• - Se puso a leer un rato ya que no había mucho que hacer , así que se puso a leer libros .-
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  • Me invitaron a una fiesta y .... no tengo hambre, yo quería salir a buscar libros de necromancia avanzada.
    Bueno, a comer.
    Me invitaron a una fiesta y .... no tengo hambre, yo quería salir a buscar libros de necromancia avanzada. Bueno, a comer.
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  • ― ¿Quién anda ahi?―
    Preguntó el joven desde la escalera con cierta curiosidad.

    ― Puedo olerte y escuchar tu respiración.―
    Con calma dejó en las escaleras los libros.

    ― Este lugar es nuestro santuario, si no vienes a ayudarme a limpiar, te recomiendo irte, o "él" se enojará de verme con alguien más.―

    Como si nada sacó un silbato de plata, colocándolo sobre su labio inferior, listo para soplar y alertar a los terrores de quien se ocultaba.
    ― ¿Quién anda ahi?― Preguntó el joven desde la escalera con cierta curiosidad. ― Puedo olerte y escuchar tu respiración.― Con calma dejó en las escaleras los libros. ― Este lugar es nuestro santuario, si no vienes a ayudarme a limpiar, te recomiendo irte, o "él" se enojará de verme con alguien más.― Como si nada sacó un silbato de plata, colocándolo sobre su labio inferior, listo para soplar y alertar a los terrores de quien se ocultaba.
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  • Hora de Empacar: Matsuri AU
    Fandom Varios
    Categoría Acción
    Heinrich observaba el caos que había dejado en su salón: cajas a medio empacar, libros esparcidos por el suelo, y un par de baúles antiguos abiertos, mostrando su contenido polvoriento. Decidir qué llevar consigo y qué dejar atrás resultaba ser una tarea abrumadora, especialmente después de siglos de acumular recuerdos, muchos de los cuales no había tocado en décadas. Sin embargo, esta vez todo era diferente. Iba a mudarse. A compartir un espacio con Matsuri.

    Se pasó una mano por su cabello pelirrojo, enredando los dedos entre los mechones mientras soltaba un suspiro frustrado. "¿Cómo se supone que hago esto solo?" murmuró para sí mismo, mirando su alrededor. La idea de empaquetar su vida para irse era más difícil de lo que había anticipado, y aunque nunca le había gustado pedir ayuda, en este caso… quizás sería diferente. Después de todo, ahora no estaba solo.

    Con una torpeza que le era característica, Heinrich sacó su celular de uno de los bolsillos de su abrigo, ese que Matsuri le había insistido que comenzara a usar. Al principio, sus dedos temblaban un poco al deslizar por la pantalla táctil, pero tras varios intentos logró encontrar el contacto de Matsuri, marcado con un pequeño corazón que había colocado sin saber exactamente cómo.

    —Vamos, vamos... solo presionar aquí... y... —murmuró, con la voz llena de concentración.

    El tono de llamada comenzó a sonar, y Heinrich se quedó en silencio, su nerviosismo aumentando con cada segundo. Justo cuando estaba a punto de colgar por la vergüenza, escuchó la familiar voz de Matsuri al otro lado de la línea.

    —Ehh... Matsuri... yo... —Heinrich tragó saliva, sintiéndose torpe—. Me preguntaba si... ¿podrías ayudarme a... empacar? Es que... —Miró el desastre que había hecho en la casa, y sintió que sus mejillas se encendían—. No soy muy bueno en esto. Hay tantas cosas y... no sé por dónde empezar.

    Heinrich observaba el caos que había dejado en su salón: cajas a medio empacar, libros esparcidos por el suelo, y un par de baúles antiguos abiertos, mostrando su contenido polvoriento. Decidir qué llevar consigo y qué dejar atrás resultaba ser una tarea abrumadora, especialmente después de siglos de acumular recuerdos, muchos de los cuales no había tocado en décadas. Sin embargo, esta vez todo era diferente. Iba a mudarse. A compartir un espacio con Matsuri. Se pasó una mano por su cabello pelirrojo, enredando los dedos entre los mechones mientras soltaba un suspiro frustrado. "¿Cómo se supone que hago esto solo?" murmuró para sí mismo, mirando su alrededor. La idea de empaquetar su vida para irse era más difícil de lo que había anticipado, y aunque nunca le había gustado pedir ayuda, en este caso… quizás sería diferente. Después de todo, ahora no estaba solo. Con una torpeza que le era característica, Heinrich sacó su celular de uno de los bolsillos de su abrigo, ese que Matsuri le había insistido que comenzara a usar. Al principio, sus dedos temblaban un poco al deslizar por la pantalla táctil, pero tras varios intentos logró encontrar el contacto de Matsuri, marcado con un pequeño corazón que había colocado sin saber exactamente cómo. —Vamos, vamos... solo presionar aquí... y... —murmuró, con la voz llena de concentración. El tono de llamada comenzó a sonar, y Heinrich se quedó en silencio, su nerviosismo aumentando con cada segundo. Justo cuando estaba a punto de colgar por la vergüenza, escuchó la familiar voz de Matsuri al otro lado de la línea. —Ehh... Matsuri... yo... —Heinrich tragó saliva, sintiéndose torpe—. Me preguntaba si... ¿podrías ayudarme a... empacar? Es que... —Miró el desastre que había hecho en la casa, y sintió que sus mejillas se encendían—. No soy muy bueno en esto. Hay tantas cosas y... no sé por dónde empezar.
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  • Amo los lugares así , tengo tanto libros que leer y pasar el tiempo un poco .....

    -se pone a buscar un libro , así puede pasar el tiempo -
    Amo los lugares así , tengo tanto libros que leer y pasar el tiempo un poco ..... -se pone a buscar un libro , así puede pasar el tiempo -
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  • ¿Es posible burlar a la muerte?

    Para Kazuo, esto era algo innato. Había burlado a la muerte por más de 1,200 año. Pero ahora la cuenta regresiva se sentía más cerca que nunca. En un acto de amor, Kazuo vinculó su alma a la de Elizabeth. El día en que ella dé su último suspiro, él la acompañará.

    Aunque morir por amor suene muy romántico, Kazuo tenía la certeza de que volvería a reencarnar siendo quien es. Pero... ¿podría vivir una nueva vida sin ella? ¿Cómo sabría si ella se reencarnaría? ¿Y él, recordaría algo?

    Eran demasiados cabos sueltos, demasiada incertidumbre que el zorro no estaba dispuesto a asumir. Había dedicado sus últimas semanas a buscar información en libros, documentos y escritos de cualquier tipo que pudieran darle pistas sobre algo, algún hilo del que poder tirar.

    Algunos textos hablaban de un lugar más allá de Kyoto, un lugar en ruinas tan, o incluso más, antiguo que él. Decidió salir en la noche, solo... Probablemente recibiría una reprimenda, pero iba a ser un viaje de ida y vuelta en la misma noche; casi tendría que ir como un espíritu, en su forma de zorro, a través del bosque. Llevar a alguien con él haría imposible alcanzar esa velocidad.

    Llegó a aquellas ruinas, un amasijo de escombros cubiertos por la densidad del bosque, pero que emanaban un aura especial. Aquel sitio había sido antaño un lugar sagrado de extrema importancia. Seguramente, había sido destruido antes de la unificación de Japón; de ahí su estado.

    En una de las paredes había runas, símbolos y kanjis más antiguos que él mismo. Eran pocos los conocimientos que escapaban al saber del zorro, pero aquello era algo más grande que él: un conocimiento arcano. Decidió anotar todos los símbolos, memorizarlos e intentar encajar un significado con otro. Después de varias horas de recopilación, decidió marcharse de esas ruinas. No sabía si había encontrado el hilo que buscaba, pero al menos ya tenía más de lo que había podido averiguar hasta ahora.
    ¿Es posible burlar a la muerte? Para Kazuo, esto era algo innato. Había burlado a la muerte por más de 1,200 año. Pero ahora la cuenta regresiva se sentía más cerca que nunca. En un acto de amor, Kazuo vinculó su alma a la de Elizabeth. El día en que ella dé su último suspiro, él la acompañará. Aunque morir por amor suene muy romántico, Kazuo tenía la certeza de que volvería a reencarnar siendo quien es. Pero... ¿podría vivir una nueva vida sin ella? ¿Cómo sabría si ella se reencarnaría? ¿Y él, recordaría algo? Eran demasiados cabos sueltos, demasiada incertidumbre que el zorro no estaba dispuesto a asumir. Había dedicado sus últimas semanas a buscar información en libros, documentos y escritos de cualquier tipo que pudieran darle pistas sobre algo, algún hilo del que poder tirar. Algunos textos hablaban de un lugar más allá de Kyoto, un lugar en ruinas tan, o incluso más, antiguo que él. Decidió salir en la noche, solo... Probablemente recibiría una reprimenda, pero iba a ser un viaje de ida y vuelta en la misma noche; casi tendría que ir como un espíritu, en su forma de zorro, a través del bosque. Llevar a alguien con él haría imposible alcanzar esa velocidad. Llegó a aquellas ruinas, un amasijo de escombros cubiertos por la densidad del bosque, pero que emanaban un aura especial. Aquel sitio había sido antaño un lugar sagrado de extrema importancia. Seguramente, había sido destruido antes de la unificación de Japón; de ahí su estado. En una de las paredes había runas, símbolos y kanjis más antiguos que él mismo. Eran pocos los conocimientos que escapaban al saber del zorro, pero aquello era algo más grande que él: un conocimiento arcano. Decidió anotar todos los símbolos, memorizarlos e intentar encajar un significado con otro. Después de varias horas de recopilación, decidió marcharse de esas ruinas. No sabía si había encontrado el hilo que buscaba, pero al menos ya tenía más de lo que había podido averiguar hasta ahora.
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  • Ignorancia, 1 vastago de la desdicha humana desde tiempos inmemorables. Ignorada e arrinconada, ya que su existencia no se considera tan llamativas como la ira, pereza, gula, lujuria,envidia, avaricia u orgullo. Pero puede ser mucho más mortal y peligrosa, siendo una fuerza totalmente devastadora.

    Evitar la ignorancia es uno de las muchas tareas en las que el joven de ojos dorados esta más concentrado, para ello no solo se centra en ser un letrado que devora libros siempre que la oportunidad es meritoria. También aveces busca lugares en donde poder meditar, después de todo es esencial conocer el mundo como conocerse a si mismo, en esta ocasión encontró un desierto. Uno de los lugares más frecuentes para efectuar dicha práctica.


    1 hora en total fue el tiempo que se tomo para serenar su mente y buscar refinar su espíritu, calmando su respiración, tratando de buscar aquello que los sabios han llamado "iluminación", de todas formas no logro conseguir gran cosa. Pero una serie de pensamientos insidiosos dificultarían la tarea, hasta que luego de 3 horas, el joven se levantaría con una pequeña molestia en su rostro.


    ⸻ Vaya fastidio......¿Que sera lo que me falta?


    Observaría su mano derecha antes de levantaría en un repentino movimiento vertical. Comenzando a caminar, aunque no gritara o hiciera movimientos corporales muy exaltados. La arena a su alrededor se agitaba con una fuerza iracunda y violenta, como si desearán partir en pedazos cualquier objeto cercano. De encontrarse un ser vivo en el ambiente, no solo debería tener cuidado de no ser cortado por la arena, si no que de igual manera debería cuidarse de la pesada y ostentosa presión en el ambiente que el aura del joven causaba. Tan poderosa que podría hacer desmayar a los más desprevenidos.


    Una simple muestra del poder de aquel que, por obra de su padre nació bendecido/maldito. Un poder que estaba más en cercanía a un Dios que un hombre, pero una mentalidad que no dejaba de ser humana. Una irrupción en la naturaleza. Una dictomia viviente.
    Ignorancia, 1 vastago de la desdicha humana desde tiempos inmemorables. Ignorada e arrinconada, ya que su existencia no se considera tan llamativas como la ira, pereza, gula, lujuria,envidia, avaricia u orgullo. Pero puede ser mucho más mortal y peligrosa, siendo una fuerza totalmente devastadora. Evitar la ignorancia es uno de las muchas tareas en las que el joven de ojos dorados esta más concentrado, para ello no solo se centra en ser un letrado que devora libros siempre que la oportunidad es meritoria. También aveces busca lugares en donde poder meditar, después de todo es esencial conocer el mundo como conocerse a si mismo, en esta ocasión encontró un desierto. Uno de los lugares más frecuentes para efectuar dicha práctica. 1 hora en total fue el tiempo que se tomo para serenar su mente y buscar refinar su espíritu, calmando su respiración, tratando de buscar aquello que los sabios han llamado "iluminación", de todas formas no logro conseguir gran cosa. Pero una serie de pensamientos insidiosos dificultarían la tarea, hasta que luego de 3 horas, el joven se levantaría con una pequeña molestia en su rostro. ⸻ Vaya fastidio......¿Que sera lo que me falta? Observaría su mano derecha antes de levantaría en un repentino movimiento vertical. Comenzando a caminar, aunque no gritara o hiciera movimientos corporales muy exaltados. La arena a su alrededor se agitaba con una fuerza iracunda y violenta, como si desearán partir en pedazos cualquier objeto cercano. De encontrarse un ser vivo en el ambiente, no solo debería tener cuidado de no ser cortado por la arena, si no que de igual manera debería cuidarse de la pesada y ostentosa presión en el ambiente que el aura del joven causaba. Tan poderosa que podría hacer desmayar a los más desprevenidos. Una simple muestra del poder de aquel que, por obra de su padre nació bendecido/maldito. Un poder que estaba más en cercanía a un Dios que un hombre, pero una mentalidad que no dejaba de ser humana. Una irrupción en la naturaleza. Una dictomia viviente.
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  • Claro que me gustaría aprender más , sobre las costumbres humanas pero ..... Creo que es mejor aprender más en los libros.
    Claro que me gustaría aprender más , sobre las costumbres humanas pero ..... Creo que es mejor aprender más en los libros.
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  • 100 a 1500 líneas por Semana
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    ⤷ La  Escuela de Guerra de Basgiath busca a su líder de ala para cumplir sus obligaciones con Navarre, bajo los acuerdos dados a los hijos rebeldes.


    Requisitos
     ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎⭑Conocer al personaje
     ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎⭑Preferiblemente haber leído ambos libros. (No obligatorio)
     ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎⭑Actividad y compromiso, no es obligatorio 24/7.
     ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎⭑Ganas de comenzar una rebelión en pro de todos los habitantes de Poromiel y Navarre.
     ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎⭑PERONAJES 3D, aqune es posible usar fanarts.
     ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎⭑FC recomendado: Matthew Daddario

    ⤷ La  Escuela de Guerra de Basgiath busca a su líder de ala para cumplir sus obligaciones con Navarre, bajo los acuerdos dados a los hijos rebeldes. Requisitos  ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎⭑Conocer al personaje  ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎⭑Preferiblemente haber leído ambos libros. (No obligatorio)  ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎⭑Actividad y compromiso, no es obligatorio 24/7.  ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎⭑Ganas de comenzar una rebelión en pro de todos los habitantes de Poromiel y Navarre.  ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎⭑PERONAJES 3D, aqune es posible usar fanarts.  ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎ ︎⭑FC recomendado: Matthew Daddario
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  • Luz serpenteante, sombras nebulosas.
    Textos impíos, estudios incesantes.
    Leve luz de luna lograba alcanzar a iluminar una pequeña parte de una página del pesado ejemplar postrado sobre la barra dentro de un viejo establecimiento.

    Línea a línea, párrafo tras párrafo.

    Absurdo.

    Un vaso de licor aguardaba del otro lado sobre la barra.

    Poderío. Cuidado.

    Se hallaba un libro abierto encima del gran tomo, dando el privilegio a su lectora de poder descifrar y saber los conocimientos que guardaban estas profanas escrituras. Un poco más a un lado, un cuaderno de bolsillo, también abierto, recibiendo solo la pulpa de esos jugosos saberes.

    Sensatez. Secreto.

    Con su índice y pulgar extinguió la llama de la vela que la acompañaba e iluminaba su alrededor, después de tomar lo que quedaba del vaso y recoger sus pertenencias. Salió del local. Sin tener que soltar alguna cosa, se las arregló para buscar las llaves en alguno de los bolsillos de su vestido y asegurarse de que la tienda, quedara bien cerrada.

    Dio la vuelta y subió las escaleras hacia su apartamento, dirigiéndose directamente a su habitación, para guardar los libros y sus apuntes en un lugar seguro. Fue a la cocina dónde encontró la botella de licor abierta. Se sirvió otro trago. Lo tomó. La sensación cálida recorrió su garganta. Volteó hacia el espejo. Círculos oscuros rodeaban sus ojos, pupilas dilatadas, respiración desigual.

    Miró la hora, faltaban más que unas cuantas horas para el siguiente día.

    Entró a su cuarto de baño y se quitó la ropa, de una dejó que el agua fresca de la ducha impactara sobre su rostro, y de ahí, el resto de su cuerpo, mismo que fue despojado de cualquier remanente de tensión ocasionado por la ardua sección de estudio ejecutada hace un rato. El aroma floral de los productos de higiene impregnó en el ambiente. Envolvió su cabello con una toalla después de colocarse la bata de baño. Dio una cepillada rápida a sus dientes.

    Sobre la cama yacían unos cuantos objetos, regalos que recibió por parte de algunos allegados. Se sentó a un lado mientras los miraba, una sonrisa de lado naturalmente se formó en su rostro.

    "Feliz cumpleaños" decía un sobre con letra manuscrita. No se atrevía a abrirlo, sabía de quien venía. Sacar la carta sería como abrir deliberadamente la caja de pandora.

    Se vistió con un conjunto para dormir y se acostó, sin sueño, volteó hacia su guardarropa deseando tener alguna excusa para levantarse para cambiarse completamente de ropa y hacer reventar con una gran fiesta excesiva y también pecaminosa, este intento de apartamento.

    Los tragos de licor comenzaban a hacer efecto, su visión se nubló por un segundo. Se levantó de la cama y caminó a la sala de estar, descolgó el teléfono de casa y marcó a su amigo.

    Charles Grey
    Luz serpenteante, sombras nebulosas. Textos impíos, estudios incesantes. Leve luz de luna lograba alcanzar a iluminar una pequeña parte de una página del pesado ejemplar postrado sobre la barra dentro de un viejo establecimiento. Línea a línea, párrafo tras párrafo. Absurdo. Un vaso de licor aguardaba del otro lado sobre la barra. Poderío. Cuidado. Se hallaba un libro abierto encima del gran tomo, dando el privilegio a su lectora de poder descifrar y saber los conocimientos que guardaban estas profanas escrituras. Un poco más a un lado, un cuaderno de bolsillo, también abierto, recibiendo solo la pulpa de esos jugosos saberes. Sensatez. Secreto. Con su índice y pulgar extinguió la llama de la vela que la acompañaba e iluminaba su alrededor, después de tomar lo que quedaba del vaso y recoger sus pertenencias. Salió del local. Sin tener que soltar alguna cosa, se las arregló para buscar las llaves en alguno de los bolsillos de su vestido y asegurarse de que la tienda, quedara bien cerrada. Dio la vuelta y subió las escaleras hacia su apartamento, dirigiéndose directamente a su habitación, para guardar los libros y sus apuntes en un lugar seguro. Fue a la cocina dónde encontró la botella de licor abierta. Se sirvió otro trago. Lo tomó. La sensación cálida recorrió su garganta. Volteó hacia el espejo. Círculos oscuros rodeaban sus ojos, pupilas dilatadas, respiración desigual. Miró la hora, faltaban más que unas cuantas horas para el siguiente día. Entró a su cuarto de baño y se quitó la ropa, de una dejó que el agua fresca de la ducha impactara sobre su rostro, y de ahí, el resto de su cuerpo, mismo que fue despojado de cualquier remanente de tensión ocasionado por la ardua sección de estudio ejecutada hace un rato. El aroma floral de los productos de higiene impregnó en el ambiente. Envolvió su cabello con una toalla después de colocarse la bata de baño. Dio una cepillada rápida a sus dientes. Sobre la cama yacían unos cuantos objetos, regalos que recibió por parte de algunos allegados. Se sentó a un lado mientras los miraba, una sonrisa de lado naturalmente se formó en su rostro. "Feliz cumpleaños" decía un sobre con letra manuscrita. No se atrevía a abrirlo, sabía de quien venía. Sacar la carta sería como abrir deliberadamente la caja de pandora. Se vistió con un conjunto para dormir y se acostó, sin sueño, volteó hacia su guardarropa deseando tener alguna excusa para levantarse para cambiarse completamente de ropa y hacer reventar con una gran fiesta excesiva y también pecaminosa, este intento de apartamento. Los tragos de licor comenzaban a hacer efecto, su visión se nubló por un segundo. Se levantó de la cama y caminó a la sala de estar, descolgó el teléfono de casa y marcó a su amigo. [EarlGrey]
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