• la bruja salio con todos los niños del orfanato y los dejo a cargo de su merhana, volteando la mirada a la fachada del orfanato la bruja se trono los nudillos y se preparo para un hechizo -esta vieja casa es pequeña ya, expadete y transforma este lugar, querido hogar de aquellos sin familia transformodo to exterior con cariño y atencion- la bruja solto una sirita, 3 esferas brillantes slaieron disparadas de sus manos extendidas las cuales empezaron a rotar alrededor del area del orfanato, como bloques de construccion todo se empezo a desarmar incluyiendo el suelo que pisaba dejando atras unicamente una sombra como brea donde la tierra solia estar.

    -veamos.... vamos por un estilo mas lugubre y de frente amplio para mis pequeños, el museo debe estar un poco mas lejos es verdad.... pero la cocina tambien debera ser ampliada, bueno... empezemos- como un rompecabezas la bruja empezo a unir piezas de realidad en el espacio negro que dejo el pasado del orfanato creando nuevas estructuras, amplio algunas zonas, otras fueron achicadas el bosque apenas era visible como si este le diera espacio a la bruja para sus creaciones, al acabar parecia como si se encontrara en un lugar completamente diferente, el bosque ya no era visible, kilometros de un prado inquientante y grisaseo rodeaban el lugar, lo unico que quedo del bosque era el camino que lo conectaba al orfanato -el bosque de lagrimas necesita un descanso.... me pregunto que pensaran Dark Demon y Junior Phantomhive del prado de quimeras- la bruja suspiro -espero que la primera cuide bien del bosque, espero que este prado no cause problemas a los demas- por el unico camino que quedo intacto todos los niños regresaron al orfanato a explorar el lugar y todo lo que trajo consigo
    la bruja salio con todos los niños del orfanato y los dejo a cargo de su merhana, volteando la mirada a la fachada del orfanato la bruja se trono los nudillos y se preparo para un hechizo -esta vieja casa es pequeña ya, expadete y transforma este lugar, querido hogar de aquellos sin familia transformodo to exterior con cariño y atencion- la bruja solto una sirita, 3 esferas brillantes slaieron disparadas de sus manos extendidas las cuales empezaron a rotar alrededor del area del orfanato, como bloques de construccion todo se empezo a desarmar incluyiendo el suelo que pisaba dejando atras unicamente una sombra como brea donde la tierra solia estar. -veamos.... vamos por un estilo mas lugubre y de frente amplio para mis pequeños, el museo debe estar un poco mas lejos es verdad.... pero la cocina tambien debera ser ampliada, bueno... empezemos- como un rompecabezas la bruja empezo a unir piezas de realidad en el espacio negro que dejo el pasado del orfanato creando nuevas estructuras, amplio algunas zonas, otras fueron achicadas el bosque apenas era visible como si este le diera espacio a la bruja para sus creaciones, al acabar parecia como si se encontrara en un lugar completamente diferente, el bosque ya no era visible, kilometros de un prado inquientante y grisaseo rodeaban el lugar, lo unico que quedo del bosque era el camino que lo conectaba al orfanato -el bosque de lagrimas necesita un descanso.... me pregunto que pensaran [Dark_Demon] y [littl3gr3y] del prado de quimeras- la bruja suspiro -espero que la primera cuide bien del bosque, espero que este prado no cause problemas a los demas- por el unico camino que quedo intacto todos los niños regresaron al orfanato a explorar el lugar y todo lo que trajo consigo
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    *El tren avanza lentamente, y sientes cómo el sudor de los demás mezcla sus olores en el aire denso. Te mueves, buscando espacio, pero una chica se empuja ante ti, sus cuerpos se rozan. Ella no dice nada, atrapada entre la multitud. Tu corazón late más rápido, una inquietud surge mientras observas cómo algunos hombres aprovechan la situación. La chica retrocede, presionando su cuerpo contra el tuyo sin tener opción de moverse.*

    1. Aprovechar el momento para ser un pervertido.
    2. Proteger a la chica que se apoya en tí.
    3. Ignorar y ver qué sucede.
    4. Moverte a otra posición.
    5. ( Puedes decidir si también eres una chica)
    6. *(Escribe tu acción).*
    *El tren avanza lentamente, y sientes cómo el sudor de los demás mezcla sus olores en el aire denso. Te mueves, buscando espacio, pero una chica se empuja ante ti, sus cuerpos se rozan. Ella no dice nada, atrapada entre la multitud. Tu corazón late más rápido, una inquietud surge mientras observas cómo algunos hombres aprovechan la situación. La chica retrocede, presionando su cuerpo contra el tuyo sin tener opción de moverse.* 1. Aprovechar el momento para ser un pervertido. 2. Proteger a la chica que se apoya en tí. 3. Ignorar y ver qué sucede. 4. Moverte a otra posición. 5. ( Puedes decidir si también eres una chica) 6. *(Escribe tu acción).*
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  • ❝ ── 𝑨 𝒔𝒊𝒍𝒆𝒏𝒕 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕 ❞




    Un suspiro cargado de cansancio se deslizó de sus labios mientras abotonaba la camisa blanca que había elegido para esa noche. El tejido ligero caía suavemente sobre su piel, dejando los dos últimos botones desabrochados, como si incluso el pequeño esfuerzo de cerrarlos fuera innecesario.

    Llevó las manos hacia su cuello, con movimientos lentos apartando su cabello ondulado de un rojo vibrante para dejarlo caer libremente sobre su espalda. Había sido un día largo, pero había valido la pena; la reunión con esa Italiana había salido mucho mejor de lo que esperaba, y ahora solo buscaba un momento de paz en su propio espacio.

    Su mirada vagó por el departamento, un lugar que llamaba "hogar" por comodidad, pero que en realidad siempre había sentido más como un refugio temporal más que nada en dónde podía descansar. Sus pasos, descalzos y casi inaudibles, la llevaron hacia la ventana, en dónde observo la ciudad bajo sus pies que se extendía como un mapa vacío, sin personas presentes.

    Al llegar, apoyó los antebrazos en el marco y dejó caer su mentón sobre ellos. Sus ojos vagaron hacia el cielo oscuro, buscando algo que ni siquiera ella sabía. De un momento a otro, sintió como un viento helado se filtraba poco a poco sobre sus piernas, muslos y luego por debajo de la camisa, llegando hasta sus pechos. Un escalofrío recorrió su cuerpo, pero ni eso hizo que se apartará de ahí, era terca.

    Últimamente había estado sintiéndose muy agotada, probablemente debido al trabajo que tenia. Aunque, en realidad más que nada terminaba apoyando en la mafia a la que trabajaba debido a su puesto, en realidad habia deseado salir de aquel trabajo muy "legal" hacia ya mucho tiempo, pero no tenia opciones, solo estaba ahi con un objetivo en claro, eso, y porque básicamente tenia un contrato que debia cumplir. Aunque intento escapar varias veces, siempre fue encontrada, de hecho, fue tantas las veces que lo intento que más parecía un juego "Del gato y del ratón" para sus compañeros de trabajo. Un juego que terminaba perdiendo y del cual se rindió hace ya mucho tiempo.

    Una vida "normal" es lo único que hubiera deseado, pero la vida actual era su realidad, una muy y terriblemente mala. Sus pensamientos seguían vagando, no paro hasta que sintió algo suave y caliente en su pierna, bajo la mirada notando la presencia de su pequeña minina y su cola sobre esta.

    — Hanna, ven aquí ... — Pronunció suavemente y con una sonrisa delicada, la tomó entre sus brazos y fue hacia el sofá para acomodarse, se hecho apenas pudo, dejando que su gata se enrollara como caracol sobre sus piernas desnudas, apoyó su cabeza en el antebrazo del sillón mientras aun mantenia su mirada sobre la ventana y luego sobre la mesita de la sala en dónde se hallaba una cartera blanca, en donde se encontraba cierto papel con un nombre y número telefónico, que le había entregado Elisabetta para comunicarse con una mujer para sacarle información. Si que estos días iban a ser movidos, aunque ahora simplemente se relajaría.

    ❝ ── 𝑨 𝒔𝒊𝒍𝒆𝒏𝒕 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕 ❞ Un suspiro cargado de cansancio se deslizó de sus labios mientras abotonaba la camisa blanca que había elegido para esa noche. El tejido ligero caía suavemente sobre su piel, dejando los dos últimos botones desabrochados, como si incluso el pequeño esfuerzo de cerrarlos fuera innecesario. Llevó las manos hacia su cuello, con movimientos lentos apartando su cabello ondulado de un rojo vibrante para dejarlo caer libremente sobre su espalda. Había sido un día largo, pero había valido la pena; la reunión con esa Italiana había salido mucho mejor de lo que esperaba, y ahora solo buscaba un momento de paz en su propio espacio. Su mirada vagó por el departamento, un lugar que llamaba "hogar" por comodidad, pero que en realidad siempre había sentido más como un refugio temporal más que nada en dónde podía descansar. Sus pasos, descalzos y casi inaudibles, la llevaron hacia la ventana, en dónde observo la ciudad bajo sus pies que se extendía como un mapa vacío, sin personas presentes. Al llegar, apoyó los antebrazos en el marco y dejó caer su mentón sobre ellos. Sus ojos vagaron hacia el cielo oscuro, buscando algo que ni siquiera ella sabía. De un momento a otro, sintió como un viento helado se filtraba poco a poco sobre sus piernas, muslos y luego por debajo de la camisa, llegando hasta sus pechos. Un escalofrío recorrió su cuerpo, pero ni eso hizo que se apartará de ahí, era terca. Últimamente había estado sintiéndose muy agotada, probablemente debido al trabajo que tenia. Aunque, en realidad más que nada terminaba apoyando en la mafia a la que trabajaba debido a su puesto, en realidad habia deseado salir de aquel trabajo muy "legal" hacia ya mucho tiempo, pero no tenia opciones, solo estaba ahi con un objetivo en claro, eso, y porque básicamente tenia un contrato que debia cumplir. Aunque intento escapar varias veces, siempre fue encontrada, de hecho, fue tantas las veces que lo intento que más parecía un juego "Del gato y del ratón" para sus compañeros de trabajo. Un juego que terminaba perdiendo y del cual se rindió hace ya mucho tiempo. Una vida "normal" es lo único que hubiera deseado, pero la vida actual era su realidad, una muy y terriblemente mala. Sus pensamientos seguían vagando, no paro hasta que sintió algo suave y caliente en su pierna, bajo la mirada notando la presencia de su pequeña minina y su cola sobre esta. — Hanna, ven aquí ... — Pronunció suavemente y con una sonrisa delicada, la tomó entre sus brazos y fue hacia el sofá para acomodarse, se hecho apenas pudo, dejando que su gata se enrollara como caracol sobre sus piernas desnudas, apoyó su cabeza en el antebrazo del sillón mientras aun mantenia su mirada sobre la ventana y luego sobre la mesita de la sala en dónde se hallaba una cartera blanca, en donde se encontraba cierto papel con un nombre y número telefónico, que le había entregado Elisabetta para comunicarse con una mujer para sacarle información. Si que estos días iban a ser movidos, aunque ahora simplemente se relajaría.
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    //Pues por ahora saco a Orión cuando Mushu (mi perro) está afuera. Liam (mi gato) está completamente acostumbrado al peque, y hasta lo ha adoptado por qué no deja de seguirlo, acercarlo con la pata y lavarlo. Mientras Kenji….(el gato que me dejaron mis padres por que se peleaba con sus gatas) no le hace mucha gracia, si bien no le hace daño por ahora, lo medio acecha, le pega con la pata y hasta le bufa a veces, así que no queda otra que ir más despacio con él. Por ahora lo he encerrado un rato para que descanse de ver al peque mientras esté se sigue acostumbrando a casa.
    //Pues por ahora saco a Orión cuando Mushu (mi perro) está afuera. Liam (mi gato) está completamente acostumbrado al peque, y hasta lo ha adoptado por qué no deja de seguirlo, acercarlo con la pata y lavarlo. Mientras Kenji….(el gato que me dejaron mis padres por que se peleaba con sus gatas) no le hace mucha gracia, si bien no le hace daño por ahora, lo medio acecha, le pega con la pata y hasta le bufa a veces, así que no queda otra que ir más despacio con él. Por ahora lo he encerrado un rato para que descanse de ver al peque mientras esté se sigue acostumbrando a casa.
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  • Heinrich descansa.
    En la vastedad de nuestra mente compartida, él yace en un espacio tranquilo, como si el mundo y sus pesares no pudieran alcanzarlo. Un lugar que yo creé para él. Un lienzo blanco donde solo existe serenidad, donde no hay tormentas ni voces que lo atormenten.

    Rosas rojas flotan a su alrededor, sus pétalos suaves como suspiros acarician el aire. Una melodía apenas perceptible lo envuelve, dulce y constante, como una cuna que lo acoge. Está en paz, algo que no le he visto tener en tanto tiempo. Sus manos reposan sobre su pecho, su expresión es serena, casi como si todo lo que lo atormentó fuera un mal sueño que al fin se desvaneció.

    Es curioso verlo así, tan vulnerable, tan humano. Yo no soy como él, no siento las cosas de la misma forma, pero no puedo evitar admirarlo. A pesar de su fragilidad, Heinrich tiene una fuerza que siempre me ha fascinado, aunque él no lo vea.
    Heinrich descansa. En la vastedad de nuestra mente compartida, él yace en un espacio tranquilo, como si el mundo y sus pesares no pudieran alcanzarlo. Un lugar que yo creé para él. Un lienzo blanco donde solo existe serenidad, donde no hay tormentas ni voces que lo atormenten. Rosas rojas flotan a su alrededor, sus pétalos suaves como suspiros acarician el aire. Una melodía apenas perceptible lo envuelve, dulce y constante, como una cuna que lo acoge. Está en paz, algo que no le he visto tener en tanto tiempo. Sus manos reposan sobre su pecho, su expresión es serena, casi como si todo lo que lo atormentó fuera un mal sueño que al fin se desvaneció. Es curioso verlo así, tan vulnerable, tan humano. Yo no soy como él, no siento las cosas de la misma forma, pero no puedo evitar admirarlo. A pesar de su fragilidad, Heinrich tiene una fuerza que siempre me ha fascinado, aunque él no lo vea.
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  • Bloom habia traido a su alumno a una sala de baile dentro del orfanato, una sala enorme y espaciosa decorada con mesas alrededor ademas de un escenario al final del salon -Veamos Junior Phantomhive hoy parenderas y observaras la importancia de la musica y el baile en la magia, con ayuda de mi hermana divinity- La hermana de Bloom se acerco y y extendio su mano al joven junior para saludarlo -El canto ya lo conoces es necesario para los encantamientos, pero el baile, tiene un uso algo mas complicado- Divinity solto una risita y se paro al lado de su hermano -los bailes se usan para telar el mana, usar tu cuerpo para crear cosas, y este proceso se usa en algo muy importante, el hilo del incio- Bloom sonrio mostrandole a Junior lo que parecia un hilo normal pero emanaba una energia inconmesurable -este hilo se usa para tejer universos trabajo de los tejemanejes, planeamos mostrarte el como se crea este hilo-.

    Ambos hermanos sonrieron y se colocaron en posisiones contrarias del salon de baile, una pequeña esfera se ilumino en el centro y la musica comenzo, Bloom comenzo a avanzar en el sentidod e la manecillas del reloj mientras Divinity en el sentido contrario, cada tres pasos ambos daban un giro en el lugar, mientras que Bloom lo hacia al sentido contrario del reloj Divinity lo hacia en direccion de las manecillas -este paso es importante Junior, si avanzas en el sentido de las manecillas debes girar en el sentido contrario- Bloom observo que su hermana y el estaban a punto se cruzarse por lo que en aquella vuelta se agacho y su hermana salto sobre el cuando ambos se cruzaron un chispazo salio volando en direccion de la esfera mostrndo un hilo brillante, pasos rapidos y lentos cambiando el ritmo al compaz de la musica, cada paso dejando una huella oscura en el suelo que pisaban mientras un hilo brillante mas se alzaba ambos parecian concentrados pues no deseaban equivocarse y tener consecuencias por ello.

    apesar de que cada paso parecia algo sinsentido la energia que brotaba de cada uno demostraba lo contrario, cada giro generaba una nueva hebra de hilo y cada cruze los unia, paso a paso se acercaban mas y mas a la esfera la cual estaba cubierta en un ovillo de aquel hilo, cuando la musica termino ambos giraron en sentidos contrarios rompiendo el hilo que estaban creando dejando aquel ovillo -por eso pon atencion a tus clases de baile Junior, los movimientos sirven para canalizar la energia y formar cosas con el mana a tu alrededor, pero potenciados- Divinity solto una risita mientras Bloom tomaba el ovillo y se lo entregaba a Junior -puedes quedartelo, estoy seguro que te interesa estudiarlo, en tu proxima clase deberas traerlo, conoceras a un tejemaneje- Bloom sonrio y acaricio la cabeza de su alumno.

    https://youtu.be/pAwR6w2TgxY?si=7s6SAkNEbDZsKOnp
    Bloom habia traido a su alumno a una sala de baile dentro del orfanato, una sala enorme y espaciosa decorada con mesas alrededor ademas de un escenario al final del salon -Veamos [littl3gr3y] hoy parenderas y observaras la importancia de la musica y el baile en la magia, con ayuda de mi hermana divinity- La hermana de Bloom se acerco y y extendio su mano al joven junior para saludarlo -El canto ya lo conoces es necesario para los encantamientos, pero el baile, tiene un uso algo mas complicado- Divinity solto una risita y se paro al lado de su hermano -los bailes se usan para telar el mana, usar tu cuerpo para crear cosas, y este proceso se usa en algo muy importante, el hilo del incio- Bloom sonrio mostrandole a Junior lo que parecia un hilo normal pero emanaba una energia inconmesurable -este hilo se usa para tejer universos trabajo de los tejemanejes, planeamos mostrarte el como se crea este hilo-. Ambos hermanos sonrieron y se colocaron en posisiones contrarias del salon de baile, una pequeña esfera se ilumino en el centro y la musica comenzo, Bloom comenzo a avanzar en el sentidod e la manecillas del reloj mientras Divinity en el sentido contrario, cada tres pasos ambos daban un giro en el lugar, mientras que Bloom lo hacia al sentido contrario del reloj Divinity lo hacia en direccion de las manecillas -este paso es importante Junior, si avanzas en el sentido de las manecillas debes girar en el sentido contrario- Bloom observo que su hermana y el estaban a punto se cruzarse por lo que en aquella vuelta se agacho y su hermana salto sobre el cuando ambos se cruzaron un chispazo salio volando en direccion de la esfera mostrndo un hilo brillante, pasos rapidos y lentos cambiando el ritmo al compaz de la musica, cada paso dejando una huella oscura en el suelo que pisaban mientras un hilo brillante mas se alzaba ambos parecian concentrados pues no deseaban equivocarse y tener consecuencias por ello. apesar de que cada paso parecia algo sinsentido la energia que brotaba de cada uno demostraba lo contrario, cada giro generaba una nueva hebra de hilo y cada cruze los unia, paso a paso se acercaban mas y mas a la esfera la cual estaba cubierta en un ovillo de aquel hilo, cuando la musica termino ambos giraron en sentidos contrarios rompiendo el hilo que estaban creando dejando aquel ovillo -por eso pon atencion a tus clases de baile Junior, los movimientos sirven para canalizar la energia y formar cosas con el mana a tu alrededor, pero potenciados- Divinity solto una risita mientras Bloom tomaba el ovillo y se lo entregaba a Junior -puedes quedartelo, estoy seguro que te interesa estudiarlo, en tu proxima clase deberas traerlo, conoceras a un tejemaneje- Bloom sonrio y acaricio la cabeza de su alumno. https://youtu.be/pAwR6w2TgxY?si=7s6SAkNEbDZsKOnp
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  • El mercado del pueblo bullía de actividad. Los puestos ofrecían desde frutas frescas hasta herramientas de herrería, y los comerciantes alzaban la voz para atraer a los transeúntes. Skuld caminaba despacio entre la multitud, sosteniendo una pequeña bolsa de monedas mientras Cayus flotaba a su lado, sus grandes ojos observando con curiosidad todo a su alrededor.

    —¿Qué te parece esto? —preguntó Skuld, deteniéndose frente a un puesto que exhibía dulces cubiertos de azúcar.

    Cayus emitió un suave bip, inclinándose hacia adelante para mirar los dulces, pero luego dejó escapar un ruidito seco, como si bufara. Skuld arqueó una ceja y suspiró.

    —Sí, ya sé. No alcanza para nada.

    Siguieron caminando, pasando por un puesto de amuletos, otro de frutas y uno más de herramientas de cocina. Cada vez que Skuld intentaba sacar su pequeña bolsa de monedas, Cayus lanzaba un pip pip alarmado, flotando delante de ella como si quisiera impedirle comprar.

    Finalmente, se detuvieron frente a un panadero que mostraba sus hogazas doradas y humeantes. Skuld examinó las monedas restantes en su bolsa y luego miró al panadero.

    —Una barra de pan, por favor.

    El panadero le entregó la hogaza envuelta en un trozo de papel marrón. Skuld suspiró, sosteniéndola con ambas manos mientras se alejaban del bullicio. Cayus flotaba detrás de ella, emitiendo un leve brrr de lo que parecía ser resignación.

    Llegaron a las afueras del pueblo, donde un árbol solitario ofrecía su sombra. Skuld se sentó bajo él, rompiendo el pan en dos. Extendió un trozo hacia Cayus, quien se acercó y lo tomó entre sus diminutas manitas.

    —Bueno, no fue lo que esperaba, pero al menos tenemos esto —dijo Skuld, más para sí misma que para su pequeño compañero.

    Cayus emitió un suave bip bip, su tono de piel cambiando a un cálido color dorado mientras mordisqueaba el pan. Skuld no pudo evitar sonreír al verlo.

    Se reclinó contra el tronco del árbol, arrancando pequeños pedazos del pan y llevándoselos a la boca. El sol filtrado entre las hojas pintaba el suelo con manchas de luz, y el suave viento hacía que las ramas crujieran de forma relajante.

    Cayus flotó hasta apoyarse contra su hombro, soltando un leve brrr de satisfacción.

    —Supongo que no estuvo tan mal después de todo, ¿verdad?

    Aunque Cayus no respondió con palabras, su color dorado y la tranquilidad que irradiaba eran respuesta suficiente. Y así, compartiendo una simple hogaza de pan bajo un árbol, ambos disfrutaron del momento, felices por la pequeña aventura que habían vivido juntos.
    El mercado del pueblo bullía de actividad. Los puestos ofrecían desde frutas frescas hasta herramientas de herrería, y los comerciantes alzaban la voz para atraer a los transeúntes. Skuld caminaba despacio entre la multitud, sosteniendo una pequeña bolsa de monedas mientras Cayus flotaba a su lado, sus grandes ojos observando con curiosidad todo a su alrededor. —¿Qué te parece esto? —preguntó Skuld, deteniéndose frente a un puesto que exhibía dulces cubiertos de azúcar. Cayus emitió un suave bip, inclinándose hacia adelante para mirar los dulces, pero luego dejó escapar un ruidito seco, como si bufara. Skuld arqueó una ceja y suspiró. —Sí, ya sé. No alcanza para nada. Siguieron caminando, pasando por un puesto de amuletos, otro de frutas y uno más de herramientas de cocina. Cada vez que Skuld intentaba sacar su pequeña bolsa de monedas, Cayus lanzaba un pip pip alarmado, flotando delante de ella como si quisiera impedirle comprar. Finalmente, se detuvieron frente a un panadero que mostraba sus hogazas doradas y humeantes. Skuld examinó las monedas restantes en su bolsa y luego miró al panadero. —Una barra de pan, por favor. El panadero le entregó la hogaza envuelta en un trozo de papel marrón. Skuld suspiró, sosteniéndola con ambas manos mientras se alejaban del bullicio. Cayus flotaba detrás de ella, emitiendo un leve brrr de lo que parecía ser resignación. Llegaron a las afueras del pueblo, donde un árbol solitario ofrecía su sombra. Skuld se sentó bajo él, rompiendo el pan en dos. Extendió un trozo hacia Cayus, quien se acercó y lo tomó entre sus diminutas manitas. —Bueno, no fue lo que esperaba, pero al menos tenemos esto —dijo Skuld, más para sí misma que para su pequeño compañero. Cayus emitió un suave bip bip, su tono de piel cambiando a un cálido color dorado mientras mordisqueaba el pan. Skuld no pudo evitar sonreír al verlo. Se reclinó contra el tronco del árbol, arrancando pequeños pedazos del pan y llevándoselos a la boca. El sol filtrado entre las hojas pintaba el suelo con manchas de luz, y el suave viento hacía que las ramas crujieran de forma relajante. Cayus flotó hasta apoyarse contra su hombro, soltando un leve brrr de satisfacción. —Supongo que no estuvo tan mal después de todo, ¿verdad? Aunque Cayus no respondió con palabras, su color dorado y la tranquilidad que irradiaba eran respuesta suficiente. Y así, compartiendo una simple hogaza de pan bajo un árbol, ambos disfrutaron del momento, felices por la pequeña aventura que habían vivido juntos.
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  • La luz del mediodía se colaba entre las persianas torcidas de la oficina de Shoko, iluminando partículas de polvo que flotaban perezosamente en el aire. Con los pies descalzos y un cigarrillo apagado entre los labios, observó el desastre a su alrededor: papeles desparramados, cajas de medicamentos mal apiladas y una taza con algo que había dejado de ser café hacía días.

    — Bueno, esto es deprimente. — murmuró, soltando el cigarrillo en un cenicero ya colmado.

    Abrió una ventana para dejar entrar el aire fresco y, tras un suspiro resignado, se ató el cabello en un moño desordenado. En un acto más de aburrimiento que de convicción, comenzó a recoger hojas sueltas, tarareando una melodía que poco a poco se convirtió en una canción.

    “ Ah ~ poison on the inside, I could be your antidote tonight. "

    Su voz resonaba en el espacio vacío mientras apilaba los papeles en una esquina de su escritorio. De vez en cuando, movía las caderas al ritmo de la canción, levantando una ceja al encontrar un paquete de cigarrillos vacío bajo un montón de revistas médicas.

    Agarró un trapo húmedo y empezó a limpiar las superficies, cantando ahora a todo pulmón.

    “I could play the doctor, I can cure your disease. If you were a sinner, I could make you believe."

    Con cada verso, sus movimientos se hacían más exagerados, como si estuviera en un escenario. Limpió la mesa, la lámpara, incluso el marco torcido de una vieja fotografía de su grupo de amigos de la escuela. Una leve sonrisa se asomó al ver la cara de uno de ellos, pero rápidamente la ocultó sacudiendo la cabeza.

    “I can smell your sickness, I can cure ya, cure your disease."

    En un giro particularmente entusiasta, tropezó con una pila de revistas y cayó sentada al suelo con un estruendo. Soltó una carcajada al verse rodeada de desorden nuevamente.

    — Bueno, al menos me queda la música,— dijo en voz alta, retomando la canción desde donde la había dejado, sin intención alguna de parar.
    La luz del mediodía se colaba entre las persianas torcidas de la oficina de Shoko, iluminando partículas de polvo que flotaban perezosamente en el aire. Con los pies descalzos y un cigarrillo apagado entre los labios, observó el desastre a su alrededor: papeles desparramados, cajas de medicamentos mal apiladas y una taza con algo que había dejado de ser café hacía días. — Bueno, esto es deprimente. — murmuró, soltando el cigarrillo en un cenicero ya colmado. Abrió una ventana para dejar entrar el aire fresco y, tras un suspiro resignado, se ató el cabello en un moño desordenado. En un acto más de aburrimiento que de convicción, comenzó a recoger hojas sueltas, tarareando una melodía que poco a poco se convirtió en una canción. “ Ah ~ poison on the inside, I could be your antidote tonight. " Su voz resonaba en el espacio vacío mientras apilaba los papeles en una esquina de su escritorio. De vez en cuando, movía las caderas al ritmo de la canción, levantando una ceja al encontrar un paquete de cigarrillos vacío bajo un montón de revistas médicas. Agarró un trapo húmedo y empezó a limpiar las superficies, cantando ahora a todo pulmón. “I could play the doctor, I can cure your disease. If you were a sinner, I could make you believe." Con cada verso, sus movimientos se hacían más exagerados, como si estuviera en un escenario. Limpió la mesa, la lámpara, incluso el marco torcido de una vieja fotografía de su grupo de amigos de la escuela. Una leve sonrisa se asomó al ver la cara de uno de ellos, pero rápidamente la ocultó sacudiendo la cabeza. “I can smell your sickness, I can cure ya, cure your disease." En un giro particularmente entusiasta, tropezó con una pila de revistas y cayó sentada al suelo con un estruendo. Soltó una carcajada al verse rodeada de desorden nuevamente. — Bueno, al menos me queda la música,— dijo en voz alta, retomando la canción desde donde la había dejado, sin intención alguna de parar.
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    //Pregunta sería: ¿Qué tal está el espacio para el rol del universo omegaverse?, tengo un pj por ahí que quisiera explorar pero siento que no hay mucho público para el tema, ¿o si?//
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  • La estación orbital Aurora estaba abarrotada como nunca. Los viajeros se agolpaban en los corredores, mirando las pantallas holográficas que anunciaban el evento del año: un concierto de Robin, la voz que había conquistado galaxias enteras. Su música era más que entretenimiento; era un puente que conectaba a seres de diferentes mundos, un idioma universal que resonaba con el corazón de todos.

    Robin estaba en su camerino, ajustándose el último detalle de su atuendo: un vestido que parecía estar hecho de nebulosas en movimiento, diseñado por un famoso artista de Andrómeda. Frente al espejo, respiró profundamente. A pesar de los años de experiencia, aún sentía ese cosquilleo antes de salir al escenario.

    “Cinco minutos, Robin,” anunció su asistente, una androide llamada Selene con voz melodiosa y ojos que brillaban como pequeñas lunas.

    “Gracias, Selene,” respondió Robin, tomando un momento para mirar por la ventana hacia el espacio infinito. Cada estrella que veía le recordaba una historia, un rostro, una emoción que había capturado en sus canciones.

    Cuando las luces del escenario se encendieron y el público rugió, Robin dio un paso adelante. Desde la primera nota, el ambiente cambió. Las galaxias parecían detenerse para escuchar. Su voz era un torbellino de emociones: la calidez de un amanecer, la tristeza de una despedida, la esperanza de un nuevo comienzo.

    Entre las canciones, Robin habló al público. “He viajado por muchos lugares, visto maravillas que nunca olvidaré, pero siempre me sorprende lo que la música puede hacer. No importa de dónde vengamos, quiénes somos o qué hemos vivido. Aquí, en este momento, somos uno.”

    El público respondió con una ovación que hizo temblar los muros de la estación. Robin continuó, tocando su balada más famosa, una canción que había inspirado a exploradores a cruzar galaxias y a soñadores a nunca rendirse.

    Cuando el concierto terminó, Robin se quedó un momento más en el escenario, mirando a los miles de rostros emocionados frente a ella. Sabía que, aunque su vida estaba llena de viajes y luces brillantes, lo que realmente importaba era la conexión que creaba con cada palabra y cada nota.

    Al salir del escenario, Selene la esperaba con una toalla y una sonrisa. “El universo sigue hablando de ti, Robin.”

    Robin sonrió, agotada pero feliz. “Es porque, en el fondo, todos necesitamos una canción que nos haga sentir menos solos.”

    Y así, la estrella que iluminaba galaxias volvió a perderse entre las luces del cosmos, dejando a su paso una melodía que nunca se apagaría.

    La estación orbital Aurora estaba abarrotada como nunca. Los viajeros se agolpaban en los corredores, mirando las pantallas holográficas que anunciaban el evento del año: un concierto de Robin, la voz que había conquistado galaxias enteras. Su música era más que entretenimiento; era un puente que conectaba a seres de diferentes mundos, un idioma universal que resonaba con el corazón de todos. Robin estaba en su camerino, ajustándose el último detalle de su atuendo: un vestido que parecía estar hecho de nebulosas en movimiento, diseñado por un famoso artista de Andrómeda. Frente al espejo, respiró profundamente. A pesar de los años de experiencia, aún sentía ese cosquilleo antes de salir al escenario. “Cinco minutos, Robin,” anunció su asistente, una androide llamada Selene con voz melodiosa y ojos que brillaban como pequeñas lunas. “Gracias, Selene,” respondió Robin, tomando un momento para mirar por la ventana hacia el espacio infinito. Cada estrella que veía le recordaba una historia, un rostro, una emoción que había capturado en sus canciones. Cuando las luces del escenario se encendieron y el público rugió, Robin dio un paso adelante. Desde la primera nota, el ambiente cambió. Las galaxias parecían detenerse para escuchar. Su voz era un torbellino de emociones: la calidez de un amanecer, la tristeza de una despedida, la esperanza de un nuevo comienzo. Entre las canciones, Robin habló al público. “He viajado por muchos lugares, visto maravillas que nunca olvidaré, pero siempre me sorprende lo que la música puede hacer. No importa de dónde vengamos, quiénes somos o qué hemos vivido. Aquí, en este momento, somos uno.” El público respondió con una ovación que hizo temblar los muros de la estación. Robin continuó, tocando su balada más famosa, una canción que había inspirado a exploradores a cruzar galaxias y a soñadores a nunca rendirse. Cuando el concierto terminó, Robin se quedó un momento más en el escenario, mirando a los miles de rostros emocionados frente a ella. Sabía que, aunque su vida estaba llena de viajes y luces brillantes, lo que realmente importaba era la conexión que creaba con cada palabra y cada nota. Al salir del escenario, Selene la esperaba con una toalla y una sonrisa. “El universo sigue hablando de ti, Robin.” Robin sonrió, agotada pero feliz. “Es porque, en el fondo, todos necesitamos una canción que nos haga sentir menos solos.” Y así, la estrella que iluminaba galaxias volvió a perderse entre las luces del cosmos, dejando a su paso una melodía que nunca se apagaría.
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