Lo que pasó cuando era una niña, la rompió de por vida. Por no ir a terapia, bloqueó sus recuerdos y de vez en cuando recordaba su pasado cuando algunos la abusaban a cambio de comida o techo, ella no lloraba o se ponía a gritar, haciendo que los hombres salgan satisfechos. Nunca le permitieron tener juguetes o peluches y siempre le hacían ensayar o estar con hombres más grandes que ella. Recuerda que uno de esos señores le regaló un gatito de peluche, la respuesta de su padre fue echarlo a la chimenea.
Estaba vestida con un corto vestido negro de falda vaporosa y zapatos con tacón aguja, trae unos cuántos dólares en el bolsillo secreto de la falta y sus pasos la llevan a una juguetería; entra al establecimiento agarrando el único oso de peluche que estaba allí, dejando que un par de niñas hagan la pataleta de su vida frente a la madre que las observa con ganas de dejarlas en la calle.
Deja el oso en la caja y el chico la mira estupefacto mientras le pregunta si el oso es para su hermanito o para su hijo.
— Es para mi, necesito sanar mi niña anterior.
— Entiendo, señorita... pero es una juguetería para niños.
— Fui una niña violada, así que en el fondo soy una niña.
El encargado decora con una corbata de pajarita al peluche y ella paga, mientras él la observa irse con la misma lentitud con que llegó, sintiendo un hueco en el estómago. Luego va a una dulcería y compra su envase con miel y unas golosinas que pone en una bolsita rosada, se dirige al parque de siempre para tomar asiento en el columpio que a menudo ocupa y colocar el oso en su regazo para balancearse mientras canturrea en voz baja una canción que su mamá le cantaba cada vez que tenía aquellos dolorosos encuentros con esos hombres.
#BrokeSky Lo que pasó cuando era una niña, la rompió de por vida. Por no ir a terapia, bloqueó sus recuerdos y de vez en cuando recordaba su pasado cuando algunos la abusaban a cambio de comida o techo, ella no lloraba o se ponía a gritar, haciendo que los hombres salgan satisfechos. Nunca le permitieron tener juguetes o peluches y siempre le hacían ensayar o estar con hombres más grandes que ella. Recuerda que uno de esos señores le regaló un gatito de peluche, la respuesta de su padre fue echarlo a la chimenea.
Estaba vestida con un corto vestido negro de falda vaporosa y zapatos con tacón aguja, trae unos cuántos dólares en el bolsillo secreto de la falta y sus pasos la llevan a una juguetería; entra al establecimiento agarrando el único oso de peluche que estaba allí, dejando que un par de niñas hagan la pataleta de su vida frente a la madre que las observa con ganas de dejarlas en la calle.
Deja el oso en la caja y el chico la mira estupefacto mientras le pregunta si el oso es para su hermanito o para su hijo.
— Es para mi, necesito sanar mi niña anterior.
— Entiendo, señorita... pero es una juguetería para niños.
— Fui una niña violada, así que en el fondo soy una niña.
El encargado decora con una corbata de pajarita al peluche y ella paga, mientras él la observa irse con la misma lentitud con que llegó, sintiendo un hueco en el estómago. Luego va a una dulcería y compra su envase con miel y unas golosinas que pone en una bolsita rosada, se dirige al parque de siempre para tomar asiento en el columpio que a menudo ocupa y colocar el oso en su regazo para balancearse mientras canturrea en voz baja una canción que su mamá le cantaba cada vez que tenía aquellos dolorosos encuentros con esos hombres.
#BrokeSky