Los encontré deambulando por la pradera, pequeñas figuras llameantes con ojos brillantes y cuerpos que parpadeaban como velas en el viento. Cinco en total.
Niños de fuego.
Podría decirse que estaban asustados, aunque sus rostros eran difíciles de leer entre las llamas. Uno de ellos, el más alto, intentaba mantener a los demás juntos, pero su chispa titilaba con nerviosismo.
Sonreí.
~ Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? ¿Una excursión escolar que se salió de control? ~
Los cinco giraron al unísono, sobresaltados. Uno incluso dio un pequeño brinco, dejando un rastro de brasas en el aire.
~ ¡¿Q-quién eres tú?! ~ balbuceó el más pequeño. Su voz crepitaba como un leño recién encendido.
Puse una mano en mi pecho con fingida sorpresa.
~ ¿Yo? ¡Pero qué grosería! No reconocer a su nuevo maestro suplente… ~
Los niños se miraron confundidos.
~ ¿Maestro? Pero el profesor Ígneo no se parece a ti… ~
~ Bueno, eso es porque el profesor Ígneo no está aquí, ¿cierto? Y yo sí. Así que, por hoy, soy el Profesor Ghost. ~
Dibujé una pizarra en el aire con un movimiento de mi mano, y las chispas de su fuego se pegaron al aire como si realmente fuera un tablero invisible. Luego, con un gesto, tracé unas letras en rojo brillante:
**"Clase de Orientación 101: Cómo no perderse en dimensiones extrañas"**
Los niños empezaron a relajarse. Algunos incluso rieron. Eso era bueno.
~ Ahora, primera pregunta: ¿Cómo llegaron aquí? ~
El mayor habló.
~ Nos desviamos del sendero de fuego cuando viajábamos entre planos. Nos dijeron que no siguiéramos los reflejos en el suelo, pero… uno de nosotros lo hizo y… bueno… ~
~ ¡Nos caímos! ~ gritó el más pequeño, agitando sus pequeñas manos ardientes.
Chasqueé los dedos.
~ ¡Error número uno! Nunca sigan cosas brillantes si no saben a dónde llevan. La curiosidad es genial, pero también es la mejor amiga de los problemas. ~
Dibujé en el aire un pequeño diagrama: una flecha señalando un sendero, otra desviándose hacia un abismo con una carita triste al final.
~ Ahora, segunda pregunta: ¿Cómo vuelven a casa? ~
Silencio.
Me crucé de brazos.
~ Oh, vamos, chicos. ¿Ninguno de ustedes leyó el capítulo sobre portales de emergencia? ~
Las llamas de los niños parpadearon con vergüenza.
Suspiré dramáticamente y chasqueé los dedos otra vez. Frente a ellos, el aire se onduló y un círculo ígneo apareció en el suelo, crepitando con un calor familiar para ellos.
~ Y así es como un profesor experimentado lo hace. Ahora, ordenaditos y sin empujarse, porque si este portal se desestabiliza, podría llevarlos a una dimensión de lluvia eterna. Y dudo que les guste mojarse. ~
Los niños se apresuraron a alinearse, pero antes de cruzar, el más alto se giró hacia mí.
~ Gracias, Profesor Ghost. ~
Le guiñé un ojo.
~ No hay de qué, pequeños fósforos. Y la próxima vez, presten más atención en clase. ~
Los niños rieron y uno a uno, cruzaron el portal.
Cuando la última chispa de su fuego desapareció, la pradera quedó en calma otra vez.
Me giré hacia la pizarra invisible y con un simple soplido, la deshice en mariposas de luz.
~ Clase aprobada. ~ murmuré con una sonrisa antes de seguir mi camino.
Los encontré deambulando por la pradera, pequeñas figuras llameantes con ojos brillantes y cuerpos que parpadeaban como velas en el viento. Cinco en total.
Niños de fuego.
Podría decirse que estaban asustados, aunque sus rostros eran difíciles de leer entre las llamas. Uno de ellos, el más alto, intentaba mantener a los demás juntos, pero su chispa titilaba con nerviosismo.
Sonreí.
~ Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? ¿Una excursión escolar que se salió de control? ~
Los cinco giraron al unísono, sobresaltados. Uno incluso dio un pequeño brinco, dejando un rastro de brasas en el aire.
~ ¡¿Q-quién eres tú?! ~ balbuceó el más pequeño. Su voz crepitaba como un leño recién encendido.
Puse una mano en mi pecho con fingida sorpresa.
~ ¿Yo? ¡Pero qué grosería! No reconocer a su nuevo maestro suplente… ~
Los niños se miraron confundidos.
~ ¿Maestro? Pero el profesor Ígneo no se parece a ti… ~
~ Bueno, eso es porque el profesor Ígneo no está aquí, ¿cierto? Y yo sí. Así que, por hoy, soy el Profesor Ghost. ~
Dibujé una pizarra en el aire con un movimiento de mi mano, y las chispas de su fuego se pegaron al aire como si realmente fuera un tablero invisible. Luego, con un gesto, tracé unas letras en rojo brillante:
**"Clase de Orientación 101: Cómo no perderse en dimensiones extrañas"**
Los niños empezaron a relajarse. Algunos incluso rieron. Eso era bueno.
~ Ahora, primera pregunta: ¿Cómo llegaron aquí? ~
El mayor habló.
~ Nos desviamos del sendero de fuego cuando viajábamos entre planos. Nos dijeron que no siguiéramos los reflejos en el suelo, pero… uno de nosotros lo hizo y… bueno… ~
~ ¡Nos caímos! ~ gritó el más pequeño, agitando sus pequeñas manos ardientes.
Chasqueé los dedos.
~ ¡Error número uno! Nunca sigan cosas brillantes si no saben a dónde llevan. La curiosidad es genial, pero también es la mejor amiga de los problemas. ~
Dibujé en el aire un pequeño diagrama: una flecha señalando un sendero, otra desviándose hacia un abismo con una carita triste al final.
~ Ahora, segunda pregunta: ¿Cómo vuelven a casa? ~
Silencio.
Me crucé de brazos.
~ Oh, vamos, chicos. ¿Ninguno de ustedes leyó el capítulo sobre portales de emergencia? ~
Las llamas de los niños parpadearon con vergüenza.
Suspiré dramáticamente y chasqueé los dedos otra vez. Frente a ellos, el aire se onduló y un círculo ígneo apareció en el suelo, crepitando con un calor familiar para ellos.
~ Y así es como un profesor experimentado lo hace. Ahora, ordenaditos y sin empujarse, porque si este portal se desestabiliza, podría llevarlos a una dimensión de lluvia eterna. Y dudo que les guste mojarse. ~
Los niños se apresuraron a alinearse, pero antes de cruzar, el más alto se giró hacia mí.
~ Gracias, Profesor Ghost. ~
Le guiñé un ojo.
~ No hay de qué, pequeños fósforos. Y la próxima vez, presten más atención en clase. ~
Los niños rieron y uno a uno, cruzaron el portal.
Cuando la última chispa de su fuego desapareció, la pradera quedó en calma otra vez.
Me giré hacia la pizarra invisible y con un simple soplido, la deshice en mariposas de luz.
~ Clase aprobada. ~ murmuré con una sonrisa antes de seguir mi camino.