Edad: 17 años
Dinámica: Omega
Aroma: Vainilla ahumada, vino tinto y maderas oscuras — una fragancia intensa y elegante, mezcla de dulzura y misterio, como un secreto envuelto en peligro.
Familia: La familia Killian, reconocida y temida dentro de la mafia.

🌌 Apariencia

Nevan posee una belleza singular que refleja tanto dulzura como peligro. De piel clara y facciones refinadas, sus ojos —profundos, con un brillo acerado que oscila entre la ternura y la desconfianza— parecen guardar secretos imposibles de descifrar. Su cabello, oscuro como la medianoche, cae suavemente hasta rozar sus hombros, dándole un aire melancólico y elegante. Su porte, a pesar de su juventud, lleva consigo el peso de una familia marcada por la oscuridad y el poder.

💫 Personalidad

A pesar de su linaje mafioso, Nevan es un Omega de esencia amable, empática y sensible, con un corazón que busca la luz incluso en medio de las sombras. Es gentil y carismático, aunque su entorno lo obligó a desarrollar una máscara de frialdad para sobrevivir. Su sonrisa cálida suele contrastar con el aura de peligro que lo rodea, convirtiéndolo en un enigma para quienes lo conocen.

Nevan es sociable y alegre cuando logra escapar de las ataduras de su familia, pero también arrastra una tristeza silenciosa, consciente de que el apellido Atharizz es tanto un escudo como una condena

🌿 Habilidades e intereses

  • Don para la persuasión y la palabra, útil en los negocios oscuros de su familia.

  • Interés oculto por el arte y la pintura, donde plasma sus emociones más puras.

  • Habilidad nata para observar y analizar; entiende rápido las intenciones de los demás.

  • Sabe usar el encanto de su aroma como un arma sutil, aunque evita manipular.

  • Diplomacia envenenada: Su dulzura lo convierte en la cara perfecta para negocios turbios.

  • Memoria detallista: Capaz de recordar conversaciones y gestos con exactitud, útil en las intrigas del clan.

  • Seductor involuntario: Su aroma lo vuelve inolvidable, y su sonrisa despierta confianza en cualquiera.

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🌑 Infancia: el niño invisible

Nevan nació en la mansión Killian, bajo un apellido que inspiraba temor en cada rincón del bajo mundo. Su llegada al clan fue vista como una decepción: un Omega en una familia de depredadores, un eslabón “débil” en una cadena forjada con sangre.

Desde pequeño fue tratado como un adorno. Recibía cuidados básicos, educación estricta y lujos vacíos, pero nunca afecto real. Su padre, un hombre de acero y silencio, jamás le dirigió una palabra que no fuese una orden. Su madre, atrapada en sus propios demonios, lo miraba como si fuera un reflejo roto.

El niño aprendió pronto que en aquella casa las sonrisas eran máscaras y las lágrimas un pecado. Pasaba horas escondido en pasillos silenciosos, con un cuaderno y un lápiz, dibujando mundos donde él no era un prisionero de su apellido. Era invisible para su familia, y al mismo tiempo, vigilado como si fuera un rehén.


🌒 Adolescencia: el Omega del clan

A los 13 años, Nevan descubrió que su aroma Vainilla ahumada, vino tinto y maderas oscuras — una fragancia intensa y elegante, mezcla de dulzura y misterio, como un secreto envuelto en peligro no era un regalo, sino una herramienta. Los Killian comenzaron a llevarlo a reuniones y pactos, no como heredero, sino como anzuelo. Su presencia suavizaba la tensión, su dulzura aparente desarmaba enemigos, y su aroma quedaba impregnado como un recuerdo imposible de ignorar.

Fue entonces cuando comprendió que no lo veían como hijo, sino como propiedad del clan.
El miedo lo devoraba en silencio: cada mirada de sus tíos, cada murmullo de los sicarios, le recordaba que, si algún día dejaba de ser útil, lo descartarían como a cualquier otra pieza rota.

A pesar de esa realidad, Nevan desarrolló una máscara perfecta. Se volvió encantador, amable, incluso alegre en apariencia, fingiendo disfrutar de la vida que le habían impuesto. Pero cada sonrisa era un grito ahogado, cada gesto dulce un disfraz tejido con desesperación.

Dentro de su propia familia, no faltaban enemigos. Su primo mayor, Ezra Killian, lo despreciaba abiertamente: lo llamaba “el error de sangre”, convencido de que algún día sería él quien pondría fin a su existencia. Nevan lo sabía, lo sentía en cada mirada afilada, y esa amenaza constante lo obligó a perfeccionar su capacidad de fingir, de escuchar sin hablar, de sobrevivir sin levantar sospechas.


🌕 Presente: prisionero de su apellido

Hoy, con 17 años, Nevan vive atrapado entre las paredes doradas de la mansión Killian. Ante el mundo exterior es la imagen perfecta de un Omega refinado: elegante, educado, seductor sin proponérselo. Sus enemigos lo subestiman, sus aliados lo utilizan, y su propia familia lo vigila como a una marioneta que no puede escapar de sus hilos.

En su interior, sin embargo, es un joven roto y cansado, que sueña con una libertad que parece imposible.
Pinta en secreto paisajes que nunca ha visto, escribe versos que nadie leerá, y toca melodías en un piano olvidado, como si cada nota fuera una súplica dirigida a un futuro que tal vez nunca llegue.

Pero la realidad es cruel: en la mafia, los sueños no existen. Solo hay lealtad, poder y muerte.
Nevan lo sabe. Y aunque su corazón se aferra a la esperanza, cada día se pregunta cuánto más podrá resistir antes de convertirse en aquello que tanto teme: un Killian más, un monstruo disfrazado de fragancia y sonrisa.

“Mi sonrisa es mi máscara, mi aroma es mi arma… y cada palabra que digo es una mentira que me acerca un paso más a la verdad