• “𝑰𝒕 𝒊𝒔 𝒂 𝒕𝒓𝒖𝒕𝒉 𝒖𝒏𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒂𝒍𝒍𝒚 𝒂𝒄𝒌𝒏𝒐𝒘𝒍𝒆𝒅𝒈𝒆𝒅 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒂 𝒎𝒂𝒓𝒓𝒊𝒆𝒅 𝒎𝒂𝒏 𝒊𝒏 𝒑𝒐𝒔𝒔𝒆𝒔𝒔𝒊𝒐𝒏 𝒐𝒇 𝒂 𝒈𝒐𝒐𝒅 𝒇𝒐𝒓𝒕𝒖𝒏𝒆 𝒎𝒖𝒔𝒕 𝒃𝒆 𝒊𝒏 𝒘𝒂𝒏𝒕 𝒐𝒇 𝒂𝒏 𝒉𝒆𝒊𝒓.”
    Fandom Los Bridgerton
    Categoría Slice of Life
    Había sido una boda de lo más apresurada. Casi sin tiempo de preparar nada. Anthony le había dicho que ya le explicaría lo ocurrido, pero que era imperativo que su hermana se casase cuanto antes.

    Kate por su parte, no pudo hacer otra cosa que intentar ayudar en todo lo posible para que saliese todo bien. Su posición de vizcondesa todavía era reciente, y estaba solamente comenzando a comprender todo lo que eso conllevaba.

    Había dejado pasar unos cuantos días reglamentarios, antes de siquiera intentar hacer una visita a 𝑫𝒂𝒑𝒉𝒏𝒆 𝑩𝒓𝒊𝒅𝒈𝒆𝒓𝒕𝒐𝒏
    No quería molestar a los recién casados, pero quería saber si estaba bien, si era feliz, y si podía hacer algo por ella. Por esa misma razón, había ido hasta la mansión del duque, anunciando su llegada mientras la dirigían a un amplio salón para poder esperar a ver a la nueva duquesa.
    Había sido una boda de lo más apresurada. Casi sin tiempo de preparar nada. Anthony le había dicho que ya le explicaría lo ocurrido, pero que era imperativo que su hermana se casase cuanto antes. Kate por su parte, no pudo hacer otra cosa que intentar ayudar en todo lo posible para que saliese todo bien. Su posición de vizcondesa todavía era reciente, y estaba solamente comenzando a comprender todo lo que eso conllevaba. Había dejado pasar unos cuantos días reglamentarios, antes de siquiera intentar hacer una visita a [Daphn3bridgert0n] No quería molestar a los recién casados, pero quería saber si estaba bien, si era feliz, y si podía hacer algo por ella. Por esa misma razón, había ido hasta la mansión del duque, anunciando su llegada mientras la dirigían a un amplio salón para poder esperar a ver a la nueva duquesa.
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  • Lady Céleste -La puercoespín fue invitada a la casa de su grandiosa y dulce hermana ángel Celeste. No se imaginaba que viviese en una mansión, menos que estuviese sirvientes que la trataron cómo si fuese una verdadera princesa. No estaba acostumbrada a vivir con lujos así que para ella todo una novedad cómo si se tratase de un hermoso sueño al día siguiente disfrutó de ese saludable desayuno y aprendió hacer una oración para bendecir una comida. Lo más emocionante fue salir a correr hacia el parque y luego, aprender gimnasia rítmica algo que jamás imaginó que podría aprender hacer.

    Lo más impactante para ella fue aquella sorpresa en una heladera famosa y majestuosa, cuando su hermana ángel le quita la venda que cubrió sus ojos, Flaky pegó un fuerte gritó de emoción y tantos invitados a su fiesta de Cumpleaños que simplemente lloró de felicidad.

    -Hermanita alada... no me esperaba que alguién cómo yo... Recibiese tan bello gesto por tu parte que me dan ganas de llorar tanto. ¿Yo, una bendición?.

    -Miró su delicioso pastel de helado con frutos rojos, la música agradable de fondo, al llegar el momento de recibir los regalos. Flaky recibió una pelota verde, un pijama y un hermoso peluche de un dragocito que combina con su pelaje rojo.

    //Muchas por este hermoso regalo, hermanita. Me encanta.
    [LadyCeleste2008] -La puercoespín fue invitada a la casa de su grandiosa y dulce hermana ángel Celeste. No se imaginaba que viviese en una mansión, menos que estuviese sirvientes que la trataron cómo si fuese una verdadera princesa. No estaba acostumbrada a vivir con lujos así que para ella todo una novedad cómo si se tratase de un hermoso sueño al día siguiente disfrutó de ese saludable desayuno y aprendió hacer una oración para bendecir una comida. Lo más emocionante fue salir a correr hacia el parque y luego, aprender gimnasia rítmica algo que jamás imaginó que podría aprender hacer. Lo más impactante para ella fue aquella sorpresa en una heladera famosa y majestuosa, cuando su hermana ángel le quita la venda que cubrió sus ojos, Flaky pegó un fuerte gritó de emoción y tantos invitados a su fiesta de Cumpleaños que simplemente lloró de felicidad. -Hermanita alada... no me esperaba que alguién cómo yo... Recibiese tan bello gesto por tu parte que me dan ganas de llorar tanto. ¿Yo, una bendición?. -Miró su delicioso pastel de helado con frutos rojos, la música agradable de fondo, al llegar el momento de recibir los regalos. Flaky recibió una pelota verde, un pijama y un hermoso peluche de un dragocito que combina con su pelaje rojo. //Muchas por este hermoso regalo, hermanita. Me encanta.
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  • ✦ 𝑰𝑵𝑺𝑻𝑨𝑮𝑹𝑨𝑴 ↷ 𝐮𝐩𝐝𝐚𝐭𝐞.

    𓂅 @parksoomin 。 。

    ˹ posted on
    ⇾ 07/12

    ˹ located in
    ⇾ Mansión Park — Seúl

    ❝ Domingo por la mañana. El invierno golpea los ventanales, pero aquí dentro solo existe el calor.

    Me dejo caer en el jacuzzi, la espuma sube, el mármol negro guarda el secreto
    y el agua tibia me despierta mejor que cualquier alarma.

    Este es mi momento favorito: la mansión está en silencio,
    y yo siendo simplemente una mujer que disfruta
    de su renovador y merecido descanso.

    Si esta vista le provoca algo… en el jacuzzi hay espacio suficiente y está invitad@ a acompañarme❞

    #SeductiveSunday #ParkEmpire #BlackMarbleMornings
    #WinterHeat #SoftProvocation #SooMinSundays
    #MansionPark
    ✦ 𝑰𝑵𝑺𝑻𝑨𝑮𝑹𝑨𝑴 ↷ 𝐮𝐩𝐝𝐚𝐭𝐞. 𓂅 @parksoomin 。 。 ˹ posted on ⇾ 07/12 ˹ located in ⇾ Mansión Park — Seúl ❝ Domingo por la mañana. El invierno golpea los ventanales, pero aquí dentro solo existe el calor. Me dejo caer en el jacuzzi, la espuma sube, el mármol negro guarda el secreto y el agua tibia me despierta mejor que cualquier alarma. Este es mi momento favorito: la mansión está en silencio, y yo siendo simplemente una mujer que disfruta de su renovador y merecido descanso. Si esta vista le provoca algo… en el jacuzzi hay espacio suficiente y está invitad@ a acompañarme❞ #SeductiveSunday #ParkEmpire #BlackMarbleMornings #WinterHeat #SoftProvocation #SooMinSundays #MansionPark
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  • —¡Cuando el viejito se ausenta, los ratones hacen fiesta! —le dijo mientras le colocaba a Francesco uno de los lentes que había encontrado en la sala de estar del mayor y se ponía el otro ella misma. Cargó al gato entre sus brazos y se subió a los costosos sofás de la mansión; aquel lugar era demasiado enorme para dos traviesos sueltos. La música aleatoria sonaba a un volumen razonable, lo justo para no incomodar al felino. Dio unos cuantos saltitos sobre el sofá antes de bajarse, dejando a su compañero en el suelo.

    —Vamos a comer hasta quedar rechonchitos —anunció alzando su brazo con entusiasmo, avanzó con paso firme de soldado hacia la cocina, con el felino siguiéndola como si marchara detrás de ella. Al parecerse mucho a su pequeña Adalid, disfrutaba demasiado los dias que debía cuidarlo.


    桑蒂 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐢𝐚𝐠𝐨 ᴬᵒᶦ 葵
    —¡Cuando el viejito se ausenta, los ratones hacen fiesta! —le dijo mientras le colocaba a Francesco uno de los lentes que había encontrado en la sala de estar del mayor y se ponía el otro ella misma. Cargó al gato entre sus brazos y se subió a los costosos sofás de la mansión; aquel lugar era demasiado enorme para dos traviesos sueltos. La música aleatoria sonaba a un volumen razonable, lo justo para no incomodar al felino. Dio unos cuantos saltitos sobre el sofá antes de bajarse, dejando a su compañero en el suelo. —Vamos a comer hasta quedar rechonchitos —anunció alzando su brazo con entusiasmo, avanzó con paso firme de soldado hacia la cocina, con el felino siguiéndola como si marchara detrás de ella. Al parecerse mucho a su pequeña Adalid, disfrutaba demasiado los dias que debía cuidarlo. [Santi12]
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  • VIII. Augusta Vindelicorum
    Fandom Kuroshitsuji/Black Butler OC y otros
    Categoría Otros
    Las largas horas de viaje habían agotado terriblemente a Jean, que difícilmente pudo mantener un rostro educado ni la actitud afable habitual con el señor Heinrich; de hecho, ante cada conversación, asentía con una sonrisa débil o forzada, intentando mantener su rol de anfitrión solícito incluso cuando se hallaban lejos de la mansión Phantomhive.

    Además, con lo quisquilloso que solía ser Jean con la apariencia, el calor distintivo de agosto lo irritaba profundamente, detestando sentirse sucio por el sudor, o sofocado por el fuerte sol.

    Pero eso cambió cuando viajaron por el ferry de vapor.

    En la proa, Jean se maravilló ante la vista del mar del norte.

    Recordando haberla visto por primera vez en su infancia, cuando, junto a Charles Grey, había viajado hacia Howick Hall, el hogar ancestral de su familia; Northumberland estaba ubicado al norte de Inglaterra, cerca de Bamburgh, donde el mar podía observarse por el horizonte.

    En cambio, aquí Jean se vio rodeado de un azul profundo, donde el mar parecía no tener fin y el aroma a sal fue intenso.

    —Tal cual como la recuerdo —musitó, guardando el aliento, mientras se aferraba a la barandilla para no caerse del mirador.

    En ese instante, en sus ojos pareció reflejarse el mar, sin poder diferenciarse la tonalidad de azules, cálidos como el clima que los arropaba con una refrescante brisa.

    Jean había quedado fascinado, y sin importarle guardar las apariencias, había mostrado genuina alegría, incluso, el mareo que había sufrido inicialmente parecía haber menguado por su emoción infantil.

    Naturalmente, esta reacción se debió a que fue la primera vez que viajaba tan lejos de casa.

    —Côte d'Opale —pronunció en un excelente francés, volviendo a maravillarse por las vistas.

    La costa de Ópalo era una ladera de un profundo verde que bordeaba el mar y el canal de la mancha; es decir, que con solo verla podían saber que se encontraban en Francia.

    Era parte del itinerario pisar suelo francés, dirigirse a París y desde allí, tomar un tren hacia Munich. Estando ahí debían tomar otro tren que los dejaría finalmente en Augsburgo.

    En principio, si Jean hubiera sabido que el viaje sería tan extenuante, hubiera declinado.

    Sin embargo, la tarea que se tenía entre manos necesitaba de su presencia. No podía delegársela a nadie, pues, no existía en el mundo nadie más capaz que el mismo Jean para ejecutarla.

    Así, tras pisar suelo firme y tener otras horas de viaje en tren, ambos caballeros arribaron a la Ciudad de la Luz.

    —La Ville Lumière —murmuró Jean, mirando las luces de la Torre Eiffel y de los edificios circundantes con fascinación.

    La noche parecía fulgurante bajo la iluminación eléctrica, creando un ambiente de ensueño.

    Jean sentía el cuerpo fatigado, y algunas náuseas todavía lo afectaban por el viaje en ferry.

    Pero quiso caminar un poco más, conocer algo de París.

    Tan entusiasmado por ello como si nunca pudiera regresar.

    Tan estúpidamente infantil.

    —¿Le gustaría dar un paseo? —propuso con la voz rasposa, dirigiéndole una sonrisa débil por el cansancio. —Si su deseo es descansar, lo entenderé. El hotel se encuentra cerca.

    Hizo una seña con la cabeza hacia la edificación en cuestión.

    Sintiéndose tontamente esperanzado con la idea de ser acompañado.

    «Cálmate un poco» se reprochó con vergüenza.

    Estaba comportándose inapropiadamente.
    Las largas horas de viaje habían agotado terriblemente a Jean, que difícilmente pudo mantener un rostro educado ni la actitud afable habitual con el señor Heinrich; de hecho, ante cada conversación, asentía con una sonrisa débil o forzada, intentando mantener su rol de anfitrión solícito incluso cuando se hallaban lejos de la mansión Phantomhive. Además, con lo quisquilloso que solía ser Jean con la apariencia, el calor distintivo de agosto lo irritaba profundamente, detestando sentirse sucio por el sudor, o sofocado por el fuerte sol. Pero eso cambió cuando viajaron por el ferry de vapor. En la proa, Jean se maravilló ante la vista del mar del norte. Recordando haberla visto por primera vez en su infancia, cuando, junto a Charles Grey, había viajado hacia Howick Hall, el hogar ancestral de su familia; Northumberland estaba ubicado al norte de Inglaterra, cerca de Bamburgh, donde el mar podía observarse por el horizonte. En cambio, aquí Jean se vio rodeado de un azul profundo, donde el mar parecía no tener fin y el aroma a sal fue intenso. —Tal cual como la recuerdo —musitó, guardando el aliento, mientras se aferraba a la barandilla para no caerse del mirador. En ese instante, en sus ojos pareció reflejarse el mar, sin poder diferenciarse la tonalidad de azules, cálidos como el clima que los arropaba con una refrescante brisa. Jean había quedado fascinado, y sin importarle guardar las apariencias, había mostrado genuina alegría, incluso, el mareo que había sufrido inicialmente parecía haber menguado por su emoción infantil. Naturalmente, esta reacción se debió a que fue la primera vez que viajaba tan lejos de casa. —Côte d'Opale —pronunció en un excelente francés, volviendo a maravillarse por las vistas. La costa de Ópalo era una ladera de un profundo verde que bordeaba el mar y el canal de la mancha; es decir, que con solo verla podían saber que se encontraban en Francia. Era parte del itinerario pisar suelo francés, dirigirse a París y desde allí, tomar un tren hacia Munich. Estando ahí debían tomar otro tren que los dejaría finalmente en Augsburgo. En principio, si Jean hubiera sabido que el viaje sería tan extenuante, hubiera declinado. Sin embargo, la tarea que se tenía entre manos necesitaba de su presencia. No podía delegársela a nadie, pues, no existía en el mundo nadie más capaz que el mismo Jean para ejecutarla. Así, tras pisar suelo firme y tener otras horas de viaje en tren, ambos caballeros arribaron a la Ciudad de la Luz. —La Ville Lumière —murmuró Jean, mirando las luces de la Torre Eiffel y de los edificios circundantes con fascinación. La noche parecía fulgurante bajo la iluminación eléctrica, creando un ambiente de ensueño. Jean sentía el cuerpo fatigado, y algunas náuseas todavía lo afectaban por el viaje en ferry. Pero quiso caminar un poco más, conocer algo de París. Tan entusiasmado por ello como si nunca pudiera regresar. Tan estúpidamente infantil. —¿Le gustaría dar un paseo? —propuso con la voz rasposa, dirigiéndole una sonrisa débil por el cansancio. —Si su deseo es descansar, lo entenderé. El hotel se encuentra cerca. Hizo una seña con la cabeza hacia la edificación en cuestión. Sintiéndose tontamente esperanzado con la idea de ser acompañado. «Cálmate un poco» se reprochó con vergüenza. Estaba comportándose inapropiadamente.
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  • 𝗬𝗼。。。 𝗱𝗲𝘀𝗲𝗼。。。
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    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ≻〉 Kazuha 〈≺

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ═──────────────═

    Llevaba mucho tiempo pensando lo mismo, desde el momento en que todo empezó a desmoronarse lentamente a su alrededor. El instante que su hermano simplemente desapareció. Se esfumó como si nunca hubiera existido, pero eso era imposible, él lo vio crecer mientras intentaba ser un buen hermano mayor, tenía demasiadas memorias con Leigh como para siquiera considerar el hecho que todo pudo ser imaginación o un sueño. No lo era. Entonces, ¿por qué a veces se sentía así? Era incómodo y desagradable.

    Esa noche, mientras terminaba de escanear algunos productos y colocarlos en bolsas para una cliente, algo llegó a él como si fuera una señal. O tal vez era más del montón de información que obtenía sin preguntar.

    —Pedí un deseo. Se cumplió al instante. —dijo la mujer con una sonrisa en el rostro, como si acaso estuviera revelando el secreto del universo.— Ahora nadie puede tocarme, en ningún sentido, a menos que yo lo decida.

    —Maravilloso. —dijo Demian con un tono que denotaba su desinterés.— Son trescien-

    —Tu deberías pedir un deseo y salir de esta tienda de mala muerte. Tienes que ver a Kazuha. —ella interrumpió enseguida, mirándolo con un destello cómplice en sus ojos.— ¿Sabes de la mansión abandonada en el barrio casi llegando a las afueras de la ciudad? Ve allí, podrás encontrarla sin problema. Solo asegúrate de saber bien lo que quieres.

    El chico se quedó en silencio, sin saber si la mujer estaba delirando o si decía la verdad. Juzgando por su expresión y palabras seguras, quizás era verdad. Pero la parte escéptica de él le decía que nadie ni nada podría cumplir aquello que deseaba en ese momento. A pesar de eso, se permitió dudar.

    —Gracias, lo pensaré. Son trescien-

    —Quédate con el cambio. —volvió a interrumpirlo mientras le dejó un billete de valor más grande del necesario. Luego ella tomó las bolsas y se retiró en silencio. Un silencio que pareció ensimismarse en Demian como una presencia que buscaba hacerlo perder el aliento. Por un momento casi lo logró, pero el joven inmediatamente borró cualquier pensamiento que pudiera alimentar esa sensación y guardó el billete en la caja registradora.

    El resto de su turno mantuvo su mente ocupada con lo que fuese, incluso aferrándose a lo que sea que los clientes le decían cuando llegaba el momento de pagar. La idea de ir a esa mansión, sin embargo, volvía de forma constante y molesta. Al final, terminando su turno, ya era de mañana, el sol ya alumbrando gran parte de las áreas de la ciudad, y de nuevo la vocecita en su cabeza "La mansión a las afueras. Un deseo."

    Chasqueó la lengua, estaba agotado, pero conociéndose no iba a dormir hasta ir a ese bendito lugar. Ya empezaba a entender porqué las personas fumaban una cajetilla de cigarrillos al día o más.

    Al salir de la tienda, con su chaqueta puesta, miró su skate que tenía en mano. Aunque lo usaba para ir de un lado a otro en la mayoría de los casos, iba a tardarse mucho en llegar al lugar, por lo que optó por pedir un taxi. Para su mala suerte, el conductor le dijo que solamente iba hasta cierto punto, no lo dejaría en la puerta de la mansión. Demian aceptó de todas maneras.

    Durante el viaje pensó en muchas cosas, en lo que podría pedir además de querer que su hermano volviera, el pensar que habría alguna clase de trampa o que era solo una estafa. Hoy en día cualquiera podía pretender hacer o ser lo que sea. "Pedí un deseo. Se cumplió al instante", resonó la voz de la cliente en su cabeza. De nuevo, ¿era verdad o solo exageración?

    —Ya llegamos. —el hombre lo sacó abruptamente de su mente al hablar y el chico se apresuró a pagar antes de bajarse. Una vez pisó suelo, se fijó en el camino. Calles y veredas no muy lisas. Ahí tampoco iba a servir el skate a menos que quisiera caerse de cara al suelo. Suspiró y emprendió camino, con una sensación de ser el único en el área.

    —Esto es una idiotez, no debí haber venido. —murmuró para sí mismo tras llegar a la entrada, divisando la mansión que, efectivamente, se veía abandonada y sin nadie dentro. Lo había estado por años y años según escuchó. Mordió su labio inferior antes de continuar hasta la puerta principal. Allí se quedó. ¿Debía tocar? ¿Pasar sin más?

    —Como si alguien estuviera aquí... Ya qué. —volvió a hablar por lo bajo antes de levantar su mano libre, la izquierda, y mover el tocador de la puerta para anunciarse.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ≻〉 [K4zuha]〈≺ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ═──────────────═ Llevaba mucho tiempo pensando lo mismo, desde el momento en que todo empezó a desmoronarse lentamente a su alrededor. El instante que su hermano simplemente desapareció. Se esfumó como si nunca hubiera existido, pero eso era imposible, él lo vio crecer mientras intentaba ser un buen hermano mayor, tenía demasiadas memorias con Leigh como para siquiera considerar el hecho que todo pudo ser imaginación o un sueño. No lo era. Entonces, ¿por qué a veces se sentía así? Era incómodo y desagradable. Esa noche, mientras terminaba de escanear algunos productos y colocarlos en bolsas para una cliente, algo llegó a él como si fuera una señal. O tal vez era más del montón de información que obtenía sin preguntar. —Pedí un deseo. Se cumplió al instante. —dijo la mujer con una sonrisa en el rostro, como si acaso estuviera revelando el secreto del universo.— Ahora nadie puede tocarme, en ningún sentido, a menos que yo lo decida. —Maravilloso. —dijo Demian con un tono que denotaba su desinterés.— Son trescien- —Tu deberías pedir un deseo y salir de esta tienda de mala muerte. Tienes que ver a Kazuha. —ella interrumpió enseguida, mirándolo con un destello cómplice en sus ojos.— ¿Sabes de la mansión abandonada en el barrio casi llegando a las afueras de la ciudad? Ve allí, podrás encontrarla sin problema. Solo asegúrate de saber bien lo que quieres. El chico se quedó en silencio, sin saber si la mujer estaba delirando o si decía la verdad. Juzgando por su expresión y palabras seguras, quizás era verdad. Pero la parte escéptica de él le decía que nadie ni nada podría cumplir aquello que deseaba en ese momento. A pesar de eso, se permitió dudar. —Gracias, lo pensaré. Son trescien- —Quédate con el cambio. —volvió a interrumpirlo mientras le dejó un billete de valor más grande del necesario. Luego ella tomó las bolsas y se retiró en silencio. Un silencio que pareció ensimismarse en Demian como una presencia que buscaba hacerlo perder el aliento. Por un momento casi lo logró, pero el joven inmediatamente borró cualquier pensamiento que pudiera alimentar esa sensación y guardó el billete en la caja registradora. El resto de su turno mantuvo su mente ocupada con lo que fuese, incluso aferrándose a lo que sea que los clientes le decían cuando llegaba el momento de pagar. La idea de ir a esa mansión, sin embargo, volvía de forma constante y molesta. Al final, terminando su turno, ya era de mañana, el sol ya alumbrando gran parte de las áreas de la ciudad, y de nuevo la vocecita en su cabeza "La mansión a las afueras. Un deseo." Chasqueó la lengua, estaba agotado, pero conociéndose no iba a dormir hasta ir a ese bendito lugar. Ya empezaba a entender porqué las personas fumaban una cajetilla de cigarrillos al día o más. Al salir de la tienda, con su chaqueta puesta, miró su skate que tenía en mano. Aunque lo usaba para ir de un lado a otro en la mayoría de los casos, iba a tardarse mucho en llegar al lugar, por lo que optó por pedir un taxi. Para su mala suerte, el conductor le dijo que solamente iba hasta cierto punto, no lo dejaría en la puerta de la mansión. Demian aceptó de todas maneras. Durante el viaje pensó en muchas cosas, en lo que podría pedir además de querer que su hermano volviera, el pensar que habría alguna clase de trampa o que era solo una estafa. Hoy en día cualquiera podía pretender hacer o ser lo que sea. "Pedí un deseo. Se cumplió al instante", resonó la voz de la cliente en su cabeza. De nuevo, ¿era verdad o solo exageración? —Ya llegamos. —el hombre lo sacó abruptamente de su mente al hablar y el chico se apresuró a pagar antes de bajarse. Una vez pisó suelo, se fijó en el camino. Calles y veredas no muy lisas. Ahí tampoco iba a servir el skate a menos que quisiera caerse de cara al suelo. Suspiró y emprendió camino, con una sensación de ser el único en el área. —Esto es una idiotez, no debí haber venido. —murmuró para sí mismo tras llegar a la entrada, divisando la mansión que, efectivamente, se veía abandonada y sin nadie dentro. Lo había estado por años y años según escuchó. Mordió su labio inferior antes de continuar hasta la puerta principal. Allí se quedó. ¿Debía tocar? ¿Pasar sin más? —Como si alguien estuviera aquí... Ya qué. —volvió a hablar por lo bajo antes de levantar su mano libre, la izquierda, y mover el tocador de la puerta para anunciarse.
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  • El aguilucho despliega sus garras
    Fandom Kuroshitsuji/Black Butler OC y otros
    Categoría Drama
    Cuando arribaron a la mansión Phantomhive, la noche había caído profunda y ruidosa.

    El canto de los grillos, los animales nocturnos escabulléndose por el follaje, y el relincho de los caballos inundaron el espacio vívidamente, despertando a Jean del sueño al cual había caído durante el trayecto.

    Se enderezó en el asiento, tallándose los ojos con suavidad y mirando a través de la ventana.

    Las luces eléctricas iluminaron la penumbra, haciendo parecer a la imponente mansión como un faro en medio de la negrura.

    El carruaje se detuvo frente a la entrada. Rápidamente, Sebastian abandonó su rol de chófer, abriéndole la puerta y ofreciéndole la mano para bajar.

    Jean evadió su cara con desdén.

    —Lleva a Hiro a su habitación —ordenó en cambio, bajando por su cuenta con cuidado—, y dile al Conde Phantomhive que lo espero en el salón

    Jean pasó por su lado, e ingresó a la mansión con expresión adusta.
    Cuando arribaron a la mansión Phantomhive, la noche había caído profunda y ruidosa. El canto de los grillos, los animales nocturnos escabulléndose por el follaje, y el relincho de los caballos inundaron el espacio vívidamente, despertando a Jean del sueño al cual había caído durante el trayecto. Se enderezó en el asiento, tallándose los ojos con suavidad y mirando a través de la ventana. Las luces eléctricas iluminaron la penumbra, haciendo parecer a la imponente mansión como un faro en medio de la negrura. El carruaje se detuvo frente a la entrada. Rápidamente, Sebastian abandonó su rol de chófer, abriéndole la puerta y ofreciéndole la mano para bajar. Jean evadió su cara con desdén. —Lleva a Hiro a su habitación —ordenó en cambio, bajando por su cuenta con cuidado—, y dile al Conde Phantomhive que lo espero en el salón Jean pasó por su lado, e ingresó a la mansión con expresión adusta.
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  • El maleficio
    Fandom Nier Réplicant/Autómata x Hazbin hotel (Crossover)
    Categoría Terror


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    Las maldiciones crean una marca que destruye a todo aquel que se le acerca, dejando una estela de dolor y muerte.


    ××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××

    Hace 2 años atrás antes del proyecto Gestalt

    Todo estaba fuera de control, no se sabe como una enfermedad altamente mortal y contagiosa se les había salido de las manos, por lo cual ese proyecto del cual han estado trabajado desde hace tiempo atrás. Los científicos habían experimentado con todo, principalmente con niños que sentía que nadie recuerda pues esos pequeños solo eran huérfanos, de esos experimentos se creo lo que podría ser una arma altamente letal, pero como la supervivencia de la humanidad es mas importante, por lo que eso quedo descartado y “sellado” luego de su suceso que puso en peligro a toda la instalación.

    Fueron muchas pérdidas confirmadas, aun así había tiempo de lamentarse, se debe seguir.

    Mientras todo paso, en otro lugar, se explora una ruina, posiblemente buscando una pista qué les ayude contra el. Síndrome de Cloracion blanca, la cual actualmente estaba en todo el mundo, causado grandes pérdidas, mermado la humanidad.

    El científico a cabeza de esa expedición, llego a lo que a su tiempo fue una hermosa mansión, hoy yace en ruinas, entrando por la puerta principal, camino por los polvorientos pasillos, llego a una habitación cerrada, con algunos sellos de muchas religiones pegadas en la puerta, es como si de buscará mantener lo que sea dentro de esa habitación.

    Aunque sentía un escalofrío recorrer su cuerpo, el científico rompe cada sello, pues buscar una forma de eliminar el síndrome de Cloracion blanca, es prioridad. Una vez que la puerta quedo despejada de los sellos, este la abre entrando en la habitación, la cual a diferencia del resto de la mansión, esa misma habitación se encontraba helada, eso no pintaba bien, aun así se aventura por la misma, comenzado a buscar una posible cura.. ¿Por qué lo hace en esa mansión?... Porque se corria un rumor de que la personas que vivieron ahí, había recaudado información sobre el síndrome.

    Bueno no tenía mucho que perder, fue lo que pensó, aunque eso es lo mas lejano que podría estar, pues estaba apuntó de desatar algo.

    El científico encontró una caja fuerte, también con varios sellos, no debía pero su curiosidad fue mas grande, que quito todos los sellos y con ingenio, se las arreglo para abrir eso.

    Dentro no había nada, solo lo que parece una pequeña escultura, la tomo para analizar mejor, gran error porque sea lo que sea que contenía, fue liberado..

    Salió una sombra de la nada, la cual antes de irse, asesina al científico y huye por la ventana, buscado donde dejar una marca maldita para comenzar con una reinado de terror maldito.

    ××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××

    Presente…. Inicia el cuidado y vigilancia del proyecto Gestalt

    Devola estaba como siempre en su despacho en la biblioteca, Nier había ido a verla para ponerla al tanto de lo que había descubierto, pues Nier debía buscar cura para la enfermedad que aqueja el cuerpo de su hermana menor, Yoona.

    Una vez terminado la platica, Nier decide ir a la Fachada en el desierto, para visitar al rey para saber si tenía alguna información.

    Mientras una vez que se marcho, Popola entro al despacho.

    —Todo hasta ahora va bien, es difícil no ser sinceras —. Comento Popola con algo de culpa.

    —Lo se.. Pero es nuestro deber como vigilantes del proyecto —. Suspira mientras se talla los ojos con cansancio.

    —Ojala haya algo que hacer. —Popola le sirve algo de te a su hermana. —Nier no estará podemos ir a investigar a uba zona. — Comentó al sacar un mapa y ponerlo en la mesa.

    Devola recibe el te para ver el mapa, su hermana le señaló una zona donde podría ir para tener mas seguro el éxito del proyecto.

    —Bueno, no perdemos nada. —


    Con esa mentalidad ambas chicas emprenden viaje a la zona asignada, al llegar encuentran las ahora ruinas de la mansión.

    Sin mas entrar al lugar comenzaron a explorar, pasillo destruido y lleno de polvo, llegado a esa habitación donde se haya el mal.

    Esas energías al sentir la presencia de las hermanas, entro a una reliquia, la cual pudieron sentirse atraídas, no se sabe como pero tan pronto como lo tocaron pudieron ver lo qur se enfrentarian.

    —Eso está mal, debemos irnos. — Imágenes malditas llegaron a sus mentes, ambas corren mientras algo las persigue por los pasillos.

    Mientras correr una de ellas se lastima, provocando un sangrado, mientras corren, la sangre derramada es vertida eb un pentagrama, ambas quedaron acorraladas.. ¿Será el fin de ellas?.. No, no puede terminar así…

    —Por favor.. Que alguien nos ayude—. Grito despertada Devola mientras abraza a su hermana.

    El pentagrama comenzó a brillar y como si trajera a algo o alguien del mismo infierno, una figura comenzó a aparecer.
    ¿Sera la esperanza o desesperanza? Que ahora llevaran ellas sobre sus espaldas.
    ✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧ ✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧ Participantes [Alastor_rabbit] [Robin] ✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧ ✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧ Las maldiciones crean una marca que destruye a todo aquel que se le acerca, dejando una estela de dolor y muerte. ×××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××× Hace 2 años atrás antes del proyecto Gestalt Todo estaba fuera de control, no se sabe como una enfermedad altamente mortal y contagiosa se les había salido de las manos, por lo cual ese proyecto del cual han estado trabajado desde hace tiempo atrás. Los científicos habían experimentado con todo, principalmente con niños que sentía que nadie recuerda pues esos pequeños solo eran huérfanos, de esos experimentos se creo lo que podría ser una arma altamente letal, pero como la supervivencia de la humanidad es mas importante, por lo que eso quedo descartado y “sellado” luego de su suceso que puso en peligro a toda la instalación. Fueron muchas pérdidas confirmadas, aun así había tiempo de lamentarse, se debe seguir. Mientras todo paso, en otro lugar, se explora una ruina, posiblemente buscando una pista qué les ayude contra el. Síndrome de Cloracion blanca, la cual actualmente estaba en todo el mundo, causado grandes pérdidas, mermado la humanidad. El científico a cabeza de esa expedición, llego a lo que a su tiempo fue una hermosa mansión, hoy yace en ruinas, entrando por la puerta principal, camino por los polvorientos pasillos, llego a una habitación cerrada, con algunos sellos de muchas religiones pegadas en la puerta, es como si de buscará mantener lo que sea dentro de esa habitación. Aunque sentía un escalofrío recorrer su cuerpo, el científico rompe cada sello, pues buscar una forma de eliminar el síndrome de Cloracion blanca, es prioridad. Una vez que la puerta quedo despejada de los sellos, este la abre entrando en la habitación, la cual a diferencia del resto de la mansión, esa misma habitación se encontraba helada, eso no pintaba bien, aun así se aventura por la misma, comenzado a buscar una posible cura.. ¿Por qué lo hace en esa mansión?... Porque se corria un rumor de que la personas que vivieron ahí, había recaudado información sobre el síndrome. Bueno no tenía mucho que perder, fue lo que pensó, aunque eso es lo mas lejano que podría estar, pues estaba apuntó de desatar algo. El científico encontró una caja fuerte, también con varios sellos, no debía pero su curiosidad fue mas grande, que quito todos los sellos y con ingenio, se las arreglo para abrir eso. Dentro no había nada, solo lo que parece una pequeña escultura, la tomo para analizar mejor, gran error porque sea lo que sea que contenía, fue liberado.. Salió una sombra de la nada, la cual antes de irse, asesina al científico y huye por la ventana, buscado donde dejar una marca maldita para comenzar con una reinado de terror maldito. ×××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××××× Presente…. Inicia el cuidado y vigilancia del proyecto Gestalt Devola estaba como siempre en su despacho en la biblioteca, Nier había ido a verla para ponerla al tanto de lo que había descubierto, pues Nier debía buscar cura para la enfermedad que aqueja el cuerpo de su hermana menor, Yoona. Una vez terminado la platica, Nier decide ir a la Fachada en el desierto, para visitar al rey para saber si tenía alguna información. Mientras una vez que se marcho, Popola entro al despacho. —Todo hasta ahora va bien, es difícil no ser sinceras —. Comento Popola con algo de culpa. —Lo se.. Pero es nuestro deber como vigilantes del proyecto —. Suspira mientras se talla los ojos con cansancio. —Ojala haya algo que hacer. —Popola le sirve algo de te a su hermana. —Nier no estará podemos ir a investigar a uba zona. — Comentó al sacar un mapa y ponerlo en la mesa. Devola recibe el te para ver el mapa, su hermana le señaló una zona donde podría ir para tener mas seguro el éxito del proyecto. —Bueno, no perdemos nada. — Con esa mentalidad ambas chicas emprenden viaje a la zona asignada, al llegar encuentran las ahora ruinas de la mansión. Sin mas entrar al lugar comenzaron a explorar, pasillo destruido y lleno de polvo, llegado a esa habitación donde se haya el mal. Esas energías al sentir la presencia de las hermanas, entro a una reliquia, la cual pudieron sentirse atraídas, no se sabe como pero tan pronto como lo tocaron pudieron ver lo qur se enfrentarian. —Eso está mal, debemos irnos. — Imágenes malditas llegaron a sus mentes, ambas corren mientras algo las persigue por los pasillos. Mientras correr una de ellas se lastima, provocando un sangrado, mientras corren, la sangre derramada es vertida eb un pentagrama, ambas quedaron acorraladas.. ¿Será el fin de ellas?.. No, no puede terminar así… —Por favor.. Que alguien nos ayude—. Grito despertada Devola mientras abraza a su hermana. El pentagrama comenzó a brillar y como si trajera a algo o alguien del mismo infierno, una figura comenzó a aparecer. ¿Sera la esperanza o desesperanza? Que ahora llevaran ellas sobre sus espaldas.
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  • Tu que todo lo sabes y todo lo ves, dime....
    ¿Como se supone que sacaré a alastor de su escondite si no sale de allí?
    Para ser un pecador es más astuto que mi hermano

    -y no menciona a sesshomaru como ofensa, respetaba la inteligencia y estrategia que su hermano tenía en vida llegando a ser su personaje influyente y ejemplo de vida. Acaricio una fe las orejas del gato -

    Necesito sacar a lucifer de su hogar el tiempo suficiente para engañar a alastor y arrastrarlo al Japón feudal para dárselo de regalo a mis novios... Lo agradecerán... Pero como.... ¿Se te ocurre algo?
    No sé tipo, decirle que un demonio a raptado a su hijo y están escondidos en el mundo humano pero sin decirle en qué lugar o tiempo....

    Ja!! Que listo eres señor gato, con razon sesshomaru te quiere tanto koto. Es una idea excelente!!!

    -se puso de pie emocionado de la nueva idea que según el fue idea del gato aunque este solo se la paso lamiéndose el pelaje desinteresado de la presencia del híbrido -

    Esconderé a Sebastián mientras desaparezco a lucifer luego lo regreso a su cuna

    -dicho y hecho se trepó los muros de la mansión fisgoneando en dónde andaría el pequeño Sebastián Michaelis no le costó demasiado gracias a su olfato había logrado dar con el cachorro. Con cuidado lo agarro sacándolo de la casa para dejarlo escondido en el jardín con pieles muertas de animales para que no pudiera lucifer encontrarlo con su olfato. Una vez oculto al cachorro, con sus propias garras se fragelo la carne exagerando los cortes para que pareciera que había luchado con quoen sabe de amenaza, una vez tenía su fachada hecha se acercó al marco de la ventana en dónde sabía podría encontrarse Lucifer 𝕾𝖆𝖒𝖆𝖊𝖑 𝕸𝖔𝖗𝖓𝖎𝖓𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗 recostando medio cuerpo en el marco, jadeando fingiendo que en cualquier momento se desmayaría por la perdida de sangre -

    Amo disculpe por interrumpir cuando me dijo que dejara de hacerlo. Pero creo que le importa la información que tengo.... Un humano... Y... No...no se que era lo otro.... Entraron a su hogar y se llevaron al joven príncipe trate de detenerlos pero..... Uhmmm....

    -apreto los ojos y los labios fingiendo que estaba agonizando del dolor -

    Lo siento amor, no m... No soy tan fuerte como debería.... Pasaron la puerta del Inframundo huyendo al mundo humano

    -movio su cuerpo dejando que la sangre bañara el marco de la ventana con la intención de atraer la atención de Alastor Dëmøń su gusto canibal va a ser su galón de aquiles -
    Tu que todo lo sabes y todo lo ves, dime.... ¿Como se supone que sacaré a alastor de su escondite si no sale de allí? Para ser un pecador es más astuto que mi hermano -y no menciona a sesshomaru como ofensa, respetaba la inteligencia y estrategia que su hermano tenía en vida llegando a ser su personaje influyente y ejemplo de vida. Acaricio una fe las orejas del gato - Necesito sacar a lucifer de su hogar el tiempo suficiente para engañar a alastor y arrastrarlo al Japón feudal para dárselo de regalo a mis novios... Lo agradecerán... Pero como.... ¿Se te ocurre algo? No sé tipo, decirle que un demonio a raptado a su hijo y están escondidos en el mundo humano pero sin decirle en qué lugar o tiempo.... Ja!! Que listo eres señor gato, con razon sesshomaru te quiere tanto koto. Es una idea excelente!!! -se puso de pie emocionado de la nueva idea que según el fue idea del gato aunque este solo se la paso lamiéndose el pelaje desinteresado de la presencia del híbrido - Esconderé a Sebastián mientras desaparezco a lucifer luego lo regreso a su cuna -dicho y hecho se trepó los muros de la mansión fisgoneando en dónde andaría el pequeño [Michaelis] no le costó demasiado gracias a su olfato había logrado dar con el cachorro. Con cuidado lo agarro sacándolo de la casa para dejarlo escondido en el jardín con pieles muertas de animales para que no pudiera lucifer encontrarlo con su olfato. Una vez oculto al cachorro, con sus propias garras se fragelo la carne exagerando los cortes para que pareciera que había luchado con quoen sabe de amenaza, una vez tenía su fachada hecha se acercó al marco de la ventana en dónde sabía podría encontrarse [LuciHe11] recostando medio cuerpo en el marco, jadeando fingiendo que en cualquier momento se desmayaría por la perdida de sangre - Amo disculpe por interrumpir cuando me dijo que dejara de hacerlo. Pero creo que le importa la información que tengo.... Un humano... Y... No...no se que era lo otro.... Entraron a su hogar y se llevaron al joven príncipe trate de detenerlos pero..... Uhmmm.... -apreto los ojos y los labios fingiendo que estaba agonizando del dolor - Lo siento amor, no m... No soy tan fuerte como debería.... Pasaron la puerta del Inframundo huyendo al mundo humano -movio su cuerpo dejando que la sangre bañara el marco de la ventana con la intención de atraer la atención de [Dem0n] su gusto canibal va a ser su galón de aquiles -
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  • ˖ ݁𖥔. ݁ . 𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝑺𝒄𝒂𝒓𝒍𝒆𝒕𝒕 . ݁.𖥔 ݁ ˖

    𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑰𝑰𝑰: 𝑳𝒐𝒔 𝑪𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐 𝑨𝒏𝒊𝒍𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝑨𝒅𝒊ó𝒔

    Querido diario…

    Dicen que todo fugitivo deja un rastro.
    
Yo dejé cuatro….
    
Y algo más… un reflejo roto que ya no quería cargar.

    La noche en que escapé de la Mansión Moretti, el silencio se estiraba entre las paredes como un animal dormido que podía despertar en cualquier momento.

    Mis pasos eran tímidos, pero mi decisión ardía como un incendio.

    En el vestíbulo principal, antes de cruzar la puerta que solo se abría en nacimientos, bodas o muertes, dejé sobre la mesa de mármol un pequeño cofre de madera oscura.

    
Mi renuncia.
    
Mi acto final como hija de esa casa.

    Dentro acomodé los cuatro anillos que representaban los destinos que nunca pedimos.

    El anillo de Luca:
Oro pálido con el escudo Moretti.
    El peso del deber que él jamás cuestionó… aunque sus ojos lo hicieran.

    El anillo de Adriano:
    
Sencillo, con un rubí oculto en el interior.
La rebeldía que él escondía mejor que sus temores.

    El anillo de Giulia:
    
Perlas blancas, frías como el papel en el que se firmarán sus votos
    Una pureza forzada… no elegida.

    Y mi anillo.
    
El compromiso con Nikolai Romanov.


    La corona que debía cargar sin haberla pedido.

    Los dejé juntos, como si así pudiera entregarles la vida que rechazaba.

    Pero había algo más que debía abandonar.
    A un lado del cofre dejé mi espejo de mano, aquel que mi madre me entregó cuando cumplí trece años.
    
Un espejo de oro, tallado con filigranas delicadas y pequeñas rosas grabadas en su borde.

    Ella solía decirme:

    "Una Moretti siempre debe recordar quién es."

    Esa noche lo dejé abierto, con la superficie rota en tres fragmentos, cada uno reflejando una parte distinta de mí.
    
Sobre ellos puse rosas rosadas, frescas, recién cortadas del invernadero.

    El contraste entre el oro brillando bajo la luz tenue, las grietas del cristal y el color suave de los pétalos decía todo lo que yo no quería escribirles en una carta:

    La mujer que ustedes intentaron forjar en oro ya no existe.
La rompí yo misma.

    Huir fue dolor.
Frío.
Silencio.
    
La libertad no huele a victoria… huele a miedo y a madrugada

    Viajé con lo mínimo, ocultando mi apellido como si fuera un pecado.

    Cada ciudad me recibió con indiferencia, cada tren con incertidumbre.

    Hasta llegar a Londres.
    La lluvia era un látigo.
    El viento, un verdugo.
    
Mis manos se entumecieron, mis piernas fallaron y mi respiración se volvió un susurro agonizante.

    Me desplomé en un callejón húmedo, abrazando mi propio cuerpo como si pudiera calentarme a mí misma.
    
Me pregunté si la libertad valía morir en un país donde nadie sabía pronunciar Scarlett…

    sin acento.

    Entonces… ella apareció.

    Una mujer alta, elegante, un abrigo negro envolviéndola como un secreto.
    
Ojos filosos.

    Labios rojos.
    
Presencia que imponía respeto sin pedirlo.

    —Niña —dijo con voz grave, segura—

    así no se muere.
    Vamos.
    Te levantarás.

    No sé si yo tomé su mano… o si la vida lo hizo por mí.

    Se llamaba Mirena Blackwood, dueña de uno de los burdeles más influyentes y discretos de Londres.
    
Una mujer que había sobrevivido al mundo… y que había aprendido a dominarlo.
    Me llevó a su refugio.

    Me alimentó.

    Me dio un baño caliente.

    Ropa limpia.
    Una cama que no juzgaba.

    Y, sobre todo, me dio algo que nadie en mi vida me había dado:
    Tiempo.
    Esa noche, mientras escuchaba la música sensual detrás de las paredes rojas del burdel y el murmullo de voces que vivían al margen del mundo elegante, entendí que la libertad no empieza cuando uno huye.

    Empieza cuando uno se permite renacer.


    — Scarlett Moretti

    ~(o tal vez, pronto… solo Scarlett (?)…

    ˖ ݁𖥔. ݁ . 𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝑺𝒄𝒂𝒓𝒍𝒆𝒕𝒕 . ݁.𖥔 ݁ ˖ 𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑰𝑰𝑰: 𝑳𝒐𝒔 𝑪𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐 𝑨𝒏𝒊𝒍𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝑨𝒅𝒊ó𝒔 Querido diario… Dicen que todo fugitivo deja un rastro. 
Yo dejé cuatro…. 
Y algo más… un reflejo roto que ya no quería cargar. La noche en que escapé de la Mansión Moretti, el silencio se estiraba entre las paredes como un animal dormido que podía despertar en cualquier momento. Mis pasos eran tímidos, pero mi decisión ardía como un incendio. En el vestíbulo principal, antes de cruzar la puerta que solo se abría en nacimientos, bodas o muertes, dejé sobre la mesa de mármol un pequeño cofre de madera oscura. … 
Mi renuncia. 
Mi acto final como hija de esa casa. … Dentro acomodé los cuatro anillos que representaban los destinos que nunca pedimos. El anillo de Luca:
Oro pálido con el escudo Moretti. El peso del deber que él jamás cuestionó… aunque sus ojos lo hicieran. El anillo de Adriano: 
Sencillo, con un rubí oculto en el interior.
La rebeldía que él escondía mejor que sus temores. El anillo de Giulia: 
Perlas blancas, frías como el papel en el que se firmarán sus votos Una pureza forzada… no elegida. Y mi anillo. 
El compromiso con Nikolai Romanov.
 La corona que debía cargar sin haberla pedido. Los dejé juntos, como si así pudiera entregarles la vida que rechazaba. Pero había algo más que debía abandonar. A un lado del cofre dejé mi espejo de mano, aquel que mi madre me entregó cuando cumplí trece años. 
Un espejo de oro, tallado con filigranas delicadas y pequeñas rosas grabadas en su borde. Ella solía decirme: "Una Moretti siempre debe recordar quién es." Esa noche lo dejé abierto, con la superficie rota en tres fragmentos, cada uno reflejando una parte distinta de mí. 
Sobre ellos puse rosas rosadas, frescas, recién cortadas del invernadero. El contraste entre el oro brillando bajo la luz tenue, las grietas del cristal y el color suave de los pétalos decía todo lo que yo no quería escribirles en una carta: La mujer que ustedes intentaron forjar en oro ya no existe.
La rompí yo misma. Huir fue dolor.
Frío.
Silencio. 
La libertad no huele a victoria… huele a miedo y a madrugada Viajé con lo mínimo, ocultando mi apellido como si fuera un pecado. Cada ciudad me recibió con indiferencia, cada tren con incertidumbre. Hasta llegar a Londres. La lluvia era un látigo. El viento, un verdugo. 
Mis manos se entumecieron, mis piernas fallaron y mi respiración se volvió un susurro agonizante. Me desplomé en un callejón húmedo, abrazando mi propio cuerpo como si pudiera calentarme a mí misma. 
Me pregunté si la libertad valía morir en un país donde nadie sabía pronunciar Scarlett… sin acento. Entonces… ella apareció. Una mujer alta, elegante, un abrigo negro envolviéndola como un secreto. 
Ojos filosos.
 Labios rojos. 
Presencia que imponía respeto sin pedirlo. —Niña —dijo con voz grave, segura— así no se muere. Vamos. Te levantarás. No sé si yo tomé su mano… o si la vida lo hizo por mí. Se llamaba Mirena Blackwood, dueña de uno de los burdeles más influyentes y discretos de Londres. 
Una mujer que había sobrevivido al mundo… y que había aprendido a dominarlo. Me llevó a su refugio.
 Me alimentó.
 Me dio un baño caliente.
 Ropa limpia. Una cama que no juzgaba. Y, sobre todo, me dio algo que nadie en mi vida me había dado: Tiempo. Esa noche, mientras escuchaba la música sensual detrás de las paredes rojas del burdel y el murmullo de voces que vivían al margen del mundo elegante, entendí que la libertad no empieza cuando uno huye. Empieza cuando uno se permite renacer. — Scarlett Moretti
 ~(o tal vez, pronto… solo Scarlett (?)…
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