• El vínculo con tu caballo es una relación especial que se construye a través de la comunicación, la confianza y el respeto mutuo. Se basa en la comprensión de las necesidades y el lenguaje corporal del caballo, así como en el desarrollo de una conexión emocional que va más allá del entrenamiento.
    El vínculo con tu caballo es una relación especial que se construye a través de la comunicación, la confianza y el respeto mutuo. Se basa en la comprensión de las necesidades y el lenguaje corporal del caballo, así como en el desarrollo de una conexión emocional que va más allá del entrenamiento.
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  • "Perdóneme padre, porque he pecado
    Fandom Supernatural || The Vampire Diaries
    Categoría Drama
    ㅤㅤㅤ¿𝐻𝑎𝑠 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑑𝑜, ℎ𝑖𝑗𝑎? —𝑝𝑟𝑒𝑔𝑢𝑛𝑡𝑜́ 𝑒́𝑙.
    ㅤㅤㅤ¿𝑈𝑛𝑎 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 𝑝𝑖𝑎𝑑𝑜𝑠𝑎 𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎? — 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑜𝑛𝑑𝑖𝑜́ 𝑒𝑙𝑙𝑎.

    ㅤㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐕𝐈𝐈
    ㅤㅤㅤㅤㅤ˹ Dean Winchester


    ㅤㅤㅤY podía parecer que después de aquella aventura, que después de su visita por la caja terapéutica todo iba bien, por fin… ¿verdad? Bueno, en realidad sí. Todo iba bien. Hope y Dean pasaron aquella primera noche juntos. La verdad era que la tríbrida no tenia demasiado interés en separarse del cazador. No después de haber perdido tanto tiempo a su lado. Esa noche solo quiso… disfrutar de su recién recuperada relacion. Dejar que las sensaciones que Dean le hacia sentir la embargaran. Y perdió la noción del tiempo entre aquellas sábanas. Seguros de que nadie podría interrumpirlos se dedicaron a ellos mismos en el interior de aquella habitación. Se dedicaron a volver a conocerse, a demostrarse que se querían.

    Asi que no era de extrañar que ambos ignorasen las mil alarmas de sus teléfonos móviles. Tanto ellos como sus cuerpos habían sido sometidos a demasiado estrés durante las ultimas horas. Y sobre todo, Dean, al ver su libre albedrio comprometido bajo el control de aquel orbe marca Mikaelson.

    Hope despertó antes que Dean, quien dormía plácidamente, boca abajo y con un brazo bajo la almohada. Y no pudo evitar quedarse mirándolo durante… no supo durante cuanto tiempo. En ese momento pensaba demasiadas cosas. En lo cabezota y testarudo que era cuando queria, en lo cerca que había estado todo de irse a la mierda, en lo mal que se sentiría a esas alturas si hubiera vuelto a Nueva Orleans… Pensaba en que lo queria. Contra todo pronostico y por raro que sonase se había enamorado de él hasta niveles que siquiera ella era capaz de comprender. Y, estaba segura, lo queria más de lo que había querido a Landon. No había una forma de medirlo, claro…

    A sus pensamientos llegó el recuerdo de lo ocurrido en Morrill.

    “Tú… tú me ayudas, Hope. Tu presencia, tu cercanía calma el instinto asesino que pulsa por salir… “

    Sabia que esas palabras habían sido pronunciadas dentro del estresante contexto de aquella frustrante aventura, claro. Pero tambien sabia que ese sentimiento nacía de alguna parte. Era real. Si ella era capaz de calmar el instinto asesino provocado por un cacharro mágico infernal, es que era capaz de actuar como elemento relajante en la vida de Dean. Por parte de Hope, sabia que con él se sentía a salvo. Sabia que si él estaba cerca no había nada que temer. Aunque había tenido miedo cuando aquella bruja hacia intentado robarle su cuerpo, la verdad era que nunca había dejado de confiar en Dean Winchester. Ni siquiera cuando casi murieron congelados. Siempre tuvo fe en él. Puede que Dean fuera la única persona en el planeta tierra que no podría decepcionarla.

    Asegurándose de que, tras levantarse de la cama, Dean seguía durmiendo, la tríbrida buscó su ropa interior y una de las camisas del Winchester. Y mientras se la abotonaba susurró “Finite” para deshacer el hechizo de encierro sobre aquella habitación. Salió con cuidado de no hacer ruido y caminó descalza hasta la cocina donde se encontró con Hati y Sam quienes parecían haber terminado con una sesión de entrenamiento.

    -¡Vaya! ¡Hola! -saludó un sorprendido Sam tras parar la batidora donde estaba preparándole un batido de fresas y plátano a Hati, a juzgar por la expresión impaciente en el rostro de la morena- ¿Ha ido… todo bien?

    Hope fue incapaz de ocultar su sonrisa algo tímida.

    -Demasiado bien… -confirmó mientras se apartaba cabello del rostro- Parece que ha entrado en razón… -asintió ella- Asi que no va a dejarme y… yo no voy a irme a ninguna parte…
    Sam y Hati la miraron de arriba abajo.

    -Asi que… ¿habéis vuelto? -preguntó Hati.

    Hope asintió.

    -El mundo vuelve a ser un lugar mejor…- rio ella.

    Sam alzó las cejas, sorprendido.

    -Esa caja ha sido lo primero que ha conseguido hacer cambiar de opinión a Dean en treinta y siete años… Deberíamos darle una medalla al tal Vardilio… -bromeó Sam.

    -Vardemus. Profesor Vardemus…- rio Hope- Voy a hacer algo de desayunar… Me muero de hambre… Y me imagino que Dean también…

    >> Media hora después y con una bandeja con dos cafés, huevos y bacon, Hope entraba en la habitación del cazador y dejaba la bandeja en la mesilla antes de subirse a la cama para acercarse a Dean. Seguía totalmente dormido, asi que Hope se subió a la cama y depositó una hilera de besos en el hombro de Dean, descendiendo luego por su espalda. Y aunque estaba claro que el calor del bunker había arrancado un ligero sudor en la piel masculina durante la noche, a la Mikaelson no le importó.

    -Buenos dias… -canturreó ella ascendiendo hasta su mejilla donde dejó un largo trecho de cortos besitos- Te he hecho huevos y bacon…

    Y pareció que esas palabras eran la alarma perfecta para el cazador. Un rato después ambos disfrutaban de aquel nuevo primer desayuno de pareja. Después de un momento de esparcimiento, el gesto de Hope se tornó serio a la vez que sus pensamientos viajaban hacia ese pequeño, ínfimo y minúsculo tema que no había tratado con Dean porque habían cortado…

    -Dean… -habló ella con voz suave dejando un trozo de bacon sobre la bandeja- Hay algo que no te he contado… Tú y yo habíamos cortado y… y yo pensaba irme del bunker, asi que no creí que… necesitaras saberlo. Sé que vas a cabrearte conmigo, pero…

    La expresión en el rostro de Dean era un poema, y Hope inspiró profundamente buscando fuerzas para decir lo que tenia que decir.

    -Se trata de un asunto familiar… Si mi destino al salir de aquí era Nueva Orleans es porque… Bueno, unos dias después de que tú y yo cortásemos me llamó mi tia Freya. Tenia noticias de mi padre… -sabia que esa última frase cortocircuitaría el cerebro de Dean, asi que decidió soltarlo todo de golpe- Han vuelto. Él y mi tio Elijah. Los dos han vuelto… Y hay bastantes probabilidades de que tambien haya regresado mi madre… Aunque no lo sé con certeza… Creo que no quieren decírmelo para que no me haga ilusiones…


    creds:
    psd: https://www.deviantart.com/tigeredits/art/Buzzkill-PSD-collab-with-wheeinisaqueen-944906883
    ㅤㅤㅤ¿𝐻𝑎𝑠 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑑𝑜, ℎ𝑖𝑗𝑎? —𝑝𝑟𝑒𝑔𝑢𝑛𝑡𝑜́ 𝑒́𝑙. ㅤㅤㅤ¿𝑈𝑛𝑎 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 𝑝𝑖𝑎𝑑𝑜𝑠𝑎 𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎? — 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑜𝑛𝑑𝑖𝑜́ 𝑒𝑙𝑙𝑎. ㅤㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐕𝐈𝐈 ㅤㅤㅤㅤㅤ˹ [BxbyDriver] ㅤ ㅤ ㅤㅤㅤY podía parecer que después de aquella aventura, que después de su visita por la caja terapéutica todo iba bien, por fin… ¿verdad? Bueno, en realidad sí. Todo iba bien. Hope y Dean pasaron aquella primera noche juntos. La verdad era que la tríbrida no tenia demasiado interés en separarse del cazador. No después de haber perdido tanto tiempo a su lado. Esa noche solo quiso… disfrutar de su recién recuperada relacion. Dejar que las sensaciones que Dean le hacia sentir la embargaran. Y perdió la noción del tiempo entre aquellas sábanas. Seguros de que nadie podría interrumpirlos se dedicaron a ellos mismos en el interior de aquella habitación. Se dedicaron a volver a conocerse, a demostrarse que se querían. Asi que no era de extrañar que ambos ignorasen las mil alarmas de sus teléfonos móviles. Tanto ellos como sus cuerpos habían sido sometidos a demasiado estrés durante las ultimas horas. Y sobre todo, Dean, al ver su libre albedrio comprometido bajo el control de aquel orbe marca Mikaelson. Hope despertó antes que Dean, quien dormía plácidamente, boca abajo y con un brazo bajo la almohada. Y no pudo evitar quedarse mirándolo durante… no supo durante cuanto tiempo. En ese momento pensaba demasiadas cosas. En lo cabezota y testarudo que era cuando queria, en lo cerca que había estado todo de irse a la mierda, en lo mal que se sentiría a esas alturas si hubiera vuelto a Nueva Orleans… Pensaba en que lo queria. Contra todo pronostico y por raro que sonase se había enamorado de él hasta niveles que siquiera ella era capaz de comprender. Y, estaba segura, lo queria más de lo que había querido a Landon. No había una forma de medirlo, claro… A sus pensamientos llegó el recuerdo de lo ocurrido en Morrill. “Tú… tú me ayudas, Hope. Tu presencia, tu cercanía calma el instinto asesino que pulsa por salir… “ Sabia que esas palabras habían sido pronunciadas dentro del estresante contexto de aquella frustrante aventura, claro. Pero tambien sabia que ese sentimiento nacía de alguna parte. Era real. Si ella era capaz de calmar el instinto asesino provocado por un cacharro mágico infernal, es que era capaz de actuar como elemento relajante en la vida de Dean. Por parte de Hope, sabia que con él se sentía a salvo. Sabia que si él estaba cerca no había nada que temer. Aunque había tenido miedo cuando aquella bruja hacia intentado robarle su cuerpo, la verdad era que nunca había dejado de confiar en Dean Winchester. Ni siquiera cuando casi murieron congelados. Siempre tuvo fe en él. Puede que Dean fuera la única persona en el planeta tierra que no podría decepcionarla. Asegurándose de que, tras levantarse de la cama, Dean seguía durmiendo, la tríbrida buscó su ropa interior y una de las camisas del Winchester. Y mientras se la abotonaba susurró “Finite” para deshacer el hechizo de encierro sobre aquella habitación. Salió con cuidado de no hacer ruido y caminó descalza hasta la cocina donde se encontró con Hati y Sam quienes parecían haber terminado con una sesión de entrenamiento. -¡Vaya! ¡Hola! -saludó un sorprendido Sam tras parar la batidora donde estaba preparándole un batido de fresas y plátano a Hati, a juzgar por la expresión impaciente en el rostro de la morena- ¿Ha ido… todo bien? Hope fue incapaz de ocultar su sonrisa algo tímida. -Demasiado bien… -confirmó mientras se apartaba cabello del rostro- Parece que ha entrado en razón… -asintió ella- Asi que no va a dejarme y… yo no voy a irme a ninguna parte… Sam y Hati la miraron de arriba abajo. -Asi que… ¿habéis vuelto? -preguntó Hati. Hope asintió. -El mundo vuelve a ser un lugar mejor…- rio ella. Sam alzó las cejas, sorprendido. -Esa caja ha sido lo primero que ha conseguido hacer cambiar de opinión a Dean en treinta y siete años… Deberíamos darle una medalla al tal Vardilio… -bromeó Sam. -Vardemus. Profesor Vardemus…- rio Hope- Voy a hacer algo de desayunar… Me muero de hambre… Y me imagino que Dean también… >> Media hora después y con una bandeja con dos cafés, huevos y bacon, Hope entraba en la habitación del cazador y dejaba la bandeja en la mesilla antes de subirse a la cama para acercarse a Dean. Seguía totalmente dormido, asi que Hope se subió a la cama y depositó una hilera de besos en el hombro de Dean, descendiendo luego por su espalda. Y aunque estaba claro que el calor del bunker había arrancado un ligero sudor en la piel masculina durante la noche, a la Mikaelson no le importó. -Buenos dias… -canturreó ella ascendiendo hasta su mejilla donde dejó un largo trecho de cortos besitos- Te he hecho huevos y bacon… Y pareció que esas palabras eran la alarma perfecta para el cazador. Un rato después ambos disfrutaban de aquel nuevo primer desayuno de pareja. Después de un momento de esparcimiento, el gesto de Hope se tornó serio a la vez que sus pensamientos viajaban hacia ese pequeño, ínfimo y minúsculo tema que no había tratado con Dean porque habían cortado… -Dean… -habló ella con voz suave dejando un trozo de bacon sobre la bandeja- Hay algo que no te he contado… Tú y yo habíamos cortado y… y yo pensaba irme del bunker, asi que no creí que… necesitaras saberlo. Sé que vas a cabrearte conmigo, pero… La expresión en el rostro de Dean era un poema, y Hope inspiró profundamente buscando fuerzas para decir lo que tenia que decir. -Se trata de un asunto familiar… Si mi destino al salir de aquí era Nueva Orleans es porque… Bueno, unos dias después de que tú y yo cortásemos me llamó mi tia Freya. Tenia noticias de mi padre… -sabia que esa última frase cortocircuitaría el cerebro de Dean, asi que decidió soltarlo todo de golpe- Han vuelto. Él y mi tio Elijah. Los dos han vuelto… Y hay bastantes probabilidades de que tambien haya regresado mi madre… Aunque no lo sé con certeza… Creo que no quieren decírmelo para que no me haga ilusiones… creds: psd: https://www.deviantart.com/tigeredits/art/Buzzkill-PSD-collab-with-wheeinisaqueen-944906883
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    FICHA
    Nombre: Akane Queen Ishtar
    Raza: Híbrida entre súcubo y ogresa
    Altura: 1.52 m (en humana y goblina) - 1.80 m (en ogresa demonio)
    Ocupación: Estudiante de primer año de secundaria

    Descripción Física
    Forma humana: Cabello largo, lacio, azul con reflejos púrpura. Piel pálida, ojos verdes.

    Transformación ogresa-demonio: Aumenta de tamaño y masa muscular, piel azulada, ojos rojos, cabello largo y blanco. Cuernos con manchas negras en la frente como un Oni. Usa una alabarda extremadamente pesada que solo ella puede levantar con una mano.

    Transformación goblina: Piel azulada con un tono púrpura, cabello blanco, ojos marrones (cambian a rojos cuando se pone seria), orejas grandes. Especialista en armas de fuego y trampas.

    Familia
    Madre: Yuna Queen – Ogresa, muy cariñosa con Akane, la consiente mucho. Heredó el carácter de su madre, Ayane.

    Madre: Sasha Ishtar – Sucubu, la consiente, pero también es más estricta.

    Abuela materna: Jennifer Queen – Reina ogresa, entrenó a Akane con métodos extremadamente duros. Entrenó también a sus hijas Yuna y Albedo con rigurosidad, lo que hizo que Akane le tuviera miedo al principio.

    Abuela materna (esposa de Jennifer): Ayane Ishtar Queen – Madre de Yuna, más comprensiva y cariñosa. Al igual que Yuna, consiente mucho a Akane.

    Tía: Albedo Queen Ishtar – Hermana de Yuna. Akane al ver los entrenamientos de Jennifer con Albedo, comenzó a creer en las historias sobre el infierno que su madre vivió al entrenar con ella.

    Personalidad
    Akane comenzó siendo una niña inocente y traviesa, siempre buscando aventuras desde una edad temprana. Su amor por los animales es profundo y ha mantenido este cariño hasta la actualidad.

    Tiene una debilidad por los postres y es una glotona por naturaleza. A menudo es molestada con la idea de que podría engordar, pero ella sabe que eso no sucederá, ya que su metabolismo cambia radicalmente cuando usa sus transformaciones. Gasta una gran cantidad de energía y calorías, por lo que necesita comer mucho para reponerse. Sin embargo, si no come lo suficiente, se debilita más rápido al transformarse.

    Su apetito es enorme y se enfurece cuando la molestan con su comida, especialmente si le roban la fresa de su pastel, lo que le provoca rabietas como una niña pequeña.

    Es coqueta y algo presumida con su aspecto, pero su forma de vestir varía según sus transformaciones:

    Forma humana: Viste con un vestido negro largo con encajes estilo lolita gótica, resaltando su elegancia y gusto por la moda refinada.

    Forma ogresa-demonio: Su estilo cambia completamente, adoptando un aire rebelde y agresivo. Usa una mini falda que expone más sus piernas, junto con una blusa blanca de botones que mete en su falda, pero que a veces ata para exponer su estómago, dándole un aire de delincuente juvenil. Aunque todavia le gustan las cosas lindas, en esta forma se avergüenza fácilmente cuando su lado sensible queda expuesto.

    Forma goblina: Aquí adopta un look más funcional y práctico, reflejando su amor por la mecánica. Usa pantalón y camiseta verde, guantes de trabajo y lentes para soldar, dándole la apariencia de una típica mecánica friki. En esta forma, su naturaleza traviesa aflora aún más, se emociona por todo, aunque lucha por parecer madura, lo que le resulta difícil debido a su innata curiosidad.

    A pesar de su apariencia refinada en su forma humana, Akane carga con el trauma de los entrenamientos infernales de su abuela Jennifer. Ha sobrevivido días enteros corriendo sin comida y esquivado hachas gigantes que solo eran el calentamiento. Cuando alguien le sugiere "alcanzar su máximo potencial", su expresión se vuelve vacía, y su respuesta suele ser un seco "Tch Tch." seguido de una mirada que deja claro que nadie más la hará pasar por otro infierno de entrenamiento.

    Aunque es fuerte y temeraria, sigue siendo la misma chica traviesa y apasionada de siempre, con un amor feroz por los pequeños placeres de la vida, especialmente la comida.

    Trasfondo
    Desde su nacimiento, Akane destacó por ser diferente. Como híbrida entre súcubo y ogresa, su crecimiento acelerado le permitió desarrollar una madurez temprana, pero sin perder su innata curiosidad y espíritu travieso. Desde pequeña, adoraba explorar su entorno, escapando de casa para embarcarse en pequeñas aventuras. Su amor por los animales fue algo que nunca cambió, viéndolos como compañeros de viaje en su aprendizaje del mundo.

    A medida que crecía, su herencia híbrida se manifestó en formas inesperadas. A los 8 años, desbloqueó su primera transformación: su forma de ogresa-demonio, la cual le otorgaba un poder descomunal, aumentando su tamaño y fuerza a niveles sobrehumanos. Sin embargo, esta transformación también aceleraba su envejecimiento aparente, haciéndola lucir como una joven de 15 años cuando en realidad seguía siendo una niña. Su abuela, Jennifer Queen, al ver su potencial, decidió entrenarla bajo métodos extremos, los mismos que había impuesto sobre su propia hija, Yuna.

    Aunque Akane tenía miedo de los métodos de entrenamiento infernales de Jennifer, aceptó someterse a ellos, creyendo que era el camino para hacerse más fuerte. Sin embargo, su entusiasmo la llevó a sobreentrenarse en secreto, lo que provocó que su cuerpo sufriera una involución drástica. Sin previo aviso, perdió el acceso a su forma de ogresa-demonio y quedó atrapada en una forma infantil de goblina, reducida a tan solo 80 cm de altura. Desesperada por recuperar su fuerza, Akane pasó por un periodo de frustración y autoevaluación. Fue en este tiempo que descubrió que, aunque había perdido su físico imponente, su inteligencia y capacidad analítica habían aumentado considerablemente.

    En su forma goblina, Akane se convirtió en una prodigio de la ingeniería de armas, desarrollando dispositivos avanzados y estrategias especializadas en trampas y armamento de fuego. Su abuela Jennifer, intrigada por este cambio, le propuso un desafío: si lograba golpearla en combate con una de sus armas, le enseñaría a recuperar sus transformaciones anteriores. Akane aceptó la apuesta y, en un momento crítico durante la batalla, logró evolucionar su forma goblina, aumentando su velocidad y precisión. En un acto de desesperación, canalizó energía en un arma dañada y provocó una explosión que impactó a Jennifer, cumpliendo con el reto.

    Como recompensa, Akane recuperó su forma humana, pero con un desarrollo físico más avanzado y una nueva perspectiva de sí misma. Ahora, con total control sobre sus transformaciones, aprendió a adaptar su estilo de combate a cada una de sus formas:

    En su forma ogresa-demonio, es un torbellino de fuerza bruta, resistiendo golpes que serían mortales para otros y usando una alabarda gigantesca con facilidad.

    En su forma goblina, es una estratega veloz y astuta, especializada en armas de fuego y trampas mecánicas.

    En su forma humana, es ágil y refinada, dominando el arte de la katana con precisión letal.

    A pesar de todos los cambios, Akane sigue siendo la misma chica traviesa y curiosa de antes, aunque ahora con una perspectiva más madura sobre la vida y el combate. Su amor por la comida y los postres es insaciable, y no soporta que alguien le robe la fresa de su pastel. Su actitud varía con cada transformación, pero en su esencia, sigue siendo una soñadora con un deseo insaciable de crecer y mejorar.
    FICHA Nombre: Akane Queen Ishtar Raza: Híbrida entre súcubo y ogresa Altura: 1.52 m (en humana y goblina) - 1.80 m (en ogresa demonio) Ocupación: Estudiante de primer año de secundaria Descripción Física Forma humana: Cabello largo, lacio, azul con reflejos púrpura. Piel pálida, ojos verdes. Transformación ogresa-demonio: Aumenta de tamaño y masa muscular, piel azulada, ojos rojos, cabello largo y blanco. Cuernos con manchas negras en la frente como un Oni. Usa una alabarda extremadamente pesada que solo ella puede levantar con una mano. Transformación goblina: Piel azulada con un tono púrpura, cabello blanco, ojos marrones (cambian a rojos cuando se pone seria), orejas grandes. Especialista en armas de fuego y trampas. Familia Madre: Yuna Queen – Ogresa, muy cariñosa con Akane, la consiente mucho. Heredó el carácter de su madre, Ayane. Madre: Sasha Ishtar – Sucubu, la consiente, pero también es más estricta. Abuela materna: Jennifer Queen – Reina ogresa, entrenó a Akane con métodos extremadamente duros. Entrenó también a sus hijas Yuna y Albedo con rigurosidad, lo que hizo que Akane le tuviera miedo al principio. Abuela materna (esposa de Jennifer): Ayane Ishtar Queen – Madre de Yuna, más comprensiva y cariñosa. Al igual que Yuna, consiente mucho a Akane. Tía: Albedo Queen Ishtar – Hermana de Yuna. Akane al ver los entrenamientos de Jennifer con Albedo, comenzó a creer en las historias sobre el infierno que su madre vivió al entrenar con ella. Personalidad Akane comenzó siendo una niña inocente y traviesa, siempre buscando aventuras desde una edad temprana. Su amor por los animales es profundo y ha mantenido este cariño hasta la actualidad. Tiene una debilidad por los postres y es una glotona por naturaleza. A menudo es molestada con la idea de que podría engordar, pero ella sabe que eso no sucederá, ya que su metabolismo cambia radicalmente cuando usa sus transformaciones. Gasta una gran cantidad de energía y calorías, por lo que necesita comer mucho para reponerse. Sin embargo, si no come lo suficiente, se debilita más rápido al transformarse. Su apetito es enorme y se enfurece cuando la molestan con su comida, especialmente si le roban la fresa de su pastel, lo que le provoca rabietas como una niña pequeña. Es coqueta y algo presumida con su aspecto, pero su forma de vestir varía según sus transformaciones: Forma humana: Viste con un vestido negro largo con encajes estilo lolita gótica, resaltando su elegancia y gusto por la moda refinada. Forma ogresa-demonio: Su estilo cambia completamente, adoptando un aire rebelde y agresivo. Usa una mini falda que expone más sus piernas, junto con una blusa blanca de botones que mete en su falda, pero que a veces ata para exponer su estómago, dándole un aire de delincuente juvenil. Aunque todavia le gustan las cosas lindas, en esta forma se avergüenza fácilmente cuando su lado sensible queda expuesto. Forma goblina: Aquí adopta un look más funcional y práctico, reflejando su amor por la mecánica. Usa pantalón y camiseta verde, guantes de trabajo y lentes para soldar, dándole la apariencia de una típica mecánica friki. En esta forma, su naturaleza traviesa aflora aún más, se emociona por todo, aunque lucha por parecer madura, lo que le resulta difícil debido a su innata curiosidad. A pesar de su apariencia refinada en su forma humana, Akane carga con el trauma de los entrenamientos infernales de su abuela Jennifer. Ha sobrevivido días enteros corriendo sin comida y esquivado hachas gigantes que solo eran el calentamiento. Cuando alguien le sugiere "alcanzar su máximo potencial", su expresión se vuelve vacía, y su respuesta suele ser un seco "Tch Tch." seguido de una mirada que deja claro que nadie más la hará pasar por otro infierno de entrenamiento. Aunque es fuerte y temeraria, sigue siendo la misma chica traviesa y apasionada de siempre, con un amor feroz por los pequeños placeres de la vida, especialmente la comida. Trasfondo Desde su nacimiento, Akane destacó por ser diferente. Como híbrida entre súcubo y ogresa, su crecimiento acelerado le permitió desarrollar una madurez temprana, pero sin perder su innata curiosidad y espíritu travieso. Desde pequeña, adoraba explorar su entorno, escapando de casa para embarcarse en pequeñas aventuras. Su amor por los animales fue algo que nunca cambió, viéndolos como compañeros de viaje en su aprendizaje del mundo. A medida que crecía, su herencia híbrida se manifestó en formas inesperadas. A los 8 años, desbloqueó su primera transformación: su forma de ogresa-demonio, la cual le otorgaba un poder descomunal, aumentando su tamaño y fuerza a niveles sobrehumanos. Sin embargo, esta transformación también aceleraba su envejecimiento aparente, haciéndola lucir como una joven de 15 años cuando en realidad seguía siendo una niña. Su abuela, Jennifer Queen, al ver su potencial, decidió entrenarla bajo métodos extremos, los mismos que había impuesto sobre su propia hija, Yuna. Aunque Akane tenía miedo de los métodos de entrenamiento infernales de Jennifer, aceptó someterse a ellos, creyendo que era el camino para hacerse más fuerte. Sin embargo, su entusiasmo la llevó a sobreentrenarse en secreto, lo que provocó que su cuerpo sufriera una involución drástica. Sin previo aviso, perdió el acceso a su forma de ogresa-demonio y quedó atrapada en una forma infantil de goblina, reducida a tan solo 80 cm de altura. Desesperada por recuperar su fuerza, Akane pasó por un periodo de frustración y autoevaluación. Fue en este tiempo que descubrió que, aunque había perdido su físico imponente, su inteligencia y capacidad analítica habían aumentado considerablemente. En su forma goblina, Akane se convirtió en una prodigio de la ingeniería de armas, desarrollando dispositivos avanzados y estrategias especializadas en trampas y armamento de fuego. Su abuela Jennifer, intrigada por este cambio, le propuso un desafío: si lograba golpearla en combate con una de sus armas, le enseñaría a recuperar sus transformaciones anteriores. Akane aceptó la apuesta y, en un momento crítico durante la batalla, logró evolucionar su forma goblina, aumentando su velocidad y precisión. En un acto de desesperación, canalizó energía en un arma dañada y provocó una explosión que impactó a Jennifer, cumpliendo con el reto. Como recompensa, Akane recuperó su forma humana, pero con un desarrollo físico más avanzado y una nueva perspectiva de sí misma. Ahora, con total control sobre sus transformaciones, aprendió a adaptar su estilo de combate a cada una de sus formas: En su forma ogresa-demonio, es un torbellino de fuerza bruta, resistiendo golpes que serían mortales para otros y usando una alabarda gigantesca con facilidad. En su forma goblina, es una estratega veloz y astuta, especializada en armas de fuego y trampas mecánicas. En su forma humana, es ágil y refinada, dominando el arte de la katana con precisión letal. A pesar de todos los cambios, Akane sigue siendo la misma chica traviesa y curiosa de antes, aunque ahora con una perspectiva más madura sobre la vida y el combate. Su amor por la comida y los postres es insaciable, y no soporta que alguien le robe la fresa de su pastel. Su actitud varía con cada transformación, pero en su esencia, sigue siendo una soñadora con un deseo insaciable de crecer y mejorar.
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  • Entrenar con falta de sueño puede ser contra producente, porque la fatiga acumulada resta todas las posibles ganancias del entrenamiento...
    Luego entonces, lejos de ser benéfico, es al contrario, resulta perjudicial para la salud...
    Así es que, de ser necesario, manda todo al cuerno y vete a dormir...

    *Elios duerme.*
    Entrenar con falta de sueño puede ser contra producente, porque la fatiga acumulada resta todas las posibles ganancias del entrenamiento... Luego entonces, lejos de ser benéfico, es al contrario, resulta perjudicial para la salud... Así es que, de ser necesario, manda todo al cuerno y vete a dormir... *Elios duerme.*
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  • Hoy era sábado, día libre donde podía salir de la escuela internado y hacer lo que quisiera, porque también estaba libre de su entrenamiento.

    Por lo tanto, aburrido, Grey estaba tirado contra el sillón de su casa, con el celular en mano, buscando algo qué hacer.

    Hasta que, scrolleando la pantalla, notó en sus chats el número de cierta persona.

    —Él —musitó. Decidiéndose a mandarle un mensaje.

    Xavier Gladorsoun le había caído bien y por esa razón, luego de aquel encuentro divertido, le había pasado su número de teléfono para mantener el contacto.

    «Hola! »

    Saludó primero, luego fue al grano.

    «Estás libre hoy? »
    Hoy era sábado, día libre donde podía salir de la escuela internado y hacer lo que quisiera, porque también estaba libre de su entrenamiento. Por lo tanto, aburrido, Grey estaba tirado contra el sillón de su casa, con el celular en mano, buscando algo qué hacer. Hasta que, scrolleando la pantalla, notó en sus chats el número de cierta persona. —Él —musitó. Decidiéndose a mandarle un mensaje. [cosmic_jade_mouse_275] le había caído bien y por esa razón, luego de aquel encuentro divertido, le había pasado su número de teléfono para mantener el contacto. «Hola!👋 » Saludó primero, luego fue al grano. «Estás libre hoy? 😁»
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  • //Escribir sobre la Infantería Móvil es interesantísimo...
    También aprovecho para expresar mi profunda gratitud a la señorita Alexandrina Sebastiane Darkness . En verdad le agradezco por la oportunidad de desarrollar el tema, y el excelente rol que me ha ofrecido...

    ELIOS

    *Aquella mujer ya parecía sospechosa, pero su respuesta la vuelve todavía más extraña. Y cuando ella dice mi nombre... Siento que se me erizan los pelos de la parte de atrás de la cabeza. ¿Cómo supo ella mi nombre?
    Recuerdo que el manual decía que algunos de los EBE (Entidades Biológicas Extraterrestres) tenían poderes telepáticos... Cosa nada agradable. Podían mirar dentro de la mente de los humanos, y engañarlos usando sus recuerdos más preciados en su contra...
    Sinceramente los alienígenas me aterraban aún. Pero había visto con mis propios ojos el caos que traían, y por eso me había alistado a la Infantería Móvil. Tenía fe en que la humanidad podía triunfar ante las dificultades...
    Pero ahora era más urgente lidiar con esta mujer, o hembra, en todo caso. La escucho hablar, recordando el entrenamiento... ¿Podía ser posible que un alienígena con poderes telepáticos se hubiera infiltrado hasta este punto?
    Sí. sí era posible...
    Recuerdo que el manual decía que, para lidiar con ese tipo de alien telepático, es más efectivo estar en grupo, porque así el alien tiene tantos recuerdos a su disposición, de parte del grupo de humanos al que se enfrenta, que pronto se ve sobrepasado... Como intentar llevar en brazos más cosas de las que caben en ellos. Pero por desgracia yo estaba solo...
    Sentí un sudor frío. Tenía que actuar rápido...*

    -En ese caso, si no es un enemigo o una amenaza, sólo puede tratarse de un civil...

    *Tenía que guardar la calma, e intentar confundirla pensando en muchas cosas a la vez... Aunque me sentía desnudo. Si esta hembra era un alien telepático, seguro ya sabía todo, ya había dado un buen vistazo en mis recuerdos...*

    -...y en ese caso, tratándose de un civil, como miembro de la Infantería Móvil sólo tengo el deber de protegerle...

    *De manera muy sutil había acercado mi mano derecha al arma que llevaba colgando en el cinturón. Recuerdo haber visto cuando era niño una película de vaqueros, esa especie de exploradores que viajan por el desierto en caballos y llevando pistolas... En esa película, las cosas se resolvían siempre con la velocidad para disparar. Quien disparara primero podía ganar los duelos... Y aunque me parecía una manera curiosa, incluso divertida, de arreglar las cosas, jamás me imaginé que viviría una situación similar. Si actuaba rápido y jalaba el gatillo, quizás podría mantener a raya a esta hembra...
    Pero si era telepático, ella ya sabía lo que iba a hacer. Era como arrojar una moneda al aire, apostar la vida con un solo disparo...
    Sostengo la mirada en sus ojos, pensando en todo lo que me es posible, en un esfuerzo por confundirle. Un juego de pelota con otros niños. Esa escena de vaqueros donde tres hombres están frente a frente, formando un triángulo entre las tumbas de un cementerio, vigilando los movimientos del otro, listos para disparar en cualquier momento... Una estrella que comía planetas. Una chica llorando y rogando a un compañero que no subiera a la nave que nos trajo aquí... Mi amigo y compañero Shinei, recibiéndome con una gran sonrisa al saber que me había enlistado...
    Pero sucede entonces algo que rompe mi concentración y mi temor. ¿Ella... acaba de decirme un nombre?*

    -¿Q...qué?

    *Aunque sean telepáticos, esos alienígenas no pueden usar cosas que no estén en tu cabeza. Y yo no he conocido nunca a una mujer con ese nombre...*

    -¿Entonces...? En...tonces…

    *Tal vez no sea un alien telepático, después de todo. Estoy completamente seguro que no conozco a nadie con ese nombre...*

    -¿Usted... Pertenece a las... Tropas Estacionarias... o a la policía local? Señorita...

    *Pero su última frase denuncia que el asunto que la ha traído aquí es algo grave.*

    -¿Algo que no debería... haber despertado? ¿A qué se refiere?

    *Quizás debería llevar a esta mujer con mi superior... Aunque, en este punto, creo que estoy un poco más a favor de pensar que sí es una mujer... Extraña, pero humana.*
    //Escribir sobre la Infantería Móvil es interesantísimo... También aprovecho para expresar mi profunda gratitud a la señorita [pulse_platinum_snake_580] . En verdad le agradezco por la oportunidad de desarrollar el tema, y el excelente rol que me ha ofrecido... ELIOS *Aquella mujer ya parecía sospechosa, pero su respuesta la vuelve todavía más extraña. Y cuando ella dice mi nombre... Siento que se me erizan los pelos de la parte de atrás de la cabeza. ¿Cómo supo ella mi nombre? Recuerdo que el manual decía que algunos de los EBE (Entidades Biológicas Extraterrestres) tenían poderes telepáticos... Cosa nada agradable. Podían mirar dentro de la mente de los humanos, y engañarlos usando sus recuerdos más preciados en su contra... Sinceramente los alienígenas me aterraban aún. Pero había visto con mis propios ojos el caos que traían, y por eso me había alistado a la Infantería Móvil. Tenía fe en que la humanidad podía triunfar ante las dificultades... Pero ahora era más urgente lidiar con esta mujer, o hembra, en todo caso. La escucho hablar, recordando el entrenamiento... ¿Podía ser posible que un alienígena con poderes telepáticos se hubiera infiltrado hasta este punto? Sí. sí era posible... Recuerdo que el manual decía que, para lidiar con ese tipo de alien telepático, es más efectivo estar en grupo, porque así el alien tiene tantos recuerdos a su disposición, de parte del grupo de humanos al que se enfrenta, que pronto se ve sobrepasado... Como intentar llevar en brazos más cosas de las que caben en ellos. Pero por desgracia yo estaba solo... Sentí un sudor frío. Tenía que actuar rápido...* -En ese caso, si no es un enemigo o una amenaza, sólo puede tratarse de un civil... *Tenía que guardar la calma, e intentar confundirla pensando en muchas cosas a la vez... Aunque me sentía desnudo. Si esta hembra era un alien telepático, seguro ya sabía todo, ya había dado un buen vistazo en mis recuerdos...* -...y en ese caso, tratándose de un civil, como miembro de la Infantería Móvil sólo tengo el deber de protegerle... *De manera muy sutil había acercado mi mano derecha al arma que llevaba colgando en el cinturón. Recuerdo haber visto cuando era niño una película de vaqueros, esa especie de exploradores que viajan por el desierto en caballos y llevando pistolas... En esa película, las cosas se resolvían siempre con la velocidad para disparar. Quien disparara primero podía ganar los duelos... Y aunque me parecía una manera curiosa, incluso divertida, de arreglar las cosas, jamás me imaginé que viviría una situación similar. Si actuaba rápido y jalaba el gatillo, quizás podría mantener a raya a esta hembra... Pero si era telepático, ella ya sabía lo que iba a hacer. Era como arrojar una moneda al aire, apostar la vida con un solo disparo... Sostengo la mirada en sus ojos, pensando en todo lo que me es posible, en un esfuerzo por confundirle. Un juego de pelota con otros niños. Esa escena de vaqueros donde tres hombres están frente a frente, formando un triángulo entre las tumbas de un cementerio, vigilando los movimientos del otro, listos para disparar en cualquier momento... Una estrella que comía planetas. Una chica llorando y rogando a un compañero que no subiera a la nave que nos trajo aquí... Mi amigo y compañero Shinei, recibiéndome con una gran sonrisa al saber que me había enlistado... Pero sucede entonces algo que rompe mi concentración y mi temor. ¿Ella... acaba de decirme un nombre?* -¿Q...qué? *Aunque sean telepáticos, esos alienígenas no pueden usar cosas que no estén en tu cabeza. Y yo no he conocido nunca a una mujer con ese nombre...* -¿Entonces...? En...tonces… *Tal vez no sea un alien telepático, después de todo. Estoy completamente seguro que no conozco a nadie con ese nombre...* -¿Usted... Pertenece a las... Tropas Estacionarias... o a la policía local? Señorita... *Pero su última frase denuncia que el asunto que la ha traído aquí es algo grave.* -¿Algo que no debería... haber despertado? ¿A qué se refiere? *Quizás debería llevar a esta mujer con mi superior... Aunque, en este punto, creo que estoy un poco más a favor de pensar que sí es una mujer... Extraña, pero humana.*
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  • El magma burbujeaba a su alrededor como si intentara devorarlo y finalmente tragárselo por completo. La presión, el calor, el sonido sordo de la tierra rugiendo desde sus entrañas… y en medio de todo eso, flotando con los brazos cruzados y el ceño fruncido, estaba Mark Grayson. La temperatura del magma alcanzaba fácilmente los 1,200 grados Celsius, una cifra que podría desintegrar cualquier materia orgánica en segundos. Pero gracias al cuerpo resistente que poseían los Viltrumitas, Mark pudo resistirlo con algo de dificultad. Después de todo era parte de su entrenamiento.

    —Siete minutos. —murmuró para sí mismo, contaba la cantidad de minutos que pasó sumergido allí. Apretó los dientes mientras una corriente particularmente intensa de lava le azotaba la espalda como una marea furiosa.

    Sus ojos estaban entrecerrados. No por el dolor, sino por la concentración. Cada segundo allí dentro contaba. Cada momento que su cuerpo resistía era una pequeña victoria más contra sus propios límites.

    —Vamos, Mark... —Apretó sus puños e hizo una notable expresión de dolor en su rostro, ya estaba empezando a sentir molestias en el cuerpo.

    Ya no lo hacía por demostrar nada a nadie. Cecil ni siquiera sabía de estas escapadas. Era su propio proyecto, su propio infierno autoimpuesto. Si quería estar listo; pero listo de verdad, tenía que llegar más lejos de lo que nadie esperaba. Incluso él mismo.

    El traje empezó a mostrar las marcas del castigo: algunas partes burbujeaban, otra estaba chamuscada como si alguien le hubiera acercado un soplete demasiado tiempo. Pero su piel apenas ardía.

    —¡Quince minutos! —dijo con un jadeo entre dientes mientras emergía de la lava como una sombra fundida en fuego.

    Ascendió rápidamente a la superficie, envuelto en una nube de vapor y cenizas, su cuerpo cubierto de residuos volcánicos que se desprendían como polvo brillante mientras salía al aire libre. El cráter humeaba detrás de él. Respiró hondo por primera vez desde que se sumergió.

    —De acuerdo, Art me odiará por pedirle 10 trajes más. —se dijo, entrecerrando los ojos ante la luz del cielo anaranjado.

    Se sacudió un poco su traje, alzó vuelo, y desapareció con un suspiro entre las nubes, dejando atrás aquel volcán activo que el cual solía utilizar para su entrenamiento.
    El magma burbujeaba a su alrededor como si intentara devorarlo y finalmente tragárselo por completo. La presión, el calor, el sonido sordo de la tierra rugiendo desde sus entrañas… y en medio de todo eso, flotando con los brazos cruzados y el ceño fruncido, estaba Mark Grayson. La temperatura del magma alcanzaba fácilmente los 1,200 grados Celsius, una cifra que podría desintegrar cualquier materia orgánica en segundos. Pero gracias al cuerpo resistente que poseían los Viltrumitas, Mark pudo resistirlo con algo de dificultad. Después de todo era parte de su entrenamiento. —Siete minutos. —murmuró para sí mismo, contaba la cantidad de minutos que pasó sumergido allí. Apretó los dientes mientras una corriente particularmente intensa de lava le azotaba la espalda como una marea furiosa. Sus ojos estaban entrecerrados. No por el dolor, sino por la concentración. Cada segundo allí dentro contaba. Cada momento que su cuerpo resistía era una pequeña victoria más contra sus propios límites. —Vamos, Mark... —Apretó sus puños e hizo una notable expresión de dolor en su rostro, ya estaba empezando a sentir molestias en el cuerpo. Ya no lo hacía por demostrar nada a nadie. Cecil ni siquiera sabía de estas escapadas. Era su propio proyecto, su propio infierno autoimpuesto. Si quería estar listo; pero listo de verdad, tenía que llegar más lejos de lo que nadie esperaba. Incluso él mismo. El traje empezó a mostrar las marcas del castigo: algunas partes burbujeaban, otra estaba chamuscada como si alguien le hubiera acercado un soplete demasiado tiempo. Pero su piel apenas ardía. —¡Quince minutos! —dijo con un jadeo entre dientes mientras emergía de la lava como una sombra fundida en fuego. Ascendió rápidamente a la superficie, envuelto en una nube de vapor y cenizas, su cuerpo cubierto de residuos volcánicos que se desprendían como polvo brillante mientras salía al aire libre. El cráter humeaba detrás de él. Respiró hondo por primera vez desde que se sumergió. —De acuerdo, Art me odiará por pedirle 10 trajes más. —se dijo, entrecerrando los ojos ante la luz del cielo anaranjado. Se sacudió un poco su traje, alzó vuelo, y desapareció con un suspiro entre las nubes, dejando atrás aquel volcán activo que el cual solía utilizar para su entrenamiento.
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  • Comenzado en dia, primero con un entrenamiento.
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  • El sol matinal caía suavemente sobre los árboles, dejando rayos dorados entre las ramas y avivando el color dorado de los cabellos de Annabeth. Estaba junto al campo de batalla improvisado, con su camiseta del Campamento Mestizo empapada de sudor tras el entrenamiento. Con una sonrisa en los labios y el cabello recogido de forma despreocupada, mordía el cordón de su collar de cuentas mientras se miraba en dirección a tí.

    —Muy buenos días— Saludó sin dejar de atarse el cabello— Lástima que el entrenamiento ha acabado, pero ven, podemos ir a desayunar.

    En su voz resonaba la energía con la que ese día había despertado.
    El sol matinal caía suavemente sobre los árboles, dejando rayos dorados entre las ramas y avivando el color dorado de los cabellos de Annabeth. Estaba junto al campo de batalla improvisado, con su camiseta del Campamento Mestizo empapada de sudor tras el entrenamiento. Con una sonrisa en los labios y el cabello recogido de forma despreocupada, mordía el cordón de su collar de cuentas mientras se miraba en dirección a tí. —Muy buenos días— Saludó sin dejar de atarse el cabello— Lástima que el entrenamiento ha acabado, pero ven, podemos ir a desayunar. En su voz resonaba la energía con la que ese día había despertado.
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  • Dan ganas de relajarse luego de un día completo de entrenamiento.....
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