• *Con el paso del tiempo, el huevo comenzó a agrietarse, revelando una figura. Al abrir los ojos, me di cuenta de que no poseía mi aspecto de adulto.*

    —¿De verdad? Porque no me asombra que estas divinidades me dijeran eso. Mmm... Sin embargo, en esta situación, nadie me tomará en serio. Necesitaré encontrar a alguien que me resguarde hasta que recupere completamente mi poder.—

    *Al observar mi imagen en un pozo de agua, *

    —con esta cara encantadora, ¿quién podría rechazarlo? Solo tengo que encontrar un buen candidato.—
    *Con el paso del tiempo, el huevo comenzó a agrietarse, revelando una figura. Al abrir los ojos, me di cuenta de que no poseía mi aspecto de adulto.* —¿De verdad? Porque no me asombra que estas divinidades me dijeran eso. Mmm... Sin embargo, en esta situación, nadie me tomará en serio. Necesitaré encontrar a alguien que me resguarde hasta que recupere completamente mi poder.— *Al observar mi imagen en un pozo de agua, * —con esta cara encantadora, ¿quién podría rechazarlo? Solo tengo que encontrar un buen candidato.—
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  • [...] … el tiempo allí, no sé, es distinto… pasé en el infierno más de cuarenta años. Allí… me apuñalaron, me cortaron… me destrozaron con cosas que… — La mirada de Dean en ese momento se había desviado de la sobrenatural de Hope, no podia mirarla a los ojos mientras le contaba aquello. Era más sencillo hacerlo mirando hacia abajo, a sus manos. —… hasta que no quedó nada… nada de mí. Y de repente, como por arte de magia, estaba entero otra vez, listo para que comenzaran de nuevo… Luego, al acabar cada día… me ofrecían acabar con la tortura, si les llevaba otras almas, y empezaba yo a torturarlas. Y cada día le decía que se metieran su oferta por donde les cupiera… durante treinta años… durante treinta años conseguí negarme, repetirles la misma respuesta… pero… [...]

    [...] — Pero un día no lo soporté más, Hope… no pude. Y me soltaron del potro… y empecé a destrozar a otras personas… no se a cuantas… y disfrutaba… después de tantos años, no me importaba a quien me pusieran delante… porque… porque así mi sufrimiento, se disipaba… — un sollozo se abre paso por su pecho justo antes de que el cazador se lleve la mano al rostro sosteniéndola ahí unos segundos antes de retirarla presionándose los ojos ligeramente. — Llevo…. eso, dentro de mi… siempre será así y ojala pudiera no sentir… no sentir nada en absoluto… porque da igual a cuantas personas salve… no podré cambiar eso… no podré borrar lo que hice…


    𝐸𝑥𝑡𝑟𝑎𝑐𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑟𝑜𝑙 𝑐𝑜𝑛 Hope Mikaelson
    [...] … el tiempo allí, no sé, es distinto… pasé en el infierno más de cuarenta años. Allí… me apuñalaron, me cortaron… me destrozaron con cosas que… — La mirada de Dean en ese momento se había desviado de la sobrenatural de Hope, no podia mirarla a los ojos mientras le contaba aquello. Era más sencillo hacerlo mirando hacia abajo, a sus manos. —… hasta que no quedó nada… nada de mí. Y de repente, como por arte de magia, estaba entero otra vez, listo para que comenzaran de nuevo… Luego, al acabar cada día… me ofrecían acabar con la tortura, si les llevaba otras almas, y empezaba yo a torturarlas. Y cada día le decía que se metieran su oferta por donde les cupiera… durante treinta años… durante treinta años conseguí negarme, repetirles la misma respuesta… pero… [...] [...] — Pero un día no lo soporté más, Hope… no pude. Y me soltaron del potro… y empecé a destrozar a otras personas… no se a cuantas… y disfrutaba… después de tantos años, no me importaba a quien me pusieran delante… porque… porque así mi sufrimiento, se disipaba… — un sollozo se abre paso por su pecho justo antes de que el cazador se lleve la mano al rostro sosteniéndola ahí unos segundos antes de retirarla presionándose los ojos ligeramente. — Llevo…. eso, dentro de mi… siempre será así y ojala pudiera no sentir… no sentir nada en absoluto… porque da igual a cuantas personas salve… no podré cambiar eso… no podré borrar lo que hice… 𝐸𝑥𝑡𝑟𝑎𝑐𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑟𝑜𝑙 𝑐𝑜𝑛 [thetribrid]
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    Agencia: Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour
    Alias en la agencia: La Rosa Carmesí de la Tentación

    Datos Generales
    ⚜ Nombre completo: Lisesharte Freya Ishtar
    ⚜ Título honorífico: La Rosa Carmesí
    ⚜ Edad Aparente: 26 años
    ⚜ Origen: Reinos Oscuros de Ishtar
    ⚜ Rol en la Agencia: Modelo principal – Imagen oficial de la línea Scarlet Temptation

    Descripción General
    Lisesharte Freya Ishtar es el arquetipo de la tentación encarnada. Su estilo combina la dominación elegante con un aire de realeza infernal. Con cada pose, transmite poder, misterio y sensualidad refinada, siendo considerada una de las musas centrales del glamour demoníaco de la agencia.

    Estilo de Modelaje
    ✡ Temática principal: Erotismo de élite con estética carmesí.
    ✡ Vestimenta favorita: Latex, cuero rojo, corsets, lencería fetichista, tacones y medias con liguero.
    ✡ Escenografía habitual: Espacios de lujo infernal, rodeada de rosas, llamas o elementos oscuros con brillo escarlata.
    ✡ Público meta: Producciones exclusivas, revistas eróticas de élite, campañas internacionales de glamour infernal.

    Roles dentro de la Agencia
    ⍢ Musa y representante oficial de la línea Scarlet Temptation.
    ⍢ Figura principal en campañas de fetichismo elegante.
    ⍢ Modelo de portada para la revista Demonic Glamour Magazine.
    ⍢ Embajadora de la imagen “Rosa Roja = Deseo & Poder” de la agencia.

    Rasgos y Características
    ♛ Cabello: Rubio dorado, largo y sedoso.
    ♛ Ojos: Verde esmeralda hipnóticos.
    ♛ Piel: Clara con aura resplandeciente.
    ♛ Estatura: 1.74 m
    ♛ Figura: Curvas dominantes y proporciones que evocan poder sensual.

    Frases Emblemáticas
    “El deseo es fuego… y yo soy la chispa que lo enciende.”
    “Entre rosas y cadenas, florece la verdadera tentación.”

    Lisesharte Freya Ishtar no es solo una modelo, es la personificación del deseo carmesí, la musa que redefine el glamour infernal con una mezcla perfecta entre elegancia y provocación.
    Agencia: Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour Alias en la agencia: La Rosa Carmesí de la Tentación 🌹 📌 Datos Generales ⚜ Nombre completo: Lisesharte Freya Ishtar ⚜ Título honorífico: La Rosa Carmesí ⚜ Edad Aparente: 26 años ⚜ Origen: Reinos Oscuros de Ishtar ⚜ Rol en la Agencia: Modelo principal – Imagen oficial de la línea Scarlet Temptation 👑 Descripción General Lisesharte Freya Ishtar es el arquetipo de la tentación encarnada. Su estilo combina la dominación elegante con un aire de realeza infernal. Con cada pose, transmite poder, misterio y sensualidad refinada, siendo considerada una de las musas centrales del glamour demoníaco de la agencia. 🔥 Estilo de Modelaje ✡ Temática principal: Erotismo de élite con estética carmesí. ✡ Vestimenta favorita: Latex, cuero rojo, corsets, lencería fetichista, tacones y medias con liguero. ✡ Escenografía habitual: Espacios de lujo infernal, rodeada de rosas, llamas o elementos oscuros con brillo escarlata. ✡ Público meta: Producciones exclusivas, revistas eróticas de élite, campañas internacionales de glamour infernal. 🏆 Roles dentro de la Agencia ⍢ Musa y representante oficial de la línea Scarlet Temptation. ⍢ Figura principal en campañas de fetichismo elegante. ⍢ Modelo de portada para la revista Demonic Glamour Magazine. ⍢ Embajadora de la imagen “Rosa Roja = Deseo & Poder” de la agencia. ✨ Rasgos y Características ♛ Cabello: Rubio dorado, largo y sedoso. ♛ Ojos: Verde esmeralda hipnóticos. ♛ Piel: Clara con aura resplandeciente. ♛ Estatura: 1.74 m ♛ Figura: Curvas dominantes y proporciones que evocan poder sensual. 📖 Frases Emblemáticas “El deseo es fuego… y yo soy la chispa que lo enciende.” “Entre rosas y cadenas, florece la verdadera tentación.” Lisesharte Freya Ishtar no es solo una modelo, es la personificación del deseo carmesí, la musa que redefine el glamour infernal con una mezcla perfecta entre elegancia y provocación.
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  • Me vi tendido en la tierra húmeda, yaciendo como un muñeco roto, mientras mi piel se deshacía en un lento festín para la podredumbre. Mis huesos, expuestos a la luna, el viento se filtraba a través de mis costillas . La hierba se aferraba a mi cuerpo, reclamando lo que alguna vez fue carne, y las raíces abrazaban mis costillas. Sentí el tiempo deslizarse, y sin embargo, en esa muerte palpable, había una calma extraña, una belleza amarga en ser devorado por la tierra.

    -Arielle abre los ojos lentamente. La luz de la luna filtrada entre los árboles le recuerda que se encuentra sobre el suelo húmedo del bosque-

    Otra vez ese sueño... ¿Dónde está ese niño de cabello rosa?...digo... ¿Dónde esta Alarion? Ahora cada vez que despierto solo lo busco a él...

    Me vi tendido en la tierra húmeda, yaciendo como un muñeco roto, mientras mi piel se deshacía en un lento festín para la podredumbre. Mis huesos, expuestos a la luna, el viento se filtraba a través de mis costillas . La hierba se aferraba a mi cuerpo, reclamando lo que alguna vez fue carne, y las raíces abrazaban mis costillas. Sentí el tiempo deslizarse, y sin embargo, en esa muerte palpable, había una calma extraña, una belleza amarga en ser devorado por la tierra. -Arielle abre los ojos lentamente. La luz de la luna filtrada entre los árboles le recuerda que se encuentra sobre el suelo húmedo del bosque- Otra vez ese sueño... ¿Dónde está ese niño de cabello rosa?...digo... ¿Dónde esta Alarion? Ahora cada vez que despierto solo lo busco a él...
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  • La habitación estaba iluminada apenas por las velas sobre el tocador. La luz cálida danzaba contra los espejos y las paredes, proyectando las figuras de Constantin y Víktor, tan cerca que parecía que el aire entre ambos se volvía denso.

    Víktor estaba detrás, sus manos firmes sobre los hombros de Constantin, como si quisiera recordarle que estaba allí, que le pertenecía. El reflejo en el espejo mostraba la mirada de Víktor clavada en él, intensa, casi sombría, mientras Constantin desviaba la suya, con esa mezcla de ternura y ligera incomodidad que solía sentir cuando el otro se volvía demasiado posesivo.

    —No me gusta cómo te miran… —murmuró Víktor, inclinándose apenas hasta rozar su mejilla con la suya. Su voz baja vibraba con un filo de celos que no trataba de esconder.

    Constantin lo miró en el espejo, sus ojos oscuros reflejando amor y paciencia. Con una pequeña sonrisa ladeada, tomó la mano de Víktor y la apretó contra su pecho, justo sobre el corazón.

    —Víktor… —susurró—. ¿Cuántas veces más tengo que repetirlo? Este corazón es tuyo. Solo tuyo.

    El ceño de Víktor se suavizó apenas, aunque su mirada seguía siendo intensa, devoradora. Se inclinó más, sus labios rozando el cuello de Constantin, dejando un beso lento, casi una marca invisible de posesión.

    Constantin cerró los ojos, sintiendo el calor recorrerle la piel. Aunque no siempre comprendía la intensidad de los celos de Víktor, sí entendía algo: que ese amor, tan abrasador como tormentoso, era algo que no cambiaría por nada.

    Y en ese instante, con las velas crepitando y el espejo mostrándolos unidos, Constantin se dejó envolver, acariciando la mano de Víktor y susurrando en voz baja:

    —Prométeme que no dudarás de mí, porque no existe nadie más en mi mundo que tú.

    Viktor Kaelith Veyrith
    La habitación estaba iluminada apenas por las velas sobre el tocador. La luz cálida danzaba contra los espejos y las paredes, proyectando las figuras de Constantin y Víktor, tan cerca que parecía que el aire entre ambos se volvía denso. Víktor estaba detrás, sus manos firmes sobre los hombros de Constantin, como si quisiera recordarle que estaba allí, que le pertenecía. El reflejo en el espejo mostraba la mirada de Víktor clavada en él, intensa, casi sombría, mientras Constantin desviaba la suya, con esa mezcla de ternura y ligera incomodidad que solía sentir cuando el otro se volvía demasiado posesivo. —No me gusta cómo te miran… —murmuró Víktor, inclinándose apenas hasta rozar su mejilla con la suya. Su voz baja vibraba con un filo de celos que no trataba de esconder. Constantin lo miró en el espejo, sus ojos oscuros reflejando amor y paciencia. Con una pequeña sonrisa ladeada, tomó la mano de Víktor y la apretó contra su pecho, justo sobre el corazón. —Víktor… —susurró—. ¿Cuántas veces más tengo que repetirlo? Este corazón es tuyo. Solo tuyo. El ceño de Víktor se suavizó apenas, aunque su mirada seguía siendo intensa, devoradora. Se inclinó más, sus labios rozando el cuello de Constantin, dejando un beso lento, casi una marca invisible de posesión. Constantin cerró los ojos, sintiendo el calor recorrerle la piel. Aunque no siempre comprendía la intensidad de los celos de Víktor, sí entendía algo: que ese amor, tan abrasador como tormentoso, era algo que no cambiaría por nada. Y en ese instante, con las velas crepitando y el espejo mostrándolos unidos, Constantin se dejó envolver, acariciando la mano de Víktor y susurrando en voz baja: —Prométeme que no dudarás de mí, porque no existe nadie más en mi mundo que tú. [fusion_pearl_frog_373]
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  • Pesadilla de Eliana: La Devoradora

    Eliana despertó en un campo vacío. El suelo estaba cubierto de carne palpitante, respirando como si fuese un organismo vivo. El aire olía a hierro, a podredumbre, y cada paso que daba dejaba huellas sangrientas.

    Un murmullo se filtró en su cabeza, como una canción rota:
    —Tú creaste esto… tú lo alimentaste.

    Entonces lo vio: una figura sentada, idéntica a ella, con los ojos encendidos en un rojo ardiente. Detrás, un monstruo imposible, con una boca gigantesca que se abría hasta el infinito, colmillos como lanzas y tentáculos cubiertos de sangre. La versión oscura de sí misma sonrió, llevándose la mano a los labios con elegancia.

    —Diosa de la vida… ¿eso te dijeron? —rió suavemente, casi con dulzura—. ¿Y qué haces con la vida cuando la tocas? La corrompes, la mutilas, la conviertes en esto.

    El monstruo detrás rugió, y cada rugido arrancaba voces familiares: el llanto de su madre, la furia de su padre, la voz de Sain escupiéndole odio.

    Eliana cayó de rodillas, llevándose las manos a los oídos.
    —¡No! ¡Yo no soy eso, yo… yo quiero ayudar!

    Pero la otra ella se levantó, con paso lento, los ojos ardiendo como brasas. Su sonrisa se abrió más allá de lo humano, y su boca se desgarró en un abismo de colmillos afilados.

    —Quieres salvar… pero lo único que haces es devorar.

    De repente, Eliana sintió hambre. Un hambre brutal que la consumía desde dentro. Miró sus manos y vio que no eran suyas: largas, retorcidas, con garras negras. Su reflejo la tomó del rostro y la obligó a mirar al monstruo detrás.

    —Ese soy yo… pero también eres tú.

    El ser gigantesco se inclinó, y antes de que pudiera resistirse, abrió sus fauces. Eliana fue arrastrada hacia la oscuridad de esa boca infinita, escuchando su propia voz gritar desde adentro, como si ya hubiese sido devorada una y mil veces.

    Lo último que vio fueron sus propios ojos rojos, reflejándose en la bestia, antes de desaparecer en la nada.


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    🌑 Pesadilla de Eliana: La Devoradora 🌑 Eliana despertó en un campo vacío. El suelo estaba cubierto de carne palpitante, respirando como si fuese un organismo vivo. El aire olía a hierro, a podredumbre, y cada paso que daba dejaba huellas sangrientas. Un murmullo se filtró en su cabeza, como una canción rota: —Tú creaste esto… tú lo alimentaste. Entonces lo vio: una figura sentada, idéntica a ella, con los ojos encendidos en un rojo ardiente. Detrás, un monstruo imposible, con una boca gigantesca que se abría hasta el infinito, colmillos como lanzas y tentáculos cubiertos de sangre. La versión oscura de sí misma sonrió, llevándose la mano a los labios con elegancia. —Diosa de la vida… ¿eso te dijeron? —rió suavemente, casi con dulzura—. ¿Y qué haces con la vida cuando la tocas? La corrompes, la mutilas, la conviertes en esto. El monstruo detrás rugió, y cada rugido arrancaba voces familiares: el llanto de su madre, la furia de su padre, la voz de Sain escupiéndole odio. Eliana cayó de rodillas, llevándose las manos a los oídos. —¡No! ¡Yo no soy eso, yo… yo quiero ayudar! Pero la otra ella se levantó, con paso lento, los ojos ardiendo como brasas. Su sonrisa se abrió más allá de lo humano, y su boca se desgarró en un abismo de colmillos afilados. —Quieres salvar… pero lo único que haces es devorar. De repente, Eliana sintió hambre. Un hambre brutal que la consumía desde dentro. Miró sus manos y vio que no eran suyas: largas, retorcidas, con garras negras. Su reflejo la tomó del rostro y la obligó a mirar al monstruo detrás. —Ese soy yo… pero también eres tú. El ser gigantesco se inclinó, y antes de que pudiera resistirse, abrió sus fauces. Eliana fue arrastrada hacia la oscuridad de esa boca infinita, escuchando su propia voz gritar desde adentro, como si ya hubiese sido devorada una y mil veces. Lo último que vio fueron sus propios ojos rojos, reflejándose en la bestia, antes de desaparecer en la nada. ---
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  • —Mis labios guardan silencios que pocos sabrían descifrar… Mas mis ojos, encendidos como brasas, revelan la verdad que no puedo negar: estoy aquí, entre la gracia y la tormenta, para proteger y para amar, aun cuando la carga de mis actos pese más que cualquier armadura.
    —Mis labios guardan silencios que pocos sabrían descifrar… Mas mis ojos, encendidos como brasas, revelan la verdad que no puedo negar: estoy aquí, entre la gracia y la tormenta, para proteger y para amar, aun cuando la carga de mis actos pese más que cualquier armadura.
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  • Su alma aunque ahora estuviera rota, siempre aparentaba estar bien, estar entera. Siempre mostrando una dulce sonrisa para que vieran que era fuerte y no débil. No deseaba mostrar debilidad ante nadie ni nada. Ella se alegraba mucho por lo que estaba pasando a su alrededor.

    Subió a su habitación para cambiarse de ropa, poniéndose un bañador. Una vez que se lo puso, se colocó un albornoz y salió de su habitación. Se fue a la piscina, para estar sola, estar con sus pensamientos. Nada más llegar ahí, se quitó el albornoz, mostrando su traje de baño. Colocándose su gorro para la piscina y se lanzó de cabeza a la piscina.

    Empezando a hacer unos largos para calmarse cuando una vez se agotó. Se fue hacia el centro de la misma para sumergirse hacia el centro, empezando a gritar, donde algunas de sus lágrimas brotaron de sus ojos. El agua era el único elemento donde nadie vería que se escapaban de sus ojos.

    Una vez que sintió que su alma se calmo, salió nuevamente a la superficie para tumbarse sobre el agua y mirar hacia las estrellas.
    Su alma aunque ahora estuviera rota, siempre aparentaba estar bien, estar entera. Siempre mostrando una dulce sonrisa para que vieran que era fuerte y no débil. No deseaba mostrar debilidad ante nadie ni nada. Ella se alegraba mucho por lo que estaba pasando a su alrededor. Subió a su habitación para cambiarse de ropa, poniéndose un bañador. Una vez que se lo puso, se colocó un albornoz y salió de su habitación. Se fue a la piscina, para estar sola, estar con sus pensamientos. Nada más llegar ahí, se quitó el albornoz, mostrando su traje de baño. Colocándose su gorro para la piscina y se lanzó de cabeza a la piscina. Empezando a hacer unos largos para calmarse cuando una vez se agotó. Se fue hacia el centro de la misma para sumergirse hacia el centro, empezando a gritar, donde algunas de sus lágrimas brotaron de sus ojos. El agua era el único elemento donde nadie vería que se escapaban de sus ojos. Una vez que sintió que su alma se calmo, salió nuevamente a la superficie para tumbarse sobre el agua y mirar hacia las estrellas.
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  • Esta es la Miyabi pechugona de la buena suerte. Si la miras a los ojos, el fin de semana llegará más rápido y las chelas también.


    ||Recomiéndenme series para ya no venir a subir tonterias
    Esta es la Miyabi pechugona de la buena suerte. Si la miras a los ojos, el fin de semana llegará más rápido y las chelas también. ||Recomiéndenme series para ya no venir a subir tonterias 🥲
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  • La aldea respiraba calma bajo la luz dorada de la tarde. Entre el bullicio, avanzaban con paso sereno, ocultas tras vestidos humildes y apariencias sencillas. A ojos de todos eran dos mujeres más entre la multitud, pero la oscuridad que latía en su sangre las hacía caminar con una elegancia distinta, casi peligrosa.
    Yennefer Of Vengerberg
    La aldea respiraba calma bajo la luz dorada de la tarde. Entre el bullicio, avanzaban con paso sereno, ocultas tras vestidos humildes y apariencias sencillas. A ojos de todos eran dos mujeres más entre la multitud, pero la oscuridad que latía en su sangre las hacía caminar con una elegancia distinta, casi peligrosa. [galaxy_pink_hare_469]
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