𝑩𝒓𝒆𝒗𝒆 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂: 𝒍𝒂 𝒏𝒊𝒏̃𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒇𝒖𝒆 𝒖𝒏 𝒎𝒖𝒏̃𝒆𝒄𝒐 𝒅𝒆 𝒏𝒊𝒆𝒗𝒆

En el mundo mágico de Fearthae existen numerosas criaturas cuya aparición resulta difícil de explicar. Nada podría ser más cierto en el caso de Aidna Shadildr, actual princesa de Fjellriket. Traída al mundo en un sueño de la Aotrom Shadi, compuesta por nieve blanca y pura, la joven (aunque cuenta con cientos de años a sus espaldas) no encaja dentro de ninguna de las razas conocidas por los estudiosos del continente de Ruthouryn. Su existencia es permanente, como el viento o la lluvia. 

Aidna vivió toda su infancia y gran parte de su vida adulta en los jardines mágicos de su madre, Shadi.

Creada por Maizu y la Aotrom del invierno con el propósito de ser La Unificadora de los reinos, su objetivo en la vida fue ser educada como regente del reino mágico de Fjellriket, y convertirse en la máxima corona del continente de Ruthouryn.

Sin embargo, las Aotrom pronto relegaron el noble propósito, abandonando a la niña como una curiosidad más de los jardines. Su única compañía consistía en animales, plantas y pequeñas criaturas mágicas, que le otorgaban todo el amor que podían.

 

 

Mas no era suficiente, y así, Aidna comenzó a soñar. Soñaba con héroes que la rescataban, soñaba con un mundo fuera de los altísimos muros de los jardines. Soñaba con caminar sobre senderos retorcidos, sobre la vida que le habían prometido. Más importante, soñaba con algo que no conocía; con la libertad. Con volar alto, como las águilas que anidaban en la montaña donde se ocultaba la cabaña de su madre. Lejos, muy lejos de aquel maravilloso paraje invernal.

No mejoró cuando conoció a Brienne, caballera bendecida por la Aotrom Shadi y fiel servidora de la Aotrom Selene. De cuando en cuando, Brienne aparecía en los jardines para hablar con su madre de asuntos del mundo exterior. Aidna la observaba con infinita curiosidad, puesto que nunca había conocido a un Gael. A escondidas, escuchaba las conversaciones, imaginando que ella misma se convertía en caballera y en heroína del pueblo. 

Una noche, en una de las cenas que Shadi organizaba con todos sus descendientes, una embriagada Brienne caminó hasta perderse en los jardines de la Aotrom. Allí se topó de bruces con la joven Aidna, quien la estudió con curiosidad. Borracha por el alcohol y por la belleza de aquella suerte de ninfa, la joven Brienne quedó prendada de ella. Esa noche le habló de su mundo, de los Gaels, de la magia y de las criaturas que habitaban el mundo de Fearthae. 

Así, Aidna conoció a sus dos grandes amores. Brienne y el mundo exterior, al que anhelaba conocer con todo su corazón. 

Shadi fue muy tajante en sus negativas, cosa que solo hizo el espíritu de la joven más resistente. Poco a poco, Aidna se transformó. Pasó a ser de inocente ninfa a curiosa criatura, buscando formas de escapar cuando no estaba estudiando la inmensa biblioteca de su madre. Brienne volvía de cuándo en cuándo a visitarla, trayéndole presentes de otras tierras del continente, y Aidna esperaba sus visitas como el anhelo de agua que podía tener un hombre en el desierto.

Un día, Brienne no volvió más.

Con ella, se llevó el corazón de Aidna. Su mundo se vino abajo en cuestión de meses. Algo en su interior le decía que nunca volvería a verla, que Brienne la había abandonado para siempre. Tan entristecido estaba su corazón que la Aotrom Selene, guía de los guerreros y patrona de los adivinadores, se apiadó de ella, concediéndole su bendición.

Bañada por los rayos de Luna, Aidna obtuvo los dones de la diosa, la cual la nombró su representante en la tierra. En sus sueños, Selene le enseñó el arte del adivinación, mostrándole las estrellas y sus diversos significados, mapeando a los astros para guiarle en su próximo camino: le dio un objetivo, solo uno; proteger a Ruthouryn de la oscuridad que les acechaba y siempre ser fiel a la Aotrom. Aidna, deseosa de tener un objetivo en su vida, aceptó sin pensar en las consecuencias de su promesa.

Poco después, Shadi se concentró de nuevo en ella, otorgándole su bendición y mostrándole sus poderes. Al ver la marca de Selene en su hija, se dio cuenta de que no podría retenerla mucho más. Así fue como la entregó a palacio, envuelta en la bruma de la nieve, nombrándola princesa de Fjellriket. 

Aidna no estaba preparada para la vida en palacio. Asalvajada y tosca, tanto la actual reina de Fjellriket como las doncellas perdieron la cordura tratando de domesticarla. No hubo forma, cada vez que lo intentaban la encontraban semidesnuda a la intemperie, hablando con los pájaros. Se fugaba constantemente, y gastaba bromas pesadas a la gente, quienes la confundían con una descendiente de Dorcha por sus orejas puntiagudas y su talento para meterse en problemas; otros, los que se cruzaban con ella en los lagos bajo la luna llena, crearon leyendas sobre la Aotrom de la luna, pensándose que se trataba de una misteriosa y poderosa criatura.

Sus sueños también estaban fuera de control. Se aparecía en las mentes de todo el mundo, hacía lecturas terriblemente erróneas y se equivocaba constantemente en las fechas de sus predicciones, dado que nunca nadie le había enseñado los días, ni las horas, ni el funcionamiento de un calendario.

Con el reino patas arriba, Shadi se dio cuenta de que sus planes iban a ser duramente truncados por la joven ninfa revoltosa. Así que decidió hacerle un regalo que cambiaría su vida para siempre.

Shadi le dio otra razón; y esa razón se materializaba en una preciosa niña de cabellos de oro llamada Edain.

A Aidna le encargó la tarea de criarla para ser la guerrera más fuerte del continente. La Ninfa, que poco interés tenía en aquello, se tomó aquel encargo como un desafío, y se propuso mostrarle a su madre que era más que capaz de cumplirlo. Se volcó completamente en la niña, mimándola, criándola y esforzándose por darle... un ejemplo. Aunque no fuese el mejor de ellos. Sí, Edain era fuerte, y Shadi le mostró la fuerza física, pero Aidna le enseñó dones más importantes. Por ejemplo, a reconocer a un mentiroso, o a ser una digna estratega. Aidna le mostró la historia del mundo y la importancia de nunca dejar de soñar.

Las dos hermanas crecieron estrechamente unidas, guerreras a su modo, y el tiempo acabó por amedrentar el fuerte carácter de Aidna hasta transformarla en alguien regio y firme, capaz de tomar decisiones en el momento sin equivocarse demasiado. Sus pasos se transformaron en los de una mujer un tanto inocente, marcada por sus años de encierro en los jardines de Shadi.

Recientemente se anunció su compromiso con el príncipe de Springflur, Nifrid. Aidna cada vez ve más lejos sus sueños de libertad, y se encuentra en una encrucijada. Mientras sus sueños se vuelven cada vez más oscuros y su mundo cada vez es más extraño, la joven se encuentra perdida, atrapada en una jaula más grande y lujosa, pero jaula al fin y al cabo. ¿Será capaz de escapar de los designios de las Aotroms y trazar su propio camino? ¿O sucumbirá a los juegos políticos y a un plan más grande que ella misma?

 

TLTR; Habilidades de Aidna. 

 

•ू♡ 𝓕𝓲́𝓼𝓲𝓬𝓪𝓼

— Aidna tiene competencia con el arco. Es una luchadora a distancia. Tiene algo de capacidad física, pero sólo la justa.

•ू♡ 𝓜𝓪́𝓰𝓲𝓬𝓪𝓼

— Aidna es una Ninfa del hielo, su cuerpo está compuesto por hielo puro, es extremadamente resistente físicamente y completamente inmune al frío. Este hecho la hace vulnerable al fuego y al calor, el cuál debilita considerablemente su magia.

— Es una maga increíblemente hábil; capaz de llevar al extremo su manejo como elemental del frío; esto conlleva pero no se limita a: invocar familiares de hielo, materializar formas gélidas y lanzar hechizos gélidos con excelsa predicción. No es recomendable enfrentarse a ella en un combate mágico; mucho menos cerca de Fjellriket, donde es más fuerte.

— Como cazadora de las estrellas, Aidna posee habilidades de adivinación:

  • Puede predecir el futuro cercano utilizando sus instrumentos. Este futuro no puede incluirla a ella misma. Tampoco puede implicar la muerte de alguien; si vas a morir en las próximas 72 horas, Aidna no podrá leer tu futuro.
  • Puede determinar el destino de una persona. No es una ciencia exacta y no conoce los detalles, pero sabe si alguien está destinado al bien o al mal y si su sino es grandeza o perdición.
  • Sus habilidades adivinatorias son más fuertes en sus sueños. Aidna es capaz de crear un campo onírico en el que puede presenciar profecías y predicciones de un futuro más lejano. No tiene control sobre estas predicciones, lo cual hace que sí pueda tenerlas sobre sí misma.
  • Aidna puede usar su campo onírico para buscar en sueños a otras personas. Allí puede reunirse con ellos. La condición es que ambas partes estén dormidas al momento del encuentro.

 

Es importante destacar que estas habilidades la hacen vulnerable en sus estados proféticos. Cuando Aidna está soñando, su cuerpo se queda en constante vulnerabilidad, precisando muchas veces protección.

Aidna no posee dotes telepáticas, solo puede entrar en la mente si la persona está dormida. Pero sí puede utilizar trucos, como utilizar un campo gélido para dormir a la persona, o somníferos. 

TLTR; Curiosidades y otros datos de Aidna

— Es muy alta, alcanzando 1'90m de altura.

— Su pelo son flores de cerezo, regalo de Osdara y sus ojos estrellas, regalo de Maizu.

— Por sus orejas puntiagudas se la ha confundido con Dorcha y Aotrom. Lo cierto es  que Aidna es única ya que fue artificialmente creada por las Aotrom.

— Su mejor amiga es Edain, y no acepta que le hagan daño.

— No comprende a los seres humanos muy bien, y puede pecar de ingenua. 

— Su FC es Elysia (HI3) y en general, pelirosas de Manhwas.