• Crónicas del Olvido — Capítulo III: El Templo del Agua y el Primer Emisario

    Tras la purificación del Templo de Ceniza, el grupo se dirige hacia las ruinas sumergidas de Nymar, donde se encuentra el Templo del Agua, ahora hundido bajo un lago corrompido por la magia oscura. Elen siente una conexión profunda con este lugar: su linaje druídico proviene de las guardianas del agua, y su magia comienza a reaccionar incluso antes de llegar.

    Pero el lago no está vacío. Criaturas líquidas, deformadas por la corrupción, acechan bajo la superficie. El grupo debe descender con cuidado, usando una combinación de magia de aire y raíces para crear una burbuja de protección.

    Dentro del templo, Elen comienza a recordar fragmentos de su infancia: cantos antiguos, rituales de purificación, y una voz que le hablaba desde el agua. Al tocar el altar central, una corriente de energía la envuelve. No es agresiva. Es ancestral.

    Elen entra en trance. Ve a Lidica, no como guerrera, sino como protectora. La visión le revela que el agua no solo limpia… también guarda. Y que el fragmento del Amuleto aquí presente está sellado por una memoria que solo puede ser liberada por alguien que no busca poder, sino equilibrio.
    Elen despierta. Y el fragmento se libera.

    Pero el templo tiembla. Desde las profundidades del lago emerge una figura encapuchada: el Emisario del Vacío, un sirviente directo del Señor de las Sombras. Su cuerpo está formado por agua oscura, y su magia no tiene forma: distorsiona el entorno, altera la percepción, y convierte los recuerdos en armas.
    • Kael comienza a ver visiones de Yukine muriendo una y otra vez.
    • Sira se paraliza al ver a Lidica traicionándola.
    • Tharos pierde el control, incendiando parte del templo.
    • Elen, con el fragmento recién despertado, canaliza una onda de purificación que estabiliza el grupo.

    La batalla es caótica. El Emisario se mueve como líquido, atacando desde todas direcciones. Pero Kael, guiado por el fragmento, logra conjurar un hechizo de “Anclaje de Realidad”, que fija la percepción del grupo y permite que Sira lo atraviese con una ráfaga de viento cortante.

    El Emisario se disuelve. Pero no sin dejar una advertencia:

    “El Señor ya se ha levantado. Y ustedes… llegarán tarde.”

    Crónicas del Olvido — Capítulo III: El Templo del Agua y el Primer Emisario Tras la purificación del Templo de Ceniza, el grupo se dirige hacia las ruinas sumergidas de Nymar, donde se encuentra el Templo del Agua, ahora hundido bajo un lago corrompido por la magia oscura. Elen siente una conexión profunda con este lugar: su linaje druídico proviene de las guardianas del agua, y su magia comienza a reaccionar incluso antes de llegar. Pero el lago no está vacío. Criaturas líquidas, deformadas por la corrupción, acechan bajo la superficie. El grupo debe descender con cuidado, usando una combinación de magia de aire y raíces para crear una burbuja de protección. Dentro del templo, Elen comienza a recordar fragmentos de su infancia: cantos antiguos, rituales de purificación, y una voz que le hablaba desde el agua. Al tocar el altar central, una corriente de energía la envuelve. No es agresiva. Es ancestral. Elen entra en trance. Ve a Lidica, no como guerrera, sino como protectora. La visión le revela que el agua no solo limpia… también guarda. Y que el fragmento del Amuleto aquí presente está sellado por una memoria que solo puede ser liberada por alguien que no busca poder, sino equilibrio. Elen despierta. Y el fragmento se libera. Pero el templo tiembla. Desde las profundidades del lago emerge una figura encapuchada: el Emisario del Vacío, un sirviente directo del Señor de las Sombras. Su cuerpo está formado por agua oscura, y su magia no tiene forma: distorsiona el entorno, altera la percepción, y convierte los recuerdos en armas. • Kael comienza a ver visiones de Yukine muriendo una y otra vez. • Sira se paraliza al ver a Lidica traicionándola. • Tharos pierde el control, incendiando parte del templo. • Elen, con el fragmento recién despertado, canaliza una onda de purificación que estabiliza el grupo. La batalla es caótica. El Emisario se mueve como líquido, atacando desde todas direcciones. Pero Kael, guiado por el fragmento, logra conjurar un hechizo de “Anclaje de Realidad”, que fija la percepción del grupo y permite que Sira lo atraviese con una ráfaga de viento cortante. El Emisario se disuelve. Pero no sin dejar una advertencia: “El Señor ya se ha levantado. Y ustedes… llegarán tarde.”
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • Le encanta tener tiempo para dedicarle a su novia, esta vez fue la playa donde tomaron fotografías del paisaje, el mar y el atardecer mientras se disputan el mejor ángulo para tomarse fotos juntos a la orilla del mar.

    𝑴𝒊𝒌𝒂 大沢
    Le encanta tener tiempo para dedicarle a su novia, esta vez fue la playa donde tomaron fotografías del paisaje, el mar y el atardecer mientras se disputan el mejor ángulo para tomarse fotos juntos a la orilla del mar. [Mika.O]
    Me gusta
    Me encocora
    2
    4 turnos 0 maullidos
  • La felicidad puede tocarte sólo por un momento... y luego años de tristeza.
    La felicidad puede tocarte sólo por un momento... y luego años de tristeza.
    Me shockea
    Me entristece
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • カルバン・クラインはこれからも私のお気に入りの服のブランドです ~
    カルバン・クラインはこれからも私のお気に入りの服のブランドです ~ 🤍
    Me encocora
    Me gusta
    5
    0 turnos 0 maullidos
  • ݁ ˖ Estoy a nada de dejar este estupido trabajo...

    -Suspiraba enojado el chico su jefe ya lo tenia cansado
    🦇 ݁ ˖ Estoy a nada de dejar este estupido trabajo... -Suspiraba enojado el chico su jefe ya lo tenia cansado
    Me gusta
    Me shockea
    Me endiabla
    5
    0 turnos 0 maullidos
  • Aquí afuera, completamente solo, pongo a prueba mi fuerza y ​​mis límites.
    Aquí afuera, completamente solo, pongo a prueba mi fuerza y ​​mis límites.
    Me gusta
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • A pesar de todo , vienes a pedirme esto , solo para recuperado a el ..... Hilde.
    A pesar de todo , vienes a pedirme esto , solo para recuperado a el ..... Hilde.
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • Crónicas del Olvido — Capítulo II: El Templo de Ceniza

    Tras la purificación del Templo del Viento, el grupo se refugia en las ruinas de un monasterio oculto entre las montañas de Tharion. Allí, Kael estudia el fragmento recuperado, que vibra con una energía que parece responder a su presencia. Elen lo ayuda a estabilizarlo, mientras Sira entrena con Tharos, intentando controlar sus ráfagas de fuego sin que se desborde su furia.

    Pero algo se acerca.

    Los sabios del monasterio hablan de un segundo templo: el Templo de Ceniza, enterrado bajo una ciudad abandonada, donde el fuego y la tierra se entrelazan. Se dice que allí yace un fragmento mayor del Amuleto, custodiado por una criatura que fue forjada por el propio Señor de las Sombras: el Centinela de Carbón, una amalgama de roca viva y llamas corruptas.

    El viaje es arduo. El grupo atraviesa zonas donde la magia elemental se comporta de forma errática. Elen apenas logra mantener la vegetación viva. Tharos siente que el fuego dentro de él se vuelve más agresivo. Sira comienza a tener visiones de Lidica, pero distorsionadas, como si alguien estuviera manipulando sus recuerdos.
    Kael, por su parte, comienza a escuchar voces en los fragmentos. No palabras. Emociones. Ecos de Yukine.

    “No todos los sellos se rompen con fuerza. Algunos… con fe.”

    Al llegar, el grupo encuentra el templo sumergido en una cámara volcánica. El calor es insoportable. El suelo tiembla. Y en el centro, el Centinela de Carbón se alza: una criatura de veinte metros, con un núcleo incandescente y brazos de obsidiana que se regeneran al romperse.
    La batalla comienza.

    • Sira se mueve entre las columnas, cortando los tendones de lava que sostienen al Centinela.
    • Tharos desata su fuego, pero el enemigo lo absorbe, volviéndose más fuerte.
    • Elen crea barreras de raíces endurecidas, pero el calor las calcina.
    • Kael intenta canalizar el fragmento, pero el templo mismo lo rechaza.

    El Centinela lanza una onda de magma que hiere gravemente a Tharos. Elen corre a salvarlo, pero queda atrapada bajo escombros. Sira grita, pero es empujada por una ráfaga de calor. Kael, solo, se acerca al núcleo.

    Kael coloca el fragmento en el altar. El templo tiembla. El Centinela se detiene. El fragmento brilla… y se divide.

    Una parte se fusiona con Kael, revelando una memoria sellada: una visión de Yukine, en sus últimos momentos, canalizando el poder del sello roto. Kael no entiende la magia, pero siente la intención. La estructura. La forma.

    Con ese conocimiento, Kael conjura un hechizo de contención que no destruye al Centinela… lo purifica.

    La criatura se desmorona, y el núcleo cae al suelo: un fragmento mayor del Amuleto, intacto.

    Tharos sobrevive, pero queda con quemaduras profundas. Elen, herida, logra estabilizarlo. Sira, silenciosa, observa el fragmento. Kael lo sostiene, sabiendo que cada paso los acerca… pero también los expone.

    El Señor de las Sombras siente el cambio. En su trono de oscuridad, el Amuleto corrompido vibra con furia. Y por primera vez… se mueve.


    Crónicas del Olvido — Capítulo II: El Templo de Ceniza Tras la purificación del Templo del Viento, el grupo se refugia en las ruinas de un monasterio oculto entre las montañas de Tharion. Allí, Kael estudia el fragmento recuperado, que vibra con una energía que parece responder a su presencia. Elen lo ayuda a estabilizarlo, mientras Sira entrena con Tharos, intentando controlar sus ráfagas de fuego sin que se desborde su furia. Pero algo se acerca. Los sabios del monasterio hablan de un segundo templo: el Templo de Ceniza, enterrado bajo una ciudad abandonada, donde el fuego y la tierra se entrelazan. Se dice que allí yace un fragmento mayor del Amuleto, custodiado por una criatura que fue forjada por el propio Señor de las Sombras: el Centinela de Carbón, una amalgama de roca viva y llamas corruptas. El viaje es arduo. El grupo atraviesa zonas donde la magia elemental se comporta de forma errática. Elen apenas logra mantener la vegetación viva. Tharos siente que el fuego dentro de él se vuelve más agresivo. Sira comienza a tener visiones de Lidica, pero distorsionadas, como si alguien estuviera manipulando sus recuerdos. Kael, por su parte, comienza a escuchar voces en los fragmentos. No palabras. Emociones. Ecos de Yukine. “No todos los sellos se rompen con fuerza. Algunos… con fe.” Al llegar, el grupo encuentra el templo sumergido en una cámara volcánica. El calor es insoportable. El suelo tiembla. Y en el centro, el Centinela de Carbón se alza: una criatura de veinte metros, con un núcleo incandescente y brazos de obsidiana que se regeneran al romperse. La batalla comienza. • Sira se mueve entre las columnas, cortando los tendones de lava que sostienen al Centinela. • Tharos desata su fuego, pero el enemigo lo absorbe, volviéndose más fuerte. • Elen crea barreras de raíces endurecidas, pero el calor las calcina. • Kael intenta canalizar el fragmento, pero el templo mismo lo rechaza. El Centinela lanza una onda de magma que hiere gravemente a Tharos. Elen corre a salvarlo, pero queda atrapada bajo escombros. Sira grita, pero es empujada por una ráfaga de calor. Kael, solo, se acerca al núcleo. Kael coloca el fragmento en el altar. El templo tiembla. El Centinela se detiene. El fragmento brilla… y se divide. Una parte se fusiona con Kael, revelando una memoria sellada: una visión de Yukine, en sus últimos momentos, canalizando el poder del sello roto. Kael no entiende la magia, pero siente la intención. La estructura. La forma. Con ese conocimiento, Kael conjura un hechizo de contención que no destruye al Centinela… lo purifica. La criatura se desmorona, y el núcleo cae al suelo: un fragmento mayor del Amuleto, intacto. Tharos sobrevive, pero queda con quemaduras profundas. Elen, herida, logra estabilizarlo. Sira, silenciosa, observa el fragmento. Kael lo sostiene, sabiendo que cada paso los acerca… pero también los expone. El Señor de las Sombras siente el cambio. En su trono de oscuridad, el Amuleto corrompido vibra con furia. Y por primera vez… se mueve.
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • ʟᴏᴜɪꜱ ᴛʜᴏʀɴ ᴀꜱ ᴛʜᴇ ᴍᴀᴅ ʜᴀᴛᴛᴇʀ ꜰᴏʀ ꜰᴀʟʟ 2025 ᴡᴏɴᴅᴇʀ ᴍᴀɢᴀᴢɪɴᴇ
    `¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••
    ʟᴏᴜɪꜱ ꜱᴜᴇʟᴇ ᴜᴛɪʟɪᴢᴀʀ ꜱᴏᴍʙʀᴇʀᴏꜱ ʏᴀ Qᴜᴇ ꜱɪ ꜱᴇ ᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴀ ᴇɴ ᴄᴏɴꜱᴛᴀɴᴛᴇ ᴄᴏɴᴛᴀᴄᴛᴏ ᴄᴏɴ ʟᴀ ʟᴜᴢ ꜱᴏʟᴀʀ ᴘᴜᴇᴅᴇ ᴏᴄᴀꜱɪᴏɴᴀʀʟᴇ ᴇꜰᴇᴄᴛᴏꜱ ᴀᴅᴠᴇʀꜱᴏꜱ ᴀᴜɴQᴜᴇ ᴛᴀᴍʙɪᴇɴ ꜱᴇ ᴇɴᴄᴀʀɢᴀ ᴅᴇ Qᴜᴇ ᴄᴏᴍʙɪɴᴇɴ ᴄᴏɴ ꜱᴜ ᴀᴛᴜᴇɴᴅᴏ
    `¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••
    ʟᴏᴜɪꜱ ᴛʜᴏʀɴ ᴀꜱ ᴛʜᴇ ᴍᴀᴅ ʜᴀᴛᴛᴇʀ ꜰᴏʀ ꜰᴀʟʟ 2025 ᴡᴏɴᴅᴇʀ ᴍᴀɢᴀᴢɪɴᴇ `¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°••• ʟᴏᴜɪꜱ ꜱᴜᴇʟᴇ ᴜᴛɪʟɪᴢᴀʀ ꜱᴏᴍʙʀᴇʀᴏꜱ ʏᴀ Qᴜᴇ ꜱɪ ꜱᴇ ᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴀ ᴇɴ ᴄᴏɴꜱᴛᴀɴᴛᴇ ᴄᴏɴᴛᴀᴄᴛᴏ ᴄᴏɴ ʟᴀ ʟᴜᴢ ꜱᴏʟᴀʀ ᴘᴜᴇᴅᴇ ᴏᴄᴀꜱɪᴏɴᴀʀʟᴇ ᴇꜰᴇᴄᴛᴏꜱ ᴀᴅᴠᴇʀꜱᴏꜱ ᴀᴜɴQᴜᴇ ᴛᴀᴍʙɪᴇɴ ꜱᴇ ᴇɴᴄᴀʀɢᴀ ᴅᴇ Qᴜᴇ ᴄᴏᴍʙɪɴᴇɴ ᴄᴏɴ ꜱᴜ ᴀᴛᴜᴇɴᴅᴏ `¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••`¯°•••
    Me gusta
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • Veo que hay mucha gente encuerandose, quizás lo haga, pero para el próximo domingo (Si me llego a acordar)
    Veo que hay mucha gente encuerandose, quizás lo haga, pero para el próximo domingo (Si me llego a acordar)
    Me enjaja
    Me gusta
    Me endiabla
    10
    2 turnos 0 maullidos
Patrocinados