• Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Ver el reflejo de las auroras boreales en
    su pelaje blanco.. supe que la octava maravilla era ella y yo era un maldito afortunado de ser el único en visualizar tal maravilla.
    Ver el reflejo de las auroras boreales en su pelaje blanco.. supe que la octava maravilla era ella y yo era un maldito afortunado de ser el único en visualizar tal maravilla.
    La aurora baila sobre nosotros como testigo de nuestro destino. No somos solo dos criaturas de la noche: somos historia escrita en la escarcha, susurros grabados en el viento. Y cada vez que aúllas, el universo escucha mi nombre.

    Fotito de luna de miel, especial entre nosotros.
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  • - Logan , olfatea un aroma muy raro en estas catacumbas. una clase de energía muy antigua pero además de siniestra, sus instintos le alertan de que debe retroceder pero su deber le insta a seguir avanzando.

    A su paso, ya ha dejado derrotados a varios esqueletos que se alzaron para detenerlo. sin lugar a dudas esto es obra de algun nigromante -
    - Logan , olfatea un aroma muy raro en estas catacumbas. una clase de energía muy antigua pero además de siniestra, sus instintos le alertan de que debe retroceder pero su deber le insta a seguir avanzando. A su paso, ya ha dejado derrotados a varios esqueletos que se alzaron para detenerlo. sin lugar a dudas esto es obra de algun nigromante -
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  • —ꓴ𝗴𝘩... 𝘞𝖺𝙠𝗲 𝗎𝗽 𝘣𝗎t 𝖺t 𝘸𝘩𝙖𝙩 𝖼𝗼𝙨t...
    𝘁𝘩𝖺t 𝘸𝖺𝙨 𝖺 𝗴𝗼𝗼𝖽 𝗇𝖺𝗽...




    {¡Buenos días!, al igual que Ley ando reviviendo de un finde matador y a penas sé quién soy, así que pongo la pava(? y juro que respondo a los pendientes ;u; .
    Gracias por la paciencia y la oportunidad de desarrollar algo con ella ♥.}
    —ꓴ𝗴𝘩... 𝘞𝖺𝙠𝗲 𝗎𝗽 𝘣𝗎t 𝖺t 𝘸𝘩𝙖𝙩 𝖼𝗼𝙨t... 𝘁𝘩𝖺t 𝘸𝖺𝙨 𝖺 𝗴𝗼𝗼𝖽 𝗇𝖺𝗽... {¡Buenos días!, al igual que Ley ando reviviendo de un finde matador y a penas sé quién soy, así que pongo la pava(? y juro que respondo a los pendientes ;u; . Gracias por la paciencia y la oportunidad de desarrollar algo con ella ♥.}
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  • ——— 𝙻𝚊 𝙷𝚊𝚋𝚒𝚝𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝙽𝚎𝚐𝚛𝚊

    Un nivel por debajo del club, oculto incluso para los ojos más curiosos, se encuentra La Habitación Negra.
    No hay acceso libre, no hay llaves visibles. Solo unos pocos conocen su existencia. Este santuario subterráneo no está destinado al placer, sino al poder.

    La Habitación Negra es el arsenal personal, meticulosamente mantenido, del ex-líder de The Animals. Un recuerdo de su reinado. Un lugar donde la violencia descansa como una bestia enjaulada, esperando ser despertada.

    Entre sus paredes reforzadas se encuentra lo último en ingeniería armamentística, tanto clásica como experimental. Cada pieza ha sido seleccionada especialmente por su letalidad contra objetivos de cualquier naturaleza.

    Entre su contenido se encuentran:

    ——— Armas de fuego modificadas (pistolas silenciadas, subfusiles compactos, rifles de precisión).
    ——— Munición de todo tipo.
    ——— Cuchillas ceremoniales y navajas de diseño personalizado.
    ——— Explosivos inteligentes y cargas controladas.
    ——— Dispositivos de rastreo y vigilancia de última generación.
    ——— Chalecos tácticos, trajes de camuflaje urbano y equipo para infiltración.
    ——— Drogas de combate, estimulantes y antídotos en cápsulas selladas.
    ——— Documentación falsificada, chips de identidad, teléfonos sin rastro.
    ——— Un espacio reservado para artefactos antiguos, algunos imposibles de catalogar.

    Kalhi NigDurgae Wolf ᴬᵁ
    ——— 𝙻𝚊 𝙷𝚊𝚋𝚒𝚝𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝙽𝚎𝚐𝚛𝚊 Un nivel por debajo del club, oculto incluso para los ojos más curiosos, se encuentra La Habitación Negra. No hay acceso libre, no hay llaves visibles. Solo unos pocos conocen su existencia. Este santuario subterráneo no está destinado al placer, sino al poder. La Habitación Negra es el arsenal personal, meticulosamente mantenido, del ex-líder de The Animals. Un recuerdo de su reinado. Un lugar donde la violencia descansa como una bestia enjaulada, esperando ser despertada. Entre sus paredes reforzadas se encuentra lo último en ingeniería armamentística, tanto clásica como experimental. Cada pieza ha sido seleccionada especialmente por su letalidad contra objetivos de cualquier naturaleza. Entre su contenido se encuentran: ——— Armas de fuego modificadas (pistolas silenciadas, subfusiles compactos, rifles de precisión). ——— Munición de todo tipo. ——— Cuchillas ceremoniales y navajas de diseño personalizado. ——— Explosivos inteligentes y cargas controladas. ——— Dispositivos de rastreo y vigilancia de última generación. ——— Chalecos tácticos, trajes de camuflaje urbano y equipo para infiltración. ——— Drogas de combate, estimulantes y antídotos en cápsulas selladas. ——— Documentación falsificada, chips de identidad, teléfonos sin rastro. ——— Un espacio reservado para artefactos antiguos, algunos imposibles de catalogar. [kalh1] [Wolfy]
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  • "La Casa Negra" (Prólogo).

    Las ráfagas de viento helado y nieve se arremolinan alrededor del brujo sin que le muevan ni un sólo cabello aquí, en las tierras dominadas por el frío, su elemento primordial. Tiene el celular en la mano cuya señal se mantiene activa por pura magia, al igual que la batería y la integridad física. Lo usa para comunicarse con su primo.

    "Encontré la Casa Negra, está en Siberia y eso no me gusta, pero hablaremos de eso más tarde. No sé cuanto tiempo se quedará aquí, seré tu ancla hasta que tú y tu grupo atraviesen el portal empezando desde ya."

    El brujo envía el mensaje que no tardará más de dos minutos en llegar al dispositivo del destinatario, tenga o no tenga señal/internet. A su lado, una mujer menuda parece tan inmune a las heladas como él mismo.

    — Ekkora, ¿Qué puedes sentir de esta casa? ¿Te parece familiar? —Le pregunta, con voz profunda y tranquila, marcando las palabras.

    La Casa Negra, el objetivo de Crow, es una mansión de dos plantas de estilo victoriano que recorta el paisaje blanco siberiano haciéndose notar como una espina clavada en la ingle, tan perturbadora como la energía que la rodea y que sacude los sentidos de todo aquel que posea alguna relación con las fuerzas que operan detrás de las anomalías.

    Tolek, bien conocedor del pasado de Ekkora y su existencia previa, también sabe que ella posee no sólo uno, sino todos los sentidos relacionados con los espacios liminales. Asimismo, sabe que esta es una oportunidad invaluable para ponerle a prueba y permitirle interactuar con la que no es otra cosa que su verdadera naturaleza.

    — No sólo estás aquí para aprender, también tendrás que relacionarte con otros seres... no tan humanos Necesitarán que les guíes ahí dentro, de preferencia deberían salir de ahí con vida. Todos. ¿Comprendes?

    #ElBrujoCojo ꧁ঔৣ☬✞ 𝕮𝖗𝖔𝖜 ✞☬ঔৣ꧂ 𝗘𝗸𝗸𝗼𝗿𝗮 ⱽᵃⁿᵗᵃᴮˡᵃᶜᵏ
    "La Casa Negra" (Prólogo). Las ráfagas de viento helado y nieve se arremolinan alrededor del brujo sin que le muevan ni un sólo cabello aquí, en las tierras dominadas por el frío, su elemento primordial. Tiene el celular en la mano cuya señal se mantiene activa por pura magia, al igual que la batería y la integridad física. Lo usa para comunicarse con su primo. "Encontré la Casa Negra, está en Siberia y eso no me gusta, pero hablaremos de eso más tarde. No sé cuanto tiempo se quedará aquí, seré tu ancla hasta que tú y tu grupo atraviesen el portal empezando desde ya." El brujo envía el mensaje que no tardará más de dos minutos en llegar al dispositivo del destinatario, tenga o no tenga señal/internet. A su lado, una mujer menuda parece tan inmune a las heladas como él mismo. — Ekkora, ¿Qué puedes sentir de esta casa? ¿Te parece familiar? —Le pregunta, con voz profunda y tranquila, marcando las palabras. La Casa Negra, el objetivo de Crow, es una mansión de dos plantas de estilo victoriano que recorta el paisaje blanco siberiano haciéndose notar como una espina clavada en la ingle, tan perturbadora como la energía que la rodea y que sacude los sentidos de todo aquel que posea alguna relación con las fuerzas que operan detrás de las anomalías. Tolek, bien conocedor del pasado de Ekkora y su existencia previa, también sabe que ella posee no sólo uno, sino todos los sentidos relacionados con los espacios liminales. Asimismo, sabe que esta es una oportunidad invaluable para ponerle a prueba y permitirle interactuar con la que no es otra cosa que su verdadera naturaleza. — No sólo estás aquí para aprender, también tendrás que relacionarte con otros seres... no tan humanos Necesitarán que les guíes ahí dentro, de preferencia deberían salir de ahí con vida. Todos. ¿Comprendes? #ElBrujoCojo [TheCrow] [Ekkora]
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  • Ina está sentada sobre el suelo del templo, rodeada de papeles con gráficos y garabatos. Bloop, su tentáculo, intenta comerse un papel que muestra un gráfico de barras titulado 'Beneficios de unirse al culto: Galletas vs Salvación eterna'.

    —¡Atención, atención~! —da golpecitos contra el suelo— según mis investigaciones avanzadas... —tosesita— y un sueño que tuve anoche... ¡Necesitamos un enfoque más sofisticado para el reclutamiento!

    Ina hace zoom en una presentación llena de garabatos brillantes en su tablet. Señala un diagrama titulado 'Conversión de Pequeños Mortales a Miembros del Culto en 4 sencillos pasos'.

    —Primero: ¿quiénes son nuestros clientes ideales? —muestra imágenes de personas random a las que fotografió en la calle sin pedir permiso— ¡Personas con buen sentido del humor, amantes de lo oculto, cansados de sus monótonas vidas sin emociones y de sus sueldos mediocres... y, sobre todo... —susurro dramático— aquellos que no pregunten demasiado sobre los 'sacrificios semanales' —guiño, guiño.

    Shy Guy, otro tentáculo, arma una pila de folletos con el lema '¡Únete a nosotros! (las galletas no son una estafa piramidal)

    —Segundo: ¡Publicidad llamativa! —abre un banner digital que dice '¿Cansado de tu alma? ¡Reciclala con nosotros!'— Podemos usar redes sociales, memes viralizables y, quizás... un TikTok protagonizado por tentáculos —asiente con profesionalismo.

    Tiny intenta hacer un baile de TikTok y se enreda sobre sí mismo. Glitter suspira y lo desenreda.

    —¡Tercero! ¡Activaciones divertidas! —abre la app de calendario— Lunes de talleres de 'como dibujar tu propio símbolo maldito' con materiales incluidos, pero alma no... Y, quizás podamos añadir un sábado de happy hour con pociones de colores que te hacen ver el futuro~ —pausa dramática— ...ejem, solo evitemos hablar de los efectos secundarios, si.

    Ina se levanta con una sonrisa que promete caos y galletas, y toma un cuaderno con stickers del suelo.

    —Y por últimooo... ¡Fidelización! —se aclara la garganta— cada miembro nuevo recibe un kit de iniciación~ ¡Y recuerden, equipo! —voz inspiradora— No estamos solo reclutando miembros... ¡estamos reclutando familia~! ...O algo parecido.
    Ina está sentada sobre el suelo del templo, rodeada de papeles con gráficos y garabatos. Bloop, su tentáculo, intenta comerse un papel que muestra un gráfico de barras titulado 'Beneficios de unirse al culto: Galletas vs Salvación eterna'. —¡Atención, atención~! —da golpecitos contra el suelo— según mis investigaciones avanzadas... —tosesita— y un sueño que tuve anoche... ¡Necesitamos un enfoque más sofisticado para el reclutamiento! Ina hace zoom en una presentación llena de garabatos brillantes en su tablet. Señala un diagrama titulado 'Conversión de Pequeños Mortales a Miembros del Culto en 4 sencillos pasos'. —Primero: ¿quiénes son nuestros clientes ideales? —muestra imágenes de personas random a las que fotografió en la calle sin pedir permiso— ¡Personas con buen sentido del humor, amantes de lo oculto, cansados de sus monótonas vidas sin emociones y de sus sueldos mediocres... y, sobre todo... —susurro dramático— aquellos que no pregunten demasiado sobre los 'sacrificios semanales' —guiño, guiño. Shy Guy, otro tentáculo, arma una pila de folletos con el lema '¡Únete a nosotros! (las galletas no son una estafa piramidal) —Segundo: ¡Publicidad llamativa! —abre un banner digital que dice '¿Cansado de tu alma? ¡Reciclala con nosotros!'— Podemos usar redes sociales, memes viralizables y, quizás... un TikTok protagonizado por tentáculos —asiente con profesionalismo. Tiny intenta hacer un baile de TikTok y se enreda sobre sí mismo. Glitter suspira y lo desenreda. —¡Tercero! ¡Activaciones divertidas! —abre la app de calendario— Lunes de talleres de 'como dibujar tu propio símbolo maldito' con materiales incluidos, pero alma no... Y, quizás podamos añadir un sábado de happy hour con pociones de colores que te hacen ver el futuro~ —pausa dramática— ...ejem, solo evitemos hablar de los efectos secundarios, si. Ina se levanta con una sonrisa que promete caos y galletas, y toma un cuaderno con stickers del suelo. —Y por últimooo... ¡Fidelización! —se aclara la garganta— cada miembro nuevo recibe un kit de iniciación~ ¡Y recuerden, equipo! —voz inspiradora— No estamos solo reclutando miembros... ¡estamos reclutando familia~! ...O algo parecido.
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  • "El día que los muertos caminaron con la primavera"

    Melinoë

    La tierra crujió al abrirse. No fue un estruendo, ni un rugido; fue un suspiro hondo, húmedo, como el sonido de una herida que no cierra. De esa fisura emergió Perséfone, reina de lo que yace bajo los pies del mundo, vestida con los jirones del invierno y el olor dulce del olvido. Detrás de ella, en silencio absoluto, Melíone ascendía.

    La hija venía como una sombra que no busca luz. No tocaba nada, pero todo en su presencia se helaba un poco. Ninguna palabra brotó de su boca. Era una criatura hecha del eco de los partos malogrados, de las velas apagadas antes del deseo, del miedo que nadie pronuncia pero todos cargan. Melíone no preguntaba. No necesitaba hacerlo. Todo en ella era comprensión sin lenguaje.

    Perséfone no miraba atrás. No debía. Si lo hacía, se arriesgaba a ver en los ojos de su hija la verdad cruda de lo que había creado.

    Salieron al mundo cuando la primera brisa del equinoccio aún dormía en las ramas más altas. Perséfone pisó la tierra como quien reclama una deuda. Cada paso suyo sembraba vida, sí, pero una vida enferma, ambigua, que florecía con un temblor de fiebre. Las flores brotaban de golpe, con un estallido que parecía dolor más que gozo, y se marchitaban en segundos, como si entendieran que no debían durar.

    Atravesaron campos en barbecho, donde los cuervos vigilaban desde postes torcidos. Perséfone no acarició ningún tallo ni saludó a criatura alguna. Su andar era el de una madre que no espera gratitud. La tierra la reconocía, pero no la amaba. Le temía, porque sabía que cada año venía a recordar el precio del verde.

    El mundo de los vivos se estremecía a su paso. Las aguas se detenían apenas un segundo. Las madres sentían un escalofrío en la espalda mientras peinaban a sus hijos. Los perros dejaban de ladrar y miraban al vacío, con el hocico bajo. Algo antiguo y sin nombre estaba entre ellos, pero ninguno se atrevía a nombrarlo.

    Melíone caminaba detrás, sin tocar nada. No necesitaba hacerlo. Su sola presencia ya era impacto. Allí donde posaba los ojos, el metal se oxidaba más rápido, los relojes perdían segundos y las frutas en los mercados se ennegrecían desde dentro. No dejaba huellas. No olía a nada. Y, sin embargo, los vivos sentían que alguien los miraba con el peso de una eternidad sin rostro.

    Perséfone avanzaba sin mirar a su hija, pero sabía que ella absorbía todo: el dolor de los nacimientos, la torpeza de los besos apresurados, la desesperación de los cuerpos que envejecen sin sentido. Era un viaje de iniciación, pero no hacia la vida. Era el bautismo lento y cruel de quien debe entender la existencia para gobernar su final.

    No hubo palabras. No las había entre ellas. Solo el crujido de la hierba, el silbido lejano de un gallo, el sol temblando en el horizonte como una promesa podrida. Perséfone guió a su hija por pueblos que olvidarán esa mañana para siempre. Por iglesias donde los santos lloraban sangre reseca. Por cementerios donde las lápidas se estremecieron, reconociendo una presencia más profunda que la muerte.

    Cuando el recorrido terminó, Perséfone se detuvo frente a un rosal seco. No lo tocó. Lo miró. Y al instante, floreció con una belleza grotesca: pétalos gruesos, rojo casi negro, espinas como dientes. Era una ofrenda. O una advertencia.

    Sin mirar a Melíone, volvió al camino hacia abajo. El descenso era lento. Los vivos no la vieron irse. Pero durante días, el aire tuvo ese sabor raro, entre sangre y tierra mojada. Durante semanas, los niños soñaron con mujeres vestidas de luto y fuego. Y durante años, cada primavera se volvió un poco más triste.

    Así fue el primer viaje de madre e hija. No se habló de él. Pero el mundo, desde entonces, recuerda.
    "El día que los muertos caminaron con la primavera" [Mel_Infra] La tierra crujió al abrirse. No fue un estruendo, ni un rugido; fue un suspiro hondo, húmedo, como el sonido de una herida que no cierra. De esa fisura emergió Perséfone, reina de lo que yace bajo los pies del mundo, vestida con los jirones del invierno y el olor dulce del olvido. Detrás de ella, en silencio absoluto, Melíone ascendía. La hija venía como una sombra que no busca luz. No tocaba nada, pero todo en su presencia se helaba un poco. Ninguna palabra brotó de su boca. Era una criatura hecha del eco de los partos malogrados, de las velas apagadas antes del deseo, del miedo que nadie pronuncia pero todos cargan. Melíone no preguntaba. No necesitaba hacerlo. Todo en ella era comprensión sin lenguaje. Perséfone no miraba atrás. No debía. Si lo hacía, se arriesgaba a ver en los ojos de su hija la verdad cruda de lo que había creado. Salieron al mundo cuando la primera brisa del equinoccio aún dormía en las ramas más altas. Perséfone pisó la tierra como quien reclama una deuda. Cada paso suyo sembraba vida, sí, pero una vida enferma, ambigua, que florecía con un temblor de fiebre. Las flores brotaban de golpe, con un estallido que parecía dolor más que gozo, y se marchitaban en segundos, como si entendieran que no debían durar. Atravesaron campos en barbecho, donde los cuervos vigilaban desde postes torcidos. Perséfone no acarició ningún tallo ni saludó a criatura alguna. Su andar era el de una madre que no espera gratitud. La tierra la reconocía, pero no la amaba. Le temía, porque sabía que cada año venía a recordar el precio del verde. El mundo de los vivos se estremecía a su paso. Las aguas se detenían apenas un segundo. Las madres sentían un escalofrío en la espalda mientras peinaban a sus hijos. Los perros dejaban de ladrar y miraban al vacío, con el hocico bajo. Algo antiguo y sin nombre estaba entre ellos, pero ninguno se atrevía a nombrarlo. Melíone caminaba detrás, sin tocar nada. No necesitaba hacerlo. Su sola presencia ya era impacto. Allí donde posaba los ojos, el metal se oxidaba más rápido, los relojes perdían segundos y las frutas en los mercados se ennegrecían desde dentro. No dejaba huellas. No olía a nada. Y, sin embargo, los vivos sentían que alguien los miraba con el peso de una eternidad sin rostro. Perséfone avanzaba sin mirar a su hija, pero sabía que ella absorbía todo: el dolor de los nacimientos, la torpeza de los besos apresurados, la desesperación de los cuerpos que envejecen sin sentido. Era un viaje de iniciación, pero no hacia la vida. Era el bautismo lento y cruel de quien debe entender la existencia para gobernar su final. No hubo palabras. No las había entre ellas. Solo el crujido de la hierba, el silbido lejano de un gallo, el sol temblando en el horizonte como una promesa podrida. Perséfone guió a su hija por pueblos que olvidarán esa mañana para siempre. Por iglesias donde los santos lloraban sangre reseca. Por cementerios donde las lápidas se estremecieron, reconociendo una presencia más profunda que la muerte. Cuando el recorrido terminó, Perséfone se detuvo frente a un rosal seco. No lo tocó. Lo miró. Y al instante, floreció con una belleza grotesca: pétalos gruesos, rojo casi negro, espinas como dientes. Era una ofrenda. O una advertencia. Sin mirar a Melíone, volvió al camino hacia abajo. El descenso era lento. Los vivos no la vieron irse. Pero durante días, el aire tuvo ese sabor raro, entre sangre y tierra mojada. Durante semanas, los niños soñaron con mujeres vestidas de luto y fuego. Y durante años, cada primavera se volvió un poco más triste. Así fue el primer viaje de madre e hija. No se habló de él. Pero el mundo, desde entonces, recuerda.
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  • "La Casa Negra".

    Los días se están volviendo más largos y el frío se va quedando atrás, el invierno se despide poco a poco y con ello se aleja la estación del año favorita del brujo. El anochecer ha llegado más tarde, la temperatura se mantiene agradable, ni siquiera tuvo que encender la calefacción del bar.

    — Tengo que irme y puede que esté perdido por un par de días. No te comas toda la plantita, por favor...

    El bar queda en buenas manos.

    Tolek se dirige a la trastienda donde una habitación sellada por medios mágicos le espera, sólo él es capaz de abrir la puerta que le abre paso directo al único mueble en la estancia: un diván. El brujo gruñe por lo bajo antes de darle la espalda al condenado mueble y cierra la puerta antes de abrir el portal que le lleva a las coordenadas que le ha facilitado su primo.

    Aparece un bosque del otro lado, Tolek puede sentir la vibra perturbadora tan propia de Los Apalaches, pero al contrario de la mayoría, a él no le incomoda en lo más mínimo. Pero aquí, dicha vibra se siente con mayor intensidad, como si las venas mágicas que circulan en el ambiente bombearan de forma errática y distorsionada, una sensación que sólo ha sentido en las backroom.

    Recuerda las palabras de Raffaele: "es la primera vez que me enfrento a espacios liminales".

    — Van a necesitar una guía —concluye, pensando en voz alta y hablándole a la nada.

    "La nada", que en realidad es un todo y algo más. Mientras camina por los alrededores va sondeando la intensidad de la energía que dejó la brecha que trajo la casa hasta aquí en primer lugar. Tras alrededor de media hora de sólo caminar alrededor, Tolek puede establecer un epicentro que debe haber sido el núcleo de la vivienda cuando estuvo aquí, aunque ya solo quedan rastros, potentes, pero con una carga caótica mucho menos significativa.

    Observando a su alrededor, el brujo da cuenta de lo que parece un árbol más pequeño que el resto cuya apariencia le resulta tan familiar como antinatural. Mirando más de cerca, Tolek nota que se trata de un pino de plástico, un árbol de navidad sintético.

    — A Thomas no le gustaba que usáramos árboles de verdad... —murmura, mientras sus dedos acarician tiernamente las hojitas ficticias.

    Ese es el residuo liminal que estaba buscando.

    El brujo clava su bastón justo al costado del pino de plástico.

    — Muéstrame la vena que te alimenta —dice, ordenándole.

    El bastón gana temperatura, la primera señal de que se ha conectado a la fuente de magia más cercana y que, seguramente, sea la que alimenta también al pino.

    Tolek no necesita tocar el bastón para saberlo, pero sí necesita que la vena sea visible para sus ojos humanos, de alguna manera. Para ello, se lleva la mano al bolsillo para sacar un puñado de pequeñas pelotitas similares a pelusas de polvo, de color blanquecino y casi transparente, frágiles como copos de nieve, pero no se derriten. Se acerca la mano a la boca para susurrarles el conjuro que despertará a las pelusas de su letargo, con voz cálida las llama a la vida.

    Las pelusas se sacuden suave y perezosamente hasta desenrollarse como quien extiende el hilo de diminutas madejas de lana clara, van tomando forma de cientos de minúsculas criaturitas largas y aladas, como si a una lombriz le hubieran crecido una docena de pequeñas alitas.

    — Enséñenme el camino —les susurra, antes de liberarlas al viento.

    Las criaturitas, para las que la gente común ha adoptado el nombre de "rods", se dejan llevar con el soplo del aliento del brujo antes de remontar el vuelo. Se vuelven invisibles de lo rápido que son capaces de volar, así que Tolek ya sólo puede esperar a que los pequeños gusanitos con alas puedan cumplirle su petición.

    #ElBrujoCojo ꧁ঔৣ☬✞ 𝕮𝖗𝖔𝖜 ✞☬ঔৣ꧂
    "La Casa Negra". Los días se están volviendo más largos y el frío se va quedando atrás, el invierno se despide poco a poco y con ello se aleja la estación del año favorita del brujo. El anochecer ha llegado más tarde, la temperatura se mantiene agradable, ni siquiera tuvo que encender la calefacción del bar. — Tengo que irme y puede que esté perdido por un par de días. No te comas toda la plantita, por favor... El bar queda en buenas manos. Tolek se dirige a la trastienda donde una habitación sellada por medios mágicos le espera, sólo él es capaz de abrir la puerta que le abre paso directo al único mueble en la estancia: un diván. El brujo gruñe por lo bajo antes de darle la espalda al condenado mueble y cierra la puerta antes de abrir el portal que le lleva a las coordenadas que le ha facilitado su primo. Aparece un bosque del otro lado, Tolek puede sentir la vibra perturbadora tan propia de Los Apalaches, pero al contrario de la mayoría, a él no le incomoda en lo más mínimo. Pero aquí, dicha vibra se siente con mayor intensidad, como si las venas mágicas que circulan en el ambiente bombearan de forma errática y distorsionada, una sensación que sólo ha sentido en las backroom. Recuerda las palabras de Raffaele: "es la primera vez que me enfrento a espacios liminales". — Van a necesitar una guía —concluye, pensando en voz alta y hablándole a la nada. "La nada", que en realidad es un todo y algo más. Mientras camina por los alrededores va sondeando la intensidad de la energía que dejó la brecha que trajo la casa hasta aquí en primer lugar. Tras alrededor de media hora de sólo caminar alrededor, Tolek puede establecer un epicentro que debe haber sido el núcleo de la vivienda cuando estuvo aquí, aunque ya solo quedan rastros, potentes, pero con una carga caótica mucho menos significativa. Observando a su alrededor, el brujo da cuenta de lo que parece un árbol más pequeño que el resto cuya apariencia le resulta tan familiar como antinatural. Mirando más de cerca, Tolek nota que se trata de un pino de plástico, un árbol de navidad sintético. — A Thomas no le gustaba que usáramos árboles de verdad... —murmura, mientras sus dedos acarician tiernamente las hojitas ficticias. Ese es el residuo liminal que estaba buscando. El brujo clava su bastón justo al costado del pino de plástico. — Muéstrame la vena que te alimenta —dice, ordenándole. El bastón gana temperatura, la primera señal de que se ha conectado a la fuente de magia más cercana y que, seguramente, sea la que alimenta también al pino. Tolek no necesita tocar el bastón para saberlo, pero sí necesita que la vena sea visible para sus ojos humanos, de alguna manera. Para ello, se lleva la mano al bolsillo para sacar un puñado de pequeñas pelotitas similares a pelusas de polvo, de color blanquecino y casi transparente, frágiles como copos de nieve, pero no se derriten. Se acerca la mano a la boca para susurrarles el conjuro que despertará a las pelusas de su letargo, con voz cálida las llama a la vida. Las pelusas se sacuden suave y perezosamente hasta desenrollarse como quien extiende el hilo de diminutas madejas de lana clara, van tomando forma de cientos de minúsculas criaturitas largas y aladas, como si a una lombriz le hubieran crecido una docena de pequeñas alitas. — Enséñenme el camino —les susurra, antes de liberarlas al viento. Las criaturitas, para las que la gente común ha adoptado el nombre de "rods", se dejan llevar con el soplo del aliento del brujo antes de remontar el vuelo. Se vuelven invisibles de lo rápido que son capaces de volar, así que Tolek ya sólo puede esperar a que los pequeños gusanitos con alas puedan cumplirle su petición. #ElBrujoCojo [TheCrow]
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  • -Sabes si te diste un buen golpe amor... Lo siento no pensé que ese venado te patearía en la espalda... Le dije que no le haríamos daño pero parece que en su eufórico miedo no me escucho...

    La joven princesa estaba lavando la espalda de su novio mientras revisaba las pequeñas heridas que ya había curado su cuñada, sin embargo seguía preocupada por los moretones.

    Después de todo era su culpa por pedirle que detuviera al vendado mientras ella el curaba la pata, con la medicina que Alexa había hecho para que ella curara a los animales.

    Daniel Selene
    -Sabes si te diste un buen golpe amor... Lo siento no pensé que ese venado te patearía en la espalda... Le dije que no le haríamos daño pero parece que en su eufórico miedo no me escucho... La joven princesa estaba lavando la espalda de su novio mientras revisaba las pequeñas heridas que ya había curado su cuñada, sin embargo seguía preocupada por los moretones. Después de todo era su culpa por pedirle que detuviera al vendado mientras ella el curaba la pata, con la medicina que Alexa había hecho para que ella curara a los animales. [Hijo_de_la_luna]
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  • El Renacer de una Sobreviviente en el Cruel Desierto
    Fandom Happy Tree Friends, High/Crossover
    Categoría Acción
    -Una hormiga deseambula en medio del desierto atraída por el fuerte dolor metálico proveniente de un pequeño charco de sangre que crece poco a poco con cada gota que cae encima. A los pies de un gran acantilado se encuentra un árbol seco y muerto que decora el despiadado desierto. En una de las fuertes ramas, yace una puercoespín mutante de pelaje rojo intenso boca arriba y empalada por una rama gruesa en la zona izquierda de su abdomen, cómo si le hubiese atravesado una estaca con un pequeño grupo de hormigas concentradas en aquella zona. La sangre seca escurrió a lo largo del tronco con el cuerpo de la criatura que es sostenida en medio del aire con los brazos abiertos y las piernas separadas y dobladas, con la espalda arqueda hacia atrás por el empalamiento.
    A los pies del tronco, se encuentra el cadaver de un humano que presenta desde la garganta hasta el torso clavado por varias púas larguísimas que le atravesaron su cuerpo estando "bañado" en su propia sangre seca y desnucado tras la caída de gran altura pero lo curioso que ninguna hormiga está invadiendo aquel cadaver. Las hormigas que están inspeccionando la zona empalada de la puercoespín caminan en círculos de forma rápida provocando que el cuerpo de la víctima reaccione, el corazón comienza a latir de nuevo y despierte mientras escurre una gran cantidad de sangre espesa por su boca, dificultandole respirar por la nariz al yacer boca arriba, mueve sus ojos de un lado a otro y su cerebro va dislumbrando en que situación se encuentra que la roedora respira más agitada que empieza a gemir de dolor porque cada respiración repercute en la zona empalada causandole más dolor y más sangre salga por su boca. Con la visión de "estando de cabeza" ve que cerca suyo hay un pequeño soplete junto con un celular, unas llaves y cigarrillos esparcidos por el suelo. Con dificultad estira su mano hasta alcanzar el soplete haciendo que su herida sangre más que el líquido carmesí escurra hacia el tronco que la tiene cautiva, recorriendo su espalda hasta su cabeza y las púas cayendo al suelo. Podía sentir su espalda lumbar que está "desnuda" al perder una gran cantidad de púas que están alojadas en el cadaver del humano. Ya con el soplete en mano, presiona el botón para que expulse una pequeña llamarada, sin soltarlo baja la mano con el soplete a los pies del tronco seco, acerca la llama al tronco que rapidamente se prende fuego, la madera se quema que lentamente va ascendiendo hasta aquella "estaca" que atravesa a la puercoespín que grita de dolor mientras se agita con fuerza quemandose la zona lumbar que se cauteriza, la rama gruesa se quiebra que la hembra cae de costado en el suelo y a un lado del cadaver humano.
    Siente cómo si su corazón estallará con los látidos que parece querer salir por su boca, con la respiración hiperventilada y con la estaca enterrada en su costado izquierdo mientras observa cómo el árbol seco se va desintegrando por el fuego que lo calcina que la malherida puercoespín cierra lentamente sus ojos hasta desmayarse producto del dolor. Sola y abandonada en medio de un hinóspito y cruel desierto...
    Viltrum Mark
    -Una hormiga deseambula en medio del desierto atraída por el fuerte dolor metálico proveniente de un pequeño charco de sangre que crece poco a poco con cada gota que cae encima. A los pies de un gran acantilado se encuentra un árbol seco y muerto que decora el despiadado desierto. En una de las fuertes ramas, yace una puercoespín mutante de pelaje rojo intenso boca arriba y empalada por una rama gruesa en la zona izquierda de su abdomen, cómo si le hubiese atravesado una estaca con un pequeño grupo de hormigas concentradas en aquella zona. La sangre seca escurrió a lo largo del tronco con el cuerpo de la criatura que es sostenida en medio del aire con los brazos abiertos y las piernas separadas y dobladas, con la espalda arqueda hacia atrás por el empalamiento. A los pies del tronco, se encuentra el cadaver de un humano que presenta desde la garganta hasta el torso clavado por varias púas larguísimas que le atravesaron su cuerpo estando "bañado" en su propia sangre seca y desnucado tras la caída de gran altura pero lo curioso que ninguna hormiga está invadiendo aquel cadaver. Las hormigas que están inspeccionando la zona empalada de la puercoespín caminan en círculos de forma rápida provocando que el cuerpo de la víctima reaccione, el corazón comienza a latir de nuevo y despierte mientras escurre una gran cantidad de sangre espesa por su boca, dificultandole respirar por la nariz al yacer boca arriba, mueve sus ojos de un lado a otro y su cerebro va dislumbrando en que situación se encuentra que la roedora respira más agitada que empieza a gemir de dolor porque cada respiración repercute en la zona empalada causandole más dolor y más sangre salga por su boca. Con la visión de "estando de cabeza" ve que cerca suyo hay un pequeño soplete junto con un celular, unas llaves y cigarrillos esparcidos por el suelo. Con dificultad estira su mano hasta alcanzar el soplete haciendo que su herida sangre más que el líquido carmesí escurra hacia el tronco que la tiene cautiva, recorriendo su espalda hasta su cabeza y las púas cayendo al suelo. Podía sentir su espalda lumbar que está "desnuda" al perder una gran cantidad de púas que están alojadas en el cadaver del humano. Ya con el soplete en mano, presiona el botón para que expulse una pequeña llamarada, sin soltarlo baja la mano con el soplete a los pies del tronco seco, acerca la llama al tronco que rapidamente se prende fuego, la madera se quema que lentamente va ascendiendo hasta aquella "estaca" que atravesa a la puercoespín que grita de dolor mientras se agita con fuerza quemandose la zona lumbar que se cauteriza, la rama gruesa se quiebra que la hembra cae de costado en el suelo y a un lado del cadaver humano. Siente cómo si su corazón estallará con los látidos que parece querer salir por su boca, con la respiración hiperventilada y con la estaca enterrada en su costado izquierdo mientras observa cómo el árbol seco se va desintegrando por el fuego que lo calcina que la malherida puercoespín cierra lentamente sus ojos hasta desmayarse producto del dolor. Sola y abandonada en medio de un hinóspito y cruel desierto... [Invencible_Mark_Viltrum_17]
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