• ¡¡DEJEN DE LLAMARME "PERONA"!! ¡¡¡NO NOS PARECEMOS EN NADA!!!
    ¡¡DEJEN DE LLAMARME "PERONA"!! ¡¡¡NO NOS PARECEMOS EN NADA!!!
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  • "¿𝐏𝐮𝐞𝐝𝐞𝐬 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫𝐥𝐨 𝐡𝐢𝐣𝐨? 𝐞𝐥 𝐚𝐢𝐫𝐞 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐫 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐡𝐞𝐛𝐫𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐭𝐮 𝐜𝐚𝐛𝐞𝐥𝐥𝐨, 𝐥𝐚 𝐬𝐞𝐧𝐬𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐚𝐝𝐫𝐞𝐧𝐚𝐥𝐢𝐧𝐚 𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐦𝐨𝐧𝐭𝐚𝐬 𝐮𝐧 𝐝𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧, 𝐣𝐚𝐦𝐚𝐬 𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐞𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐞 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨..."

    Mis ojos ámbar y mis pensamientos estaban fijos y perdidos en el amplio cielo azul decorados con pequeñas nubes que tal-vez pronto anunciaran una tormenta por la forma de estas misma, mientras me recargaba en el auto cruzado de brazos recuerdos venían a mi mente de las palabras de mi padre en aquel momento en que subí por primera vez en el lomo de un dragón, recordaba con claridad la sensación, el aire acariciando mi rostro , el nerviosismo de caer, la sensación de libertad de volar en los aires y sobre todo la razón del por que era un piloto, la adrenalina de la velocidad.

    Pocos lo sabían y con pocos me refería a Violeta y Sebastian, pero Seth era o es de los Dragones mas rápidos, su peso y forma siempre le permitieron ganar a sus oponentes en velocidad y a pesar de que en estos momentos Seth no era un dragón de nuevo , esa sensación del viento romperse con nuestra velocidad es algo que extraño en verdad.

    — Alexandro ¿estas listo? O ¿vas a seguir mirando el cielo? — La voz de Logan mi entrenador de rendimiento desde que comencé a correr autos para Aston Martin, no lo mire del todo simplemente desvié mi mirada a el que me observaba molesto desde el desde los pits cerca de los boxes, parecía una mujer embrazada con esa pose que hacia cada que me miraba molesto o sin entender lo que le decía, parado medianamente erguido , con una mano en la cintura como si el peso de su abultada panza la doliera, solo suspire y me levante caminando a el llevando mis manos a los bolsillos del traje de carreras verde con negro, con el nombre de marca repartido por cada centímetro visible, tome mi casco y sin decir mas que solo asentir apenas termine de ponerlo di a entender que estaba listo.

    Apenas subí y hice todo el procedimiento de seguridad ajustando toda la seguridad del auto, una vez listo lo encendió e hice una seña de que todo esta bien y listo, oh eso creía.

    Lentamente maneje a el podio para posicionarme para hacer las pruebas de velocidad, se suponía que con los últimos entrenamientos mi velocidad debía aumentar y en consecuencia mi tiempo debía disminuir para la próxima carrera.

    Mirando por del vidrio del casco vi luz verde y mi tiempo de reacción fue mas rápido que antes, no tarde en acelerar, solo un pequeño sonido fue escuchado después de que acelere, y era mi favorito , mi velocidad rompiendo el viento, y era entonces cuando mas aceleraba que lo sentía, la adrenalina, la emoción este sentimiento que me decía que estaba vivo, podía sentirlo en mi agarre en el control del auto en como hacia fuerza para no perder el control

    1...2...3..., una a una las vueltas iban llegando a su fin y podía escuchar Logan darme instrucciones en cada vuelta, era molesto pero el había sido campeón así que conocimiento tenia para dar por mas molesto que fuera, todo iba bien , normal mas que normal iba muy bien mi velocidad había mejorado no fue hasta que, como predije el cielo se habían comenzado a tornar gris, las nubes se amontonaban en señal de que la tormenta se acercaba y cuando menos lo espere en una vuelta el brillo de un relámpago me cegó no cayo en mi o en el auto pero si lo suficientemente cerca para que perdiera el control en su momento, las llantas pareció que derraparon, por lo que sujete con firmeza el control pensando rápido como calmar la situación y como si no faltaran mas factores de peligro, una fuerte lluvia comenzó a caer haciendo el suelo mas resbaladizo.

    — Carajo — musite mientras trataba de volver a tener el control pues si seguía así podría terminar volcado

    — Alexandro concéntrate oh si no...— y corte la comunicación, lo ultimo que necesitaba en estos momentos eran sus gritos en mi cabeza.

    Como si fuera una película, en cámara lenta mientras trataba de mantener el control vi esa hermosa cabellera negra , y esos ojos llenos de miedo por la situación, no podía, no podía perder el control ,con fuerza logre tomar el control del auto lo suficiente para solo pegar en las laterales, dándome un golpe en el brazo que fue mucho mejor que salir disparado o volcarme en varias vueltas, me quite el seguro y salí del auto quejándome un poco por el dolor.

    Sentía la respiración agitada , y por le momento no sabia si era del susto que pase , la adrenalina o el enojo de que le dije a Logan que parecía que iba llover y me ignoro, mi cuerpo naturalmente caliente parecía que por las mismas emociones aumento su temperatura pues de mi cuerpo parecía salir vapor, como pude y casi con molestia me quite el casco aventando a el auto llevando mi cabeza un poco hacia atrás para sentir la lluvia fría en mi rostro que calmaba mis emociones mire de reojo auto que tenia mas importancia que aveces para los patrocinadores recordando las palabras de mi padre “cuando eres un jinete de dragón nunca estos solo, si caes es seguro que alguien te atrapara” esa era diferencia de ser un piloto de autos de f1 y un jinete , en uno si caes ... si tropiesas nadie te sujeta.

    — Ja que ironia — susurré mientras las gotas de agua caían por mi rostro empapando cada parte de mi hasta mi cabello hasta la punta de las botas del mono
    "¿𝐏𝐮𝐞𝐝𝐞𝐬 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫𝐥𝐨 𝐡𝐢𝐣𝐨? 𝐞𝐥 𝐚𝐢𝐫𝐞 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐫 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐡𝐞𝐛𝐫𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐭𝐮 𝐜𝐚𝐛𝐞𝐥𝐥𝐨, 𝐥𝐚 𝐬𝐞𝐧𝐬𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐚𝐝𝐫𝐞𝐧𝐚𝐥𝐢𝐧𝐚 𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐦𝐨𝐧𝐭𝐚𝐬 𝐮𝐧 𝐝𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧, 𝐣𝐚𝐦𝐚𝐬 𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐞𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐞 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨..." Mis ojos ámbar y mis pensamientos estaban fijos y perdidos en el amplio cielo azul decorados con pequeñas nubes que tal-vez pronto anunciaran una tormenta por la forma de estas misma, mientras me recargaba en el auto cruzado de brazos recuerdos venían a mi mente de las palabras de mi padre en aquel momento en que subí por primera vez en el lomo de un dragón, recordaba con claridad la sensación, el aire acariciando mi rostro , el nerviosismo de caer, la sensación de libertad de volar en los aires y sobre todo la razón del por que era un piloto, la adrenalina de la velocidad. Pocos lo sabían y con pocos me refería a Violeta y Sebastian, pero Seth era o es de los Dragones mas rápidos, su peso y forma siempre le permitieron ganar a sus oponentes en velocidad y a pesar de que en estos momentos Seth no era un dragón de nuevo , esa sensación del viento romperse con nuestra velocidad es algo que extraño en verdad. — Alexandro ¿estas listo? O ¿vas a seguir mirando el cielo? — La voz de Logan mi entrenador de rendimiento desde que comencé a correr autos para Aston Martin, no lo mire del todo simplemente desvié mi mirada a el que me observaba molesto desde el desde los pits cerca de los boxes, parecía una mujer embrazada con esa pose que hacia cada que me miraba molesto o sin entender lo que le decía, parado medianamente erguido , con una mano en la cintura como si el peso de su abultada panza la doliera, solo suspire y me levante caminando a el llevando mis manos a los bolsillos del traje de carreras verde con negro, con el nombre de marca repartido por cada centímetro visible, tome mi casco y sin decir mas que solo asentir apenas termine de ponerlo di a entender que estaba listo. Apenas subí y hice todo el procedimiento de seguridad ajustando toda la seguridad del auto, una vez listo lo encendió e hice una seña de que todo esta bien y listo, oh eso creía. Lentamente maneje a el podio para posicionarme para hacer las pruebas de velocidad, se suponía que con los últimos entrenamientos mi velocidad debía aumentar y en consecuencia mi tiempo debía disminuir para la próxima carrera. Mirando por del vidrio del casco vi luz verde y mi tiempo de reacción fue mas rápido que antes, no tarde en acelerar, solo un pequeño sonido fue escuchado después de que acelere, y era mi favorito , mi velocidad rompiendo el viento, y era entonces cuando mas aceleraba que lo sentía, la adrenalina, la emoción este sentimiento que me decía que estaba vivo, podía sentirlo en mi agarre en el control del auto en como hacia fuerza para no perder el control 1...2...3..., una a una las vueltas iban llegando a su fin y podía escuchar Logan darme instrucciones en cada vuelta, era molesto pero el había sido campeón así que conocimiento tenia para dar por mas molesto que fuera, todo iba bien , normal mas que normal iba muy bien mi velocidad había mejorado no fue hasta que, como predije el cielo se habían comenzado a tornar gris, las nubes se amontonaban en señal de que la tormenta se acercaba y cuando menos lo espere en una vuelta el brillo de un relámpago me cegó no cayo en mi o en el auto pero si lo suficientemente cerca para que perdiera el control en su momento, las llantas pareció que derraparon, por lo que sujete con firmeza el control pensando rápido como calmar la situación y como si no faltaran mas factores de peligro, una fuerte lluvia comenzó a caer haciendo el suelo mas resbaladizo. — Carajo — musite mientras trataba de volver a tener el control pues si seguía así podría terminar volcado — Alexandro concéntrate oh si no...— y corte la comunicación, lo ultimo que necesitaba en estos momentos eran sus gritos en mi cabeza. Como si fuera una película, en cámara lenta mientras trataba de mantener el control vi esa hermosa cabellera negra , y esos ojos llenos de miedo por la situación, no podía, no podía perder el control ,con fuerza logre tomar el control del auto lo suficiente para solo pegar en las laterales, dándome un golpe en el brazo que fue mucho mejor que salir disparado o volcarme en varias vueltas, me quite el seguro y salí del auto quejándome un poco por el dolor. Sentía la respiración agitada , y por le momento no sabia si era del susto que pase , la adrenalina o el enojo de que le dije a Logan que parecía que iba llover y me ignoro, mi cuerpo naturalmente caliente parecía que por las mismas emociones aumento su temperatura pues de mi cuerpo parecía salir vapor, como pude y casi con molestia me quite el casco aventando a el auto llevando mi cabeza un poco hacia atrás para sentir la lluvia fría en mi rostro que calmaba mis emociones mire de reojo auto que tenia mas importancia que aveces para los patrocinadores recordando las palabras de mi padre “cuando eres un jinete de dragón nunca estos solo, si caes es seguro que alguien te atrapara” esa era diferencia de ser un piloto de autos de f1 y un jinete , en uno si caes ... si tropiesas nadie te sujeta. — Ja que ironia — susurré mientras las gotas de agua caían por mi rostro empapando cada parte de mi hasta mi cabello hasta la punta de las botas del mono
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  • Lo miró sabiendo que estaba perdido.
    No porque fuera débil.
    No porque no valiera la pena.
    Sino porque su alma ya estaba sentenciada por su propio puño.
    Alguien que se ahoga sin mover los brazos,
    que prefiere el fondo antes que flotar.

    Ella creyó—no, sintió—que podía sacarlo de ahí.
    Que con sus manos temblorosas podía recoger sus pedazos.
    Que con amor bastaba.
    Pero el amor no cura cuando el otro se niega a sangrar por dentro.

    Y cada intento la deshilaba.
    Cada promesa rota, cada mentira vestida de ternura, le robaba un poco de luz.
    Él se hundía, y ella… se volvió sombra para acompañarlo.

    Porque el amor, cuando no es correspondido en voluntad,
    no es un puente, sino una cuerda.
    Una que ata.
    Una que quema.

    Él no quería salvación.
    Ella sí quería salvarlo.
    Y en ese abismo de intenciones contrarias,
    se perdió todo.

    Hasta el nombre.
    Hasta la voz.
    Hasta ella.

    Porque no todos los hilos se cortan.
    Algunos se consumen
    lentamente
    hasta arder.

    Y en ese humo,
    ya no queda nadie.

    Solo un eco que repite:
    “Yo también quería salvarte.”
    Pero ya era tarde.
    Siempre lo fue.
    Lo miró sabiendo que estaba perdido. No porque fuera débil. No porque no valiera la pena. Sino porque su alma ya estaba sentenciada por su propio puño. Alguien que se ahoga sin mover los brazos, que prefiere el fondo antes que flotar. Ella creyó—no, sintió—que podía sacarlo de ahí. Que con sus manos temblorosas podía recoger sus pedazos. Que con amor bastaba. Pero el amor no cura cuando el otro se niega a sangrar por dentro. Y cada intento la deshilaba. Cada promesa rota, cada mentira vestida de ternura, le robaba un poco de luz. Él se hundía, y ella… se volvió sombra para acompañarlo. Porque el amor, cuando no es correspondido en voluntad, no es un puente, sino una cuerda. Una que ata. Una que quema. Él no quería salvación. Ella sí quería salvarlo. Y en ese abismo de intenciones contrarias, se perdió todo. Hasta el nombre. Hasta la voz. Hasta ella. Porque no todos los hilos se cortan. Algunos se consumen lentamente hasta arder. Y en ese humo, ya no queda nadie. Solo un eco que repite: “Yo también quería salvarte.” Pero ya era tarde. Siempre lo fue.
    Me entristece
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  • Todos allá afuera están desesperados por encontrar a alguien que los ame. Como si el amor de otro pudiera tapar los huecos que llevan dentro.

    Se arrastran buscando calor en manos ajenas, sin darse cuenta de que ni siquiera pueden sostenerse a sí mismos sin quebrarse.

    Quieren salvar a alguien roto, cuando ellos son los primeros en sangrar al mínimo roce.

    Hablan de empatía, de comprensión, pero ni siquiera han tenido la decencia de mirarse a sus propios demonios a los ojos. Los ignoran.

    Los visten con perfume y los esconden bajo la piel, esperando que nadie los huela. Pero se nota.

    Se nota cuando abrazan con desesperación. Cuando besan con hambre.

    Cuando suplican por amor como si eso los fuera a salvar. No va a pasar.

    No puedes remendarte con la miseria de otro. No puedes curarte con caricias prestadas.

    O haces las paces con tus ruinas, o te entierran con ellas.
    Todos allá afuera están desesperados por encontrar a alguien que los ame. Como si el amor de otro pudiera tapar los huecos que llevan dentro. Se arrastran buscando calor en manos ajenas, sin darse cuenta de que ni siquiera pueden sostenerse a sí mismos sin quebrarse. Quieren salvar a alguien roto, cuando ellos son los primeros en sangrar al mínimo roce. Hablan de empatía, de comprensión, pero ni siquiera han tenido la decencia de mirarse a sus propios demonios a los ojos. Los ignoran. Los visten con perfume y los esconden bajo la piel, esperando que nadie los huela. Pero se nota. Se nota cuando abrazan con desesperación. Cuando besan con hambre. Cuando suplican por amor como si eso los fuera a salvar. No va a pasar. No puedes remendarte con la miseria de otro. No puedes curarte con caricias prestadas. O haces las paces con tus ruinas, o te entierran con ellas.
    Me encocora
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  • “El pastel de chocolate y nueces es el mejor postre de la galaxia, y como alguien que ha estado en doce planetas diferentes, lo digo literalmente”.
    “El pastel de chocolate y nueces es el mejor postre de la galaxia, y como alguien que ha estado en doce planetas diferentes, lo digo literalmente”.
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  • Espacio para presumir el primer regalo que he recibido en esta comunidad, cortesía de esta amable usuaria Mina Murray.

    Muchas gracias, no olvidaré este detalle.
    Espacio para presumir el primer regalo que he recibido en esta comunidad, cortesía de esta amable usuaria [like.a.sailor.to.a.sea.of.time]. Muchas gracias, no olvidaré este detalle. 🤍
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    -Todo legado conlleva una responsabilidad; no es momento de arrepentimientos ni de flaquear, debo de seguir mi camino cueste lo que cueste. Por el bien de Nueva Eridu... Y por todos.
    -Todo legado conlleva una responsabilidad; no es momento de arrepentimientos ni de flaquear, debo de seguir mi camino cueste lo que cueste. Por el bien de Nueva Eridu... Y por todos.
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  • 𝘈 𝘷𝘦𝘤𝘦𝘴, 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘦𝘴 𝘱𝘪𝘦𝘭… 𝘵𝘢𝘮𝘣𝘪é𝘯 𝘩𝘢𝘣𝘪𝘵𝘢.

    El día que el súcubo entró en mí… no fue por deseo.
    Fue por supervivencia.

    Tenía 17.
    La emboscada ocurrió en una ceremonia pactada entre mafias.
    Me usaron como cebo. Me dejaron como sacrificio.
    Pero él, uno de los presentes, un brujo traidor disfrazado de mediador, me marcó con algo que no entendí hasta semanas después.

    No morí.
    Pero ya no era solo yo.

    Desde entonces, hay algo dentro que respira distinto.
    Un hambre que no nace de la boca ni del estómago.
    Una sed que se activa en ciertas presencias…la de los hombres.

    El súcubo que habita en mí posee mi instinto.
    Toma de ellos lo que no se ve:
    energía, control, deseo, sumisión.

    He intentado expulsarla.
    Sesiones con exorcistas en los bajos fondos.
    Infusiones. Ritos de luna negra.
    Corte de vínculo con médiums.
    Nada funcionó.
    Solo se escondía… y volvía con más fuerza.

    Al principio me aterraba.
    Después me acostumbré.
    Y ahora… empiezo a preguntarme si realmente quiero sacarla.

    Porque gracias a ella, ningún hombre me ha lastimado sin pagar el precio.
    Porque puedo leer sus intenciones antes de que abran la boca.
    Porque cuando necesito seducir, negociar, o quebrar…
    basta con dejarla salir un poco.

    El precio es la soledad.
    Pero la soledad también puede ser un escudo.

    Así que no, aún no he logrado quitarla.

    Y parte de mí…
    ya no está segura de querer hacerlo.

    #LaMusaPerversa
    𝘈 𝘷𝘦𝘤𝘦𝘴, 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘦𝘴 𝘱𝘪𝘦𝘭… 𝘵𝘢𝘮𝘣𝘪é𝘯 𝘩𝘢𝘣𝘪𝘵𝘢. El día que el súcubo entró en mí… no fue por deseo. Fue por supervivencia. Tenía 17. La emboscada ocurrió en una ceremonia pactada entre mafias. Me usaron como cebo. Me dejaron como sacrificio. Pero él, uno de los presentes, un brujo traidor disfrazado de mediador, me marcó con algo que no entendí hasta semanas después. No morí. Pero ya no era solo yo. Desde entonces, hay algo dentro que respira distinto. Un hambre que no nace de la boca ni del estómago. Una sed que se activa en ciertas presencias…la de los hombres. El súcubo que habita en mí posee mi instinto. Toma de ellos lo que no se ve: energía, control, deseo, sumisión. He intentado expulsarla. Sesiones con exorcistas en los bajos fondos. Infusiones. Ritos de luna negra. Corte de vínculo con médiums. Nada funcionó. Solo se escondía… y volvía con más fuerza. Al principio me aterraba. Después me acostumbré. Y ahora… empiezo a preguntarme si realmente quiero sacarla. Porque gracias a ella, ningún hombre me ha lastimado sin pagar el precio. Porque puedo leer sus intenciones antes de que abran la boca. Porque cuando necesito seducir, negociar, o quebrar… basta con dejarla salir un poco. El precio es la soledad. Pero la soledad también puede ser un escudo. Así que no, aún no he logrado quitarla. Y parte de mí… ya no está segura de querer hacerlo. #LaMusaPerversa
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  • Hoy es un buen día para pescar. Jamás lo he hecho pero nada que un buen tutorial no resuelva, ¿cierto? Zeder Faraday
    Hoy es un buen día para pescar. Jamás lo he hecho pero nada que un buen tutorial no resuelva, ¿cierto? [dont_look_at_me]
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  • —Genial, las hormonas ya empezaron a hacer su desastre...

    Miraba sus cabellos tan largos y desordenados, suspirando mientras intentaba arreglarlos un poco.

    —3 meses con esta melena... creo que puedo resistir.
    —Genial, las hormonas ya empezaron a hacer su desastre... Miraba sus cabellos tan largos y desordenados, suspirando mientras intentaba arreglarlos un poco. —3 meses con esta melena... creo que puedo resistir.
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