• Más víctimas
    Fandom V:LM, Varios
    Categoría Suspenso
    [Para responder quien guste.]


    Los casos iban en aumento cada noche. Primero empezaron como asesinatos esparcidos cada cierto tiempo alrededor de la ciudad, luego se hicieron progresivamente más constantes. No solo eso, sino que también aumentaban en número de víctimas. Sin importar si eran hombres, mujeres, niños o ancianos, todos terminaban igual: en callejones oscuros, casi sin una gota de sangre en el cuerpo, aunque sí podía encontrarse en algunas partes del callejón. Tenían las yugulares abiertas de par en par y, algunos de ellos, las mandíbulas destrozadas o directamente sin ellas.

    Mikha se encontraba en uno de los últimos callejones donde se encontraron los cuerpos. Era medianoche, pero ella iba con un paraguas consigo, cubriéndola de la lluvia. Frunció el ceño, aún podía notar el aroma a sangre allí, y también algo más.

    𝘔𝘢𝘭𝘬𝘢𝘷𝘪𝘢𝘯.

    Era la única respuesta, esos vampiros (bestias, más bien) eran erráticos, descontrolados. Sin embargo, nunca antes habían sido tan obvios en grandes ciudades, sobre todo porque otros clanes también trataban de mantenerlos a raya.

    A los asesinatos se lo atribuían a alguien despiadado, un mismo asesino o pequeño grupo de ellos que iban en conjunto. El problema era que, sabiendo cómo operaban, la vampiresa tenía la certeza que los ataques iban a volverse cada vez más brutales. A más investigación, más sospecha y, por ende, terminarían afectando a los chupasangre en general. Eso no podía ocurrir.

    Los pasos de la pelinegra resonaban en el callejón oscuro a medida que avanzó hasta el punto donde se encontraron tres cuerpos de unas adolescentes durante la mañana, observó y olfateó con sutileza intentando dar con un rastro.

    —Siempre dejan algo... No pueden ocultarse tan bien. —habló para sí misma, pensando que estaba completamente sola. Después de todo, estaba enfocada en otra cosa y ese callejón era por completo desolado.
    [Para responder quien guste.] Los casos iban en aumento cada noche. Primero empezaron como asesinatos esparcidos cada cierto tiempo alrededor de la ciudad, luego se hicieron progresivamente más constantes. No solo eso, sino que también aumentaban en número de víctimas. Sin importar si eran hombres, mujeres, niños o ancianos, todos terminaban igual: en callejones oscuros, casi sin una gota de sangre en el cuerpo, aunque sí podía encontrarse en algunas partes del callejón. Tenían las yugulares abiertas de par en par y, algunos de ellos, las mandíbulas destrozadas o directamente sin ellas. Mikha se encontraba en uno de los últimos callejones donde se encontraron los cuerpos. Era medianoche, pero ella iba con un paraguas consigo, cubriéndola de la lluvia. Frunció el ceño, aún podía notar el aroma a sangre allí, y también algo más. 𝘔𝘢𝘭𝘬𝘢𝘷𝘪𝘢𝘯. Era la única respuesta, esos vampiros (bestias, más bien) eran erráticos, descontrolados. Sin embargo, nunca antes habían sido tan obvios en grandes ciudades, sobre todo porque otros clanes también trataban de mantenerlos a raya. A los asesinatos se lo atribuían a alguien despiadado, un mismo asesino o pequeño grupo de ellos que iban en conjunto. El problema era que, sabiendo cómo operaban, la vampiresa tenía la certeza que los ataques iban a volverse cada vez más brutales. A más investigación, más sospecha y, por ende, terminarían afectando a los chupasangre en general. Eso no podía ocurrir. Los pasos de la pelinegra resonaban en el callejón oscuro a medida que avanzó hasta el punto donde se encontraron tres cuerpos de unas adolescentes durante la mañana, observó y olfateó con sutileza intentando dar con un rastro. —Siempre dejan algo... No pueden ocultarse tan bien. —habló para sí misma, pensando que estaba completamente sola. Después de todo, estaba enfocada en otra cosa y ese callejón era por completo desolado.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    3
    2 turnos 1 maullido 1162 vistas
  • — Debiste ver su rostro, Banwen. Estaba tan roja como una peonía en pleno florecer. Por un momento pensé que le explotaría la cara de ira. —Cada palabra era jocosa y demostraba que estaba conteniéndose las ganas de reír. Pero cada vez que parecía tener control, recordar el rostro de aquella mujer embravecida lo hacía atacarse nuevamente a carcajadas. Ming Wei, el gran príncipe heredero del clan Qiang, se estaba comportando como un idiota delante de aquella bestia.— La Reina Madre sí que sabe cómo superarse cada día. —Asintió lentamente, tras un largo suspiro que le permitió regular sus risas, y regresó su atención a la bestia que mordisqueaba el pincel de manera insistente. Ming Wei lo observó con curiosidad, aunque ya tenía unos cinco años con él, seguía comportándose como el cachorro consentido que llegara a palacio como obsequio por su nombramiento. Uno de los más desagradables para Qiang Meihua.— ¿Puedes creer que de nuevo está buscando una princesa para desposar? Ella no aprende ni escucha de razones. —Negó con lentitud, porque de nuevo se quería soltar a reír por culpa de ese ceño fruncido y esos insistentes golpes sobre la mesa de té. Casi la podía escuchar rabiar como si la tuviese en la habitación de al lado.— Pero quizá, por una vez, sea momento de escucharla y entrar en razón. ¿Tú qué opinas Banwen? ¿Debería hacerle caso a la abuela?

    Banwen era un león blanco que había llegado desde la región vecina, una de las muchas que servía fervientemente al clan desde el nombramiento del príncipe Huan Ye unos cientos de años atrás; un obsequio difícil de rechazar por su significado, sus buenos deseos y la estrecha relación que existía entre clanes. Un dolor de cabeza para la reina madre, para los sirvientes que estaban poco familiarizados con su presencia y, también, un recordatorio de preferencias para los demás príncipes: El único capaz de heredar el control, era aquel a quien respetaba. Al menos, lo respetaba a veces, porque Banwen terminó bostezando antes de estirar las patas hacia el frente y echar la cabeza al suelo sobre éstas, casi como si diera por terminada la conversación que en ese momento sostenían. Ming Wei le observó, al principio se sintió indignado por su comportamiento, mas terminó riéndose a carcajadas cuando lo relacionó a su propio carácter. Ya no sabía bien si él había adquirido rasgos de la bestia o la bestia de él, pero era divertido ver cómo se compenetraban tan bien.

    — Dichoso tú que no debes cumplir con la voluntad de esa mujer. —Le envidió, se puso de pie y se cruzó de brazos mientras que pasaba a su lado, casi frente a su cabeza, pero Banwen ni se inmutó por ello.— Siquiera cumples con la mía. Pero qué más da, si ella no decide lanzar su ficha al tablero tendré que hacerlo, es mejor que esperar a que los ministros decidan implorar por mi destitución. —El pesar se le notó en la voz y en el gesto de su rostro al fruncir el ceño. Luego vino el silencio mientras que pensaba en profunda reflexión. ¿Y si esa era justamente la jugada que su abuela quería hacer? Obligarlo a sentirse presionado para mover sus propias piezas en defensa mientras ella esperaba el momento para atacar.

    Se comenzó a reír, porque pensó que la vieja estaba siendo demasiado engreída, pero ella solía ser así: Actuar a las espaldas de los demás en el momento justo, mientras se hacía la mustia. De nuevo se rio, más alto esta vez y de una forma tan escandalosa que no solo despertó a Banwen, sino que también alertó a Zhao Yu, el eunuco que lideraba a sus sirvientes desde que era un chiquillo. El hombre entró casi corriendo en la habitación, reverenció a su señor y le observó con una mirada silenciosa que rogaba una explicación.

    — Zhao Yu, iremos a ver a la Reina Madre nuevamente. Ve y dile a sus damas que preparen el té que le obsequié esta mañana, también un tablero de Go, quiero disculparme con ella. Después de todo, no es tan tonta ni vieja como yo pensaba.
    — Debiste ver su rostro, Banwen. Estaba tan roja como una peonía en pleno florecer. Por un momento pensé que le explotaría la cara de ira. —Cada palabra era jocosa y demostraba que estaba conteniéndose las ganas de reír. Pero cada vez que parecía tener control, recordar el rostro de aquella mujer embravecida lo hacía atacarse nuevamente a carcajadas. Ming Wei, el gran príncipe heredero del clan Qiang, se estaba comportando como un idiota delante de aquella bestia.— La Reina Madre sí que sabe cómo superarse cada día. —Asintió lentamente, tras un largo suspiro que le permitió regular sus risas, y regresó su atención a la bestia que mordisqueaba el pincel de manera insistente. Ming Wei lo observó con curiosidad, aunque ya tenía unos cinco años con él, seguía comportándose como el cachorro consentido que llegara a palacio como obsequio por su nombramiento. Uno de los más desagradables para Qiang Meihua.— ¿Puedes creer que de nuevo está buscando una princesa para desposar? Ella no aprende ni escucha de razones. —Negó con lentitud, porque de nuevo se quería soltar a reír por culpa de ese ceño fruncido y esos insistentes golpes sobre la mesa de té. Casi la podía escuchar rabiar como si la tuviese en la habitación de al lado.— Pero quizá, por una vez, sea momento de escucharla y entrar en razón. ¿Tú qué opinas Banwen? ¿Debería hacerle caso a la abuela? Banwen era un león blanco que había llegado desde la región vecina, una de las muchas que servía fervientemente al clan desde el nombramiento del príncipe Huan Ye unos cientos de años atrás; un obsequio difícil de rechazar por su significado, sus buenos deseos y la estrecha relación que existía entre clanes. Un dolor de cabeza para la reina madre, para los sirvientes que estaban poco familiarizados con su presencia y, también, un recordatorio de preferencias para los demás príncipes: El único capaz de heredar el control, era aquel a quien respetaba. Al menos, lo respetaba a veces, porque Banwen terminó bostezando antes de estirar las patas hacia el frente y echar la cabeza al suelo sobre éstas, casi como si diera por terminada la conversación que en ese momento sostenían. Ming Wei le observó, al principio se sintió indignado por su comportamiento, mas terminó riéndose a carcajadas cuando lo relacionó a su propio carácter. Ya no sabía bien si él había adquirido rasgos de la bestia o la bestia de él, pero era divertido ver cómo se compenetraban tan bien. — Dichoso tú que no debes cumplir con la voluntad de esa mujer. —Le envidió, se puso de pie y se cruzó de brazos mientras que pasaba a su lado, casi frente a su cabeza, pero Banwen ni se inmutó por ello.— Siquiera cumples con la mía. Pero qué más da, si ella no decide lanzar su ficha al tablero tendré que hacerlo, es mejor que esperar a que los ministros decidan implorar por mi destitución. —El pesar se le notó en la voz y en el gesto de su rostro al fruncir el ceño. Luego vino el silencio mientras que pensaba en profunda reflexión. ¿Y si esa era justamente la jugada que su abuela quería hacer? Obligarlo a sentirse presionado para mover sus propias piezas en defensa mientras ella esperaba el momento para atacar. Se comenzó a reír, porque pensó que la vieja estaba siendo demasiado engreída, pero ella solía ser así: Actuar a las espaldas de los demás en el momento justo, mientras se hacía la mustia. De nuevo se rio, más alto esta vez y de una forma tan escandalosa que no solo despertó a Banwen, sino que también alertó a Zhao Yu, el eunuco que lideraba a sus sirvientes desde que era un chiquillo. El hombre entró casi corriendo en la habitación, reverenció a su señor y le observó con una mirada silenciosa que rogaba una explicación. — Zhao Yu, iremos a ver a la Reina Madre nuevamente. Ve y dile a sus damas que preparen el té que le obsequié esta mañana, también un tablero de Go, quiero disculparme con ella. Después de todo, no es tan tonta ni vieja como yo pensaba.
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos 592 vistas
  • 🄲🄰🄿. 🄸🄸🄸

    ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪
    Un hombre alto y fornido se asomó entre las sombras del calabozo en el que Elizabeth había pasado encadenada la última semana sobreviviendo con trozos de pan mohoso y a penas una pequeña cacerola de agua de dudosa procedencia. A pesar de lo débil y deshidratada que estaba por el intenso calor que era común en el Reino de Oriente como pudo se irguió con mirada desafiante frente a su captor que comenzaba a hablarle

    ☬ ── No sabes cuanto quise ver con mis ojos a una Llama de Sangre, hoy la espera terminó y eres mía. Vas a pelear en mi nombre: ¡El poderoso Ulises el gran Tirano! y así expandiré mis dominios

    ── No soy propiedad de nadie, no puedes obligarme a hacerlo [Decía mientras trataba de zafarse de las cadenas que con el movimiento hacía que se incrustaran pequeñas espinas con veneno de dragón de Komodo, generando un gran ardor en la piel que quemaba hasta su cabeza inhabilitando por completo su poder]

    ☬ ── Ah, claro que puedo y lo haré porque si no accedes morirás... SIMPLE

    El hombre daba el veredicto final con un golpe seco en las costillas y otro en la cabeza de la pelirroja, quedando ella inconsciente hasta el día siguiente donde junto con el amanecer, otros esclavos con grilletes la fueron a buscar, la mujer traía una fuente con agua para que se bañase y los otros dos cargaban su espada y una armadura que Ulises demandaba que usara.
    La batalla inminente entre clanes enemigos se desarrolló al ocaso. Liz como hábil guerrera quemaba y descuartizaba a cualquiera que le hacía frente siempre vigilada a unos metros por un cazador y su lanza con veneno en el caso de que ella intentara escapar en medio de la batalla.

    Entre los demás guerreros fue creciendo un reconocimiento y respeto por Elizabeth quienes decidieron que ella fuera la que lidere en combate yendo al frente
    La dinámica siempre era luchar al ocaso, a la pelirroja la encerraban y encadenaban para luego al día siguiente emprender marcha junto a los demás hacia el norte ganando más tierras para Ulises.
    El odio y la sed de venganza crecían en Elizabeth quien por las noches planeaba una forma de escapar y darle al Tirano su merecido, sólo hacía falta tiempo y el momento perfecto


    // Parte 3 de : https://ficrol.com/posts/185545 & https://ficrol.com/posts/185232


    🄲🄰🄿. 🄸🄸🄸 ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪ Un hombre alto y fornido se asomó entre las sombras del calabozo en el que Elizabeth había pasado encadenada la última semana sobreviviendo con trozos de pan mohoso y a penas una pequeña cacerola de agua de dudosa procedencia. A pesar de lo débil y deshidratada que estaba por el intenso calor que era común en el Reino de Oriente como pudo se irguió con mirada desafiante frente a su captor que comenzaba a hablarle ☬ ── No sabes cuanto quise ver con mis ojos a una Llama de Sangre, hoy la espera terminó y eres mía. Vas a pelear en mi nombre: ¡El poderoso Ulises el gran Tirano! y así expandiré mis dominios 🌹── No soy propiedad de nadie, no puedes obligarme a hacerlo [Decía mientras trataba de zafarse de las cadenas que con el movimiento hacía que se incrustaran pequeñas espinas con veneno de dragón de Komodo, generando un gran ardor en la piel que quemaba hasta su cabeza inhabilitando por completo su poder] ☬ ── Ah, claro que puedo y lo haré porque si no accedes morirás... SIMPLE El hombre daba el veredicto final con un golpe seco en las costillas y otro en la cabeza de la pelirroja, quedando ella inconsciente hasta el día siguiente donde junto con el amanecer, otros esclavos con grilletes la fueron a buscar, la mujer traía una fuente con agua para que se bañase y los otros dos cargaban su espada y una armadura que Ulises demandaba que usara. La batalla inminente entre clanes enemigos se desarrolló al ocaso. Liz como hábil guerrera quemaba y descuartizaba a cualquiera que le hacía frente siempre vigilada a unos metros por un cazador y su lanza con veneno en el caso de que ella intentara escapar en medio de la batalla. Entre los demás guerreros fue creciendo un reconocimiento y respeto por Elizabeth quienes decidieron que ella fuera la que lidere en combate yendo al frente La dinámica siempre era luchar al ocaso, a la pelirroja la encerraban y encadenaban para luego al día siguiente emprender marcha junto a los demás hacia el norte ganando más tierras para Ulises. El odio y la sed de venganza crecían en Elizabeth quien por las noches planeaba una forma de escapar y darle al Tirano su merecido, sólo hacía falta tiempo y el momento perfecto // Parte 3 de : https://ficrol.com/posts/185545 & https://ficrol.com/posts/185232
    Me encocora
    Me gusta
    11
    2 turnos 0 maullidos 1473 vistas
  • Dos razas diferentes, dos clanes diferentes se unieron y ahora son uno.
    Dos razas diferentes, dos clanes diferentes se unieron y ahora son uno.
    Me gusta
    Me encocora
    4
    4 turnos 0 maullidos 623 vistas
  • https://youtu.be/EpAWKMvGUUw?si=Knw4OGrxLCBWyLvP

    El cielo auguraba tormenta estaban casi a las afueras de la ciudad. Alastor había movido a las tropas con astucia y sin llamar la atención respetando a los aldeanos y sus propiedades, poner al pueblo en contra no era bueno, los orcos habían sido los más difíciles de convencer, pero habían cedido por que se les prometió una buena batalla donde ganaría honor para sus clanes. Alastor había logrado reunir a las razas que la propia usurpadora había puesto en su contra estaba al frente de las tropas en todas las batallas que habían pasado hasta llegar aquí el había estado en primera línea.
    Miro a las tropas y alzo la voz:
    —¡Hermanos os ata un juramento dadle hoy cumplimiento!
    Un relámpago cruzo el cielo y el grito de sus tropas acallo el sonido del trueno. Se lanzaron a la carga infantería en primera fila con la caballería pesada cubriendo sus flancos. La respuesta de la ciudadela no se hizo esperar, tal como Alastor esperaba lanzaron una andanada de flechas. La primera fila de magos a los cuales había ocultado entre todas las tropas, activó los escudos cubriéndoles haciendo que las flechas no les tocaran los arqueros tras ellos lanzaron su respuesta y la segunda línea de magos multiplicaron las flechas otorgándolas de toda clase de hechizos, fuego, veneno, detonantes, debían ser rápidos eso los caracterizaba, rapidez y eficacia. La lluvia estallo al tiempo que reventaban como un tsunami el rastrillo empezando a tomar las calles. Cambiaron de estrategia al entrar, la caballería formo una v protegiendo a la infantería y cargando contra los defensores, estaban coordinados como un solo ente. Pronto las Serafines de Valisa se unieron al combate.
    Un orco salto agarro a una que iba a la espalda de Alastor y le arranco las alas, el no miro atrás tenia un solo objetivo, solo uno, había jugado sus cartas sabiamente, había aguantado mucho al servicio de la asesina de su familia, sabia cuántas tropas tenía Valisa como llegar al castillo encontrando la menor resistencia posible, era hora de poner las cuentas al día.
    La batalla era ardua no iba a ser fácil tomar la capital, pero no fracasarían no ahora. Una pequeña unidad vio la puerta del castillo avanzaron apenas sin dificultades, la puerta estaba abierta tal como había acordado con el servicio que le era leal a él, el verdadero rey, iban tomando sala a sala, piso a piso, eliminando a la guardia, se quito el yelmo para tener mejor visión, sus músculos se tensaron cuando estaba frente a la puerta de salón del trono, solo había dos guardias entre el y su premio.
    https://youtu.be/EpAWKMvGUUw?si=Knw4OGrxLCBWyLvP El cielo auguraba tormenta estaban casi a las afueras de la ciudad. Alastor había movido a las tropas con astucia y sin llamar la atención respetando a los aldeanos y sus propiedades, poner al pueblo en contra no era bueno, los orcos habían sido los más difíciles de convencer, pero habían cedido por que se les prometió una buena batalla donde ganaría honor para sus clanes. Alastor había logrado reunir a las razas que la propia usurpadora había puesto en su contra estaba al frente de las tropas en todas las batallas que habían pasado hasta llegar aquí el había estado en primera línea. Miro a las tropas y alzo la voz: —¡Hermanos os ata un juramento dadle hoy cumplimiento! Un relámpago cruzo el cielo y el grito de sus tropas acallo el sonido del trueno. Se lanzaron a la carga infantería en primera fila con la caballería pesada cubriendo sus flancos. La respuesta de la ciudadela no se hizo esperar, tal como Alastor esperaba lanzaron una andanada de flechas. La primera fila de magos a los cuales había ocultado entre todas las tropas, activó los escudos cubriéndoles haciendo que las flechas no les tocaran los arqueros tras ellos lanzaron su respuesta y la segunda línea de magos multiplicaron las flechas otorgándolas de toda clase de hechizos, fuego, veneno, detonantes, debían ser rápidos eso los caracterizaba, rapidez y eficacia. La lluvia estallo al tiempo que reventaban como un tsunami el rastrillo empezando a tomar las calles. Cambiaron de estrategia al entrar, la caballería formo una v protegiendo a la infantería y cargando contra los defensores, estaban coordinados como un solo ente. Pronto las Serafines de Valisa se unieron al combate. Un orco salto agarro a una que iba a la espalda de Alastor y le arranco las alas, el no miro atrás tenia un solo objetivo, solo uno, había jugado sus cartas sabiamente, había aguantado mucho al servicio de la asesina de su familia, sabia cuántas tropas tenía Valisa como llegar al castillo encontrando la menor resistencia posible, era hora de poner las cuentas al día. La batalla era ardua no iba a ser fácil tomar la capital, pero no fracasarían no ahora. Una pequeña unidad vio la puerta del castillo avanzaron apenas sin dificultades, la puerta estaba abierta tal como había acordado con el servicio que le era leal a él, el verdadero rey, iban tomando sala a sala, piso a piso, eliminando a la guardia, se quito el yelmo para tener mejor visión, sus músculos se tensaron cuando estaba frente a la puerta de salón del trono, solo había dos guardias entre el y su premio.
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos 585 vistas
  • Nace la brillante luna
    Fandom Mo Dao Zu Shi (The Untamed)
    Categoría Fantasía
    Montaña Celestial.- En una mañana tranquila cuando los primeros rayos tocaban las grandes montañas que rodeaban ese hermoso sitio onírico, poco a poco las copas de los arboles, pinos, cedros se bañaban de ese hermoso color dorado, dejando atrás el manto oscuro lleno de estrellas, para dar paso al canto de las aves, para el despertar de los animales que buscaban su alimento para subsistir dentro de aquel sitio que casi podía considerarse sagrado y cuyas criaturas estaban protegidas por los brazos amorosos de las montañas y los mismos seres que habitaban aquella secta.
    Tal como su nombre lo indicaba, montaña celestial le hacia honor a su nombre pues una mujer se encargó por muchos años de mantener protegido ese sitio del exterior, de un mundo donde las guerras estaban a la orden del día, donde los hombres cometían crímenes, la violencia, la hambruna, la envidia eran palabras que no se escuchaban dentro de las murallas que la gran maestra BaoShan Sanren protegía a sus discípulos, tanto así que coloco una barrera alrededor de la montaña para que solo ellos pudieran entrar. Esta barrera producía una especie de espora azul que flotaba en el aire agregando mas misticismo al lugar.
    Conocida en el mundo del cultivo como una mujer excepcionalmente hábil en el mundo de la medicina, tanto que su cultivo no se comparaba con ninguno de los lideres de los distintos clanes, capaz de poder revivir a los muertos, y aliviar muchos de los males; respetada y venerada por generaciones; se decía que su poder espiritual esta por sobre muchos considerada inmortal.
    Era una mujer de gran belleza, largos cabellos platinados que llegaban hasta la espalda y los cuales solía atarlos con una horquilla blanca que hacía juego con esa túnica blanca que la hacia ver como una hermosa deidad que no parecía que sus pies tocaran el piso firme, sino flotar entre nubes, poseía una piel blanca y aunque sus ojos grisáceos eran hermosos luceros, su mirada era firme e inexpresiva así como su temperamento. Se podría decir que aquella brillante mujer poseía la responsabilidad de guíar a cada uno de sus alumnos por el camino correcto llegando a ser demasiado estricta en ocasiones por mucho que los quisiera como sus hijos, buscaba la perfección, pero conocía a cada uno de ellos como la palma de sus manos.
    Desde que su primer alumno se retiró Yanlin Daoren y tras recibir las lejanas noticias que había fallecido, se empersinó en proteger y ser mas estricta con sus demás discípulos, en protegerlos de todo mal, enseñándoles a cuidarse, protegerse, su segunda alumna Cange era una joven adolescente cuando llegó el pequeño Xiao Xingchen, nombrado así por su tutora, un pequeño que no recordaba sus padres, apareciendo entre las montañas cubiertas de nieve en un pequeño canasto, y ser cuidado casi de manera maternal por su maestra, siendo asi el ultimo discípulo de Baoshan.

    El pequeño Xiao creció como cualquier otro niño, sin embargo a su corta edad de 8 años, tenia la responsabilidad de meditar, cultivar con esmero, destacándose en las matemáticas, la caligrafía, incluso la música, aun con la espada cada vez que las clases terminaban el menor solía quedarse hasta tarde entrenando y perfeccionando sus pasos, algo de lo que Baoshan estaba orgullosa, Xiao Xingchen era su pequeño capullo que protegía y cuidaba, pero sobre todo, protegería del mundo exterior.

    Un pequeño de piel blanca, rasgos delicados, unos tiernos labios como cerezo en flor, y largos cabellos perfumados gracias a las hermosas flores y narcisos que se encontraban en la secta y perfumaban el ambiente, lo mas característico no eran sus ropajes blancos que lo hacían lucir como ser celestial, o la porte que desde muy pequeño desarrolló al seguir a su maestra, sino los ojos azules del pequeño, claros y brillantes que reflejaban la ternura, la inocencia pura de ese pequeño.

    Xiao Xingchen, era el discípulo mas joven que Baoshan poseía y a quien enseñaba con dedicación y reglas estrictas que el menor tenía que cumplir, empezando así ser nombrado pequeña luna.
    Montaña Celestial.- En una mañana tranquila cuando los primeros rayos tocaban las grandes montañas que rodeaban ese hermoso sitio onírico, poco a poco las copas de los arboles, pinos, cedros se bañaban de ese hermoso color dorado, dejando atrás el manto oscuro lleno de estrellas, para dar paso al canto de las aves, para el despertar de los animales que buscaban su alimento para subsistir dentro de aquel sitio que casi podía considerarse sagrado y cuyas criaturas estaban protegidas por los brazos amorosos de las montañas y los mismos seres que habitaban aquella secta. Tal como su nombre lo indicaba, montaña celestial le hacia honor a su nombre pues una mujer se encargó por muchos años de mantener protegido ese sitio del exterior, de un mundo donde las guerras estaban a la orden del día, donde los hombres cometían crímenes, la violencia, la hambruna, la envidia eran palabras que no se escuchaban dentro de las murallas que la gran maestra BaoShan Sanren protegía a sus discípulos, tanto así que coloco una barrera alrededor de la montaña para que solo ellos pudieran entrar. Esta barrera producía una especie de espora azul que flotaba en el aire agregando mas misticismo al lugar. Conocida en el mundo del cultivo como una mujer excepcionalmente hábil en el mundo de la medicina, tanto que su cultivo no se comparaba con ninguno de los lideres de los distintos clanes, capaz de poder revivir a los muertos, y aliviar muchos de los males; respetada y venerada por generaciones; se decía que su poder espiritual esta por sobre muchos considerada inmortal. Era una mujer de gran belleza, largos cabellos platinados que llegaban hasta la espalda y los cuales solía atarlos con una horquilla blanca que hacía juego con esa túnica blanca que la hacia ver como una hermosa deidad que no parecía que sus pies tocaran el piso firme, sino flotar entre nubes, poseía una piel blanca y aunque sus ojos grisáceos eran hermosos luceros, su mirada era firme e inexpresiva así como su temperamento. Se podría decir que aquella brillante mujer poseía la responsabilidad de guíar a cada uno de sus alumnos por el camino correcto llegando a ser demasiado estricta en ocasiones por mucho que los quisiera como sus hijos, buscaba la perfección, pero conocía a cada uno de ellos como la palma de sus manos. Desde que su primer alumno se retiró Yanlin Daoren y tras recibir las lejanas noticias que había fallecido, se empersinó en proteger y ser mas estricta con sus demás discípulos, en protegerlos de todo mal, enseñándoles a cuidarse, protegerse, su segunda alumna Cange era una joven adolescente cuando llegó el pequeño Xiao Xingchen, nombrado así por su tutora, un pequeño que no recordaba sus padres, apareciendo entre las montañas cubiertas de nieve en un pequeño canasto, y ser cuidado casi de manera maternal por su maestra, siendo asi el ultimo discípulo de Baoshan. El pequeño Xiao creció como cualquier otro niño, sin embargo a su corta edad de 8 años, tenia la responsabilidad de meditar, cultivar con esmero, destacándose en las matemáticas, la caligrafía, incluso la música, aun con la espada cada vez que las clases terminaban el menor solía quedarse hasta tarde entrenando y perfeccionando sus pasos, algo de lo que Baoshan estaba orgullosa, Xiao Xingchen era su pequeño capullo que protegía y cuidaba, pero sobre todo, protegería del mundo exterior. Un pequeño de piel blanca, rasgos delicados, unos tiernos labios como cerezo en flor, y largos cabellos perfumados gracias a las hermosas flores y narcisos que se encontraban en la secta y perfumaban el ambiente, lo mas característico no eran sus ropajes blancos que lo hacían lucir como ser celestial, o la porte que desde muy pequeño desarrolló al seguir a su maestra, sino los ojos azules del pequeño, claros y brillantes que reflejaban la ternura, la inocencia pura de ese pequeño. Xiao Xingchen, era el discípulo mas joven que Baoshan poseía y a quien enseñaba con dedicación y reglas estrictas que el menor tenía que cumplir, empezando así ser nombrado pequeña luna.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    1000
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos 2300 vistas
  • ROL ABIERTO]
    *China, Secta Jixuan (Antigua mansion de las cuatro estaciones) un bello lugar de fantasia en la que las cuatro estciones parevian coexistir en armonía, era en la actualidad el inicio de una pequeña secta d ecultivacion donde dos maestros eran los envafgados de educar y enseñar a los discipulos, que no eran mucjos mas que un reducido grupo se jivencitos que habian llegado al correrse la voz de que el antiguo Daozhang conocido como "la suave brisa" era quien enseñaba. Tambien los rumores decian que el segundo maestro era nada mas ni nada menos que Xue Yang, nombre de cortesía Chengmei. Los cuales algunos tenian cierto meido pues se sabia su pasado, cosa que depsues cambiaron al convivir con el, pues no era precisamente lo que otros clanes decían y tanto el como el primer maestro se complementaban muy bien.

    A pesar de su reciente ceguera eso nonle impedia dar sus lecciones, pasando parte de su tiempo libre en dar paseos y cuidar de sus dos pequeños, llevando en ocasiones a Tian su primogénito a recoger algunas bayas*

    Anda ve aqui estare, no te alejes mucho tian.
    ROL ABIERTO] *China, Secta Jixuan (Antigua mansion de las cuatro estaciones) un bello lugar de fantasia en la que las cuatro estciones parevian coexistir en armonía, era en la actualidad el inicio de una pequeña secta d ecultivacion donde dos maestros eran los envafgados de educar y enseñar a los discipulos, que no eran mucjos mas que un reducido grupo se jivencitos que habian llegado al correrse la voz de que el antiguo Daozhang conocido como "la suave brisa" era quien enseñaba. Tambien los rumores decian que el segundo maestro era nada mas ni nada menos que Xue Yang, nombre de cortesía Chengmei. Los cuales algunos tenian cierto meido pues se sabia su pasado, cosa que depsues cambiaron al convivir con el, pues no era precisamente lo que otros clanes decían y tanto el como el primer maestro se complementaban muy bien. A pesar de su reciente ceguera eso nonle impedia dar sus lecciones, pasando parte de su tiempo libre en dar paseos y cuidar de sus dos pequeños, llevando en ocasiones a Tian su primogénito a recoger algunas bayas* Anda ve aqui estare, no te alejes mucho tian.
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos 1059 vistas
  • ❝ ✟ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐂𝐀𝐋𝐋 : Neill Victorain

    El clan Sakuma siempre había sido conocido por su nobleza y generosidad hacia los demás clanes vampíricos, siempre dispuestos a formar lazos, muy pocas eran las ocasiones en la que el clan Sakuma haya entrado en guerra, a lo largo de los siglos, habían ayudado a muchos a mantener a salvo, especialmente cuando el mundo está en constante evolución.

    Sin embargo, uno de los clanes enemigos, cuyo nombre era Iraimar se había vuelto más agresivo con el paso de los años, ocasionando que más de una vez ambos clanes choquen y se hayan declarado la guerra. Pero había un miembro en específico que le causó problemas al Clan de Rei, ese vampiro llamado Qeithar sembraba el caos y la destrucción, atacando indiscriminadamente tanto a vampiros como a humanos, nada ni nadie estaba a salvo de su sed de sangre y dominación, esto solo hizo que el clan Sakuma jure venganza, amenazando con atacar al clan enemigo.

    Aunque la venganza no era algo que despertara el interés de Rei, como líder del clan Sakuma no podía eludir su deber, con paso firme y mirada decidida, empacó sus pocas pertenencias y se dispuso a emprender el largo viaje hacia Italia, la ultima ubicación en la cual Qeithar fue visto. El largo viaje hacia Italia había agotado a Rei, tanto física como emocionalmente, apenas puso un pie en suelo italiano, lo primero que sintió fue un mareo producto de la debilidad. Había estado evitando alimentarse apropiadamente en su camino hacia allá, más que nada pensando en como capturar a ese tal Qeithar, ugh, ni siquiera podía recordar su rostro.

    Ahora, en las calles de una ciudad que le resultaba completamente desconocida, comenzó a sentir la sed atacarlo con fuerza, su garganta se secaba y sus colmillos empezaron a dolerle, anhelando hundirse en la suave piel de un cuello humano. Pero Rei sabía que no podía ceder al instinto, no en un lugar desconocido donde podría perder el control fácilmente, debía mantener la compostura y encontrar ayuda lo antes posible. Recorrió varias callejuelas estrechas y plazas repletas de gente, sintiéndose cada vez más mareado y desorientado.

    Fue entonces cuando un delicioso aroma llegó hasta él, despertando su parte más primitiva. Provenía de una persona que caminaba sola a unos metros de distancia. Rei tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no lanzarse sobre ella allí mismo. Su cuerpo se movía impulsado por una fuerza ajena a su voluntad, sus pies se deslizaron sigilosamente por las sombras, siguiendo a aquella persona que había despertado su hambre. Sus colmillos dolían cada vez más, reclamando ser hundidos en la carne tibia que latía a pocos metros.

    Cuando aquella persona se detuvo, Rei aprovechó para acortar la distancia de un sigiloso salto. —No te muevas. —susurró Rei con un hilo de voz. Le costaba horrores contenerse. —Solo... solo será un momento.
    ❝ ✟ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐂𝐀𝐋𝐋 : [anti.vampiros] El clan Sakuma siempre había sido conocido por su nobleza y generosidad hacia los demás clanes vampíricos, siempre dispuestos a formar lazos, muy pocas eran las ocasiones en la que el clan Sakuma haya entrado en guerra, a lo largo de los siglos, habían ayudado a muchos a mantener a salvo, especialmente cuando el mundo está en constante evolución. Sin embargo, uno de los clanes enemigos, cuyo nombre era Iraimar se había vuelto más agresivo con el paso de los años, ocasionando que más de una vez ambos clanes choquen y se hayan declarado la guerra. Pero había un miembro en específico que le causó problemas al Clan de Rei, ese vampiro llamado Qeithar sembraba el caos y la destrucción, atacando indiscriminadamente tanto a vampiros como a humanos, nada ni nadie estaba a salvo de su sed de sangre y dominación, esto solo hizo que el clan Sakuma jure venganza, amenazando con atacar al clan enemigo. Aunque la venganza no era algo que despertara el interés de Rei, como líder del clan Sakuma no podía eludir su deber, con paso firme y mirada decidida, empacó sus pocas pertenencias y se dispuso a emprender el largo viaje hacia Italia, la ultima ubicación en la cual Qeithar fue visto. El largo viaje hacia Italia había agotado a Rei, tanto física como emocionalmente, apenas puso un pie en suelo italiano, lo primero que sintió fue un mareo producto de la debilidad. Había estado evitando alimentarse apropiadamente en su camino hacia allá, más que nada pensando en como capturar a ese tal Qeithar, ugh, ni siquiera podía recordar su rostro. Ahora, en las calles de una ciudad que le resultaba completamente desconocida, comenzó a sentir la sed atacarlo con fuerza, su garganta se secaba y sus colmillos empezaron a dolerle, anhelando hundirse en la suave piel de un cuello humano. Pero Rei sabía que no podía ceder al instinto, no en un lugar desconocido donde podría perder el control fácilmente, debía mantener la compostura y encontrar ayuda lo antes posible. Recorrió varias callejuelas estrechas y plazas repletas de gente, sintiéndose cada vez más mareado y desorientado. Fue entonces cuando un delicioso aroma llegó hasta él, despertando su parte más primitiva. Provenía de una persona que caminaba sola a unos metros de distancia. Rei tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no lanzarse sobre ella allí mismo. Su cuerpo se movía impulsado por una fuerza ajena a su voluntad, sus pies se deslizaron sigilosamente por las sombras, siguiendo a aquella persona que había despertado su hambre. Sus colmillos dolían cada vez más, reclamando ser hundidos en la carne tibia que latía a pocos metros. Cuando aquella persona se detuvo, Rei aprovechó para acortar la distancia de un sigiloso salto. —No te muevas. —susurró Rei con un hilo de voz. Le costaba horrores contenerse. —Solo... solo será un momento.
    Me gusta
    Me encocora
    4
    34 turnos 1 maullido 2528 vistas
  • ¡Adéntrate en un mundo oculto bajo el velo de la realidad! Descubre un Japón donde la sociedad moderna se entrelaza con lo sobrenatural y los secretos más oscuros. ¿Estás listo para desvelar la verdad?

    En esta tierra de misterio, más de 10,000 personas desaparecen cada año en circunstancias inexplicables. Las "maldiciones", manifestaciones de odio y tragedia, acechan en las sombras. Los Hechiceros Jujutsu, dotados con la capacidad de percibir estas horripilantes presencias, son los guardianes que se alzan contra ellas en la vida cotidiana.

    Los antiguos clanes de hechiceros se extienden por el mundo, pero sus ojos están fijos en la bulliciosa ciudad de Tokio. En la prestigiosa institución Jujutsu High, una nueva generación se entrena para enfrentar a los Espíritus Malditos, cada vez más numerosos, astutos y destructivos. La pregunta es, ¿protegerán a la humanidad o serán su perdición?

    En este momento crucial de la historia, el destino está en tus manos. ¿Serás un valiente protector de la humanidad o caerás en las garras de las sombras, sumándote a las estadísticas de los desaparecidos? ¡Tu elección definirá el rumbo de esta épica batalla entre la luz y la oscuridad! ¡Únete a nosotros y descubre el poder de Jujutsu Kaisen!
    ¡Adéntrate en un mundo oculto bajo el velo de la realidad! Descubre un Japón donde la sociedad moderna se entrelaza con lo sobrenatural y los secretos más oscuros. ¿Estás listo para desvelar la verdad? En esta tierra de misterio, más de 10,000 personas desaparecen cada año en circunstancias inexplicables. Las "maldiciones", manifestaciones de odio y tragedia, acechan en las sombras. Los Hechiceros Jujutsu, dotados con la capacidad de percibir estas horripilantes presencias, son los guardianes que se alzan contra ellas en la vida cotidiana. Los antiguos clanes de hechiceros se extienden por el mundo, pero sus ojos están fijos en la bulliciosa ciudad de Tokio. En la prestigiosa institución Jujutsu High, una nueva generación se entrena para enfrentar a los Espíritus Malditos, cada vez más numerosos, astutos y destructivos. La pregunta es, ¿protegerán a la humanidad o serán su perdición? En este momento crucial de la historia, el destino está en tus manos. ¿Serás un valiente protector de la humanidad o caerás en las garras de las sombras, sumándote a las estadísticas de los desaparecidos? ¡Tu elección definirá el rumbo de esta épica batalla entre la luz y la oscuridad! ¡Únete a nosotros y descubre el poder de Jujutsu Kaisen! 🔮✨
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos 850 vistas
  • El Lich de Turujansk.

    Turujansk, Rusia. Finales del siglo XVIII.

    La feria anual reúne a los principales comerciantes de toda Siberia. ¿El motivo? Las pieles, las más valiosas de toda la región.

    Sin embargo, Turujanks no sólo es famosa por su comercio, también lo es por ser hogar para el exiliado. Políticos, traidores, renegados, criminales, desertores y rechazados.

    El clan Chérnikov se estableció en Turujansk hace dos generaciones tras emigrar desde los Urales al sur, y no fue el único. Las guerras de expansión les expulsaron de sus tierras natales para ofrecerles una nueva vida de frente a nuevos horizontes.

    Sucedió que un día, un clan caído en desgracia decidió dejar sus costumbres para reemplazarlas por la práctica de la peletería. ¿Cómo se dio tan trascendental cambio? Tras la muerte catastrófica de los patriarcas que significaban la cabeza de la familia y la guía de sus costumbres paganas. Se perdía así una línea de tradición ancestral y un árbol completo cuyas raíces ya no eran alimentadas por la brujería y la magia.

    Pero un joven se negó a aceptarlo. Ese joven estaba pronto a merecer esposa y quiso que fuera una bruja para garantizarle una esperanza a su clan. Y ojalá las cosas le hubieran sido fáciles o por lo menos propicias, pero la realidad es que un matrimonio entre brujo y bruja no es tan sencillo de conseguir. Primero, se necesita a una bruja y que su clan consienta el mestizaje de sus tradiciones si es que se da el caso. Pero las brujas verdaderas no abundan ni se hacen públicas. La única que este joven conocía ya le había rechazado dos veces.

    Para la tercera vez, el brujo se encomendó a sus ancestros y a la deidad de turno, pero los primeros no aprobaron la práctica pues la bruja en cuestión era una Chérnikov, hija de otras tierras y adoradora de Wolos. El brujo persistió, pese al rechazo de los suyos, ya que necesitaba tomar esa última oportunidad a como diera lugar. Estaba dispuesto a cruzar ciertos límites, a darle la espalda a sus ancestros derrotistas y a escoger otra deidad para fundar su propio clan.

    Escogió el camino más rápido y menos seguro, el camino del sacrificio, y así fue como robó la vida de seis doncellas vírgenes, seis por el número mágico tres que se repite, tres por la familia de dos que engendran a un tercero. Bailó a la luna llena para seducirle y bebió la sangre de las sacrificadas para comprometerse, y así lo hizo por tres noches seguidas antes de declararse por tercera vez.

    Ella se negó por tercera vez.

    El brujo, derrotado, abandonó la esperanza y parte de su corazón. Pero no se rindió. Buscó otra bruja, pero no descubrió a ninguna. En su frustración hizo un nuevo pacto y superó el siguiente de sus límites, cortejaría a cualquier mujer que pareciera apta y forzaría la apertura de su tercer ojo para descubrir su magia. Sin embargo, una tras otra, las mujeres sucumbían a la locura antes que mostrarse capaces para la brujería.

    Las mujeres morían de locura y el brujo empezaba a despertar sospechas, su tiempo se acababa y su cuerpo maduraba haciéndose poco atractivo para las más jóvenes.

    De pronto, el brujo desapareció. Su hogar fue abandonado y su pista perdida como si se lo hubiera tragado la tierra, nadie supo de él hasta que la mayoría lo olvidó.

    Dos décadas después, el brujo volvió. Rejuvenecido, vibrante y lleno de alegría como si ninguna sombra le hubiera tocado jamás. Y una bruja se sintió atraída por él, una joven Chérnikov descendiente de aquella que antes le rechazó, como si el encantamiento hubiera surtido efecto con mucho retraso.

    Al fin, el brujo encontró su felicidad que fue por partida doble cuando la bruja quedó embarazada. Pero fue por poco, pues el bebé falleció. Una y dos veces más, ningún embarazo prosperó. Sin importar cuántos encantos o conjuros hicieran ella y él, su prole no sobrevivía, sin enfermedades ni señales de peste, ningún bebé vivía más de doce días.

    El brujo creció en angustia y sospecha, creyó que ella estaba maldita o que mataba a los bebés en nombre de un clan resentido. Por eso, el día que la bruja quedó encinta una vez más, el brujo tomó medidas. Encerró a la bruja y le prohibió cualquier contacto con el exterior, le ató las muñecas y los pies para que no pudiera soltarse de la cama y le cubrió la boca para que fuera incapaz de recitar conjuro alguno.

    Pero no contó con los viajes astrales de los que ella era capaz.

    El clan Chérnikov cayó en amenazas al rescate de su pariente y el brujo no pudo más que ceder aunque ardiendo en profundo rencor, que por intenso que fuera, no podría rivalizar contra toda la familia que se llevó a la mujer.

    El bebé, por cierto, ni siquiera llegó a término.

    El brujo, cuyo odio fermentó hasta hacerse peligroso con cada día que pasaba, finalmente cruzó el último de los límites. Vendió su alma a cambio de la inmortalidad y compró así todo el poder que pudiera necesitar para vencer al clan Chérnikov a fin de recuperar a su mujer.

    El brujo se convirtió en lo que se conoce como un Lich, un peligroso monstruo muerto viviente que todos los clanes acordaron destruir.

    Y así fue como sucedió la guerra de los clanes paganos contra el Lich de Turujansk.
    El Lich de Turujansk. Turujansk, Rusia. Finales del siglo XVIII. La feria anual reúne a los principales comerciantes de toda Siberia. ¿El motivo? Las pieles, las más valiosas de toda la región. Sin embargo, Turujanks no sólo es famosa por su comercio, también lo es por ser hogar para el exiliado. Políticos, traidores, renegados, criminales, desertores y rechazados. El clan Chérnikov se estableció en Turujansk hace dos generaciones tras emigrar desde los Urales al sur, y no fue el único. Las guerras de expansión les expulsaron de sus tierras natales para ofrecerles una nueva vida de frente a nuevos horizontes. Sucedió que un día, un clan caído en desgracia decidió dejar sus costumbres para reemplazarlas por la práctica de la peletería. ¿Cómo se dio tan trascendental cambio? Tras la muerte catastrófica de los patriarcas que significaban la cabeza de la familia y la guía de sus costumbres paganas. Se perdía así una línea de tradición ancestral y un árbol completo cuyas raíces ya no eran alimentadas por la brujería y la magia. Pero un joven se negó a aceptarlo. Ese joven estaba pronto a merecer esposa y quiso que fuera una bruja para garantizarle una esperanza a su clan. Y ojalá las cosas le hubieran sido fáciles o por lo menos propicias, pero la realidad es que un matrimonio entre brujo y bruja no es tan sencillo de conseguir. Primero, se necesita a una bruja y que su clan consienta el mestizaje de sus tradiciones si es que se da el caso. Pero las brujas verdaderas no abundan ni se hacen públicas. La única que este joven conocía ya le había rechazado dos veces. Para la tercera vez, el brujo se encomendó a sus ancestros y a la deidad de turno, pero los primeros no aprobaron la práctica pues la bruja en cuestión era una Chérnikov, hija de otras tierras y adoradora de Wolos. El brujo persistió, pese al rechazo de los suyos, ya que necesitaba tomar esa última oportunidad a como diera lugar. Estaba dispuesto a cruzar ciertos límites, a darle la espalda a sus ancestros derrotistas y a escoger otra deidad para fundar su propio clan. Escogió el camino más rápido y menos seguro, el camino del sacrificio, y así fue como robó la vida de seis doncellas vírgenes, seis por el número mágico tres que se repite, tres por la familia de dos que engendran a un tercero. Bailó a la luna llena para seducirle y bebió la sangre de las sacrificadas para comprometerse, y así lo hizo por tres noches seguidas antes de declararse por tercera vez. Ella se negó por tercera vez. El brujo, derrotado, abandonó la esperanza y parte de su corazón. Pero no se rindió. Buscó otra bruja, pero no descubrió a ninguna. En su frustración hizo un nuevo pacto y superó el siguiente de sus límites, cortejaría a cualquier mujer que pareciera apta y forzaría la apertura de su tercer ojo para descubrir su magia. Sin embargo, una tras otra, las mujeres sucumbían a la locura antes que mostrarse capaces para la brujería. Las mujeres morían de locura y el brujo empezaba a despertar sospechas, su tiempo se acababa y su cuerpo maduraba haciéndose poco atractivo para las más jóvenes. De pronto, el brujo desapareció. Su hogar fue abandonado y su pista perdida como si se lo hubiera tragado la tierra, nadie supo de él hasta que la mayoría lo olvidó. Dos décadas después, el brujo volvió. Rejuvenecido, vibrante y lleno de alegría como si ninguna sombra le hubiera tocado jamás. Y una bruja se sintió atraída por él, una joven Chérnikov descendiente de aquella que antes le rechazó, como si el encantamiento hubiera surtido efecto con mucho retraso. Al fin, el brujo encontró su felicidad que fue por partida doble cuando la bruja quedó embarazada. Pero fue por poco, pues el bebé falleció. Una y dos veces más, ningún embarazo prosperó. Sin importar cuántos encantos o conjuros hicieran ella y él, su prole no sobrevivía, sin enfermedades ni señales de peste, ningún bebé vivía más de doce días. El brujo creció en angustia y sospecha, creyó que ella estaba maldita o que mataba a los bebés en nombre de un clan resentido. Por eso, el día que la bruja quedó encinta una vez más, el brujo tomó medidas. Encerró a la bruja y le prohibió cualquier contacto con el exterior, le ató las muñecas y los pies para que no pudiera soltarse de la cama y le cubrió la boca para que fuera incapaz de recitar conjuro alguno. Pero no contó con los viajes astrales de los que ella era capaz. El clan Chérnikov cayó en amenazas al rescate de su pariente y el brujo no pudo más que ceder aunque ardiendo en profundo rencor, que por intenso que fuera, no podría rivalizar contra toda la familia que se llevó a la mujer. El bebé, por cierto, ni siquiera llegó a término. El brujo, cuyo odio fermentó hasta hacerse peligroso con cada día que pasaba, finalmente cruzó el último de los límites. Vendió su alma a cambio de la inmortalidad y compró así todo el poder que pudiera necesitar para vencer al clan Chérnikov a fin de recuperar a su mujer. El brujo se convirtió en lo que se conoce como un Lich, un peligroso monstruo muerto viviente que todos los clanes acordaron destruir. Y así fue como sucedió la guerra de los clanes paganos contra el Lich de Turujansk.
    0 turnos 0 maullidos 686 vistas
Ver más resultados
Patrocinados