༻ ⟪ ⋆★⋆ ⟫ ༺
⟪ Callsign: VIPER ⟫
Nombre: Kalhi NigDurgae.
Edad: 32 años. Altura: 176 cm.
Peso: 76 kg. Origen: EAU.
Raza: Naga (Interventor).
══════ ⋆★⋆ ══════
Fᴜᴇʀᴢᴀs Esᴘᴇᴄɪᴀʟᴇs
══════ ⋆★⋆ ══════
Afiliado a〚 DURGA 〛
Rango: Teniente.
⠉⠉⠉



[Portada: https://www.artstation.com/shott]
  • Género Otro
  • Raza Naga
  • Fandom OC
  • Mercenario
  • Soltero(a)
  • 64 Publicaciones
  • 56 Escenas
  • Se unió en julio 2024
  • 130 Visitas perfil
Otra información
  • Tipo de personaje
    2D
  • Longitud narrativa
    Semi-párrafo , Párrafo
  • Categorías de rol
    Acción , Aventura , Drama , Fantasía , Romance , Original
Fijado
Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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Tenlo en cuenta al responder.
IMPORTANTE, leer antes de joder:

OC Shapeshifter: Kalhi puede ser chica o chico.
NO negociable: Kalhi mantiene su cualidad de shapeshifter 𝐄𝐍 𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎 y no es "averiguable" (ni dioses, ni oler la raza, ni clarividencia, ni en 🫙).
NO negociable: Kalhi posee la habilidad de sintetizar venenos y/o antídotos basados en cualquier entidad viva (sintetiza toxinas específicas dañinas para seres sobrenaturales, además de antídotos).
NO negociable: Kalhi utiliza dos espadas cortas rituales capaces de atravesar cualquier materia (sí, cualquiera, con mayor o menor dificultad).
NO negociable: Kalhi se regenera muy rápidamente (no instantáneamente, sujeto a gravedad/naturaleza del daño y las reservas energéticas de Kalhi).

→ No está relacionada con la milicia. Es civil.
→ Operador de fuerzas especiales. En contexto profesional se le conoce por su alias "Viper".

Lista de personajes que saben su secreto cambiaforma:
Monster. WhiteGlint. Hiro. Wolf. Vidhi.
Suelo aclarar al inicio de cada rol si Kalhi va de "el naga" o "la naga".
☠️ IMPORTANTE, leer antes de joder: 📌 OC Shapeshifter: Kalhi puede ser chica o chico. 📌 NO negociable: Kalhi mantiene su cualidad de shapeshifter 𝐄𝐍 𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎 y no es "averiguable" (ni dioses, ni oler la raza, ni clarividencia, ni 🐤 en 🫙). 📌 NO negociable: Kalhi posee la habilidad de sintetizar venenos y/o antídotos basados en cualquier entidad viva (sintetiza toxinas específicas dañinas para seres sobrenaturales, además de antídotos). 📌 NO negociable: Kalhi utiliza dos espadas cortas rituales capaces de atravesar cualquier materia (sí, cualquiera, con mayor o menor dificultad). 📌 NO negociable: Kalhi se regenera muy rápidamente (no instantáneamente, sujeto a gravedad/naturaleza del daño y las reservas energéticas de Kalhi). ♀️ → No está relacionada con la milicia. Es civil. ♂️ → Operador de fuerzas especiales. En contexto profesional se le conoce por su alias "Viper". 🐍 Lista de personajes que saben su secreto cambiaforma: Monster. WhiteGlint. Hiro. Wolf. Vidhi. 🐍 Suelo aclarar al inicio de cada rol si Kalhi va de "el naga" o "la naga".
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Publicaciones Recientes
  • Prioridades.

    Al final, la vida sigue su curso. Siempre seguirá su curso.
    No importa cuántas veces ganes... o pierdas.
    O cuantas mujeres preñes, ni a cuantos hombres uses.

    La vida sigue. Te pasa por encima, y a todos tus logros. Por encima de tus ubres y de tu paquete. La vida sigue, y no le importas.
    La vida siempre sigue.

    Si quiero fumarme un cigarrillo, lo hago. Y la vida sigue, sin mí.
    Prioridades. Al final, la vida sigue su curso. Siempre seguirá su curso. No importa cuántas veces ganes... o pierdas. O cuantas mujeres preñes, ni a cuantos hombres uses. La vida sigue. Te pasa por encima, y a todos tus logros. Por encima de tus ubres y de tu paquete. La vida sigue, y no le importas. La vida siempre sigue. Si quiero fumarme un cigarrillo, lo hago. Y la vida sigue, sin mí.
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  • La Casa de los Susurros.
    DINÁMICA 1: “Despertar En La Casa”

    Lo último que pudo recordar fue un nombre: Alejandro.
    Y una inevitable canción que se le vino a la cabeza, seguida de un casi incontenible deseo de cantar. Casi.

    Guardó silencio, mientras echaba un vistazo a su alrededor. La canción desapareció rápidamente de su mente sólo para ser reemplazada por una sensación tan familiar como escalofriante.

    Cuando se tiene que dormir en muchas partes, la mente puede desorientarte y creer que se despierta en algún campamento en medio oriente, en una base de reserva, en casa de sus padres o en su apartamento.

    Ninguna de esas opciones era correcta esta vez, pero se sintió como si pudiera tratarse de cualquiera.

    Su celular estaba a su lado, en la mesita de noche, junto a su smartwatch. ¿Cuándo se lo había quitado? Solía dormir con el.

    Se levantó de la cama. Sus pantuflas estaban ahí, justo a sus pies. Se las calzó, suaves y cómodas como siempre. Se echó a dar sin hacer ruido, como de costumbre. Tenía los ojos apenas abiertos, la modorra aún no lo abandonaba. Aún así, conocía el camino. Se acercó a la ventana, como de costumbre, y clavó un dedo en la tierra de la maceta de una plantita carnívora que había allí. Estaba todavía húmeda, no necesitaba regarla.

    Volvió a la mesita de noche, se echó el celular al bolsillo y se puso el smartwatch. Entonces la vio: una nota.

    "Estás a salvo aquí".

    — Oh, ya veo.

    Dijo, hablándole a la notita.

    Una teoría se formó en su cabeza.
    Esta era una casa de seguridad, un refugio. Algo había pasado y habían tenido que borrarlo del mapa, protegerlo. ¿De qué? No lo sabía. Alguien le contactaría en su debido momento.

    #DespertarEnLaCasa
    La Casa de los Susurros. DINÁMICA 1: “Despertar En La Casa” Lo último que pudo recordar fue un nombre: Alejandro. Y una inevitable canción que se le vino a la cabeza, seguida de un casi incontenible deseo de cantar. Casi. Guardó silencio, mientras echaba un vistazo a su alrededor. La canción desapareció rápidamente de su mente sólo para ser reemplazada por una sensación tan familiar como escalofriante. Cuando se tiene que dormir en muchas partes, la mente puede desorientarte y creer que se despierta en algún campamento en medio oriente, en una base de reserva, en casa de sus padres o en su apartamento. Ninguna de esas opciones era correcta esta vez, pero se sintió como si pudiera tratarse de cualquiera. Su celular estaba a su lado, en la mesita de noche, junto a su smartwatch. ¿Cuándo se lo había quitado? Solía dormir con el. Se levantó de la cama. Sus pantuflas estaban ahí, justo a sus pies. Se las calzó, suaves y cómodas como siempre. Se echó a dar sin hacer ruido, como de costumbre. Tenía los ojos apenas abiertos, la modorra aún no lo abandonaba. Aún así, conocía el camino. Se acercó a la ventana, como de costumbre, y clavó un dedo en la tierra de la maceta de una plantita carnívora que había allí. Estaba todavía húmeda, no necesitaba regarla. Volvió a la mesita de noche, se echó el celular al bolsillo y se puso el smartwatch. Entonces la vio: una nota. "Estás a salvo aquí". — Oh, ya veo. Dijo, hablándole a la notita. Una teoría se formó en su cabeza. Esta era una casa de seguridad, un refugio. Algo había pasado y habían tenido que borrarlo del mapa, protegerlo. ¿De qué? No lo sabía. Alguien le contactaría en su debido momento. #DespertarEnLaCasa
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  • El timbre sonó.

    "Alejandro está esperándote con tu pedido", decía la notificación en la app.

    Le gustaba pedir comida de vez en cuando, sólo para apoyar a los muchachos del delivery.

    — Don't call my name, don't call my name~

    El naga puso el videojuego en pausa y se levantó del sofá. Dejó el mando y los auriculares en la mesita de café. Caminó hacia la salida de su apartamento, tendría que bajar varios pisos. Lo haría a pie, por las escaleras de emergencia, para llegar más rápido que en el elevador.

    Tan pronto como abrió la puerta, un duro golpe en la frente le recibió.

    La visión se le fue a negro.
    Todo se apagó.
    El timbre sonó. "Alejandro está esperándote con tu pedido", decía la notificación en la app. Le gustaba pedir comida de vez en cuando, sólo para apoyar a los muchachos del delivery. — Don't call my name, don't call my name~ El naga puso el videojuego en pausa y se levantó del sofá. Dejó el mando y los auriculares en la mesita de café. Caminó hacia la salida de su apartamento, tendría que bajar varios pisos. Lo haría a pie, por las escaleras de emergencia, para llegar más rápido que en el elevador. Tan pronto como abrió la puerta, un duro golpe en la frente le recibió. La visión se le fue a negro. Todo se apagó.
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  • "Pagar por sexo. ¿Por qué no? Cobrar por un buen servicio otorga dignidad. Y no hay nada más sensual que la dignidad bien vestida."

    "Las gratis aburren ya, como las que creen que tener mucha carne las hace especiales, y encima se ofrecen desnudas, como si no fueran todas iguales."

    "Mismo cabello de moda, mismo complejo de princesa sin reino ni realeza ni clase. Mismos tacones, mismo maquillaje, todas sin ropa. Como filetes en un escaparate de carnicería. Si las colgaras en filas y les cortaras las cabezas, ya no podrías distinguir un par de ubres de otras."

    "Mientras tanto, las mujeres que realmente interesan, apenas se ven. Están muy ocupadas queriéndose a sí mismas, siendo especiales, dedicándose a sus cosas. Valiendo la pena, valiendo cada centavo que deseen cobrar."

    El naga pidió autorización antes de compartir la foto junto al número de la señorita en cuestión. Sus colegas lo agradecerían tanto como él.
    "Pagar por sexo. ¿Por qué no? Cobrar por un buen servicio otorga dignidad. Y no hay nada más sensual que la dignidad bien vestida." "Las gratis aburren ya, como las que creen que tener mucha carne las hace especiales, y encima se ofrecen desnudas, como si no fueran todas iguales." "Mismo cabello de moda, mismo complejo de princesa sin reino ni realeza ni clase. Mismos tacones, mismo maquillaje, todas sin ropa. Como filetes en un escaparate de carnicería. Si las colgaras en filas y les cortaras las cabezas, ya no podrías distinguir un par de ubres de otras." "Mientras tanto, las mujeres que realmente interesan, apenas se ven. Están muy ocupadas queriéndose a sí mismas, siendo especiales, dedicándose a sus cosas. Valiendo la pena, valiendo cada centavo que deseen cobrar." El naga pidió autorización antes de compartir la foto junto al número de la señorita en cuestión. Sus colegas lo agradecerían tanto como él.
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  • ⎣ Segundo Contacto. ⎤

    Viper avanzaba arrastrándose entre muros derretidos y cadáveres medio disueltos.

    El corazón de la criatura latía como un tambor de guerra, oculto en algún punto de la oscuridad. Cada pulsación se sentía en el acero doblado, vibrando en los cimientos.

    Ya la había visto una vez. Bastaba con eso.

    "Ocho extremidades. Flanco izquierdo expuesto tras cargar. Siente el miedo. Carga sin medida, no le importa herirse a sí misma en el proceso. La sangre que salpica es corrosiva".

    Encendió su linterna de emergencia. Nunca la necesitaba dada su visión nocturna. Pero esta vez requería de una fuente de luz blanca constante. La criatura parecía temerle, era su única ventaja.
    Dos minutos de batería.
    Nada más.

    Y el silencio se acabó.

    "Lúgubre" cayó desde lo alto como un alud de carne, huesos y furia. Viper rodó hacia un costado justo a tiempo. La criatura embistió contra una pared, se rompió la cabeza y siguió andando como si nada. La sangre que brotó no era sangre: era una sustancia oscura, viscosa, con vida propia.

    Una gota salpicó el brazo de Viper. La tela se deshizo, la piel se oscureció al instante. Era necrosis acelerada.
    Sin vacilar, sacó su cuchillo táctico y cortó la zona afectada de un tajo. Sin anestesia. Sin sonido alguno.
    Si no lo hacía, perdería el brazo.
    Ya lo había visto pasar.

    El monstruo giró la cabeza, sus múltiples mandíbulas crispándose en direcciones sin lógica anatómica.

    Viper se agazapó. Respiró una vez. Encendió su linterna y bañó de luz los ojos de Lúgubre, que sacudió la cabeza, enceguecido. Alzó el lanzagranadas y apuntó a una de las patas traseras. Disparó una granada de fósforo, la explosión y el posterior incendio desmaterializó buena parte de los músculos retorcidos que sostenían la pata. Disparó una vez más, esta vez hacia el techo, y las vigas de acero derretido cayeron de lo más alto alrededor y encima de la criatura. Estaba encerrada. Inmovilizada.

    Era todo lo que Viper necesitaba.

    Se acercó y saltó, cayó sobre el lomo resbaladizo de sangre corrosiva y carne expuesta. Sus botas se quemaron, después sus pies. Clavó la jeringa con la toxina modificada directo entre las vértebras de la columna expuesta, entre placas óseas abiertas como galletas picadas.

    El veneno interrumpiría el latido interdimensional de la criatura, desconectándola de su fuente vital.

    Lúgubre chilló, aunque sin ruido: con vibración. Una ráfaga de infrasonidos que aturdieron el oído de serpiente del naga.

    Viper se tambaleó y cayó, resbaló por el costado de la criatura hasta dar contra el suelo. Y Lúgubre sacudió las patas en el aire, víctima de un infarto interdimensional. De pronto, clavó sus patas contra el piso, una de ellas atravesó a Viper de lado a lado.

    Lúgubre convulsionó, luego comenzó a inclinarse. Hasta que cayó de costado, aplastando las piernas de Viper.

    Viper sintió como su sangre se mezclaba con la de la criatura en un charco debajo de ambos, luego sintió su cuerpo deteriorándose, sus piernas empezaban a necrosarse. La corrosión de Lúgubre le alcanzaba. Pero no avanzó más allá, su propia regeneración se adaptaba a la corrosión para neutralizarla.

    ¿Sería su cuerpo capaz de restituir la carne necrosada?
    No estaría despierto para descubrirlo.
    ⎣ Segundo Contacto. ⎤ Viper avanzaba arrastrándose entre muros derretidos y cadáveres medio disueltos. El corazón de la criatura latía como un tambor de guerra, oculto en algún punto de la oscuridad. Cada pulsación se sentía en el acero doblado, vibrando en los cimientos. Ya la había visto una vez. Bastaba con eso. "Ocho extremidades. Flanco izquierdo expuesto tras cargar. Siente el miedo. Carga sin medida, no le importa herirse a sí misma en el proceso. La sangre que salpica es corrosiva". Encendió su linterna de emergencia. Nunca la necesitaba dada su visión nocturna. Pero esta vez requería de una fuente de luz blanca constante. La criatura parecía temerle, era su única ventaja. Dos minutos de batería. Nada más. Y el silencio se acabó. "Lúgubre" cayó desde lo alto como un alud de carne, huesos y furia. Viper rodó hacia un costado justo a tiempo. La criatura embistió contra una pared, se rompió la cabeza y siguió andando como si nada. La sangre que brotó no era sangre: era una sustancia oscura, viscosa, con vida propia. Una gota salpicó el brazo de Viper. La tela se deshizo, la piel se oscureció al instante. Era necrosis acelerada. Sin vacilar, sacó su cuchillo táctico y cortó la zona afectada de un tajo. Sin anestesia. Sin sonido alguno. Si no lo hacía, perdería el brazo. Ya lo había visto pasar. El monstruo giró la cabeza, sus múltiples mandíbulas crispándose en direcciones sin lógica anatómica. Viper se agazapó. Respiró una vez. Encendió su linterna y bañó de luz los ojos de Lúgubre, que sacudió la cabeza, enceguecido. Alzó el lanzagranadas y apuntó a una de las patas traseras. Disparó una granada de fósforo, la explosión y el posterior incendio desmaterializó buena parte de los músculos retorcidos que sostenían la pata. Disparó una vez más, esta vez hacia el techo, y las vigas de acero derretido cayeron de lo más alto alrededor y encima de la criatura. Estaba encerrada. Inmovilizada. Era todo lo que Viper necesitaba. Se acercó y saltó, cayó sobre el lomo resbaladizo de sangre corrosiva y carne expuesta. Sus botas se quemaron, después sus pies. Clavó la jeringa con la toxina modificada directo entre las vértebras de la columna expuesta, entre placas óseas abiertas como galletas picadas. El veneno interrumpiría el latido interdimensional de la criatura, desconectándola de su fuente vital. Lúgubre chilló, aunque sin ruido: con vibración. Una ráfaga de infrasonidos que aturdieron el oído de serpiente del naga. Viper se tambaleó y cayó, resbaló por el costado de la criatura hasta dar contra el suelo. Y Lúgubre sacudió las patas en el aire, víctima de un infarto interdimensional. De pronto, clavó sus patas contra el piso, una de ellas atravesó a Viper de lado a lado. Lúgubre convulsionó, luego comenzó a inclinarse. Hasta que cayó de costado, aplastando las piernas de Viper. Viper sintió como su sangre se mezclaba con la de la criatura en un charco debajo de ambos, luego sintió su cuerpo deteriorándose, sus piernas empezaban a necrosarse. La corrosión de Lúgubre le alcanzaba. Pero no avanzó más allá, su propia regeneración se adaptaba a la corrosión para neutralizarla. ¿Sería su cuerpo capaz de restituir la carne necrosada? No estaría despierto para descubrirlo.
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  • Fue otro rechazo como cualquier otro. ¿O no? No. Parecía que no.

    Sus compañeros le vieron ensimismado, más distante de lo normal -lo cual era mucho decir- mientras se ajustaba el chaleco. Más callado de lo normal, mientras adhería equipamiento.

    Viper no reparó en las miradas ajenas. ¿Para qué? A nadie le importaba.

    Porque, al final... ¿Qué valor podría tener alguien que ni los condenados desean tener cerca?

    Luego se enderezó. Otra misión lo esperaba. Otra excusa para no pensar. Otra noche más para perderse entre órdenes y silencio.
    Fue otro rechazo como cualquier otro. ¿O no? No. Parecía que no. Sus compañeros le vieron ensimismado, más distante de lo normal -lo cual era mucho decir- mientras se ajustaba el chaleco. Más callado de lo normal, mientras adhería equipamiento. Viper no reparó en las miradas ajenas. ¿Para qué? A nadie le importaba. Porque, al final... ¿Qué valor podría tener alguien que ni los condenados desean tener cerca? Luego se enderezó. Otra misión lo esperaba. Otra excusa para no pensar. Otra noche más para perderse entre órdenes y silencio.
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