Mala influencia
El joven Phantomhive se acercó al androide con porte elegante y tranquilo.
—Señor Hiro —comenzó.
—¿Podría acompañarme?
Sin darle más explicaciones, se dio la vuelta y continuó caminando. Dando por hecho que sería seguido.
El niño se dirigió hacia uno de los tantos salones que había en la mansión. Al ser esta una edificación tan grande, era normal encontrarse muchas de estas habitaciones formando parte, en general, de habitaciones para invitados.
Cuando entro, Junior se dirigió hacia una de los ventanales, destrabándola y abriéndola de par en par. El viento ingresó, despeinando un poco su cabello y sus ropajes cuidadosamente colocados.
Pero, Junior no parecía preocupado, en realidad, portaba una extraña sonrisa en sus labios.
—Usted es mi protector —habló desde que, lo llamó a seguirlo en primer lugar. —Me seguiría a donde sea que fuese, ¿verdad?
—Señor Hiro —comenzó.
—¿Podría acompañarme?
Sin darle más explicaciones, se dio la vuelta y continuó caminando. Dando por hecho que sería seguido.
El niño se dirigió hacia uno de los tantos salones que había en la mansión. Al ser esta una edificación tan grande, era normal encontrarse muchas de estas habitaciones formando parte, en general, de habitaciones para invitados.
Cuando entro, Junior se dirigió hacia una de los ventanales, destrabándola y abriéndola de par en par. El viento ingresó, despeinando un poco su cabello y sus ropajes cuidadosamente colocados.
Pero, Junior no parecía preocupado, en realidad, portaba una extraña sonrisa en sus labios.
—Usted es mi protector —habló desde que, lo llamó a seguirlo en primer lugar. —Me seguiría a donde sea que fuese, ¿verdad?
El joven Phantomhive se acercó al androide con porte elegante y tranquilo.
—Señor Hiro —comenzó.
—¿Podría acompañarme?
Sin darle más explicaciones, se dio la vuelta y continuó caminando. Dando por hecho que sería seguido.
El niño se dirigió hacia uno de los tantos salones que había en la mansión. Al ser esta una edificación tan grande, era normal encontrarse muchas de estas habitaciones formando parte, en general, de habitaciones para invitados.
Cuando entro, Junior se dirigió hacia una de los ventanales, destrabándola y abriéndola de par en par. El viento ingresó, despeinando un poco su cabello y sus ropajes cuidadosamente colocados.
Pero, Junior no parecía preocupado, en realidad, portaba una extraña sonrisa en sus labios.
—Usted es mi protector —habló desde que, lo llamó a seguirlo en primer lugar. —Me seguiría a donde sea que fuese, ¿verdad?
Tipo
Individual
Líneas
Cualquier línea
Estado
Disponible