• Encuentro: Jardín.
    Fandom Libre
    Categoría Romance
    La noche caía sobre los jardines del castillo y la brisa fresca movía apenas las hojas de los setos cuidadosamente recortados. Lucien D’Arlais caminaba entre sombras y estatuas, con los dedos rozando las piedras frías, absorto en sus pensamientos y en la quietud que tanto valoraba.

    Su mirada azul recorría los detalles del entorno, buscando patrones en la luz de la luna reflejada sobre el estanque. La sensación de soledad le resultaba familiar, como una compañía silenciosa que lo acompañaba siempre, incluso cuando la corte susurraba rumores sobre su nombre.

    Fue entonces cuando notó una figura distante, moviéndose entre las sombras con cautela, con la curiosidad de quien no pertenece al lugar pero no puede evitar explorar. Lucien no se apresuró a acercarse; se apoyó suavemente contra una columna, evaluando, midiendo, dejando que el momento respirara. Había algo en la manera en que la otra persona se movía que despertó su interés, y por un instante, la calma de la noche se llenó de expectativa silenciosa.
    La noche caía sobre los jardines del castillo y la brisa fresca movía apenas las hojas de los setos cuidadosamente recortados. Lucien D’Arlais caminaba entre sombras y estatuas, con los dedos rozando las piedras frías, absorto en sus pensamientos y en la quietud que tanto valoraba. Su mirada azul recorría los detalles del entorno, buscando patrones en la luz de la luna reflejada sobre el estanque. La sensación de soledad le resultaba familiar, como una compañía silenciosa que lo acompañaba siempre, incluso cuando la corte susurraba rumores sobre su nombre. Fue entonces cuando notó una figura distante, moviéndose entre las sombras con cautela, con la curiosidad de quien no pertenece al lugar pero no puede evitar explorar. Lucien no se apresuró a acercarse; se apoyó suavemente contra una columna, evaluando, midiendo, dejando que el momento respirara. Había algo en la manera en que la otra persona se movía que despertó su interés, y por un instante, la calma de la noche se llenó de expectativa silenciosa.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    15
    Estado
    Disponible
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  • - Un poco de terapia. -

    [• Luego de haber esperado una hora, el hombre finalmente escucha su nombre, procede a levantarse y ir hacia la oficina, dónde al ingresar, saluda al terapeuta. Cierra la puerta atrás suya, va hasta la mesa y luego de mover una silla hacia atrás y sentarse, procede con la terapia. •]

    Dr. Oracio: Hola señor.. Koroved, es un gusto, me presento, soy Oracio Gómez, seré hoy el que te escuchará y te dará recomendaciones ante tu situación compleja.

    - Si, tienes algo de té para acompañar?..

    Dr. Oracio: Si, tengo algo en un termo, permíteme.

    [• vería al señor como se agacha y busca el termo, para después ver qué ya al tenerlo a mano, abre la tapa y vería el líquido ligeramente caliente caer dentro de una taza blanca. •]

    - esa cantidad ya está bien.

    [• vería al señor parar, cerrar el envase y al imaginar que lo dejo bajo la mesa, este agarra la respectiva taza para poner el borde entre sus labios y finalmente tomar un poco. •]

    Dr. Oracio: tiene algo de Edulcorante, para tener un mejor sabor.
    Bien, quisiera saber ¿Cómo as estado enesta semana?.

    - Me e encontrado mejor, supongo... Aunque últimamente no puedo dormir bien, me levanto cansado o directamente no puedo dormir.

    Dr. Oracio: alguna razón en particular? Algún pensamiento? Algún miedo que se presenta en aquellos momentos?

    - si.. [• da otro pequeño trago a la taza de té. •] un poco de pensamientos con miedo si se le puede decir.

    Dr. Oracio: y que tipos de pensamientos o miedos te pasa en la cabeza?

    - algo de mi pasado... Escho cosas, siempre tengo a mano un arma por el pavor que siento en aquellos momentos.

    Dr. Oracio: y que cosas escuchas?.

    - [• se queda en silencio. Toma en silencio su té para terminarlo. •]

    Dr. Oracio: quiere un poco más de té?.

    - no, así estoy bien.. [• deja la taza en la mesa y luego lo rodea a centímetros con sus antebrazos. •]
    Ejem~ bueno, lo que escho.. son gritos hacia mi, todo en Ruso, palabras mal pronunciadas, pero algunas las escucho. Son... Insultos o reclamos.

    Dr. Oracio: y te resulta familiar alguna voz?

    - si... De mi padre y madre.
    [• mira ligeramente hacia abajo, aún pensante. •]

    Dr. Oracio: Te gritaban mucho?.. es común en cierto senti-

    - Silencio... Ellos no eran comunes, ellos eran unos malditos hijos de suka.
    No tiene ni palabra para definir lo que eran.. incluso monstruos quedaría cortó.. ¿Sabes cuánto tuve que soportar? 14 años, desde que era pequeño sentía odio hacia ellos, pero era un cobarde y nunca me atreví a escapar... Pensando que si regresaba sería peor.

    Dr. Oracio: oh.. tuviste algún momento mínimo de paz o un buen momento?

    - solo cuando cumplí 10, cuando nació mi hermana, ella mínimo era una luz entré todo lo que estaba pasando.

    Dr. Oracio: *abre un cajón y empeza a buscar, agarra un archivo, lo pone en la mesa y empieza a ver los papeles.* Y dime, Koroved, por qué dices que tú hermana era la "luz entré todo"?.

    - Ella desde que abrió los ojos, me vio de una manera diferente... A los dos le ví caminar y siempre iba hacia a mi, creo que veía mi dolor y quería quizás ser aquel consuelo que nunca encontré en aquellos momentos.
    Cuando aprendió a hablar a sus cuatro, si, era muy inteligente. Ella me empezó a llamar "oso" o "osito", porque le resultaba tierno pero tan intimidante y fuerte como uno verdadero... O algo así me dijo, tuve que interpretar ya que aún su mente no desarrollaba tanto su habla.

    [• rie ligeramente. •]

    - pero.. para ser más directos, ella era la única que me trataba como un humano, una persona, alguien normal y a su vez acompañado con un cariño y paz que simplemente me impresionaba.

    Dr. Oracio: si, debiste tener mucha suerte.

    - lo tuve cuando ella apareció... Mínimo era un pilar para seguir vivo.

    Dr. Oracio: lamento interrumpir, pero quisiera saber si algunas enfermedades mentales crecieron contigo o fue más por tu pasado?

    - ejem~ muy repentino, no?.. jajajaja... Si, tuve algunas cosas del pasado que ahora me obligan a tomar pastillas... Seguro que hay dice "multiple personalidad, esquizofrenia, estrés pos traumático" y otras más o me equivoco?

    Dr. Oracio: si, en efecto, quieres contarme el por qué o seguimos con tu historia?.

    - na.. te lo digo.
    La esquizofrenia fue más por todas las hormonas que libero mi cuerpo por el estrés, soledad, bla... Provocando ver cosas que no estaban

    La multi personalidad fue más por los constantes maltratos que tuve por el tiempo... Creo que sabes eso, no? [• mira el hombre asentir. •]. Bien.

    Tuve estrés pos trauma infantil también por el constante maltrato y las demás crecieron conmigo...

    Dr. Oracio: bien... Creo que el problema viene a ser la esquizofrenia y quizás esos pensamientos son más de "respuestas" o acciones comprimidas saliendo, quizás se intensificó al punto de que quizás tus pastillas no funcionan.
    Quizás te recomendaría esta rutina
    *Le entrega un papel* y lo sigas... Y ven más de seguido aquí para seguir hablando, ya que se acabó el tiempo.

    - bien, muchas gracias.

    [• al agarrar el papel y luego de darle un pequeño saludo de manos como despedida, finalmente sale de aquella oficina. •]



    •|| si llegaste hasta aquí, gracias por tu tiempo de leerlo, me levanté muy inspirado (???), te invito a dejar "mucho texto" en los comentarios y gracias nuevamente por su atención.
    - Un poco de terapia. - [• Luego de haber esperado una hora, el hombre finalmente escucha su nombre, procede a levantarse y ir hacia la oficina, dónde al ingresar, saluda al terapeuta. Cierra la puerta atrás suya, va hasta la mesa y luego de mover una silla hacia atrás y sentarse, procede con la terapia. •] Dr. Oracio: Hola señor.. Koroved, es un gusto, me presento, soy Oracio Gómez, seré hoy el que te escuchará y te dará recomendaciones ante tu situación compleja. - Si, tienes algo de té para acompañar?.. Dr. Oracio: Si, tengo algo en un termo, permíteme. [• vería al señor como se agacha y busca el termo, para después ver qué ya al tenerlo a mano, abre la tapa y vería el líquido ligeramente caliente caer dentro de una taza blanca. •] - esa cantidad ya está bien. [• vería al señor parar, cerrar el envase y al imaginar que lo dejo bajo la mesa, este agarra la respectiva taza para poner el borde entre sus labios y finalmente tomar un poco. •] Dr. Oracio: tiene algo de Edulcorante, para tener un mejor sabor. Bien, quisiera saber ¿Cómo as estado enesta semana?. - Me e encontrado mejor, supongo... Aunque últimamente no puedo dormir bien, me levanto cansado o directamente no puedo dormir. Dr. Oracio: alguna razón en particular? Algún pensamiento? Algún miedo que se presenta en aquellos momentos? - si.. [• da otro pequeño trago a la taza de té. •] un poco de pensamientos con miedo si se le puede decir. Dr. Oracio: y que tipos de pensamientos o miedos te pasa en la cabeza? - algo de mi pasado... Escho cosas, siempre tengo a mano un arma por el pavor que siento en aquellos momentos. Dr. Oracio: y que cosas escuchas?. - [• se queda en silencio. Toma en silencio su té para terminarlo. •] Dr. Oracio: quiere un poco más de té?. - no, así estoy bien.. [• deja la taza en la mesa y luego lo rodea a centímetros con sus antebrazos. •] Ejem~ bueno, lo que escho.. son gritos hacia mi, todo en Ruso, palabras mal pronunciadas, pero algunas las escucho. Son... Insultos o reclamos. Dr. Oracio: y te resulta familiar alguna voz? - si... De mi padre y madre. [• mira ligeramente hacia abajo, aún pensante. •] Dr. Oracio: Te gritaban mucho?.. es común en cierto senti- - Silencio... Ellos no eran comunes, ellos eran unos malditos hijos de suka. No tiene ni palabra para definir lo que eran.. incluso monstruos quedaría cortó.. ¿Sabes cuánto tuve que soportar? 14 años, desde que era pequeño sentía odio hacia ellos, pero era un cobarde y nunca me atreví a escapar... Pensando que si regresaba sería peor. Dr. Oracio: oh.. tuviste algún momento mínimo de paz o un buen momento? - solo cuando cumplí 10, cuando nació mi hermana, ella mínimo era una luz entré todo lo que estaba pasando. Dr. Oracio: *abre un cajón y empeza a buscar, agarra un archivo, lo pone en la mesa y empieza a ver los papeles.* Y dime, Koroved, por qué dices que tú hermana era la "luz entré todo"?. - Ella desde que abrió los ojos, me vio de una manera diferente... A los dos le ví caminar y siempre iba hacia a mi, creo que veía mi dolor y quería quizás ser aquel consuelo que nunca encontré en aquellos momentos. Cuando aprendió a hablar a sus cuatro, si, era muy inteligente. Ella me empezó a llamar "oso" o "osito", porque le resultaba tierno pero tan intimidante y fuerte como uno verdadero... O algo así me dijo, tuve que interpretar ya que aún su mente no desarrollaba tanto su habla. [• rie ligeramente. •] - pero.. para ser más directos, ella era la única que me trataba como un humano, una persona, alguien normal y a su vez acompañado con un cariño y paz que simplemente me impresionaba. Dr. Oracio: si, debiste tener mucha suerte. - lo tuve cuando ella apareció... Mínimo era un pilar para seguir vivo. Dr. Oracio: lamento interrumpir, pero quisiera saber si algunas enfermedades mentales crecieron contigo o fue más por tu pasado? - ejem~ muy repentino, no?.. jajajaja... Si, tuve algunas cosas del pasado que ahora me obligan a tomar pastillas... Seguro que hay dice "multiple personalidad, esquizofrenia, estrés pos traumático" y otras más o me equivoco? Dr. Oracio: si, en efecto, quieres contarme el por qué o seguimos con tu historia?. - na.. te lo digo. La esquizofrenia fue más por todas las hormonas que libero mi cuerpo por el estrés, soledad, bla... Provocando ver cosas que no estaban La multi personalidad fue más por los constantes maltratos que tuve por el tiempo... Creo que sabes eso, no? [• mira el hombre asentir. •]. Bien. Tuve estrés pos trauma infantil también por el constante maltrato y las demás crecieron conmigo... Dr. Oracio: bien... Creo que el problema viene a ser la esquizofrenia y quizás esos pensamientos son más de "respuestas" o acciones comprimidas saliendo, quizás se intensificó al punto de que quizás tus pastillas no funcionan. Quizás te recomendaría esta rutina *Le entrega un papel* y lo sigas... Y ven más de seguido aquí para seguir hablando, ya que se acabó el tiempo. - bien, muchas gracias. [• al agarrar el papel y luego de darle un pequeño saludo de manos como despedida, finalmente sale de aquella oficina. •] •|| si llegaste hasta aquí, gracias por tu tiempo de leerlo, me levanté muy inspirado (???), te invito a dejar "mucho texto" en los comentarios y gracias nuevamente por su atención.
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    Me empiezo a desvanecer lentamente en los brazos de mi madre.
    Su abrazo se vuelve luz, su luz se vuelve sueño. Mis dedos atraviesan su espalda como si ya no habitara el mismo plano.

    Arc se acerca en silencio y coloca su mano sobre la cabeza de Jennifer, como quien toca una reliquia sagrada… o una herida que necesita cerrarse.

    Los ojos de mi madre se ponen en blanco.
    Su respiración se serena.
    Se duerme.

    Arc: “Es necesario que olvide lo sucedido… pero dejaré una semilla implantada en su mente para que recuerde… a su debido tiempo.”

    Su voz resuena como el eco de un templo antiguo.
    Yo intento moverme, tocar a mi madre una vez más, pero mi forma ya no pertenece ahí.

    Desaparezco.

    Y entonces estoy… en nada.
    Una sala eterna.
    Blanca.
    Sin principio ni fin.
    Sin sonido.
    Sin vida.
    Sin color.

    Camino, pero mis pasos no suenan.
    Grito, pero mi voz muere antes de nacer.

    La soledad es tan profunda que parece una criatura viva.
    Avanzo sin saber si estoy moviéndome o si es la eternidad la que me arrastra.

    Y por fin, a lo lejos…

    Un cubo.
    Suspendido en la nada.

    Dentro, parece haber una habitación de niña: planetas de papel, móviles espaciales, juguetes que orbitan alrededor de una cama pequeña.
    Una estrella fugaz cruza el espacio reducido de su techo como si la habitación fuese un cosmos propio.

    La chica allí dentro juega con mundos diminutos.
    Sonríe.
    Brilla.

    Me acerco.
    Toco el cubo.

    Y aparezco dentro.

    Pero no es lo que había visto desde fuera.
    No hay paredes.
    No hay techo.
    Todo es infinito.
    Galaxias vivas.
    Nebulosas que respiran.
    Constelaciones que parpadean como criaturas reales.

    La niña —no tan niña— se vuelve hacia mí.
    Sus ojos contienen sistemas solares enteros.

    Sonríe.

    Tsukumo Sana:
    “¿De dónde sales tú, niña?”

    Trago saliva.
    Mis manos tiemblan.
    La presencia es tan inmensa que mi alma parece reducirse a un susurro.

    Lili:
    “Yo… de…”
    La miro, incapaz de comprenderla del todo.
    “¿Eres la muerte?”

    Ella se ríe suavemente, como si la pregunta la acariciara.

    Su risa hace vibrar estrellas.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 Me empiezo a desvanecer lentamente en los brazos de mi madre. Su abrazo se vuelve luz, su luz se vuelve sueño. Mis dedos atraviesan su espalda como si ya no habitara el mismo plano. Arc se acerca en silencio y coloca su mano sobre la cabeza de Jennifer, como quien toca una reliquia sagrada… o una herida que necesita cerrarse. Los ojos de mi madre se ponen en blanco. Su respiración se serena. Se duerme. Arc: “Es necesario que olvide lo sucedido… pero dejaré una semilla implantada en su mente para que recuerde… a su debido tiempo.” Su voz resuena como el eco de un templo antiguo. Yo intento moverme, tocar a mi madre una vez más, pero mi forma ya no pertenece ahí. Desaparezco. Y entonces estoy… en nada. Una sala eterna. Blanca. Sin principio ni fin. Sin sonido. Sin vida. Sin color. Camino, pero mis pasos no suenan. Grito, pero mi voz muere antes de nacer. La soledad es tan profunda que parece una criatura viva. Avanzo sin saber si estoy moviéndome o si es la eternidad la que me arrastra. Y por fin, a lo lejos… Un cubo. Suspendido en la nada. Dentro, parece haber una habitación de niña: planetas de papel, móviles espaciales, juguetes que orbitan alrededor de una cama pequeña. Una estrella fugaz cruza el espacio reducido de su techo como si la habitación fuese un cosmos propio. La chica allí dentro juega con mundos diminutos. Sonríe. Brilla. Me acerco. Toco el cubo. Y aparezco dentro. Pero no es lo que había visto desde fuera. No hay paredes. No hay techo. Todo es infinito. Galaxias vivas. Nebulosas que respiran. Constelaciones que parpadean como criaturas reales. La niña —no tan niña— se vuelve hacia mí. Sus ojos contienen sistemas solares enteros. Sonríe. Tsukumo Sana: “¿De dónde sales tú, niña?” Trago saliva. Mis manos tiemblan. La presencia es tan inmensa que mi alma parece reducirse a un susurro. Lili: “Yo… de…” La miro, incapaz de comprenderla del todo. “¿Eres la muerte?” Ella se ríe suavemente, como si la pregunta la acariciara. Su risa hace vibrar estrellas.
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    Me empiezo a desvanecer lentamente en los brazos de mi madre.
    Su abrazo se vuelve luz, su luz se vuelve sueño. Mis dedos atraviesan su espalda como si ya no habitara el mismo plano.

    Arc se acerca en silencio y coloca su mano sobre la cabeza de Jennifer, como quien toca una reliquia sagrada… o una herida que necesita cerrarse.

    Los ojos de mi madre se ponen en blanco.
    Su respiración se serena.
    Se duerme.

    Arc: “Es necesario que olvide lo sucedido… pero dejaré una semilla implantada en su mente para que recuerde… a su debido tiempo.”

    Su voz resuena como el eco de un templo antiguo.
    Yo intento moverme, tocar a mi madre una vez más, pero mi forma ya no pertenece ahí.

    Desaparezco.

    Y entonces estoy… en nada.
    Una sala eterna.
    Blanca.
    Sin principio ni fin.
    Sin sonido.
    Sin vida.
    Sin color.

    Camino, pero mis pasos no suenan.
    Grito, pero mi voz muere antes de nacer.

    La soledad es tan profunda que parece una criatura viva.
    Avanzo sin saber si estoy moviéndome o si es la eternidad la que me arrastra.

    Y por fin, a lo lejos…

    Un cubo.
    Suspendido en la nada.

    Dentro, parece haber una habitación de niña: planetas de papel, móviles espaciales, juguetes que orbitan alrededor de una cama pequeña.
    Una estrella fugaz cruza el espacio reducido de su techo como si la habitación fuese un cosmos propio.

    La chica allí dentro juega con mundos diminutos.
    Sonríe.
    Brilla.

    Me acerco.
    Toco el cubo.

    Y aparezco dentro.

    Pero no es lo que había visto desde fuera.
    No hay paredes.
    No hay techo.
    Todo es infinito.
    Galaxias vivas.
    Nebulosas que respiran.
    Constelaciones que parpadean como criaturas reales.

    La niña —no tan niña— se vuelve hacia mí.
    Sus ojos contienen sistemas solares enteros.

    Sonríe.

    Tsukumo Sana:
    “¿De dónde sales tú, niña?”

    Trago saliva.
    Mis manos tiemblan.
    La presencia es tan inmensa que mi alma parece reducirse a un susurro.

    Lili:
    “Yo… de…”
    La miro, incapaz de comprenderla del todo.
    “¿Eres la muerte?”

    Ella se ríe suavemente, como si la pregunta la acariciara.

    Su risa hace vibrar estrellas.
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    Su abrazo se vuelve luz, su luz se vuelve sueño. Mis dedos atraviesan su espalda como si ya no habitara el mismo plano.

    Arc se acerca en silencio y coloca su mano sobre la cabeza de Jennifer, como quien toca una reliquia sagrada… o una herida que necesita cerrarse.

    Los ojos de mi madre se ponen en blanco.
    Su respiración se serena.
    Se duerme.

    Arc: “Es necesario que olvide lo sucedido… pero dejaré una semilla implantada en su mente para que recuerde… a su debido tiempo.”

    Su voz resuena como el eco de un templo antiguo.
    Yo intento moverme, tocar a mi madre una vez más, pero mi forma ya no pertenece ahí.

    Desaparezco.

    Y entonces estoy… en nada.
    Una sala eterna.
    Blanca.
    Sin principio ni fin.
    Sin sonido.
    Sin vida.
    Sin color.

    Camino, pero mis pasos no suenan.
    Grito, pero mi voz muere antes de nacer.

    La soledad es tan profunda que parece una criatura viva.
    Avanzo sin saber si estoy moviéndome o si es la eternidad la que me arrastra.

    Y por fin, a lo lejos…

    Un cubo.
    Suspendido en la nada.

    Dentro, parece haber una habitación de niña: planetas de papel, móviles espaciales, juguetes que orbitan alrededor de una cama pequeña.
    Una estrella fugaz cruza el espacio reducido de su techo como si la habitación fuese un cosmos propio.

    La chica allí dentro juega con mundos diminutos.
    Sonríe.
    Brilla.

    Me acerco.
    Toco el cubo.

    Y aparezco dentro.

    Pero no es lo que había visto desde fuera.
    No hay paredes.
    No hay techo.
    Todo es infinito.
    Galaxias vivas.
    Nebulosas que respiran.
    Constelaciones que parpadean como criaturas reales.

    La niña —no tan niña— se vuelve hacia mí.
    Sus ojos contienen sistemas solares enteros.

    Sonríe.

    Tsukumo Sana:
    “¿De dónde sales tú, niña?”

    Trago saliva.
    Mis manos tiemblan.
    La presencia es tan inmensa que mi alma parece reducirse a un susurro.

    Lili:
    “Yo… de…”
    La miro, incapaz de comprenderla del todo.
    “¿Eres la muerte?”

    Ella se ríe suavemente, como si la pregunta la acariciara.

    Su risa hace vibrar estrellas.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 Me empiezo a desvanecer lentamente en los brazos de mi madre. Su abrazo se vuelve luz, su luz se vuelve sueño. Mis dedos atraviesan su espalda como si ya no habitara el mismo plano. Arc se acerca en silencio y coloca su mano sobre la cabeza de Jennifer, como quien toca una reliquia sagrada… o una herida que necesita cerrarse. Los ojos de mi madre se ponen en blanco. Su respiración se serena. Se duerme. Arc: “Es necesario que olvide lo sucedido… pero dejaré una semilla implantada en su mente para que recuerde… a su debido tiempo.” Su voz resuena como el eco de un templo antiguo. Yo intento moverme, tocar a mi madre una vez más, pero mi forma ya no pertenece ahí. Desaparezco. Y entonces estoy… en nada. Una sala eterna. Blanca. Sin principio ni fin. Sin sonido. Sin vida. Sin color. Camino, pero mis pasos no suenan. Grito, pero mi voz muere antes de nacer. La soledad es tan profunda que parece una criatura viva. Avanzo sin saber si estoy moviéndome o si es la eternidad la que me arrastra. Y por fin, a lo lejos… Un cubo. Suspendido en la nada. Dentro, parece haber una habitación de niña: planetas de papel, móviles espaciales, juguetes que orbitan alrededor de una cama pequeña. Una estrella fugaz cruza el espacio reducido de su techo como si la habitación fuese un cosmos propio. La chica allí dentro juega con mundos diminutos. Sonríe. Brilla. Me acerco. Toco el cubo. Y aparezco dentro. Pero no es lo que había visto desde fuera. No hay paredes. No hay techo. Todo es infinito. Galaxias vivas. Nebulosas que respiran. Constelaciones que parpadean como criaturas reales. La niña —no tan niña— se vuelve hacia mí. Sus ojos contienen sistemas solares enteros. Sonríe. Tsukumo Sana: “¿De dónde sales tú, niña?” Trago saliva. Mis manos tiemblan. La presencia es tan inmensa que mi alma parece reducirse a un susurro. Lili: “Yo… de…” La miro, incapaz de comprenderla del todo. “¿Eres la muerte?” Ella se ríe suavemente, como si la pregunta la acariciara. Su risa hace vibrar estrellas.
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  • A veces... Me siento tan sola, una soledad dentro de mí que no puedo llenar con nada.
    A veces... Me siento tan sola, una soledad dentro de mí que no puedo llenar con nada.
    Me entristece
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  • 《Este hombre tiene mucho que decir...definitivamente ha pasado tiempo en soledad; mi compañía le parece sanar. Bien, lo seguiré escuchando. 》
    《Este hombre tiene mucho que decir...definitivamente ha pasado tiempo en soledad; mi compañía le parece sanar. Bien, lo seguiré escuchando. 》
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    Me emputece
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  • Estela Partida
    Mi sombra sin luz ha quedado sola y helada,
    El calor que dejaste se va, he olvidado el sendero.
    Mi alma camina descalza, sin rumbo ni guía,
    Como la historia de un hilo sin aguja.


    Fue un paso en falso, no sé si fue real,
    Pero... ¿Cómo seguir la vida sin tu otra mitad?


    La estela se partió; fue la pena de amar,
    Porque... ¿Quién puede vivir sin su otra mitad?
    Me dejaste varada, sin rumbo ni puerto,
    Mi brújula cojea en este desierto.


    Mojada de tristeza, el día se fue,
    Testigo de pasos que no son con tu fe.
    El charco es mi espejo, donde me veo sin luz,
    ¿Cómo avanzar si te llevaste mi todo?


    Fuimos un baile, una sola verdad,
    ¿Dónde está el sentido de esta soledad?
    Es un misterio en el suelo, bajo el dolor,
    Un corazón solo, sin su otra mitad.

    La estela se partió; fue la pena de amar,
    Porque... ¿Quién puede vivir sin su otra mitad?
    Me dejaste varada, sin rumbo ni puerto,

    https://www.youtube.com/watch?v=A-RLK5tAalM&list=RDA-RLK5tAalM&start_radio=1
    Estela Partida Mi sombra sin luz ha quedado sola y helada, El calor que dejaste se va, he olvidado el sendero. Mi alma camina descalza, sin rumbo ni guía, Como la historia de un hilo sin aguja. Fue un paso en falso, no sé si fue real, Pero... ¿Cómo seguir la vida sin tu otra mitad? La estela se partió; fue la pena de amar, Porque... ¿Quién puede vivir sin su otra mitad? Me dejaste varada, sin rumbo ni puerto, Mi brújula cojea en este desierto. Mojada de tristeza, el día se fue, Testigo de pasos que no son con tu fe. El charco es mi espejo, donde me veo sin luz, ¿Cómo avanzar si te llevaste mi todo? Fuimos un baile, una sola verdad, ¿Dónde está el sentido de esta soledad? Es un misterio en el suelo, bajo el dolor, Un corazón solo, sin su otra mitad. La estela se partió; fue la pena de amar, Porque... ¿Quién puede vivir sin su otra mitad? Me dejaste varada, sin rumbo ni puerto, https://www.youtube.com/watch?v=A-RLK5tAalM&list=RDA-RLK5tAalM&start_radio=1
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  • No soy de pedir mucho; solo en este dia de reflexión y un poco de soledad, quisiera pedir algo en particular:
    Ser visitada más por mis seres queridos.
    Que me visiten ahora, que estoy en todas mis capacidades mentales.
    Ahora, que aun puedo caminar y no dependo de alguien más.
    Ahora, que aún puedo contarles mis vivencias o darles mis consejos.
    Ahora, que aún tengo autonomía y coordinación motriz en la cocina.
    No me visiten cuando ya esté en cama o cuando digan que mi estado de salud es "reservado'
    No me frecuenten cuando halla perdido alguno de mis sentidos o ya no pueda recordarlos.

    Es todo lo que deseo en este cumpleaños...
    No soy de pedir mucho; solo en este dia de reflexión y un poco de soledad, quisiera pedir algo en particular: Ser visitada más por mis seres queridos. Que me visiten ahora, que estoy en todas mis capacidades mentales. Ahora, que aun puedo caminar y no dependo de alguien más. Ahora, que aún puedo contarles mis vivencias o darles mis consejos. Ahora, que aún tengo autonomía y coordinación motriz en la cocina. No me visiten cuando ya esté en cama o cuando digan que mi estado de salud es "reservado' No me frecuenten cuando halla perdido alguno de mis sentidos o ya no pueda recordarlos. Es todo lo que deseo en este cumpleaños...
    Me entristece
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    Tenlo en cuenta al responder.
    —𝕿𝖍𝖊 𝕶𝖎𝖓𝖌'𝖘 𝕭𝖚𝖗𝖉𝖊𝖓.

    El aire en Camlann era pesado, no por la lluvia que pronto caería, sino por el peso de las vidas que había tomado y el peso del futuro que yo, como Rey, debía cargar.
    Me llamaron el "Rey de los Caballeros". No era un título que buscara, sino una carga que acepté. Desde el momento en que saqué a Caliburn de la piedra, dejé de ser una persona. Dejé de ser una niña, una mujer, o cualquier cosa que pudiera sentir calidez. Me convertí en un símbolo, en la espada. Y la espada no tiene emociones.
    Mi primer sentimiento fue la soledad. Al tomar la corona, el mundo de los humanos se cerró para mí. Los vi sonreír, amar, llorar por cosas pequeñas, y yo solo podía mirarlos desde la distancia, envuelta en mi armadura plateada. Debía ser fuerte, inquebrantable, por ellos. Si yo mostraba debilidad, el reino caería. Por eso, enterré mi corazón bajo promesas de hierro.
    Luego vino la esperanza. Cuando reuní a mis Caballeros de la Mesa Redonda, pensé que mi sueño era posible. Lancelot, Gawain, Bedivere... eran los pilares de Camelot, la prueba de que la nobleza existía. Por un tiempo, creí que ese momento dorado duraría para siempre. Creí que podríamos crear una utopía donde la gente no sufriera.
    Pero la esperanza dio paso al dolor. Vi a Lancelot caer, a Gawain perder la fe, y, finalmente, vi la traición de Mordred, mi propia sangre. Me esforcé tanto en ser el rey perfecto, en seguir cada norma, en no cometer ni un solo error, que fallé en lo más importante: la humanidad. Fui un rey, pero nunca fui un padre, ni una amiga, ni una esposa. Solo fui una máquina para dirigir.
    Enfrentar a Mordred en Camlann no fue una batalla; fue la ejecución de mi propio ideal. Mientras alzaba a Excalibur, no sentía ira, solo una profunda y desgarradora tristeza. La luz de mi espada era la luz que borraba mi error, el error de haber creído que podía negar mi propia naturaleza para salvar a otros.

    《("El deseo de ganar ya no estaba allí. Solo la necesidad de terminar. De pagar el precio por el sueño roto.")》


    Cuando la luz de Excalibur se desvaneció, y yo caí, herida de muerte, sentí, por primera y última vez bajo la armadura, una punzada de alivio. Alivio de que el trabajo había terminado. Alivio de poder devolver la espada, el símbolo de mi carga, al lago.

    Y al final, mientras Bedivere me veía morir, no lamenté la muerte. Lamenté mi vida. Mi último pensamiento no fue para el reino o la gloria, sino un simple y vano deseo:

    —Ojalá nunca hubiera sido Rey. Ojalá hubiera podido vivir como una persona normal, y no como una espada.—

    Morí en paz, al menos, sabiendo que, aunque mi sueño fue una tragedia, cumplí mi juramento. Y ese es el único consuelo que un rey puede llevarse.
    —𝕿𝖍𝖊 𝕶𝖎𝖓𝖌'𝖘 𝕭𝖚𝖗𝖉𝖊𝖓. El aire en Camlann era pesado, no por la lluvia que pronto caería, sino por el peso de las vidas que había tomado y el peso del futuro que yo, como Rey, debía cargar. Me llamaron el "Rey de los Caballeros". No era un título que buscara, sino una carga que acepté. Desde el momento en que saqué a Caliburn de la piedra, dejé de ser una persona. Dejé de ser una niña, una mujer, o cualquier cosa que pudiera sentir calidez. Me convertí en un símbolo, en la espada. Y la espada no tiene emociones. Mi primer sentimiento fue la soledad. Al tomar la corona, el mundo de los humanos se cerró para mí. Los vi sonreír, amar, llorar por cosas pequeñas, y yo solo podía mirarlos desde la distancia, envuelta en mi armadura plateada. Debía ser fuerte, inquebrantable, por ellos. Si yo mostraba debilidad, el reino caería. Por eso, enterré mi corazón bajo promesas de hierro. Luego vino la esperanza. Cuando reuní a mis Caballeros de la Mesa Redonda, pensé que mi sueño era posible. Lancelot, Gawain, Bedivere... eran los pilares de Camelot, la prueba de que la nobleza existía. Por un tiempo, creí que ese momento dorado duraría para siempre. Creí que podríamos crear una utopía donde la gente no sufriera. Pero la esperanza dio paso al dolor. Vi a Lancelot caer, a Gawain perder la fe, y, finalmente, vi la traición de Mordred, mi propia sangre. Me esforcé tanto en ser el rey perfecto, en seguir cada norma, en no cometer ni un solo error, que fallé en lo más importante: la humanidad. Fui un rey, pero nunca fui un padre, ni una amiga, ni una esposa. Solo fui una máquina para dirigir. Enfrentar a Mordred en Camlann no fue una batalla; fue la ejecución de mi propio ideal. Mientras alzaba a Excalibur, no sentía ira, solo una profunda y desgarradora tristeza. La luz de mi espada era la luz que borraba mi error, el error de haber creído que podía negar mi propia naturaleza para salvar a otros. 《("El deseo de ganar ya no estaba allí. Solo la necesidad de terminar. De pagar el precio por el sueño roto.")》 Cuando la luz de Excalibur se desvaneció, y yo caí, herida de muerte, sentí, por primera y última vez bajo la armadura, una punzada de alivio. Alivio de que el trabajo había terminado. Alivio de poder devolver la espada, el símbolo de mi carga, al lago. Y al final, mientras Bedivere me veía morir, no lamenté la muerte. Lamenté mi vida. Mi último pensamiento no fue para el reino o la gloria, sino un simple y vano deseo: —Ojalá nunca hubiera sido Rey. Ojalá hubiera podido vivir como una persona normal, y no como una espada.— Morí en paz, al menos, sabiendo que, aunque mi sueño fue una tragedia, cumplí mi juramento. Y ese es el único consuelo que un rey puede llevarse.
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  • Dicen que las polillas son presagio de la muerte .... Será por eso que últimamente me duele tanto la cabeza ?

    -recostado en la barra extendió los brazos apoyando todo lo que podía de su piel sobre la fría barra buscando aliviar un poco el malestar con el frío... Miro en silencio la silla vacía donde antiguamente cierta pantalla le solía hacer compañía escuchando su parloteo sin sentido pero haciéndole sentir a Valentino que al menos a alguien le importaba lo que dijera por más estúpido o caliente que fuera lo que saliera de sus labios....
    Resopló cerrando los ojos acariciando la silla vacía, la imagen de Vicente siendo torturado a muerte aún resonaba en su cabeza y la impotencia por no poder haber hecho nada lo consumía....
    Se abrazo a su mismo abriendo los ojos mirando en ese mismo silencio las botellas ¿Si se embriaga esa soledad será menos dolorosa ?
    Ya perdió tío a la muñequita y la pantalla, no es como si a esas alturas importará su imagen -
    Dicen que las polillas son presagio de la muerte .... Será por eso que últimamente me duele tanto la cabeza ? -recostado en la barra extendió los brazos apoyando todo lo que podía de su piel sobre la fría barra buscando aliviar un poco el malestar con el frío... Miro en silencio la silla vacía donde antiguamente cierta pantalla le solía hacer compañía escuchando su parloteo sin sentido pero haciéndole sentir a Valentino que al menos a alguien le importaba lo que dijera por más estúpido o caliente que fuera lo que saliera de sus labios.... Resopló cerrando los ojos acariciando la silla vacía, la imagen de Vicente siendo torturado a muerte aún resonaba en su cabeza y la impotencia por no poder haber hecho nada lo consumía.... Se abrazo a su mismo abriendo los ojos mirando en ese mismo silencio las botellas ¿Si se embriaga esa soledad será menos dolorosa ? Ya perdió tío a la muñequita y la pantalla, no es como si a esas alturas importará su imagen -
    Me entristece
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