────No todas las historias de amor las teje el destino y tienen comienzos felices. Algunas nacen de tragedias. Pero son igualmente hermosas que aquellas que comenzaron con un beso bajo la lluvia o una mirada en un café. Algunas historias de amor comienzan en el caos, entre lagrimas y escombros del alma, y aún así florecen, sorprendiendo a quienes creían haberlo perdido todo. Porque a veces, lo más bello nace de lo que jamás esperábamos encontrar.

Me siento terriblemente mal, voy a salir a dar una vuelta y a dónde me lleve el viento como en los viejos tiempos...
La noche se presta para hacer alguna tontería...

Si....parece que seguire aqui esperando mas poder

Vuela conmigo alastor.... te llevare hasta las estrellas

—No puedo creer que aún me estés esperando... Te lo compensaré.

Alguien para rol? quiero hacer algo interesante..

Yo corto.
Con el pulso firme, el gesto antiguo, la mirada ciega de quien ha visto demasiados finales.

Pero contigo, algo tiembla.
No el hilo.
Yo.

Tu aliento se aferra a los bordes de este destino como si supieras que se está acabando, como si tu piel recordara lo que mi silencio no puede decirte. No hay gloria en los ruegos, pero aún así, los escucho.
No con los oídos.
Con la grieta que dejaste en algo que no sabía que podía romperse.

Te vi venir con esa torpe valentía de los que nunca han sido arrancados. Te dejaste caer en mi regazo como si eso te salvara.
Como si yo pudiera salvarte.

Y sin embargo no me fui.
No al principio.

Me quedé.
Me quedé donde no debía.
En el filo.
En el susurro.
En el calor fugaz de tu mano que no debía tocarme, porque todo lo que toco, se apaga.

Pero tú…
Tú supiste quedarte.
Y eso me destruyó más que cualquier muerte que haya dictado.

oye enano Aruna Night Salvatore se que aun no controlas bien tus poderes entonces te compre una dessert eale bañada en oro es lo que hace cualquier padre responsable:3

Hoy fue un día excelente en el gym, adoro venir y sentirme bien golpeando un saco, además, me veo increíble

#Sexypost

Los peculiares fetiches de algunos demonios no terminaba de entenderlos del todo, aunque tampoco era quien para juzgar cuando a él le gustaban quizá otros peores, no se negaba a ello aunque, si era sincero, comenzaba a extrañar la intimidad más allá de sólo entregar el cuerpo a cualquier desconocido.