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    -Solo hay una reina en este campo de batalla. Tú no pasas de peón.
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  • La Mano de la Reina había comenzado a hablarle a ésta hacía ya un buen par de minutos. Ella, ya estaba cansada de tanta charla sin sentido.

    MR: — Va a convertir el reino en un baño de sangre, si es que ya no lo está convirtiendo. Su Majestad, por favor, escúcheme-.

    La joven reina lo interrumpió.

    — Pues, que lo sea, mi Lord. El fuego corre en mis venas, y ni usted, ni nadie, podrá apagarlo.
    La Mano de la Reina había comenzado a hablarle a ésta hacía ya un buen par de minutos. Ella, ya estaba cansada de tanta charla sin sentido. MR: — Va a convertir el reino en un baño de sangre, si es que ya no lo está convirtiendo. Su Majestad, por favor, escúcheme-. La joven reina lo interrumpió. — Pues, que lo sea, mi Lord. El fuego corre en mis venas, y ni usted, ni nadie, podrá apagarlo.
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  • Un deseo por cumplir.
    Categoría Fantasía
    El infierno no es fuego, al menos no solo eso.

    Bajo la superficie del mundo humano, mucho más allá de su entendimiento y lo comprensible, existe un reino tejido con sombras vivas y estructuras que respiran como si el pisaje tuviera voluntad. En lo más profundo del noveno círculo, entre ruinas flotantes y enormes palacios de obsidiana, se erige la Corte Carmesí, el trono de un largo linaje de poderosos demonios caídos, donde el tiempo se derrama lento y espeso como la sangre ceremonial.

    Neriah Viremont, hija del linaje puro de los primeros, próxima sucesora en el trono como reina de la raza demoníaca, aguarda en ese mundo subterráneo. Con ojos que han visto mil generaciones morir, piel marcada por pactos arcanos, y un corazón que late con curiosidad...no por necesidad. La coronación se acerca, es inminente. Todos los saben. Las demás casas se inclinan con respeto y su nombre recorre el inmenso salón con claro respeto. Aún no estaba lista, aún no podía aceptar el difícil cargo de reina porque había algo más que quería hacer. Algo que ni la eternidad del infierno podían ofrecerle: la experiencia humana.

    [Aquí empezaría nuestro rol]

    Y entonces, la invocación.

    Un zumbido rasga el aire pesado del lugar. Un circulo de invocación se abre a su alrededor flameando con un fulgor que no pertenece al infierno. Reconocía la magia humana, la mujer entrecerró los ojos. Alguien la llamaba.

    A pesar de que tenía un compromiso más grande con su raza, cualquier escapatoria funcionaba. Se dejó arrastrar, no por obligación, sino por aburrimiento. Por impulso.

    El aire cambia.

    De pronto, abre los ojos en una habitación fría, con olor a incienso y tiza. Frente a ella ve una especie diferente, el aspecto humano le parecía tan frágil a diferencia de los demonios. Sabía que estaba ahí para cumplir un deseo a cambio de ofrendas.

    –¿Deseo...?—Murmura, su voz cargada de un acento muy diferente, diferenciandola de ese mundo. —¿Que es lo que quieres, humanx?

    Sus ojos brillantes y astutos como los de un gato recorrieron lo observaron de arriba a abajo. Acababa de tener una increíble idea. Neriah sonríe, con colmillos semi ocultos tras sus labios rojos. No hay compasión en su rostro...solo diversión. Antes de que él torpe humano pudiera responder, ella se apresuró a poner un dedo sobre sus labios para callarlo.

    –Te diré algo. Debes saber que no soy cualquier entidad, no cumplo deseos así como así. Soy la próxima reina de un largo linaje de sangre pura. Pero... — Quito lentamente el dedo sobre sus labios, antes de moverse un poco por la habitación con paso silenciosos como el humo. — Si a cambio, me dejas quedarme un tiempo en tu mundo y enseñarme las cosas humanas que hace tu raza...

    Su mano se extiende, con dedos tan elegantes como letales.

    –Entonces, y solo entonces... consideraré concederte lo que tanto anhelas.
    El infierno no es fuego, al menos no solo eso. Bajo la superficie del mundo humano, mucho más allá de su entendimiento y lo comprensible, existe un reino tejido con sombras vivas y estructuras que respiran como si el pisaje tuviera voluntad. En lo más profundo del noveno círculo, entre ruinas flotantes y enormes palacios de obsidiana, se erige la Corte Carmesí, el trono de un largo linaje de poderosos demonios caídos, donde el tiempo se derrama lento y espeso como la sangre ceremonial. Neriah Viremont, hija del linaje puro de los primeros, próxima sucesora en el trono como reina de la raza demoníaca, aguarda en ese mundo subterráneo. Con ojos que han visto mil generaciones morir, piel marcada por pactos arcanos, y un corazón que late con curiosidad...no por necesidad. La coronación se acerca, es inminente. Todos los saben. Las demás casas se inclinan con respeto y su nombre recorre el inmenso salón con claro respeto. Aún no estaba lista, aún no podía aceptar el difícil cargo de reina porque había algo más que quería hacer. Algo que ni la eternidad del infierno podían ofrecerle: la experiencia humana. [Aquí empezaría nuestro rol] Y entonces, la invocación. Un zumbido rasga el aire pesado del lugar. Un circulo de invocación se abre a su alrededor flameando con un fulgor que no pertenece al infierno. Reconocía la magia humana, la mujer entrecerró los ojos. Alguien la llamaba. A pesar de que tenía un compromiso más grande con su raza, cualquier escapatoria funcionaba. Se dejó arrastrar, no por obligación, sino por aburrimiento. Por impulso. El aire cambia. De pronto, abre los ojos en una habitación fría, con olor a incienso y tiza. Frente a ella ve una especie diferente, el aspecto humano le parecía tan frágil a diferencia de los demonios. Sabía que estaba ahí para cumplir un deseo a cambio de ofrendas. –¿Deseo...?—Murmura, su voz cargada de un acento muy diferente, diferenciandola de ese mundo. —¿Que es lo que quieres, humanx? Sus ojos brillantes y astutos como los de un gato recorrieron lo observaron de arriba a abajo. Acababa de tener una increíble idea. Neriah sonríe, con colmillos semi ocultos tras sus labios rojos. No hay compasión en su rostro...solo diversión. Antes de que él torpe humano pudiera responder, ella se apresuró a poner un dedo sobre sus labios para callarlo. –Te diré algo. Debes saber que no soy cualquier entidad, no cumplo deseos así como así. Soy la próxima reina de un largo linaje de sangre pura. Pero... — Quito lentamente el dedo sobre sus labios, antes de moverse un poco por la habitación con paso silenciosos como el humo. — Si a cambio, me dejas quedarme un tiempo en tu mundo y enseñarme las cosas humanas que hace tu raza... Su mano se extiende, con dedos tan elegantes como letales. –Entonces, y solo entonces... consideraré concederte lo que tanto anhelas.
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  • "¿Alguna vez te has preguntado quien solías ser antes de volverte quien los demas querían que seas?"

    — Aquella pregunta de quien solía ser su mejor amiga, resonaba en su cabeza casi todos los días.

    La extrañaba. La muerte de su confidente la había estado volviendo loca durante meses, y mientras tenía que dedicarse a mantener el reino bajo control, lo único que necesitaba era llorar.

    Pero claro: una reina no llora, una reina no demuestra debilidad. ¿Realmente tenía que tener aquella mala suerte de haber nacido con el peso del trono en sus hombros? Era injusto.

    Alguien hizo que deje de pensar, el Gran Maestre. Pronto recordó que estaba en una cena real, y no había prestado atención a nada de lo que se había dicho ahí. —

    "Su Majestad, ¿se encuentra bien?"

    Si, Maestre Paycell. Solo, tráiganme otra botella de vino, por favor.
    "¿Alguna vez te has preguntado quien solías ser antes de volverte quien los demas querían que seas?" — Aquella pregunta de quien solía ser su mejor amiga, resonaba en su cabeza casi todos los días. La extrañaba. La muerte de su confidente la había estado volviendo loca durante meses, y mientras tenía que dedicarse a mantener el reino bajo control, lo único que necesitaba era llorar. Pero claro: una reina no llora, una reina no demuestra debilidad. ¿Realmente tenía que tener aquella mala suerte de haber nacido con el peso del trono en sus hombros? Era injusto. Alguien hizo que deje de pensar, el Gran Maestre. Pronto recordó que estaba en una cena real, y no había prestado atención a nada de lo que se había dicho ahí. — "Su Majestad, ¿se encuentra bien?" Si, Maestre Paycell. Solo, tráiganme otra botella de vino, por favor.
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  • La torre
    Fandom Kuroshitsuji/Black Butler y otros
    Categoría Aventura
    El carruaje se detuvo frente la imponente entrada.

    Desde la ventana ya podían apreciarse las murallas que rodeaban al castillo, encerrado en un patio extenso y bien cuidado, ubicado en la ribera norte del río Támesis.

    A pesar de ser una estructura antigua, se mantenía regia y majestuosa, recordando que alguna vez sirvió como palacio real.

    —Hemos llegado —anunció Grey, con una sonrisa hacia la dama.

    Fue el primero en bajar para abrirle la puerta y ayudarla a bajar.

    Los guardias apostados en cada lado de la entrada, serios e inamovibles en su tarea, ni parpadearon al verlo ni hicieron asomo de moverse en un permiso silencioso; Charles Grey era el mayordomo y secretario privado de la reina, su paso era indiscutible.

    —¿Qué le parece? —preguntó mientras ingresaba hacia el patio de la edificación. —Es increíble, ¿no cree?
    El carruaje se detuvo frente la imponente entrada. Desde la ventana ya podían apreciarse las murallas que rodeaban al castillo, encerrado en un patio extenso y bien cuidado, ubicado en la ribera norte del río Támesis. A pesar de ser una estructura antigua, se mantenía regia y majestuosa, recordando que alguna vez sirvió como palacio real. —Hemos llegado —anunció Grey, con una sonrisa hacia la dama. Fue el primero en bajar para abrirle la puerta y ayudarla a bajar. Los guardias apostados en cada lado de la entrada, serios e inamovibles en su tarea, ni parpadearon al verlo ni hicieron asomo de moverse en un permiso silencioso; Charles Grey era el mayordomo y secretario privado de la reina, su paso era indiscutible. —¿Qué le parece? —preguntó mientras ingresaba hacia el patio de la edificación. —Es increíble, ¿no cree?
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  • "Perzys se ānogar jāhor sagon va issa ondos. Se nyke jāhor gūrogon se āegenka dēmalion, daor asunto se costó hen issa reinado."
    "Perzys se ānogar jāhor sagon va issa ondos. Se nyke jāhor gūrogon se āegenka dēmalion, daor asunto se costó hen issa reinado."
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  • — La jóven de cabellos platinados, acababa de llegar a su querida Dragonstone en su hermoso dragón: Khaeryan. Sus ropas, las cuales lucía por primera vez, le hacían sentir el poder de la corona, su sangre, y la guerra.

    Ella caminaba con total tranquilidad, subiendo por las rocas, evitando las escaleras, tal como hacía de pequeña. Algunos la juzgaban con la mirada por aún tener esas costumbres incluso ya siendo la reina legítima de Los Siete Reinos. Pero poco le importaban las malas miradas, su única preocupación, eran los susurros.

    Apenas se adentró al castillo, se sentó en el trono de éste y soltó un largo suspiro, como si estuviese dejando salir todo aquello que había guardado con tan solo su aliento. Su claro trabajo ahora, era reinar correctamente ¡y eso era tan exhaustivo! Tener que ser perfecta, hecha y derecha, sin mostrar debilidad ni arrepentimientos.

    Vió como una de las sirvientas caminaba cerca de ella, y la siguió con la mirada hasta poder hablarle. —

    Oiga, señorita. Tráigame una copa de buen vino, por favor.
    — La jóven de cabellos platinados, acababa de llegar a su querida Dragonstone en su hermoso dragón: Khaeryan. Sus ropas, las cuales lucía por primera vez, le hacían sentir el poder de la corona, su sangre, y la guerra. Ella caminaba con total tranquilidad, subiendo por las rocas, evitando las escaleras, tal como hacía de pequeña. Algunos la juzgaban con la mirada por aún tener esas costumbres incluso ya siendo la reina legítima de Los Siete Reinos. Pero poco le importaban las malas miradas, su única preocupación, eran los susurros. Apenas se adentró al castillo, se sentó en el trono de éste y soltó un largo suspiro, como si estuviese dejando salir todo aquello que había guardado con tan solo su aliento. Su claro trabajo ahora, era reinar correctamente ¡y eso era tan exhaustivo! Tener que ser perfecta, hecha y derecha, sin mostrar debilidad ni arrepentimientos. Vió como una de las sirvientas caminaba cerca de ella, y la siguió con la mirada hasta poder hablarle. — Oiga, señorita. Tráigame una copa de buen vino, por favor.
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  • - un dia muy agradable, frreya volveria a su hogar después de hacer unas tareas como reina, esttaria bastante cansada por la jornada de ese dia, tanto asi que se rrelajaria un poco en su habitación, al llegar la tarde.. estaria bastante aburrida, recordando que tenia un collar, asi que llamaria a Elias para que la acompañara en su soledad -

    Elías Ainsworth
    - un dia muy agradable, frreya volveria a su hogar después de hacer unas tareas como reina, esttaria bastante cansada por la jornada de ese dia, tanto asi que se rrelajaria un poco en su habitación, al llegar la tarde.. estaria bastante aburrida, recordando que tenia un collar, asi que llamaria a Elias para que la acompañara en su soledad - [pulse_purple_magpie_831]
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  • En vez de reina de hadas deberia de ser reina de hacer las cosas por impulsos, cuestión es que si viaje a Japón pero volví porque debo actuar como adulta (Si mi hermano me quiere pegar que lo haga me lo merezco) y a partir de ahora esperare aqui a mi amiga, y si me lo permite seguiré molestando a mi hermano, sin huir, ya no debo hacer esas cosas
    En vez de reina de hadas deberia de ser reina de hacer las cosas por impulsos, cuestión es que si viaje a Japón pero volví porque debo actuar como adulta (Si mi hermano me quiere pegar que lo haga me lo merezco) y a partir de ahora esperare aqui a mi amiga, y si me lo permite seguiré molestando a mi hermano, sin huir, ya no debo hacer esas cosas
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  • "—Un baile!? " — En la mirada, a la chica se le notaba la sorpresa. Desde lo sucedido, ella y otras cuantas damas habían sido alojadas al palacio para poner a prueba sus capacidades y habilidades para que una de ellas fuera reina del palacio.

    En cuanto a ella, bueno digamos que no pudo regresar a su casa con su mamá, lo que hizo que no dejara de pensar en las cosas que su madre le haría una vez que la viera, quizás la odiaria y golpearía como cuando niña, o quizás la negaría como a su hermana. Todas esas ideas le aterraron. Sin embargo aquel día anunciaron un baile, pues decían que una señorita al bailar tenía que conectar con la música y sus movimientos tenían que ser delicados y con la gracia de una pluma de un cisne.

    "— Pero yo no sé bailar." — La chica dijo mentalmente mientras todas las personas tenían una clase antes de la fiesta, para probar que tan dignas y agraciadas eran. Mientras tanto ella se quedó inmóvil viendo cómo todos daban vueltas.
    "—Un baile!? " — En la mirada, a la chica se le notaba la sorpresa. Desde lo sucedido, ella y otras cuantas damas habían sido alojadas al palacio para poner a prueba sus capacidades y habilidades para que una de ellas fuera reina del palacio. En cuanto a ella, bueno digamos que no pudo regresar a su casa con su mamá, lo que hizo que no dejara de pensar en las cosas que su madre le haría una vez que la viera, quizás la odiaria y golpearía como cuando niña, o quizás la negaría como a su hermana. Todas esas ideas le aterraron. Sin embargo aquel día anunciaron un baile, pues decían que una señorita al bailar tenía que conectar con la música y sus movimientos tenían que ser delicados y con la gracia de una pluma de un cisne. "— Pero yo no sé bailar." — La chica dijo mentalmente mientras todas las personas tenían una clase antes de la fiesta, para probar que tan dignas y agraciadas eran. Mientras tanto ella se quedó inmóvil viendo cómo todos daban vueltas.
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