• El Laberinto de Cristal ᴸ ᴵ ᴮ ᴿ ᴱ
    Fandom Original
    Categoría Acción
    Baja del ascensor y la realidad se tambalea.

    Donde debería haber un pasillo elegante hacia la cafetería de la última planta, hay un corredor angosto, estrecho, con paredes de espejo que se estiran y retuercen hacia lo imposible. Reflejos distorsionados la miran desde ángulos que no deberían existir. Ella da un paso, y su imagen en el vidrio sonríe un segundo antes que ella. Otro paso, y el reflejo titubea.

    Algo está mal.
    Con ella.

    El aire es espeso, cargado de electricidad y perfume artificial que se descompone en algo ácido. El mármol bajo sus pies vibra, vivo, palpita bajo la suela de sus zapatos. Y aun así, Ekkora no se detiene. No duda. No teme. Camina con la tranquilidad de pertenecer, de conocer las cosas que arañan desde el otro lado del espejo.

    Ella pertenece aquí.
    Y el lugar lo sabe.

    Los espejos gotean humedad, tiemblan al paso de su sombra. En las esquinas de su visión hay movimientos, figuras que no deberían estar allí. De sí misma. De otros.

    Más pasos.
    Más reflejos.
    Todos fuera de sincronía.

    Gritos.

    Gritos quebrados, desgarrados, hechos de saliva, miedo y desesperaciónn. No provienen de adelante ni de atrás. Vienen de dentro. Como si alguien gritara atrapado entre los muros reflectantes, raspando con las uñas para salir.

    Ekkora gira la cabeza. Una sonrisa apenas visible le nace en los labios.

    — ¿Quién está ahí?

    Su reflejo se retuerce en el espejo.

    — ¿Necesitas ayuda?

    Ella sigue el sonido, sin prisa, con curiosidad. Algo antiguo latiendo en su pecho como una segunda voz, porque la realidad ha cambiado por ella y siente el eco de su propia fuerza en cada muro de cristal.
    Baja del ascensor y la realidad se tambalea. Donde debería haber un pasillo elegante hacia la cafetería de la última planta, hay un corredor angosto, estrecho, con paredes de espejo que se estiran y retuercen hacia lo imposible. Reflejos distorsionados la miran desde ángulos que no deberían existir. Ella da un paso, y su imagen en el vidrio sonríe un segundo antes que ella. Otro paso, y el reflejo titubea. Algo está mal. Con ella. El aire es espeso, cargado de electricidad y perfume artificial que se descompone en algo ácido. El mármol bajo sus pies vibra, vivo, palpita bajo la suela de sus zapatos. Y aun así, Ekkora no se detiene. No duda. No teme. Camina con la tranquilidad de pertenecer, de conocer las cosas que arañan desde el otro lado del espejo. Ella pertenece aquí. Y el lugar lo sabe. Los espejos gotean humedad, tiemblan al paso de su sombra. En las esquinas de su visión hay movimientos, figuras que no deberían estar allí. De sí misma. De otros. Más pasos. Más reflejos. Todos fuera de sincronía. Gritos. Gritos quebrados, desgarrados, hechos de saliva, miedo y desesperaciónn. No provienen de adelante ni de atrás. Vienen de dentro. Como si alguien gritara atrapado entre los muros reflectantes, raspando con las uñas para salir. Ekkora gira la cabeza. Una sonrisa apenas visible le nace en los labios. — ¿Quién está ahí? Su reflejo se retuerce en el espejo. — ¿Necesitas ayuda? Ella sigue el sonido, sin prisa, con curiosidad. Algo antiguo latiendo en su pecho como una segunda voz, porque la realidad ha cambiado por ella y siente el eco de su propia fuerza en cada muro de cristal.
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    Individual
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    Cualquier línea
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  • —HOLAA!,vengo en busca de un nuevo rol,basado en la fantasía y realeza, vengo en busca de una personita que pueda manejar a un ACTIVO,para mí femenina.

    [Magia][Hetero][Realeza][Amor prohibido][Fantasía][Mu3rt3s]

    𝑪𝑰𝑪𝑳𝑶 𝑫𝑬𝑳 𝑨𝑳𝑴𝑨

    𝑬𝑳 𝑹𝑬𝑰𝑵𝑶 𝑫𝑬 𝑳𝒀𝑻𝑯𝑨𝑹𝑬𝑳

    En un mundo antiguo donde la magia fluye como sangre en las venas del mundo, se alza el reino de Lytharel, un lugar bendecido por los cielos pero corroído por el miedo a la profecía del eclipse. Según los antiguos textos, una princesa de cabello blanco como la luna y ojos como el hielo nacería para cambiar el destino del mundo: o lo salvaría… o lo destruiría.

    Esa princesa es 𝑨𝒌𝒌𝒐, una joven de belleza etérea, marcada por su albinismo y su conexión inusual con la magia. Criada entre muros fríos, rituales y secretos, 𝑨𝒌𝒌𝒐 crece sintiéndose más prisionera que heredera. Su única compañía sincera es su caballero personal, Sir 𝑪𝒂𝒆𝒍𝒂𝒏 𝑽𝒂𝒍𝒕𝒐𝒓, un joven guerrero de origen humilde, valiente, noble y silencioso, cuya espada ha salvado a la princesa 𝐧̃𝐧̃en más de una ocasión… pero cuyo corazón es su mayor vulnerabilidad.

    El amor florece en secreto..En miradas robadas, en caricias fugaces, en sueños compartidos bajo lunas gemelas. Sin embargo, su amor está prohibido: un caballero no puede tocar lo que debe proteger. Y cuando el Rey y la Corte de Magos descubren lo que hay entre ellos, toman una decisión terrible: sacrificar a 𝑨𝒌𝒌𝒐 para purgar la maldición profética.

    𝑪𝒂𝒆𝒍𝒂𝒏, no podia sentirse capaz de enfrentar la muerte pública de la mujer que ama, elige una salida imposible. En un acto desesperado y trágico, la lleva lejos del castillo, la hace prometer que se amarán más allá del tiempo, y la mata con sus propias manos para evitarle un final cruel. Luego, con el corazón roto, se quita la vida en el altar del bosque, susurrando una promesa: "𝐑𝐞𝐧𝐚𝐜𝐞𝐫𝐞́… 𝐲 𝐭𝐞 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐚𝐫𝐞́."

    La luna sangra esa noche. Y el reino cae tiempo después en una guerra que cumple lo que tanto temieron. Tras su muerte fueron reconocidos como los 𝐇𝐢𝐣𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐄𝐜𝐥𝐢𝐩𝐬𝐞.

    ꨄ︎ 𝐄𝐋 𝐌𝐔𝐍𝐃𝐎 𝐌𝐎𝐃𝐄𝐑𝐍𝐎ꨄ︎

    Año actual...Ciudad de Seraphim. 𝐀𝐤𝐢𝐤𝐨 𝐒𝐨𝐫𝐚 es una joven pelirroja de clase media, de mirada intensa y espíritu inquieto. Trabaja como mesera en una cafetería mientras estudia arte. Tiene una extraña sensibilidad a la luna llena, y sueños recurrentes de una princesa, un caballero… y una traición.

    Desde niña ha sentido que no pertenece del todo a este mundo. Su alma parece más vieja de lo que debería. Y su corazón guarda un hueco inexplicable.

    𝐂𝐚𝐞𝐥 𝐃𝐨𝐫𝐢𝐚𝐧...Un empresario joven, millonario, carismático pero atormentado. Dueño de una cadena tecnológica, es famoso por su brillantez… y por su incapacidad de conectar con nadie emocionalmente. Hasta que la ve a ella.

    El encuentro es casual, casi ridículo ella tropieza, él la ayudo para que no se lastimara. Sus manos se tocaron. Y los recuerdos empiezan a regresar. Vagos al principio, sueños que se entrelazan, sensaciones de haber estado ya en los brazos del otro, palabras que se escapan como si fueran ecos de otra vida.

    Pero el amor no es fácil. 𝐀𝐤𝐢𝐤𝐨 desconfía de 𝐂𝐚𝐞𝐥 al principio, se resiste a la atracción que la consume. Él lucha entre el deseo de protegerla… y el miedo de repetir su error. Ambos sienten que algo más los observa. Una presencia, una sombra del pasado que no quiere que se reencuentren.

    Desde que empezaron a estar más tiempo juntos,hubo algo que los cambio para siempre;un embarazo,uno que no lograron en su primera vida.

    ౨ৎ˚₊ ‧₊˚ ⋅ ~

    Esta historia obtendrá tantos conflictos, personajes secundarios que tratarán de separar a la pareja,abandono en el altar,desconfianza tanto como secuestros.

    BUSCO Y OFREZCO.
    —el rol puede ser tanto en WhatsApp como en Messenger.
    —Realmente me gustaría que el rol las respuestas sean largas,mínimo de 5 líneas maximamente hasta donde de tu inspiración.
    —Aportaciones para que el rol sea de la comodidad de ambos
    —no pido ortografía muy buena,pero al menos que sea entendible.
    —para mi la edad no importa pero me gustaría que sean de 14 años para arriba.
    —Avisar si en algún momento llegamos a ausentarnos al responder.
    —cuando estoy más conectada mayormente es por la mañana y la noche.
    —HOLAA!,vengo en busca de un nuevo rol,basado en la fantasía y realeza, vengo en busca de una personita que pueda manejar a un ACTIVO,para mí femenina. [Magia][Hetero][Realeza][Amor prohibido][Fantasía][Mu3rt3s] 𝑪𝑰𝑪𝑳𝑶 𝑫𝑬𝑳 𝑨𝑳𝑴𝑨 𝑬𝑳 𝑹𝑬𝑰𝑵𝑶 𝑫𝑬 𝑳𝒀𝑻𝑯𝑨𝑹𝑬𝑳 En un mundo antiguo donde la magia fluye como sangre en las venas del mundo, se alza el reino de Lytharel, un lugar bendecido por los cielos pero corroído por el miedo a la profecía del eclipse. Según los antiguos textos, una princesa de cabello blanco como la luna y ojos como el hielo nacería para cambiar el destino del mundo: o lo salvaría… o lo destruiría. Esa princesa es 𝑨𝒌𝒌𝒐, una joven de belleza etérea, marcada por su albinismo y su conexión inusual con la magia. Criada entre muros fríos, rituales y secretos, 𝑨𝒌𝒌𝒐 crece sintiéndose más prisionera que heredera. Su única compañía sincera es su caballero personal, Sir 𝑪𝒂𝒆𝒍𝒂𝒏 𝑽𝒂𝒍𝒕𝒐𝒓, un joven guerrero de origen humilde, valiente, noble y silencioso, cuya espada ha salvado a la princesa 𝐧̃𝐧̃en más de una ocasión… pero cuyo corazón es su mayor vulnerabilidad. El amor florece en secreto..En miradas robadas, en caricias fugaces, en sueños compartidos bajo lunas gemelas. Sin embargo, su amor está prohibido: un caballero no puede tocar lo que debe proteger. Y cuando el Rey y la Corte de Magos descubren lo que hay entre ellos, toman una decisión terrible: sacrificar a 𝑨𝒌𝒌𝒐 para purgar la maldición profética. 𝑪𝒂𝒆𝒍𝒂𝒏, no podia sentirse capaz de enfrentar la muerte pública de la mujer que ama, elige una salida imposible. En un acto desesperado y trágico, la lleva lejos del castillo, la hace prometer que se amarán más allá del tiempo, y la mata con sus propias manos para evitarle un final cruel. Luego, con el corazón roto, se quita la vida en el altar del bosque, susurrando una promesa: "𝐑𝐞𝐧𝐚𝐜𝐞𝐫𝐞́… 𝐲 𝐭𝐞 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐚𝐫𝐞́." La luna sangra esa noche. Y el reino cae tiempo después en una guerra que cumple lo que tanto temieron. Tras su muerte fueron reconocidos como los 𝐇𝐢𝐣𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐄𝐜𝐥𝐢𝐩𝐬𝐞. ꨄ︎ 𝐄𝐋 𝐌𝐔𝐍𝐃𝐎 𝐌𝐎𝐃𝐄𝐑𝐍𝐎ꨄ︎ Año actual...Ciudad de Seraphim. 𝐀𝐤𝐢𝐤𝐨 𝐒𝐨𝐫𝐚 es una joven pelirroja de clase media, de mirada intensa y espíritu inquieto. Trabaja como mesera en una cafetería mientras estudia arte. Tiene una extraña sensibilidad a la luna llena, y sueños recurrentes de una princesa, un caballero… y una traición. Desde niña ha sentido que no pertenece del todo a este mundo. Su alma parece más vieja de lo que debería. Y su corazón guarda un hueco inexplicable. 𝐂𝐚𝐞𝐥 𝐃𝐨𝐫𝐢𝐚𝐧...Un empresario joven, millonario, carismático pero atormentado. Dueño de una cadena tecnológica, es famoso por su brillantez… y por su incapacidad de conectar con nadie emocionalmente. Hasta que la ve a ella. El encuentro es casual, casi ridículo ella tropieza, él la ayudo para que no se lastimara. Sus manos se tocaron. Y los recuerdos empiezan a regresar. Vagos al principio, sueños que se entrelazan, sensaciones de haber estado ya en los brazos del otro, palabras que se escapan como si fueran ecos de otra vida. Pero el amor no es fácil. 𝐀𝐤𝐢𝐤𝐨 desconfía de 𝐂𝐚𝐞𝐥 al principio, se resiste a la atracción que la consume. Él lucha entre el deseo de protegerla… y el miedo de repetir su error. Ambos sienten que algo más los observa. Una presencia, una sombra del pasado que no quiere que se reencuentren. Desde que empezaron a estar más tiempo juntos,hubo algo que los cambio para siempre;un embarazo,uno que no lograron en su primera vida. ౨ৎ˚₊ ‧₊˚ 🍓 ⋅ ~ Esta historia obtendrá tantos conflictos, personajes secundarios que tratarán de separar a la pareja,abandono en el altar,desconfianza tanto como secuestros. BUSCO Y OFREZCO. —el rol puede ser tanto en WhatsApp como en Messenger. —Realmente me gustaría que el rol las respuestas sean largas,mínimo de 5 líneas maximamente hasta donde de tu inspiración. —Aportaciones para que el rol sea de la comodidad de ambos —no pido ortografía muy buena,pero al menos que sea entendible. —para mi la edad no importa pero me gustaría que sean de 14 años para arriba. —Avisar si en algún momento llegamos a ausentarnos al responder. —cuando estoy más conectada mayormente es por la mañana y la noche.
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  • - que dia tan aburrido...desearia haber tomado mas rato en el estudio-

    (dice en murmuros mientras camina por el metro algo pensativo, este estaba arrepentido por no haber estado mas tiempo junto a sus amigos. mientras espera el tren ve a la nada pareciendo loco del coco "que hare en casa, y si asusto a los viejos del centro?" piensa el peli-turquesa notando que su tren se había ido cuando se perdio en pensamientos.)

    - la put- maldice en voz baja mientras niega con la cabeza algo molesto por haber perdido el ultimo tren hacia su zona, entre gruñidos y insultos bajos casi susurros camina hacia las escaleras para tomar el omnibus.
    - que dia tan aburrido...desearia haber tomado mas rato en el estudio- (dice en murmuros mientras camina por el metro algo pensativo, este estaba arrepentido por no haber estado mas tiempo junto a sus amigos. mientras espera el tren ve a la nada pareciendo loco del coco "que hare en casa, y si asusto a los viejos del centro?" piensa el peli-turquesa notando que su tren se había ido cuando se perdio en pensamientos.) - la put- maldice en voz baja mientras niega con la cabeza algo molesto por haber perdido el ultimo tren hacia su zona, entre gruñidos y insultos bajos casi susurros camina hacia las escaleras para tomar el omnibus.
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  • -𝗙𝗿𝗲𝗲 𝗗𝗮𝘆-
    #Libre



    "Día libre" o día de descanso para los oficiales de alto rango. Ese día no hacían inspección ya que nadie regresaba del exterior. Sólo algunos de bajo rango supervisaban de vez en cuando los distritos.

    Hacía mucho que Lu Feng no vestía de civil, siempre usaba un uniforme de Juez con insignias de honor. Ese día no tenía que vestir tan formal, pero estaba aburrido. Pensar que siempre tendría un día como ese mensualmente cuando podría estar afuera verificando otras amenazas.

    Suspiró y se sentó en una banca que estaba en un parque público el cual tenía a varias personas. Cabía decir que todos los distritos y ciudades estaban rodeadas de grandes muros para protegerlas de las criaturas del abismo, nadie entraba y nadie salía sin supervisión. Sacó un libro cualquiera que había dejado a la mitad y comenzó su lectura. Al menos podría aprovechar el tiempo para leer y quitarse el aburrimiento...
    -𝗙𝗿𝗲𝗲 𝗗𝗮𝘆- #Libre "Día libre" o día de descanso para los oficiales de alto rango. Ese día no hacían inspección ya que nadie regresaba del exterior. Sólo algunos de bajo rango supervisaban de vez en cuando los distritos. Hacía mucho que Lu Feng no vestía de civil, siempre usaba un uniforme de Juez con insignias de honor. Ese día no tenía que vestir tan formal, pero estaba aburrido. Pensar que siempre tendría un día como ese mensualmente cuando podría estar afuera verificando otras amenazas. Suspiró y se sentó en una banca que estaba en un parque público el cual tenía a varias personas. Cabía decir que todos los distritos y ciudades estaban rodeadas de grandes muros para protegerlas de las criaturas del abismo, nadie entraba y nadie salía sin supervisión. Sacó un libro cualquiera que había dejado a la mitad y comenzó su lectura. Al menos podría aprovechar el tiempo para leer y quitarse el aburrimiento...
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  • Antetodo, encendió la calefacción. Luego, la luz. Los ruidos de la lejana avenida vibraban a través de los muros del departamento.

    Dejó la bolsa de color verde militar encima de una pila de ropa sucia en el cuarto de lavado.

    Abrió las cortinas de la sala. El sol del amanecer estaba a punto de asomar. La ciudad recién despertaba. Pero su jornada sólo había terminado.

    En la cocina, había una pila de tazas por lavar. El lavavajillas estaba lleno de platos por guardar.

    Desearía llegar a una casa limpia, para variar.

    Arrastró los pasos. El cansancio acumulado de toda una semana en el cuartel pesaba sobre sus hombros. No dormiría aún. Si no limpiaba ahora, sólo sería peor la próxima vez.

    Qué ganas tenía de comer un bistec a la parrilla. Tierno, en su punto más jugoso, pero a la vez caliente y bien sellado. Sazonado sólo con sal y algo de mostaza. Fresco, sin recalentar.

    Desearía no tener que cocinar.

    Empezó por sacar la basura. No era demasiada. Después, puso la ropa a lavar. Esa sí era mucha. Lavó las tazas y las dejó escurrir. Vació el lavavajillas poco a poco. Tendió la cama y guardó la ropa. Se conformó con un par de huevos crudos y una taza de leche caliente.

    Se sentó en el sofá. El sol se coló por la ventana iluminando la alfombra peluda bajo sus pies descalzos.

    Cerró los ojos.
    Antetodo, encendió la calefacción. Luego, la luz. Los ruidos de la lejana avenida vibraban a través de los muros del departamento. Dejó la bolsa de color verde militar encima de una pila de ropa sucia en el cuarto de lavado. Abrió las cortinas de la sala. El sol del amanecer estaba a punto de asomar. La ciudad recién despertaba. Pero su jornada sólo había terminado. En la cocina, había una pila de tazas por lavar. El lavavajillas estaba lleno de platos por guardar. Desearía llegar a una casa limpia, para variar. Arrastró los pasos. El cansancio acumulado de toda una semana en el cuartel pesaba sobre sus hombros. No dormiría aún. Si no limpiaba ahora, sólo sería peor la próxima vez. Qué ganas tenía de comer un bistec a la parrilla. Tierno, en su punto más jugoso, pero a la vez caliente y bien sellado. Sazonado sólo con sal y algo de mostaza. Fresco, sin recalentar. Desearía no tener que cocinar. Empezó por sacar la basura. No era demasiada. Después, puso la ropa a lavar. Esa sí era mucha. Lavó las tazas y las dejó escurrir. Vació el lavavajillas poco a poco. Tendió la cama y guardó la ropa. Se conformó con un par de huevos crudos y una taza de leche caliente. Se sentó en el sofá. El sol se coló por la ventana iluminando la alfombra peluda bajo sus pies descalzos. Cerró los ojos.
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  • #desafiodivino #misiondiarialunes

    La tragedia no cayó como un trueno, cayó como un susurro.

    Fue rápido. Fue brutal. Y lo peor de todo, fue con sus propias manos.
    Cuando Heracles despertó de la niebla, con los ojos todavía húmedos de una locura que no recordaba invocar, lo único que encontró fue silencio. Un silencio antinatural, como si incluso los dioses contuvieran el aliento.

    El hogar que había construido con Megara, los muros que alguna vez estuvieron adornados con flores y risas infantiles, ahora estaban teñidos de rojo. Los cuerpos de sus hijos —sus pequeños, con quienes alguna vez había bailado bajo la lluvia y contado historias junto al fuego— yacían inmóviles. Megara, su compañera, la mujer que había visto más allá del guerrero, estaba fría, aún con expresión de desconcierto, como si no hubiera creído hasta el último segundo que él podría hacerle algo así.

    Heracles no gritó al verlos. No tenía voz. Era como si su alma hubiese abandonado su cuerpo antes de que pudiera comprender lo que había hecho.
    No fue ira lo que lo atravesó. Fue un vacío tan absoluto que dolía respirar. Dolía estar de pie. Dolía simplemente… ser.

    Durante días se arrastró por la casa sin sentido, sus ojos clavados en el suelo, sus manos temblorosas, incapaz de tocar nada por temor a romper aún más lo que quedaba. No comía. No dormía. Solo existía. A veces hablaba solo, en murmullos inconexos, preguntándose si era una pesadilla, si los dioses lo devolverían todo si sufría lo suficiente.

    Pero no lo hicieron.

    Y la ciudad —esa misma que lo había admirado como un semidiós, que había celebrado su matrimonio, que había aclamado su fuerza como la de un titán— ahora lo miraba con horror velado.
    Nadie se atrevía a condenarlo abiertamente. Era Heracles, el hijo de Zeus. Pero todos lo evitaban. Las madres apartaban a sus hijos. Los niños que antes jugaban imitando sus hazañas ahora huían al verlo. No hubo juicio, porque todos sabían que el castigo que él se imponía era más cruel que cualquier sentencia humana.

    Heracles dejó Tebas poco después. No se llevó nada, ni armas ni riquezas, ni siquiera los recuerdos. Caminó hasta que las piernas le sangraron, buscando no un destino, sino una distancia. Quería alejarse de sí mismo, aunque sabía que era imposible. Porque aunque los pasos lo llevaran a nuevas tierras, su mente seguía atrapada en esa casa, en esa noche, en el instante en que todo se quebró.

    Lo que más lo atormentaba no era el acto, sino que aún en medio del dolor… **seguía viviendo**. Cada amanecer era una bofetada. Cada vez que el sol acariciaba su piel, sentía que el mundo lo obligaba a seguir adelante cuando su alma pedía descanso. Los hombres lo llamaban héroe. Los dioses, instrumento. Él solo se veía como una ruina caminante, una sombra con la forma de un hombre.

    A veces encontraba un río y se quedaba mirando el reflejo. No el de su rostro, sino el de sus ojos. Ya no había luz en ellos. Solo cenizas.
    Se preguntaba si alguna vez volvería a sonreír, a amar, a tener un propósito que no naciera del dolor. No quería redención. No la creía posible. Solo deseaba, en lo más profundo, que algún día… su familia pudiera perdonarlo, desde donde estuviesen.

    **Heracles no le temía a la muerte. Le temía a olvidar sus nombres.**
    Porque si alguna vez dejaba de oírlos en su cabeza, si alguna vez sus rostros se desdibujaban entre sueños, entonces todo habría sido en vano.

    Y entonces sí, el verdadero Heracles, moriría para siempre.
    #desafiodivino #misiondiarialunes La tragedia no cayó como un trueno, cayó como un susurro. Fue rápido. Fue brutal. Y lo peor de todo, fue con sus propias manos. Cuando Heracles despertó de la niebla, con los ojos todavía húmedos de una locura que no recordaba invocar, lo único que encontró fue silencio. Un silencio antinatural, como si incluso los dioses contuvieran el aliento. El hogar que había construido con Megara, los muros que alguna vez estuvieron adornados con flores y risas infantiles, ahora estaban teñidos de rojo. Los cuerpos de sus hijos —sus pequeños, con quienes alguna vez había bailado bajo la lluvia y contado historias junto al fuego— yacían inmóviles. Megara, su compañera, la mujer que había visto más allá del guerrero, estaba fría, aún con expresión de desconcierto, como si no hubiera creído hasta el último segundo que él podría hacerle algo así. Heracles no gritó al verlos. No tenía voz. Era como si su alma hubiese abandonado su cuerpo antes de que pudiera comprender lo que había hecho. No fue ira lo que lo atravesó. Fue un vacío tan absoluto que dolía respirar. Dolía estar de pie. Dolía simplemente… ser. Durante días se arrastró por la casa sin sentido, sus ojos clavados en el suelo, sus manos temblorosas, incapaz de tocar nada por temor a romper aún más lo que quedaba. No comía. No dormía. Solo existía. A veces hablaba solo, en murmullos inconexos, preguntándose si era una pesadilla, si los dioses lo devolverían todo si sufría lo suficiente. Pero no lo hicieron. Y la ciudad —esa misma que lo había admirado como un semidiós, que había celebrado su matrimonio, que había aclamado su fuerza como la de un titán— ahora lo miraba con horror velado. Nadie se atrevía a condenarlo abiertamente. Era Heracles, el hijo de Zeus. Pero todos lo evitaban. Las madres apartaban a sus hijos. Los niños que antes jugaban imitando sus hazañas ahora huían al verlo. No hubo juicio, porque todos sabían que el castigo que él se imponía era más cruel que cualquier sentencia humana. Heracles dejó Tebas poco después. No se llevó nada, ni armas ni riquezas, ni siquiera los recuerdos. Caminó hasta que las piernas le sangraron, buscando no un destino, sino una distancia. Quería alejarse de sí mismo, aunque sabía que era imposible. Porque aunque los pasos lo llevaran a nuevas tierras, su mente seguía atrapada en esa casa, en esa noche, en el instante en que todo se quebró. Lo que más lo atormentaba no era el acto, sino que aún en medio del dolor… **seguía viviendo**. Cada amanecer era una bofetada. Cada vez que el sol acariciaba su piel, sentía que el mundo lo obligaba a seguir adelante cuando su alma pedía descanso. Los hombres lo llamaban héroe. Los dioses, instrumento. Él solo se veía como una ruina caminante, una sombra con la forma de un hombre. A veces encontraba un río y se quedaba mirando el reflejo. No el de su rostro, sino el de sus ojos. Ya no había luz en ellos. Solo cenizas. Se preguntaba si alguna vez volvería a sonreír, a amar, a tener un propósito que no naciera del dolor. No quería redención. No la creía posible. Solo deseaba, en lo más profundo, que algún día… su familia pudiera perdonarlo, desde donde estuviesen. **Heracles no le temía a la muerte. Le temía a olvidar sus nombres.** Porque si alguna vez dejaba de oírlos en su cabeza, si alguna vez sus rostros se desdibujaban entre sueños, entonces todo habría sido en vano. Y entonces sí, el verdadero Heracles, moriría para siempre.
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  • -vamos Blu solo hazlo- Blossom estaba con sus compañeras practicando algunas cosas -eres el único que puede sabes que de cantantes no podemos vivir únicamente- Blossom simplemente suspiro -cubranse los oídos, no soy un demonio, no soy nada, pero aunque no tenga magia puedo gritar- tomo aire por unos segundos y al momento de gritar los muros se agrietaron y los vidrios reventaron -ay mi garganta... Crees que Daniel se enoje por el estudio?- prácticamente la habitación estaba hecha pedazos por aquel grito

    Ejem: https://vt.tiktok.com/ZSh4mpH9H/
    -vamos Blu solo hazlo- Blossom estaba con sus compañeras practicando algunas cosas -eres el único que puede sabes que de cantantes no podemos vivir únicamente- Blossom simplemente suspiro -cubranse los oídos, no soy un demonio, no soy nada, pero aunque no tenga magia puedo gritar- tomo aire por unos segundos y al momento de gritar los muros se agrietaron y los vidrios reventaron -ay mi garganta... Crees que Daniel se enoje por el estudio?- prácticamente la habitación estaba hecha pedazos por aquel grito Ejem: https://vt.tiktok.com/ZSh4mpH9H/
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    / Cuando ande con tiempo voy a dejar saludos con este inestable ser en sus muros.
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  • - Desde un rincón vacío, frío, impuro, observaba el mundo, sumido en mi indiferencia, entonces, cual estrella en el cielo nocturno, cual fuente de calor en medio del invierno, apareciste. -

    - Apareciste, tomándome por sorpresa. Una chica tan frágil, tan pequeña, y sin embargo, no titubeaste ante mi presencia, en lugar de huir, decidiste acercarte, provocando una brecha en mi indiferencia, provocándome curiosidad. -

    - Curiosidad al ver el contraste de un ser como yo, parte de las sombras, con una persona radiante como el sol, pero cierto es que no hay sombra que pueda existir sin una fuente de luz. -

    - Luz la cual iluminó mi mundo, alumbró los rincones más oscuros de mi mente, desvaneciendo las sombras de las esquinas más oscuras de mi hogar. -

    - Hogar el cual rápidamente cambió, el paso de los días me reveló que el frío que sentía a diario no era parte del viento campestre, sino de mi autoimpuesta soledad. -

    - Soledad en la cual me regocijaba, jactándome de mi independencia, usándola como escudo para continuar con mi monotonía, quizás era miedo, o quizás no conocía que había un mundo mas allá. -

    - Más allá de mi naturaleza, más allá de las murallas que yo mismo levanté, y me llena de regocijo que en dicho mundo seas mi guía, no aceptaré a otra persona, puesto que tú derribaste mis muros, seré la sombra que siga tus pasos, pues ahora eres mi luz. -

    -- Crónicas del amor de quien nunca fue capaz de sentir. - 1
    - Desde un rincón vacío, frío, impuro, observaba el mundo, sumido en mi indiferencia, entonces, cual estrella en el cielo nocturno, cual fuente de calor en medio del invierno, apareciste. - - Apareciste, tomándome por sorpresa. Una chica tan frágil, tan pequeña, y sin embargo, no titubeaste ante mi presencia, en lugar de huir, decidiste acercarte, provocando una brecha en mi indiferencia, provocándome curiosidad. - - Curiosidad al ver el contraste de un ser como yo, parte de las sombras, con una persona radiante como el sol, pero cierto es que no hay sombra que pueda existir sin una fuente de luz. - - Luz la cual iluminó mi mundo, alumbró los rincones más oscuros de mi mente, desvaneciendo las sombras de las esquinas más oscuras de mi hogar. - - Hogar el cual rápidamente cambió, el paso de los días me reveló que el frío que sentía a diario no era parte del viento campestre, sino de mi autoimpuesta soledad. - - Soledad en la cual me regocijaba, jactándome de mi independencia, usándola como escudo para continuar con mi monotonía, quizás era miedo, o quizás no conocía que había un mundo mas allá. - - Más allá de mi naturaleza, más allá de las murallas que yo mismo levanté, y me llena de regocijo que en dicho mundo seas mi guía, no aceptaré a otra persona, puesto que tú derribaste mis muros, seré la sombra que siga tus pasos, pues ahora eres mi luz. - -- Crónicas del amor de quien nunca fue capaz de sentir. - 1
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  • ───𝐿𝑎 𝑀𝑎𝑛𝑠𝑖𝑜𝑛 𝐼𝑣𝑎𝑛𝑜𝑣𝑎

    Llena de secretos que han moldeado imperios y sepultado destinos. Detrás de sus muros, la Mafia Ivanova orquesta y opera en su extensa red de poder.

    Susurros de traición y contratos firmados con sangre...

    Dentro, armas cargadas, junto a documentos que pueden decidir el ascenso o la caída de cualquier hombre. Extensas pilas de dinero sucio, barriles de droga pura y el destino sellado de aquellos que han traicionado la voluntad de los Ivanova.

    Aquí, la lealtad es el único precio aceptable.

    ¿𝑻𝒆 𝒂𝒕𝒓𝒆𝒗𝒆𝒔 𝒂 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒓 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒃𝒐𝒄𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒍𝒐𝒃𝒐?
    ───𝐿𝑎 𝑀𝑎𝑛𝑠𝑖𝑜𝑛 𝐼𝑣𝑎𝑛𝑜𝑣𝑎 🌹 Llena de secretos que han moldeado imperios y sepultado destinos. Detrás de sus muros, la Mafia Ivanova orquesta y opera en su extensa red de poder. Susurros de traición y contratos firmados con sangre... Dentro, armas cargadas, junto a documentos que pueden decidir el ascenso o la caída de cualquier hombre. Extensas pilas de dinero sucio, barriles de droga pura y el destino sellado de aquellos que han traicionado la voluntad de los Ivanova. Aquí, la lealtad es el único precio aceptable. ¿𝑻𝒆 𝒂𝒕𝒓𝒆𝒗𝒆𝒔 𝒂 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒓 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒃𝒐𝒄𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒍𝒐𝒃𝒐?
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