta que le hayamos puesto.

    Te puse la etiqueta de infantil y desconsiderada, porque temo que no sepas gestionar tus emociones de un modo conveniente para mí y me harás daño al ser poco responsable con las consecuencias de ello. También te puse la etiqueta de manipuladora, porque temo que disfrutes viéndome afectado por las consecuencias anteriores. Finalmente te puse la etiqueta de cruel e indiferente, porque temo que no te importe el daño que me hiciste.

    No es una excusa, no es una expiación, no es tu culpa. Es una realidad.

    ¿Te sentiste así por Añil? ¿Sentiste que te hizo daño cuando te ignoró? ¿Quisiste decirle lo que sentías, pero te abandonó? ¿Fue demasiado para ti?"

    Tolek tiene sus piernas cruzadas sobre las que descansa el palantir, está en posición de loto, en medio de un cuarto perdido y ruinoso de alguna línea abandonada del tren subterráneo.

    #ElBrujoCojo [Adda]
    "Han sido días extraños. El bar se siente solitario, aunque aún recibe visitas como la de esa criatura pequeña y desastroza, la de la diosa del caos que se siente el centro del sistema solar, la de un chico conde que quieren asesinar, la de una pelirroja que quiso hacerse cargo del sitio y desapareció a los dos días (para no variar), la de una mujer rusa que huyó de su hogar, un par de gatos. También estamos los de siempre. Encontré algunas de tus cosas. Ropa, tus anteojos de cuando fuiste a visitar a Añil en forma de gata, tus gominolas... Está todo sellado y ocultas a buen recaudo en mi poder. Lo siento, aun no puedo dejar que te las lleves. También encontré a una curiosa criatura que fue parte de tu día a día, esto gracias a Thomas que si bien no es un visitante frecuente, se prestó a ayudarme cuando le dije que había perdido a una amiga y quería encontrarla. Y digo "fue", porque maté a esa criatura. Lo sé. No se puede esperar nada bueno de mí. Nada bueno, como en todas esas veces que te ignoré cuando querías hablar. ¿Cuáles? Empezando por la última que nos vimos. Hubo otra cuando le pusiste nombre a mi enfado y otra cuando te pregunté si me hablabas a mí, otra cuando esperabas mi ayuda para lidiar con la criatura desastroza, otra cuando no querías que te ayudara a limpiar e igualmente lo hice. Y tantas otras más. Tenías razón, supuse tantas cosas sobre ti y estaba tan convencido de que eran ciertas, que te traté como si fueras tú la que estaba equivocada sobre ti misma (cuando era yo el que estaba errado). Ahora sé cómo se siente, sé que querías que te escucharan, que querías ser parte de alguien más, que querías compartir quien eres antes de ser juzgada, empaquetada y etiquetada de la forma más conveniente para los demás. Tenemos miedo, Adda. Tenemos miedo de ser heridos, tenemos miedo de ser rechazados, de caer mal, de no ser suficiente, de causar emociones negativas, de que nos griten, de que nos manipulen, de que se aprovechen de nosotros, de que nos hagan daño. Ser humano no es fácil porque nacemos vulnerables y sólo aprendemos a rompernos. Algunos nos resignamos a que el dolor es todo lo que vamos a recibir y que las cosas bonitas no son más que fantasías con las que ganar dinero con películas, en consecuencia, asumimos que todo nos hará daño. De qué forma dependerá de la etiqueta que le hayamos puesto. Te puse la etiqueta de infantil y desconsiderada, porque temo que no sepas gestionar tus emociones de un modo conveniente para mí y me harás daño al ser poco responsable con las consecuencias de ello. También te puse la etiqueta de manipuladora, porque temo que disfrutes viéndome afectado por las consecuencias anteriores. Finalmente te puse la etiqueta de cruel e indiferente, porque temo que no te importe el daño que me hiciste. No es una excusa, no es una expiación, no es tu culpa. Es una realidad. ¿Te sentiste así por Añil? ¿Sentiste que te hizo daño cuando te ignoró? ¿Quisiste decirle lo que sentías, pero te abandonó? ¿Fue demasiado para ti?" Tolek tiene sus piernas cruzadas sobre las que descansa el palantir, está en posición de loto, en medio de un cuarto perdido y ruinoso de alguna línea abandonada del tren subterráneo. #ElBrujoCojo [Adda]
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