https://youtu.be/EpAWKMvGUUw?si=Knw4OGrxLCBWyLvP
El cielo auguraba tormenta estaban casi a las afueras de la ciudad. Alastor había movido a las tropas con astucia y sin llamar la atención respetando a los aldeanos y sus propiedades, poner al pueblo en contra no era bueno, los orcos habían sido los más difíciles de convencer, pero habían cedido por que se les prometió una buena batalla donde ganaría honor para sus clanes. Alastor había logrado reunir a las razas que la propia usurpadora había puesto en su contra estaba al frente de las tropas en todas las batallas que habían pasado hasta llegar aquí el había estado en primera línea.
Miro a las tropas y alzo la voz:
—¡Hermanos os ata un juramento dadle hoy cumplimiento!
Un relámpago cruzo el cielo y el grito de sus tropas acallo el sonido del trueno. Se lanzaron a la carga infantería en primera fila con la caballería pesada cubriendo sus flancos. La respuesta de la ciudadela no se hizo esperar, tal como Alastor esperaba lanzaron una andanada de flechas. La primera fila de magos a los cuales había ocultado entre todas las tropas, activó los escudos cubriéndoles haciendo que las flechas no les tocaran los arqueros tras ellos lanzaron su respuesta y la segunda línea de magos multiplicaron las flechas otorgándolas de toda clase de hechizos, fuego, veneno, detonantes, debían ser rápidos eso los caracterizaba, rapidez y eficacia. La lluvia estallo al tiempo que reventaban como un tsunami el rastrillo empezando a tomar las calles. Cambiaron de estrategia al entrar, la caballería formo una v protegiendo a la infantería y cargando contra los defensores, estaban coordinados como un solo ente. Pronto las Serafines de Valisa se unieron al combate.
Un orco salto agarro a una que iba a la espalda de Alastor y le arranco las alas, el no miro atrás tenia un solo objetivo, solo uno, había jugado sus cartas sabiamente, había aguantado mucho al servicio de la asesina de su familia, sabia cuántas tropas tenía Valisa como llegar al castillo encontrando la menor resistencia posible, era hora de poner las cuentas al día.
La batalla era ardua no iba a ser fácil tomar la capital, pero no fracasarían no ahora. Una pequeña unidad vio la puerta del castillo avanzaron apenas sin dificultades, la puerta estaba abierta tal como había acordado con el servicio que le era leal a él, el verdadero rey, iban tomando sala a sala, piso a piso, eliminando a la guardia, se quito el yelmo para tener mejor visión, sus músculos se tensaron cuando estaba frente a la puerta de salón del trono, solo había dos guardias entre el y su premio.
El cielo auguraba tormenta estaban casi a las afueras de la ciudad. Alastor había movido a las tropas con astucia y sin llamar la atención respetando a los aldeanos y sus propiedades, poner al pueblo en contra no era bueno, los orcos habían sido los más difíciles de convencer, pero habían cedido por que se les prometió una buena batalla donde ganaría honor para sus clanes. Alastor había logrado reunir a las razas que la propia usurpadora había puesto en su contra estaba al frente de las tropas en todas las batallas que habían pasado hasta llegar aquí el había estado en primera línea.
Miro a las tropas y alzo la voz:
—¡Hermanos os ata un juramento dadle hoy cumplimiento!
Un relámpago cruzo el cielo y el grito de sus tropas acallo el sonido del trueno. Se lanzaron a la carga infantería en primera fila con la caballería pesada cubriendo sus flancos. La respuesta de la ciudadela no se hizo esperar, tal como Alastor esperaba lanzaron una andanada de flechas. La primera fila de magos a los cuales había ocultado entre todas las tropas, activó los escudos cubriéndoles haciendo que las flechas no les tocaran los arqueros tras ellos lanzaron su respuesta y la segunda línea de magos multiplicaron las flechas otorgándolas de toda clase de hechizos, fuego, veneno, detonantes, debían ser rápidos eso los caracterizaba, rapidez y eficacia. La lluvia estallo al tiempo que reventaban como un tsunami el rastrillo empezando a tomar las calles. Cambiaron de estrategia al entrar, la caballería formo una v protegiendo a la infantería y cargando contra los defensores, estaban coordinados como un solo ente. Pronto las Serafines de Valisa se unieron al combate.
Un orco salto agarro a una que iba a la espalda de Alastor y le arranco las alas, el no miro atrás tenia un solo objetivo, solo uno, había jugado sus cartas sabiamente, había aguantado mucho al servicio de la asesina de su familia, sabia cuántas tropas tenía Valisa como llegar al castillo encontrando la menor resistencia posible, era hora de poner las cuentas al día.
La batalla era ardua no iba a ser fácil tomar la capital, pero no fracasarían no ahora. Una pequeña unidad vio la puerta del castillo avanzaron apenas sin dificultades, la puerta estaba abierta tal como había acordado con el servicio que le era leal a él, el verdadero rey, iban tomando sala a sala, piso a piso, eliminando a la guardia, se quito el yelmo para tener mejor visión, sus músculos se tensaron cuando estaba frente a la puerta de salón del trono, solo había dos guardias entre el y su premio.
https://youtu.be/EpAWKMvGUUw?si=Knw4OGrxLCBWyLvP
El cielo auguraba tormenta estaban casi a las afueras de la ciudad. Alastor había movido a las tropas con astucia y sin llamar la atención respetando a los aldeanos y sus propiedades, poner al pueblo en contra no era bueno, los orcos habían sido los más difíciles de convencer, pero habían cedido por que se les prometió una buena batalla donde ganaría honor para sus clanes. Alastor había logrado reunir a las razas que la propia usurpadora había puesto en su contra estaba al frente de las tropas en todas las batallas que habían pasado hasta llegar aquí el había estado en primera línea.
Miro a las tropas y alzo la voz:
—¡Hermanos os ata un juramento dadle hoy cumplimiento!
Un relámpago cruzo el cielo y el grito de sus tropas acallo el sonido del trueno. Se lanzaron a la carga infantería en primera fila con la caballería pesada cubriendo sus flancos. La respuesta de la ciudadela no se hizo esperar, tal como Alastor esperaba lanzaron una andanada de flechas. La primera fila de magos a los cuales había ocultado entre todas las tropas, activó los escudos cubriéndoles haciendo que las flechas no les tocaran los arqueros tras ellos lanzaron su respuesta y la segunda línea de magos multiplicaron las flechas otorgándolas de toda clase de hechizos, fuego, veneno, detonantes, debían ser rápidos eso los caracterizaba, rapidez y eficacia. La lluvia estallo al tiempo que reventaban como un tsunami el rastrillo empezando a tomar las calles. Cambiaron de estrategia al entrar, la caballería formo una v protegiendo a la infantería y cargando contra los defensores, estaban coordinados como un solo ente. Pronto las Serafines de Valisa se unieron al combate.
Un orco salto agarro a una que iba a la espalda de Alastor y le arranco las alas, el no miro atrás tenia un solo objetivo, solo uno, había jugado sus cartas sabiamente, había aguantado mucho al servicio de la asesina de su familia, sabia cuántas tropas tenía Valisa como llegar al castillo encontrando la menor resistencia posible, era hora de poner las cuentas al día.
La batalla era ardua no iba a ser fácil tomar la capital, pero no fracasarían no ahora. Una pequeña unidad vio la puerta del castillo avanzaron apenas sin dificultades, la puerta estaba abierta tal como había acordado con el servicio que le era leal a él, el verdadero rey, iban tomando sala a sala, piso a piso, eliminando a la guardia, se quito el yelmo para tener mejor visión, sus músculos se tensaron cuando estaba frente a la puerta de salón del trono, solo había dos guardias entre el y su premio.