• Se había llevado esos aparatos, audífonos, a los oídos. La música que sonaba por ellos le ayudaba a callar los espíritus gritones y las risas burlonas... Tenía que compartirlo. Que la música aplacaba sus voces, y no requería una pizca de su magia... Además, sus palabras eran mágicas, tanto que evocaban recuerdos sin dolor.
    Se había llevado esos aparatos, audífonos, a los oídos. La música que sonaba por ellos le ayudaba a callar los espíritus gritones y las risas burlonas... Tenía que compartirlo. Que la música aplacaba sus voces, y no requería una pizca de su magia... Además, sus palabras eran mágicas, tanto que evocaban recuerdos sin dolor.
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  • Aquel pequeño niño se encontraba en frente suyo, llevaba entre sus manos una corona de flores, parpadeo dos veces sin saber o reconocer exactamente quien era ese pequeño, su sonrisa mostraba inocencia, alegría y mucha emoción algo en el, no quito su vista hacia él, visualizando que era el o quizás su hermano mayor quien le estaba colocando la corona en la cabeza una vez que su rodilla toca el suelo escuchando aquella dulce palabras que lo dijo, le sorprendió

    — Algún día tú serás el rey de este mundo hermano, se que lo serás.
    Aquel pequeño niño se encontraba en frente suyo, llevaba entre sus manos una corona de flores, parpadeo dos veces sin saber o reconocer exactamente quien era ese pequeño, su sonrisa mostraba inocencia, alegría y mucha emoción algo en el, no quito su vista hacia él, visualizando que era el o quizás su hermano mayor quien le estaba colocando la corona en la cabeza una vez que su rodilla toca el suelo escuchando aquella dulce palabras que lo dijo, le sorprendió — Algún día tú serás el rey de este mundo hermano, se que lo serás.
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  • ❝𝒰𝓃 𝓃𝑜𝓊𝓋𝑒𝒶𝓊 𝓂𝑒𝓂𝒷𝓇𝑒❞
    Fandom Original Characters
    Categoría Crossover
    Aquel reencuentro había ido tan tranquilo como cualquier otro, como uno realmente esperaría al ver dos personas tan compatibles; eso hasta aquel pequeño accidente cerca del sitio donde el Conde vivía. Había, por un instante, probado un cosplay de Elsa, pero no todo salió como esperaba, pues la prótesis de brazo derecho que había improvisado tras recibir el tratamiento de su maestro, cedió a la poca estabilidad y diseño, sumergiendo a la mujer en una profunda preocupación y tristeza que el mismo Claude pudo manejar con su tacto y suave voz al conversar, tan diplomático aún.

    No pudo conservar ese teatro de "estoy bien" al ver a la chica desmoronarse frente a él, pues sabía que por más secretos que él guardase, no los quería mantener ocultos a la chica de mirada amatista, que se había vuelto una persona muy importante para él.

    Fue entonces que con audacia y determinación ella le llevó hasta su clínica tras ofrecerle su ayuda en aquel momento de necesidad.

    Rol con Analis Winfred
    Aquel reencuentro había ido tan tranquilo como cualquier otro, como uno realmente esperaría al ver dos personas tan compatibles; eso hasta aquel pequeño accidente cerca del sitio donde el Conde vivía. Había, por un instante, probado un cosplay de Elsa, pero no todo salió como esperaba, pues la prótesis de brazo derecho que había improvisado tras recibir el tratamiento de su maestro, cedió a la poca estabilidad y diseño, sumergiendo a la mujer en una profunda preocupación y tristeza que el mismo Claude pudo manejar con su tacto y suave voz al conversar, tan diplomático aún. No pudo conservar ese teatro de "estoy bien" al ver a la chica desmoronarse frente a él, pues sabía que por más secretos que él guardase, no los quería mantener ocultos a la chica de mirada amatista, que se había vuelto una persona muy importante para él. Fue entonces que con audacia y determinación ella le llevó hasta su clínica tras ofrecerle su ayuda en aquel momento de necesidad. Rol con [Analis29]
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  • El olvido es una bendición para algunos, pero una carga para otros.
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  • Estoy tan perdido..
    O estoy cambiando demasiado
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    𝐂هَ𝐦𝐨 𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐝𝐢𝐚 𝐞𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐬𝐞ñ𝐨𝐫𝐢𝐭𝐚 𝐊𝐮𝐦𝐢𝐤𝐨 𝐌𝐨𝐫𝐢𝐭𝐚 𝐧𝐨𝐬 𝐯𝐢𝐬𝐢𝐭هَ 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐠𝐢𝐦𝐧𝐚𝐬𝐢𝐨 𝐊𝐚𝐦𝐨𝐠𝐚𝐰𝐚 (?)

    https://youtu.be/zrE9c-5yvBc?si=87ZAXlX89_Zey1ia
    𝐂هَ𝐦𝐨 𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐝𝐢𝐚 𝐞𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐬𝐞ñ𝐨𝐫𝐢𝐭𝐚 𝐊𝐮𝐦𝐢𝐤𝐨 𝐌𝐨𝐫𝐢𝐭𝐚 𝐧𝐨𝐬 𝐯𝐢𝐬𝐢𝐭هَ 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐠𝐢𝐦𝐧𝐚𝐬𝐢𝐨 𝐊𝐚𝐦𝐨𝐠𝐚𝐰𝐚 (?) https://youtu.be/zrE9c-5yvBc?si=87ZAXlX89_Zey1ia
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  • Iona, bajo su identidad como Lepus, se sienta en el rincón de su pequeña y oscura habitación, el aire denso y cálido apenas iluminado por la luz de una vela. La llama parpadea en su máscara de conejo, creando sombras danzantes en las paredes. La ciudad afuera bulle de vida, pero dentro de este espacio, el silencio es casi tangible. Es en momentos como este que su mente vuelve a la sociedad de Luminarias.

    Piensa en Destino, esa presencia enigmática cuya voz ha resonado en su mente como un eco lejano, siempre presente y a la vez inalcanzable. La imagen de la primera vez que escuchó aquella voz vuelve a ella. Despertó en medio de aquella fiesta del té, rodeada de las demás entidades, como si siempre hubiera estado ahí. Una bienvenida sin palabras, solo miradas y gestos que sugerían comprensión y, tal vez, un rastro de curiosidad. No era la primera Lepus, lo supo desde el primer instante, pero era como si la sociedad la hubiera estado esperando, o tal vez, como si Destino hubiera decidido que era el momento adecuado para su aparición.

    Los miembros de Luminarias, todos seres de antiguos planos, con sus nombres tomados de constelaciones y sus formas adoptadas de animales. Hay una sensación de seguridad entre ellos, una certeza de que cada uno tiene su propósito, aunque la forma en que lo cumplan sea única. Iona se pregunta a menudo qué habrá sido del Lepus anterior. Nadie habla de él, o de ella, y ella ha aprendido a no preguntar. Tal vez el misterio es parte de la magia de la sociedad, ese constante recordar que nada es permanente, que incluso ellos, entidades de la sombra y la luz, pueden desaparecer sin dejar rastro.

    El Fénix es una presencia que trae consuelo a sus pensamientos. Su figura se alza en su mente, medio humano, medio pájaro, siempre rodeado de un resplandor cálido. Él la trata con cariño, casi como si fuera una hermana menor. Los dulces que le ofrece en cada encuentro son un recordatorio de que, aunque sea la más joven, es aceptada. La idea de la resurrección que él representa la ha hecho reflexionar más de una vez. ¿Qué significa realmente renacer? ¿Es posible que ella misma esté en un proceso de constante renacimiento, aprendiendo de cada encuentro, de cada alma que asiste?

    Iona se pregunta si alguna vez llegará a ser como ellos, si con el tiempo perderá esa sensibilidad que la hace tambalear en sus decisiones, que la llena de dudas cuando se enfrenta a los humanos. Los otros la tranquilizan, le dicen que con el tiempo aprenderá a desligarse, a ser más eficiente en su labor. Sin embargo, una parte de ella teme ese cambio. Su empatía, su capacidad de sentir lo que sienten los demás, es lo que la hace quien es, lo que la conecta con el mundo humano que tanto le fascina y desconcierta.

    Los recuerdos de las reuniones la envuelven. Escuchar las historias de los demás es su forma de aprender, de prepararse para lo que pueda venir. Cada anécdota es una lección, un fragmento de sabiduría que atesora en su mente. A veces, desearía poder hablar más, compartir sus propios miedos y preguntas, pero se contiene. La percepción de los otros hacia ella, como si fuera una infante entre gigantes, la hace dudar. Aun así, el apoyo silencioso de sus compañeros le da la fortaleza que necesita para seguir adelante.

    En el fondo, Iona sabe que la sociedad de Luminarias es más que una reunión de entidades poderosas. Es una familia disfuncional, un grupo de seres que, a pesar de sus diferencias y orígenes, se unen por un propósito mayor. Cada uno cumple un rol, una función en el gran entramado de la existencia, y aunque sus caminos a veces se crucen solo en esos extraños y oníricos encuentros, hay un lazo inquebrantable que los mantiene unidos.

    Con un suspiro, Iona se levanta y apaga la vela. El cuarto queda sumido en la oscuridad, pero no es una oscuridad que la asuste. Es la oscuridad de la reflexión, de la conexión con lo que es y lo que será. Las Luminarias están con ella, incluso en este pequeño rincón del mundo humano, y esa certeza le da la calma para continuar.

    Iona, bajo su identidad como Lepus, se sienta en el rincón de su pequeña y oscura habitación, el aire denso y cálido apenas iluminado por la luz de una vela. La llama parpadea en su máscara de conejo, creando sombras danzantes en las paredes. La ciudad afuera bulle de vida, pero dentro de este espacio, el silencio es casi tangible. Es en momentos como este que su mente vuelve a la sociedad de Luminarias. Piensa en Destino, esa presencia enigmática cuya voz ha resonado en su mente como un eco lejano, siempre presente y a la vez inalcanzable. La imagen de la primera vez que escuchó aquella voz vuelve a ella. Despertó en medio de aquella fiesta del té, rodeada de las demás entidades, como si siempre hubiera estado ahí. Una bienvenida sin palabras, solo miradas y gestos que sugerían comprensión y, tal vez, un rastro de curiosidad. No era la primera Lepus, lo supo desde el primer instante, pero era como si la sociedad la hubiera estado esperando, o tal vez, como si Destino hubiera decidido que era el momento adecuado para su aparición. Los miembros de Luminarias, todos seres de antiguos planos, con sus nombres tomados de constelaciones y sus formas adoptadas de animales. Hay una sensación de seguridad entre ellos, una certeza de que cada uno tiene su propósito, aunque la forma en que lo cumplan sea única. Iona se pregunta a menudo qué habrá sido del Lepus anterior. Nadie habla de él, o de ella, y ella ha aprendido a no preguntar. Tal vez el misterio es parte de la magia de la sociedad, ese constante recordar que nada es permanente, que incluso ellos, entidades de la sombra y la luz, pueden desaparecer sin dejar rastro. El Fénix es una presencia que trae consuelo a sus pensamientos. Su figura se alza en su mente, medio humano, medio pájaro, siempre rodeado de un resplandor cálido. Él la trata con cariño, casi como si fuera una hermana menor. Los dulces que le ofrece en cada encuentro son un recordatorio de que, aunque sea la más joven, es aceptada. La idea de la resurrección que él representa la ha hecho reflexionar más de una vez. ¿Qué significa realmente renacer? ¿Es posible que ella misma esté en un proceso de constante renacimiento, aprendiendo de cada encuentro, de cada alma que asiste? Iona se pregunta si alguna vez llegará a ser como ellos, si con el tiempo perderá esa sensibilidad que la hace tambalear en sus decisiones, que la llena de dudas cuando se enfrenta a los humanos. Los otros la tranquilizan, le dicen que con el tiempo aprenderá a desligarse, a ser más eficiente en su labor. Sin embargo, una parte de ella teme ese cambio. Su empatía, su capacidad de sentir lo que sienten los demás, es lo que la hace quien es, lo que la conecta con el mundo humano que tanto le fascina y desconcierta. Los recuerdos de las reuniones la envuelven. Escuchar las historias de los demás es su forma de aprender, de prepararse para lo que pueda venir. Cada anécdota es una lección, un fragmento de sabiduría que atesora en su mente. A veces, desearía poder hablar más, compartir sus propios miedos y preguntas, pero se contiene. La percepción de los otros hacia ella, como si fuera una infante entre gigantes, la hace dudar. Aun así, el apoyo silencioso de sus compañeros le da la fortaleza que necesita para seguir adelante. En el fondo, Iona sabe que la sociedad de Luminarias es más que una reunión de entidades poderosas. Es una familia disfuncional, un grupo de seres que, a pesar de sus diferencias y orígenes, se unen por un propósito mayor. Cada uno cumple un rol, una función en el gran entramado de la existencia, y aunque sus caminos a veces se crucen solo en esos extraños y oníricos encuentros, hay un lazo inquebrantable que los mantiene unidos. Con un suspiro, Iona se levanta y apaga la vela. El cuarto queda sumido en la oscuridad, pero no es una oscuridad que la asuste. Es la oscuridad de la reflexión, de la conexión con lo que es y lo que será. Las Luminarias están con ella, incluso en este pequeño rincón del mundo humano, y esa certeza le da la calma para continuar.
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  • Miraba las heridas que adornaron muñecas hace varios años ¿desde cuándo empezó? Recuerda que pasó a los doce, cuando por accidente se cortó recogiendo un vaso de cristal roto; vio su sangre y las lágrimas de miedo traspasaron a un raro sentimiento de paz. De allí no paró hasta hace unos años que parecía un trozo de carne flaco y cortado en todas partes y la hospitalizaron. Más eso no cesó y buscó otras maneras de hacerse daño, arrancarse el pelo, comerse las uñas, pellizcarse, tropezarse con gente "casualmente".

    Hoy vuelve a mirar sus cicatrices y las sella apagando su cigarro sobre ellas causándole un placer trascendental, fuera de toda lógica y alcance...casi al placer de un orgasmo bien merecido mientras en el móvil suena en loop una de sus canciones favoritas.

    Called her over, and asked her if she was improving
    She said, "Feels fine, it's wonderful, wonderful here"
    Hex me, told her
    I dreamt of a devil that knew her
    Pale white skin with strawberry gashes all over, all over

    Watch me fault her, "You're living like a disaster"
    She said, "Kill me faster" with strawberry gashes all over, all over


    Strawberry Gashes — Jack Off Jill

    #SelfInjure #BrokeSky
    Miraba las heridas que adornaron muñecas hace varios años ¿desde cuándo empezó? Recuerda que pasó a los doce, cuando por accidente se cortó recogiendo un vaso de cristal roto; vio su sangre y las lágrimas de miedo traspasaron a un raro sentimiento de paz. De allí no paró hasta hace unos años que parecía un trozo de carne flaco y cortado en todas partes y la hospitalizaron. Más eso no cesó y buscó otras maneras de hacerse daño, arrancarse el pelo, comerse las uñas, pellizcarse, tropezarse con gente "casualmente". Hoy vuelve a mirar sus cicatrices y las sella apagando su cigarro sobre ellas causándole un placer trascendental, fuera de toda lógica y alcance...casi al placer de un orgasmo bien merecido mientras en el móvil suena en loop una de sus canciones favoritas. Called her over, and asked her if she was improving She said, "Feels fine, it's wonderful, wonderful here" Hex me, told her I dreamt of a devil that knew her Pale white skin with strawberry gashes all over, all over Watch me fault her, "You're living like a disaster" She said, "Kill me faster" with strawberry gashes all over, all over Strawberry Gashes — Jack Off Jill #SelfInjure #BrokeSky
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    mi rojito bello ( orgullo de mama )
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