• Happy sinsmas ..

    Creo las cosas pueden ser lindas después de todo..y si solo me dedico a querer sin esperar nada..creo que eso me lastimarla menos..esto..avanzando...eso creo
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  • '╭❥ Se trataba de una noche donde la elegancia imperaba, atuendos con el más alto refinamiento, el dinero se notaba en cada prenda, cada trago y cada pequeño bocadillo. Entre tanta opulencia y lujo, Minami observaba a lo lejos el entorno ¿Por qué a veces parecía tan distante? Incluso entre los presentes no encajaba y pese a su belleza inconmensurable, no se le acercaban ¿Por qué? Sencillamente porqué no era humana y las cosas que observaba le resultaban aburridas y superfluas, los atuendos a pesar de ser refinados, eran simples, no expresaban nada, para ella, la ropa no sólo era algo con que cubrir el cuerpo, es arte, una manera de expresarse, ni siquiera podía entender, con tanto dinero podrían crear cosas increíbles, pero no, decidían usar el lujo silencioso... ¿Qué sentido había en todo eso?, al menos en la épocas antiguas había extravagancia y esplendor, chistó para sus adentros y decidió contemplar algo que era puro, hermoso por sí mismo, la naturaleza, la noche, y la enorme luna.
    '╭❥ Se trataba de una noche donde la elegancia imperaba, atuendos con el más alto refinamiento, el dinero se notaba en cada prenda, cada trago y cada pequeño bocadillo. Entre tanta opulencia y lujo, Minami observaba a lo lejos el entorno ¿Por qué a veces parecía tan distante? Incluso entre los presentes no encajaba y pese a su belleza inconmensurable, no se le acercaban ¿Por qué? Sencillamente porqué no era humana y las cosas que observaba le resultaban aburridas y superfluas, los atuendos a pesar de ser refinados, eran simples, no expresaban nada, para ella, la ropa no sólo era algo con que cubrir el cuerpo, es arte, una manera de expresarse, ni siquiera podía entender, con tanto dinero podrían crear cosas increíbles, pero no, decidían usar el lujo silencioso... ¿Qué sentido había en todo eso?, al menos en la épocas antiguas había extravagancia y esplendor, chistó para sus adentros y decidió contemplar algo que era puro, hermoso por sí mismo, la naturaleza, la noche, y la enorme luna.
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  • Un encuentro con las flores
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    Categoría Fantasía
    Desde que intentó hablar con Cassian y este casi se quita la vida con "La que dice la verdad", Azriel se había aislado. Durante semanas habían estado en Sangravah, y tan solo había venido para buscar su daga y zanjar con Nesta lo que debía haber pasado hace mucho tiempo; rompel el lazo que los unía.

    Pero este antes de marchar nuevamente, ya que sentía que no tenía hueco entre ellos, necesitaba verla... Necesitaba ver a 𝕰𝑙𝑎𝑖𝑛 𝕬𝑟𝑐𝘩𝑒𝑟𝑜𝑛

    No sabía que pretendía con aquello, pero simplemente era un impulso irrefrenable. Elain siempre estaba por alguna razón en sus pensamientos; ¿Que opinaría ella sobre todo esto?, ¿Le daría asco el Ilyrio?, ¿Le odiaría?. No importaba el por qué, pero allí estaba Azriel en el balcón de Elain, junto a sus flores, vestido con su ropa Ilyria y una capucha que ocultaban parcialmente sus facciones; tristes y desanimadas.

    ------

    // Artista de ilustración; pandyals_art
    Desde que intentó hablar con Cassian y este casi se quita la vida con "La que dice la verdad", Azriel se había aislado. Durante semanas habían estado en Sangravah, y tan solo había venido para buscar su daga y zanjar con Nesta lo que debía haber pasado hace mucho tiempo; rompel el lazo que los unía. Pero este antes de marchar nuevamente, ya que sentía que no tenía hueco entre ellos, necesitaba verla... Necesitaba ver a [Seer.flower] No sabía que pretendía con aquello, pero simplemente era un impulso irrefrenable. Elain siempre estaba por alguna razón en sus pensamientos; ¿Que opinaría ella sobre todo esto?, ¿Le daría asco el Ilyrio?, ¿Le odiaría?. No importaba el por qué, pero allí estaba Azriel en el balcón de Elain, junto a sus flores, vestido con su ropa Ilyria y una capucha que ocultaban parcialmente sus facciones; tristes y desanimadas. ------ // Artista de ilustración; pandyals_art
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  • Comiencen...

    ~ Entonces, un grito de guerra y el ejército de Orochi avanzó hacia la aldea enemiga. La tierra temblaba bajo sus pies, y el cielo se oscurecía.

    Mientras ella, con una sonrisa macabra y sus ojos ofidios, observaba la destrucción que sus lacayos imponían. El fuego devoraba las casas de la aldea, y los gritos de los aldeanos llenaban el aire de horror y dolor, mezclándose con el rugido de los combatientes. Los soldados de Orochi eliminaban a cualquier enemigo que se interpusiera en su camino o a cualquiera que tan solo movía un dedo.


    El suelo se cubría de cenizas, cadáveres, sangre y escombros, y la aldea enemiga se desmoronaba ante el ataque violento. El humo se levantaba como un atalaya que avisaba de la masacre ocurrirda.

    Orochi sabía que su dominio se consolidaba aún más, y que cada victoria fortalecía su posición en el peligroso mundo en el que reinaba> ~

    Su venganza se cobró más de 880 vidas inocentes...
    🌺 Comiencen... ~ Entonces, un grito de guerra y el ejército de Orochi avanzó hacia la aldea enemiga. La tierra temblaba bajo sus pies, y el cielo se oscurecía. Mientras ella, con una sonrisa macabra y sus ojos ofidios, observaba la destrucción que sus lacayos imponían. El fuego devoraba las casas de la aldea, y los gritos de los aldeanos llenaban el aire de horror y dolor, mezclándose con el rugido de los combatientes. Los soldados de Orochi eliminaban a cualquier enemigo que se interpusiera en su camino o a cualquiera que tan solo movía un dedo. El suelo se cubría de cenizas, cadáveres, sangre y escombros, y la aldea enemiga se desmoronaba ante el ataque violento. El humo se levantaba como un atalaya que avisaba de la masacre ocurrirda. Orochi sabía que su dominio se consolidaba aún más, y que cada victoria fortalecía su posición en el peligroso mundo en el que reinaba> ~ 🧧Su venganza se cobró más de 880 vidas inocentes...
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  • Recuerda cada día el primer encuentro, un primer saludo, las primeras palabras, su primer baile, casi como una tortura para si mismo, un recordatorio de lo que lamentablemente parece haber perdido.

    Todo ocurrió en la noche del festival de las hojas doradas unos cuantos meses atrás, aquella celebración que festeja la llegada del Otoño, cada año se realiza en su hogar, la gran mansión de Farynore que se encuentra cerca de las montañas. Como buen anfitrión se encargó de recibir a todos sus invitados y fue ella quien llamó su atención más que todas las personas.

    Fue ella quien dio el primer acercamiento, como era de esperarse, la rubia dijo "quisiera tener un baile con nuestro amable anfitrión" lo dijo en un momento donde él trataba de atender a algunos de los invitados y de cierta manera fue un quiebre por completo de las tradiciones porque rara vez eran las mujeres quienes invitaban a los hombres al baile.

    El aroma de ella lo cautivo en un inicio, mientras bailaban tenían la atención de todos en la sala. Hombres lo miraban con recelo y las mujeres lo hacían con envidia, otros tantos más los observaban con admiración, tuvieron todas las miradas clavadas en ellos mientras ambos aprovechaban el momento para hablar, para compartir información de uno y el otro, además de dar unos cuantos halagos que aún guarda en su memoria.

    Fue a partir de aquel día donde no ha dejado de pensar en Sylvaine, donde se enamoró perdidamente de ella, pero su amor no puede ser, sus diferencias sociales no lo permiten, sus diferencias de edades tampoco ¿Qué hará? ¿Permitirá que se marche de su vida? ¿La ira a buscar? Por primera vez, el gran líder del gremio de magos no tiene una respuesta concisa, cerebro y corazón piensan cosas contrarias.
    Recuerda cada día el primer encuentro, un primer saludo, las primeras palabras, su primer baile, casi como una tortura para si mismo, un recordatorio de lo que lamentablemente parece haber perdido. Todo ocurrió en la noche del festival de las hojas doradas unos cuantos meses atrás, aquella celebración que festeja la llegada del Otoño, cada año se realiza en su hogar, la gran mansión de Farynore que se encuentra cerca de las montañas. Como buen anfitrión se encargó de recibir a todos sus invitados y fue ella quien llamó su atención más que todas las personas. Fue ella quien dio el primer acercamiento, como era de esperarse, la rubia dijo "quisiera tener un baile con nuestro amable anfitrión" lo dijo en un momento donde él trataba de atender a algunos de los invitados y de cierta manera fue un quiebre por completo de las tradiciones porque rara vez eran las mujeres quienes invitaban a los hombres al baile. El aroma de ella lo cautivo en un inicio, mientras bailaban tenían la atención de todos en la sala. Hombres lo miraban con recelo y las mujeres lo hacían con envidia, otros tantos más los observaban con admiración, tuvieron todas las miradas clavadas en ellos mientras ambos aprovechaban el momento para hablar, para compartir información de uno y el otro, además de dar unos cuantos halagos que aún guarda en su memoria. Fue a partir de aquel día donde no ha dejado de pensar en Sylvaine, donde se enamoró perdidamente de ella, pero su amor no puede ser, sus diferencias sociales no lo permiten, sus diferencias de edades tampoco ¿Qué hará? ¿Permitirá que se marche de su vida? ¿La ira a buscar? Por primera vez, el gran líder del gremio de magos no tiene una respuesta concisa, cerebro y corazón piensan cosas contrarias.
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  • Sentado⠀en⠀una⠀esquina⠀de⠀la⠀cafetería,⠀no⠀hacía⠀ningún⠀esfuerzo⠀por⠀pasar⠀desapercibido.⠀Su⠀rostro⠀estaba⠀marcado⠀por⠀varios⠀golpes,⠀y⠀una⠀pequeña⠀curita⠀adornaba⠀su⠀mejilla,⠀todo⠀en⠀él⠀gritaba⠀“problemas”.⠀⠀La⠀palabra⠀“violento”⠀era⠀un⠀constante⠀en⠀cualquier⠀artículo⠀que⠀mencionara⠀su⠀nombre,⠀dentro⠀de⠀la⠀cancha⠀de⠀básquet,⠀una⠀mente⠀brillante⠀y⠀feroz;⠀fuera⠀de⠀ella,⠀un⠀temperamento⠀explosivo⠀y⠀poco⠀sociable.⠀¿Denuncias⠀oficiales?⠀Ninguna.⠀⠀Pero⠀las⠀evidencias⠀eran⠀claras,⠀aunque⠀todos⠀preferían⠀mirar⠀hacia⠀otro⠀lado.

    ───⠀¿Qué miras?

    La⠀frase⠀salió⠀seca,⠀directa⠀y⠀con⠀un⠀tono⠀áspero.⠀No⠀estaba⠀de⠀humor⠀para⠀ser⠀analizado⠀por⠀nadie.⠀⠀Sus⠀cejas⠀fruncidas⠀y⠀sus⠀ojos⠀pequeños⠀pero⠀intensos⠀se⠀clavaron⠀en⠀la⠀persona⠀frente⠀a⠀él,⠀evaluándola⠀sin⠀decir⠀una⠀palabra⠀más.
    Sentado⠀en⠀una⠀esquina⠀de⠀la⠀cafetería,⠀no⠀hacía⠀ningún⠀esfuerzo⠀por⠀pasar⠀desapercibido.⠀Su⠀rostro⠀estaba⠀marcado⠀por⠀varios⠀golpes,⠀y⠀una⠀pequeña⠀curita⠀adornaba⠀su⠀mejilla,⠀todo⠀en⠀él⠀gritaba⠀“problemas”.⠀⠀La⠀palabra⠀“violento”⠀era⠀un⠀constante⠀en⠀cualquier⠀artículo⠀que⠀mencionara⠀su⠀nombre,⠀dentro⠀de⠀la⠀cancha⠀de⠀básquet,⠀una⠀mente⠀brillante⠀y⠀feroz;⠀fuera⠀de⠀ella,⠀un⠀temperamento⠀explosivo⠀y⠀poco⠀sociable.⠀¿Denuncias⠀oficiales?⠀Ninguna.⠀⠀Pero⠀las⠀evidencias⠀eran⠀claras,⠀aunque⠀todos⠀preferían⠀mirar⠀hacia⠀otro⠀lado. ───⠀¿Qué miras? La⠀frase⠀salió⠀seca,⠀directa⠀y⠀con⠀un⠀tono⠀áspero.⠀No⠀estaba⠀de⠀humor⠀para⠀ser⠀analizado⠀por⠀nadie.⠀⠀Sus⠀cejas⠀fruncidas⠀y⠀sus⠀ojos⠀pequeños⠀pero⠀intensos⠀se⠀clavaron⠀en⠀la⠀persona⠀frente⠀a⠀él,⠀evaluándola⠀sin⠀decir⠀una⠀palabra⠀más.
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  • — Y bien, ¿cuántas sesiones crees que llevamos contando ésta?

    Nikolay miró a Anya unos instantes. Sus miradas, como casi siempre, se cruzaron durante los instantes que el silencio perduró en la habitación. Así solía ser cada vez que la mujer le hacía alguna pregunta: Ella dejaba de mirar su tableta y esperaba encontrar una respuesta, pero Lev se rehusaba a responderle del modo en que ella quería. El chico intentó contar con los dedos, fingió hacerlo como un chiquillo al ir levantando los dedos de sus manos, uno a uno, mientras que asentía al mismo ritmo con que su boca parecía moverse sin emitir un solo ruido. Cuando creyó que había llegado a veinte, se detuvo y terminó levantando los hombros. No tenía idea, no le importaba y tampoco parecía servirle de algo saberlo.

    « Tú deberías saberlo.» Escribió en su pizarra blanca con el marcador, la dejó leer y poco después borró las letras con prisq. Fue entonces que escribió de nuevo, uno de sus muchos comentarios ácidos que hicieron a Anya fruncir el entrecejo: « Mis padres pagan por esto, solo cuenta las transferencias o los cheques. »

    — Ha sido un año de terapias el que llevamos, Niko. Y siendo honesta, no veo ningún avance en ti. —Anya suspiró. Se acomodó los lentes mejor sobre el puente de la nariz y comenzó a hojear el expediente físico de su paciente. La cantidad de hojas y anotaciones que tenía eran exageradas, suficientes para creer que los avances de las terapias funcionaban. Pero todo estaba alejado de la realidad, pues sentía que cada día estaba alejándose más de su paciente y que no existía mejoría, por el contrario. Cada día que pasaba, Nikolay se volvía más arisco y hermético, sus respuestas se volvían banales, esquivas y ambiguas al solo limitarse al espacio que la pizarra le brindaba para explicarse. La mujer, desesperada, se sacó los lentes de lectura un momento y cruzó las piernas para, luego, echar el cuerpo hacia delante para intentar crear cercanía entre los dos.— ¿Por qué no quieres las terapias, Niko? Antes te gustaban.

    « Antes » Solo eso apareció en la pizarra. Cada letra era tan grande que no dejaba espacio para nada más. Nikolay bajó la pizarra, incluso la echó a un lado en el sofá y terminó imitando a Anya al cruzar una pierna sobre la otra, apoyó el codo sobre la rodilla y, con la mano, se cubrió la boca. No pretendía dejarla leer sus labios, ni sus expresiones, siquiera tenía intenciones de mostrarle otra vez sus pensamientos en la pizarra. Si lo conocía bien, debía bastarle con entender lo que sus ojos y su rostro podían expresar. O eso pensaba, si tan solo no pasara la mitad de la sesión revisando notas inútiles en su tableta que no los llevaban a ningún lado. Nikolay levantó la cabeza, ligeramente, como si le instara a continuar la conversación para llegar a ese punto de inflexión en el que se animaba a, por unos meses más, ceder en su posición como paciente y mantenerse como una persona dócil que necesitaba de su sabio consejo.

    — Ya sé, ya sé. No quieres hablar. Pero el juez ordenó que debes tomarlas y mostrar buenos avances si quieres obtener la custodia de tus hermanas gemelas. Si los resultados de estas terapias no te favorecen, se quedarán otro año con tus padres. —Anya se colocó de nuevo los lentes y esbozó una sonrisita, de esas que le ponían los nervios de punta a Niko, quien lo disimuló bien al morder con fuerza para no abrir la boca. La mujer se veía contenta, usando esa pequeña debilidad para retenerlo. Sin embargo, cuando notó que no había causado el efecto esperado, cerró el expediente, deshizo el cruce de sus piernas y se colocó de pie con sus pertenencias bajo el brazo.— Si no quieres trabajar ni ser honesto conmigo, está bien, puedo entenderlo. Mi trabajo es ayudarte a entender lo que te sucede y darte soluciones para ello, Niko. No soy tu enemiga, pero si no dejas verme de esa forma, no puedo obligarte y nada funcionará.

    Nikolay le siguió con la mirada. Sabía que su psicóloga tenía razón. Llevaba años trabajando con ella, casi desde que en la preparatoria le sugirieran a sus padres recibir "ayuda" por su comportamiento rebelde; nadie le conocía tan bien como ella y nadie iba a soportar su temperamento de mierda como ella. Fue entonces que dio la alusión de suspirar, con pesadez y un hastío que se le notaba en toda la cara; Anya sonrió y amplió ese gesto cuando lo vio tomar la pizarra nuevamente para comenzar a escribir. Podia presentir que en esta ocasión el mensaje sería diferente, porque parecía tardarse más tiempo de lo usual en ello.

    « ¿Por qué quieres ayudarme? Si no es por el dinero ni por los beneficios de mi padre, ¿entonces por qué? No quiero tu lástima. » Hubo silencio. Aunque la expresión en el rostro de la rubia fue de asombro, una carcajada sonora rompió el incómodo momento que tenían los dos. Lev se sorprendió por un momento, nunca la había escuchado reírse de ese modo tan libre, tan jovial... Como si nada le importaray no tuviera que ocultarse, como siempre, detrás de sus manos para reírse. De a poco, Anya se acercó hasta tomar asiento en el espacio libre del sofá que Nikolay usaba. Sus miradas de nuevo se cruzaron y ella pareció tan risueña, y tan melancólica, que le dio pena.

    — No es lástima, no siento lástima por ti. Más bien me da tristeza, porque hay muchas emociones dentro de ti que no entiendes y que solo ocultas usando otras. Yo puedo ayudarte. —Anya asintió, frunció los labios para tranquilizar el gesto en su boca porque quería reírse de la cara que estaba haciendo Lev.— Llevamos varios años de terapia intermitente, claro que algo debía saber de ti, Lev. Ahora, ¿por qué no me cuentas como están las chicas? ¿Qué has hecho para ayudarlas a elegir dónde quieren estudiar?

    Nikolay bajó la mirada un momento. Parecía plantearse con demasiada seriedad el seguir o no en esa habitación, con esa mujer, con esas preguntas triviales que de a poco lo acercarían a las preguntas que no quería responder jamás. Pero tenía razón, no quería hablar, no quería decir nada de él ni de su pasado, mucho menos de cómo se sentía, pero... Debía sacar a sus hermanas de ese hogar antes de que terminaran sufriendo por el peso de sus decisiones. De a poco, Lev movió las manos, al inicio sin energía, pero de a poco aumentó el ritmo de ellas hasta que la conversación se volvió más casual, permitiéndose fluir en ese lenguaje que, con el tiempo, Anya había comprendido.

    « No mucho. No saben aún lo que quieren. Todos los días tienen nuevas opciones e ideas. Han visto demasiados videos en internet, así que elegir es difícil. Les he aconsejado, pero a los dos días llegan con algo nuego y... » El movimiento se detuvo de manera abrupta hasta que, instantes después, se retomó con calma para decir una sola cosa: « Gracias. »
    — Y bien, ¿cuántas sesiones crees que llevamos contando ésta? Nikolay miró a Anya unos instantes. Sus miradas, como casi siempre, se cruzaron durante los instantes que el silencio perduró en la habitación. Así solía ser cada vez que la mujer le hacía alguna pregunta: Ella dejaba de mirar su tableta y esperaba encontrar una respuesta, pero Lev se rehusaba a responderle del modo en que ella quería. El chico intentó contar con los dedos, fingió hacerlo como un chiquillo al ir levantando los dedos de sus manos, uno a uno, mientras que asentía al mismo ritmo con que su boca parecía moverse sin emitir un solo ruido. Cuando creyó que había llegado a veinte, se detuvo y terminó levantando los hombros. No tenía idea, no le importaba y tampoco parecía servirle de algo saberlo. « Tú deberías saberlo.» Escribió en su pizarra blanca con el marcador, la dejó leer y poco después borró las letras con prisq. Fue entonces que escribió de nuevo, uno de sus muchos comentarios ácidos que hicieron a Anya fruncir el entrecejo: « Mis padres pagan por esto, solo cuenta las transferencias o los cheques. » — Ha sido un año de terapias el que llevamos, Niko. Y siendo honesta, no veo ningún avance en ti. —Anya suspiró. Se acomodó los lentes mejor sobre el puente de la nariz y comenzó a hojear el expediente físico de su paciente. La cantidad de hojas y anotaciones que tenía eran exageradas, suficientes para creer que los avances de las terapias funcionaban. Pero todo estaba alejado de la realidad, pues sentía que cada día estaba alejándose más de su paciente y que no existía mejoría, por el contrario. Cada día que pasaba, Nikolay se volvía más arisco y hermético, sus respuestas se volvían banales, esquivas y ambiguas al solo limitarse al espacio que la pizarra le brindaba para explicarse. La mujer, desesperada, se sacó los lentes de lectura un momento y cruzó las piernas para, luego, echar el cuerpo hacia delante para intentar crear cercanía entre los dos.— ¿Por qué no quieres las terapias, Niko? Antes te gustaban. « Antes » Solo eso apareció en la pizarra. Cada letra era tan grande que no dejaba espacio para nada más. Nikolay bajó la pizarra, incluso la echó a un lado en el sofá y terminó imitando a Anya al cruzar una pierna sobre la otra, apoyó el codo sobre la rodilla y, con la mano, se cubrió la boca. No pretendía dejarla leer sus labios, ni sus expresiones, siquiera tenía intenciones de mostrarle otra vez sus pensamientos en la pizarra. Si lo conocía bien, debía bastarle con entender lo que sus ojos y su rostro podían expresar. O eso pensaba, si tan solo no pasara la mitad de la sesión revisando notas inútiles en su tableta que no los llevaban a ningún lado. Nikolay levantó la cabeza, ligeramente, como si le instara a continuar la conversación para llegar a ese punto de inflexión en el que se animaba a, por unos meses más, ceder en su posición como paciente y mantenerse como una persona dócil que necesitaba de su sabio consejo. — Ya sé, ya sé. No quieres hablar. Pero el juez ordenó que debes tomarlas y mostrar buenos avances si quieres obtener la custodia de tus hermanas gemelas. Si los resultados de estas terapias no te favorecen, se quedarán otro año con tus padres. —Anya se colocó de nuevo los lentes y esbozó una sonrisita, de esas que le ponían los nervios de punta a Niko, quien lo disimuló bien al morder con fuerza para no abrir la boca. La mujer se veía contenta, usando esa pequeña debilidad para retenerlo. Sin embargo, cuando notó que no había causado el efecto esperado, cerró el expediente, deshizo el cruce de sus piernas y se colocó de pie con sus pertenencias bajo el brazo.— Si no quieres trabajar ni ser honesto conmigo, está bien, puedo entenderlo. Mi trabajo es ayudarte a entender lo que te sucede y darte soluciones para ello, Niko. No soy tu enemiga, pero si no dejas verme de esa forma, no puedo obligarte y nada funcionará. Nikolay le siguió con la mirada. Sabía que su psicóloga tenía razón. Llevaba años trabajando con ella, casi desde que en la preparatoria le sugirieran a sus padres recibir "ayuda" por su comportamiento rebelde; nadie le conocía tan bien como ella y nadie iba a soportar su temperamento de mierda como ella. Fue entonces que dio la alusión de suspirar, con pesadez y un hastío que se le notaba en toda la cara; Anya sonrió y amplió ese gesto cuando lo vio tomar la pizarra nuevamente para comenzar a escribir. Podia presentir que en esta ocasión el mensaje sería diferente, porque parecía tardarse más tiempo de lo usual en ello. « ¿Por qué quieres ayudarme? Si no es por el dinero ni por los beneficios de mi padre, ¿entonces por qué? No quiero tu lástima. » Hubo silencio. Aunque la expresión en el rostro de la rubia fue de asombro, una carcajada sonora rompió el incómodo momento que tenían los dos. Lev se sorprendió por un momento, nunca la había escuchado reírse de ese modo tan libre, tan jovial... Como si nada le importaray no tuviera que ocultarse, como siempre, detrás de sus manos para reírse. De a poco, Anya se acercó hasta tomar asiento en el espacio libre del sofá que Nikolay usaba. Sus miradas de nuevo se cruzaron y ella pareció tan risueña, y tan melancólica, que le dio pena. — No es lástima, no siento lástima por ti. Más bien me da tristeza, porque hay muchas emociones dentro de ti que no entiendes y que solo ocultas usando otras. Yo puedo ayudarte. —Anya asintió, frunció los labios para tranquilizar el gesto en su boca porque quería reírse de la cara que estaba haciendo Lev.— Llevamos varios años de terapia intermitente, claro que algo debía saber de ti, Lev. Ahora, ¿por qué no me cuentas como están las chicas? ¿Qué has hecho para ayudarlas a elegir dónde quieren estudiar? Nikolay bajó la mirada un momento. Parecía plantearse con demasiada seriedad el seguir o no en esa habitación, con esa mujer, con esas preguntas triviales que de a poco lo acercarían a las preguntas que no quería responder jamás. Pero tenía razón, no quería hablar, no quería decir nada de él ni de su pasado, mucho menos de cómo se sentía, pero... Debía sacar a sus hermanas de ese hogar antes de que terminaran sufriendo por el peso de sus decisiones. De a poco, Lev movió las manos, al inicio sin energía, pero de a poco aumentó el ritmo de ellas hasta que la conversación se volvió más casual, permitiéndose fluir en ese lenguaje que, con el tiempo, Anya había comprendido. « No mucho. No saben aún lo que quieren. Todos los días tienen nuevas opciones e ideas. Han visto demasiados videos en internet, así que elegir es difícil. Les he aconsejado, pero a los dos días llegan con algo nuego y... » El movimiento se detuvo de manera abrupta hasta que, instantes después, se retomó con calma para decir una sola cosa: « Gracias. »
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    ||Aurora Wesker, la tercera niña del proyecto W que sobrevivió a los dolorosos experimentos del virus progenitor dándole habilidades unicas como control de las aves de alrededor y una fuerza y una agilidad sobrehumana, logró escapar en su adolescencia antes de que Spencer le lavara el cerebro con esas ideología malvadas como a sus "hermanos" Alberto y Alex Wesker, vivió en Racoon City con una identidad falsa hasta la liberación del Virus T en la ciudad, logrando escapar su paradero es desconocido actualmente
    ||Aurora Wesker, la tercera niña del proyecto W que sobrevivió a los dolorosos experimentos del virus progenitor dándole habilidades unicas como control de las aves de alrededor y una fuerza y una agilidad sobrehumana, logró escapar en su adolescencia antes de que Spencer le lavara el cerebro con esas ideología malvadas como a sus "hermanos" Alberto y Alex Wesker, vivió en Racoon City con una identidad falsa hasta la liberación del Virus T en la ciudad, logrando escapar su paradero es desconocido actualmente
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  • Este sentimiento que siento es ...extraño..me gusta...estoy...avanzando con mis miedos,mis debilidades,quiero ser distinto..no llorar por quien no me ama....
    Este sentimiento que siento es ...extraño..me gusta...estoy...avanzando con mis miedos,mis debilidades,quiero ser distinto..no llorar por quien no me ama....
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  • Rapsodia en el Bosque
    Fandom Original
    Categoría Fantasía
    Había esencias en el aire.
    Mi pensamiento fragmentado sintió eso justo antes de que me despertara.

    El aire que fluía en mi cavidad nasal, contenía grandes cantidades de información. El dulce aroma de las flores, el del pasto verde brillante, el aroma refrescante de los árboles que se sentía como si pudiera limpiar mi pecho e incluso ese particular aroma del agua que estimulaba mi sedienta garganta.
    Mientras mi mente empezaba a estar consciente, la cantidad de información que recibía por los sonidos aumentó; El sonido de numerosas hojas frotándose unas con otras, el sonido de pequeños pájaros cantando alegremente, debajo de ellos, ocasionalmente había zumbidos producidos por los insectos e incluso el tenúe murmuro que generaba un pequeño río lejano.

    ¿Dónde estoy? Por lo menos, es obvio que no estoy en mi cuarto. Normalmente, cuando me levanto, siempre hay un olor causado por el sol en la sábana seca, el sonido del aire acondicionado, y el sonido de los carros que pasan en la avenida que está un poco más lejos, pero ninguno de esos está presente. Además… esta la luz verde que ha golpeado irregularmente mis párpados hasta ahora no es la de mi lámpara de escritorio que olvidé apagar, pero si es la luz del sol filtrada a través del follaje, ¿Verdad?
    Dejé de lado el deseo de regresar a ese profundo sueño que aun persistía, antes de abrir finalmente mis ojos.

    Parpadee varias veces debido al repentino lanzamiento de varios rayos de luz que se balanceaban.
    Mientras frotaba mis ojos, que estaban llenos de lágrimas, con la parte trasera de mi mano derecha, alcé lentamente la parte superior de mi cuerpo.

    —… ¿Dónde estoy…? -Murmuré involuntariamente-

    Lo que vi después fueron unos arbustos verdes. Había pequeñas flores blancas y amarillas en varias partes de ellos, las mariposas azul claro brillante estaban volando de un lado a otro entre ellas. Más o menos a cinco metros, la alfombra de pasto se cortaba, y de ahí en adelante, había un tramo de bosque profundo, alineado con los árboles gigantes que debieron de haber crecido por decenas de años.
    Mientras enfocaba mi vista en el hueco sombrío entre los troncos de los árboles, el bosque parecía continuar hasta donde llegaba la luz. La corteza rugosa del árbol y el piso estaban cubiertos con musgo, brillando verde y dorado bajo el sol.
    Miré hacia la derecha, y luego me di la vuelta, fui recibido por troncos de árboles viejos de todas direcciones. En otras palabras, parecía que estaba tendido en un pequeño claro de pasto, en medio de algún bosque. Por último miré hacia arriba, y a través del hueco que había entre las copas de los árboles que se extendían en todas direcciones, estaba el cielo azul donde las nubes dispersas estaban flotando, como esperaba.

    —¿Dónde es… este lugar? -Murmuré de nuevo mientras suspiraba.-

    Busqué en cada rincón y esquina de mi cabeza, pero no encontré la memoria de cómo llegué a tomar una siesta en este lugar. ¿Sonambulismo? ¿Amnesia? Al tiempo que esas palabras peligrosas cruzaban mi mente, de ninguna manera, lo negué rápidamente.

    Yo soy… mi nombre es Karu Arcadia. Veintidós años y 3 meses. Vivía… ¿vivo? En una habitación de un edificio de condominios, bastante cara para mí edad.
    Me sentí un poco calmado al recordar parte de mi información personal sin problemas, y una vez hecho eso más información había comenzado a fluir desde mis recuerdos.
    Actualmente, soy un ex trabajador jubilado después de partirme el lomo desde joven… aún más joven que ahora. Estaba aprovechando mis tan esperados días libres para ejercer la pereza. ¿Dinero? Meh, obtuve una pequeña suma que no gastaré ni en 3 vidas, después de estafar a unos casinos...
    Aunque eso me trajo algunos problemas, cosas menores.

    Y mientras más seguía excavando, más vagos recuerdos iban apareciendo.
    En medio de la oscuridad, recuerdo haber escuchado las palabras de una difusa pero clara voz. Cosas como: “Lo siento”, “Tu vida fue corta”, “Por favor ayuda”, y demás palabras entrecortadas lograba recordar.

    Ahora entiendo, yo había muerto... Lo de siempre, total, creo ya es mi tercera muerte del año.

    Sin embargo, de todos mis recuerdos, las palabras de esa voz se habían quedado clavadas en mí. Incluso recuerdo haber escuchado que me brindaría ayuda como guía.
    Una vez mis recuerdos fueron aclarados, me reincorpore levantándome del suelo. Dirigí mi mirada nuevamente al cielo antes de hablarle a la nada:

    —Oye… ¡No me andes jodiendo! ¡¡Estoy retirado!! -Y aunque mis palabras se perdieron en la nada de este bosque, yo seguí ahí esperando alguna clase de respuesta-
    Había esencias en el aire. Mi pensamiento fragmentado sintió eso justo antes de que me despertara. El aire que fluía en mi cavidad nasal, contenía grandes cantidades de información. El dulce aroma de las flores, el del pasto verde brillante, el aroma refrescante de los árboles que se sentía como si pudiera limpiar mi pecho e incluso ese particular aroma del agua que estimulaba mi sedienta garganta. Mientras mi mente empezaba a estar consciente, la cantidad de información que recibía por los sonidos aumentó; El sonido de numerosas hojas frotándose unas con otras, el sonido de pequeños pájaros cantando alegremente, debajo de ellos, ocasionalmente había zumbidos producidos por los insectos e incluso el tenúe murmuro que generaba un pequeño río lejano. ¿Dónde estoy? Por lo menos, es obvio que no estoy en mi cuarto. Normalmente, cuando me levanto, siempre hay un olor causado por el sol en la sábana seca, el sonido del aire acondicionado, y el sonido de los carros que pasan en la avenida que está un poco más lejos, pero ninguno de esos está presente. Además… esta la luz verde que ha golpeado irregularmente mis párpados hasta ahora no es la de mi lámpara de escritorio que olvidé apagar, pero si es la luz del sol filtrada a través del follaje, ¿Verdad? Dejé de lado el deseo de regresar a ese profundo sueño que aun persistía, antes de abrir finalmente mis ojos. Parpadee varias veces debido al repentino lanzamiento de varios rayos de luz que se balanceaban. Mientras frotaba mis ojos, que estaban llenos de lágrimas, con la parte trasera de mi mano derecha, alcé lentamente la parte superior de mi cuerpo. —… ¿Dónde estoy…? -Murmuré involuntariamente- Lo que vi después fueron unos arbustos verdes. Había pequeñas flores blancas y amarillas en varias partes de ellos, las mariposas azul claro brillante estaban volando de un lado a otro entre ellas. Más o menos a cinco metros, la alfombra de pasto se cortaba, y de ahí en adelante, había un tramo de bosque profundo, alineado con los árboles gigantes que debieron de haber crecido por decenas de años. Mientras enfocaba mi vista en el hueco sombrío entre los troncos de los árboles, el bosque parecía continuar hasta donde llegaba la luz. La corteza rugosa del árbol y el piso estaban cubiertos con musgo, brillando verde y dorado bajo el sol. Miré hacia la derecha, y luego me di la vuelta, fui recibido por troncos de árboles viejos de todas direcciones. En otras palabras, parecía que estaba tendido en un pequeño claro de pasto, en medio de algún bosque. Por último miré hacia arriba, y a través del hueco que había entre las copas de los árboles que se extendían en todas direcciones, estaba el cielo azul donde las nubes dispersas estaban flotando, como esperaba. —¿Dónde es… este lugar? -Murmuré de nuevo mientras suspiraba.- Busqué en cada rincón y esquina de mi cabeza, pero no encontré la memoria de cómo llegué a tomar una siesta en este lugar. ¿Sonambulismo? ¿Amnesia? Al tiempo que esas palabras peligrosas cruzaban mi mente, de ninguna manera, lo negué rápidamente. Yo soy… mi nombre es Karu Arcadia. Veintidós años y 3 meses. Vivía… ¿vivo? En una habitación de un edificio de condominios, bastante cara para mí edad. Me sentí un poco calmado al recordar parte de mi información personal sin problemas, y una vez hecho eso más información había comenzado a fluir desde mis recuerdos. Actualmente, soy un ex trabajador jubilado después de partirme el lomo desde joven… aún más joven que ahora. Estaba aprovechando mis tan esperados días libres para ejercer la pereza. ¿Dinero? Meh, obtuve una pequeña suma que no gastaré ni en 3 vidas, después de estafar a unos casinos... Aunque eso me trajo algunos problemas, cosas menores. Y mientras más seguía excavando, más vagos recuerdos iban apareciendo. En medio de la oscuridad, recuerdo haber escuchado las palabras de una difusa pero clara voz. Cosas como: “Lo siento”, “Tu vida fue corta”, “Por favor ayuda”, y demás palabras entrecortadas lograba recordar. Ahora entiendo, yo había muerto... Lo de siempre, total, creo ya es mi tercera muerte del año. Sin embargo, de todos mis recuerdos, las palabras de esa voz se habían quedado clavadas en mí. Incluso recuerdo haber escuchado que me brindaría ayuda como guía. Una vez mis recuerdos fueron aclarados, me reincorpore levantándome del suelo. Dirigí mi mirada nuevamente al cielo antes de hablarle a la nada: —Oye… ¡No me andes jodiendo! ¡¡Estoy retirado!! -Y aunque mis palabras se perdieron en la nada de este bosque, yo seguí ahí esperando alguna clase de respuesta-
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