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Yukine un mago común de la comunidad mágica de Witcheaven fue el escogido por las Deidades Elementales como el Mediador, quien es un ente encargado de mantener y llevar el equilibrio del mundo natural y espiritual, llevando consigo la carga de suprimir todo mal que afecte el equilibrio
- Género Masculino
- Raza High Human
- Fandom OC
- Mago
- Soltero(a)
- Cumpleaños 1 de enero
- 96 Publicaciones
- 38 Escenas
- Se unió en junio 2024
- 67 Visitas perfil
- Tipo de personaje
2D
- Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.Esto se ha publicado como Out Of Character.Tenlo en cuenta al responder.VolviVolvi0 comentarios 0 compartidos¡Inicia sesión para reaccionar, comentar y compartir!
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- Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.Esto se ha publicado como Out Of Character.Tenlo en cuenta al responder.en la nueva historia: "Ecos del Olvido" se dice que el señor de las sombras fue contenido mas no destruido; esto debido a el equilibrio en si, ya que recordemos "no puede haber luz sin sombra, ni sombra sin luz" asi que en el canon el señor de las sombras fue "destruido" pero eventualmente volvera a surgir de entre las sombras del mundo porque asi lo dicta el equiibrio natural.en la nueva historia: "Ecos del Olvido" se dice que el señor de las sombras fue contenido mas no destruido; esto debido a el equilibrio en si, ya que recordemos "no puede haber luz sin sombra, ni sombra sin luz" asi que en el canon el señor de las sombras fue "destruido" pero eventualmente volvera a surgir de entre las sombras del mundo porque asi lo dicta el equiibrio natural.0 comentarios 0 compartidos
- Ecos del Olvido
Han pasado dos años desde que Yukine enfrentó al Señor de las Sombras.
Dos años desde que el mundo tembló, desde que la oscuridad fue contenida… pero no destruida.
La victoria no trajo paz, sino silencio.
Yukine, marcado por la batalla, ya no era el mismo.
Su mirada, antes impulsiva, ahora cargaba con el peso de decisiones que nadie más recordaba.
El vínculo con su dios se había desvanecido lentamente, como una llama que ya no necesitaba arder.
Y en ese vacío, comenzó a sentirlo:
un llamado sin voz,
una grieta en la realidad,
un portal que no prometía destino… solo tránsito.
Apareció una noche sin luna, en medio de un campo que había sido testigo de antiguos juramentos.
Yukine lo observó sin miedo, pero con una extraña familiaridad.
Como si el universo le dijera:
"No has terminado. Solo cambió el escenario."
Sin saber qué lo esperaba, sin saber si era castigo o redención,
dio el paso.
Al atravesarlo, su cuerpo no se desintegró.
Pero su vínculo con todo lo conocido sí.
Ya no era Regalia.
Ya no era sombra de un dios.
Era algo más, algo que ni él comprendía.
El nuevo mundo lo recibió sin ceremonia.
Sin guardianes, sin enemigos, sin respuestas.
Solo un cielo que cambiaba de color según sus pensamientos.
Y una tierra que parecía recordar cosas que él aún no había vivido.
Yukine caminó.
No por fe, ni por deber.
Sino porque quedarse quieto era rendirse a la nada.
Cada paso lo acercaba a fragmentos de sí mismo que no recordaba haber perdido.
Cada encuentro con los habitantes de ese mundo le revelaba que algo estaba desequilibrado…
Pero nadie sabía qué.
Ni cómo.
Ni por qué él había llegado.
Ecos del Olvido Han pasado dos años desde que Yukine enfrentó al Señor de las Sombras. Dos años desde que el mundo tembló, desde que la oscuridad fue contenida… pero no destruida. La victoria no trajo paz, sino silencio. Yukine, marcado por la batalla, ya no era el mismo. Su mirada, antes impulsiva, ahora cargaba con el peso de decisiones que nadie más recordaba. El vínculo con su dios se había desvanecido lentamente, como una llama que ya no necesitaba arder. Y en ese vacío, comenzó a sentirlo: un llamado sin voz, una grieta en la realidad, un portal que no prometía destino… solo tránsito. Apareció una noche sin luna, en medio de un campo que había sido testigo de antiguos juramentos. Yukine lo observó sin miedo, pero con una extraña familiaridad. Como si el universo le dijera: "No has terminado. Solo cambió el escenario." Sin saber qué lo esperaba, sin saber si era castigo o redención, dio el paso. Al atravesarlo, su cuerpo no se desintegró. Pero su vínculo con todo lo conocido sí. Ya no era Regalia. Ya no era sombra de un dios. Era algo más, algo que ni él comprendía. El nuevo mundo lo recibió sin ceremonia. Sin guardianes, sin enemigos, sin respuestas. Solo un cielo que cambiaba de color según sus pensamientos. Y una tierra que parecía recordar cosas que él aún no había vivido. Yukine caminó. No por fe, ni por deber. Sino porque quedarse quieto era rendirse a la nada. Cada paso lo acercaba a fragmentos de sí mismo que no recordaba haber perdido. Cada encuentro con los habitantes de ese mundo le revelaba que algo estaba desequilibrado… Pero nadie sabía qué. Ni cómo. Ni por qué él había llegado.6 turnos 0 maullidos2
- Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.Esto se ha publicado como Out Of Character.Tenlo en cuenta al responder.Rol terminado, ahora no se que hacerRol terminado, ahora no se que hacer 😶0 comentarios 0 compartidos
- Crónicas del Olvido - Epilogo: El Último Portador
El Corazón del Vacío colapsó. El Señor de las Sombras no explotó ni se desintegró. Simplemente… dejó de existir. Como si nunca hubiera estado allí.
Kael, de pie en el centro, con el Amuleto del Destino completo en sus manos, cayó de rodillas.
No por dolor. Por todo lo que había perdido.
El Templo del Viento – En honor a Sira
Cada año, Kael regresa al Templo del Viento. No entra. Se sienta en la entrada, donde la corriente aún canta.
Saca la daga de Sira, la coloca sobre una piedra pulida por el tiempo, y espera.
Kael (en voz baja): “El viento no se detiene. Solo cambia de dirección.”
Las hojas giran. El aire se arremolina. Y Kael escucha, sin buscar respuestas. Solo presencia.
El Templo de Ceniza – En honor a Tharos
En Aeloria, Kael camina entre campos que florecen con fuego controlado. En el altar del templo, coloca la piedra incandescente.
El calor no quema. Abraza.
Kael: “Tu fuego no destruyó. Iluminó lo que no queríamos ver.”
El templo vibra. Las llamas bailan sin consumir. Y Kael se queda hasta que el sol se oculta.
El Templo del Bosque – En honor a Elen
En el corazón del Bosque de los Ancestros, Kael encuentra el árbol que creció donde Elen cayó. En sus ramas, flores que solo brotan en primavera.
Kael coloca la flor que recogió aquel día en una raíz expuesta, y se sienta.
Kael: “Tu memoria no se perdió. Se convirtió en raíz.”
El árbol susurra. Las criaturas mágicas se acercan. Y Kael permanece, sin magia. Solo con manos temblorosas.
Kael no fundó academias. No lideró reinos. Viajó solo, llevando el Amuleto en una caja tallada por él mismo, sin hechizos. Solo con intención.
En el Templo de la Luz Silente, dejó el Amuleto y su libro: Crónicas del Olvido.
“No somos el final. Somos el comienzo.”
Kael desapareció. Nadie lo buscó. Porque sabían que su historia… ya estaba completa.
Pero en cada rincón, en cada flor, en cada corriente de viento, se siente el eco de una promesa:
“La luz no muere. Solo espera.”
Crónicas del Olvido - Epilogo: El Último Portador El Corazón del Vacío colapsó. El Señor de las Sombras no explotó ni se desintegró. Simplemente… dejó de existir. Como si nunca hubiera estado allí. Kael, de pie en el centro, con el Amuleto del Destino completo en sus manos, cayó de rodillas. No por dolor. Por todo lo que había perdido. El Templo del Viento – En honor a Sira Cada año, Kael regresa al Templo del Viento. No entra. Se sienta en la entrada, donde la corriente aún canta. Saca la daga de Sira, la coloca sobre una piedra pulida por el tiempo, y espera. Kael (en voz baja): “El viento no se detiene. Solo cambia de dirección.” Las hojas giran. El aire se arremolina. Y Kael escucha, sin buscar respuestas. Solo presencia. El Templo de Ceniza – En honor a Tharos En Aeloria, Kael camina entre campos que florecen con fuego controlado. En el altar del templo, coloca la piedra incandescente. El calor no quema. Abraza. Kael: “Tu fuego no destruyó. Iluminó lo que no queríamos ver.” El templo vibra. Las llamas bailan sin consumir. Y Kael se queda hasta que el sol se oculta. El Templo del Bosque – En honor a Elen En el corazón del Bosque de los Ancestros, Kael encuentra el árbol que creció donde Elen cayó. En sus ramas, flores que solo brotan en primavera. Kael coloca la flor que recogió aquel día en una raíz expuesta, y se sienta. Kael: “Tu memoria no se perdió. Se convirtió en raíz.” El árbol susurra. Las criaturas mágicas se acercan. Y Kael permanece, sin magia. Solo con manos temblorosas. Kael no fundó academias. No lideró reinos. Viajó solo, llevando el Amuleto en una caja tallada por él mismo, sin hechizos. Solo con intención. En el Templo de la Luz Silente, dejó el Amuleto y su libro: Crónicas del Olvido. “No somos el final. Somos el comienzo.” Kael desapareció. Nadie lo buscó. Porque sabían que su historia… ya estaba completa. Pero en cada rincón, en cada flor, en cada corriente de viento, se siente el eco de una promesa: “La luz no muere. Solo espera.”0 turnos 0 maullidos
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