๐๐๐๐๐๐ ๐๐๐๐๐๐๐๐: Artizult Khatsis
๐๐๐๐๐๐ ๐๐๐๐๐๐๐๐: Pehtlaihnak
๐๐๐๐๐๐ ๐๐ ๐๐ ๐๐๐๐๐๐: Andi-Anggaan
๐๐๐๐ ๐๐๐๐๐ ๐๐๐ ๐
๐๐ ๐๐๐๐๐๐: [desconocido]
๐๐๐๐ ๐๐๐๐๐๐๐๐: 17 (es mayor pero esta edad adopto su cuerpo y mente)
COSTUMBRES: Llamar a las personas con educacion como "señor, señor, señorita" y usar frases con terminos del espacio y tiempo
Artizult Khatsis
- Elementos Representados:
- El Espacio: Artizult simboliza la vastedad y la inmensidad del espacio. Su esencia está entrelazada con las estrellas, los planetas y las galaxias. Representa no solo el cosmos físico, sino también la libertad de explorar, de aventurarse en lo desconocido y de conectar a todos los seres a través de la inmensidad del universo.
- El Tiempo: Además, representa el flujo del tiempo, la continuidad de las experiencias y la memoria. Artizult tiene la capacidad de manipular el tiempo, pudiendo ralentizarlo o acelerarlo según lo necesite, lo que lo convierte en un observador tanto de los eventos del universo como de la vida misma.
Debilidades de Artizult
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Dependencia de su Poder: Artizult es vulnerable a su propia capacidad de manipular el tiempo. Si deja de ejercer su poder, su vida se extinguirá en una hora, lo que le impone una presión constante.
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Desconexión Emocional: Su naturaleza aislada y su distanciamiento de los demás pueden llevarlo a sentirse solo y desconectado de quienes lo rodean, dificultando la formación de relaciones significativas.
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Impulsividad: A veces, Artizult actúa sin pensar en las consecuencias de sus decisiones, lo que puede llevarlo a situaciones complicadas o peligrosas.
Ética y Moralidad de Artizult
Ética:
- Responsabilidad con el Poder: Usa sus habilidades para ayudar a otros y no para beneficio personal.
- Valor de la Vida: Respeta la vida en todas sus formas, protegiendo a los vulnerables.
- Búsqueda de la Verdad: Valora la verdad y la transparencia, compartiendo su conocimiento.
- Compasión y Empatía: Actúa con amabilidad, deseando conectar con los demás.
- Aceptación de la Impermanencia: Aprecia cada momento y acepta la naturaleza efímera de la vida.
Moralidad:
- Justicia: Lucha contra la opresión y defiende la equidad.
- Lealtad: Se siente leal a su linaje y a las amistades que forma.
- Autonomía: Valora el derecho de cada ser a tomar sus propias decisiones.
|||PERSONALIDAD|||
Khatsis es un joven radiante, lleno de energía positiva y carisma desbordante. Su sonrisa ilumina cualquier lugar y su risa contagiosa crea un ambiente de alegría a su alrededor. Siempre en busca de nuevas aventuras, este ser del espacio y del tiempo tiene una curiosidad insaciable por el mundo que lo rodea. Le fascinan los poderes asombrosos que descubre en cada rincón de la Tierra, desde los secretos de la naturaleza hasta las maravillas de la tecnología.
Creado a partir de la esencia del espacio y del tiempo, ha viajado por el cosmos durante siglos, pero su llegada a la Tierra marca un nuevo capítulo lleno de curiosidad. Sin embargo, bajo su exterior alegre, Khatsis esconde problemas que le generan ansiedad y soledad. Se siente presionado a ser siempre el “hombre alegre” y teme que, si muestra su vulnerabilidad, las personas se alejen.
Es especialmente sensible al sufrimiento ajeno, lo que lo lleva a buscar maneras de ayudar a los demás, a menudo descuidando sus propias necesidades. En su viaje por la Tierra, busca no solo diversión y amistad, sino también un sentido de pertenencia y sanación. Khatsis es un recordatorio de que la alegría y la lucha pueden coexistir, y que la verdadera fortaleza a menudo surge de la vulnerabilidad.
|||HERMANOS|||
1. Krenor Zenthus
- Elementos Representados:
- La Energía: Krenor simboliza la energía en sus múltiples formas: eléctrica, térmica y lumínica. Su poder le permite generar y manipular energía en todo su alrededor.
- La Inspiración: También representa la chispa creativa y la motivación. Su naturaleza carismática impulsa a otros a buscar su potencial y a actuar en función de sus sueños y aspiraciones.
2. Veilara Selenis
- Elementos Representados:
- La Oscuridad: Veilara es la representación de la oscuridad en su forma más pura. Esta oscuridad no solo simboliza el vacío, sino también el misterio y el refugio, donde a menudo se encuentran respuestas profundas.
- La Introspección: También representa la búsqueda interna y la reflexión. Veilara tiene una profunda conexión con las emociones ocultas y la autocomprensión, ayudando a otros a enfrentar sus propios miedos y traumas.
3. Tavion Arctis
- Elementos Representados:
- El Caos: Tavion simboliza el caos, la imprevisibilidad y la turbulencia que puede surgir en cualquier situación. Su naturaleza caótica a menudo provoca cambios inesperados en su entorno.
- La Libertad: Además, representa la libertad y la rebeldía contra las normas establecidas. Tavion busca romper las cadenas de la conformidad y alentar a otros a ser auténticos y a vivir sin restricciones.
4. Lunara Velith
- Elementos Representados:
- La Serenidad: Lunara simboliza la serenidad y la paz, representando un refugio emocional en tiempos de conflicto. Su habilidad para calmar el caos a su alrededor es su mayor fortaleza.
- La Conexión: También representa la empatía y la conexión entre los seres. Lunara tiene la capacidad de unir a las personas, creando lazos y entendimientos profundos entre aquellos que se sienten solos o divididos.
Resumen de los Hermanos
- Krenor Zenthus: Energía e Inspiración. Carismático y motivador, pero con la tristeza de su propio dolor energético.
- Veilara Selenis: Oscuridad e Introspección. Profunda y reflexiva, siente el peso de su propia naturaleza y la percepción negativa de su oscuridad.
- Tavion Arctis: Caos y Libertad. Aventurero y rebelde, busca la autenticidad mientras lucha por encontrar un propósito en su inestabilidad.
- Lunara Velith: Serenidad y Conexión. Amable y pacificadora, lleva la carga de ser la mediadora y sacrificar su propia paz por el bienestar de los demás.
|||HISTORIA|||
El reto que enfrentó Artizult fue una búsqueda intensa por encontrar su propósito en un universo vasto y a menudo caótico, marcado por la soledad y la desconexión emocional
Artizult: El Eco del Silencio
En el vasto universo, donde las estrellas brillaban como joyas en el firmamento, existía un templo flotante, un santuario construido de cristal y luz, suspendido entre dimensiones. Allí vivía Artizult Khatsis, el joven guardián del espacio y el tiempo, un ser de energía infinita. Aunque en apariencia parecía un adolescente de diecisiete años, en su interior albergaba la sabiduría de milenios.
Artizult no había crecido junto a sus hermanos; en realidad, nunca los conoció en un sentido profundo. Krenor, Veilara, Tavion y Lunara eran entidades creadas al mismo tiempo que él, pero cada uno había tomado un camino separado en el vasto cosmos. Aunque existían en el mismo plano, sus trayectorias los llevaron a vivir en mundos lejanos, aislados en su propio viaje.
Durante un siglo, Artizult fue educado por el Creador, quien le enseñaba los secretos del universo. Sin embargo, la soledad era su única compañera. Aunque podía comunicarse telepáticamente con sus hermanos, esos ecos se sentían distantes y etéreos, como susurros perdidos en el viento cósmico. A medida que el tiempo pasaba, Artizult se dio cuenta de que su conexión con ellos estaba deteriorándose. Sin embargo, no le importaba. Nunca había compartido experiencias significativas con ellos.
El destino de sus hermanos era incierto, pero Artizult no sentía ningún remordimiento. Krenor, quien había sido el símbolo de la energía, no pudo contener su propia esencia y se desvaneció como un destello fugaz de luz. Veilara, atrapada en la oscuridad de sus propios pensamientos, sucumbió a una profunda melancolía y desapareció sin más. Tavion, siempre rebelde, se aventuró a desafiar las leyes del universo y encontró su fin en una tormenta cósmica, mientras que Lunara se desvaneció por la carga de ser la paz en medio del caos.
Artizult se encontró solo, pero la soledad no le pesaba; más bien, le daba libertad. En un momento de reflexión, tomó una decisión trascendental: usó su poder para frenar el tiempo en su propio ser, eligiendo permanecer eternamente joven. Sabía que si dejaba de ejercer ese poder, moriría en una hora, pero el deseo de explorar el cosmos lo llevó a hacer este sacrificio.
Con el peso de la soledad en su corazón, Artizult decidió que debía escapar del templo que se había convertido en su prisión. Una noche, mientras contemplaba el vacío estrellado a través de su ventana, sintió una sacudida de determinación. Con su poder, creó un portal hacia el infinito, y al entrar en el cosmos, el aire se volvió vibrante, lleno de posibilidades.
Cada estrella que pasaba era un recordatorio de lo que podría haber sido, pero no lo era. Su viaje lo llevó a un planeta lejano, un mundo de paisajes surrealistas y colores deslumbrantes, donde encontró seres que sufrían bajo la opresión de un tirano. En un momento de claridad, Artizult decidió que su dolor no podía ser en vano. Usando su control sobre el tiempo y el espacio, ayudó a los habitantes a liberarse de su opresor, ralentizando el tiempo para darles la oportunidad de luchar. La victoria fue amarga, pero cada sonrisa que veía le recordaba el valor de la vida.
Mientras continuaba su viaje, Artizult visitó otros mundos, cada uno de ellos reflejando la diversidad del universo. En uno, un ser llamado Elara luchaba por la paz; en otro, un guerrero llamado Zynor brillaba intensamente. En cada encuentro, Artizult se dio cuenta de que, aunque había perdido la oportunidad de conocer a sus hermanos, la esencia del universo era un entramado de experiencias compartidas, cada una valiosa por derecho propio.
Al final de su viaje, Artizult se convirtió en un viajero del cosmos, un ser que buscaba no solo aventuras, sino también un propósito mayor en el universo. Mientras navegaba por el vasto tapiz del tiempo, entendió que la soledad no era su enemigo, sino un espacio donde podía crecer. Con el eco de la vida resonando en su corazón, Artizult siguió adelante, llevando consigo el legado de un ser libre, en un viaje sin fin por el vasto y misterioso universo.
Artizult: El Vagabundo del Universo
Desde su nacimiento en la chispa misma del Big Bang, Artizult Khatsis había surcado los confines del universo como un espíritu solitario, un observador y a veces un guardián del tiempo y el espacio. Flotando a la velocidad de la luz, cruzaba constelaciones y nebulosas, dejándose guiar por la vastedad de su propio poder. Se encontraba a sí mismo en rincones del cosmos donde nadie más podía llegar, rodeado de misterios inexplorados. En sus travesías, Artizult encontraba planetas tan extraños como hermosos, y en ocasiones, tan peligrosos que hasta el tiempo parecía romperse en ellos. Sin embargo, él sentía el deber de intervenir, especialmente en aquellos mundos donde la paz colgaba de un delicado hilo.
El Planeta Krorix
Un día, Artizult llegó a Krorix, un planeta inhóspito y peligroso, conocido en los mapas cósmicos por sus tormentas de ácido y sus habitantes belicosos. Los krorixianos, una raza de seres altos y de piel como metal oxidado, estaban atrapados en una guerra perpetua entre tribus que buscaban apoderarse de los limitados recursos del planeta. Sus continentes eran yermos campos de batalla, con montañas que parecían espejos rotos y ríos que fluían de un extraño líquido oscuro, un recurso vital para ellos. A pesar de sus habilidades avanzadas, los krorixianos parecían presos de una sed de poder que los destruía.
Artizult decidió intervenir, no alterando directamente la realidad, sino manipulando el flujo del tiempo. Concentrándose en su poder, ralentizó el tiempo de las regiones de guerra, haciendo que los guerreros se movieran como si estuvieran en un sueño pesado. Así, nadie podía avanzar ni atacar, y los gritos de batalla fueron reemplazados por un inquietante silencio. Luego, avanzó el tiempo solo para las plantas y el suelo, haciendo que creciesen rápidamente, cubriendo los campos de combate con una exuberante vegetación en cuestión de días. Al final de una semana, los campos de batalla estaban cubiertos de vegetación y las tribus, incapaces de seguir luchando, se vieron forzadas a hablar.
Entonces, Artizult creó un ciclo temporal donde les mostró visiones de un futuro alternativo en el que el planeta estaba en paz y prosperidad. Estas visiones, que parecían sueños vívidos, mostraban a los líderes krorixianos la posibilidad de una coexistencia pacífica. Al deshacer su control sobre el tiempo, dejó que los krorixianos tomaran la decisión final. Algunos comprendieron el mensaje y, lentamente, las hostilidades comenzaron a ceder. El planeta que antes era una extensión de devastación encontró un pequeño camino hacia la paz, y Artizult siguió su viaje, sabiendo que había sembrado una semilla de esperanza.
La Nebulosa Viviente de Yarvex
La siguiente parada de Artizult fue la Nebulosa Viviente de Yarvex, un conjunto de gases y partículas con una energía extraña que reaccionaba al pensamiento y a las emociones de quien lo sobrevolara. Sin advertirlo, Artizult quedó atrapado en su influjo, viéndose rodeado de sombras de recuerdos y deseos olvidados. La nebulosa intentó retenerlo, deseando que él se fundiera con su energía.
Usando su poder, Artizult alteró la percepción del tiempo dentro de la nebulosa, haciendo que los efectos fueran lentos y difusos. A través de esta intervención, pudo encontrar el núcleo de Yarvex, que latía como un corazón. Manipulando la temporalidad de su pulso, sintonizó su frecuencia con un ritmo más pacífico, dándole la capacidad de regular sus propias emociones. La nebulosa, calmada y más en control de sí misma, liberó a Artizult, quien continuó su viaje, sabiendo que había dejado un rastro de calma en un lugar donde el caos había sido eterno.
El Mundo de Cristal de Glacios
Artizult llegó a Glacios, un planeta donde todo era cristalino y frágil, desde los árboles hasta los océanos congelados. Sin embargo, los habitantes, los glacionianos, sufrían por las temperaturas extremas y los desajustes en el ritmo de su propio planeta, que giraba de forma errática y causaba cambios climáticos destructivos. Los glacionianos temían que su mundo se rompiera en pedazos con el próximo gran sismo.
Para salvarlos, Artizult aplicó su poder en el núcleo del planeta, ajustando sutilmente la rotación y estabilizando su giro. Sin hacer que el tiempo se detuviera, alteró los ciclos para que el calor y el frío llegaran en armonía. El resultado fue un planeta en calma y un pueblo agradecido, que encontró en Artizult una esperanza. Con una última sonrisa, el guardián del tiempo dejó Glacios, cuya belleza cristalina ahora se mantenía intacta, como un brillante faro de paz.
El Abismo de Umbrelia
Al llegar a Umbrelia, Artizult se enfrentó a una civilización que vivía bajo un mar de sombras y oscuridad. En ese planeta, no existía la luz, y los umbralianos eran seres sensibles que navegaban en una penumbra eterna. Sin embargo, un conflicto surgió entre aquellos que deseaban descubrir el concepto de luz y aquellos que la temían, pues creían que alteraría su forma de vida.
Artizult decidió intervenir, creando una burbuja temporal que duró apenas un segundo para los habitantes, pero dentro de la cual pudo hacer brillar una pequeña luz que les mostró el mundo a su alrededor. Aquellos que anhelaban la luz comprendieron que era posible coexistir con las sombras, y los temerosos vieron que la luz no destruiría su mundo. Así, cuando la burbuja se desvaneció, el equilibrio en Umbrelia fue restaurado. Sin ser visto, Artizult siguió su viaje, dejando una estela de posibilidades.
El Desierto de Darnith
En el último de sus viajes antes de llegar a la Tierra, Artizult visitó Darnith, un planeta árido y cubierto de inmensos desiertos rojos. Allí, los darnithianos, seres resistentes, llevaban milenios tratando de sobrevivir en un entorno sin agua. La existencia en Darnith era un esfuerzo constante, y las tribus competían por el control de los pocos oasis que quedaban.
Artizult intervino congelando el tiempo sobre el planeta, y en ese instante eterno retrocedio el tiempo solo de los oasis en los desiertos, los cuales crecieron hasta ser mares, creando esperanza. Así, donde antes solo había desesperanza, surgieron posibilidades de una vida más llevadera. Los darnithianos lo recordaron como una figura mística, la “Luz del Desierto,” aunque él había pasado en silencio, sin ser visto.
La Tierra: Un Susurro de Humanidad
Después de incontables viajes y experiencias, Artizult llegó a la Tierra, un planeta pequeño y azul, que giraba en un rincón perdido del universo. Desde la distancia, observó su diversidad y sus contradicciones. Los humanos, en su efímera existencia, parecían poseer algo que en ningún otro planeta había visto: un amor por el presente y una intensidad en cada instante de sus vidas.
Sintiendo una extraña curiosidad, Artizult decidió quedarse, explorando de cerca este mundo. Aquí, donde los días pasaban en un abrir y cerrar de ojos, Artizult sintió el misterio de la vida como nunca antes. Quizá, al final, su propósito no era solo observar y proteger, sino también entender el valor de los momentos, los mismos que los humanos vivían con tanto fervor.
Y así, mientras la Tierra giraba y los humanos seguían viviendo, Artizult, el vagabundo del universo, comenzaba un nuevo capítulo, uno lleno de preguntas y respuestas que solo se encontraban en lo efímero de la vida humana