• Me gusta estar rodeado de naturaleza sobre todo de flores
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  • ─ Aveces creo que ando rodeado de imbéciles y rarunos de por ahí, pero olvido que yo soy un poco de todo, una porción de disociación social con un hambre frenético ante la violencia. . .Y se me pasa. (?)
    ㊗️ ─ Aveces creo que ando rodeado de imbéciles y rarunos de por ahí, pero olvido que yo soy un poco de todo, una porción de disociación social con un hambre frenético ante la violencia. . .Y se me pasa. (?)
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  • Las miradas siempre eran las mismas, cargadas de prejuicio, como si el cuero en su espalda, las botas gastadas y la barba fueran una advertencia, como si la tinta en su piel contara una historia depravada que nunca vivió, Anthork sabía que para la mayoría él era el hombre que cruzas la calle para evitar, el que no quieres tener detrás en un callejón, y sin embargo no había crueldad en su corazón, solo cicatrices y experiencias que habían moldeado su manera de estar en el mundo, no vestía para agradar ni para encajar, vestía para sentirse él mismo, y eso bastaba para que la sociedad lo juzgara sin conocerlo, la gente prefería una mentira bonita a una verdad incómoda, y él era esa verdad, no iba a cambiarla, porque aunque lo llamaran peligroso, él sabía que su peligro solo se desataba contra quien realmente lo merecía.

    #3D
    Las miradas siempre eran las mismas, cargadas de prejuicio, como si el cuero en su espalda, las botas gastadas y la barba fueran una advertencia, como si la tinta en su piel contara una historia depravada que nunca vivió, Anthork sabía que para la mayoría él era el hombre que cruzas la calle para evitar, el que no quieres tener detrás en un callejón, y sin embargo no había crueldad en su corazón, solo cicatrices y experiencias que habían moldeado su manera de estar en el mundo, no vestía para agradar ni para encajar, vestía para sentirse él mismo, y eso bastaba para que la sociedad lo juzgara sin conocerlo, la gente prefería una mentira bonita a una verdad incómoda, y él era esa verdad, no iba a cambiarla, porque aunque lo llamaran peligroso, él sabía que su peligro solo se desataba contra quien realmente lo merecía. #3D
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  • El olor del cuero mezclado con tabaco caro aún impregnaba el aire del camarín. Las luces alrededor del espejo chispeaban como si presintieran algo, ya no era solo un show, sino una tormenta.

    Lia se encontraba sentada en el borde de la silla, el codo apoyado sobre su rodilla, sosteniendo entre los dedos una bala. Era liviana. Demasiado liviana para todo el peso que traía con ella.
    En el costado pulido del metal, sus iniciales estaban grabadas con precisión sobre la supercie.

    L.A.R.B

    Una firma.
    Una advertencia.
    Una promesa.

    La rosa blanca había quedado sobre el tocador, marchita antes de tiempo por el aire caliente del lugar. Ese perfume un aroma sutil a ruina y memoria, seguía anclado en el ambiente como una cuerda atada al pasado.

    No necesitaba preguntar quién la había dejado. Estaba segura que era él.

    Su mente regresó, sin quererlo, a un apartamento en Moscú, a las ventanas cubiertas por cortinas pesadas. Había escapado de él… o eso había creído. Pero los fantasmas que huelen a pólvora y Versace nunca mueren del todo.

    Un golpe seco la sacó del trance.

    —Lia —la voz de su mánager era apenas un susurro desesperado tras la puerta entreabierta— Hay alguien en el balcón de VIP… está armado. Seguridad no puede acercarse. Dicen que es... alguien tuyo.

    Lia se puso de pie, la bala aún en su mano. Su cuerpo reaccionaba con el mismo ritmo de siempre, movimientos agiles, mirada seria, respiración medida. Pero por dentro, el hielo corría por sus venas.

    —No es mío —Corrigió mirando a su mánager— Nunca lo fue.

    Tomó la chaqueta de cuero, la ajustó como una armadura, como si de esa forma se daba el valor necesario. Esa noche, el escenario no era solo para posar. Era un campo minado con luces de neón. Cruzó el pasillo entre bastidores con paso firme. La música al otro lado de la cortina negra se alzaba como una ola a punto de romper. Los flashes la esperaban. Las cámaras, los gritos, los aplausos…todo parecía tan ajeno a todo el tormento de su cabeza.

    Sin más subió al escenario y lo vio. Desde el balcón, rodeado de sombras y escoltas con rostros de piedra, la miraba como si nunca la hubiese dejado ir. Como si no supiera distinguir entre obsesión y amor. Vestía de negro, con un vaso en la mano y una sonrisa torcida que conocía demasiado bien.

    Ella alzó el micrófono. Su voz, serena, casi suave, resonó por todo el club...

    —A veces, el pasado vuelve. A veces, con flores. A veces... con balas- Y entonces, sin romper la mirada con él, dejó caer la bala al suelo. El sonido metálico rebotó contra la tarima.
    Seco. Definitivo.

    Y él ya no sonrió esta vez.

    "¿Qué se supone que debería hacer ahora?. ¿Correr?". Los flashes la segaban un poco, tanto así como cuando volvió su vista al balcón, él ya no estaba...eso solo significaba una cosa. PELIGRO!
    El olor del cuero mezclado con tabaco caro aún impregnaba el aire del camarín. Las luces alrededor del espejo chispeaban como si presintieran algo, ya no era solo un show, sino una tormenta. Lia se encontraba sentada en el borde de la silla, el codo apoyado sobre su rodilla, sosteniendo entre los dedos una bala. Era liviana. Demasiado liviana para todo el peso que traía con ella. En el costado pulido del metal, sus iniciales estaban grabadas con precisión sobre la supercie. L.A.R.B Una firma. Una advertencia. Una promesa. La rosa blanca había quedado sobre el tocador, marchita antes de tiempo por el aire caliente del lugar. Ese perfume un aroma sutil a ruina y memoria, seguía anclado en el ambiente como una cuerda atada al pasado. No necesitaba preguntar quién la había dejado. Estaba segura que era él. Su mente regresó, sin quererlo, a un apartamento en Moscú, a las ventanas cubiertas por cortinas pesadas. Había escapado de él… o eso había creído. Pero los fantasmas que huelen a pólvora y Versace nunca mueren del todo. Un golpe seco la sacó del trance. —Lia —la voz de su mánager era apenas un susurro desesperado tras la puerta entreabierta— Hay alguien en el balcón de VIP… está armado. Seguridad no puede acercarse. Dicen que es... alguien tuyo. Lia se puso de pie, la bala aún en su mano. Su cuerpo reaccionaba con el mismo ritmo de siempre, movimientos agiles, mirada seria, respiración medida. Pero por dentro, el hielo corría por sus venas. —No es mío —Corrigió mirando a su mánager— Nunca lo fue. Tomó la chaqueta de cuero, la ajustó como una armadura, como si de esa forma se daba el valor necesario. Esa noche, el escenario no era solo para posar. Era un campo minado con luces de neón. Cruzó el pasillo entre bastidores con paso firme. La música al otro lado de la cortina negra se alzaba como una ola a punto de romper. Los flashes la esperaban. Las cámaras, los gritos, los aplausos…todo parecía tan ajeno a todo el tormento de su cabeza. Sin más subió al escenario y lo vio. Desde el balcón, rodeado de sombras y escoltas con rostros de piedra, la miraba como si nunca la hubiese dejado ir. Como si no supiera distinguir entre obsesión y amor. Vestía de negro, con un vaso en la mano y una sonrisa torcida que conocía demasiado bien. Ella alzó el micrófono. Su voz, serena, casi suave, resonó por todo el club... —A veces, el pasado vuelve. A veces, con flores. A veces... con balas- Y entonces, sin romper la mirada con él, dejó caer la bala al suelo. El sonido metálico rebotó contra la tarima. Seco. Definitivo. Y él ya no sonrió esta vez. "¿Qué se supone que debería hacer ahora?. ¿Correr?". Los flashes la segaban un poco, tanto así como cuando volvió su vista al balcón, él ya no estaba...eso solo significaba una cosa. PELIGRO!
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  • Zaphiro habia pasado toda la noche anterir guardando todo en cajas, terminandose un par de botellas de vino y llorando de vez en vez.

    Habia decidido que si el destino al final si se habia reido de ella, no le seguiria dando el gusto de verla como estaba

    La ultima semana zaphiro se mantenia en vela observando por su ventana hasta que veia a aquel joven pelinegro regresar.

    Su corazon por fin parecia regresar a su ritmo original, y quiza nadie mas que ella notaba la pequeña costumbre que habia desarrollado, antes de acostarse quitaba cada uno de los seguros de sus ventanas incluso dejando la principal entre abierta.... quiza muy en su interior aun esperaba.

    Pero ahora ahi....rodeada de cajas y un camión que poco a poco comenzaba a llenarse. Tomo una ultima respiracion y aunque sentia su cuerpo temblar, camino cruzando la pequeña calle hasta llegar a su puerta.. se detuvo un momento ahi con la respiracion acelerada y el ardor comenzando a notarse en sus ojos .

    Toco apenas un par de veces.... de forma suave...casi como si no quisiera que la persona al otro lado escuchara , casi como si no quisiera despedirse

    Dejó caer la caja al piso y colocó la nota sobre ella. Eran sus pertenencias a fin de cuentas, y sabia que si al final iba a alejarse de aquel lugar, lo mejor era dejar atras todo lo que le pudiera recordar a el.

    Dió un par de pasos lentos hacia atrás, para regresar al que en algun momento seria su hogar.
    Zaphiro habia pasado toda la noche anterir guardando todo en cajas, terminandose un par de botellas de vino y llorando de vez en vez. Habia decidido que si el destino al final si se habia reido de ella, no le seguiria dando el gusto de verla como estaba La ultima semana zaphiro se mantenia en vela observando por su ventana hasta que veia a aquel joven pelinegro regresar. Su corazon por fin parecia regresar a su ritmo original, y quiza nadie mas que ella notaba la pequeña costumbre que habia desarrollado, antes de acostarse quitaba cada uno de los seguros de sus ventanas incluso dejando la principal entre abierta.... quiza muy en su interior aun esperaba. Pero ahora ahi....rodeada de cajas y un camión que poco a poco comenzaba a llenarse. Tomo una ultima respiracion y aunque sentia su cuerpo temblar, camino cruzando la pequeña calle hasta llegar a su puerta.. se detuvo un momento ahi con la respiracion acelerada y el ardor comenzando a notarse en sus ojos . Toco apenas un par de veces.... de forma suave...casi como si no quisiera que la persona al otro lado escuchara , casi como si no quisiera despedirse Dejó caer la caja al piso y colocó la nota sobre ella. Eran sus pertenencias a fin de cuentas, y sabia que si al final iba a alejarse de aquel lugar, lo mejor era dejar atras todo lo que le pudiera recordar a el. Dió un par de pasos lentos hacia atrás, para regresar al que en algun momento seria su hogar.
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  • Entré en la joyería como si fuera cualquier otro sitio, pero la sensación era distinta. Me incomodaba estar rodeada de vitrinas brillantes y dependientes sonrientes demasiado atentos, pero no iba a echarme atrás. Caminé directo al mostrador, ignorando las miradas.

    —Busco algo… simple —dije, apoyando las manos sobre el cristal—. Nada exagerado, elegante.

    La mujer me mostró varias opciones. Todas perfectas, todas caras. Pero ninguna me decía nada hasta que vi uno: un aro de plata fina con un detalle en relieve, elegante, como ella.

    —Ese —lo señalé sin dudar.

    La dependienta sonrió, lo sacó de la vitrina. Me lo puso en la mano. Era ligero. Frío. Me imaginé su rostro al verlo y casi sonreí.

    —¿Es para compromiso o promesa? —preguntó ella, curiosa.

    —Para mi mujer —respondí sin pensar mucho, con esa palabra que todavía me sonaba nueva en la boca pero que me gustaba—. Llámelo como quiera.

    Pagué en efectivo, pedí que me lo dieran en una caja pequeña. Lo guardé en el bolsillo interior de mi chaqueta, cerca del pecho.

    Salí de la joyería encendiendo un cigarro. Caminé hacia la moto con las manos en los bolsillos, sintiendo el peso mínimo de la caja. No era solo un anillo, no para mí. Era mi forma de decirle que, pese a todo lo que éramos, lo que habíamos pasado y lo que seguíamos arrastrando, ella era lo único que no quería perder.

    No soy buena con las palabras, nunca lo fui. Pero esto… esto ella lo entendería.
    Entré en la joyería como si fuera cualquier otro sitio, pero la sensación era distinta. Me incomodaba estar rodeada de vitrinas brillantes y dependientes sonrientes demasiado atentos, pero no iba a echarme atrás. Caminé directo al mostrador, ignorando las miradas. —Busco algo… simple —dije, apoyando las manos sobre el cristal—. Nada exagerado, elegante. La mujer me mostró varias opciones. Todas perfectas, todas caras. Pero ninguna me decía nada hasta que vi uno: un aro de plata fina con un detalle en relieve, elegante, como ella. —Ese —lo señalé sin dudar. La dependienta sonrió, lo sacó de la vitrina. Me lo puso en la mano. Era ligero. Frío. Me imaginé su rostro al verlo y casi sonreí. —¿Es para compromiso o promesa? —preguntó ella, curiosa. —Para mi mujer —respondí sin pensar mucho, con esa palabra que todavía me sonaba nueva en la boca pero que me gustaba—. Llámelo como quiera. Pagué en efectivo, pedí que me lo dieran en una caja pequeña. Lo guardé en el bolsillo interior de mi chaqueta, cerca del pecho. Salí de la joyería encendiendo un cigarro. Caminé hacia la moto con las manos en los bolsillos, sintiendo el peso mínimo de la caja. No era solo un anillo, no para mí. Era mi forma de decirle que, pese a todo lo que éramos, lo que habíamos pasado y lo que seguíamos arrastrando, ella era lo único que no quería perder. No soy buena con las palabras, nunca lo fui. Pero esto… esto ella lo entendería.
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  • Grayhaven' Mysteries - The Sorcerer & The Medium.
    Fandom Jujutsu Kaisen/Original.
    Categoría Suspenso
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Oregón, 4 de Agosto, 2025.

    ⠀⠀Al norte de los bosques de Estados Unidos, se extiende una frondosa región repleta de arboledas y ruinas de madera vieja, húmeda, cubierta por historias muertas tanto en lenguas como en memorias. El pueblo de Grayhaven. Un sitio gris, olvidado por el turismo, pero rememorado por la presencia de una institución bien reputada: la universidad privada de Saint Elric.
    ⠀⠀Las farolas chillan con viento frío y niebla incluso durante el día. Es un entorno lúgubre, siempre azotado por una horca al cuello de los visitantes, como si nunca fueran bienvenidos...

    ⠀⠀Por suerte para él; era justamente la clase de ambientes que estaba buscando. Opresión, conflicto, desesperación. Era una lista de rasgos que llenaban sus fuerzas, y claro que será osado al entrar como si este sitio fuera de su propia pertenencia.

    ⠀⠀La entrada al pueblo del hechicero sin tiempo no fue bien recibida. Los habitantes del sitio vivían en una armonía silenciosa, casi ritual. Aferrados a viejas costumbres y supersticiones, era indudable que el deleite más morboso de esta gente eran los rumores formados a través de chismes y leyendas locales. Un lugar precioso para el desarrollo de maldiciones.

    ⠀⠀Tal vez por eso se sintió bastante atraído a ese sitio.

    ⠀⠀La carrera de medicina forense no era su fuerte, pero no había conseguido un mejor lugar dónde encajar su identidad falsa con los elementos que allí había. Todo era muy estrecho, muy de nicho, demasiado conocido entre sí para meterse en otra clase de rubros. Algo desapercibido, pero no tan anormal. Fue óptimo.

    ⠀⠀Era memorizar información y seguir un guion. Lo haría fácilmente, siempre fue así.

    ⠀⠀Fue entonces que, temprano y sin retrasos, aproximadamente a las siete de la mañana, con un sol tapado con una máscara de nubes, las puertas de ese aula se abrieron. Un hombre levemente más alto que el promedio, de rasgos diaguitas, tono de piel ligeramente morena y unos distintivos ojos azul cielo, casi fosforescentes en esa decadente atmósfera, había entrado. Se había teñido el pelo, su característico color albino se vio opacado por un castaño artificial, pero valía la pena.

    ⠀⠀⸻Mi nombre es Lucio⸻ Concretó al posar sus manos sobre el escritorio de madera rugoso. Salvado de la humedad nada más por estar a resguardo de la calefacción interior. La zona era bastante fría, pero no se veía afectado.
    ⠀⠀⸻Seré su profesor de medicina forense, y seguramente me verán en algunas áreas más de humanidades. La universidad fue tan generosa de contratarme a pesar de ser tan recelosa con las admisiones⸻ Puesto que, a parte de ser privada de un pueblo poco transitado, tenía cierto prestigio por sacar adelante a excelentes policías y abogados. ⸻Quiero dar honor a esa amabilidad y esforzarme al máximo con ustedes. ¿Qué tal si nos presentamos?⸻ Mencionó el hombre. Su identidad falsa fue bien planificada, aguantará unos meses.

    ⠀⠀De movimientos refinados y firmes, poco tortuosos, fluidos, acostumbraba a actuar, a hablar. Por otro lado, su cara concretaba expresiones agridulces, era un misterio si realmente quería estar allí o no.

    ⠀⠀Pero se pegaría a su papel. Como siempre lo ha hecho. Había la posibilidad de encontrar cosas interesantes en ese sitio, no se las perdería por nada del mundo.

    ⠀⠀En este pueblo rodeado de maleficio...

    Nyssara Starfen
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Oregón, 4 de Agosto, 2025. ⠀ ⠀⠀Al norte de los bosques de Estados Unidos, se extiende una frondosa región repleta de arboledas y ruinas de madera vieja, húmeda, cubierta por historias muertas tanto en lenguas como en memorias. El pueblo de Grayhaven. Un sitio gris, olvidado por el turismo, pero rememorado por la presencia de una institución bien reputada: la universidad privada de Saint Elric. ⠀⠀Las farolas chillan con viento frío y niebla incluso durante el día. Es un entorno lúgubre, siempre azotado por una horca al cuello de los visitantes, como si nunca fueran bienvenidos... ⠀⠀Por suerte para él; era justamente la clase de ambientes que estaba buscando. Opresión, conflicto, desesperación. Era una lista de rasgos que llenaban sus fuerzas, y claro que será osado al entrar como si este sitio fuera de su propia pertenencia. ⠀⠀La entrada al pueblo del hechicero sin tiempo no fue bien recibida. Los habitantes del sitio vivían en una armonía silenciosa, casi ritual. Aferrados a viejas costumbres y supersticiones, era indudable que el deleite más morboso de esta gente eran los rumores formados a través de chismes y leyendas locales. Un lugar precioso para el desarrollo de maldiciones. ⠀⠀Tal vez por eso se sintió bastante atraído a ese sitio. ⠀⠀La carrera de medicina forense no era su fuerte, pero no había conseguido un mejor lugar dónde encajar su identidad falsa con los elementos que allí había. Todo era muy estrecho, muy de nicho, demasiado conocido entre sí para meterse en otra clase de rubros. Algo desapercibido, pero no tan anormal. Fue óptimo. ⠀⠀Era memorizar información y seguir un guion. Lo haría fácilmente, siempre fue así. ⠀⠀Fue entonces que, temprano y sin retrasos, aproximadamente a las siete de la mañana, con un sol tapado con una máscara de nubes, las puertas de ese aula se abrieron. Un hombre levemente más alto que el promedio, de rasgos diaguitas, tono de piel ligeramente morena y unos distintivos ojos azul cielo, casi fosforescentes en esa decadente atmósfera, había entrado. Se había teñido el pelo, su característico color albino se vio opacado por un castaño artificial, pero valía la pena. ⠀⠀⸻Mi nombre es Lucio⸻ Concretó al posar sus manos sobre el escritorio de madera rugoso. Salvado de la humedad nada más por estar a resguardo de la calefacción interior. La zona era bastante fría, pero no se veía afectado. ⠀⠀⸻Seré su profesor de medicina forense, y seguramente me verán en algunas áreas más de humanidades. La universidad fue tan generosa de contratarme a pesar de ser tan recelosa con las admisiones⸻ Puesto que, a parte de ser privada de un pueblo poco transitado, tenía cierto prestigio por sacar adelante a excelentes policías y abogados. ⸻Quiero dar honor a esa amabilidad y esforzarme al máximo con ustedes. ¿Qué tal si nos presentamos?⸻ Mencionó el hombre. Su identidad falsa fue bien planificada, aguantará unos meses. ⠀⠀De movimientos refinados y firmes, poco tortuosos, fluidos, acostumbraba a actuar, a hablar. Por otro lado, su cara concretaba expresiones agridulces, era un misterio si realmente quería estar allí o no. ⠀⠀Pero se pegaría a su papel. Como siempre lo ha hecho. Había la posibilidad de encontrar cosas interesantes en ese sitio, no se las perdería por nada del mundo. ⠀⠀En este pueblo rodeado de maleficio... [frost_black_deer_503]
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  • 𝒯𝒽𝑒 ℬ𝑒𝑔𝒾𝓃𝓃𝒾𝓃𝑔 𝑜𝒻 𝓉𝒽𝑒 ℰ𝓃𝒹: 𝒞𝑜𝓊𝓃𝒸𝒾𝓁
    Fandom N/A
    Categoría Suspenso
    ** El lugar... ¿Realmente importaba?
    Algún lugar de Europa Oriental, allá donde las más grandes leyendas de horror surgieron y cobraron fuerza con el pasar de las décadas.

    Imbuidos bajo la protección de un manto que les separaba del "mundo real", mejor llamado entre los Inmortales: "Reino de Sombras". Creado a partir de un poder considerado divino para los simples mortales e ignorantes de la materia. Un mundo que cuya existencia es ignorada por el resto de la humanidad y la vida moderna. Un mundo establecido sobre la tangente de la realidad, sujeto a sus propias leyes de espacio tiempo, pero conectados únicamente por un simple punto.

    La puerta se abrió en un pesado sonido que se dispersó en el eco que se producía en aquel gran salón. Una mesa redonda y oscura, rodeada de algunos asientos, se hallaba en el centro de dicho salón, iluminado no solo por el gran candelabro que colgaba sobre la mesa, sino también por la luz que atravesaba el ventanal para dispersar la penumbra que contrastaba ligeramente de las afueras, pues tenues ruidos desconocidos, pero perceptibles eran audibles. ¿Quién sabe la clase de horrores uno podría hallarse si se aventurase al exterior? Tan solo Rubí y el mismo Dr. Dee sabían la clase de criaturas rondando las afueras de dicho castillo.

    Dee sería el primero en cruzar la puerta. Se mostraba seguro de sí mismo, con el mismo porte de un rey llegando a sus dominios, dispuesto a lo que sea por cumplir con sus más oscuros deseos. Y, al igual que un rey, el atuendo no era algo que podía faltar ya que nunca dejaba de lucir tan pulcro y ordenado. Vistiendo un elegante traje satinado negro, con algunas delgadas líneas marrón en vertical, donde la corbata y zapatos hicieron juego, y la camisa era lo único blanco que lucía. Por otra parte, llevaba aquel abrigo sobrepuesto en sus hombros. Ni siquiera su dorada cabellera era algo que había dejado libre, pues aunque atado en una cinta detrás de la nuca, no dejaba ni un solo mechón libre.

    Avanzó, su imperturbable mirada se mantuvo en aquella mesa a la que estaba por tomar asiento. Mientras tanto, un grupo le seguía: su escolta personal. Aquel joven pelirrojo, el primero de sus creaciones y quien fungia de mayordomo y asistente personal: Arthur Dee; por otra parte, a su izquierda avanzaba una rubia mujer de buen físico, algo mayor en comparación con el chico anterior: Katherine Dee. Y a sus espaldas, una criatura de abundante pelaje y prminente altura, caminando igual a como lo hacía una persona normal; creación de su amada y sanguinaria aliada Rubí, mismo al que llamó "Havoc".

    Continuó su avance hasta que, finalmente, alcanzó la silla y se dispuso a descansar en la misma silla que parecía ser quien encabezaría dicha reunión.

    — Arthur, en cuanto los demás lleguen, no se demoren en absurdas formalidades... sólo hazlos pasar. —

    Indicó al homúnculo en voz firme y autoritaria, totalmente decidido a comenzar con lo que años atrás se había propuesto. **

    𝓔𝓵𝓲𝔃𝓪𝓫𝓮𝓽𝓱 𝓡𝓾𝓫𝔂 , 𝕬𝖗𝖙𝖍𝖚𝖗 𝕯𝖊𝖊 ⚙️, Sir Marquis Thornvale, Ⲧⲹⳕⳑⲁⲥⲁⲧⲹⳕⲛ , 𝕵𝖆𝖈𝖐 𝕿𝖍𝖊 𝕽𝖎𝖕𝖕𝖊𝖗 , Ꭺꮓꭱꮖꭼꮮ ,
    ** El lugar... ¿Realmente importaba? Algún lugar de Europa Oriental, allá donde las más grandes leyendas de horror surgieron y cobraron fuerza con el pasar de las décadas. Imbuidos bajo la protección de un manto que les separaba del "mundo real", mejor llamado entre los Inmortales: "Reino de Sombras". Creado a partir de un poder considerado divino para los simples mortales e ignorantes de la materia. Un mundo que cuya existencia es ignorada por el resto de la humanidad y la vida moderna. Un mundo establecido sobre la tangente de la realidad, sujeto a sus propias leyes de espacio tiempo, pero conectados únicamente por un simple punto. La puerta se abrió en un pesado sonido que se dispersó en el eco que se producía en aquel gran salón. Una mesa redonda y oscura, rodeada de algunos asientos, se hallaba en el centro de dicho salón, iluminado no solo por el gran candelabro que colgaba sobre la mesa, sino también por la luz que atravesaba el ventanal para dispersar la penumbra que contrastaba ligeramente de las afueras, pues tenues ruidos desconocidos, pero perceptibles eran audibles. ¿Quién sabe la clase de horrores uno podría hallarse si se aventurase al exterior? Tan solo Rubí y el mismo Dr. Dee sabían la clase de criaturas rondando las afueras de dicho castillo. Dee sería el primero en cruzar la puerta. Se mostraba seguro de sí mismo, con el mismo porte de un rey llegando a sus dominios, dispuesto a lo que sea por cumplir con sus más oscuros deseos. Y, al igual que un rey, el atuendo no era algo que podía faltar ya que nunca dejaba de lucir tan pulcro y ordenado. Vistiendo un elegante traje satinado negro, con algunas delgadas líneas marrón en vertical, donde la corbata y zapatos hicieron juego, y la camisa era lo único blanco que lucía. Por otra parte, llevaba aquel abrigo sobrepuesto en sus hombros. Ni siquiera su dorada cabellera era algo que había dejado libre, pues aunque atado en una cinta detrás de la nuca, no dejaba ni un solo mechón libre. Avanzó, su imperturbable mirada se mantuvo en aquella mesa a la que estaba por tomar asiento. Mientras tanto, un grupo le seguía: su escolta personal. Aquel joven pelirrojo, el primero de sus creaciones y quien fungia de mayordomo y asistente personal: Arthur Dee; por otra parte, a su izquierda avanzaba una rubia mujer de buen físico, algo mayor en comparación con el chico anterior: Katherine Dee. Y a sus espaldas, una criatura de abundante pelaje y prminente altura, caminando igual a como lo hacía una persona normal; creación de su amada y sanguinaria aliada Rubí, mismo al que llamó "Havoc". Continuó su avance hasta que, finalmente, alcanzó la silla y se dispuso a descansar en la misma silla que parecía ser quien encabezaría dicha reunión. — Arthur, en cuanto los demás lleguen, no se demoren en absurdas formalidades... sólo hazlos pasar. — Indicó al homúnculo en voz firme y autoritaria, totalmente decidido a comenzar con lo que años atrás se había propuesto. ** [H0mmunculi], [cosmic_jade_rat_258], [Pumpkin_Man], [W1ld_hunter], [Fr0m_H3ll], [The.Hellhound],
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
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    #AQuiénrecurriría
    A quién recurriría Deadpool si necesitara:

    𝟭. 𝗨𝗻 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗮ñ𝗲𝗿𝗼 𝗱𝗲 𝗯𝗮𝘁𝗮𝗹𝗹𝗮:

    Alguien con una puntería masomenos decente, un sentido del humor presente y una tolerancia a sus bromas.

    𝟮. 𝗨𝗻 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘂𝗻𝗮 𝗻𝗼𝗰𝗵𝗲 𝗱𝗲 𝗰𝗶𝗻𝗲:

    Alguien que no se ofenda por sus comentarios durante la película, que pague todo, y pueda apreciar una buena dosis de sarcasmo.

    𝟯. 𝗨𝗻 𝗰𝗼𝗻𝗳𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝘀𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼𝘀:

    Alguien que exista, porque de cualquier modo, el universo y el fandom ya sabe todo sobre él.

    𝟰. 𝗔𝗹𝗴𝘂𝗶𝗲𝗻 𝗲𝗻 𝘂𝗻 𝗺𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗰𝗿𝗶𝘀𝗶𝘀:

    Quién sea que tenga un plan B, por si todo se va a la mierda.

    𝟱. 𝗔𝘆𝘂𝗱𝗮 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗰𝗼𝗰𝗶𝗻𝗮:

    Alguien que pueda cocinar siguiendo su receta mental, y que pueda comer cosas cuestionables sin enfermarse.
    #AQuiénrecurriría A quién recurriría Deadpool si necesitara: 𝟭. 𝗨𝗻 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗮ñ𝗲𝗿𝗼 𝗱𝗲 𝗯𝗮𝘁𝗮𝗹𝗹𝗮: Alguien con una puntería masomenos decente, un sentido del humor presente y una tolerancia a sus bromas. 𝟮. 𝗨𝗻 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘂𝗻𝗮 𝗻𝗼𝗰𝗵𝗲 𝗱𝗲 𝗰𝗶𝗻𝗲: Alguien que no se ofenda por sus comentarios durante la película, que pague todo, y pueda apreciar una buena dosis de sarcasmo. 𝟯. 𝗨𝗻 𝗰𝗼𝗻𝗳𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝘀𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼𝘀: Alguien que exista, porque de cualquier modo, el universo y el fandom ya sabe todo sobre él. 𝟰. 𝗔𝗹𝗴𝘂𝗶𝗲𝗻 𝗲𝗻 𝘂𝗻 𝗺𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗰𝗿𝗶𝘀𝗶𝘀: Quién sea que tenga un plan B, por si todo se va a la mierda. 𝟱. 𝗔𝘆𝘂𝗱𝗮 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗰𝗼𝗰𝗶𝗻𝗮: Alguien que pueda cocinar siguiendo su receta mental, y que pueda comer cosas cuestionables sin enfermarse.
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  • Cruzando el horizonte
    Categoría Original
    Soundtrack: https://youtu.be/tT4d1LQy4es?si=HvMSOwG09Y1yh3aO

    Jasuke Sarutobi

    Nyssara apenas había pegado el ojo en toda la noche, no sabía si era la emoción o los nervios lo que no la dejaban tranquila, el hecho de pensar que en unas horas estaría aventurandose en un campamento en medio del bosque, le daba escalofríos.

    Con una ducha rápida y un desayuno express. Nyssara se encontraba ya lista, esperando sentada en el banco de la estación de autobús, mirando el paisaje que se extendía más allá del pueblo. La tarde caía lentamente, tiñendo el cielo con tonos dorados y lilas. El campamento de modelaje no estaba lejos, solo unas dos horas en autobús, pero para ella, ese breve viaje representaba algo más que solo un cambio de escenario. Era una oportunidad para escapar, aunque solo fuera por un breve tiempo de la rutina que la había rodeado siempre. Un respiro del ajetreo de su vida diaria, de las constantes expectativas y las miradas que la seguían.

    El sonido de un motor a lo lejos la sacó de sus pensamientos, pero el autobús aún no llegaba. Miró su reloj y luego observó las calles vacías que rodeaban la estación. Todo se sentía tranquilamente familiar, pero al mismo tiempo, esa calma le recordaba lo mucho que necesitaba salir de allí, aunque fuera por poco tiempo. A un espacio donde nadie la juzgara ni esperara nada de ella, solo un par de días sin compromisos.

    Jasuke, como siempre, aún no llegaba. Aunque daba la impresión que llegaría tarde, por alguna razón siempre aparecía exacto a la hora.

    Sus pensamientos divagaron un poco pensando en Jasuke, la forma en que esa pequeña aventura, sería una buena oportunidad para que él explore nuevas actividades y conozca un nuevo lugar. No pudo evitar sentir hambre por la espera, por ello sacó un pequeño paquete de galletas de chocolate de su mochila y las empezó a comer, estaban bastante ricas, había sido una muy buena elección escogerlas.

    Concentrada mirando el paisaje, por un momento se olvido de los estímulos de alrededor. Su visión se centró en las palmas de los árboles que se movían de un lado a otro, mientras que pequeñas ardillas corrían entre las ramas, parecían pelear por una bellota, fue su entretenimiento del momento mientras mataba el tiempo.
    Soundtrack: https://youtu.be/tT4d1LQy4es?si=HvMSOwG09Y1yh3aO [vision_white_scorpion_304] Nyssara apenas había pegado el ojo en toda la noche, no sabía si era la emoción o los nervios lo que no la dejaban tranquila, el hecho de pensar que en unas horas estaría aventurandose en un campamento en medio del bosque, le daba escalofríos. Con una ducha rápida y un desayuno express. Nyssara se encontraba ya lista, esperando sentada en el banco de la estación de autobús, mirando el paisaje que se extendía más allá del pueblo. La tarde caía lentamente, tiñendo el cielo con tonos dorados y lilas. El campamento de modelaje no estaba lejos, solo unas dos horas en autobús, pero para ella, ese breve viaje representaba algo más que solo un cambio de escenario. Era una oportunidad para escapar, aunque solo fuera por un breve tiempo de la rutina que la había rodeado siempre. Un respiro del ajetreo de su vida diaria, de las constantes expectativas y las miradas que la seguían. El sonido de un motor a lo lejos la sacó de sus pensamientos, pero el autobús aún no llegaba. Miró su reloj y luego observó las calles vacías que rodeaban la estación. Todo se sentía tranquilamente familiar, pero al mismo tiempo, esa calma le recordaba lo mucho que necesitaba salir de allí, aunque fuera por poco tiempo. A un espacio donde nadie la juzgara ni esperara nada de ella, solo un par de días sin compromisos. Jasuke, como siempre, aún no llegaba. Aunque daba la impresión que llegaría tarde, por alguna razón siempre aparecía exacto a la hora. Sus pensamientos divagaron un poco pensando en Jasuke, la forma en que esa pequeña aventura, sería una buena oportunidad para que él explore nuevas actividades y conozca un nuevo lugar. No pudo evitar sentir hambre por la espera, por ello sacó un pequeño paquete de galletas de chocolate de su mochila y las empezó a comer, estaban bastante ricas, había sido una muy buena elección escogerlas. Concentrada mirando el paisaje, por un momento se olvido de los estímulos de alrededor. Su visión se centró en las palmas de los árboles que se movían de un lado a otro, mientras que pequeñas ardillas corrían entre las ramas, parecían pelear por una bellota, fue su entretenimiento del momento mientras mataba el tiempo.
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