Annabeth Chase, una joven semidiosa hija de Atenea, diosa de la sabiduría y la estrategia, conocida por su gran inteligencia y su pasión por la arquitectura. Tiene cabello rubio claro, ojos grises intensos e inquisitivos, y suele vestir la camiseta naranja del Campamento Mestizo con pantalones cómodos para el combate o la exploración. Siempre lleva consigo una daga de bronce celestial, regalo de su ex-amigo Luke, y una gorra mágica que la vuelve invisible cuando la activa. Por lo general, Annabeth es una persona con alta determinación, con una constante necesidad de demostrar su valía todo el tiempo como hija de Atenea.
  • Género Femenino
  • Raza Semi-diosa
  • Fandom Percy Jackson
  • Capitana de la cabaña 6
  • Soltero(a)
  • Cumpleaños 12 de julio
  • 24 Publicaciones
  • 24 Escenas
  • Se unió en mayo 2025
  • 30 Visitas perfil
Otra información
  • Tipo de personaje
    2D
  • Longitud narrativa
    Una línea , Semi-párrafo , Párrafo , Multi-párrafo
  • Categorías de rol
    Acción , Aventura , Ciencia ficción , Fantasía , Slice of Life , Otros
Fijado
Annabeth Chase - Ficha de rol.
Nombre: Annabeth Chase.Raza:Semidiosa.Padres:Madre: Atenea, diosa de la sabiduría, la estrategia y la guerra justa.Padre: Frederick Chase, profesor de historia militar. Edad aparente: 17 años. (Dependiendo del roleplay)Lugar de Origen: San Francisco, California. Personalidad: Annabeth es una joven intensa, reservada pero profundamente apasionada. A...
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Publicaciones Recientes
  • Con una mano se rascaba la nuca, su postura encorvada dejando entrever su cansancio. Mira hacia abajo, repasando lo sucedido. Su expresión es tranquila, se le da muy bien ocultar sus emociones. Estaba sola, en silencio, pensando. Reflexionando.
    Con una mano se rascaba la nuca, su postura encorvada dejando entrever su cansancio. Mira hacia abajo, repasando lo sucedido. Su expresión es tranquila, se le da muy bien ocultar sus emociones. Estaba sola, en silencio, pensando. Reflexionando.
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  • Durante la ultima visita a su padre, Annabeth le había robado a sus hermanastros un contenedor lleno de bloques de lego. Tenía las piernas cruzadas sobre el suelo de su cabaña. A su lado, la bolsa de lego medio abierta dejaba entrever unas piezas de todos los tamaños, y frente a ella, había una construcción, que a pesar de estar incompleta, Annabeth ya la visualizaba con torres, ventanales y columnas. Sonreía, emocionada. Sus ojos brillaban mientras colocaba otra pieza.

    —Aquí irán los mapas...— Murmuró para sí misma, tomando una pieza beige— Y aquí las escaleras.

    Se echó ligeramente hacia atrás para observar su obra con ojos críticos. Entonces rio con esa risa suave que casi nadie tenía el privilegio de escuchar.

    —Tal vez debería añadir una catapulta. Por si acaso.
    Durante la ultima visita a su padre, Annabeth le había robado a sus hermanastros un contenedor lleno de bloques de lego. Tenía las piernas cruzadas sobre el suelo de su cabaña. A su lado, la bolsa de lego medio abierta dejaba entrever unas piezas de todos los tamaños, y frente a ella, había una construcción, que a pesar de estar incompleta, Annabeth ya la visualizaba con torres, ventanales y columnas. Sonreía, emocionada. Sus ojos brillaban mientras colocaba otra pieza. —Aquí irán los mapas...— Murmuró para sí misma, tomando una pieza beige— Y aquí las escaleras. Se echó ligeramente hacia atrás para observar su obra con ojos críticos. Entonces rio con esa risa suave que casi nadie tenía el privilegio de escuchar. —Tal vez debería añadir una catapulta. Por si acaso.
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  • La mañana había comenzado como cualquier otra, marcada por el rigor de la rutina. Primero un duelo rápido contra uno de los hijos de Ares —intenso, pero predecible—, luego una práctica más desafiante con Percy, donde la agilidad había pesado más que la fuerza. Ahora, sola en el centro del campo, Annabeth se enfrentaba a un maniquí de madera desgastado por los años y los combates simulados.

    Blandía su daga de bronce celestial con precisión meticulosa, cada golpe midiendo distancias, cada movimiento afinando la memoria muscular. Pero su mirada ya no brillaba con entusiasmo. El ritmo se volvía monótono. El maniquí, inmóvil, no representaba un verdadero reto.

    Cansada, bajó el arma. Caminó hacia una mesa cercana, se dejó caer en una de las sillas y apoyó los codos sobre la superficie de madera. Dejó que su frente golpeara la mesa.

    —Qué aburrido...

    Suspiró.
    La mañana había comenzado como cualquier otra, marcada por el rigor de la rutina. Primero un duelo rápido contra uno de los hijos de Ares —intenso, pero predecible—, luego una práctica más desafiante con Percy, donde la agilidad había pesado más que la fuerza. Ahora, sola en el centro del campo, Annabeth se enfrentaba a un maniquí de madera desgastado por los años y los combates simulados. Blandía su daga de bronce celestial con precisión meticulosa, cada golpe midiendo distancias, cada movimiento afinando la memoria muscular. Pero su mirada ya no brillaba con entusiasmo. El ritmo se volvía monótono. El maniquí, inmóvil, no representaba un verdadero reto. Cansada, bajó el arma. Caminó hacia una mesa cercana, se dejó caer en una de las sillas y apoyó los codos sobre la superficie de madera. Dejó que su frente golpeara la mesa. —Qué aburrido... Suspiró.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    || Acabo de hacer esto y me sentí muy incómoda viendolo, no descifro por qué. ¿Ustedes qué opinan?
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  • Su padre le había obsequiado una tableta para dibujar como regalo de navidad, pero hasta ahora empezaba a usarla. Intentó hacer un retrato de su madre, como la recordaba en sueños o cuando la ha visto personalmente. Deseaba mostrárselo, pero le avergonzaba que no fuera un buen dibujo, o que quizá a Atenea no le agradase.


    || El dibujo lo hice yo, jeje.
    Su padre le había obsequiado una tableta para dibujar como regalo de navidad, pero hasta ahora empezaba a usarla. Intentó hacer un retrato de su madre, como la recordaba en sueños o cuando la ha visto personalmente. Deseaba mostrárselo, pero le avergonzaba que no fuera un buen dibujo, o que quizá a Atenea no le agradase. || El dibujo lo hice yo, jeje.
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  • Habían montones de cuentas de colores desperdigadas por la mesa. Annabeth era buena con las manualidades y disfrutaba de aquella tarea. En otras mesas se encontraba la cabaña de Ares y Hermes, pero en su mesa ella estaba sola. Se había peleado con Percy porque había decidido hacerle un brazalete a el señor D.

    —Entiendo lo que pasa con Percy, él me hizo un brazalete a mí, pero.. ¡El no lo entiende! Quizá pueda sobornar un poco al señor D. con este brazalete, y tal vez se ablande un poco más con nosotros. Puede que le guste.

    Annabeth estaba hablando con una ardilla que se había subido a la mesa. Le dispersó las cuentas por todos lados y Annabeth suspiró frustrada. Terminó el brazalete, pasando la última cuenta por el hilo. Miró orgullosa su creación.

    —Un regalo precioso para un dios de..— Decidió no terminar la frase, por no ser grosera.
    Habían montones de cuentas de colores desperdigadas por la mesa. Annabeth era buena con las manualidades y disfrutaba de aquella tarea. En otras mesas se encontraba la cabaña de Ares y Hermes, pero en su mesa ella estaba sola. Se había peleado con Percy porque había decidido hacerle un brazalete a el señor D. —Entiendo lo que pasa con Percy, él me hizo un brazalete a mí, pero.. ¡El no lo entiende! Quizá pueda sobornar un poco al señor D. con este brazalete, y tal vez se ablande un poco más con nosotros. Puede que le guste. Annabeth estaba hablando con una ardilla que se había subido a la mesa. Le dispersó las cuentas por todos lados y Annabeth suspiró frustrada. Terminó el brazalete, pasando la última cuenta por el hilo. Miró orgullosa su creación. —Un regalo precioso para un dios de..— Decidió no terminar la frase, por no ser grosera.
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