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    || ¡Hola chicos!

    Aquí tenéis el vídeo de cómo edité el banner con Picsart, el icon pues es como el mismo estilo ya depende de cómo quieras, por eso no le hice video.

    Algunos pasos he podido hacer debido a que tengo el PicsArt Premium (pero )

    Os recomiendo si sois lentos como yo, en poner el video en cámara lenta. Porque la duración de los textos no supe cuánto ponerle y algunos pasos capaz son difíciles de seguir, de igual forma mi grabación fue intentando hacer el header así que fue improvisado.

    En caso de no querer moodboard podéis añadir fotitos e ir borrando un poco para que quede difuminado y toquetear según si quieres que vaya hacia abajo o arriba de la capa (eso se ve en el vídeo de cómo se hace el tema de las capitas)

    Cualquier duda, pueden venirme al privado.

    : https://youtu.be/OCrTr6jfRFg?feature=shared
    🦎|| ¡Hola chicos! Aquí tenéis el vídeo de cómo edité el banner con Picsart, el icon pues es como el mismo estilo ya depende de cómo quieras, por eso no le hice video. Algunos pasos he podido hacer debido a que tengo el PicsArt Premium (pero 🏴‍☠️🦜☠️) Os recomiendo si sois lentos como yo, en poner el video en cámara lenta. Porque la duración de los textos no supe cuánto ponerle y algunos pasos capaz son difíciles de seguir, de igual forma mi grabación fue intentando hacer el header así que fue improvisado. En caso de no querer moodboard podéis añadir fotitos e ir borrando un poco para que quede difuminado y toquetear según si quieres que vaya hacia abajo o arriba de la capa (eso se ve en el vídeo de cómo se hace el tema de las capitas) Cualquier duda, pueden venirme al privado. 🦎: https://youtu.be/OCrTr6jfRFg?feature=shared
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  • Introducción — Transformación

    #Wendigo #IntroWendigo

    James fue encontrado al amanecer por el grupo de leñadores locales que le acompañó en su aventura. Lo llevaron de vuelta al pueblo de Pine Hollow, donde fue recibido por la pequeña comunidad con recelo. Allí, un anciano curandero, conocido por sus conocimientos de remedios naturales y medicina tradicional, comenzó a tratar sus heridas. Utilizó ungüentos hechos de hierbas locales y pronunció oraciones antiguas para sanar su cuerpo y espíritu.

    A pesar de los esfuerzos del curandero, James no mejoraba. Las heridas físicas comenzaron a sanar a una velocidad inusualmente rápida, pero había algo más profundo y siniestro ocurriendo en su interior. No pasó mucho tiempo antes de que James comenzara a notar los cambios. Al principio, eran pequeños: una agudeza mejorada de sus sentidos, una fuerza que no había tenido antes. Sin embargo, junto con estas habilidades, también sentía una insaciable sed de carne humana, una necesidad que lo aterrorizaba y lo repelía al mismo tiempo.

    Una noche, mientras descansaba en la cabaña del curandero, James se despertó de un sueño febril con una sed ardiente. Sus ojos, antes marrones cálidos, ahora reflejaban un brillo sobrenatural en la penumbra. Horrorizado, James se dio cuenta de que estaba cambiando, convirtiéndose en algo que solo había conocido en leyendas y pesadillas.

    Intentó resistir la transformación, recurriendo a su fuerza de voluntad y a los rituales del curandero. Pero la mordida del Wendigo había dejado una marca indeleble en su alma, una oscuridad que no podía ser purgada con remedios y oraciones. La esencia del Wendigo, una entidad de pura maldad y hambre insaciable, estaba enraizada profundamente en su ser.

    Los días se convirtieron en una lucha constante para mantener su humanidad. James evitaba a los aldeanos tanto como podía, temeroso de que su presencia pudiera desatar a la bestia. Se aisló en una cabaña abandonada al borde del bosque, donde dedicó su tiempo a estudiar antiguos textos y leyendas nativas que hablaban de su maldiciones.

    Fue durante este tiempo de soledad y desesperación que James comenzó a comprender la naturaleza de su transformación. La mordida del Wendigo no solo era un ataque físico; era una maldición que transformaba a su víctima en una criatura similar, condenada a una eternidad de hambre y oscuridad. Pero James se aferraba a un hilo de esperanza: si lograba cazar y matar al Wendigo que lo había mordido, tal vez podría romper la maldición.

    La transformación no era solo física. James comenzó a experimentar visiones, fragmentos de memorias y sensaciones que no eran suyas, sino del Wendigo. Veía los horrores que la criatura había cometido, las almas que había consumido. Estas visiones lo ayudaron a comprender mejor a su enemigo, pero también le mostraron la magnitud de la maldición que enfrentaba.

    A pesar de la creciente oscuridad dentro de él, James decidió que no se rendiría. Su voluntad de vivir y su deseo de venganza lo impulsaron a seguir adelante. Con la ayuda del curandero y los textos antiguos, comenzó a preparar su última cacería. Sabía que sería una batalla no solo por su vida, sino por su alma.
    Introducción — Transformación #Wendigo #IntroWendigo James fue encontrado al amanecer por el grupo de leñadores locales que le acompañó en su aventura. Lo llevaron de vuelta al pueblo de Pine Hollow, donde fue recibido por la pequeña comunidad con recelo. Allí, un anciano curandero, conocido por sus conocimientos de remedios naturales y medicina tradicional, comenzó a tratar sus heridas. Utilizó ungüentos hechos de hierbas locales y pronunció oraciones antiguas para sanar su cuerpo y espíritu. A pesar de los esfuerzos del curandero, James no mejoraba. Las heridas físicas comenzaron a sanar a una velocidad inusualmente rápida, pero había algo más profundo y siniestro ocurriendo en su interior. No pasó mucho tiempo antes de que James comenzara a notar los cambios. Al principio, eran pequeños: una agudeza mejorada de sus sentidos, una fuerza que no había tenido antes. Sin embargo, junto con estas habilidades, también sentía una insaciable sed de carne humana, una necesidad que lo aterrorizaba y lo repelía al mismo tiempo. Una noche, mientras descansaba en la cabaña del curandero, James se despertó de un sueño febril con una sed ardiente. Sus ojos, antes marrones cálidos, ahora reflejaban un brillo sobrenatural en la penumbra. Horrorizado, James se dio cuenta de que estaba cambiando, convirtiéndose en algo que solo había conocido en leyendas y pesadillas. Intentó resistir la transformación, recurriendo a su fuerza de voluntad y a los rituales del curandero. Pero la mordida del Wendigo había dejado una marca indeleble en su alma, una oscuridad que no podía ser purgada con remedios y oraciones. La esencia del Wendigo, una entidad de pura maldad y hambre insaciable, estaba enraizada profundamente en su ser. Los días se convirtieron en una lucha constante para mantener su humanidad. James evitaba a los aldeanos tanto como podía, temeroso de que su presencia pudiera desatar a la bestia. Se aisló en una cabaña abandonada al borde del bosque, donde dedicó su tiempo a estudiar antiguos textos y leyendas nativas que hablaban de su maldiciones. Fue durante este tiempo de soledad y desesperación que James comenzó a comprender la naturaleza de su transformación. La mordida del Wendigo no solo era un ataque físico; era una maldición que transformaba a su víctima en una criatura similar, condenada a una eternidad de hambre y oscuridad. Pero James se aferraba a un hilo de esperanza: si lograba cazar y matar al Wendigo que lo había mordido, tal vez podría romper la maldición. La transformación no era solo física. James comenzó a experimentar visiones, fragmentos de memorias y sensaciones que no eran suyas, sino del Wendigo. Veía los horrores que la criatura había cometido, las almas que había consumido. Estas visiones lo ayudaron a comprender mejor a su enemigo, pero también le mostraron la magnitud de la maldición que enfrentaba. A pesar de la creciente oscuridad dentro de él, James decidió que no se rendiría. Su voluntad de vivir y su deseo de venganza lo impulsaron a seguir adelante. Con la ayuda del curandero y los textos antiguos, comenzó a preparar su última cacería. Sabía que sería una batalla no solo por su vida, sino por su alma.
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  • Álex se inclinó hacia la cámara con una sonrisa juguetona, listo para sumergirse en otro enigma.

    — ¡Bienvenidos, valientes exploradores, a una nueva aventura en el fascinante universo de la Fundación SCP! — exclamó Álex con entusiasmo, su voz llena de emoción mientras miraba a la cámara con una sonrisa pícara.

    — Ahora, prepárense para adentrarnos en un nuevo misterio: SCP-5168, una anomalía intrigante que desafía nuestra comprensión de la realidad. —

    Con una sonrisa ansiosa, Álex comenzó a describir en detalle SCP-5168 y sus peculiaridades.

    — SCP-5168 es un objeto anómalo único: un ordenador Tandy 1000 RL modificado que muestra continuamente imágenes del perturbador personaje ficticio "Jeff the Killer" dentro de una casa suburbana en Kitchover, Iowa. Pero aquí es donde las cosas se ponen realmente interesantes — continuó Álex, señalando la complejidad de esta anomalía.

    — Cuando un niño preadolescente de Kitchover se despierta debido a una pesadilla o terror nocturno, SCP-5168 se apaga misteriosamente, y entre 7 y 15 entidades humanoides, conocidas como SCP-5168-A, emergen en la ubicación del niño. Estas instancias, compuestas en su mayoría por redes de micelio y esclerocio de hongos, tienen la apariencia de Jeff the Killer y realizan acciones destinadas a calmar al niño y hacer que vuelva a dormir. —

    Álex continuó explicando cada detalle de SCP-5168 y sus manifestaciones, asegurándose de no dejar ningún aspecto fuera.

    — La casa que contiene a SCP-5168 ha sido adquirida por una empresa de la Fundación y se le prohibirá la entrada a los civiles. Los civiles que intenten acceder a SCP-5168 o a la casa donde se encuentra serán disuadidos. Los grupos de SCP-5168-A que escapen del cautiverio serán recapturados y eliminados. A los testigos se les dará la excusa de que el grupo de SCP-5168-A es una banda de delincuentes vestidos con la apariencia del personaje "Jeff the Killer", que desde entonces han sido arrestados. Las familias atacadas por SCP-5168-A serán sometidas a medidas de supresión de detalles cognitivos, atribuyéndose los daños a la propiedad a un robo común. Para detener la manifestación incontrolada de las instancias de SCP-5168-A, se han construido varias medidas para desalojar lentamente a todas las familias con hijos de Kitchover, Iowa. —

    Con una mirada reflexiva, Álex abordó el comportamiento de las entidades SCP-5168-A.

    — Las instancias de SCP-5168-A, después de calmar al niño, se descomponen en el exterior de la casa, promoviendo el crecimiento de hongos Amanita muscaria en sus restos. Estos hongos pueden inducir somnolencia si se ingieren, añadiendo una capa más de misterio a esta anomalía. —

    Álex continuó describiendo el incidente más significativo asociado con SCP-5168.

    — El incidente 5168-A revela un giro inesperado en el comportamiento de SCP-5168 y sus instancias. Después de la muerte de un niño objetivo debido a una reacción alérgica a un sándwich preparado por una instancia de SCP-5168-A, ocurrieron eventos anómalos graves en la ubicación de SCP-5168. Las estructuras fúngicas emergieron del suelo, las instancias de SCP-5168-A se comportaron de manera errática, y una entidad desconocida realizó acciones misteriosas frente al ordenador SCP-5168. —

    Álex enfatizó la importancia de este incidente y sus implicaciones para comprender mejor SCP-5168 y su impacto en el mundo que lo rodea.

    — Este incidente plantea interrogantes sobre la verdadera naturaleza y el propósito de SCP-5168, así como sobre la posible conexión entre SCP-5168 y otras entidades y fenómenos anómalos. La Fundación SCP está trabajando para actualizar los procedimientos de contención en respuesta a estos eventos inusuales, pero el verdadero alcance y las implicaciones de SCP-5168 aún están por descubrirse. —

    Álex hizo una pausa para dar énfasis a sus palabras y luego continuó, explorando una posibilidad fascinante.

    — Imaginemos, por un momento, que la Fundación SCP lograra replicar las capacidades de SCP-5168. Podríamos estar ante una revolución en el tratamiento de trastornos del sueño y terrores nocturnos. Si se pudiera controlar y dirigir a SCP-5168-A de manera segura, podríamos ofrecer consuelo y asistencia a niños en todo el mundo, garantizando que ninguna pesadilla los despierte sin un guardián que los tranquilice. —

    Con entusiasmo creciente, Álex consideró las ramificaciones más amplias de esta capacidad.

    — Pero no solo eso. Pensemos en el impacto si pudiéramos adaptar la tecnología de SCP-5168 para crear una red de cuidado fúngico que asistiera en emergencias médicas. Aunque actualmente SCP-5168-A solo funciona con humanos y dentro de contextos específicos, la investigación podría llevarnos a desarrollar versiones que funcionen en diversos entornos, ofreciendo una forma de cuidado anómala pero efectiva. —

    Álex no podía contener su entusiasmo ante las posibilidades.

    — Claro, estas ideas están llenas de desafíos éticos y prácticos. ¿Cómo garantizar que SCP-5168-A actúe siempre de manera segura y beneficiosa? ¿Qué controles y salvaguardas serían necesarios? La Fundación SCP tendría que abordar estas preguntas con extremo cuidado, asegurándose de que cualquier avance no ponga en peligro a las personas que buscan ayudar. —

    Álex concluyó con una reflexión sobre el potencial y las limitaciones de trabajar con lo anómalo.

    — Así que, mientras contemplamos las maravillas y peligros de SCP-5168, recordemos que incluso las anomalías más benevolentes requieren un manejo cuidadoso. La Fundación SCP se dedica a protegernos de lo inexplicable, pero también a explorar cómo lo inexplicable puede, a veces, ofrecernos nuevas vías para el cuidado y la comprensión. Hasta mañana, mis valientes exploradores, manténganse curiosos y cautelosos mientras navegamos juntos en este mar de misterios. —

    Con una sonrisa enigmática, Álex se despidió, dejando a sus seguidores con la promesa de más revelaciones intrigantes en el futuro.

    Antes de desconectar, añadió una última nota con una sonrisa enigmática.

    — Ah, y no olviden que el SCP de mañana lo haremos gracias a una petición especial de uno de ustedes. Así que, si hay algún SCP en particular que les intrigue, déjenmelo saber en los comentarios. ¡Quién sabe, tal vez el próximo episodio sea gracias a su sugerencia! Nos vemos mañana, exploradores de lo inexplicable. —

    Y con eso, Álex cerró la transmisión, dejando a sus seguidores ansiosos por lo que vendría.

    //este poast es en honor a que hoy es el cumpleaños de Jeff The Killer
    Álex se inclinó hacia la cámara con una sonrisa juguetona, listo para sumergirse en otro enigma. — ¡Bienvenidos, valientes exploradores, a una nueva aventura en el fascinante universo de la Fundación SCP! — exclamó Álex con entusiasmo, su voz llena de emoción mientras miraba a la cámara con una sonrisa pícara. — Ahora, prepárense para adentrarnos en un nuevo misterio: SCP-5168, una anomalía intrigante que desafía nuestra comprensión de la realidad. — Con una sonrisa ansiosa, Álex comenzó a describir en detalle SCP-5168 y sus peculiaridades. — SCP-5168 es un objeto anómalo único: un ordenador Tandy 1000 RL modificado que muestra continuamente imágenes del perturbador personaje ficticio "Jeff the Killer" dentro de una casa suburbana en Kitchover, Iowa. Pero aquí es donde las cosas se ponen realmente interesantes — continuó Álex, señalando la complejidad de esta anomalía. — Cuando un niño preadolescente de Kitchover se despierta debido a una pesadilla o terror nocturno, SCP-5168 se apaga misteriosamente, y entre 7 y 15 entidades humanoides, conocidas como SCP-5168-A, emergen en la ubicación del niño. Estas instancias, compuestas en su mayoría por redes de micelio y esclerocio de hongos, tienen la apariencia de Jeff the Killer y realizan acciones destinadas a calmar al niño y hacer que vuelva a dormir. — Álex continuó explicando cada detalle de SCP-5168 y sus manifestaciones, asegurándose de no dejar ningún aspecto fuera. — La casa que contiene a SCP-5168 ha sido adquirida por una empresa de la Fundación y se le prohibirá la entrada a los civiles. Los civiles que intenten acceder a SCP-5168 o a la casa donde se encuentra serán disuadidos. Los grupos de SCP-5168-A que escapen del cautiverio serán recapturados y eliminados. A los testigos se les dará la excusa de que el grupo de SCP-5168-A es una banda de delincuentes vestidos con la apariencia del personaje "Jeff the Killer", que desde entonces han sido arrestados. Las familias atacadas por SCP-5168-A serán sometidas a medidas de supresión de detalles cognitivos, atribuyéndose los daños a la propiedad a un robo común. Para detener la manifestación incontrolada de las instancias de SCP-5168-A, se han construido varias medidas para desalojar lentamente a todas las familias con hijos de Kitchover, Iowa. — Con una mirada reflexiva, Álex abordó el comportamiento de las entidades SCP-5168-A. — Las instancias de SCP-5168-A, después de calmar al niño, se descomponen en el exterior de la casa, promoviendo el crecimiento de hongos Amanita muscaria en sus restos. Estos hongos pueden inducir somnolencia si se ingieren, añadiendo una capa más de misterio a esta anomalía. — Álex continuó describiendo el incidente más significativo asociado con SCP-5168. — El incidente 5168-A revela un giro inesperado en el comportamiento de SCP-5168 y sus instancias. Después de la muerte de un niño objetivo debido a una reacción alérgica a un sándwich preparado por una instancia de SCP-5168-A, ocurrieron eventos anómalos graves en la ubicación de SCP-5168. Las estructuras fúngicas emergieron del suelo, las instancias de SCP-5168-A se comportaron de manera errática, y una entidad desconocida realizó acciones misteriosas frente al ordenador SCP-5168. — Álex enfatizó la importancia de este incidente y sus implicaciones para comprender mejor SCP-5168 y su impacto en el mundo que lo rodea. — Este incidente plantea interrogantes sobre la verdadera naturaleza y el propósito de SCP-5168, así como sobre la posible conexión entre SCP-5168 y otras entidades y fenómenos anómalos. La Fundación SCP está trabajando para actualizar los procedimientos de contención en respuesta a estos eventos inusuales, pero el verdadero alcance y las implicaciones de SCP-5168 aún están por descubrirse. — Álex hizo una pausa para dar énfasis a sus palabras y luego continuó, explorando una posibilidad fascinante. — Imaginemos, por un momento, que la Fundación SCP lograra replicar las capacidades de SCP-5168. Podríamos estar ante una revolución en el tratamiento de trastornos del sueño y terrores nocturnos. Si se pudiera controlar y dirigir a SCP-5168-A de manera segura, podríamos ofrecer consuelo y asistencia a niños en todo el mundo, garantizando que ninguna pesadilla los despierte sin un guardián que los tranquilice. — Con entusiasmo creciente, Álex consideró las ramificaciones más amplias de esta capacidad. — Pero no solo eso. Pensemos en el impacto si pudiéramos adaptar la tecnología de SCP-5168 para crear una red de cuidado fúngico que asistiera en emergencias médicas. Aunque actualmente SCP-5168-A solo funciona con humanos y dentro de contextos específicos, la investigación podría llevarnos a desarrollar versiones que funcionen en diversos entornos, ofreciendo una forma de cuidado anómala pero efectiva. — Álex no podía contener su entusiasmo ante las posibilidades. — Claro, estas ideas están llenas de desafíos éticos y prácticos. ¿Cómo garantizar que SCP-5168-A actúe siempre de manera segura y beneficiosa? ¿Qué controles y salvaguardas serían necesarios? La Fundación SCP tendría que abordar estas preguntas con extremo cuidado, asegurándose de que cualquier avance no ponga en peligro a las personas que buscan ayudar. — Álex concluyó con una reflexión sobre el potencial y las limitaciones de trabajar con lo anómalo. — Así que, mientras contemplamos las maravillas y peligros de SCP-5168, recordemos que incluso las anomalías más benevolentes requieren un manejo cuidadoso. La Fundación SCP se dedica a protegernos de lo inexplicable, pero también a explorar cómo lo inexplicable puede, a veces, ofrecernos nuevas vías para el cuidado y la comprensión. Hasta mañana, mis valientes exploradores, manténganse curiosos y cautelosos mientras navegamos juntos en este mar de misterios. — Con una sonrisa enigmática, Álex se despidió, dejando a sus seguidores con la promesa de más revelaciones intrigantes en el futuro. Antes de desconectar, añadió una última nota con una sonrisa enigmática. — Ah, y no olviden que el SCP de mañana lo haremos gracias a una petición especial de uno de ustedes. Así que, si hay algún SCP en particular que les intrigue, déjenmelo saber en los comentarios. ¡Quién sabe, tal vez el próximo episodio sea gracias a su sugerencia! Nos vemos mañana, exploradores de lo inexplicable. — Y con eso, Álex cerró la transmisión, dejando a sus seguidores ansiosos por lo que vendría. //este poast es en honor a que hoy es el cumpleaños de [jeffry_woods]
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  • 𝐅𝐈𝐂𝐇𝐀 𝐃𝐄 𝐏𝐄𝐑𝐒𝐎𝐍𝐀𝐉𝐄
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ


    ▣ 𝐍𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨: Koseki Bijou
    ▣ 𝐄𝐝𝐚𝐝: 10.000
    ▣ 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐭𝐮𝐫𝐚: 140 cm
    ▣ 𝐏𝐞𝐬𝐨: 40 kilos
    ▣ 𝐆𝐞𝐧𝐞𝐫𝐨: Femenino
    ▣ 𝐎𝐜𝐮𝐩𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧: Joya de las Emociones
    ▣ 𝐑𝐚𝐳𝐚: Mineral


    ▣ Historia: «¡Espero que sientas mi resplandor!»

    Formada a partir de la cristalización de todas las formas de emoción humana, Koseki Bijou es «La Joya de las Emociones». Durante años y años, las emociones de la belleza y la suciedad por igual se han entretejido en ella bajo una inmensa presión, dando como resultado un brillo inigualable.

    Su brillo antiguo y místico provocó conflictos entre las masas de codiciosos, que se disputaban su propiedad. Por ello, fue recluida en secreto, lejos del alcance de los humanos.

    Parece que cuando se encuentra con la gente, y especialmente con sus buenas emociones, su resplandor brilla aún más.

    Los miembros de Advent fueron encerrads en La Celda, una prisión subterránea construida para albergar a personas y objetos peligrosos. Su ubicación es un secreto celosamente guardado.

    Tiene la capacidad de inspirar codicia en los demás. Recuerda a Andvaranaut, el anillo sin precio de la mitología nórdica que inspiraba codicia a todo el que lo veía

    Tiene una forma llamada Bijou Ascendida. Cuando se enfada y se siente abrumada por las emociones, se resquebraja y se convierte en un ser sin emociones que puede controlar las emociones de los seres que la rodean, incluidos los dioses.

    El gran conjunto de cristales de su pecho cambia de color en función de sus expresiones faciales, yendo del azul cuando está triste a los vibrantes colores del arco iris cuando está contenta.

    ▣ 𝐏𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝: Bijou es efervescente, simpática y a menudo se emociona con facilidad. Es conocida por sus conocimientos de los memes más recientes y divierte a la gente con sus payasadas infantiles. Debido a sus payasadas, acaba soltando chistes que llevan a las personas a burlarse cariñosamente de ella. También es conocida por «coleccionar mamás» valiéndose de su ternura.


    ㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ 𝐂𝐔𝐑𝐈𝐎𝐒𝐈𝐃𝐀𝐃𝐄𝐒

    ▣ Sus amigos le llaman Biboo

    ▣ Le gustan los juegos, los espacios pequeños, la comida interactiva, las bebidas bonitas y el café. Su posesión favorita es su cafetera.

    ▣ No le gustan los picos de excavacion. Sin embargo, ha borrado de su lista original de aversiones: las setas (excepto las Enoki), las abejas, los ruidos fuertes y repentinos y los ruidos que dan miedo.

    ▣ Además, a pesar de su inclinación por los memes y los juegos de acción, es irónicamente muy cordial y educada; se niega conscientemente a decir palabrotas, y en su lugar dice literalmente «BEEP» en lugar de una palabrota, incluso cuando lee en voz alta textos de medios que de otro modo contendrían palabrotas. También utiliza sistemáticamente «¡Rayos!» para expresar frustración en lugar de un lenguaje más duro y, en relación con esto, se ha hecho muy famosa por mantener la calma y la serenidad incluso ante desafíos que dejarían a la mayoría de los demás enfurecidos y molestos.

    𝐅𝐈𝐂𝐇𝐀 𝐃𝐄 𝐏𝐄𝐑𝐒𝐎𝐍𝐀𝐉𝐄 ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ ▣ 𝐍𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨: Koseki Bijou ▣ 𝐄𝐝𝐚𝐝: 10.000 ▣ 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐭𝐮𝐫𝐚: 140 cm ▣ 𝐏𝐞𝐬𝐨: 40 kilos ▣ 𝐆𝐞𝐧𝐞𝐫𝐨: Femenino ▣ 𝐎𝐜𝐮𝐩𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧: Joya de las Emociones ▣ 𝐑𝐚𝐳𝐚: Mineral ▣ Historia: «¡Espero que sientas mi resplandor!» Formada a partir de la cristalización de todas las formas de emoción humana, Koseki Bijou es «La Joya de las Emociones». Durante años y años, las emociones de la belleza y la suciedad por igual se han entretejido en ella bajo una inmensa presión, dando como resultado un brillo inigualable. Su brillo antiguo y místico provocó conflictos entre las masas de codiciosos, que se disputaban su propiedad. Por ello, fue recluida en secreto, lejos del alcance de los humanos. Parece que cuando se encuentra con la gente, y especialmente con sus buenas emociones, su resplandor brilla aún más. Los miembros de Advent fueron encerrads en La Celda, una prisión subterránea construida para albergar a personas y objetos peligrosos. Su ubicación es un secreto celosamente guardado. Tiene la capacidad de inspirar codicia en los demás. Recuerda a Andvaranaut, el anillo sin precio de la mitología nórdica que inspiraba codicia a todo el que lo veía Tiene una forma llamada Bijou Ascendida. Cuando se enfada y se siente abrumada por las emociones, se resquebraja y se convierte en un ser sin emociones que puede controlar las emociones de los seres que la rodean, incluidos los dioses. El gran conjunto de cristales de su pecho cambia de color en función de sus expresiones faciales, yendo del azul cuando está triste a los vibrantes colores del arco iris cuando está contenta. ▣ 𝐏𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝: Bijou es efervescente, simpática y a menudo se emociona con facilidad. Es conocida por sus conocimientos de los memes más recientes y divierte a la gente con sus payasadas infantiles. Debido a sus payasadas, acaba soltando chistes que llevan a las personas a burlarse cariñosamente de ella. También es conocida por «coleccionar mamás» valiéndose de su ternura. ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ 𝐂𝐔𝐑𝐈𝐎𝐒𝐈𝐃𝐀𝐃𝐄𝐒 ▣ Sus amigos le llaman Biboo ▣ Le gustan los juegos, los espacios pequeños, la comida interactiva, las bebidas bonitas y el café. Su posesión favorita es su cafetera. ▣ No le gustan los picos de excavacion. Sin embargo, ha borrado de su lista original de aversiones: las setas (excepto las Enoki), las abejas, los ruidos fuertes y repentinos y los ruidos que dan miedo. ▣ Además, a pesar de su inclinación por los memes y los juegos de acción, es irónicamente muy cordial y educada; se niega conscientemente a decir palabrotas, y en su lugar dice literalmente «BEEP» en lugar de una palabrota, incluso cuando lee en voz alta textos de medios que de otro modo contendrían palabrotas. También utiliza sistemáticamente «¡Rayos!» para expresar frustración en lugar de un lenguaje más duro y, en relación con esto, se ha hecho muy famosa por mantener la calma y la serenidad incluso ante desafíos que dejarían a la mayoría de los demás enfurecidos y molestos.
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  • En los días más oscuros de la Primera Guerra Mágica, cuando el terror se aferraba a cada rincón de la sociedad mágica como una sombra insaciable, la valentía y la desesperación se entrelazaban en una danza mortal.
    Las calles de Hogsmeade, una vez bulliciosas y llenas de actividad mágica, ahora yacían en silencio, sus tiendas cerradas y sus calles desiertas. El miedo se había apoderado de la ciudad, como un manto gélido que no dejaba espacio para la esperanza.

    En el Callejón Diagón, el corazón pulsante del mundo mágico en la capital, la oscuridad se había infiltrado incluso en los lugares más sagrados. Las tiendas estaban cerradas con magia protectora, y aquellos que se aventuraban por las calles lo hacían con el corazón en un puño, temiendo encontrarse con los seguidores de aquel mago tenebroso que había sembrado el caos y el dolor.

    En medio de la penumbra que envolvía la callejuela, entre los susurros y los temores susurrados en voz baja, se encontraba Acheron, un mago cuya vida había tomado un giro oscuro y peligroso desde el estallido de la guerra.
    Al principio, Acheron se había visto obligado a robar para sobrevivir, deslizándose entre las sombras del callejón, aprovechando sus habilidades mágicas para deslizarse sin ser detectado. Pero con el tiempo, su desesperación lo llevó por un camino aún más peligroso y es que pronto se vio desviando información al departamento de Aurores. ¿Qué es más peligroso? ¿Quién-No-Debe-Ser-Nombrado o las fuerzas que se le oponen?

    Al principio, la idea de traicionar a las fuerzas oscuras que, a menudo lo amparaban y lo protegían. lo había llenado de remordimiento y angustia, pero pronto se dio cuenta de que no tenía elección. La guerra había transformado el mundo mágico en un lugar de pesadilla, y Acheron había aprendido que, en tiempos de crisis, a menudo era necesario tomar decisiones difíciles para sobrevivir. Y que, si alguien tenia que ganar esa guerra, no debía ser la oscuridad. Bastante dolor habia asolado ya la ciudad… Las cosas tenían que cambiar.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Monorol #Textos
    En los días más oscuros de la Primera Guerra Mágica, cuando el terror se aferraba a cada rincón de la sociedad mágica como una sombra insaciable, la valentía y la desesperación se entrelazaban en una danza mortal. Las calles de Hogsmeade, una vez bulliciosas y llenas de actividad mágica, ahora yacían en silencio, sus tiendas cerradas y sus calles desiertas. El miedo se había apoderado de la ciudad, como un manto gélido que no dejaba espacio para la esperanza. En el Callejón Diagón, el corazón pulsante del mundo mágico en la capital, la oscuridad se había infiltrado incluso en los lugares más sagrados. Las tiendas estaban cerradas con magia protectora, y aquellos que se aventuraban por las calles lo hacían con el corazón en un puño, temiendo encontrarse con los seguidores de aquel mago tenebroso que había sembrado el caos y el dolor. En medio de la penumbra que envolvía la callejuela, entre los susurros y los temores susurrados en voz baja, se encontraba Acheron, un mago cuya vida había tomado un giro oscuro y peligroso desde el estallido de la guerra. Al principio, Acheron se había visto obligado a robar para sobrevivir, deslizándose entre las sombras del callejón, aprovechando sus habilidades mágicas para deslizarse sin ser detectado. Pero con el tiempo, su desesperación lo llevó por un camino aún más peligroso y es que pronto se vio desviando información al departamento de Aurores. ¿Qué es más peligroso? ¿Quién-No-Debe-Ser-Nombrado o las fuerzas que se le oponen? Al principio, la idea de traicionar a las fuerzas oscuras que, a menudo lo amparaban y lo protegían. lo había llenado de remordimiento y angustia, pero pronto se dio cuenta de que no tenía elección. La guerra había transformado el mundo mágico en un lugar de pesadilla, y Acheron había aprendido que, en tiempos de crisis, a menudo era necesario tomar decisiones difíciles para sobrevivir. Y que, si alguien tenia que ganar esa guerra, no debía ser la oscuridad. Bastante dolor habia asolado ya la ciudad… Las cosas tenían que cambiar. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Monorol #Textos
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    | Acaban de publicar uno de mis textos en una de las revistas.

    | Acaban de publicar uno de mis textos en una de las revistas. 🥰 🥰 🥰
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  • Montañas Celestiales
    Fandom Slayers / Mo Dao Zu Shi
    Categoría Anime / Mangas
    Rol con Daozhang Xiao Xingchen

    #Flashback

    – Había perdido la cuenta del número de ciudades que había visitado, el número de las antiguas bibliotecas y Asociaciones de Hechiceros en cuyo interior había buscado respuestas, y el número de los eruditos a los que había pedido ayuda.

    Todo ello le había llevado allí, a las Montañas Celestiales. Un lugar en el que, según contaban los textos más arcaicos, se alzaba un templo construido en honor a Flare Dragon Ceiphied, o el Dios supremo del bien.

    Los mismos textos relataban que, en aquel templo, se escondía la Espada del Dragón Rojo. Una espada legendaria a la que se le atribuían poderes que ningún humano sería capaz de imaginar. Uno de aquellos poderes era la capacidad de purificar lo impuro. A aquel poder él se aferraba con la esperanza de que le ayudara a recuperar su humanidad perdida.

    Fue con aquella espada con la que Flare Dragon Ceiphied derrotó a Ruby Eye Shabranigdu, el Rey Demonio. Aunque no lo destruyó, solo lo dividió en siete partes que selló para que no pudiera seguir causando caos y destrucción, y aquella derrota de Shabranigdu supuso la destrucción también de Flare Dragon Ceiphied.

    Por aquellas montañas Zelgadiss caminaba a paso rápido. Se le veía agotado de los largos días de viaje, hambriento, desaliñado y... perdido. –
    Rol con [Daozhang_XiaoXingchen] #Flashback – Había perdido la cuenta del número de ciudades que había visitado, el número de las antiguas bibliotecas y Asociaciones de Hechiceros en cuyo interior había buscado respuestas, y el número de los eruditos a los que había pedido ayuda. Todo ello le había llevado allí, a las Montañas Celestiales. Un lugar en el que, según contaban los textos más arcaicos, se alzaba un templo construido en honor a Flare Dragon Ceiphied, o el Dios supremo del bien. Los mismos textos relataban que, en aquel templo, se escondía la Espada del Dragón Rojo. Una espada legendaria a la que se le atribuían poderes que ningún humano sería capaz de imaginar. Uno de aquellos poderes era la capacidad de purificar lo impuro. A aquel poder él se aferraba con la esperanza de que le ayudara a recuperar su humanidad perdida. Fue con aquella espada con la que Flare Dragon Ceiphied derrotó a Ruby Eye Shabranigdu, el Rey Demonio. Aunque no lo destruyó, solo lo dividió en siete partes que selló para que no pudiera seguir causando caos y destrucción, y aquella derrota de Shabranigdu supuso la destrucción también de Flare Dragon Ceiphied. Por aquellas montañas Zelgadiss caminaba a paso rápido. Se le veía agotado de los largos días de viaje, hambriento, desaliñado y... perdido. –
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  • || Oigan, a Kite le gusta conversar mucho y a veces hablar donde no la llamaron (siempre con respeto y leyendo los contextos), así que si de pronto esto les molesta solo avisenme. Ella no quiere ser impertinente con los demás.
    || Oigan, a Kite le gusta conversar mucho y a veces hablar donde no la llamaron (siempre con respeto y leyendo los contextos), así que si de pronto esto les molesta solo avisenme. Ella no quiere ser impertinente con los demás. :STK-31:
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  • 𝐛𝐮𝐭 𝐲𝐨𝐮 𝐜𝐚𝐧'𝐭 𝐩𝐫𝐞𝐯𝐞𝐧𝐭 𝐚 𝐰𝐚𝐯𝐞 𝑏𝑟𝑒𝑎𝑘𝑖𝑛𝑔 𝐨𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐬𝐚𝐧𝐝.
    Fandom Dr. Strange.
    Categoría Crossover
    𝐒𝐓𝐄𝐏𝐇𝐄𝐍 𝐒𝐓𝐑𝐀𝐍𝐆𝐄

    ¿Se había fijado acaso ella alguna vez en las manos de alguien? ¿Se había fijado siquiera en las de Norman? No… Había muchas cosas de él que tenía memorizadas por sus propios antojos, pero sus manos no estaban en aquella lista. ¿Por qué entonces estaba soñando con las de Stephen Strange?

    Se había fijado en cómo se movían al realizar sus hechizos. Había estado considerablemente cerca de él aquellos días e incluso lo había acompañado al Sanctum Sanctorum, casi como su pupila. Lo había ayudado y había escuchado todo cuanto tenía que contarle y explicarle. Era algo que siempre le había gustado: que alguien con conocimientos superiores la ilustrara. Se había dado cuenta entonces de que aquello no era más que un… ¿fetiche? Tal vez. Le sucedió en Oscorp, con Osborn, y ahora… Ahora parecía estar sucediéndole con Stephen Strange.

    No se había dado cuenta, y no fue gracias a su inconsciencia que lo supo. A través de aquellos sueños que la despertaron agitada y con un extraño y dulce palpitar entre sus muslos. Ese cosquilleo la hizo comprender cosas que hasta el momento había pasado por alto. Y una de ellas fueron las manos del mago. Sus dedos moviéndose, sus nudillos, sus venas marcadas.

    Un suspiro que dejó caer como si fuera pesado. Tan pesado como aquella sensación de dulce agonía que la estaba presionando. Parpadeó despacio. Parecía que su cuerpo se había despertado incluso antes que ella misma. ¿Cómo podía estar sintiendo todo eso si apenas podía despegar los párpados?
    Tragó saliva y cometió el error de volver a cerrar los ojos, tumbándose sobre la cama.

    Las imágenes del hechicero no tardaron en acudir rápidamente a su llamado. El de su cuerpo. Podía ver su sonrisa pretenciosa, esa que tanto la sacaba de quicio y que ahora se le tornaba sumamente atractiva.

    ¿Pero por qué?… ¿Qué había pasado?

    Sin duda alguna las siestas se habían terminado.

    En seguida entendió por qué le habían parecido tan atractivos aquellos dedos y el pensamiento obsceno con el que lo había rescatado su mente.
    Ahora sí se levantó de golpe, como si pensar y sentir todo aquello en cierto modo la hiciera sentirse completamente culpable. Sucia. Indecente.

    Se levantó y se desperezó mientras se dirigía al salón, sentándose de golpe. Sus muslos apretándose en aquella caída no ayudaron a despegar aquellos pensamientos, y estaba empezando a preocuparse de que no desaparecieran nunca más. Que se quedaran ahí, estancados hasta que…

    —No.

    Se dijo así misma.

    —Es… un sueño. Las personas sueñan cosas que no tienen por qué significar nada. Llevas… mucho tiempo sin…

    Y su ceño se frunció. Las imágenes volvieron rápidamente, como una marea que al marcharse vuelve inevitablemente.
    El mar… Sí… Se sentía muy afín a cómo se sentía entre sus piernas.

    Tuvo que coger el aire para soltarlo muy despacio. Pero volver a cerrar los ojos no ayudaba en absoluto. Se desquició. Detestaba no poder controlar lo que pensaba, pero es que en realidad… ni siquiera lo estaba intentando. No quería apartarlo porque le estaba resultando placentero. Un juego peligroso que terminaría quemándola. ¿Pero la había asustado a ella alguna vez el fuego?…

    Procuró distraerse, pero aquello sólo duró unos minutos antes de que su mente caprichosa la antojara con un deseo. Subir al apartamento de arriba.
    Llamó a la puerta barajando cuál de los pretextos era el mejor y más creíble, y para cuando Strange abrió y ella se encontró con su confuso y curioso gesto (al no esperarla allí a esas horas).

    Ella se quedó con la boca abierta y una expresión de estar a punto de pedir algo. ¿Pero y los pretextos? ¿Se habían extinguido cuando le había mirado a la cara? Apretó los ojos, sintiéndose una estúpida, y finalmente dijo:

    —Me he quedado sin jengibre.

    Lo soltó de golpe, como si fuera algo imperdonable, como si acabara de confesar el peor de sus errores. Quedarse sin jengibre, qué barbaridad…

    Stephen la contempló con una sonrisa divertida a la par que extrañada. ¿Jengibre?… Pareció pensar. Pero por suerte para ella, él era el Señor de las Pócimas, de los mejunjes, de los ungüentos y las infusiones.
    No respondió, la invitó a pasar, apartándose del marco y extendiendo su brazo hacia el interior del apartamento. Esperó a que entrara y cerró tras ella la puerta.

    —¿Estás bien? —le preguntó mientras le daba la espalda, dirigiéndose hacia la cocina.

    Pero no… No lo estaba, y mucho menos lo estuvo cuando el aroma de su perfume se abandonó en el aire, esperando torturarla. Sus pupilas se dilataron, sus ojos se cerraron y sus labios se entreabrieron tomando un suspiro ansioso. ¿Qué le estaba pasando? ¿Desde cuando él la hacía sentir así?

    ¿Acaso lo había notado?… ¿Podía él sentir ese tipo de cosas?… Eso que la hacía sentir tan… ¿culpable?

    —M-m-e había quedado dormida.
    —¿Tú? ¿Dormida? —se miró el reloj—. Son las siete y media. Una siesta un poco larga, ¿no crees?
    —Un poco —y de haberse extendido un poco más, quizá hubiera llegado a tener un orgasmo. Aquel pensamiento la hizo apartar la mirada, avergonzada. Hacía mucho, mucho tiempo que no se ponía nerviosa delante de él. Delante de nadie.
    —Me alegra saber que has podido descansar. Y sin mi ayuda —alzó las cejas, como si aquello fuera lo realmente sorprendente.

    Ella no pudo evitar sonreír con sorna, negando.

    “Si tú supieras…”

    —Pues ya ves —se encogió de hombros, soltando el aire de golpe.
    Strange frunció el ceño, extrañado. La sentía rara, diferente. Como si no fuera… la misma. ¿Por qué parecía tan nerviosa?
    Se acercó a ella y le entregó lo que le había pedido. Pero era inevitable no fijarse en aquel rostro angelical de mirada ligeramente abstraída. Lo hizo curvar el gesto, inclinar ligeramente su cabeza, curioso. Aguzó la mirada.

    —¿Angelique? —le preguntó en un tono casi divertido, como si verla así le causara cierta gracia.

    Ella pareció despertar de la ensoñación, tomando rápidamente el jengibre en su mano.

    —G-gracias.
    —¿De verdad estás bien?
    —Sí. No me sientan bien las siestas.
    —Y que lo digas… —dijo casi para sí mismo—. ¿Para qué lo necesitas? —le preguntó, refiriéndose al jengibre.
    Ella lo miró, como si no le perteneciera, como si verdaderamente ni siquiera lo necesitara. No lo hacía, de hecho. Así que, su pregunta la dejó en blanco.
    —¿Sabes cómo se utiliza? —decidió preguntarle Strange ante su silencio. Atreviéndose a adivinar que la respuesta era un evidente “no”.
    —C-claro.
    El hechicero frunció el ceño, discrepando.
    —¿Quieres que te lo explique?
    ¿Explicárselo? ¿Y fomentar aquel fetiche?
    —¡No! —respondió rápidamente—. No. S-sé cómo se usa.
    —…De acuerdo… —respondió con precaución, como si sus reacciones más que sorprenderle empezaran a preocuparle.
    Angelique asintió torpemente y lo rodeó para marcharse. Pero entonces él tuvo que estirar su brazo y atrapar el suyo. El primer latigazo se instaló en su vientre, descendiendo. Su corazón pareció latir entonces en todas partes, sobretodo en la que menos deseaba… Cerró los ojos, apretándolos con fuerza, avergonzada. Se giró (o más bien él la hizo girarse), y extendió su mano libre hacia ella con la palma abierta hacia arriba. Hizo un movimiento demandante con sus dedos.

    Sus dedos.

    Oh no… Sus dedos.

    Volvió a cerrar los ojos y tragó saliva.
    Le estaba pidiendo de vuelta el jengibre. ¿Por qué? Porque no se fiaba de ella, claro. Era más que evidente que no tenía ni idea de para qué se usaba eso. Ella abrió la palma de su mano y él recuperó el ingrediente. Estaba dispuesto a preparar él mismo aquello que quería, pero primero necesitaba saber qué era.

    ¿No estaban demasiado cerca? Sí. Tanto que podía respirar su fragancia una vez más, desestabilizándose.

    Por dios, por qué he tenido que subir…

    Él aflojó el agarre de sus dedos, soltando su brazo.

    —¿Para qué querías el jengibre? —le preguntó suavemente. Ahora iba a resultar que su voz también causaba el mismo efecto. ¿O es que seguía soñando? ¿Estaba todavía en ese sueño? ¿Era por eso que todo en él parecía provocarla de manera inoportuna?
    Y qué error cometió al alzar la mirada hacia sus ojos, pues en seguida descendió hacia sus labios, evidenciando sus deseos.
    —Me he dejado el fuego encendido.

    Y corrió hacia la puerta, la abrió, y salió de allí tan pronto como pudo. Aprovechó entonces para respirar. Su pecho ascendía y descendía violentamente. En su mente se recolectaron todas aquellas imágenes. Sus manos, sus dedos, la forma en la que le había sostenido el brazo…
    Aún seguía tras la puerta del apartamento. Si a él se le ocurría simplemente abrir…

    ¿Y durante cuánto tiempo iba a estar así? ¿Acaso iba a soportarlo mucho tiempo? Ya había sentido algo similar una vez, y sabía que no podría, no aguantaría.
    Cerró los ojos, se dio la vuelta y sus nudillos llamaron a la puerta.

    Stephen apenas tardó en abrir. Ni siquiera se había movido, estaba completamente paralizado, sin entender qué acababa de pasar. Apenas lo estaba intentando procesar cuando la puerta sonó. Fue, la abrió y se la encontró ahí parada, mirándole con aquellos ojos celestes que le perforaban el alma. ¿Pero acaso no estaban sus pupilas demasiado dilatadas?…

    —No me lo digas, se te han olvidado las llaves dentro.

    Pero ella no respondió. Pareció centrarse en los ojos celestes del contrario, como si estuviera esperando el momento preciso, ese que le dictaba su cuerpo para lanzarse y actuar. Y así sucedió. En cuestión de unos segundos ella se acercó rauda hacia el hechicero besando sus labios con un ferviente deseo. Él apenas pudo corresponder aquel beso, al no esperarse que sucedería. Pero fue tal la necesidad que sintió en aquel contacto que su cuerpo reaccionó por él, correspondiéndola.
    [MxgicalHands] ¿Se había fijado acaso ella alguna vez en las manos de alguien? ¿Se había fijado siquiera en las de Norman? No… Había muchas cosas de él que tenía memorizadas por sus propios antojos, pero sus manos no estaban en aquella lista. ¿Por qué entonces estaba soñando con las de Stephen Strange? Se había fijado en cómo se movían al realizar sus hechizos. Había estado considerablemente cerca de él aquellos días e incluso lo había acompañado al Sanctum Sanctorum, casi como su pupila. Lo había ayudado y había escuchado todo cuanto tenía que contarle y explicarle. Era algo que siempre le había gustado: que alguien con conocimientos superiores la ilustrara. Se había dado cuenta entonces de que aquello no era más que un… ¿fetiche? Tal vez. Le sucedió en Oscorp, con Osborn, y ahora… Ahora parecía estar sucediéndole con Stephen Strange. No se había dado cuenta, y no fue gracias a su inconsciencia que lo supo. A través de aquellos sueños que la despertaron agitada y con un extraño y dulce palpitar entre sus muslos. Ese cosquilleo la hizo comprender cosas que hasta el momento había pasado por alto. Y una de ellas fueron las manos del mago. Sus dedos moviéndose, sus nudillos, sus venas marcadas. Un suspiro que dejó caer como si fuera pesado. Tan pesado como aquella sensación de dulce agonía que la estaba presionando. Parpadeó despacio. Parecía que su cuerpo se había despertado incluso antes que ella misma. ¿Cómo podía estar sintiendo todo eso si apenas podía despegar los párpados? Tragó saliva y cometió el error de volver a cerrar los ojos, tumbándose sobre la cama. Las imágenes del hechicero no tardaron en acudir rápidamente a su llamado. El de su cuerpo. Podía ver su sonrisa pretenciosa, esa que tanto la sacaba de quicio y que ahora se le tornaba sumamente atractiva. ¿Pero por qué?… ¿Qué había pasado? Sin duda alguna las siestas se habían terminado. En seguida entendió por qué le habían parecido tan atractivos aquellos dedos y el pensamiento obsceno con el que lo había rescatado su mente. Ahora sí se levantó de golpe, como si pensar y sentir todo aquello en cierto modo la hiciera sentirse completamente culpable. Sucia. Indecente. Se levantó y se desperezó mientras se dirigía al salón, sentándose de golpe. Sus muslos apretándose en aquella caída no ayudaron a despegar aquellos pensamientos, y estaba empezando a preocuparse de que no desaparecieran nunca más. Que se quedaran ahí, estancados hasta que… —No. Se dijo así misma. —Es… un sueño. Las personas sueñan cosas que no tienen por qué significar nada. Llevas… mucho tiempo sin… Y su ceño se frunció. Las imágenes volvieron rápidamente, como una marea que al marcharse vuelve inevitablemente. El mar… Sí… Se sentía muy afín a cómo se sentía entre sus piernas. Tuvo que coger el aire para soltarlo muy despacio. Pero volver a cerrar los ojos no ayudaba en absoluto. Se desquició. Detestaba no poder controlar lo que pensaba, pero es que en realidad… ni siquiera lo estaba intentando. No quería apartarlo porque le estaba resultando placentero. Un juego peligroso que terminaría quemándola. ¿Pero la había asustado a ella alguna vez el fuego?… Procuró distraerse, pero aquello sólo duró unos minutos antes de que su mente caprichosa la antojara con un deseo. Subir al apartamento de arriba. Llamó a la puerta barajando cuál de los pretextos era el mejor y más creíble, y para cuando Strange abrió y ella se encontró con su confuso y curioso gesto (al no esperarla allí a esas horas). Ella se quedó con la boca abierta y una expresión de estar a punto de pedir algo. ¿Pero y los pretextos? ¿Se habían extinguido cuando le había mirado a la cara? Apretó los ojos, sintiéndose una estúpida, y finalmente dijo: —Me he quedado sin jengibre. Lo soltó de golpe, como si fuera algo imperdonable, como si acabara de confesar el peor de sus errores. Quedarse sin jengibre, qué barbaridad… Stephen la contempló con una sonrisa divertida a la par que extrañada. ¿Jengibre?… Pareció pensar. Pero por suerte para ella, él era el Señor de las Pócimas, de los mejunjes, de los ungüentos y las infusiones. No respondió, la invitó a pasar, apartándose del marco y extendiendo su brazo hacia el interior del apartamento. Esperó a que entrara y cerró tras ella la puerta. —¿Estás bien? —le preguntó mientras le daba la espalda, dirigiéndose hacia la cocina. Pero no… No lo estaba, y mucho menos lo estuvo cuando el aroma de su perfume se abandonó en el aire, esperando torturarla. Sus pupilas se dilataron, sus ojos se cerraron y sus labios se entreabrieron tomando un suspiro ansioso. ¿Qué le estaba pasando? ¿Desde cuando él la hacía sentir así? ¿Acaso lo había notado?… ¿Podía él sentir ese tipo de cosas?… Eso que la hacía sentir tan… ¿culpable? —M-m-e había quedado dormida. —¿Tú? ¿Dormida? —se miró el reloj—. Son las siete y media. Una siesta un poco larga, ¿no crees? —Un poco —y de haberse extendido un poco más, quizá hubiera llegado a tener un orgasmo. Aquel pensamiento la hizo apartar la mirada, avergonzada. Hacía mucho, mucho tiempo que no se ponía nerviosa delante de él. Delante de nadie. —Me alegra saber que has podido descansar. Y sin mi ayuda —alzó las cejas, como si aquello fuera lo realmente sorprendente. Ella no pudo evitar sonreír con sorna, negando. “Si tú supieras…” —Pues ya ves —se encogió de hombros, soltando el aire de golpe. Strange frunció el ceño, extrañado. La sentía rara, diferente. Como si no fuera… la misma. ¿Por qué parecía tan nerviosa? Se acercó a ella y le entregó lo que le había pedido. Pero era inevitable no fijarse en aquel rostro angelical de mirada ligeramente abstraída. Lo hizo curvar el gesto, inclinar ligeramente su cabeza, curioso. Aguzó la mirada. —¿Angelique? —le preguntó en un tono casi divertido, como si verla así le causara cierta gracia. Ella pareció despertar de la ensoñación, tomando rápidamente el jengibre en su mano. —G-gracias. —¿De verdad estás bien? —Sí. No me sientan bien las siestas. —Y que lo digas… —dijo casi para sí mismo—. ¿Para qué lo necesitas? —le preguntó, refiriéndose al jengibre. Ella lo miró, como si no le perteneciera, como si verdaderamente ni siquiera lo necesitara. No lo hacía, de hecho. Así que, su pregunta la dejó en blanco. —¿Sabes cómo se utiliza? —decidió preguntarle Strange ante su silencio. Atreviéndose a adivinar que la respuesta era un evidente “no”. —C-claro. El hechicero frunció el ceño, discrepando. —¿Quieres que te lo explique? ¿Explicárselo? ¿Y fomentar aquel fetiche? —¡No! —respondió rápidamente—. No. S-sé cómo se usa. —…De acuerdo… —respondió con precaución, como si sus reacciones más que sorprenderle empezaran a preocuparle. Angelique asintió torpemente y lo rodeó para marcharse. Pero entonces él tuvo que estirar su brazo y atrapar el suyo. El primer latigazo se instaló en su vientre, descendiendo. Su corazón pareció latir entonces en todas partes, sobretodo en la que menos deseaba… Cerró los ojos, apretándolos con fuerza, avergonzada. Se giró (o más bien él la hizo girarse), y extendió su mano libre hacia ella con la palma abierta hacia arriba. Hizo un movimiento demandante con sus dedos. Sus dedos. Oh no… Sus dedos. Volvió a cerrar los ojos y tragó saliva. Le estaba pidiendo de vuelta el jengibre. ¿Por qué? Porque no se fiaba de ella, claro. Era más que evidente que no tenía ni idea de para qué se usaba eso. Ella abrió la palma de su mano y él recuperó el ingrediente. Estaba dispuesto a preparar él mismo aquello que quería, pero primero necesitaba saber qué era. ¿No estaban demasiado cerca? Sí. Tanto que podía respirar su fragancia una vez más, desestabilizándose. Por dios, por qué he tenido que subir… Él aflojó el agarre de sus dedos, soltando su brazo. —¿Para qué querías el jengibre? —le preguntó suavemente. Ahora iba a resultar que su voz también causaba el mismo efecto. ¿O es que seguía soñando? ¿Estaba todavía en ese sueño? ¿Era por eso que todo en él parecía provocarla de manera inoportuna? Y qué error cometió al alzar la mirada hacia sus ojos, pues en seguida descendió hacia sus labios, evidenciando sus deseos. —Me he dejado el fuego encendido. Y corrió hacia la puerta, la abrió, y salió de allí tan pronto como pudo. Aprovechó entonces para respirar. Su pecho ascendía y descendía violentamente. En su mente se recolectaron todas aquellas imágenes. Sus manos, sus dedos, la forma en la que le había sostenido el brazo… Aún seguía tras la puerta del apartamento. Si a él se le ocurría simplemente abrir… ¿Y durante cuánto tiempo iba a estar así? ¿Acaso iba a soportarlo mucho tiempo? Ya había sentido algo similar una vez, y sabía que no podría, no aguantaría. Cerró los ojos, se dio la vuelta y sus nudillos llamaron a la puerta. Stephen apenas tardó en abrir. Ni siquiera se había movido, estaba completamente paralizado, sin entender qué acababa de pasar. Apenas lo estaba intentando procesar cuando la puerta sonó. Fue, la abrió y se la encontró ahí parada, mirándole con aquellos ojos celestes que le perforaban el alma. ¿Pero acaso no estaban sus pupilas demasiado dilatadas?… —No me lo digas, se te han olvidado las llaves dentro. Pero ella no respondió. Pareció centrarse en los ojos celestes del contrario, como si estuviera esperando el momento preciso, ese que le dictaba su cuerpo para lanzarse y actuar. Y así sucedió. En cuestión de unos segundos ella se acercó rauda hacia el hechicero besando sus labios con un ferviente deseo. Él apenas pudo corresponder aquel beso, al no esperarse que sucedería. Pero fue tal la necesidad que sintió en aquel contacto que su cuerpo reaccionó por él, correspondiéndola.
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    Grupal
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  • 𝐆𝐢𝐫𝐥, 𝐲𝐨𝐮 𝐠𝐨𝐭 𝐦𝐞 𝐡𝐞𝐥𝐩𝐥𝐞𝐬𝐬. ~
    Fandom Jujutsu Kaisen
    Categoría Romance
    6 am.

    Podría parecer un día como cualquiera, un día fatídico para volverse a sumergir dentro del oleaje implacable de papelería en esa helada oficina para los profesores.

    Seguro parecería un día de lo más común, uno más del montón.

    Sin embargo, el ojiazul no estaba sufriendo en su cama como lo marcaría su rutina los próximos 20 minutos antes de comenzar su complicada agenda, corriendo de un lado a otro entre juntas, solicitudes y aprobaciones.

    Ahora, estaba afuera, aún en pijama viendo el cielo.

    Se había quedado atento hasta que la luz dorada marcaba el inicio de una jornada y otra vez, que no había dormido nada. El día había comenzado y él ni siquiera había cerrado los ojos para descansar.

    ¿Y cómo podría?

    Había cosas importantes en su cabeza.

    O mejor dicho, existían palabras en su teclado que no podían ser enviadas.

    Satoru podría ser bastante abierto en cuestión de palabras, pero, tenía la mala costumbre de arruinarlo todo con un comentario fuera de lugar o logrando que las cosas pudiesen parecer una broma para así no ser tomado tan en serio.

    No quería eso.

    Deseaba que Utahime le tomase tan en serio que las cosas entre ambos estuviesen establecidas lo suficiente como para evidenciarle su interés por ella, y que esto a su vez no fuese causante de dudas.

    Todo había comenzado a las 3 am con un intento de mensaje que NO sería enviado.

    / Hola, bonita /

    Ew. No. Borrar.

    / Hime-chan /

    Borrar.

    / Utahime, bombón. /

    BORRAR. BORRAR.

    Pasaría un tiempo para decidirse y un montón de mensajes encapsulados en la barra de texto serían testigos de su nerviosismo.

    Aquellos textos variaban, pero en su mayoría, eran mensajes que llegaban a ser demasiado bobos incluso para él.

    Necesitaba ser serio, no podía enviar nada demasiado ridículo o que pudiese hacer que Utahime lo dejase plantado.

    Algo sincero. Algo amable.

    Pasado así el tiempo desde los últimos fallidos intentos de enviar un mensaje y con la luz del cielo siendo cada vez más luminosa, se decidió:

    > Buenos días, Hime.

    > ¿Recuerdas que te debía una cita?

    Satoru suspiraría ligeramente, las mejillas estarían rojizas.

    Algo que sólo ocurría al tratarse de ella.

    Una situación de la cual parecía no haber podido escapar ya más. Irónicamente.

    > Pasaré por ti a las 7, hoy en la noche.

    > No aceptaré un no por respuesta.

    Seguido de un emoji de corazón, porque claramente no iba a dejar que la situación fuese tan seria que pudiese asustar.

    También, era consciente de que debería compensar el tener que invitarla por medio de mensajes. Ya lo haría, si ella le daba la oportunidad.

    Vio la conversación por unos segundos más, seguramente Utahime comenzaría su propia jornada en cualquier momento.

    Era mejor así, distraerse un poco y él-…

    Él debía comenzar a hacer cancelaciones de último momento.

    Las reuniones, los reportes, las asistencias y algunos trabajos que serían delegados a rangos menores. No le necesitaban a él directamente.

    Así que el albino, cuando el latido en su pecho logró calmarse, retornó a su habitación para recostarse un momento.

    Una siesta de algunos minutos ( Si es que realmente podía tomarla ) sería suficiente para poder sacarse de encima algunas cosas que debían ser tratadas en ese momento sí o sí.

    Al despertar, minutos después, sólo sería cuestión de eliminar de su lista las cosas por hacer. Cosas que le habrían sido imposibles de pasar a otro día, para dejar libre su agenda.

    Sobre todo, para estar listo para ver a la castaña.

    Necesitaba prepararse pues-…

    Tal vez Utahime no lo sabía como tal.

    Pero el interés de Satoru era sincero y puro.

    Él estaba enamorado.

    Esperaba tener una pequeña oportunidad con ella.

    Probablemente, las pesadillas dejarían de quitarle el sueño al ojiazul por ahora y estaba seguro de que a la chica poco le agradaría que le comenzase a culpar de aquel tan curioso evento.

    Estaba seguro de que no sería la última vez que le terminaría hablando a la luna sobre aquella preciosa y temperamental castaña.
    6 am. Podría parecer un día como cualquiera, un día fatídico para volverse a sumergir dentro del oleaje implacable de papelería en esa helada oficina para los profesores. Seguro parecería un día de lo más común, uno más del montón. Sin embargo, el ojiazul no estaba sufriendo en su cama como lo marcaría su rutina los próximos 20 minutos antes de comenzar su complicada agenda, corriendo de un lado a otro entre juntas, solicitudes y aprobaciones. Ahora, estaba afuera, aún en pijama viendo el cielo. Se había quedado atento hasta que la luz dorada marcaba el inicio de una jornada y otra vez, que no había dormido nada. El día había comenzado y él ni siquiera había cerrado los ojos para descansar. ¿Y cómo podría? Había cosas importantes en su cabeza. O mejor dicho, existían palabras en su teclado que no podían ser enviadas. Satoru podría ser bastante abierto en cuestión de palabras, pero, tenía la mala costumbre de arruinarlo todo con un comentario fuera de lugar o logrando que las cosas pudiesen parecer una broma para así no ser tomado tan en serio. No quería eso. Deseaba que Utahime le tomase tan en serio que las cosas entre ambos estuviesen establecidas lo suficiente como para evidenciarle su interés por ella, y que esto a su vez no fuese causante de dudas. Todo había comenzado a las 3 am con un intento de mensaje que NO sería enviado. / Hola, bonita / Ew. No. Borrar. / Hime-chan / Borrar. / Utahime, bombón. / BORRAR. BORRAR. Pasaría un tiempo para decidirse y un montón de mensajes encapsulados en la barra de texto serían testigos de su nerviosismo. Aquellos textos variaban, pero en su mayoría, eran mensajes que llegaban a ser demasiado bobos incluso para él. Necesitaba ser serio, no podía enviar nada demasiado ridículo o que pudiese hacer que Utahime lo dejase plantado. Algo sincero. Algo amable. Pasado así el tiempo desde los últimos fallidos intentos de enviar un mensaje y con la luz del cielo siendo cada vez más luminosa, se decidió: > Buenos días, Hime. > ¿Recuerdas que te debía una cita? Satoru suspiraría ligeramente, las mejillas estarían rojizas. Algo que sólo ocurría al tratarse de ella. Una situación de la cual parecía no haber podido escapar ya más. Irónicamente. > Pasaré por ti a las 7, hoy en la noche. > No aceptaré un no por respuesta. Seguido de un emoji de corazón, porque claramente no iba a dejar que la situación fuese tan seria que pudiese asustar. También, era consciente de que debería compensar el tener que invitarla por medio de mensajes. Ya lo haría, si ella le daba la oportunidad. Vio la conversación por unos segundos más, seguramente Utahime comenzaría su propia jornada en cualquier momento. Era mejor así, distraerse un poco y él-… Él debía comenzar a hacer cancelaciones de último momento. Las reuniones, los reportes, las asistencias y algunos trabajos que serían delegados a rangos menores. No le necesitaban a él directamente. Así que el albino, cuando el latido en su pecho logró calmarse, retornó a su habitación para recostarse un momento. Una siesta de algunos minutos ( Si es que realmente podía tomarla ) sería suficiente para poder sacarse de encima algunas cosas que debían ser tratadas en ese momento sí o sí. Al despertar, minutos después, sólo sería cuestión de eliminar de su lista las cosas por hacer. Cosas que le habrían sido imposibles de pasar a otro día, para dejar libre su agenda. Sobre todo, para estar listo para ver a la castaña. Necesitaba prepararse pues-… Tal vez Utahime no lo sabía como tal. Pero el interés de Satoru era sincero y puro. Él estaba enamorado. Esperaba tener una pequeña oportunidad con ella. Probablemente, las pesadillas dejarían de quitarle el sueño al ojiazul por ahora y estaba seguro de que a la chica poco le agradaría que le comenzase a culpar de aquel tan curioso evento. Estaba seguro de que no sería la última vez que le terminaría hablando a la luna sobre aquella preciosa y temperamental castaña.
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