• Lo único que podía oírse eran las suelas de sus zapatos chocando contra el suelo frío y duro.

    Cada rincón de la mansión Phantomhive parecía intacto; los rastros de lo sucedido años atrás habían desaparecido.

    Sí, evidentemente, los tapices, las paredes empapeladas, la pintura, las decoraciones, el inmueble... todo había sido modificado. Sin embargo, la sangre y las llamas de esa noche permanecerían en su memoria para siempre.

    —Hiciste un buen trabajo —elogió con una sonrisa, como si su hermano menor estuviera a su lado, observándolo recorrer los pasillos de su hogar y escuchando sus divagaciones.

    Ciel continuó con el recorrido, a paso lento, dejándose invadir por los recuerdos de su infancia, como si así pudiera sentirse nuevamente completo.

    Pero... algo le faltaba.

    Padre y Madre, e incluso Sebastián, estaban muertos.

    Solo quedaba su hermanito.

    Ciel detuvo su andar, miró la noche a través de la ventana y alzó la mano hacia la luna llena.

    —Quisiera correr a tu lado.
    Lo único que podía oírse eran las suelas de sus zapatos chocando contra el suelo frío y duro. Cada rincón de la mansión Phantomhive parecía intacto; los rastros de lo sucedido años atrás habían desaparecido. Sí, evidentemente, los tapices, las paredes empapeladas, la pintura, las decoraciones, el inmueble... todo había sido modificado. Sin embargo, la sangre y las llamas de esa noche permanecerían en su memoria para siempre. —Hiciste un buen trabajo —elogió con una sonrisa, como si su hermano menor estuviera a su lado, observándolo recorrer los pasillos de su hogar y escuchando sus divagaciones. Ciel continuó con el recorrido, a paso lento, dejándose invadir por los recuerdos de su infancia, como si así pudiera sentirse nuevamente completo. Pero... algo le faltaba. Padre y Madre, e incluso Sebastián, estaban muertos. Solo quedaba su hermanito. Ciel detuvo su andar, miró la noche a través de la ventana y alzó la mano hacia la luna llena. —Quisiera correr a tu lado.
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  • Que estupidez fue la que hice anoche por ganarle a Lute en el propio juego al que yo la arrastre ?

    Onyx.... Onyx.... ¿Acaso sigues vivo después de milenios de torturas?

    -en medio de una de las habitaciones abandonadas de una antigua mansión victoriana el demonio se separó en dos partes en una era una masa hecha de sombras sin una forma física estable la otra era un ~√π¢÷£`§©. Ambos lados representaban dos extremos de Sebastián uno se había rendido y aceptado ser solo un mero objeto cuya única función era ser la diversión sexual de cualquiera y cumplir los caprichos de sus amos creadores, la otra conservaba ese lado infantil que jamás pudo disfrutar de su infancia, un lado inocente e ingenuo que cree que aún tiene derecho a ser feliz y que vale igual que los demás. La sombra se elevó sobre su "viviente" anfitrión -

    Nos va a abandonar cuando esa mujer llegue, solo somos un juego para el, cuando se canse de .... Mi.... Me abandonará así como lo hizo ciel, aquella vampira ..... ¡Todos! Entiende de una buena vez ¡Solo somos un objeto sexual! Nadie nos a amado y nadie nos amara ¿Pedir un matrimonio? En qué estupidez estaba pensando nacimos en una familia destruida, te criaste como esclavo ... Tienes mucho descaro al creer que con nuestro pasado y presente..... Alguien nos tomaría en serio....

    -deslizo los dedos acariciando las cuecas oculares de su parte viva, aquellas cuencas dónde deberían haber un par de ojos celestes -

    Ya muere de una vez, no necesitamos sufrir más todo será mejor cuando solo sea el pecado de la lujuria ....
    Que estupidez fue la que hice anoche por ganarle a Lute en el propio juego al que yo la arrastre ? Onyx.... Onyx.... ¿Acaso sigues vivo después de milenios de torturas? -en medio de una de las habitaciones abandonadas de una antigua mansión victoriana el demonio se separó en dos partes en una era una masa hecha de sombras sin una forma física estable la otra era un ~√π¢÷£`§©. Ambos lados representaban dos extremos de Sebastián uno se había rendido y aceptado ser solo un mero objeto cuya única función era ser la diversión sexual de cualquiera y cumplir los caprichos de sus amos creadores, la otra conservaba ese lado infantil que jamás pudo disfrutar de su infancia, un lado inocente e ingenuo que cree que aún tiene derecho a ser feliz y que vale igual que los demás. La sombra se elevó sobre su "viviente" anfitrión - Nos va a abandonar cuando esa mujer llegue, solo somos un juego para el, cuando se canse de .... Mi.... Me abandonará así como lo hizo ciel, aquella vampira ..... ¡Todos! Entiende de una buena vez ¡Solo somos un objeto sexual! Nadie nos a amado y nadie nos amara ¿Pedir un matrimonio? En qué estupidez estaba pensando nacimos en una familia destruida, te criaste como esclavo ... Tienes mucho descaro al creer que con nuestro pasado y presente..... Alguien nos tomaría en serio.... -deslizo los dedos acariciando las cuecas oculares de su parte viva, aquellas cuencas dónde deberían haber un par de ojos celestes - Ya muere de una vez, no necesitamos sufrir más todo será mejor cuando solo sea el pecado de la lujuria ....
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  • La cocina de la mansión está en calma, pero se llena con el suave aroma a azúcar caramelizándose y frutas frescas.
    Mis manos se mueven con destreza mientras termino de preparar unas tarteletas dulces. La base dorada está perfecta, crujiente pero delicada, y la crema que se asienta en su interior es suave y sedosa, con el toque justo de vainilla. Pero lo mejor, claro, es la decoración. Tomo las frutas con cuidado: fresas, arándano, etc, colocándolas con precisión para que cada tarteleta sea una pequeña obra de arte.

    Hay algo exquisito en crear, en dar forma y sabor a algo que empieza como simples ingredientes. Tal vez Heinrich no lo haya disfrutado tanto como debería... pero yo, en cambio, pienso sacar el mayor provecho de este pasatiempo.

    Mientras la luz de la cocina ilumina mi trabajo, no puedo evitar sonreír con satisfacción. ¿Qué puedo decir? Incluso en la cocina, me gusta hacer las cosas con un toque de elegancia.

    Quizás sea hora de invitar a alguien para que pruebe estas delicias. ¿Quién podría resistirse a algo tan... tentador?
    La cocina de la mansión está en calma, pero se llena con el suave aroma a azúcar caramelizándose y frutas frescas. Mis manos se mueven con destreza mientras termino de preparar unas tarteletas dulces. La base dorada está perfecta, crujiente pero delicada, y la crema que se asienta en su interior es suave y sedosa, con el toque justo de vainilla. Pero lo mejor, claro, es la decoración. Tomo las frutas con cuidado: fresas, arándano, etc, colocándolas con precisión para que cada tarteleta sea una pequeña obra de arte. Hay algo exquisito en crear, en dar forma y sabor a algo que empieza como simples ingredientes. Tal vez Heinrich no lo haya disfrutado tanto como debería... pero yo, en cambio, pienso sacar el mayor provecho de este pasatiempo. Mientras la luz de la cocina ilumina mi trabajo, no puedo evitar sonreír con satisfacción. ¿Qué puedo decir? Incluso en la cocina, me gusta hacer las cosas con un toque de elegancia. Quizás sea hora de invitar a alguien para que pruebe estas delicias. ¿Quién podría resistirse a algo tan... tentador?
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  • El reencuentro bajo la luz de la luna
    Fandom Varios
    Categoría Drama
    La luna llena brillaba en lo alto del cielo nocturno, bañando la mansión en un resplandor fantasmal. Los meses habían pasado como una serie interminable de noches solitarias. Desde aquella fatídica fiesta donde todo se había desmoronado, ni Heinrich ni Kazuo habían vuelto a verse. La relación que alguna vez compartieron, tan profunda y cercana, se había desgastado como un hilo que se deshilacha con cada tirón. Y en medio de todo ese caos emocional, Heinrich había sucumbido a su agotamiento, permitiéndome, su alter, tomar las riendas mientras él se refugiaba en un letargo

    Sabía que el tiempo sin alimentarnos adecuadamente estaba comenzando a pasar factura. Los instintos vampíricos, esa sed abrasadora, no podían ser ignorados por mucho más. Y, a pesar de mi mayor fortaleza emocional y frialdad, no podía negar que el cuerpo que compartíamos necesitaba el lazo que habíamos forjado con Kazuo. La sangre del kitsune era única, un elixir que, más allá de la simple nutrición, había sostenido a Heinrich en momentos de desesperación.

    Sin embargo, esta vez no era solo una cuestión de hambre. También era un asunto pendiente que, tarde o temprano, debía resolverse. No podía permitir que Heinrich se escondiera para siempre. El peso de la culpa, de las palabras no dichas, de las heridas no sanadas... todo aquello no desaparecería por sí sol

    De pie junto a la ventana, dejé que la brisa fría de la noche rozara mi piel pálida. Cerré los ojos y me concentré, invocando el vínculo que aún compartíamos con Kazuo . Sabía que él podía sentirlo, esa conexión que habíamos cultivado con cada encuentro, con cada gota de sangre que había compartido con nosotros. Era una invitación, una llamada silenciosa que atravesaba la distancia entre nosotros.

    Esperé, dejando que la noche llevase mi mensaje como un susurro en el viento. Sabía que él lo escucharía, que lo sentiría. Era hora de enfrentar lo que habíamos dejado sin resolver, por el bien de Heinrich...
    La luna llena brillaba en lo alto del cielo nocturno, bañando la mansión en un resplandor fantasmal. Los meses habían pasado como una serie interminable de noches solitarias. Desde aquella fatídica fiesta donde todo se había desmoronado, ni Heinrich ni Kazuo habían vuelto a verse. La relación que alguna vez compartieron, tan profunda y cercana, se había desgastado como un hilo que se deshilacha con cada tirón. Y en medio de todo ese caos emocional, Heinrich había sucumbido a su agotamiento, permitiéndome, su alter, tomar las riendas mientras él se refugiaba en un letargo Sabía que el tiempo sin alimentarnos adecuadamente estaba comenzando a pasar factura. Los instintos vampíricos, esa sed abrasadora, no podían ser ignorados por mucho más. Y, a pesar de mi mayor fortaleza emocional y frialdad, no podía negar que el cuerpo que compartíamos necesitaba el lazo que habíamos forjado con Kazuo. La sangre del kitsune era única, un elixir que, más allá de la simple nutrición, había sostenido a Heinrich en momentos de desesperación. Sin embargo, esta vez no era solo una cuestión de hambre. También era un asunto pendiente que, tarde o temprano, debía resolverse. No podía permitir que Heinrich se escondiera para siempre. El peso de la culpa, de las palabras no dichas, de las heridas no sanadas... todo aquello no desaparecería por sí sol De pie junto a la ventana, dejé que la brisa fría de la noche rozara mi piel pálida. Cerré los ojos y me concentré, invocando el vínculo que aún compartíamos con [8KazuoAihara8]. Sabía que él podía sentirlo, esa conexión que habíamos cultivado con cada encuentro, con cada gota de sangre que había compartido con nosotros. Era una invitación, una llamada silenciosa que atravesaba la distancia entre nosotros. Esperé, dejando que la noche llevase mi mensaje como un susurro en el viento. Sabía que él lo escucharía, que lo sentiría. Era hora de enfrentar lo que habíamos dejado sin resolver, por el bien de Heinrich...
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  • Ashrah ᵈᵉᵐᵒᶰᶤᵒ ᵈᵉ ˡᵘᶻ Sᶤˡᶠᶤᵈᵉ y Gazú Bonetti ,voy revisando los documentos que hay pendientes. Así tenéis menos trabajo cuando regresen a la Mansión. *Sonríe y tras sentarse tras el escritorio revisando algunos documentos*
    [Silfide] y [Gazu122101] ,voy revisando los documentos que hay pendientes. Así tenéis menos trabajo cuando regresen a la Mansión. *Sonríe y tras sentarse tras el escritorio revisando algunos documentos*
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  • Pasando un maravilloso domingo en el jardín de la Mansión familiar. Mientras tomo un té esperando al resto de la familia. Para pasar un día con ellos.

    -Muy buenos días, feliz domingo

    #Felizdomingo
    Pasando un maravilloso domingo en el jardín de la Mansión familiar. Mientras tomo un té esperando al resto de la familia. Para pasar un día con ellos. -Muy buenos días, feliz domingo #Felizdomingo
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  • La mansión se siente diferente con mi toque, y eso me complace. No pienso ocultarlo: me gusta lo que veo. He cambiado el peinado, barriendo mi cabello hacia el lado contrario para que caiga mejor con el parche. Si voy a estar tuerto por un tiempo, al menos me aseguraré de lucir impecable mientras tanto.

    Observo mi reflejo en la superficie pulida de un viejo jarrón. El parche negro me da un aire más intrigante, casi peligroso. Sí, si Heinrich hubiera tenido un poco más de sentido del estilo, habría adoptado esto desde hace mucho. Pero bueno, aquí estoy yo para corregir sus errores. Si alguien va a llevar este rostro, que sea con clase.
    La mansión se siente diferente con mi toque, y eso me complace. No pienso ocultarlo: me gusta lo que veo. He cambiado el peinado, barriendo mi cabello hacia el lado contrario para que caiga mejor con el parche. Si voy a estar tuerto por un tiempo, al menos me aseguraré de lucir impecable mientras tanto. Observo mi reflejo en la superficie pulida de un viejo jarrón. El parche negro me da un aire más intrigante, casi peligroso. Sí, si Heinrich hubiera tenido un poco más de sentido del estilo, habría adoptado esto desde hace mucho. Pero bueno, aquí estoy yo para corregir sus errores. Si alguien va a llevar este rostro, que sea con clase.
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  • La mansión está en completo silencio. La noche ha caído hace ya un par de horas, y las sombras se mueven suavemente en las paredes bajo la luz titilante de los candelabros. Me encuentro en la sala de estar, refugiado, intentando perderme entre las páginas de un antiguo libro encuadernado en cuero.

    Sin embargo, hay algo que me molesta. Mi ojo Izquiedo, aún en proceso de regeneración, necesita más tiempo para sanar completamente. El parche negro que cubre la cuenca me resulta incómodo, pero sé que es lo mejor. La visión incompleta es irritante, y dejar esa herida tan visible sería... antiestético. No puedo permitirme eso.

    Paso una página con un leve suspiro, mis dedos recorriendo suavemente el borde desgastado del libro. La quietud de la noche me ofrece un respiro, o eso espero. Todo lo que quiero es que el mundo exterior respete mi deseo de calma, al menos por unas horas. Pero en el fondo, sé que las noches pacíficas son un lujo que por primera vez experimentaba en persona.

    Me reclino en el sillón de terciopelo, dejando que mis hombros se relajen un momento. Mi ojo sano se desliza hacia la ventana, vigilante.

    "Solo por esta noche...", pienso. "Que nada venga a perturbarme."
    La mansión está en completo silencio. La noche ha caído hace ya un par de horas, y las sombras se mueven suavemente en las paredes bajo la luz titilante de los candelabros. Me encuentro en la sala de estar, refugiado, intentando perderme entre las páginas de un antiguo libro encuadernado en cuero. Sin embargo, hay algo que me molesta. Mi ojo Izquiedo, aún en proceso de regeneración, necesita más tiempo para sanar completamente. El parche negro que cubre la cuenca me resulta incómodo, pero sé que es lo mejor. La visión incompleta es irritante, y dejar esa herida tan visible sería... antiestético. No puedo permitirme eso. Paso una página con un leve suspiro, mis dedos recorriendo suavemente el borde desgastado del libro. La quietud de la noche me ofrece un respiro, o eso espero. Todo lo que quiero es que el mundo exterior respete mi deseo de calma, al menos por unas horas. Pero en el fondo, sé que las noches pacíficas son un lujo que por primera vez experimentaba en persona. Me reclino en el sillón de terciopelo, dejando que mis hombros se relajen un momento. Mi ojo sano se desliza hacia la ventana, vigilante. "Solo por esta noche...", pienso. "Que nada venga a perturbarme."
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  • La cena con la Interesante dama
    Fandom Varios
    Categoría Original
    La noche estaba en su apogeo, y la mansión se encontraba impecable, bañada en la suave luz de los candelabros que colgaban del techo. Todo estaba listo. Después de días de planificación y la espera de una confirmación, había llegado el momento.

    Esta vez, la invitación no había sido enviada por Heinrich, sino por mí. Aunque he pasado años viendo a sus conocidos desde la distancia, ahora era mi turno de acercarme, de conocer a aquellos que alguna vez compartieron momentos con él, pero desde mi propia perspectiva.

    La invitada de esta noche era Rubi Ketchlant una de las pocas personas que habían asistido a un banquete que se había hecho hace tiempo. No voy a mentir: mi curiosidad estaba al límite. Hasta ahora, solo la había observado a través de los recuerdos de Heinrich, pero quería verla en persona, sin las barreras de su mente.

    Había preparado una cena exquisita, platos que incluso Heinrich habría considerado dignos de una ocasión especial. El aroma de las especias y el vino llenaba el aire, invitando a quien cruzara la puerta a dejarse llevar por la atmósfera que había creado.

    Me ajusté la capa de terciopelo negro sobre los hombros y eché un último vistazo al salón. Todo estaba en su lugar: la mesa decorada con buen gusto, el fuego crepitando en la chimenea, y una botella de vino añejo respirando en el centro.

    Ahora, solo restaba esperar Una sonrisa de anticipación se dibujó en mis labios. Estaba más que dispuesto a descubrir si ella era tan interesante como Heinrich la recordaba.

    -Que empiece la velada...-
    La noche estaba en su apogeo, y la mansión se encontraba impecable, bañada en la suave luz de los candelabros que colgaban del techo. Todo estaba listo. Después de días de planificación y la espera de una confirmación, había llegado el momento. Esta vez, la invitación no había sido enviada por Heinrich, sino por mí. Aunque he pasado años viendo a sus conocidos desde la distancia, ahora era mi turno de acercarme, de conocer a aquellos que alguna vez compartieron momentos con él, pero desde mi propia perspectiva. La invitada de esta noche era [Rub_i26] una de las pocas personas que habían asistido a un banquete que se había hecho hace tiempo. No voy a mentir: mi curiosidad estaba al límite. Hasta ahora, solo la había observado a través de los recuerdos de Heinrich, pero quería verla en persona, sin las barreras de su mente. Había preparado una cena exquisita, platos que incluso Heinrich habría considerado dignos de una ocasión especial. El aroma de las especias y el vino llenaba el aire, invitando a quien cruzara la puerta a dejarse llevar por la atmósfera que había creado. Me ajusté la capa de terciopelo negro sobre los hombros y eché un último vistazo al salón. Todo estaba en su lugar: la mesa decorada con buen gusto, el fuego crepitando en la chimenea, y una botella de vino añejo respirando en el centro. Ahora, solo restaba esperar Una sonrisa de anticipación se dibujó en mis labios. Estaba más que dispuesto a descubrir si ella era tan interesante como Heinrich la recordaba. -Que empiece la velada...-
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  • Mala influencia
    Fandom Kuroshitsuji/Black Butler OC y otros
    Categoría Aventura
    El joven Phantomhive se acercó al androide con porte elegante y tranquilo.

    —Señor Hiro —comenzó.
    —¿Podría acompañarme?

    Sin darle más explicaciones, se dio la vuelta y continuó caminando. Dando por hecho que sería seguido.

    El niño se dirigió hacia uno de los tantos salones que había en la mansión. Al ser esta una edificación tan grande, era normal encontrarse muchas de estas habitaciones formando parte, en general, de habitaciones para invitados.

    Cuando entro, Junior se dirigió hacia una de los ventanales, destrabándola y abriéndola de par en par. El viento ingresó, despeinando un poco su cabello y sus ropajes cuidadosamente colocados.

    Pero, Junior no parecía preocupado, en realidad, portaba una extraña sonrisa en sus labios.

    —Usted es mi protector —habló desde que, lo llamó a seguirlo en primer lugar. —Me seguiría a donde sea que fuese, ¿verdad?
    El joven Phantomhive se acercó al androide con porte elegante y tranquilo. —Señor Hiro —comenzó. —¿Podría acompañarme? Sin darle más explicaciones, se dio la vuelta y continuó caminando. Dando por hecho que sería seguido. El niño se dirigió hacia uno de los tantos salones que había en la mansión. Al ser esta una edificación tan grande, era normal encontrarse muchas de estas habitaciones formando parte, en general, de habitaciones para invitados. Cuando entro, Junior se dirigió hacia una de los ventanales, destrabándola y abriéndola de par en par. El viento ingresó, despeinando un poco su cabello y sus ropajes cuidadosamente colocados. Pero, Junior no parecía preocupado, en realidad, portaba una extraña sonrisa en sus labios. —Usted es mi protector —habló desde que, lo llamó a seguirlo en primer lugar. —Me seguiría a donde sea que fuese, ¿verdad?
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