Se había llevado esos aparatos, audífonos, a los oídos. La música que sonaba por ellos le ayudaba a callar los espíritus gritones y las risas burlonas... Tenía que compartirlo. Que la música aplacaba sus voces, y no requería una pizca de su magia... Además, sus palabras eran mágicas, tanto que evocaban recuerdos sin dolor.
Se había llevado esos aparatos, audífonos, a los oídos. La música que sonaba por ellos le ayudaba a callar los espíritus gritones y las risas burlonas... Tenía que compartirlo. Que la música aplacaba sus voces, y no requería una pizca de su magia... Además, sus palabras eran mágicas, tanto que evocaban recuerdos sin dolor.